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miércoles, 4 de diciembre de 2024

José Cabrera, psiquiatra forense: «Si hubiera que elegir entre la fe y la ciencia, me quedo con la fe. Ni se vive ni se muere igual creyendo en Dios que no creyendo en Dios»


El psiquiatra y médico forense, José Cabrera / Foto: José María Visiers

* «Cuando, como en mi caso, uno tiene los dos componentes, la ciencia –soy médico y vivo en la realidad dura de cada día– y la creencia en una religión, en un Dios que te vincula, las cosas son aún más fáciles que cuando solo tienes ciencia o solo tienes fe. Para muchos, la religión es magia. Pero para mí, lo que es ‘mágico’ es que el corazón lata noventa años sin parar nunca. Y, según mi razonamiento, esa ‘magia’ viene de un ser divino que se ha revelado y me ha dicho a mí: ‘Eres algo importante’»

 Vídeo de la ACdP en el que el doctor José Cabrera es entrevistado

* «A Dios hay que sentirlo, y hay que conducirse en la vida dando ejemplo, porque las palabras convencen, pero los ejemplos arrastran. En quien se acerca a Dios, ¿puede haber una intervención divina? Por supuesto. ¿Puede haber Alguien que te ha soplado algo a la oreja? Por supuesto. ¿Puede darse esa influencia divina directa? Por supuesto. Yo tengo amigos que se han convertido, y esa conversión, ¿de dónde nace? ¿de la mente? ¿de la experiencia? o ¿hay algo más? Definitivamente, no puede ser solo de la razón, tiene que haber algo más: un influjo de Dios, que decide que en ese momento tenga fe. Porque la fe es un don gratuito: yo no puedo pelear por tener fe; o me la dan o no la tengo. La fe es un don gratuito y sobrenatural. Obviamente, aquí hablo como hombre de fe, no como científico»

Camino Católico.- Es el psiquiatra forense más conocido de España. Y no solo porque lleve décadas apareciendo en los platós de televisión para analizar los casos criminales más mediáticos, sino sobre todo por la libertad de espíritu que exhibe a la hora de exponer sus argumentos. Aunque tal vez lo más llamativo es que después de haber examinado cara a cara a los peores criminales, y con más de setecientas autopsias en su haber –algunas, de casos realmente estremecedores–, el doctor José Cabrera (Madrid, 1956) sigue reconociendo que ni el mal ni el dolor le han hecho perder su fe en Dios. Lo entrevista José Antonio Méndez en el último número La Antorcha, la revista gratuita de la ACdP.

 –¿Puede la ciencia abarcar cuestiones que están más allá de la materia, como la existencia del alma, el bien o el origen del mal?

–Para la ciencia hay unos límites que son rígidos, porque la ciencia necesita evidencias, y la evidencia en el mundo de lo inmaterial no existe. Existe el sentimiento, la emoción, la intuición, la presunción… De modo que para la ciencia es terrible enfrentarse a lo inmaterial, porque está encorsetada en argumentos técnicos: existe el átomo, el aire, el fuego, las reacciones químicas… Pero, a pesar de eso, la ciencia está obligada, incluso moralmente, a entender «lo que técnicamente no existe». Por tanto, la ciencia solo conoce cosas en un muy estrecho margen, pero el gran mundo de lo que no se conoce es muy superior, y por ese motivo la ciencia está abocada a entenderse con lo inmaterial: con los sentimientos, las creencias, aquello que está en el corazón y no en el cerebro. Cuando, como en mi caso, uno tiene los dos componentes, la ciencia –soy médico y vivo en la realidad dura de cada día– y la creencia en una religión, en un Dios que te vincula, las cosas son aún más fáciles que cuando solo tienes ciencia o solo tienes fe.

–¿Y hay alguno que sea más importante que otro para la vida de la persona?

