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Louis-Alcine en los encuentros veraniegos de Paray-le-Monial
* «Pude comprender íntimamente qué sabia es la Iglesia cuando dice que hay que elegir entre una verdad que construye el hombre por sí mismo, y una Revelación trascendente que nos es entregada; entre un bautismo al que se invita a todo el mundo a la luz del día y un conocimiento abierto a todos, y un rito iniciático oculto para el cual uno es seleccionado… Y yo tenía una página en blanco ante mí, que es la liberación total que me ofrecía el sacramento de la penitencia. Era yo quien iba a escribir con total libertad las siguientes páginas. En un ritual tan sencillo, con tan poco ‘aparato’, ¡hay tal concentración de gracia! Tras un diálogo entre dos personas, y por medio de unas pocas palabras dichas en nombre de la Iglesia por el sacerdote, soy restaurado en la gracia de mi bautismo y de mi sacramento del matrimonio. ¡Jamás podremos descubrir toda la profundidad de este sacramento que abre una puerta al futuro y borra y perdona el pasado!»
Camino Católico.- Como en el caso de Maurice Caillet y Serge Abad-Gallardo, para Louis-Alcine el momento de ingresar en la masonería coincidió con los primeros éxitos de una brillante carrera profesional: "Yo era un treintañero rodeado de triunfadores, todos ellos gente intelectualmente brillante. Llevaba diez años casado con una mujer alegre e inteligente".
Los fines de semana encadenaban cenas y salidas mundanas con agradables conversaciones entre amigos de su ámbito. No tenía grandes preocupaciones: "La vida me sonreía. Me propusieron hacerme masón y acepté, halagado de que una logia del Gran Oriente de Francia me hubiese escogido".
El bautizo
El 15 de febrero de 2005 nació su cuarta hija y se planteó la cuestión de su bautizo.
Hay muchos que se definen como 'creyentes no practicantes', pero el caso de Louis-Alcine era distinto: "Solo para no suprimir a Dios de mi vida totalmente, yo seguía yendo a misa los domingos, pensando que mal no podía hacerme, y a modo de recuerdo de lo que había vivido en otras épocas de mi vida. Mi mujer decía que me había convertido en un 'practicante no creyente'. Y así era", confesó él mismo en la sesión de la segunda semana de agosto de los encuentros de la Comunidad del Emmanuel en Paray-le-Monial, la localidad de Francia donde Santa Margarita María Alacoque difundió la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Louis-Alcine cuenta su conversión en un encuentro de Paray-le-Monial este agosto
Justo a esa comunidad estaba confiada la parroquia de la región parisina a la que acudieron para preparar la celebración. Cuando, en una reunión, los diversos padres fueron explicando por qué querían bautizar a sus hijos, los demás contaron "historias muy bellas", pero Louis-Alcine, "en un arranque de sinceridad", dijo lo que pensaba: "'Para contentar a mi esposa', dije... lo que no hizo sino aumentar su tristeza”.
El funeral
En ese periodo estaban, cuando el 2 de abril de 2005 murió Juan Pablo II. Un compañero de trabajo, que conocía su “pasado cristiano”, le insistió en que el funeral, que se preveía masivo e histórico (de hecho, pocas veces se ha visto tal concentración de jefes de Estado y de Gobierno, católicos y no católicos), era un acontecimiento que no podían perderse: "¡Vamos, tenemos que ir!", le animó.
“Nostálgico o curioso, decidí ir”, explica Louis-Alcine, quien nunca había estado en Roma. Una vez allí, siguió a la multitud por Via Conciliazione y logró situarse en un punto desde donde podía ver el ataúd, sobre el cual habían depositado unos Evangelios cuyas páginas iban pasando, impulsadas por la brisa.
Al Evangelio que fue depositado sobre el féretro con los restos mortales del Papa le iba pasando las páginas el viento en la Plaza de San Pedro
Ese ambiente le sugestionó y conmovió profundamente. Al llegar el Credo, lo rezó: "Invadido por mis recuerdos infantiles, canté la fe de la Iglesia universal. Y luego me impresionó el increíble recogimiento de esa masa de gente en el momento de la consagración. Cuando terminó la misa, a mediodía, el viento había pasado la última página del Evangelio, y yo decidí volver a ser católico. Éramos un millón de personas, pero Jesucristo, en esa misa, estuvo ahí para mí”.
