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martes, 9 de diciembre de 2025

María Angélica G., enferma de esclerosis múltiple, deja una carta con fe antes de morir: «Acepten la ayuda del amor de Dios; la Eucaristía sana nuestros sentimientos»

María Angélica G. había reclamado a la Justicia italiana el derecho a un tratamiento

* «He elegido perdonar yendo a misa, porque en nuestra condición, ya no podemos permitirnos guardar rencor. Todo lo que sentimos "en contra" se vuelve en nuestra contra: el descontento de cómo son los demás; la tristeza por las cosas que no salieron como queríamos… Te ruego que hoy busques el antídoto contra el mal: es abrirnos a la gracia de Dios. Él reconocerá el código de nuestro corazón; podrá guiarnos hacia donde nuestras heridas puedan comenzar a sanar. Escribí estas palabras para ti en medio de mis obligaciones diarias, entre pequeños momentos de relajación. Surgen de lo más profundo de mi corazón, donde se acumula el sufrimiento. Donde la esperanza ha echado raíces»   

Camino Católico.- La italiana María Angélica G., enferma de esclerosis múltiple y fallecida este lunes, representó a pacientes como ella ante el Tribunal Constitucional de Italia, reclamando el derecho a tener un tratamiento y a poder vivir.

En una carta llena de fe y de denuncia, María Angélica anima a tener esperanza, a seguir luchando y a buscar el fin último del sufrimiento, que no es otro que "encontrarse con el amor de Dios". El portal Avvenire pública la carta íntegra de María Angélica antes de morir, que a continuación compartimos: 


«Mi rechazo al suicidio asistido» 


A ti, que sufres como yo, permíteme decirte unas palabras... Me llamo María. Tengo 57 años y llevo 35 con esclerosis múltiple. Mi vida no es exactamente lo que imaginaba. A pesar de ello, estoy viva y puedo contarte algunas cosas. 

Conozco la lucha de vivir una vida que no es independiente, que te lleva a donde no quieres ir, donde el día a día, a veces, se siente como un cuello de botella. Yo también he sufrido —mucho—, pero esto me impulsa a no rendirme ante mi situación y a reaccionar; me impulsa a moverme, haciendo que la gente que me rodea también se mueva. 

Los familiares no siempre son capaces de comprender la situación que atravesamos y afrontarla, porque también es dolorosa para ellos, y, a veces, la rechazan. No siempre tienes el amor que deseas a tu alrededor. Sin embargo, hay personas a las que debes acudir. Debes buscarlas con insistencia. Con tenacidad. 

Estas personas están dispuestas a echarte una mano. Si no tienes a nadie, puedes pedirle ayuda a tu párroco. Él nunca te negará su ayuda, independientemente de tus creencias. La presencia de amigos en tu vida es esencial, como lo son para mí, aún hoy, los amigos de la Comunidad de Sant'Egidio, quienes me ayudaron a escapar de una situación difícil y a disfrutar de la belleza de los días compartidos; y también de otros que conocí en el camino.

Juntos, podemos vivir momentos de convivencia despreocupada, donde la enfermedad se convierte en un recuerdo lejano: no te sientes una carga ni avergonzado; y también se dan oportunidades para una comunión y un compartir más profundos. 

Puedes experimentar momentos de gran liberación, y puedo dar fe de que de estos momentos pueden surgir cosas nuevas, como curaciones, tanto pequeñas como grandes.

Quiero hablarles de esto. Un día, una monja y un amigo laico me sugirieron el camino del perdón, porque quería sanar. No podía permitirme ignorarlos. Confié en ellos. Lo comencé y sigo haciéndolo y estoy experimentando sus beneficios, tanto internos como físicos. Ha sido una enorme sorpresa, porque no creía que esto pudiera suceder. 

Así, he dejado atrás mucho dolor. He aprendido a sufrir mejor y he empezado a sufrir menos: la carga de la enfermedad se ha aliviado. He elegido perdonar yendo a misa, porque en nuestra condición, ya no podemos permitirnos guardar rencor. Todo lo que sentimos "en contra" se vuelve en nuestra contra: el descontento de cómo son los demás; la tristeza por las cosas que no salieron como queríamos. 

