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sábado, 22 de febrero de 2025

Osmanys: «Mi familia era atea y cuando de niño iba a misa me daban una paliza; robé, fui encarcelado, tengo cáncer, pero me he bautizado católico: Tenemos siempre al Señor, en los malos y en los buenos momentos»


«Cuantos más golpes me daban, más fuerza cogía para volver a la iglesia», asegura Osmanys

* «Recibir el Bautismo, con la absolución sacramental, la Confirmación y la Eucaristía fue algo único; más para uno de fuera que ha sufrido tanto para llegar a esto. Cuando añoras algo desde pequeño y has pasado dificultades, esto es un regalo de Dios»

Camino Católico.- «Siempre hay que mirar los buenos momentos y asumir los errores, bastante complicados, las cosas de las que tal vez no nos sintamos orgullosos». En la vida de Osmanys, como le sucedía a san Pablo, hay un aguijón que le atormenta. Y a él se refiere de forma recurrente en nuestra larga conversación.

Su gran buen momento, sin duda el mejor, llegó el pasado sábado, 1 de febrero, cuando recibió de manos del obispo auxiliar de Madrid José Antonio Álvarez los sacramentos de la iniciación cristiana. Su tormento, cuando se dedicó a robar, hechos por los que ha pasado poco más de un año en la cárcel.

Entremedias, una historia de anhelo profundo del Señor desde que era un niño; una infancia «que en realidad no tuve» porque enseguida tuvo que trabajar en su Cuba natal, y unos años de dedicación profesional a personas mayores en residencias de ancianos como auxiliar de enfermería, ya en España.

«Se tuerce todo cuando cometí errores» asegura a B. Aragoneses en Infomadrid. Cuando por los problemas económicos y los amigos inadecuados «me metí a robar en casas de gente pudiente». En la cárcel «reflexioné todo esto; ni me lo podía creer de mí mismo, una persona que lo ha tenido todo…». «Y es doloroso, porque estás haciendo daño a otras personas; me arrepiento mucho, me gustaría dar marcha atrás, pero…». Pidió perdón, aunque hubo quienes no se lo aceptaron.

Las manos  de Osmanys durante la entrevista

Apaleado por ir a la iglesia

Osmanys es el pequeño de seis hermanos, nacido en un pueblecito pequeño cercano al municipio cubano de Haiti. El nombre le viene de la cantidad de haitianos que recalaban allí como emigrados. Se trajeron, entre otras cosas, las prácticas de la santería, un mundo al que se acercó su familia, por otro lado radicalmente atea militante. «Pero yo me decanté por la Iglesia, desde pequeño».

No fue fácil esta opción suya, «lo pasaba mal» porque sus hermanos, que eran unos «lengüinos», cada vez que iba a la iglesia se lo decían a sus padres. «Y al volver, la "golpiza"». Que en ocasiones eran verdaderos martirios, como cuando le obligaban a ponerse de rodillas encima de latas de cerveza hasta que las arandelas le hacían sangre. «Pero cuantos más golpes me daban, más fuerza cogía para volver a la iglesia».

Osmanys pasó directamente de niño a hombre «porque no tuve infancia», se puso enseguida a trabajar sembrando arroz, y cuánta caña de azúcar no habrá comido como único alimento para poderse pagar sus estudios. «Yo he pasado hambre».

Osmanys ante una imagen de la Virgen de la Almudena

Licenciado en Economía por su país, siempre había sentido una especial predilección por el mundo sanitario. Por eso al llegar a España, hace ya 20 años, se sacó el título de auxiliar de enfermería.

Toda la vida estuvo bien de salud Osmanys hasta que «de pronto un dolor, una inflamación en el abdomen» y le diagnostican cirrosis hepática y tumor en el hígado para el que está en espera de tratamiento experimental, no quimio. Un cáncer «y es como si se te viniera todo abajo». Por eso, la trabajadora social del centro penitenciario le puso en contacto con las Misioneras de la Caridad del Paseo de la Ermita del Santo. «Aquí llevo un mes y dos días».

«El primer día me costó mucho, lo veía todo fatal». Pero ahora «me siento como en casa». El bloqueo inicial no le impidió pedir nada más llegar el Bautismo. Osmanys es un hombre acostumbrado a ir a Misa los domingos «porque ese deseo yo siempre lo he tenido; cuando tienes hambre de algo, tratas de llenarte». Y por eso, también en España, como cuando era un niño en Cuba, seguía yendo a la iglesia, «mi momento, mi paz; te llenan las palabras del padre, estar con personas que sabes que creen, que sabemos que tenemos siempre al Señor, en los malos y en los buenos momentos».

