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sábado, 11 de octubre de 2025

Papa León XIV en el Rosario por la paz, 11-10-2025: «Hagan todo lo que él les diga; Dios da alegría a quienes engendran amor en el mundo, a quienes en lugar de vencer al enemigo, prefieren la paz con él»

* «Contemplemos a la Madre de Jesús y al pequeño grupo de mujeres valientes al pie de la Cruz, para aprender también nosotros a permanecer, como ellas, junto a las cruces infinitas del mundo, donde Cristo sigue crucificado en sus hermanos, para llevarles consuelo, comunión y ayuda. En ella, hermana de humanidad, nos reconocemos, y con las palabras de un poema le decimos: ‘Madre, tú eres cada mujer que ama; madre, tú eres cada madre que llora a un hijo asesinado, a un hijo traicionado. Estos hijos que nunca terminan de ser aniquilados’ (Cf. D. M. Turoldo). Bajo tu protección buscamos refugio, Virgen de la Pascua, junto con todos aquellos en los que se sigue completando la pasión de tu Hijo»

    

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News en español, con la meditación del Papa 

* «Y entre las palabras de Jesús que no queremos dejar pasar, una resuena especialmente hoy, en esta vigilia de oración por la paz: la dirigida a Pedro en el huerto de los olivos: «Envaina tu espada» (Jn 18, 11). Desarma la mano y, antes aún, el corazón. Como ya he mencionado en otras ocasiones, la paz es desarmada y desarmante. No es disuasión, sino fraternidad; no es ultimátum, sino diálogo. No llegará como fruto de victorias sobre el enemigo, sino como el resultado de sembrar justicia e intrépido perdón. Envaina la espada es la palabra dirigida a los poderosos del mundo, a quienes guían el destino de los pueblos: ¡tengan la audacia de desarmarse! Y al mismo tiempo es dirigida también a cada uno de nosotros, para hacernos cada vez más conscientes de que no podemos matar por ninguna idea, fe o política. Lo primero que hay que desarmar es el corazón, porque si no hay paz en nosotros, no daremos paz» 

11 de octubre de 2025.- (Vatican News / Camino Católico) El Papa León XIV súplica a la Virgen María “reina de la paz”, durante la vigilia de oración y el Santo Rosario por la paz por el fin de los conflictos armados en el mundo; en la que también recuerda las palabras de Jesús en el Evangelio: «Envaina tu espada» (Jn 18, 11)” que son una invitación a “desarmar el corazón, porque si no hay paz en nosotros, no daremos paz”. Decenas de miles de fieles han llenado la plaza de San Pedro rezando por la paz en el mundo.

El Santo Padre reflexiona: “Bienaventurados ustedes. Hagan todo lo que él les diga. Y nosotros nos comprometemos a que se haga nuestra carne y pasión, historia y acción, la gran palabra del Señor: ‘Bienaventurados ustedes, los que trabajan por la paz’ (cf. Mt 5,9). Bienaventurados ustedes: Dios da alegría a quienes engendran amor en el mundo, alegría a quienes, en lugar de vencer al enemigo, prefieren la paz con él”.

En su reflexión el Papa León XIV invita a contemplar en la Virgen María "sus virtudes humanas y evangélicas, cuya imitación constituye la más auténtica devoción mariana”, como lo enseña el capítulo VIII de la constitución dogmática Lumen gentium, cuyos textos también han sido leídos como meditaciones durante el Rosario. 

“Como ella -dice el Papa-, la primera discípula, supliquemos el don de un corazón que escucha y se vuelve fragmento de un cosmos que acoge. A través de ella, Mujer dolorosa, fuerte y fiel, pidamos que nos alcance el don de la compasión hacia todo hermano y hermana que sufre, y hacia todas las criaturas”. 

