* «En los últimos días, fuertes lluvias torrenciales han azotado Europa Central y Oriental, causando muertos, desaparecidos y cuantiosos daños. Austria, Rumanía, la República Checa y Polonia, en particular, tienen que hacer frente a los trágicos inconvenientes causados por las inundaciones. Aseguro a todos mi cercanía, rezando especialmente por los que han perdido la vida y por sus familias»
Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma
* «Al inicio de un nuevo año escolar os invito, queridos jóvenes, especialmente a los alumnos del Instituto Cristo Rey de Roma, a vivir el compromiso del estudio como una oportunidad para desarrollar los talentos que el Señor os ha confiado para bien de todos. Que la Virgen de los Dolores, a quien recordamos en la liturgia de hace unos días, os ayude, queridos enfermos y ancianos, a captar en el sufrimiento y en las dificultades la llamada a hacer de la existencia una misión para la salvación de nuestros hermanos y hermanas y os sostenga. Queridos esposos -hoy soy muchos-, acoger el trabajo y las cruces cotidianas como oportunidades de crecimiento y de purificación de vuestro amor»
18 de septiembre de 2024.- (Camino Católico) En la audiencia general, Francisco ha vuelto sobre los pasos de su 45º Viaje Apostólico, que tuvo lugar del 2 al 13 de septiembre en Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur, y dijo a los fieles que había encontrado una Iglesia grande y viva, que no hace proselitismo, sino que crece por «atracción». «Pude ver cómo la fe, la fraternidad y la compasión son el camino para anunciar a Cristo», afirma el Pontífice. En Papúa Nueva Guinea un modelo de desarrollo integral, animado por la «levadura» del Evangelio.
Al final de la audiencia general, un nuevo llamamiento de Francisco para no olvidar Palestina, Israel, Ucrania y Myanmar «y tantos lugares donde hay guerras feas». También ha rezado por los afectados por el temporal en Europa central y oriental y ha animado a las comunidades católicas y a los voluntarios que participan en las tareas de socorro. En el Día Mundial de la Lucha contra el Alzheimer se reza por las perspectivas de una pronta curación de la enfermedad. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro
Miércoles, 18 de septiembre de 2024
Catequesis. El viaje apostólico a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy les hablaré del viaje apostólico que realicé a Asia y Oceanía.
Se llama “viaje apostólico” porque no es un viaje de turismo, es un viaje para llevar la Palabra del Señor, para dar a conocer al Señor, y también para conocer las almas de los pueblos. Y esto es muy hermoso.
Fue Pablo VI, en 1970, el primer Papa que voló al encuentro del sol naciente, visitando largamente Filipinas y Australia, pero también haciendo escala en varios países asiáticos y en las islas Samoa. ¡Y fue un viaje memorable! Porque el primero en salir del Vaticano fue San Juan XXIII, que se fue en tren a Asís; posteriormente, San Pablo VI hizo este: ¡un viaje memorable! También en esto, intenté seguir su ejemplo; pero como tengo algunos años más que él, me limité a cuatro países: Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. ¡Doy gracias al Señor, que me permitió hacer como Papa anciano lo que me hubiera gustado hacer como joven jesuita, ¡porque quería ir en misión allí!
Una primera reflexión que surge espontáneamente tras este viaje es que, al pensar en la Iglesia, todavía seguimos siendo demasiado eurocéntricos o, como se suele decir, «occidentales». Pero en realidad, la Iglesia es mucho más grande, mucho más grande que Roma y Europa, mucho más grande, y – permítanme decirlo - mucho más viva en esos países. Lo experimenté con emoción cuando conocí esas comunidades, escuchando los testimonios de sacerdotes, monjas, laicos, especialmente catequistas – los catequistas son los que llevan adelante la evangelización - Iglesias que no hacen proselitismo, sino que crecen por «atracción», como decía sabiamente Benedicto XVI.
En Indonesia, los cristianos son aproximadamente el 10%, y los católicos el 3%, una minoría. Pero lo que encontré fue una Iglesia viva, dinámica, capaz de vivir y transmitir el Evangelio en un país que tiene una cultura muy noble, proclive a armonizar la diversidad, y que al mismo tiempo cuenta con la mayor presencia de musulmanes del mundo. En ese contexto, tuve la confirmación de cómo la compasión es el camino por el que los cristianos pueden y deben caminar para dar testimonio de Cristo Salvador y encontrarse al mismo tiempo con las grandes tradiciones religiosas y culturales. En cuanto a la compasión, no olvidemos las tres características del Señor: cercanía, misericordia y compasión. Dios es cercano, Dios es misericordioso y Dios es compasivo. Si un cristiano no tiene compasión, no sirve para nada. «Fe, fraternidad, compasión» fue el lema de la visita a Indonesia: con estas palabras el Evangelio entra cada día, concretamente, en la vida de ese pueblo, acogiéndola y dándole la gracia de Jesús muerto y resucitado. Estas palabras son como un puente, como el paso subterráneo que une la catedral de Yakarta con la mezquita más grande de Asia. Allí vi que la fraternidad es el futuro, es la respuesta a la anti-civilidad, a las tramas diabólicas del odio y de la guerra, también del sectarismo. Existe la hermandad, la fraternidad.
