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domingo, 3 de agosto de 2025

Papa León XIV en el Ángelus en el Jubileo de los jóvenes, 3-8-2025: «La esperanza en nuestros corazones nos da la fuerza de anunciar la victoria de Cristo Resucitado sobre el mal y sobre la muerte»

* «En comunión con Cristo nuestra paz, esperanza para el mundo, estamos más que nunca unidos a los jóvenes que sufren el mayor de los males, el que es producido por otros hombres. Estamos con los jóvenes de Gaza, estamos con los jóvenes de Ucrania, con todos aquellos cuya tierra está ensangrentada por las guerras. Mis jóvenes hermanos y hermanas, ustedes son el signo que un mundo distinto es posible, un mundo de fraternidad y amistad, donde los conflictos se afrontan no con las armas sino con el diálogo. Sí, ¡con Cristo es posible! Con su amor, con su perdón, con la fuerza de su Espíritu» 

   

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Después de este Jubileo, el 'peregrinaje de esperanza' de los jóvenes continúa y nos llevará a Asia. Les renuevo la invitación que el Papa Francisco hizo en Lisboa hace dos años: los jóvenes de todo el mundo se volverán a encontrar junto al Sucesor de Pedro para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud en Seúl, Corea, del 3 al 8 de agosto de 2027. Esta Jornada tendrá como tema: ‘Tengan valor: yo he vencido al mundo’ (Jn 16,33)» 

3 de agosto de 2025.- (Camino Católico)  Al final de la Misa Jubilar de los Jóvenes, León XIV reza el Ángelus con el millón de jóvenes reunidos en Tor Vergata. Recuerda a María y Pascale, las dos peregrinas fallecidas en los últimos días, y dirige un pensamiento a los fieles de los lugares "ensangrentados" por la guerra. Renueva su invitación a la Jornada Mundial de la Juventud 2027 en Corea del Sur y saluda a todos los jóvenes que no pudieron estar presentes en Roma. Y el Pontífice afirma: “La esperanza que habita en nuestros corazones nos da la fuerza de anunciar la victoria de Cristo Resucitado sobre el mal y sobre la muerte; y de esto ustedes, jóvenes peregrinos de esperanza, serán testigos hasta los confines de la tierra. Nos vemos en Seúl”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 

PAPA LEÓN XIV

ÁNGELUS

Tor Vergata

Domingo, 3 de agosto de 2025

Queridos hermanos y hermanas:

El Señor Jesús está presente en medio de nosotros y en nosotros, todo en todos en la Eucaristía. Unidos a Él queremos elevar un inmenso “gracias” al Padre por el don de estos días de su Jubileo. Ha sido una cascada de gracia para la Iglesia y para el mundo entero. Y lo ha sido a través de la participación de cada uno de ustedes. Por esto se lo quiero agradecer uno por uno, de todo corazón. Un particular recuerdo, mientras las encomendamos al Señor, para María y Pascale, las dos jóvenes peregrinas, una española y la otra egipcia, que nos han dejado en estos días. Agradezco a los obispos, a los sacerdotes, a las religiosas y a los religiosos, a los educadores que les han acompañado a ustedes; y también a todos aquellos que han rezado por este evento y han participado espiritualmente en él.

En comunión con Cristo nuestra paz, esperanza para el mundo, estamos más que nunca unidos a los jóvenes que sufren el mayor de los males, el que es producido por otros hombres. Estamos con los jóvenes de Gaza, estamos con los jóvenes de Ucrania, con todos aquellos cuya tierra está ensangrentada por las guerras. Mis jóvenes hermanos y hermanas, ustedes son el signo que un mundo distinto es posible, un mundo de fraternidad y amistad, donde los conflictos se afrontan no con las armas sino con el diálogo.

Sí, ¡con Cristo es posible! Con su amor, con su perdón, con la fuerza de su Espíritu. Mis queridos amigos, unidos a Jesús como los sarmientos a la vid, ustedes darán mucho fruto; serán sal de la tierra, luz del mundo; serán semillas de esperanza allí donde viven: en la familia, con sus amigos, en la escuela, en el trabajo, en el deporte. Semillas de esperanza con Cristo nuestra esperanza.