Le costó despegarse de la Plaza de San Pedro, donde se quedó mucho tiempo, hasta que se vació casi por completo: "Yo no quería irme. Me sentía en casa. Había vuelto a mi hogar, donde Alguien me estaba esperando. Había llegado a Roma por una mezcla de curiosidad y nostalgia y había regresado católico".
Louis-Alcine y su esposa, contando su testimonio de su conversión en los encuentros veraniegos de Paray-le-Monial
La confesión sacramental
A las pocas semanas de regresar de la Ciudad Eterna, bautizaron a su hija. "¡Pero esta vez, no para contentar a mi mujer!”, bromea: "Ella estaba feliz de verme transformado".
Louis-Celine tenía, en cualquier caso, que "poner de nuevo en orden" su vida, y "quedaba la cuestión de la masonería": "Tuve la suerte de recibir una buena formación en mi juventud, así que conocía el magisterio de la Iglesia. Pude comprender íntimamente qué sabia es la Iglesia cuando dice que hay que elegir entre una verdad que construye el hombre por sí mismo, y una Revelación trascendente que nos es entregada; entre un bautismo al que se invita a todo el mundo a la luz del día y un conocimiento abierto a todos, y un rito iniciático oculto para el cual uno es seleccionado. Yo elegí y le escribí al maestro de mi logia".
Louis-Alcine, acompañado de su esposa, en los encuentros veraniegos de Paray-le-Monial
El paso final era la confesión sacramental, que aún hubo de esperar "tres meses de penitencia y reconciliación" que le permitieron "pasar página": "La página anterior de mi vida quedaba escrita: era mi vida, una riqueza, porque servía para acordarme de mi debilidad. Y yo tenía una página en blanco ante mí, que es la liberación total que me ofrecía el sacramento de la penitencia. Era yo quien iba a escribir con total libertad las siguientes páginas".
Louis-Alcine siente "una debilidad especial" por el sacramento de la reconciliación: "En un ritual tan sencillo, con tan poco ‘aparato’, ¡hay tal concentración de gracia! Tras un diálogo entre dos personas, y por medio de unas pocas palabras dichas en nombre de la Iglesia por el sacerdote, soy restaurado en la gracia de mi bautismo y de mi sacramento del matrimonio. ¡Jamás podremos descubrir toda la profundidad de este sacramento que abre una puerta al futuro y borra y perdona el pasado!"
"Gracias por permitirme evocar este acontecimiento de mi vida, ese día en que el Señor vino a buscarme y me rescató", concluye Louis-Alcine, quien no olvida que todo pudo suceder gracias a una propuesta de un amigo que jamás habría esperado ese resultado: “Dios se sirve de nosotros en beneficio de nuestros hermanos. Las palabras tienen su importancia, pueden abrir un camino nuevo a alguien mucho más allá de lo que nosotros conocemos".
22 de noviembre de 2024.- (Camino Católico) Homilía del P. Carmelo Donoso y lecturas de la Santa Misa de hoy, viernes de la 33ª semana del Tiempo Ordinario, Santa Cecilia, virgen y mártir, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
22 de noviembre de 2024.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, viernes de la 33ª semana del Tiempo Ordinario, Santa Cecilia, virgen y mártir, presidida por el P. Carmelo Donoso, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
22 de noviembre de 2024.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Dolorosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy viernes, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.
Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de13 TVdel 22 de noviembre de 2024, viernes de la 33ª semana del Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.
Evangelio: San Lucas 19, 45-48:
En aquel tiempo, Jesús entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles:
«Escrito está: «Mi casa será casa de oración»; pero vosotros la habéis hecho una «cueva de bandidos»».
Todos los días enseñaba en el templo.
Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él escuchándolo.
22 de noviembre de 2024.- (Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
21 de noviembre de 2024.- (Camino Católico) Homilía del P. Heliodoro Mira y lecturas de la Santa Misa de hoy, jueves de la 33ª semana del Tiempo Ordinario, la Presentación de la Virgen María, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
21 de noviembre de 2024.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, jueves de la 33ª semana del Tiempo Ordinario, la Presentación de la Virgen María, presidida por el P. Heliodoro Mira, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
21 de noviembre de 2024.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Luminosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy jueves, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.
Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de13 TVdel 21 de noviembre de 2024, jueves de la 33ª semana del Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.
Evangelio: San Lucas 19, 41-44:
En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía:
«¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos.
Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».
