22 de diciembre de 2021.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, miércoles de la 4ª semana de Adviento, presidida por el P. Jesús Luis Sacristán, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
Evangelio: San Lucas 1, 46-56:
En aquel tiempo, María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, “se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava”.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia” – como lo había prometido a “nuestros padres” – en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
El reportaje de 43 minutos ha sido dirigido por Marta Sanz Lovaine, periodista con catorce años de experiencia como reportera y coordinadora de la sección de sanidad en Antena 3 TV y posteriormente durante once años como productora de televisión temática en el ámbito científico.
Quique Mira cuenta su testimonio en una entrevista realizada por el canal de YouTube de Nuclium
* «Creo que es necesario que cuando uno ha descubierto quién es el maestro del amor lo comparta. Yo no comparto la relación con María para que la gente crea que tenemos una relación perfecta, para nada, sino que hemos encontrado el significado de tener una relación de tres, con Dios en el centro, porque partimos de una experiencia personal con Él»
Vídeo-testimonio de Pablo Sanz, emitido por 13 TV el 8 de diciembre, la Inmaculada Concepción, día en que concluía el año de San José, a quien ha dedicado una canción, que estrena en directo en el programa Iglesia al día. Pablo cuenta su deseo de aprender de San José para crecer en santidad y en su relación con Dios y con los demás
* «En esta búsqueda constante de la Santidad en medio del mundo, en las actividades cotidianas me pierdo constantemente. Me veo muy limitado como para responder a la llamada de Dios y muchas veces eso me desanima. El orgullo domina mi vida tantas veces…y casi siempre bajo capa de bien. Ahí es donde está el reto de mi relación con Dios, cambiar la mirada, dejar de mirar mi respuesta y mirar su llamada, dejar de mirar cómo amo a Dios y mirar más cómo Él me ama. Dejar de querer “hacer” y empezar a dejarme “hacer”. Es un juego de confianza, de fe, porque aun conociendo mi pequeñez Dios cuenta conmigo. Si Dios es así conmigo, también lo quiere ser con todo el mundo. Su Amor está esperando a todo el mundo»
Evangelio: San Lucas 1, 39-45:
En aquellos días, María se levantó y se puso en camino deprisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».
Evangelio: San Lucas 1, 26-38:
En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.