Dice el Pontífice que las palabras de Jesús: “Envaina la espada”, hoy va dirigida a los quienes guían los destinos de los pueblos: "¡tengan la audacia de desarmarse!", y cada persona: “para hacernos cada vez más conscientes de que no podemos matar por ninguna idea, fe o política. Lo primero que hay que desarmar es el corazón, porque si no hay paz en nosotros, no daremos paz”. En el vídeo de Vatican News se escucha y visualiza toda la meditación del Papa, cuyo texto íntegro es el siguiente:

JUBILEO DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA

VIGILIA DE ORACIÓN Y ROSARIO POR LA PAZ

MEDITACIÓN DEL SANTO PADRE LEÓN XIV

Plaza de San Pedro

Sábado, 11 de octubre de 2025

Queridos hermanos y hermanas:

nos hemos reunido en oración, esta noche, junto con María la Madre de Jesús, como solía hacerlo la primera Iglesia de Jerusalén (Hch 1,14). Todos unidos, perseverantes y con un mismo sentir, no nos cansamos de interceder por la paz, don de Dios que debe convertirse en nuestra conquista y nuestro compromiso.

Espiritualidad mariana auténtica

En este Jubileo de la espiritualidad mariana, nuestra mirada como creyentes busca en la Virgen María la guía de nuestra peregrinación en la esperanza, contemplando sus «virtudes humanas y evangélicas, cuya imitación constituye la más auténtica devoción mariana» (Cf. Concilio Vaticano II, Const. dogm. Lumen Gentium, 65.67). Como ella, la primera creyente, queremos ser un seno que acoja al Altísimo, «humilde tienda del Verbo, movida sólo por el viento del Espíritu» (S. Juan Pablo II, Angelus, 15 agosto 1988). Como ella, la primera discípula, supliquemos el don de un corazón que escucha y se vuelve fragmento de un cosmos que acoge. A través de ella, Mujer dolorosa, fuerte y fiel, pidamos que nos alcance el don de la compasión hacia todo hermano y hermana que sufre, y hacia todas las criaturas.

Contemplemos a la Madre de Jesús y al pequeño grupo de mujeres valientes al pie de la Cruz, para aprender también nosotros a permanecer, como ellas, junto a las cruces infinitas del mundo, donde Cristo sigue crucificado en sus hermanos, para llevarles consuelo, comunión y ayuda. En ella, hermana de humanidad, nos reconocemos, y con las palabras de un poema le decimos:

“Madre, tú eres cada mujer que ama;

madre, tú eres cada madre que llora

a un hijo asesinado, a un hijo traicionado.

Estos hijos que nunca terminan de ser aniquilados» (Cf. D. M. Turoldo).

Bajo tu protección buscamos refugio, Virgen de la Pascua, junto con todos aquellos en los que se sigue completando la pasión de tu Hijo.

Hagan lo que él les diga

En el Jubileo de la espiritualidad mariana, nuestra esperanza se ilumina con la luz suave y perseverante de las palabras de María que nos refiere el Evangelio. Y de entre todas ellas, son valiosas las últimas pronunciadas en las Bodas de Caná, cuando, señalando a Jesús, dice a los sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga» (Jn 2,5). Después no hablará más. Por tanto, estas palabras, que resultan casi un testamento, deben ser muy queridas por los hijos, como todo testamento de una madre.

Todo lo que él les diga. Ella está segura de que su Hijo hablará, su Palabra no ha terminado, sigue creando, generando, llenando el mundo de primaveras y de vino las ánforas de la fiesta. María, como una señal indicadora, orienta más allá de sí misma, muestra que el punto de llegada es el Señor Jesús y su Palabra, el centro hacia el que todo converge, el eje alrededor del cual giran el tiempo y la eternidad.

Cumplan su Palabra, recomienda. Cumplan el Evangelio, conviértanlo en gesto y cuerpo, en sangre y carne, en esfuerzo y sonrisa. Cumplan el Evangelio, y la vida se transformará, de vacía a plena, de apagada a encendida.

Hagan todo lo que él les diga: todo el Evangelio, la palabra exigente, la caricia consoladora, el reproche y el abrazo. Lo que entiendes y también lo que no entiendes. María nos exhorta a ser como los profetas: a no dejar caer en el vacío ni una sola de sus palabras (cf. 1Sam 3,19)

Y entre las palabras de Jesús que no queremos dejar pasar, una resuena especialmente hoy, en esta vigilia de oración por la paz: la dirigida a Pedro en el huerto de los olivos: «Envaina tu espada» (Jn 18, 11). Desarma la mano y, antes aún, el corazón. Como ya he mencionado en otras ocasiones, la paz es desarmada y desarmante. No es disuasión, sino fraternidad; no es ultimátum, sino diálogo. No llegará como fruto de victorias sobre el enemigo, sino como el resultado de sembrar justicia e intrépido perdón.