–Si hubiera que elegir entre la fe y la ciencia, me quedo con la fe. A estas alturas, el sentimiento es lo que me mueve, sin perder de vista el razonamiento. Yo no puedo ir por la vida con uno de los ojos cerrados, porque me doy un golpe. Así que compaginar la ciencia y la fe es lo que me da la ilusión de vivir. El hombre de ciencia está obligado a demostrarlo todo y el hombre de fe no tiene que demostrar nada; el hombre de fe no tiene que estar explicando si Dios existe o no, si cree o no cree, porque la fe es un sentimiento profundo del corazón, igual que uno cree en su mujer, en su novia, en su padre, en un amigo, en la lealtad, en la justicia… eso no tienes que demostrarlo. Lo que sí tienes que demostrar es que el átomo tiene electrones. A mí me ocurre como a Chesterton: a él no le importaba que hubiera hombres o mujeres que no creyeran en Dios; lo que le importaba es que el que no cree en Dios es capaz de creer en cualquier cosa. Ese es el problema.

–¿Qué es lo más complicado para que un médico forense mantenga la fe?

–La ciencia te erosiona, no solo la fe, sino también el sentimiento. Porque si todo lo buscas con ciencia, el sentimiento va en retirada. La parte más complicada para un psiquiatra forense que se ha pasado la vida haciendo autopsias, viendo asesinos y visitando cárceles, es «el silencio de Dios». Lo más duro es cuando estás con alguien que ha matado a cuatro personas, sin sentido alguno, o con un terrorista, o haciendo la autopsia de un padre, una madre y cuatro hijos que han muerto porque un camión se ha salido de la carretera, y escuchas por dentro un grito que te dice: «Pero ¿Dios existe?» Y tienes que tratar de entender que, a lo mejor, eso tiene un sentido. El silencio de Dios es la parte más dura para un hombre de ciencia como yo.

–Y eso ¿cómo se salva?

–Entregándote. Aceptando que, aunque no lo comprendas, eso tiene un sentido divino. Tienes que aceptar que una muerte horrible, un asesinato, un crimen, una injusticia, tiene que tener sentido. Porque Dios da la libertad de obrar, y el ser humano con esa libertad hace lo que le apetece. Si yo fuera solo materialista, y no tuviera fe, esto sería inllevable.

José Cabrera, durante su entrevista / Foto: José María Visiers

–¿Podemos encontrar argumentos científicos que prueben la existencia del alma?

–Cuando uno se pregunta (yo lo he hecho muchas veces) sobre la base científica de la evidencia del alma o de lo inmaterial, del alma como espíritu, lo primero es diferenciar bien. Porque muchas veces se confunde el alma con el pensamiento, la inteligencia o la emoción. Y el alma es otra cosa: es la esencia inmaterial del ser humano individual. Es importante entender que el alma es una cosa y los factores psicológicos son otra. Para justificar su existencia no existe ningún argumento técnico o científico que se pueda utilizar. Es, en el fondo, un acto de fe: igual que crees en el amor de tu mujer o de tu hijo. Entender el alma es como tirarse al vacío… pero sabiendo que hay una red, aunque no la hayas visto. Intentar entender su existencia con argumentos técnicos es algo abocado al fracaso. El alma está y se siente, pero no se puede medir.

–Entonces, más que pruebas, ¿podríamos decir que hay indicios de su existencia?

–Correcto. El indicio, en el caso de la existencia del alma, lo vemos cuando hablamos con cada persona. Cuando hablo con alguien que me explica un dolor en su familia, una depresión, un hijo con un trastorno bipolar, un hijo con drogodependencia… y veo cómo sufre, estoy viendo más que una cabeza y unas lágrimas. Cuando hablo con una persona que ha matado a tres porque en una reyerta «se le fue la mano porque se calentó», que es algo que oigo todos los días en las cárceles, y hablo con esa persona, no es meramente una suma de memoria, inteligencia, afectividad, voluntad o una infancia horrorosa: como científico compruebo que hay algo más, algo que une todo, un principio inmaterial. Eso es el alma. Un teólogo lo explicaría de otra manera, pero desde la ciencia solo podemos hablar de un principio inmaterial del que hay indicios, pero no pruebas.

¿Qué opinión le merecen las experiencias próximas a la muerte?