Les pido ánimo. Acepten la ayuda del amor de Dios. La Eucaristía sana nuestros sentimientos, que son los que nos unen a la vida, la embellecen, le dan sentido. La ciencia médica y la biotecnología siempre hará más y mejor. 

Una tía mía murió de tuberculosis a los veinte años. Unos meses después, la penicilina, que podría haberla curado, estaba al alcance de todos. Siempre recuerdo este hecho, que me contó mi padre. Y este recuerdo me animó a perseverar ante las dificultades y a confiar siempre en la investigación. 

Con médicos expertos, incluso se logran avances. Otros médicos igual de concienzudos se hicieron responsables de mi supervivencia física cuando decidieron cambiarme a nutrición artificial para evitar que contrajera una neumonía por aspiración, que, sin duda, me llevaría directamente a la horca. 

Fue un gran dolor para mí, pero era mejor así. Me he acostumbrado y les estoy muy agradecidos, todas estas personas que se han tomado en serio nuestro futuro, de alguna manera, forman parte de la primera defensa vital de ese futuro. 

A través de ellos también recibimos la dosis de amor y fuerza que necesitamos cada día. Es cierto que sufrimos los impedimentos físicos causados por la enfermedad que nos llevan a depender de los demás. Pero la dependencia de los demás puede convertirse en una forma de estar juntos, creando un círculo de vida hermosa. 

El amor siempre es útil. Verás que las cosas cambiarán; y tú, que necesitas la ayuda de los demás, podrás dársela. El dolor de vivir ha entrado en nuestro hogar, pero el riesgo es que terminemos hablando solo de él. El dolor de vivir es un veneno oscuro que tiende a ocupar cada centímetro de tu vida. 

Al anticipar nuestra muerte, nos habremos librado de él, pero, también, nos habrá matado. Por eso, te ruego que hoy busques el antídoto contra el mal: es abrirnos a la gracia de Dios. Él reconocerá el código de nuestro corazón; podrá guiarnos hacia donde nuestras heridas puedan comenzar a sanar. 

Escribí estas palabras para ti en medio de mis obligaciones diarias, entre pequeños momentos de relajación. Surgen de lo más profundo de mi corazón, donde se acumula el sufrimiento. Donde la esperanza ha echado raíces.

Homilía del P. José Blanco y lecturas de la Misa de hoy, martes de la 2ª semana de Adviento, 9-12-2025

9 de diciembre de 2025.- (Camino Católico) Homilía del P. José Blanco y lecturas de la Santa Misa de hoy, martes de la 2ª semana de Adviento, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Santa Misa de hoy, martes de la 2ª semana de Adviento, 9-12-2025

9 de diciembre de 2025.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, martes de la 2ª semana de Adviento, presidida por el P. José Blanco, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Misterios Dolorosos del Santo Rosario, desde el Santuario de Lourdes, 9-12-2025

9 de diciembre de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Dolorosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, martes, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero. 

Palabra de Vida 9/12/2025: «Dios no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 9 de diciembre de 2025, martes de la 2ª semana de Adviento, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 18, 12-14:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, en verdad os digo que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.

Igualmente, no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños».

Adoración Eucarística con el P. José Aurelio Martín en la Basílica de la Concepción de Madrid, 9-12-2025

9 de diciembre de 2025.- (Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

«El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré?» / Por P. Carlos García Malo

 


lunes, 8 de diciembre de 2025

Papa León XIV venera y ora a la Virgen en la plaza de España de Roma: «Inmaculada cuida de esta humanidad, indícale Jesús, llévala a Jesús, preséntala a Jesús»

* «El bautismo engendre aún hombres y mujeres santos e inmaculados, llamados a convertirse en miembros vivos del Cuerpo de Cristo, un Cuerpo que actúa, consuela, reconcilia y transforma la ciudad terrena en la que se prepara la Ciudad de Dios. Intercede por nosotros, enfrentados a cambios que parecen encontrarnos desprevenidos e impotentes. Inspira sueños, visiones y coraje, tú que sabes más que nadie que nada es imposible para Dios, y también que Dios no hace nada solo»