21 de noviembre de 2024.- (Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
* «Dos elementos ayudan a definir lo que es el carisma. En primer lugar, el carisma es el don concedido “para el bien común" (1 Co 12:7). En otras palabras, no está destinado principal y ordinariamente a la santificación de la persona, sino al “servicio" de la comunidad (1 Pe 4:10). En segundo lugar, el carisma es el don concedido “a uno", o “a algunos" en particular, no a todos del mismo modo, y esto es lo que lo distingue de la gracia santificante, de las virtudes teologales y de los sacramentos, que en cambio son iguales y comunes a todos. El carisma es a una persona o a una comunidad especial, es un don que Dios te da»
Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican Newsde la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma
* «Quiero decir que el año que viene, en el Día de los Adolescentes, canonizaré al beato Carlo Acutis (el domingo 27 de abril a las 10.30 horas en la Plaza de San Pedro). Y en el Día de los Jóvenes, el año entrante, canonizaré al beato Pier Giorgio Frassati»
20 de noviembre de 2024.- (Camino Católico) La acción carismática del Espíritu Santo ha sido el argumento de la catequesis del Papa Francisco pronunciada esta mañana durante su tradicional Audiencia General en la Plaza de San Pedro. Francisco, citando un famoso texto del Concilio Vaticano II, asegura que el Espíritu Santo no sólo santifica, sino que también distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier condición y, por ende, “todos tenemos dones personales”: “Cada uno tiene su carisma, don del Espíritu Santo, para el ‘servicio’ de la comunidad; todos los carismas, son ‘míos’ al igual que ‘mis’ carismas son para el bien de todos”.
Al final de la audiencia general Francisco ha anunciado que Carlo Acutis será proclamado santo durante el Jubileo de los Adolescentes, que tendrá lugar en Roma del 25 al 27 de abril de 2025. En un comunicado posterior, el Arzobispo de la diócesis de Asís Mons. Domenico Sorrentino, especificó que la canonización de Acutis está prevista para el domingo 27 de abril a las 10.30 horas en la Plaza de San Pedro.
Asimismo, ha informado que Pier Giorgio Frassati será elevado a los altares durante el Jubileo de los Jóvenes, entre el 28 de julio y el 3 de agosto del año que viene.
Además el Santo Padre ha anunciado que el próximo 3 de febrero se celebrará en el Vaticano el Encuentro Mundial de los Derechos de los Niños titulado “Amémoslos y Protejámoslos”. En vista a esta jornada, el Santo Padre también ha instituido el Comité Pontificio para la Jornada Mundial de los Niños.
El Papa también ha recordado los mil días de conflicto en Ucrania y ha hecho un llamamiento para que la confrontación deje paso al encuentro. Después ha leído la carta de un universitario ucraniano que escribe: «Me hubiera gustado huir y volver a ser un niño abrazado a mi madre. Cuando recuerde nuestro país, recuerde no sólo el sufrimiento, sino también el amor».
El Papa saluda a la primera dama ucraniana Olena Zelenska
El Papa ha recordado la solemnidad de Cristo Rey del Universo, que se celebrará el próximo domingo. «Invito a cada uno a reconocer la presencia del Señor en la propia vida - ha pedido Francisco- para participar en la construcción de su Reino de amor y de paz.»
Mañana, con ocasión de la memoria litúrgica de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María, se celebrará la Jornada pro Orantibus. «A las hermanas de clausura llamadas por el Señor a la vida contemplativa, les aseguramos nuestra cercanía», dice el Papa, esperando «el necesario apoyo espiritual y material de la comunidad eclesial» a los monasterios de clausura. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro
Miércoles, 20 de noviembre de 2024
Catequesis. El Espíritu y la Esposa. El Espíritu Santo guía al Pueblo de Dios al encuentro con Jesús, nuestra esperanza
14. Los dones de la Esposa. Los carismas, dones del Espíritu para el bien común.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En las últimas tres catequesis hemos hablado de la obra santificadora del Espíritu Santo, que se realiza en los sacramentos, en la oración y siguiendo el ejemplo de la Madre de Dios. Pero escuchemos lo que dice un famoso texto del Vaticano II: «Además, el Espíritu Santo no sólo santifica y dirige el Pueblo de Dios mediante los sacramentos y los misterios y le adorna con virtudes, sino que también distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier condición, distribuyendo a cada uno según quiere (1 Co 12,11) sus dones» (Lumen gentium, 12). También nosotros tenemos dones personales que el Espíritu nos da a cada uno.