–Son el último argumento del que no cree en Dios, pero quiere creer: «Hay alguien que estuvo a punto de morir, o que murió clínicamente, pero resucitó de alguna manera a través de la resucitación cardiopulmonar, y vio un túnel, una luz, se vio a sí mismo en el quirófano, oyó voces…». Estos son argumentos maravillosos para la gente que, queriendo creer, no cree. Pero es un argumento falaz, porque el cerebro, cuando entra en anoxia, en el fracaso cardíaco, elabora ilusiones, alucinaciones y sensaciones que, cuando despierta, cree que las ha vivido. «No, es que yo me vi en la mesa del quirófano y te puedo relatar frases» … Todo eso son sensaciones neurológicas puras y duras. No se toca a Dios cuando has muerto y te han resucitado a los tres minutos con el cardio-shock. Definitivamente, no. Desde el punto de vista neurológico, técnico, psiquiátrico y científico, lo que hay es anoxia y estados especiales del cerebro.

–Sin embargo, hay casos en los que personas que pasan por esas experiencias narran sucesos que ocurrían lejos de donde estaban, y que se demostraron ciertos…

–Es cierto que hay ocasiones en que un paciente te cuenta algo que no acabas de entender con los argumentos técnicos y científicos. Y entonces surge la duda de si realmente serán como esbozos de ese otro mundo que hay más allá de la materia. Yo no me cierro a que haya experiencias que no sean explicables por la neurología o la psiquiatría, sino que encierren algo más. Pero no quiero entrar en el bazar de la magia.

–¿A qué se refiere?

–A que, para muchos, la religión es magia. Pero para mí, lo que es «mágico» es que el corazón lata noventa años sin parar nunca. Y, según mi razonamiento, esa «magia» viene de un ser divino que se ha revelado y me ha dicho a mí: «Eres algo importante».

–¿Cómo es su relación con la muerte?

–Tengo una buena relación, porque cuando Caronte atraviesa la laguna Estigia lleva un secretario, y ese soy yo. Me he pasado la vida entre muertos: habré hecho setecientas autopsias, no sé a cuánta gente he visto morir, se me han suicidado pacientes… La muerte es una compañera de viaje, casi una amiga, que me recuerda que no sé si mañana voy a vivir o no.

–Usted ha tenido que tratar con personas realmente malvadas. ¿Qué razones existen para que una persona se convierta en un criminal?

–Esa es la pregunta del millón, sobre todo para esas personas que ven muchas series de televisión sobre crímenes, como CSI, en las que todas las forenses son rubias y están macizas, y los forenses son como Superman, aunque la realidad es que somos gente normalísima. Bromas aparte, habré investigado y explorado personalmente, cara a cara, a unos setecientos homicidas: terroristas, yihadistas, grapos, etarras, asesinos múltiples… todo tipo de sujetos que han hecho maldades horrorosas. Y todos, todos, fueron en algún momento un bebé. Y un bebé no puede ser malo. Es decir, que el mal no se lleva en el ADN. En el ADN llevamos unas instrucciones para que ese bebé nazca y vaya creciendo, pero ese crecimiento se hace en un caldo de cultivo, en un entorno. Y si el árbol crece torcido, se irá torciendo cada vez más; y si crece recto, tenderá a mantenerse recto. Por tanto, lo que he concluido es que no creo para nada que el mal sea algo congénito. Hay personas malas porque hacen maldades, pero en realidad esas personas son el mecanismo a través del cual el mal opera.

El médico José Cabrera ha realizado más de 700 autopsias Foto: José María Visiers

–¿Me está diciendo que, por su experiencia como psiquiatra forense, el mal es «algo», una entidad, que influye en las personas?

–Exacto. Para mí, el mal es algo aparte. Mi trayectoria profesional me ha llevado a ver esto como técnico, pero también como hombre de fe. El mal es un ente fuera del ser humano, y la persona puede ser instrumento del mal. Por eso el padrenuestro no termina diciendo «líbranos de los malos que tenemos al lado», sino «líbranos del mal, o del Maligno». A veces el mal circunda e inunda a la persona. Esa persona crece en un ambiente roto, o con un padre alcohólico, o con padres que son buena gente pero que no le hacen caso durante la infancia, o se pega a malas compañías que van degenerando. O no pasa nada de eso y al final acaba cometiendo un crimen. Lo que sé es que el mal nunca es congénito, ni es solo algo ambiental. Es algo externo, un ente que instrumentaliza al ser humano.

–Entonces, ¿cualquier persona puede convertirse en un criminal?