  

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News con el acto de veneración a la Inmaculada Concepción y la oración del Papa León XIV

8 de diciembre de 2025.- (Camino Católico)  Uno de los momentos más significativos del año en Roma es el homenaje que el Santo Padre realiza cada 8 de diciembre a la Inmaculada Concepción, situada a los pies de la Embajada de España ante la Santa Sede. El Pontífice ha rezado pidiendo: “Inmaculada, mujer de infinita belleza, cuida de esta ciudad, de esta humanidad. Indícale Jesús, llévala a Jesús, preséntala a Jesús”.


A las 15:30 de este lunes, el Papa León XIV ha dejado el Vaticano y se ha dirigido a la plaza de España para el primer acto de veneración a la Inmaculada desde que inició su pontificado el pasado mes de mayo. 



Desafiando el frío romano, el Papa ha realizado el recorrido en el papamóvil descubierto. Antes de llegar a la plaza de España se ha detenido frente a la iglesia de la Santísima Trinidad, donde ha recibido el homenaje de la Asociación de Comerciantes de Via Condotti, la emblemática calle del centro romano.  Más tarde ha llegado a la plaza de España, presidida desde lo alto por la imagen de la Virgen, que esta madrugada fue coronada con la tradicional corona de flores por el cuerpo de bomberos de la ciudad de Roma.




El Santo Padre ha estado acompañado de algunos miembros de la curia romana, así como de su secretario personal, Mons. Edgard Rimaycuna Ingal; el Cardenal Baltassare Reina, Vicario del Papa para la Diócesis de Roma; y Mons. Diego Giovanni Ravelli, Maestro de las Ceremonias Litúrgicas Pontificias. 



Ante la Inmaculada rodeada de flores y en presencia de numerosos fieles y personas con discapacidad que ocupaban las primeras filas, el Papa León XIV ha ofrecido flores y ha recitado una oración, tras la cual, ha saludado brevemente a miembros del Cuerpo Diplomático de España e Italia, en particular a la embajadora española, Isabel Celaá. 




Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia ha ocurrido cuando el Santo Padre se ha acercado a las personas con discapacidad para saludarlas, en un gesto de profunda cercanía. Muchos de ellos, acompañados por enfermeras, le recibieron con alegría desde sus sillas de ruedas. En el vídeo de la transmisión en directo realizada Vatican News se visualiza y escucha todo el acto de veneración y la oración del Papa León XIV, cuyo texto íntegro es el siguiente: 



SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA


ACTO DE VENERACIÓN DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN


ORACIÓN DE SU SANTIDAD EL PAPA LEÓN XIV

A MARÍA INMACULADA


Plaza de España

Lunes, 8 de diciembre de 2025


Dios te salve, ¡oh María! Alégrate, llena de gracia, de aquella gracia que, como luz amable, hace radiantes a quienes refleja la presencia de Dios.


El Misterio te envolvió desde el principio, desde el seno de tu madre comenzó a hacer en ti grandes cosas, que pronto requirieron tu consentimiento, ese “Sí” que ha inspirado muchos otros “sí”.


Inmaculada, Madre de un pueblo fiel, tu transparencia ilumina Roma con luz eterna, tu camino perfuma sus calles más que las flores que hoy te ofrecemos.


Muchos peregrinos de todo el mundo, oh Inmaculada, han recorrido las calles de esta ciudad a lo largo de la historia y en este año jubilar.


Una humanidad probada, a veces abatida, humilde como la tierra de la que Dios la plasmó y en la que no deja de soplar su Espíritu de vida.


Mira, oh María, a tantos hijos e hijas en quienes no se ha apagado la esperanza: germine en ellos lo que tu Hijo ha sembrado. Él, Palabra viva que en cada uno pide aún crecer, tomar carne, rostro y voz.


Florezca la esperanza jubilar en Roma y en cada rincón de la tierra, esperanza en el mundo nuevo que Dios prepara y del cual tú, oh Virgen, eres como la gema y la aurora.


