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miércoles, 15 de octubre de 2025

‘Teresa de Jesús’, película de 1961 sobre la santa de Ávila

Camino Católico.- Biografía de Teresa de Cepeda y Ahumada, más conocida como Santa Teresa de Jesús o Santa Teresa de Ávila (Ávila, 28 de marzo de 1515 – Alba de Tormes, 4 de octubre de 1582). Fue doctora de la Iglesia Católica, mística y escritora y fundó la orden de las Carmelitas Descalzas, rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (o carmelitas).

Título original: ‘Teresa de Jesús’ 

Año: 1961

País: España

Director: Juan de Orduña

Guión: José María Pemán, Antonio Vich, Manuel Mur Oti

Reparto: Aurora Bautista, José Bódalo, José María Caffarel, Roberto Camardiel, Carlos Casaravilla, Antonio Casas, Félix Dafauce, Manuel Dicenta, Antonio Durán, Margarita Lozano, Rafael Hernández, Alfredo Mayo, José Moreno, Roberto Rey, Jesús Tordesillas, Eugenia Zúffoli, Rafael Durán, Ricardo Canales, Maruja Tamayo, Lina Yegros, Antonio Riquelme, José Luis Alvar, Vicente Ros, Ricardo Valle, Rafael Bardem, Francisco Bernal, Mercedes Borqué, Miguel del Castillo.

Música: Manuel Parada

Fotografía: José Fernández Aguayo

Santa Teresa de Jesús: El valor de la oración y las obras, solo Dios basta  / Película de Dibujos Animados

Camino Católico.-  Santa Teresa de Jesús: El valor de la oración y las obras, solo Dios basta. Película de dibujos animados para niños de la serie “Mi familia católica” de  EWTN

Ángelo Ragosta y Paola eran novios, tenían fecha para la boda, pero Dios los llamó y él es sacerdote y ella monja carmelita: «Llegó un sacerdote que nos dijo: ‘Preguntadle a Dios qué ha planeado para vosotros’»


Paola es hoy sor María Giuseppina del Amor Encarnado, monja de clausura en Nápoles, y él es el Padre Angelo Ragosta; ambos fueron novios durante nueve años, pero Dios los llamó para que le entregaran su vida a Él 

* «Fuimos a la conferencia sobre la Renovación en el Espíritu Santo en Rimini y Dios le hizo entender a Paola que quería que fuera suya, pero ella no pudo aceptarlo. Me dejó por primera vez en mayo. Después de un tiempo nos volvimos a juntar porque ella no podía decir su ‘sí’ al Señor. Volvimos a hacer las paces porque ella no podía decir 'sí' a Dios porque pensaba que nueve años seguían siendo nueve años. En octubre, sin embargo, Dios ganó y ella me dejó para siempre» 

Camino Católico.- Comprometidos durante nueve años, estaban a punto de casarse, pero el Señor quiso para ellos un epílogo distinto: rompieron y se hicieron sacerdote y monja. Él es ahora el Padre Angelo Ragosta, sacerdote en Mühlacker (Alemania), en una comunidad italiana. Ella es Sor María Giuseppina del Amor Encarnado, monja de clausura en Nápoles.

Los dos protagonistas de esta historia, que se ha hecho viral, se conocieron el 29 de diciembre de 1996 en una parroquia de Portici, en la provincia de Nápoles, en plena adolescencia. Angelo tiene 16 años, Paola 15.

Paola y Angelo Ragosta cuando eran novios

«Nos hicimos novios o nos juntamos como se decía en nuestra época, precisamente un 29 de diciembre allá por 1996», cuenta Angelo en un post de Facebook, «el primer año, como siempre, fue de tiras y aflojas, siempre era yo el que se dejaba, pero después del primer año fuimos viento en popa hasta octubre de 2005, casi nueve años».

La vida empezó a cambiar para ambos en 2001, cuando conocieron a un sacerdote carismático y muy conocido en Nápoles: Don Michele Madonna.

En 2001 me fui a hacer el servicio militar –continúa Angelo– y, una vez terminado, desde entonces estuve siempre fuera trabajando, en la Toscana como electricista industrial. Los años pasaron deprisa, y hacia el final llegó a la parroquia, cerca de casa de Paola, un joven coadjutor, don Michele Madonna, que nos unió a Jesús vivo. Tenía un mantra: «¡Chicos preguntadle a Dios qué ha planeado para vosotros, cuál es su sueño sobre vosotros! Arrastraba y arrastra a todos, jóvenes y mayores, al que cree de verdad, al que gasta de verdad su vida por Jesús».