–En cualquier instante, si el escenario nos aprieta, cualquiera puede cruzar la línea que marca el Código Penal, sin lugar a dudas. Porque depende de circunstancias que no controlas. En un momento dado tienes un arrebato, no te puedes controlar, coges una sartén que tenías al lado, das un mal golpe a otro y lo matas. Eres un hombre bueno, pero has cometido un crimen. Yo he visto en la cárcel a cantidad de buenas personas que han matado en un arrebato, pero que jamás volverían a hacerlo. Así que, si la pregunta es si todos podemos hacer el mal, la respuesta es que sí. De hecho, todos lo hacemos a pequeña escala.

–Pero no es lo mismo eso, que acabar siendo un criminal monstruoso…

–Yo no creo que la persona que repite acciones malas se convierta en el mal, sino que el mal se vierte en alguien cuya conducta de maldad le satisface de alguna manera. Bien por su personalidad, por sus vivencias infantiles, por sus experiencias… pero nadie es el mal personificado. Incluso Hitler, Stalin, o Mao, que mató a millones de personas de hambre, no eran el mal, sino que fueron instrumentos del mal. Evidentemente, hay personas que al reincidir en conductas malvadas van por la senda inequívoca de hacer el mal. Porque el mal es un ente muy poderoso.

–Si el mal es un ente externo, ¿ha derivado a personas para que les hagan un exorcismo?

–Algunas personas que yo he analizado después han ido al exorcista. Pero yo nunca he presenciado ninguna liturgia exorcista, porque quiero mantenerme al margen y comportarme como técnico. Si me dejo llevar por la fe, pierdo la fuerza de la neutralidad científica, y entonces estoy perdido. Esos casos tengo que tratarlos con conocimientos técnicos, si no, viviría en una insoportable ambigüedad. Antes de que el exorcista actuara, he valorado en la consulta qué grado de trastorno mental tenía o no tenía esa persona. Como psiquiatra, me limito a diagnosticar: esta persona tiene tal trastorno o tal enfermedad mental, y a mi juicio necesitaría este tratamiento. Si con el tratamiento esa persona mejora, estamos ante una enfermedad. Si con el tratamiento no mejora, cabe la duda de si hay algo más que supera la ciencia. En ese momento interviene el exorcista.

–¿Puede haber razones de tipo espiritual en el mal que hacen algunas personas?

–Las posesiones o las influencias demoníacas ocurren y son muy reales. No serán miles y miles, pero son muy reales y muchas veces llevan de cabeza a los directores espirituales. Es un tema muy complicado, pero como espectador, tengo que reconocer que puede haber razones espirituales que expliquen el mal. De hecho, hay un gran debate en el Vaticano sobre hasta qué punto el Maligno, que en el cristianismo es presentado como el demonio, es capaz de manipular a un sujeto con una enfermedad mental grave, para que actúe como mecanismo del mal, pero, a causa de su enfermedad, para un exorcista sea casi imposible discriminar si está delante de un enfermo o delante de una posesión. Es un debate complicado y profundo. Pero que el ser humano puede ser manipulado espiritualmente por energías o entes negativos, sí: es posible.

–Y si por observación se puede deducir la existencia del demonio, ¿también hay indicios racionales de la existencia de Dios?

–Dios, como dicen algunos, es la hipótesis menos mala para sobrevivir a este mundo de angustia. La existencia de Dios es la hipótesis más plausible. Yo tengo amigos musulmanes, budistas, judíos, he leído el Corán, el Bhagavad Gita [un texto sagrado hinduista], el Chilam Balaam de los mayas… y me encantan las religiones comparadas. Por eso, que Dios existe para mí es una evidencia completa. Y una evidencia sentimental, afectiva y educativa. Porque la existencia de Dios es algo que no hay que demostrar, y empeñarse en hacerlo, no sirve para que nadie se acerque a Él.

José Cabrera es académico de la Academia Médico Quirúrgica Española / Foto: José María Visiers

–Pero la razón es un buen camino para descubrir a Dios, ¿no?