Osmanys al ser diagnosticado de cáncer pidió ser bautizado 

Vuelve el aguijón: «He estudiado y he trabajado, pero mira la tentación por dónde me ha llevado; cuando a veces nos alejamos del Señor, el diablo está acechando». Para ayudar a sus hermanos, dice, cometió «el error». Ahora, «échate la película, ellos, gente estudiada pero como el ganado cuando come hierba, tozudos». Tanto, que «les hablas del Señor y es como si te colgaran el teléfono».

De nuevo el suplicio: «Me pregunto cómo caí en ese error. Es muy duro. Porque cuando entras en una casa, no sabes quién hay dentro. Puedes irte tú o te puedes llevar a alguien por delante». Y se asoma el dolor a sus ojos en forma de lágrimas: «O puede haber niños». El gran aguijón. El miedo a qué hubiera pasado en alguna de esas si hubiera habido críos; «no por mí, pero los que andaban conmigo…».

Osmanys está ahora en la casa de las Misioneras de la Caridad

Día de fiesta

Pero la historia de Osmanys es de resurrección. Noche oscura y tres sacramentos de golpe. Ir hablando con el sacerdote que lo ha acompañado en este camino, Pedro José Lamata, fue lo más consolador. «Te estás liberando de un gran peso; cuando vas liberado de toda carga, lo demás te entra como un chute». Después, el Bautismo (con la absolución sacramental), la Confirmación y la Eucaristía. «Para mí, algo único; más para uno de fuera que ha sufrido tanto para llegar a esto». Y añade: «Cuando añoras algo desde pequeño y has pasado dificultades, esto es un regalo de Dios».

Lo vivió Osmanys ese día con auténtica emoción. Vestía traje de fiesta, también por fuera, que nunca se había puesto tan elegante —con ropa prestada—. «Me vestí, me iba al espejo, volvía a la habitación, de nuevo al espejo, nervioso». Allí estaban sus padrinos, Helena y Juan, y el obispo auxiliar de Madrid José Antonio Álvarez, «tan cercano, una persona impresionante».

En lo que lleva de nuevo cristiano, Osmanys ha comulgado todos. Nunca lo había hecho, claro, y sentía curiosidad. Resume conciso, contundente y sin rodeos: «Es fenomenal».

Reconocer la presencia de Dios en su vida

Osmanys es ahora Osmanys de la Caridad, su nombre bautismal. Lo resalta especialmente el obispo auxiliar: «La caridad de Cristo en su Iglesia a través de diferentes personas y acontecimientos, y al fin con las Misioneras, le han hecho reconocer la presencia de Dios». A José Antonio Álvarez le llamó especialmente la atención la «admiración, ilusión, la novedad con la que vivió la celebración». Osmanys «tenía los ojos radiantes» —él mismo confiesa que lloró un montón— y el corazón «bien dispuesto» para vivir el encuentro con el Señor.

Hizo especial énfasis el obispo auxiliar en el salmo proclamado ese día, «bendito sea el Señor, Dios de Israel, que ha visitado a su pueblo» y se refirió a cómo Dios ha ido acompañando a Osmanys, «su vida y su historia, aun cuando no era consciente, y le hace reconocer que Dios es bendito porque visita y acompaña; la bendición plena llega por la participación de su misma Vida».

Por último, afirma que la acogida de un nuevo miembro en la Iglesia es un signo de que esta es Madre, que reconoce a un hijo después de «tantos sufrimientos, soledades y abandono». «Esto es manifestación de lo que estamos llamados a vivir: anunciar el Evangelio y acoger a todos; ser Buena Noticia para el mundo». Y así, «una persona muy sufriente recobra el gozo de vivir».

lunes, 21 de marzo de 2022

Fiona, 20 años: «Descubrí a Dios a través del cariño de mis amigos. Recibí el Bautismo, la Confirmación y la Primera Comunión»

 


Camino Católico.- Cuando Fiona nació, sus padres decidieron no bautizarla y que, cuando fuera mayor, decidiera ella para que la fe no fuera algo impuesto, sino querido y elegido por ella si era el caso. Fue a un colegio religioso, con el fin de que pudiera recibir formación cristiana y estar en condiciones de decidir después si seguirla, o vivir al margen de ella. Fiona tiene 20 años y en un vídeo testimonio del Opus Dei explica que “descubrí a Dios a través del cariño de mis amigos. Recibí el Bautismo, la Confirmación y la Primera Comunión”.