Después de las puertas santas, ábranse ahora otras puertas de casas y oasis de paz en los que renazca la dignidad, se eduque en la no violencia, se aprenda el arte de la reconciliación.


Venga el Reino de Dios, novedad que tanto esperaste y a la que abriste íntegramente a ti misma, de niña, de joven mujer y de madre de la Iglesia naciente.


Inspira nuevas intuiciones a la Iglesia que camina en Roma y a las Iglesias particulares que en cada contexto recogen las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias de nuestros contemporáneos, de los pobres sobre todo, y de todos aquellos que sufren.


El bautismo engendre aún hombres y mujeres santos e inmaculados, llamados a convertirse en miembros vivos del Cuerpo de Cristo, un Cuerpo que actúa, consuela, reconcilia y transforma la ciudad terrena en la que se prepara la Ciudad de Dios.


Intercede por nosotros, enfrentados a cambios que parecen encontrarnos desprevenidos e impotentes. Inspira sueños, visiones y coraje, tú que sabes más que nadie que nada es imposible para Dios, y también que Dios no hace nada solo.


Ponnos en camino, con la prisa que un día movió tus pasos hacia tu prima Isabel y la expectación con que te hiciste exiliada y peregrina, para ser bendita, sí, pero entre todas las mujeres, primera discípula de tu Hijo, madre del Dios con nosotros.


Ayúdanos a ser siempre Iglesia con y entre la gente, levadura en la masa de una humanidad que invoca justicia y esperanza. Inmaculada, mujer de infinita belleza, cuida de esta ciudad, de esta humanidad. Indícale Jesús, llévala a Jesús, preséntala a Jesús.


Papa León XIV





Fotos: Vatican Media, 8-12-2025

Papa León XIV en el Ángelus, 8-12-2025: «Maravilloso es el «sí» de la Madre del Señor; también puede serlo el nuestro, renovado con fidelidad, gratitud, humildad, oración y en las obras concretas de amor»

* «San Agustín dice que ‘Creyó María, y se hizo realidad en ella lo que creyó’ (Sermón 215, 4). El don de la plenitud de gracia, en la joven de Nazaret, pudo dar fruto porque ella, en su libertad, lo acogió abrazando el proyecto de Dios. El Señor siempre actúa así: nos concede grandes dones, pero nos deja libres para aceptarlos o no. Por eso Agustín añade: ‘Creamos también nosotros para que pueda sernos igualmente provechoso lo hecho realidad [en ella]’ (ibíd.)»  

   

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «El milagro que para María sucedió en su concepción, para nosotros se renovó en el Bautismo: lavados del pecado original, hemos sido hechos hijos de Dios, morada suya y templo del Espíritu Santo. Y como María pudo acoger en sí misma a Jesús y darlo a los hombres por una gracia especial, así «el Bautismo permite a Cristo vivir en nosotros y a nosotros vivir unidos a Él» 

8 de diciembre de 2025.- (Camino Católico En la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, las decenas de miles de fieles, en la plaza de San Pedro, volvieron a escuchar un mensaje del Papa León XIV que resuena con fuerza en un mundo sediento de sentido: María, concebida sin pecado, es el primer destello de la salvación ofrecida por Dios a la humanidad: «Maravilloso es el «sí» de la Madre del Señor, pero también puede serlo el nuestro, renovado cada día con fidelidad, gratitud, humildad y perseverancia en la oración y en las obras concretas de amor, desde los gestos más extraordinarios hasta las tareas diarias y los servicios más cotidianos, para que Jesús sea conocido, recibido y amado en todas partes, y su salvación llegue a todos».

El Papa en su alocución previa al rezo mariano ha recordado que la Virgen fue «inmune enteramente de la mancha del pecado original», según la definición proclamada por el beato Pío IX en 1854. Pero más allá del aspecto doctrinal, la celebración subraya el significado vital y profundamente humano del dogma: María recibió un corazón totalmente puro para acoger el mayor de los milagros, la llegada de Cristo como luz para un mundo herido. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

PAPA LEÓN XIV

ÁNGELUS

Plaza de San Pedro

Lunes, 8 de diciembre de 2025

Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz fiesta!