Don Michele desestabiliza el equilibrio entre los dos novios. Tenían el matrimonio en su agenda, pero Dios estaba a punto de cambiar sus planes por completo. «La boda estaba planeada –continúa Angelo–, estaban buscando casa y preparando todo lo necesario con tiempo, Paola mientras tanto estudiaba economía. En cambio, justo cuando encontramos la casa, me dejaron por enésima vez». 

Paola dejó a Angelo en 2005: «Fuimos a la conferencia sobre la Renovación en el Espíritu Santo en Rimini y Dios le hizo entender a Paola que quería que fuera suya, pero ella no pudo aceptarlo. Me dejó por primera vez en mayo. Después de un tiempo nos volvimos a juntar porque ella no podía decir su ‘sí’ al Señor. Volvimos a hacer las paces porque ella no podía decir 'sí' a Dios porque pensaba que nueve años seguían siendo nueve años. En octubre, sin embargo, Dios ganó y ella me dejó para siempre», dice Angelo al periódico Avvenire.

Angelo y Paola siguieron siendo amigos y continuaron saliendo juntos. En 2006 también compartieron un sacramento, el de la confirmación, que recibieron en la misma iglesia. Pero las almas de ambos estaban cada vez más inquietas. «Todo cambió para mí. Seguí trabajando como electricista industrial, pero en mi interior me sentía cada vez más inquieto. Tenía un sueldo, salía con amigos, hombres y mujeres, pero todo era insípido y no me parecía suficiente. Lo tenía todo, pero no era feliz», asegura Angelo.

Hasta que una noche, en un acto al que asistía en la Toscana con el padre Michele Madonna, «después de rezar las vísperas, le hice a Dios la pregunta fatídica con la que el padre Michele nos había estado atosigando, en pocas palabras le pregunté: pero ¿por qué estoy sobre la faz de la tierra? ¿Qué quieres de mí? Abro la Biblia, la que recibí como regalo de mi padrino de Confirmación, que había elegido entre las personas que frecuentaban mi comunidad parroquial y que, en lugar de darme un objeto inútil, me había traído el don de la Palabra. Leí el pasaje que me salió: ‘Antes de formarte en el seno materno, yo te conocía, antes de que salieras a la luz, yo te ungí’ (libro de Jeremías 1, 4-5). Sobre este pasaje comienzo mi discernimiento. Entro en el seminario a los 26 años y fui ordenado sacerdote a los 33 ordenado sacerdote por el entonces arzobispo de Nápoles, el cardenal Crescenzio Sepe». 

Angelo Ragosta en su ordenación sacerdotal

En 2018, Angelo solicitó y recibió permiso del arzobispo para realizar una experiencia apostólica en la misión católica de Wuppertal, Alemania. Después de cinco años, aceptó la oferta de trasladarse a Mühlacker, también en Alemania, donde actualmente presta servicio pastoral a las comunidades italianas.

Mientras Angelo entraba en el seminario, Paola elegía la vida de clausura, ingresando en el monasterio carmelita de Nápoles. La vida monástica, a la que se adhirió bajo el nombre de Sor María Giuseppina del Amor Encarnado, le impuso un estilo de vida mucho más discreto y poco social. 

«Cada vez que estoy en Nápoles, paso por el monasterio para ver a la hermana María Giuseppina. Las cosas no han cambiado mucho: cuando estábamos comprometidos, me regañaba. ¡Todavía lo hace, incluso siendo sacerdote!»

Homilía del P. Jesús Luis Sacristán y lecturas de la Misa de hoy, miércoles, santa Teresa de Jesús, 15-10-2025

15 de octubre de 2025.- (Camino Católico) Homilía del P. Jesús Luis Sacristán y lecturas de la Santa Misa de hoy, miércoles de la 28ª semana del Tiempo Ordinario, santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Santa Misa de hoy, miércoles, santa Teresa de Jesús, 15-10-2025

15 de octubre de 2025.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, miércoles de la 28ª semana del Tiempo Ordinario, santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, presidida por el P. Jesús Luis Sacristán, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Misterios Gloriosos del Santo Rosario, desde el Santuario de Lourdes, 15-10-2025

15 de octubre de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gloriosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, miércoles, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero. 