Después de este Jubileo, el “peregrinaje de esperanza” de los jóvenes continúa y nos llevará a Asia. Les renuevo la invitación que el Papa Francisco hizo en Lisboa hace dos años: los jóvenes de todo el mundo se volverán a encontrar junto al Sucesor de Pedro para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud en Seúl, Corea, del 3 al 8 de agosto de 2027. Esta Jornada tendrá como tema: «Tengan valor: yo he vencido al mundo» (Jn 16,33). Precisamente la esperanza que habita en nuestros corazones nos da la fuerza de anunciar la victoria de Cristo Resucitado sobre el mal y sobre la muerte; y de esto ustedes, jóvenes peregrinos de esperanza, serán testigos hasta los confines de la tierra. Nos vemos en Seúl; continuemos a soñar juntos, a esperar juntos.

Encomendémonos a la materna protección de la Virgen María.

Oración del Ángelus:  

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.



Últimas palabras después de la celebración:


Bueno, chicos y chicas, un saludo final.


Gracias de nuevo a todos ustedes. Gracias por la música, gracias a todos aquellos que han trabajado para preparar tantas cosas durante esta semana, durante este Jubileo.


Ya hemos dicho que la próxima cita será en Corea. Un aplauso a los numerosos coreanos presentes.


También les pido que lleven un saludo a todos aquellos jóvenes que no han podido acudir para estar con nosotros, [sobre todo] de aquellos países de los que les ha sido imposible salir. Hay muchos lugares donde los jóvenes no han podido [venir] por las razones que conocemos.


Lleven esta alegría, este entusiasmo a todo el mundo. Ustedes son la sal de la tierra, la luz del mundo. Lleven este saludo a todos sus amigos, a todos los jóvenes que tienen necesidad de un mensaje de esperanza.


Gracias de nuevo a todos ustedes. Y buen viaje.




Papa León XIV


Fotos: Vatican Media, 3-8-2025

Santa Misa, presidida por el Papa León XIV, por el Jubileo de los Jóvenes, XVIII domingo del Tiempo Ordinario, 3-8-2025

Foto: Vatican Media, 3-8-2025


3 de agosto de 2025.- (Camino Católico) Ante más de un millón de jóvenes, el Papa León XIV ha presidido, esta mañana, a las 9 horas, la santa Misa por el Jubileo de los Jóvenes, en Tor Vergata (Roma). Han concelebrado 20 cardenales, 450 obispos y 7.000 sacerdotes. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración.



En su homilía, el Papa ha asegurado que el verdadero sabor de la vida no depende de lo que acumulamos ni de lo que poseemos, sino de lo que se acoge y se comparte con alegría, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones. Y ha propuesto a los jóvenes: “Mantengámonos unidos a Cristo, permanezcamos en su amistad, siempre, cultivándola con la oración, la adoración, la comunión eucarística, la confesión frecuente, la caridad generosa, como nos han enseñado los beatos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis, que próximamente serán proclamados santos. Aspiren a cosas grandes, a la santidad, allí donde estén. No se conformen con menos”.

Homilía de Mons. José Manuel Lorca, obispo de Cartagena, y lecturas de la Misa de hoy, XVIII domingo del Tiempo Ordinario, 3-8-2025

3 de agosto de 2025.-  (Camino Católico) Homilía de Mons. José Manuel Lorca Planes, obispo de Cartagena, y lecturas de la Misa de hoy, XVIII domingo del Tiempo Ordinario, emitida por 13 TV, desde la Catedral de Murcia.

Santa Misa de hoy, XVIII domingo del Tiempo Ordinario, en la Catedral de Murcia, 3-8-2025

3 de agosto de 2025.-  (Camino Católico)  Celebración de la Santa Misa de hoy, XVIII domingo del Tiempo Ordinario, presidida por elMons. José Manuel Lorca Planes, obispo de Cartagena, emitida por 13 TV desde la Catedral de Murcia.

Misterios Gloriosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 3-8-2025

3 de agosto de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gloriosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, domingo, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero. 


Palabra de Vida 3/8/2025: «¿De quién será lo que has preparado?» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 3 de agosto de 2025, domingo de la 18ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Lucas 12, 13-21:

En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:

«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Él le dijo:

«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».

Y les dijo:

«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».

Y les propuso una parábola:

«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha.

Y empezó a echar cálculos, diciéndose:

“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”.

Y se dijo:

“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

Pero Dios le dijo:

“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.

Así será el que atesora para sí y no es rico ante Dios».

Homilía del evangelio del domingo: Quien experimenta la certeza de estar viviendo en la verdad y en la amistad con Dios sabe que es inmensamente rico y que nada, ni siquiera la muerte, puede hacerle daño / Por P. José María Prats

* «¿No debemos aspirar a la felicidad plena en este mundo? A lo que debemos aspirar en este mundo es a la alegría. La alegría procede de la experiencia del amor de Dios y, por eso, la persona alegre es siempre una persona enamorada, enamorada de Dios»


Domingo XVIII del tiempo ordinario - C

Eclesiastés 1, 2; 2,21-23  /  Salmo  89  /  Colosenses 3, 1-5.9-11  /  San Lucas 12, 13-21

P. José María Prats / Camino Católico.-  En mi opinión, uno de los mayores engaños de los hombres y mujeres de nuestro tiempo es creer, consciente o inconscientemente, que es posible alcanzar la felicidad plena aquí en la tierra y que debemos aspirar a ella.