–Argumentos como la Suma Teológica de santo Tomás valen de contrapeso racional, pero a Dios hay que sentirlo, y hay que conducirse en la vida dando ejemplo, porque las palabras convencen, pero los ejemplos arrastran. En quien se acerca a Dios, ¿puede haber una intervención divina? Por supuesto. ¿Puede haber Alguien que te ha soplado algo a la oreja? Por supuesto. ¿Puede darse esa influencia divina directa? Por supuesto. Yo tengo amigos que se han convertido, y esa conversión, ¿de dónde nace? ¿de la mente? ¿de la experiencia? o ¿hay algo más? Definitivamente, no puede ser solo de la razón, tiene que haber algo más: un influjo de Dios, que decide que en ese momento tenga fe. Porque la fe es un don gratuito: yo no puedo pelear por tener fe; o me la dan o no la tengo. Y esto a mí siempre me ha hecho sangrar.

–¿Por qué?

–Porque, en mi ingenuidad, creía que, si tú haces mucha barra fija, tienes mucho músculo, y si practicas mucho, tienes más fe. Pero no es así: la fe es un don gratuito y sobrenatural. Obviamente, aquí hablo como hombre de fe, no como científico.

–O sea, que la fe sí que influye en la vida de una forma, digamos, mensurable, ¿no?

–Ni se vive ni se muere igual creyendo en Dios que no creyendo en Dios. Si yo fuera ateo y me preguntaras qué cantidad es sentimiento y qué cantidad es raciocinio, te diría que el sentimiento es el 80 % del ser humano y el 20 % es raciocinio. Y ocurre igual con lo espiritual. Porque lo que conocemos con la ciencia es solo una pequeñísima parte de nuestra vida en comparación con todo lo inexplicable y espiritual que nos rodea. Y eso es maravilloso.

Homilía del P. Jesús Luis Sacristán y lecturas de la Misa de hoy, miércoles de la 1ª semana de Adviento, 4-12-2024

4 de diciembre de 2024.- (Camino Católico) Homilía del P. Jesús Luis Sacristán y lecturas de la Santa Misa de hoy, miércoles de la 1ª semana de Adviento, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid. 

Santa Misa de hoy, miércoles de la 1ª semana de Adviento, 4-12-2024

4 de diciembre de 2024.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, miércoles de la 1ª semana de Adviento, presidida por el P. Jesús Luis Sacristán, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Misterios Gloriosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 4-12-2024

4 de diciembre de 2024.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gloriosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy miércoles, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.

Palabra de Vida 4/12/2024: «Siento compasión de la gente» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 4 de diciembre de 2024, miércoles de la 1ª semana de Adviento, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 15, 29-37:

En aquel tiempo, Jesús se dirigió al mar de Galilea, subió al monte y se sentó en él.

Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los ponían a sus pies, y él los curaba.

La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y daban gloria al Dios de Israel.

Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:

«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino».

Los discípulos le dijeron:

«¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?».

Jesús les dijo:

«¿Cuántos panes tenéis?».

Ellos contestaron:

«Siete y algunos peces».

Él mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente.

Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete canastos llenos.

Adoración Eucarística con el P. Jesús Luis Sacristán en la Basílica de la Concepción de Madrid, 4-12-2024

4 de diciembre de 2024.- (Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. Jesús Luis Sacristán, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Pide al Espíritu Santo dominio sobre ti y domina tus pensamientos y acciones. Crecerás como persona, serás libre / Por P. Carlos García Malo

 


martes, 3 de diciembre de 2024

Papa Francisco pide rezar en diciembre «para que el próximo Jubileo nos fortalezca en la fe y en la esperanza»

 Foto: Vatican Media, 3-12-2024

* «Llenemos nuestro día a día con el don que Dios nos da de la esperanza y permitamos que a través de nosotros llegue a todos cuantos la buscan»


3 de diciembre de 2024.- (Camino Católico) ”Oremos para que el próximo Jubileo nos fortalezca en la fe, nos ayude a reconocer a Cristo resucitado en medio de nuestras vidas, y nos transforme en peregrinos de la esperanza cristiana”, pide el Santo Padre en el  Video del Papa para el mes de diciembre del 2024.