Palabra de Vida 15/10/2025: «Soy manso y humilde de corazón» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 15 de octubre de 2025, miércoles de la 28ª semana de Tiempo Ordinario, santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 11, 25-30:

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:

«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.

Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Adoración Eucarística con el P. José Aurelio Martín en la Basílica de la Concepción de Madrid, 15-10-2025

15 de octubre de 2025.- (Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Oremos con santa Teresa de Jesús el ‘Nada te turbe’ e invoquemos su intercesión con la plegaria de San Alfonso María de Ligorio para que nos capacite para cumplir la voluntad de Dios

Camino Católico.- Cada 15 de octubre, la Iglesia Católica celebra la fiesta de Santa Teresa de Ávila, Virgen y Doctora de la Iglesia (1515-1582); fundadora de la Orden de las Carmelitas Descalzas y reformadora de la vida religiosa. En virtud al nombre que adoptó al consagrarse, también se le conoce como Santa Teresa de Jesús.

Esta valiente mujer impulsó una de las reformas más impresionantes de la historia de las órdenes religiosas: la reforma del Carmelo. Mística y escritora de ascendencia judía es reconocida tanto por su contribución a la espiritualidad católica como a las letras españolas.

Dada su santidad y sus dotes teológicos, Teresa ostenta la condición de ser la primera mujer declarada ‘Doctora de la Iglesia’. Y puede decirse, sin caer en exceso alguno, que fue ella la gran reformadora del siglo XVI.

Santa Teresa nació en Ávila (España) el 28 de marzo de 1515. Su nombre completo fue Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, aunque se hizo llamar generalmente ‘Teresa de Ahumada’.

A los 18 años ingresó al Carmelo. Y muchos años después, a los 45, buscando responder a las gracias extraordinarias que recibía del Señor, emprendió la reforma de su propia Orden. Teresa de Jesús, como empezó a hacerse llamar, estaba llena de ansias de una auténtica renovación que recuperara el espíritu original del Carmelo, en buena parte perdido por esos años. Los monasterios carmelitas se hallaban, en su mayoría, contagiados de cierto aburguesamiento, y lejos de estar sometidos al mandato de Cristo, sus puertas y ventanas dejaron pasar vientos mundanos que soplaron por pasadizos y celdas, apoderándose de muchos corazones.

Así, apoyada en otro exponente máximo de la mística española, San Juan de la Cruz, amigo y director espiritual, Teresa dio inicio a la reforma carmelitana. 

A pesar de las incomprensiones, el rechazo inmediato de muchos, las habladurías y las falsas acusaciones -algo que llevaría a la santa a comparecer ante la Inquisición-, Teresa no se detuvo en el proyecto que el Señor le había encomendado.

Siempre con la orientación y guía de las autoridades eclesiales así como de los directores espirituales que tuvo, Santa Teresa se empeñó en la fundación de nuevos conventos en los que reorganizó la vida de las religiosas de claustro, optando por un espíritu más austero, sin vanidades ni lujos.

Teresa tuvo tanto un corazón apasionado como una inteligencia vivaz. Sin embargo, aun con eso, no se libró de pasar gran parte de su vida religiosa sumida en la mediocridad y el desasosiego, acentuados por enfermedades y dolencias físicas. Y cuando quiso hacer las cosas mejor, tampoco pudo evitar eso que San Juan de la Cruz llamó místicamente “la noche oscura del alma”. Dios permitiría que experimente todo esto en carne propia por largos periodos, aunque no sin sentido.

A la mitad de sus cuarenta, cuando Teresa por fin se dejó conducir de veras por Dios, sea a través de la oración o la lectura espiritual, su interior empezó a redescubrir el primer amor al Crucificado. Y eso sería solo el primer paso.

En las largas horas de contemplación de cara a su amado Jesús, Teresa empezó a experimentar éxtasis y arrebatos místicos. Y, contra lo que algún prejuicio podría sugerir, jamás perdió el sentido práctico ni la habilidad para atender situaciones cotidianas. Es cierto que, como la mayoría de mujeres de su tiempo, tuvo escasa educación, pero eso no pareció ser impedimento alguno para mostrar un talento y sabiduría singulares.

Tal era ese “saber” proveniente de Dios que personajes ilustres y poderosos se rendían ante ella y le pedían consejo. Al locutorio acudieron obispos, autoridades y miembros de la nobleza. Muchos de ellos, en gratitud, se hicieron sus cooperadores: cierto caudal de recursos materiales y financiamiento a su “reforma” empezarían a llegar.