Hoy celebramos la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Expresamos nuestra alegría porque el Padre Celestial la quiso «íntegramente inmune de la mancha del pecado original» (cf. Beato Pío IX, Const. ap. Ineffabilis Deus, 8 diciembre 1854), llena de inocencia y santidad para poder confiarle, para nuestra salvación, «a su Hijo único […] amado como a sí mismo» (ibíd.).

El Señor concedió a María la gracia extraordinaria de un corazón totalmente puro, en vista de un milagro aún mayor: la venida al mundo, como hombre, de Cristo Salvador (cf. Lc 1,31-33). La Virgen lo supo, con el asombro propio de los humildes, por el saludo del ángel: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo» (v. 28) y con fe respondió su «sí»: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho» (v. 38).

Comentando estas palabras, san Agustín dice que «Creyó María, y se hizo realidad en ella lo que creyó» (Sermón 215, 4). El don de la plenitud de gracia, en la joven de Nazaret, pudo dar fruto porque ella, en su libertad, lo acogió abrazando el proyecto de Dios. El Señor siempre actúa así: nos concede grandes dones, pero nos deja libres para aceptarlos o no. Por eso Agustín añade: «Creamos también nosotros para que pueda sernos igualmente provechoso lo hecho realidad [en ella]» (ibíd.). Así, esta fiesta, que nos hace regocijarnos por la belleza inmaculada de la Madre de Dios, nos invita a creer como ella creyó, dando nuestro generoso consentimiento a la misión a la que el Señor nos llama.

El milagro que para María sucedió en su concepción, para nosotros se renovó en el Bautismo: lavados del pecado original, hemos sido hechos hijos de Dios, morada suya y templo del Espíritu Santo. Y como María pudo acoger en sí misma a Jesús y darlo a los hombres por una gracia especial, así «el Bautismo permite a Cristo vivir en nosotros y a nosotros vivir unidos a Él, para colaborar en la Iglesia, cada uno según la propia condición, en la transformación del mundo» (Francisco, Catequesis, 11 abril 2018).

Queridos hermanos, grande es el don de la Inmaculada Concepción, pero también lo es el don del Bautismo que hemos recibido. Maravilloso es el «sí» de la Madre del Señor, pero también puede serlo el nuestro, renovado cada día con fidelidad, gratitud, humildad y perseverancia en la oración y en las obras concretas de amor, desde los gestos más extraordinarios hasta las tareas diarias y los servicios más cotidianos, para que Jesús sea conocido, recibido y amado en todas partes, y su salvación llegue a todos.

Pedimos esto hoy al Padre, por intercesión de la Inmaculada, mientras rezamos juntos con las palabras en las que ella misma, primera de todos, creyó.

Oración del Ángelus:  

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.



Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:


Queridos hermanos y hermanas.


Saludo con afecto a todos ustedes, romanos y peregrinos de Italia y de otras partes del mundo, en particular a los fieles de Molina de Segura, en España, a la Asociación cultural «Firenze in Armonia» y a los «Ragazzi dell’Immacolata». Bendigo de buen grado al grupo de Rocca di Papa y la antorcha con la que encenderán la Estrella de Navidad en la Fortaleza de esa hermosa ciudad.


Dirijo un saludo especial a los miembros de la Acción Católica Italiana, que hoy celebran en las comunidades parroquiales la Jornada de la Adhesión. Les deseo a todos una fructífera actividad formativa y apostólica, para ser testigos creíbles del Evangelio.


A ustedes, queridos romanos y peregrinos, les doy cita esta tarde en la Plaza de España, donde me dirigiré para el tradicional homenaje a la Virgen Inmaculada. A su intercesión confiamos nuestra constante oración por la paz.


Les deseo a todos una feliz fiesta a la luz de nuestra Madre celestial. Hasta pronto.


Papa León XIV


Fotos: Vatican Media, 8-12-2025