La publicidad se encarga de alimentar este engaño bombardeando constantemente nuestros sentidos y nuestra imaginación con imágenes idílicas de personas siempre jóvenes, llenas de salud y optimismo, triunfadores en su profesión y en sus relaciones sociales y familiares, viviendo en casas preciosas con todo tipo de lujos.

Y fácilmente nos dejamos fascinar por todo esto como si fuera real y nos decimos a nosotros mismos: yo también tengo derecho a gozar de la vida y ser plenamente feliz como estas personas. Y entonces nos llenamos de amargura, de envidia y de codicia.

¿Por qué tantos matrimonios terminan en divorcio? Porque nos creemos que en la relación matrimonial todo tiene que ser perfecto y maravilloso, que nuestro amor tiene que conservar siempre el fuego y la pasión de los primeros días, que nuestro cónyuge no puede tener ningún defecto y tiene que estar siempre de acuerdo con nosotros en todo, que su familia tiene que ser perfecta... Y si esto no ocurre, nos llenamos de cólera contra él o ella porque nos está impidiendo vivir de acuerdo con ese modelo absurdo de felicidad que la sociedad y los medios de comunicación nos han inculcado.

¿Por qué hay tanta miseria en el mundo? Pues porque en el primer mundo nos hemos empeñado en construir un cielo en la tierra, lleno de seguridades, placeres y comodidades, y para ello necesitamos acumular la riqueza que otros necesitan para comer.

De hecho, el hombre del que nos habla el evangelio de hoy somos todos nosotros. ¿Acaso no desearíamos tener una cosecha extraordinaria o que nos tocara la lotería para tener nuestra vida ya “resuelta”, “asegurada”?

Pues hoy Jesús nos dice lo que dijo a aquel hombre: «Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?». Es decir, este cielo al que aspiramos aquí en la tierra es algo que no tiene fundamento, es como un castillo de fuegos artificiales que brilla por un instante y se desvanece luego sin dejar rastro. Como nos dice la primera lectura, todo esto no es más que vanidad: «¡Vanidad de vanidades, todo es vanidad!».

Entonces, ¿no debemos aspirar a la felicidad plena en este mundo? Efectivamente. A lo que debemos aspirar en este mundo es a la alegría.

En inglés, por ejemplo, felicidad se dice happiness, que procede del verbo happen, que significa suceder, acontecer. La felicidad, por tanto, depende de los hechos que acontecen en nuestra vida, y que a menudo no podemos controlar: de si tenemos buena o mala salud, de si nos aprecian o marginan en el trabajo, de si el dinero que tenemos nos alcanza para llegar a fin de mes... La felicidad se halla en la superficie de nuestra vida y va y viene según soplan los vientos.

La alegría, en cambio, habita en lo profundo de nuestro ser, depende de nosotros y no se inmuta ante las circunstancias de la vida. La alegría no es otra cosa que la certeza de estar viviendo en la verdad y en la amistad con Dios. Y quien experimenta esta certeza sabe que es inmensamente rico y que nada, ni siquiera la muerte, puede hacerle daño. La alegría procede de la experiencia del amor de Dios y, por eso, la persona alegre es siempre una persona enamorada, enamorada de Dios.

Las personas somos como el mar: a veces está revuelto y otras veces, tranquilo. A veces se producen maremotos que levantan olas gigantes y otras veces reina una calma majestuosa. Pero lo verdaderamente importante no es lo que ocurra en la superficie; lo importante, lo decisivo, es si en el fondo de nuestro mar, allí donde todo permanece en reposo, habita o no habita el Señor.

P. José María Prats

Evangelio

En aquel tiempo, uno de la gente le dijo:

 «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo». 

Él le respondió: 

«¡Hombre!, ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?». 

Y les dijo: 

«Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes».

Les dijo una parábola: 

«Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: ‘¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?’. Y dijo: ‘Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea’. Pero Dios le dijo: ‘¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?’. Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios».