Creció y se fue de Gandía a estudiar Enfermería a la Universidad de Navarra. Fue un momento muy difícil para Fiona, porque acababa de perder a una persona cercana a la que quería con locura.

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viernes, 29 de julio de 2011

Ely, madre que abortó a los 19 años: “Recibí los sacramentos y el amor misericordioso de Dios hizo maravillas en mí”

* ”Conocí a un sacerdote que por primera vez después de 15 años me dijo lo que me pasaba. Este sacerdote descubrió que el mal que me afectaba era que interiormente yo estaba recordando siempre a mi hijito abortado, como no había hablado de eso, lo había guardado, pero mi cuerpo y mi alma sufrían… Lo primero que me preguntó es si quería bautizarme, porque yo no había recibido ningún sacramento. Me bauticé al día siguiente. En una misa recibí mi primera comunión. Desde ese momento y por un período de un año el sacerdote no me dejó sola”

*” Hoy puedo reír, disfrutar la vida en los más mínimos detalles. He recuperado la alegría de vivir. El haberme perdonado me ha permitido también perdonar, porque aprendí a amarme y quien se ama a sí mismo es capaz de amar al prójimo"

29 de julio de 2011.- (Ely / Proyecto Esperanza) Por primera vez, quisiera compartir una de las experiencias más dramáticas que una mujer puede vivir, como es la de abortar, es decir, matar a su propio hijo. Tenía 19 años cuando me entero de mi embarazo. Fue a finales del mes de noviembre. Me encontraba terminando mi último año de una Carrera Profesional. Me asusté muchísimo, a pesar de que mi pololo tomó esta noticia como algo maravilloso, se sintió papá de inmediato, soñaba con su hijo y, trataba de tranquilizarme. Él siempre estuvo muy feliz puesto que me embaracé después de volver a estar juntos habiéndonos separado 8 meses. Fue tanta la alegría de estar nuevamente los dos unidos que no tomamos ninguna precaución, aunque siempre era él que me estaba cuidando, pero en ese momento no pensamos en nada más que estar juntos. Leer más...

miércoles, 8 de junio de 2011

Los niños José Luis y María al tomar su primera Comunión: "Hemos leido la biblia en español y ucraniano"

8 de junio de 2011.-Emoción a flor de piel en la primera comunión de José Luis y María en la iglesia de San Pedro de Murcia, España…Sus padres no podían aguantar las lágrimas en el momento en el que los dos hermanos reciben por primera vez el cuerpo de Cristo. Un momento emotivo que se repite cuando los pequeños les entregan flores como símbolo de su amor hacia ellos…Hoy es el gran día, pero tras él, hay semanas de preparativos.

Durante la catequesis, fundamental para poder llegar hasta aquí, en las reuniones con el sacerdote previas al gran día......y también en casa. José Luis y María han sido educados en la fe... Más de dos años de formación en los que juntos han aprendido el significado que tiene para un cristiano tomar la primera comunión. Nosotros, les hemos visitado en su casa de Murcia en los días previos, y nos han demostrado que llegan a este momento perfectamente preparados...José Luis y María explican: “tomamos el cuerpo del señor.... Jesús murió el viernes santo y el domingo santo resucitó, en navidad celebramos que Jesús nació…” Los dos niños nacieron en Ucrania... Tras 3 años en España nos cuentan su aventura desde su país de origen hasta su llegada a la capital murciana. Un tiempo en el que no han olvidado sus raíces: “Nos bautizamos en Ucrania y también aquí.Hemos leido la biblia en español y ucraniano”.

A pesar del año y medio que les separa, hoy, la iglesia de San Pedro de la capital murciana es el escenario en el que estos dos hermanos compartan la ilusión, los nervios, y la alegría de un día tan especial en sus vidas...A partir de ahora, Jesús está en sus corazones. Los dos pequeños dan testimonio en el vídeo que ofrecemos de que su primera Comunión no será la última porque han interiorizado su relación con Jesucristo incluso habiendo leído la biblia. Ver vídeo...