* «Se trata de disponernos a la escucha atenta y orante del Cristo, el Hijo amado del Padre, buscando momentos íntimos de oración que permitan la acogida dócil y gozosa de la Palabra de Dios. En esta elevación espiritual, en este desprendimiento de las cosas mundanas, estamos llamados a redescubrir el silencio pacificante y regenerante de la meditación del Evangelio, de la lectura de la Biblia, que conduce hacia una meta rica de belleza, de esplendor y de alegría. Y cuando nosotros nos ponemos así, con la Biblia en la mano, en silencio, comenzamos a sentir esta belleza interior, esta alegría que nos da la Palabra de Dios en nosotros. En esta perspectiva, el tiempo veraniego es un momento providencial para acrecentar nuestro empeño de búsqueda y de encuentro con el Señor»
Video completo de las palabras del Papa traducidas al español