San Lucas 12, 13-21

Vivamos buscando lo eterno, cultivando el alma y poniendo nuestra confianza en Dios / Por P. Carlos García Malo

 


Los Oliva Martínez, familia misionera con 14 hijos que evangeliza en Dinamarca: «Dios había hecho tantas cosas buenas en nuestra vida que queríamos anunciar ese amor donde hiciera falta»


Daniel Oliva y Gema Martínez, con sus 14 hijos en el parque de la barriada de Huelin en Málaga / Foto: Álex Zea - La opinión de Málaga

* «Lo primero es evangelizar con nuestra vida, viviendo como una familia cristiana dentro de una sociedad secularizada donde el catolicismo es una minoría y hay muchos matrimonios destruidos. Algunos pueden no entender lo de ser misionero en Dinamarca, pero es que a Dios hay que anunciarlo también en los países a los que consideramos ricos» 

Camino Católico.- Evangelizar desde la vida cotidiana y hacer presente a Dios en medio de la sociedad actual. Ése es el propósito que llevó a Daniel Oliva y a Gema Martínez, un matrimonio del barrio de Huelin de firmes creencias católicas, a dejar en 2009 la cotidianidad de su vida en Málaga para partir a Dinamarca como familia en misión. Feligreses de la parroquia de San Patricio, esta gran familia (tienen 14 hijos) vive desde entonces en la zona de las afueras de Copenhague donde, ya sea en sus trabajos o en su quehacer diario, tratan de hacer presente el Evangelio con su simple testimonio de vida en un país donde el catolicismo es minoritario, estando además al servicio de la Iglesia como catequistas y agentes de pastoral de niños, adultos y parejas jóvenes.

Los Oliva Martínez regresan todos los veranos a Málaga para pasar unos días de vacaciones con la familia y con su comunidad parroquial en su "querido" Huelin desde donde, aprovechando además que este año celebran 25 años de matrimonio, relatan a José Vicente Rodríguez en la La Opinión de Málaga el origen y la experiencia de esa singular "vida en misión".

Daniel y Gema explican que la decisión de partir hace ahora 16 años respondió a un sentimiento de "gratitud" hacia Dios, aunque fue madurada previamente durante algún tiempo para ratificar que era el camino correcto.

"¿Por qué nos fuimos? Llevábamos unos años casados y teníamos ya varios hijos, éramos felices, con los lógicos sufrimientos y problemas, como todo el mundo. Llegó un momento donde vimos que Dios había hecho tantas cosas buenas en nuestra vida que queríamos anunciar ese amor donde hiciera falta", comentan.

Ambos han vivido su fe desde jóvenes en el Camino Neocatecumenal, una realidad de la Iglesia que, entre sus carismas, incluye a familias de todo el mundo (entre ellas, varias de Málaga) que han partido en misión a donde se les ha mandado para hacer presente a la familia cristiana. Cuando Daniel y Gema se ofrecieron a ello les tocó Dinamarca y asistieron en el Vaticano a un encuentro con el entonces papa Benedicto XVI en 2008 en el que se realizó el acto de envío de todas las familias que partieron aquel año.

El matrimonio malagueño formado por Daniel Oliva y Gema Martí­nez, con sus 14 hijos en el parque de la barriada de Huelin de Málaga / Foto: Álex Zea - La opinión de Málaga

La partida (enero de 2009) implicó, lógicamente, empezar la vida prácticamente desde cero en un país y una cultura completamente diferente a la de España y sin conocer el idioma. Daniel, de entrada, dejó en Málaga un trabajo estable y bien remunerado y le costó un tiempo encontrar su primer empleo allí. Gema, por su parte, según cuenta, lo pasó mal en su proceso de aprendizaje del danés, con lo que se sentía más aislada en el día a día. Encontrar una casa en alquiler adecuada en tamaño para una familia tan extensa y que ha ido creciendo con los años ha sido también tarea ardua. De hecho, ya han pasado por cuatro desde que están en Copenhague (viven ahora en el barrio de Skovlunde).

Sin embargo, ambos señalan que durante todos estos años la "providencia" les ha acompañado en todo momento y que Dios les ha ayudado a superar los obstáculos materiales. "Hemos pasado penurias y estrecheces económicas, sí, pero nunca nos ha faltado lo básico. Ha habido meses, por ejemplo, donde no teníamos para pagar la calefacción, y pasábamos las tardes en la cocina todos juntos con un radiador, pero la experiencia que tenemos es que Dios, de un modo u otro, aparece siempre", explican.

Una vida en misión

¿Y cómo es la vida misionera de los Oliva Martínez en Dinamarca? "Lo primero es evangelizar con nuestra vida, viviendo como una familia cristiana dentro de una sociedad secularizada donde el catolicismo es una minoría y hay muchos matrimonios destruidos. Algunos pueden no entender lo de ser misionero en Dinamarca, pero es que a Dios hay que anunciarlo también en los países a los que consideramos ricos", afirman.