Envaina la espada es la palabra dirigida a los poderosos del mundo, a quienes guían el destino de los pueblos: ¡tengan la audacia de desarmarse! Y al mismo tiempo es dirigida también a cada uno de nosotros, para hacernos cada vez más conscientes de que no podemos matar por ninguna idea, fe o política. Lo primero que hay que desarmar es el corazón, porque si no hay paz en nosotros, no daremos paz.

Entre ustedes no debe ser así

Escuchemos de nuevo al Señor Jesús: los grandes del mundo se construyen imperios con el poder y el dinero (Cf. Mt 20,25; Mc 10,42), «Pero entre ustedes no debe ser así» (Lc 22,26). Dios no actúa así: el Maestro no tiene tronos, sino que se ciñe una toalla y se arrodilla a los pies de cada uno. Su imperio es ese pequeño espacio que basta para lavar los pies de sus amigos y cuidar de ellos.

Es también la invitación a adquirir un punto de vista diferente para mirar el mundo desde abajo, con los ojos de quien sufre, no con la óptica de los potentes; para ver la historia con la mirada de los pequeños y no con la perspectiva de los poderosos; para interpretar los acontecimientos de la historia desde el punto de vista de la viuda, del huérfano, del extranjero, del niño herido, del exiliado, del fugitivo. Con la mirada de quien naufraga, del pobre Lázaro, tirado junto a la puerta del rico epulón. De lo contrario, nunca cambiará nada y no surgirá un tiempo nuevo, un reino de justicia y paz.

La Virgen María lo hace también así en el cántico del Magnificat, cuando dirige su mirada a los puntos de fractura de la humanidad, allí donde se produce la distorsión del mundo, en el contraste entre humildes y poderosos, entre pobres y ricos, entre sacios y hambrientos. Y elige a los pequeños, se pone de la parte de los últimos de la historia, para enseñarnos a imaginar, a soñar juntos con ella los cielos nuevos y la tierra nueva.

Bienaventurados ustedes

Hagan todo lo que él les diga. Y nosotros nos comprometemos a que se haga nuestra carne y pasión, historia y acción, la gran palabra del Señor: “Bienaventurados ustedes, los que trabajan por la paz” (cf. Mt 5,9).

Bienaventurados ustedes: Dios da alegría a quienes engendran amor en el mundo, alegría a quienes, en lugar de vencer al enemigo, prefieren la paz con él.

Ánimo, adelante, en camino. Ustedes que construyen las condiciones para un futuro de paz, en la justicia y el perdón; sean mansos y decididos, no se desanimen. La paz es un camino y Dios camina con ustedes. El Señor crea y difunde la paz a través de sus amigos pacificados en el corazón, que a su vez se convierten en pacificadores, instrumentos de su paz.

Nos hemos reunido esta noche en oración alrededor de María, Madre de Jesús y Madre nuestra, como los primeros discípulos en el cenáculo. A ella, mujer profundamente pacífica, reina de la paz, nos dirigimos:

Ruega con nosotros, Mujer fiel, sagrado seno del Verbo.

Enséñanos a escuchar el grito de los pobres y de la madre Tierra,

atentos a las llamadas del Espíritu en el secreto del corazón,

en la vida de los hermanos, en los acontecimientos de la historia,

en el gemido y en el júbilo de la creación.

Santa María, madre de los vivos,

mujer fuerte, dolorosa, fiel,

Virgen esposa junto a la Cruz,

donde se consuma el amor y brota la vida,

sé tú la guía de nuestro compromiso de servicio.


Enséñanos a detenernos contigo junto a las infinitas cruces

donde tu Hijo sigue crucificado,

donde la vida está más amenazada;

a vivir y dar testimonio del amor cristiano

acogiendo en cada hombre a un hermano;

a renunciar al oscuro egoísmo

para seguir a Cristo, verdadera luz del hombre.


Virgen de la paz, puerta de la esperanza segura,

¡acoge la oración de tus hijos!