El Pontífice invita: “ayudémonos unos a otros a descubrir este encuentro con Cristo que nos da la vida y pongámonos en camino como peregrinos de la esperanza para celebrar la vida y dentro de la vida entra también el próximo jubileo como una etapa”. El texto completo de las palabras de Francisco en  el Video del Papa es el siguiente:

La esperanza cristiana es un regalo de Dios que llena de alegría nuestra vida.

Y hoy, la necesitamos tanto. ¡El mundo la necesita tanto!

Cuando no sabes si mañana vas a poder dar de comer a tus hijos, o si lo que estás estudiando te permitirá tener un trabajo digno, es fácil caer en el desánimo.

¿Dónde buscar la esperanza? 

La esperanza es un ancla. Un ancla que vos la tirás con la cuerda y arraiga en la playa.

Y nosotros tenemos que estar aferrados a la cuerda de la esperanza. Bien agarraditos.

Ayudémonos unos a otros a descubrir este encuentro con Cristo que nos da la vida y pongámonos en camino como peregrinos de la esperanza para celebrar la vida y dentro de la vida entra también el próximo jubileo como una etapa.

Llenemos nuestro día a día con el don que Dios nos da de la esperanza y permitamos que a través de nosotros llegue a todos cuantos la buscan.

No se olviden: la esperanza no defrauda nunca.

Oremos para que el próximo Jubileo nos fortalezca en la fe, nos ayude a reconocer a Cristo resucitado en medio de nuestras vidas, y nos transforme en peregrinos de la esperanza cristiana.

Francisco

Terenia y Wojtek Kwapiński llevan 50 años casados: «Si Jesús no hubiera curado nuestras heridas con amor, desde la cruz, no seríamos libres. Y este es todo el secreto del éxito de Dios en nuestras vidas»


Terenia y Wojtek Kwapiński llevan 50 años de matrimonio porque lo más importante es la oración constante para que Dios sea el centro de su vida / Foto: Krzysztof Wolski

* «Realmente puedes casarte y los votos estarán vacíos si las palabras no se traducen en la vida cotidiana. Solo se empieza a vivir cuando Dios entra en el matrimonio, cuando se le invita con toda la conciencia. ¿Y si no hay espacio para Dios en la pareja? Se puede vivir, por supuesto, pero sin Él no hay amor, ni felicidad, ni alegría. Todo empieza por rezar juntos. Rezamos mucho juntos. Pedimos a Dios que nos proteja de no empezar el día sin la oración, pues no puede haber algo más importante que esto»

Camino Católico.-   Casados. Siempre juntos. Llenos de alegría. Sencillos, naturales, puros: de esas almas que solo los niños pueden imitar. Cuando hablas con ellos, el mundo parece inmediatamente más hermoso. Wojtek y Terenia tienen más de 70 años; de los cuales, han pasado 50 casados. Hoy, cuando el matrimonio podría parecer obsoleto, ellos son el testimonio de la fuerza del sacramento.

"Nos complementamos, conocemos nuestro valor. Somos como dos eslabones sin los cuales una máquina no puede funcionar. Si no hay enchufe, y falta una de las clavijas del enchufe, no hay mundo. Si hay dos, hay luz", explica con pasión Wojtek a Dagmara Gałązka en Aleteia.

Esta adorable pareja encarna las palabras del Señor Jesús: "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Y así ya no son dos, sino una sola carne" (Mt 19,5-6).

Terenia y Wojtek Kwapiński / Foto: Krzysztof Wolski

Terenia y Wojtek Kwapiński, ungidos con la alegría de Dios, ejercen su ministerio en diversas parroquias de la arquidiócesis de Częstochowa (Polonia). Durante varios años fueron animadores de la "Comunidad de los Corazones de Jesús y María". Wojtek toca la guitarra, Terenia canta salmos con las manos en alto. "Alguien dijo una vez que estamos hechos para que yo cante y él toque el salmo".

Han sido ministros en un hospital, a donde acudían a rezar por el personal y los pacientes, en en la capilla de San José para los sin techo (Czestochowa), en Nueva York, Varsovia, Leśniowe, Wieluń, Pajęczno, y, a diario, en las parroquias de Radomsko.

Terenia y Wojtek rompen definitivamente el estereotipo de católico serio y triste. ¿De dónde sacan su fuerza y su alegría de vivir? En gran medida, de los dones del Espíritu Santo, pero resulta que también del "chantaje".