En cuanto a la actividad pastoral, se desarrolla en un barrio donde no existe una parroquia católica cercana, por lo que, junto a las otras familias con las que comparten misión en la zona (las hay procedentes de varios países), disponen de un local para celebrar la misa (un sacerdote les asiste) y el resto de celebraciones litúrgicas.

Se realiza además una misión evangelizadora en la plaza del barrio durante varios domingos del año, rezando los laudes (la oración matutina de la Iglesia) y cantando salmos. A veces predican por las propias casas, llamando a la puerta de los vecinos para anunciar el Evangelio. A lo largo del año, Daniel y Gema se ocupan de dar catequesis de todo tipo (jóvenes, parejas que van a casarse, familias que se acercan por primera vez a la Iglesia después de muchos años, etc) y también ayudan en el seminario de Copenhague con lo que se les requiera. Un ejemplo: su casa siempre está abierta para acoger a los seminaristas que van los domingos a comer con esta nutrida familia malagueña.

Todas estas actividades las realizan compaginándolas con sus trabajos (Daniel es conductor de un autobús de línea urbana y Gema, que durante la mayor parte de estos años se ha centrado en las tareas de casa, trabaja además ahora en un centro de mayores cuidando a personas ancianas).

Una casa que no es un "caos"

"A la casa vienen además compañeros de colegio de nuestros hijos a comer y el simple hecho de que montemos una mesa para tantas personas es un signo para ellos. Los padres nos dicen ‘¿cómo vivís, cómo lo hacéis?’ A las familias que nos han conocido les gusta venir a la casa, ven cómo vivimos, les sorprende nuestra forma de educar a los hijos,...", relatan.

Ciertamente, el hecho de ser una familia particularmente numerosa es algo que llama hoy día sobremanera la atención, ya sea en Dinamarca, en España o en cualquier sitio. Daniel y Gema afirman que sus 14 hijos (María, David, Eva, Pedro, José, Marta, Teresa, Ana, Manuel, Carmen, Juan Pablo, Miguel, Daniel y Gabriel) son "un regalo tras otro" de Dios. Siete han nacido en España y los otros siete ya en Dinamarca. La mayor tiene 23 años; el más pequeño, tres.

Sus padres señalan que, lógicamente, organizar una casa tan grande requiere de más trabajo pero rechazan la imagen estereotipada de "caos" que algunos pueden tener cuando piensan en un hogar tan numeroso. "En nuestra casa se da siempre un orden y una obediencia, pero precisamente porque se da el amor y el cariño y porque Dios está en medio", afirma Gema.

Daniel, por su parte, tiene muchas veces que responder a los que le preguntan cómo consiguen llegar a fin de mes. "Hay un dicho que afirma ‘No es más rico quien más tiene sino el que menos necesita’, y es verdad. A veces, con más dinero, también te falta. Tenemos lo que necesitamos", asevera simplemente.

Un pequeño descanso

En unos días, la familia Oliva Martínez volverá a Dinamarca, tras unas semanas en Málaga. "Es una forma de descansar mentalmente y de poder vernos con la familia y con la gente de la parroquia. Vamos a la playa, los hijos ven a los amigos... para nosotros es muy importante todo este contacto con nuestro origen porque así tomamos más conciencia de que estamos en misión" señala Gema.

Cabe destacar que, cada verano, la familia visita un día con todos los niños al hasta ahora obispo de Málaga, Jesús Catalá, que siempre ha estado al tanto de su misión (de hecho, cuando se fueron en 2009, los inscribió en el registro de misioneros de la Diócesis) y que siempre los anima espiritualmente. "Don Jesús nos ha ayudado mucho cada vez que hemos ido, y tiene un especial cariño hacia todos nuestros hijos", comentan agradecidos.

La familia malagueña Oliva Martínez, en el parque de la barriada de Huelin de Málaga / Foto: Álex Zea - La opinión de Málaga

¿Hasta cuándo estarán en la misión de Copenhague? Ellos mismos no tienen la respuesta y dicen que dejan esa decisión en manos de Dios. "Humanamente hay días que diría: ‘Me vuelvo ya’ pero la realidad es que, mientras que no tengamos impedimentos reales (porque Dios habla también en los acontecimientos) creemos que nuestro sitio está allí. Y también vemos que nuestros hijos, aunque les encanta venir siempre a Málaga, están felices. Y eso es también lo importante para nosotros", afirma Daniel.