Dentro del corazón de Teresa, se iba confirmando eso que ella definió alguna vez como “el llamado dentro del llamado”. La santa carmelita sabía muy bien que toda obra de Dios es una tarea conjunta -Dios y su creatura- y que se requiere de mucha generosidad en todo sentido. Ella misma lo dice sin rodeos:

"Teresa sin la gracia de Dios es una pobre mujer; con la gracia de Dios, una fuerza; con la gracia de Dios y mucho dinero, una potencia".

Los escritos de Santa Teresa de Ávila son guía segura en el camino de la vida espiritual y la virtud  cristiana, una invitación a la perfección de la caridad: la santidad. Baste recordar algunos de sus títulos fundamentales: Vida (su autobiografía), Fundaciones, Camino de perfección, y, Las moradas del castillo interior.

El Papa Benedicto XVI lo recordaba hace ya más de una década: “Santa Teresa de Jesús es verdadera maestra de vida cristiana para los fieles de todos los tiempos. En nuestra sociedad, a menudo carente de valores espirituales, Santa Teresa nos enseña a ser testigos incansables de Dios, de su presencia y de su acción” (Audiencia general, 2 de febrero de 2011).

Teresa de Jesús partió a la Casa del Padre el 15 de octubre de 1582. Fue canonizada en 1622 y declarada Doctora de la Iglesia por San Pablo VI en 1970.

Oremos con santa Teresa de Jesús el ‘Nada te turbe’ e invoquemos su intercesión con la plegaria de San Alfonso María de Ligorio para que nos capacite para cumplir la voluntad de Dios:

Oración ‘Nada te turbe’ de Santa Teresa de Jesús 



Nada te turbe,

Nada te espante,

Todo se pasa,

Dios no se muda,


La paciencia

Todo lo alcanza;

Quien a Dios tiene

Nada le falta:

Sólo Dios basta.


Eleva el pensamiento,

al cielo sube,

por nada te acongojes,

Nada te turbe.


A Jesucristo sigue

con pecho grande,

y, venga lo que venga,

Nada te espante.


¿Ves la gloria del mundo?

Es gloria vana;

nada tiene de estable,

Todo se pasa.


Aspira a lo celeste,

que siempre dura;

fiel y rico en promesas,

Dios no se muda.


Ámala cual merece

Bondad inmensa;

pero no hay amor fino

Sin la paciencia.


Confianza y fe viva

mantenga el alma,

que quien cree y espera

Todo lo alcanza.


Del infierno acosado

aunque se viere,

burlará sus furores

Quien a Dios tiene.


Vénganle desamparos,

cruces, desgracias;

siendo Dios su tesoro,

Nada le falta.


Id, pues, bienes del mundo;

id, dichas vanas,

aunque todo lo pierda,

Sólo Dios basta.

Santa Teresa de Jesús

Oración a Santa Teresa de Jesús de San Alfonso María de Ligorio

Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de Tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, obtén para mí también, te lo ruego, un destello de ese mismo fuego ardiente y santo que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas, aún yo mismo, porque tu ardiente deseo era verle adorado por todos los hombres. 

Concédeme que todos mis pensamientos, deseos y afectos sean dirigidos siempre a hacer la voluntad de Dios, la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor, porque Él es digno de ser amado y obedecido por siempre.

Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios, que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios. 

Amén.

San Alfonso María de Ligorio

El cielo proclama la obra de Dios y nos señala el camino hacia Él / Por P. Carlos García Malo

 


martes, 14 de octubre de 2025

Beata Anna Sperczyńska, la niñera que guio a Carlo Acutis en el camino de la fe: «Desde pequeño, le enseñé a vivir cerca de Jesús; para él, esta relación era natural, amistosa, como si se conocieran de toda la vida»


San Carlo Acutis y su niñera Beata Anna Sperczyńska, que le empezó a hablar de Dios cuando era pequeño  / Foto: Semanario Niedziela

* «La primera oración que Carlo aprendió muy rápido —y en polaco, nada menos— fue la oración «Ángel de la guarda». Memorizó las palabras, sin saber su significado en aquel momento. Sólo más tarde empezó a cuestionarlo, cuando la oración se convirtió en un ritual vespertino habitual. Incluso yo tenía una cinta de casete con la grabación de Carlo, pero, por desgracia, después de varias mudanzas, estos preciados recuerdos desaparecieron. Carlo nunca pasaba indiferente ante una iglesia. Se detenía, miraba dentro, saludaba, como si entrara en la casa de un ser querido. Aunque solo fuera por un instante. Simplemente se sentía como en casa» 

Camino Católico.- Como muchos italianos, los padres de San Carlo Acutis eran católicos de cultura, pero no muy practicantes. Su madre, Antonia Salzano, ha contado que, antes de tener a su hijo, solo había ido a la iglesia tres veces: "Mi primera Misa fue mi Primera Comunión, la segunda mi Confirmación y la tercera mi boda". En casa, nunca se hablaba de fe.