Encontré la belleza de una Iglesia misionera, “en salida”, en Papúa Nueva Guinea, un archipiélago que se extiende hacia la inmensidad del océano Pacífico. Allí, las diferentes etnias hablan más de ochocientas lenguas: un entorno ideal para el Espíritu Santo, al que le gusta hacer resonar el mensaje del Amor en la sinfonía de los lenguajes. No es uniformidad lo que hace el Espíritu Santo, es sinfonía, es armonía, Él es el “patrón”, Él es el jefe de la armonía. Allí, de manera especial, los protagonistas fueron y siguen siendo los misioneros y los catequistas. Me alegró el corazón poder pasar algún tiempo con los misioneros y catequistas de hoy; y me conmovió escuchar las canciones y la música de los jóvenes: en ellos vi un futuro nuevo, sin violencia tribal, sin dependencias, sin colonialismo ideológico y económico; un futuro de fraternidad y de cuidado del maravilloso ambiente natural. Papúa Nueva Guinea puede ser un «laboratorio» de este modelo de desarrollo integral, animado por la “levadura” del Evangelio. Porque no hay humanidad nueva sin hombres y mujeres nuevos, y éstos sólo los hace el Señor. Y también me gustaría mencionar mi visita a Vanimo, donde los misioneros se encuentran entre la selva y el mar. Entran en la selva para buscar a las tribus más escondidas…Un recuerdo precioso, éste.
La última etapa de este viaje fue Singapur. Un país muy diferente de los otros tres: una ciudad-estado, muy moderna, el polo económico y financiero de Asia y no solo. Los cristianos allí son una minoría, pero siguen formando una Iglesia viva, comprometida a generar armonía y fraternidad entre las diferentes etnias, culturas y religiones. Incluso en la rica Singapur existen los «pequeños», que siguen el Evangelio y se convierten en sal y luz, testigos de una esperanza más grande de aquella que los beneficios económicos pueden garantizar.
Quisiera dar las gracias a estos pueblos que me han acogido con tanto calor, con tanto amor. Quiero dar las gracias a sus Gobiernos, que tanto han ayudado en esta visita, para que pudiera realizarse de forma ordenada, sin problemas. Doy las gracias a todos los que han colaborado en ello. ¡Agradezco a Dios el don de este viaje! Y renuevo mi gratitud a todos, a todos ellos. ¡Que Dios bendiga a los pueblos que he encontrado y los guíe por el camino de la paz y de la fraternidad!
¡Saludos a todos!
Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy quiero compartir con ustedes algunas vivencias del viaje apostólico que realicé en Asia y Oceanía. Allí me encontré con comunidades que dan testimonio de una Iglesia en salida, una Iglesia viva y alegre. En Indonesia pude ver cómo la fe, la fraternidad y la compasión son el camino para anunciar a Cristo y establecer puentes con las grandes tradiciones religiosas y culturales. En Papúa Nueva Guinea fui testigo de la gran labor de los misioneros y catequistas que, con la fuerza del Espíritu Santo, transmiten la alegría del Evangelio a grupos étnicos que hablan más de ochocientas lenguas.
Quiero recordar de alguna manera a los misioneros de Vanimo, que están entre el mar y la selva, y que continuamente entran en la selva para llegar a las tribus mas lejanas.
En Timor Oriental la Iglesia es un instrumento de paz y reconciliación, llamada a promover la relación entre fe y cultura. Es un pueblo joven que, aun probado por el sufrimiento, no deja de sonreír. Fue muy hermoso ver la sonrisa de los niños. La última etapa del viaje fue Singapur, un país moderno y próspero, donde los cristianos constituyen una minoría, pero que son sal y luz, testimoniando que hay una esperanza mucho más grande de aquella que los beneficios económicos pueden ofrecer.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Agradezco al Señor por el don de la visita a Asia y Oceanía, así como a todas las personas que me han acompañado con sus oraciones. También renuevo mi gratitud a las autoridades y a las Iglesias locales que me han acogido con tanto entusiasmo. Que Jesús los bendiga, los guíe por caminos de paz y fraternidad, y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.
En otras lenguas el Santo Padre ha manifestado:
En los últimos días, fuertes lluvias torrenciales han azotado Europa Central y Oriental, causando muertos, desaparecidos y cuantiosos daños. Austria, Rumanía, la República Checa y Polonia, en particular, tienen que hacer frente a los trágicos inconvenientes causados por las inundaciones. Aseguro a todos mi cercanía, rezando especialmente por los que han perdido la vida y por sus familias. Agradezco y animo a las comunidades católicas locales y a otras organizaciones de voluntarios por la ayuda y el socorro que están aportando.
El próximo sábado, 21 de septiembre, es el Día Mundial del Alzheimer. Recemos para que la ciencia médica pueda ofrecer pronto perspectivas de cura para esta enfermedad, y para que se realicen más y más acciones adecuadas para apoyar a los enfermos y a sus familias.
Por último, mi pensamiento se dirige a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos y a los recién casados. Al inicio de un nuevo año escolar os invito, queridos jóvenes, especialmente a los alumnos del Instituto Cristo Rey de Roma, a vivir el compromiso del estudio como una oportunidad para desarrollar los talentos que el Señor os ha confiado para bien de todos. Que la Virgen de los Dolores, a quien recordamos en la liturgia de hace unos días, os ayude, queridos enfermos y ancianos, a captar en el sufrimiento y en las dificultades la llamada a hacer de la existencia una misión para la salvación de nuestros hermanos y hermanas y os sostenga. Queridos esposos -hoy soy muchos-, acoger el trabajo y las cruces cotidianas como oportunidades de crecimiento y de purificación de vuestro amor.
Y luego, queridos hermanos y hermanas, oremos por la paz: no olvidemos que la guerra es una derrota. No nos olvidemos de Palestina, de Israel, no nos olvidemos de la martirizada Ucrania, de Myanmar y de muchos lugares donde hay guerras, guerras feas. Que el Señor dé a todos un corazón que busque la paz para vencer la guerra que siempre es una derrota.
¡Mi bendición para todos!
Francisco
Fotos: Vatican Media, 18-9-2024