Papa León XIV

Fotos: Vatican Media, 11-10-2025

Vigilia de oración, y rosario por la paz en el Jubileo de la Espiritualidad Mariana, presididos por el Papa León XIV, 11-10-2025

Foto: Vatican Media, 11-10-2025


11 de octubre de 2025.- (Camino Católico)  Al caer la tarde del 11 de octubre, el Papa León XIV ha presidido la Vigilia de Oración y el rezo Santo Rosario, en la plaza de San Pedro, ante decenas de miles de fieles y peregrinos, pidiendo por la paz en el mundo. “Todos unidos, perseverantes y con un mismo sentir, no nos cansamos de interceder por la paz, don de Dios que debe convertirse en nuestra conquista y nuestro compromiso”. Esta tarde de plegaria se ha producido en el Jubileo de la Espiritualidad Mariana. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha el rezo del Santo Rosario y toda la vigilia.

En el saludo introductorio, el Papa motiva la oración a la Virgen María diciendo: “A ella, madre amorosa, dirigimos nuestra oración para que conserve en nosotros la imagen de su Hijo y, bajo su protección, vivamos como hermanos y hermanas, llegando a ser así, en un mundo desgarrado por las luchas y las discordias, artesanos de paz”, expresa el Pontífice ante la imagen original de la Virgen de Fátima que peregrina a Roma para el Jubileo de la Espiritualidad Mariana. Luego fueron rezados los Misterios Gozosos del Santo Rosario.

En su meditación el Papa León XIV invita a contemplar en la Virgen María "sus virtudes humanas y evangélicas, cuya imitación constituye la más auténtica devoción mariana”, como lo enseña el capítulo VIII de la constitución dogmática Lumen gentium, cuyos textos también han sido leídos como meditaciones durante el Rosario. 

“Como ella -dice el Papa-, la primera discípula, supliquemos el don de un corazón que escucha y se vuelve fragmento de un cosmos que acoge. A través de ella, Mujer dolorosa, fuerte y fiel, pidamos que nos alcance el don de la compasión hacia todo hermano y hermana que sufre, y hacia todas las criaturas”. Después de rezar el Santo Rosario se ha expuesto el Santísimo Sacramento y se ha orado ante Él en adoración.

domingo, 6 de octubre de 2024

Papa Francisco en oración en Rosario por la paz, 6-10-2024: «¡Reina de la paz! Convierte los corazones de quienes alimentan el odio, silencia el ruido de las armas e inspira proyectos de paz»

* «Ahora te suplicamos, ¡escucha nuestro clamor! Necesitamos tu mirada amorosa que nos invita a confiar en tu Hijo Jesús. Tú que estás dispuesta a acoger nuestros dolores, ven a socorrernos en este tiempo en que estamos oprimidos por las injusticias y devastados por las guerras; enjuga las lágrimas sobre los rostros sufridos de cuantos lloran la muerte de sus seres queridos, de sus propios hijos; despiértanos del letargo que ha oscurecido nuestro camino y despoja nuestros corazones de las armas de la violencia, para que se cumpla pronto la profecía de Isaías: ‘Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra’»

    

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News en español, con laoración del Papa 

* «Madre, dirige tu mirada maternal a la familia humana, que ha perdido el gozo de la paz y ha extraviado el sentido de la fraternidad. Madre, intercede por nuestro mundo en peligro, para que custodie la vida y rechace la guerra; para que cuide a los que sufren, a los pobres, a los indefensos, a los enfermos y a los afligidos, y proteja nuestra casa común» 

6 de octubre de 2024.- (Camino Católico) A los pies de la Santísima Virgen María, en la víspera de la jornada de oración y ayuno por la paz en el mundo, desde la Basílica de Santa María la Mayor, un sitio muy querido para él, Francisco ha elevado una fervorosa súplica a Nuestra Señora este domingo 6 de octubre. A Ella, que conoce los dolores y las fatigas "que en esta hora abruman nuestro corazón", como expresó en su plegaria, le pidió: "¡Escucha nuestro clamor!". Tras rezar el santo rosario junto a los miembros del Sínodo, a quienes invitó especialmente a esta iniciativa, el Sucesor de Pedro ha exclamado:

“Madre, la misericordia de Dios, ¡tú que eres la Reina de la paz! Convierte los corazones de quienes alimentan el odio, silencia el ruido de las armas que provocan la muerte, apaga la violencia que habita en el interior del hombre e inspira proyectos de paz en las decisiones de quienes gobiernan las naciones”. En el vídeo de Vatican News se escucha y visualiza toda la oración del Papa, cuyo texto íntegro es el siguiente:

Rezo del Santo Rosario para invocar la paz

ORACIÓN DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Basílica de Santa María la Mayor

Domingo, 6 de octubre de 2024

Oh María, Madre nuestra, estamos de nuevo aquí ante ti. Tú conoces los dolores y las fatigas que en esta hora abruman nuestro corazón. Nosotros elevamos la mirada hacia ti, nos sumergimos en tus ojos y nos encomendamos a tu corazón.