Ha llegado, entonces, el momento de hablar también de este segundo modo en que el Espíritu Santo obra, que es la acción carismática. Una palabra algo difícil, la voy a explicar. Dos elementos ayudan a definir lo que es el carisma. En primer lugar, el carisma es el don concedido «para el bien común» (1 Co 12:7), para que sea útil a todos. En otras palabras, no está destinado principal y ordinariamente a la santificación de la persona, sino al servicio de la comunidad (cfr.1 Pe 4:10). Este es el primer aspecto. En segundo lugar, el carisma es el don concedido «a uno», o «a algunos» en particular, no a todos del mismo modo, y esto es lo que lo distingue de la gracia santificante, de las virtudes teologales y de los sacramentos, que, en cambio, son iguales y comunes para todos. El carisma se concede a una persona o a una comunidad específica. Es un don que Dios te da.
El Concilio también nos explica esto. El Espíritu Santo -dice- «también distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier condición, distribuyendo a cada uno según quiere (1 Co 12,11) sus dones, con los que les hace aptos y prontos para ejercer las diversas obras y deberes que sean útiles para la renovación y la mayor edificación de la Iglesia, según aquellas palabras: «A cada uno... se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad» (1 Co 12,7).
Los carismas son las «joyas», u ornamentos, que el Espíritu Santo distribuye para embellecer a la Esposa de Cristo. Se comprende así por qué el texto conciliar termina con la siguiente exhortación: «Estos carismas, tanto los extraordinarios como los más comunes y difundidos, deben ser recibidos con gratitud y consuelo, porque son muy adecuados y útiles a las necesidades de la Iglesia.» (Lumen gentium, 12).
Benedicto XVI afirmó: «Mirando la historia de la época post-conciliar, se puede reconocer la dinámica de la verdadera renovación, que frecuentemente ha adquirido formas inesperadas en movimientos llenos de vida y que hace casi tangible la inagotable vivacidad de la Iglesia». Y este es el carisma dado a un grupo, a través de una persona.
Debemos redescubrir los carismas, porque esto hace que la promoción del laicado y, especialmente, de las mujeres, se entienda no sólo como un hecho institucional y sociológico, sino en su dimensión bíblica y espiritual. Los laicos no son los últimos, no, los laicos no son una especie de colaboradores externos o “tropas auxiliares” del clero, ¡no! Tienen sus propios carismas y dones con los que contribuir a la misión de la Iglesia.
Añadamos una cosa más: al hablar de carismas, hay que disipar de inmediato un malentendido: el de identificarlos con dones y capacidades espectaculares y extraordinarios; se trata, en cambio, de dones ordinarios – cada uno de nosotros tiene su propio carisma – que adquieren un valor extraordinario cuando son inspirados por el Espíritu Santo y encarnados en las situaciones de la vida con amor. Esta interpretación del carisma es importante, porque muchos cristianos, al oír hablar de carismas, experimentan tristeza o desilusión, ya que están convencidos de no poseer ninguno y se sienten excluidos o cristianos de segunda clase. No, no hay cristianos de “segunda clase”, no, cada uno tiene su carisma personal y también comunitario. A ellos ya les respondió San Agustín en su época con una comparación muy elocuente: «Si amas aquello que posees, no es poco – decía a su pueblo–. Si amas la unidad, todo lo que en ella es poseído por alguien, ¡lo posees tú también!… En el cuerpo ve el ojo solo; pero ¿acaso el ojo ve solamente para sí mismo? No, ve también para la mano, para el pie y para los demás miembros» [1].
Aquí se desvela el secreto por el que la caridad es definida por el Apóstol como «el camino más excelente» (1 Cor 12, 31): ella me hace amar la Iglesia, o la comunidad en la que vivo y, en la unidad, todos los carismas, no sólo algunos, son «míos» al igual que «mis» carismas, aunque parezcan poca cosa, son de todos y para el bien de todos. La caridad multiplica los carismas: hace que el carisma de uno, de una sola persona, sea el carisma de todos. ¡Gracias!
Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:
Queridos hermanos y hermanas:
Continuando nuestras catequesis sobre el Espíritu Santo, hoy quisiera que meditáramos sobre uno de sus modos de obrar dentro de la Iglesia, me refiero a su acción carismática. En efecto, los carismas son dones que el Espíritu concede a quien quiere y que siempre cuentan con dos elementos. Primero, el carisma es un don concedido para el bien común —para el bien de la Iglesia—, más que para la propia santificación; y segundo, el carisma es un don concedido “a uno”, o “a algunos” en particular, no a todos del mismo modo, y esto es lo que lo distingue de la gracia santificante, de las virtudes teologales y de los sacramentos, que son idénticos y comunes a todos.