Aun así, desde pequeño, Carlo mostró un profundo interés por las cosas de Dios. Demostró una gran piedad y un amor especial por Jesús y María. Con tan solo tres años, no podía pasar por delante de una iglesia sin detenerse a saludar a Jesús presente en el sagrario. Durante sus paseos por los parques de Milán, recogía flores para colocarlas a los pies de las imágenes de la Virgen María. Aunque Carlo tenía una inclinación natural hacia lo sagrado, su madre reconoce que la influencia de su niñera fue decisiva.

Esa niñera era Beata Anna Sperczyńska, una joven polaca que trabajó como au pair en casa de los Acutis durante varios años. Antonia recuerda: "Beata fue una de las primeras personas en hablar con Carlo sobre Dios". Fue ella quien despertó en él el amor hacia Jesús presente en la Eucaristía, llevándolo regularmente a Misa. También le enseñó los fundamentos de la fe, la práctica de la misericordia hacia los pobres y sus primeras oraciones. Hoy, Beata Anna Sperczyńska es directora general de una empresa internacional dedicada a la publicidad y promoción de marcas conocidas y en una entrevista con el Semanario Niedziela de Polonia cuenta su relación con San Carlo Acutis y como empezó a compartir con él la fe. 

- ¿Cuándo conociste a San Carlo Acutis y cómo fue vuestro primer encuentro?

- Conocí a Carlo en Centoli, un pequeño pueblo del sur de Italia, cerca de Palinuro. Carlo pasaba los veranos allí con sus abuelos, Luana y Antonio (los padres de su madre). Yo estaba allí de vacaciones, buscando trabajo para ganar algo de dinero extra. Los abuelos de Carlo ya tenían dos candidatas —chicas de Polonia— y yo era la tercera. Carlo y yo fuimos amor a primera vista. Dormimos en la misma habitación, y tras nuestra primera mañana juntos, supe que conseguiría el trabajo. Nos comunicábamos sin palabras, imitando sonidos de animales, lo que nos acercó de forma natural. Esa primera mañana, llena de calidez y luz, permanecerá en mi memoria para siempre.

- La madre de Carlo Acutis suele enfatizar que Carlo debe su educación católica a la familia de su padre y a su niñera polaca, usted ¿Le enseñó a rezar? ¿Le habló de Dios?

- Es cierto. La primera oración que Carlo aprendió muy rápido —y en polaco, nada menos— fue la oración «Ángel de la guarda». Memorizó las palabras, sin saber su significado en aquel momento. Sólo más tarde empezó a cuestionarlo, cuando la oración se convirtió en un ritual vespertino habitual. Incluso yo tenía una cinta de casete con la grabación de Carlo, pero, por desgracia, después de varias mudanzas, estos preciados recuerdos desaparecieron.

Yo era la niñera de Carlo. Intenté participar activamente en su crianza, con ternura y atención. Desde pequeño, le enseñé a vivir cerca de Jesús. Para él, esta relación era completamente natural, casi amistosa, como si se conocieran de toda la vida. Para mí, también era obvio: crecí en un pueblo pequeño, en una familia católica, donde la misa dominical era el evento más importante de la semana. Durante mi infancia y juventud, la iglesia era prácticamente la única fuente de cultura del pueblo.

Carlo nunca pasaba indiferente ante una iglesia. Se detenía, miraba dentro, saludaba, como si entrara en la casa de un ser querido. Aunque solo fuera por un instante. Simplemente se sentía como en casa.

- Además de la oración del Ángel de la guarda, ¿sabía otras oraciones en polaco? ¿Hablaba nuestro idioma?

- Carlo no hablaba polaco, pero sabía algunas palabras. Cuando saludaba a mis padres por teléfono, siempre empezaba en polaco: "¡Buenos días, hola!". Y, como ya mencioné, rezaba el Ángel de la guarda en nuestro idioma por las noches.