También a ti, oh Madre, la vida te reservó difíciles pruebas y humanos temores, pero fuiste valiente y audaz; confiaste todo a Dios, le respondiste con amor, te ofreciste incondicionalmente. Como intrépida Mujer de la caridad, fuiste rápidamente a ayudar a Isabel; con prontitud percibiste la necesidad de los esposos durante las bodas de Caná; con fortaleza interior en el Calvario iluminaste de esperanza pascual la noche del dolor. Por último, con ternura de Madre animaste a los discípulos temerosos en el Cenáculo y, con ellos, acogiste el don del Espíritu.

Ahora te suplicamos, ¡escucha nuestro clamor! Necesitamos tu mirada amorosa que nos invita a confiar en tu Hijo Jesús. Tú que estás dispuesta a acoger nuestros dolores, ven a socorrernos en este tiempo en que estamos oprimidos por las injusticias y devastados por las guerras; enjuga las lágrimas sobre los rostros sufridos de cuantos lloran la muerte de sus seres queridos, de sus propios hijos; despiértanos del letargo que ha oscurecido nuestro camino y despoja nuestros corazones de las armas de la violencia, para que se cumpla pronto la profecía de Isaías: «Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra» (Is 2,4).

Madre, dirige tu mirada maternal a la familia humana, que ha perdido el gozo de la paz y ha extraviado el sentido de la fraternidad. Madre, intercede por nuestro mundo en peligro, para que custodie la vida y rechace la guerra; para que cuide a los que sufren, a los pobres, a los indefensos, a los enfermos y a los afligidos, y proteja nuestra casa común.

Te suplicamos, Madre, la misericordia de Dios, ¡tú que eres la Reina de la paz! Convierte los corazones de quienes alimentan el odio, silencia el ruido de las armas que provocan la muerte, apaga la violencia que habita en el interior del hombre e inspira proyectos de paz en las decisiones de quienes gobiernan las naciones. 

Madre, Reina del santo Rosario, desata los nudos del egoísmo y disipa las nubes oscuras del mal. A nosotros tus hijos llénanos con tu ternura, levántanos con tu mano bondadosa y danos tu caricia de Madre, que nos hace esperar el advenimiento de una nueva humanidad donde «el desierto será un vergel y el vergel parecerá un bosque. En el desierto habitará el derecho y la justicia morará en el vergel. La obra de la justicia será la paz» (Is 32,15-17).

Oh Madre, Salus Populi Romani, ¡ruega por nosotros!

Francisco

Fotos: Vatican Media, 6-10-2024

Rezo del Santo Rosario por la paz, presidido por el Papa Francisco, 6-10-2024


Foto: Vatican Media, 6-10-2024

6 de octubre de 2024.- (Camino Católico) Este domingo, en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, el Papa Francisco se ha unido a los miembros del Sínodo de los Obispos y a los fieles de todo el mundo para rezar el rosario en súplica del don de la paz en el mundo por intercesión de la Virgen. «¡Acoge nuestro grito!», ha rezado el el Santo Padre, pidiendo también una “mirada materna sobre la familia humana”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha todo el rezo del Santo Rosario.

jueves, 6 de junio de 2024

Francisco Solano se alejó de Dios, sufrió por años un ataque de magia negra y fue liberado al rezar: «Te ofrezco todo mi ser, mi vida, pero Virgen María intercede ante Jesús»


* «Los tiempos de Dios son más perfectos que los de los hombres y yo tuve que esperar diez años para sentir mi conversión y ese llamado de Dios. Desde pequeño siempre escuché que la familia que reza unida permanece unida a través del Santo Rosario. Todos tenemos momentos difíciles, pero lo más importante es saber que la intercesión de María está con nosotros. El agua bendita, la oración, los sacramentos… siempre van a ser nuestras armas que no pueden faltar en el hogar»

Camino Católico.-  El costarricense Francisco Solano fue criado en una familia profundamente católica y ha relatado recientemente al canal El Rosario de las 11 como su educación y su profunda vida de oración no fue obstáculo para sufrir durante décadas los estragos de la magia negra. Sin embargo, sin la oración perseverante, la fe y sobre todo, la intercesión de la Virgen y el Rosario, hoy su vida no sería la misma. Incluso, dice, podría haber terminado.