Entender la riqueza de los carismas ayuda a valorar el papel del laicado en la Iglesia, ya que los laicos poseen carismas y dones propios con los que contribuyen de una manera especial a su misión en el mundo. No se trata de capacidades espectaculares, no, sino de dones ordinarios que adquieren un valor extraordinario por ser inspiración del Espíritu Santo.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Espíritu Santo que nos conceda crecer en la virtud de la caridad, para que descubramos y pongamos nuestros carismas al servicio de la Iglesia y agradezcamos los carismas de los demás, reconociendo que contribuyen al bien de todos. Que el Señor los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.
Además, en otras lenguas el Pontífice ha dicho:
Con ocasión del Día Internacional de los Derechos del Niño y del Adolescente, que se celebra hoy, deseo anunciar que el próximo 3 de febrero se celebrará aquí, en el Vaticano, elEncuentro Mundial sobre los Derechos del Niño bajo el título «Amémoslos y protejámoslos», con la participación de expertos y personalidades de distintos países. Será una oportunidad para identificar nuevas formas de ayudar y proteger a millones de niños que siguen sin derechos, que viven en condiciones precarias, son explotados y abusados, y sufren las dramáticas consecuencias de las guerras.
Hay un grupo de niños que están preparando este Día, gracias a todos ustedes que lo están haciendo. Y aquí viene una niña valiente..., ¡ahora vienen todos! Así son los niños, ¡uno empieza y luego vienen todos! ¡Saludemos a los niños! ¡Gracias a ustedes! ¡Buenos días!
Quiero decir que el año que viene, en el Día de los Adolescentes, canonizaré al beato Carlo Acutis, y que, en el Día de los Jóvenes, el año entrante, canonizaré al beato Pier Giorgio Frassati.
Ayer se cumplieron mil días de la invasión de Ucrania. Un aniversario trágico por las víctimas y la destrucción que ha causado, y al mismo tiempo una desgracia vergonzosa para toda la humanidad. Sin embargo, esto no debe disuadirnos de permanecer al lado del atormentado pueblo ucraniano, ni de implorar la paz y trabajar para que las armas dejen paso al diálogo y el enfrentamiento al encuentro.
Anteayer recibí una carta de un joven universitario ucraniano. Dice así: «Padre, cuando el miércoles recuerde mi país y tenga la oportunidad de hablar al mundo entero en el milésimo día de esta terrible guerra, le ruego que no hable sólo de nuestro sufrimiento, sino que sea también testigo de nuestra fe: aunque imperfecta, su valor no disminuye, pinta con pinceladas dolorosas el cuadro de Cristo resucitado. Estos días ha habido demasiados muertos en mi vida. Vivir en una ciudad donde un misil mata y hiere a decenas de civiles, ser testigo de tantas lágrimas, es difícil. Hubiera querido huir, hubiera querido volver a ser un niño abrazado a mi mamá, honestamente, hubiera querido estar en el silencio y el amor, pero doy gracias a Dios porque a través de este dolor aprendo a amar más. El dolor no es sólo un camino hacia la ira y la desesperación; si está basado en la fe, es un buen maestro de amor. Padre, si el dolor hace daño, significa que amas; por eso, cuando hable de nuestro dolor, cuando recuerde los mil días de sufrimiento, recuerde también los mil días de amor, porque sólo el amor, la fe y la esperanza dan verdadero sentido a las heridas». Así escribió este joven universitario ucraniano.
Por último, mi pensamiento se dirige a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos y a los recién casados. El próximo domingo, último del tiempo ordinario, celebraremos la solemnidad de Cristo, rey del Universo. Invito a todos a reconocer la presencia del Señor en sus vidas, para participar en la construcción de su Reino de amor y de paz.
Mañana se celebrará la conmemoración litúrgica de la Presentación de la Santísima Virgen María en el Templo, la Jornada Pro Orantibus. A las hermanas de clausura llamadas por el Señor a la vida contemplativa, les aseguramos nuestra cercanía. Que los monasterios de clausura no carezcan del necesario apoyo espiritual y material por parte de la comunidad eclesial.
¡Mi bendición para todos!
Francisco
[1] S. Agustín, Tratados sobre el evangelio de San Juan, 32,8.