Terenia, cuando experimenta alguna preocupación, sufrimiento o carencia, pide inmediatamente: "Señor Jesús, Tú eres mi Amigo. Si Tú eres mi Amigo, no dejes que me preocupe por mucho tiempo". "A veces le chantajeo", confiesa. Y como el mismo Señor Jesús ha afirmado que en Él se refugia la alegría, no puede negarse a Terenia.

Sin la fe llega la tristeza

- Tienen siempre una alegría que se comparte con los demás. Y no es artificial, ¿de dónde viene?

Terenia: Si Jesús no hubiera curado nuestras heridas con amor, desde la cruz, no seríamos libres. Y este es todo el secreto del éxito de Dios en nuestras vidas. Esta alegría viene de la simple constatación de que mis pecados me han sido perdonados; que ya no vuelvo a ellos y que Jesús me ha dado la libertad, que es el mayor regalo que he recibido, además de la paz del corazón.

En esta vida hay tanta alegría, tanta satisfacción, tantos momentos hermosos... ¡y todo es en el Nombre de Jesús!

Terenia y Wojtek Kwapiński el día de su boda, hace 50 años / Foto: Krzysztof Wolski

No podemos centrarnos en la preocupación de perder la salud, de todos modos no servirá de nada. Preocuparse no conduce a nada. Ante la dificultad, inmediatamente invoco al Espíritu Santo para que alegre mi alma, porque no puedo tener tristeza en mi corazón.

Cuando alguien considera innecesario ir a la Iglesia, no tiene la fe, ni Jesús y María, no frecuenta el rosario, entonces hay tristeza.

Café y oración para iniciar el día

- El matrimonio, tan rechazado y marginado por el mundo, florece con ustedes. ¿Cuáles consideran que son los frutos del sacramento?

Terenia: ¡Qué poderoso es este sacramento! Veo los frutos de este sacramento cuando servimos juntos a nuestra Iglesia, pues se nos pide ir juntos, como un "nosotros"; es decir, la pareja casada.

Realmente puedes casarte y los votos estarán vacíos si las palabras no se traducen en la vida cotidiana.

Solo se empieza a vivir cuando Dios entra en el matrimonio, cuando se le invita con toda la conciencia.

¿Y si no hay espacio para Dios en la pareja? Se puede vivir, por supuesto, pero sin Él no hay amor, ni felicidad, ni alegría.

Este sacramento del matrimonio es una fuerza tal que -aunque a veces tengamos crisis, estemos todo el día el uno con el otro, tengamos nuestras debilidades, defectos o momentos mejores y peores- no dejamos que dure en enfado entre nosotros.

Todo empieza por rezar juntos. Aparte de los ministerios, rezamos mucho juntos. Pedimos a Dios que nos proteja de no empezar el día sin la oración, pues no puede haber algo más importante que esto.

Empezamos el día en el nombre del Padre, pero también con café, y estamos en presencia de nuestros amigos, Jesús y María. Luego están el breviario y el rosario.

Estos son alguna fotografías familiares y cuadros en casa deTerenia y Wojtek Kwapiński / Foto: Krzysztof Wolski

Wojtek: Para eso es este sacramento, para ser consciente de que estoy jurando a Dios, nuestro Señor. Y cuando juro a Dios, Él cuida de mí, estoy con Él todos los días. Le tengo a Él.

Este voto que uno hace debe ser respetado. Tampoco rezamos deprisa, sino que nos esforzamos. Y cuando vamos en coche, ya sea para los servicios o para cualquier otro fin, siempre hay una oración.

Terenia encuentra enseguida una intención. Recuerdo que, yendo a Bélgica, condujimos durante 12 horas y todo el tiempo hubo oración, adoración, rosario y cantos. Siempre rezo: "Señor Dios, dame fuerzas para cantar y tocar para ti el mayor tiempo posible".

Homilía del P. José Blanco y lecturas de la Misa de hoy, martes, San Francisco Javier, 3-12-2024

3 de diciembre de 2024.- (Camino Católico) Homilía del P. José Blanco y lecturas de la Santa Misa de hoy, martes de la 1ª semana de Adviento, San Francisco Javier, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.