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martes, 16 de abril de 2024

Delphine Umwigeme, superviviente del genocidio de Ruanda: «Rodeada de cadáveres, me dieron por muerta y recé el rosario; Me recuperé gracias a Dios y a la oración»

 


* «Cuando volví a Ruanda descubrí la magnitud de las masacres, y vi que todo el mundo, abuelos, tíos, tías, primos, habían desaparecido, y pensé: esto no puede estar pasando, este no es el Buen Dios al que he estado rezando día y noche. Si Él no ha podido proteger a los inocentes, ¡no veo para qué puede servir! Aunque me asaltaban todas estas preguntas, seguía yendo a misa cuando podía, y un día tuve la respuesta interior: «Mira todo lo que has pasado; si no hubiera sido por la mano de Dios, su protección… ¿Cómo explicas que lo hayas superado?». Y es verdad, podrían haberme matado en cualquier momento. Y esas personas que arriesgaron su vida por mí, que pagaron mi fuga… vi en ellas la mano de Dios. Gracias a Dios pude escapar del genocidio. Le pedí perdón y volví a mi fe. Hoy sé que cada día es un regalo de Dios»

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jueves, 7 de marzo de 2024

Maryella Hierholzer: «Dios sanó mi ojo derecho a través del poder de la Santa Eucaristía con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en el Santísimo Sacramento»

 


* «A lo largo de las dos décadas, fue la paz de Cristo en mí al asistir a la Adoración Eucarística semanal y también a la Misa diaria tanto como fuera posible. La situación con mi ojo nunca se presentó como una tragedia o algo que obstaculizara mi estilo de vida. Es esta tranquilidad la que creo que solo puede venir de Dios y que estaba creciendo en mí durante la Adoración durante el año anterior al incidente. Estoy muy consciente de que soy bendecida, especialmente cuando el especialista en retina determinó que ya no necesitaba hacer una cita para verlo cada seis meses. Dios tiene diferentes razones para sanar a las personas por completo o pedirles que sigan llevando la Cruz por Él en el sufrimiento redentor. Y aún así, ¿por qué no creer que puede sanarnos de dolencias físicas, que los milagros todavía suceden? ¿Por qué no aprovechar cada oportunidad para sanar a través de las bendiciones de la Iglesia, especialmente en la Eucaristía, y permitir que la luz de Cristo brille aún más en nuestro mundo?»

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martes, 30 de enero de 2024

Rich Mauro triunfaba en el cine, se alimentaba de la New Age pero en Medjugorje y en un sueño la Virgen le «rescató del infierno»


* «Una vez en Medjugorje se me cayó una venda de los ojos. Era algo en mi interior que se revolvía. Y entonces tuve la necesidad de ir a confesar. No me había confesado desde que se había confirmado. Tuve la certeza de que era Dios quien me hablaba… Era cada vez más consciente de que tenía que cambiar de vida así como la necesidad de vivir en gracia. Había cambiado mi forma en la que veía las cosas. Y fue trabajando en un rodaje me advirtieron de que no podía hablar de Dios a los actores. Y entonces vi que tenía que tomar ciertas decisiones»

Vídeo del testimonio de Rich Mauro en el programa “Cambio de Agujas” de H.M. Televisión

Camino Católico.- Rich Mauro tenía una vida envidiable a los ojos del mundo, con un gran trabajo en Hollywood, preparando producciones propias y ganando bastante dinero. Pero la infelicidad que arrastraba desde niño, por la soledad con la que creció en una familia desestructurada y los excesos en la universidad, le impedían ser feliz. Y fue en Medjugorje, en un viaje que nunca pensó que haría, donde su vida empezó a dar un giro de 180 grados, y donde ahora sí que ha encontrado esa plenitud.