San Carlo Acutis y su niñera Beata Anna Sperczyńska, que le regaló la primera imagen de la Virgen cuando era pequeño

- La madre de Carlo Acutis, la Sra. Antonia, recordó que durante su primer encuentro en su casa, usted tenía una bolsa llena de imágenes de Nuestra Señora de Częstochowa. ¿Fue la imagen que le dio a Carlo la primera imagen de Nuestra Señora que vio en su vida?

- Sí, es cierto. Esta fue su primera imagen que vio en su vida, la de Nuestra Señora de Częstochowa, la Virgen Negra de Jasna Góra.

Esta imagen era especialmente cercana a mí, pues me había acompañado casi a diario desde la infancia. Siempre la llevaba conmigo, guardada en el libro de oraciones "El Camino al Cielo", que recibí en mi Primera Comunión. Las peregrinaciones a Jasna Góra eran más que un simple viaje de vacaciones para mí: eran una experiencia espiritual importante. Momentos de agotamiento, pero también de alegría, de oración compartida y silencio. Era un viaje del corazón que dejó una huella imborrable. Esta imagen de Nuestra Señora era como un signo de presencia: de cuidado, esperanza y compañía constante. La llevaba conmigo no solo por cariño, sino también por la sensación de que estaba realmente cerca. Más adelante en la vida de Carlo, se hizo prensente la Virgen Negra de Pompeya (Nuestra Señora del Rosario), pero esa es otra historia .

- ¿Qué clase de niño era Carlo Acutis en la vida cotidiana? ¿Qué lo hacía destacar?

- Carlo era un niño alegre. Durante mucho tiempo, fue el único nieto, lo que significaba que estaba rodeado del amor y la atención de su familia. Su vida estaba llena de felicidad e irradiaba una energía extraordinaria. En el día a día, se distinguía por su paciencia; nunca se quejaba. Era capaz de esperar y aceptar con humildad lo que el día le deparara.

- ¿Tenía algún defecto?

- Carlo ciertamente no era perfecto, pero era excepcional. Tenía sus defectos, como cualquier niño, como cualquier ser humano, pero, sinceramente, me cuesta recordarlos ahora. Ciertamente no era engreído, codicioso ni perezoso, por ejemplo. Sí recuerdo que a veces cotilleábamos sobre sus amigos o los míos, pero esa era más mi debilidad, no la de Carlo. Sin embargo, esos momentos no disminuyeron su singularidad; al contrario, decían mucho de su naturaleza humana.

- Si tuvieras que elegir uno o dos momentos específicos de la vida de Carl que digan mucho sobre él, ¿cuáles serían?

- Era el cumpleaños de Giacomo, su amigo del jardín de infancia. Todavía lo recuerdo. Yo tenía un rosario de madera colgado al cuello, que siempre llevaba. Hoy podría parecer genial, pero en aquel entonces era bastante extraño. Alguien lo comentó y, para evitar más comentarios, lo escondí debajo de la camisa. Quería que fuera menos visible. Carlo se dio cuenta y dijo: «Bea, no lo escondas, ¡son las cuentas más bonitas del mundo!». Este acontecimiento me impresionó muchísimo porque Carlo no solo vio que el rosario era una fuente de paz para mí (en cierto modo, me defendió), sino que también comprendió su profundo valor. Lo veía como algo más que un simple objeto decorativo; conocía su significado más profundo. Sus palabras estaban llenas de calidez. Podía ver la belleza en cosas que podrían ser invisibles para otros.

- ¿Qué te sorprendió de este niño a medida que crecía? Aprendió cada vez más sobre el mundo y tuvo cada vez más experiencias...

- Fue sorprendente la rapidez con la que su perspectiva del mundo empezó a cambiar. Día a día, empezó a ver la complejidad de cosas que antes parecían simples. Aunque madurar implica descubrir que el mundo no es blanco o negro, Carlo comprendió rápidamente que conceptos como la verdad, la justicia y la amistad tenían significados más profundos y complejos. Esta comprensión no siempre le resultó fácil, pies le costó comprenderla y encontrar su lugar en este mundo complejo.

Lo que siempre me sorprendió de él fue su extraordinaria capacidad para hacer preguntas con sentido. Al formularlas, podía ver cosas que otros pasaban por alto o preferían no ver. Parecía más atento y sensible a lo que yacía bajo la superficie. Esto hacía que su percepción fuera única.

- ¿A Carlo le gustaban las historias de santos?

El primer santo que estudiamos juntos fue San Carlos. No conocía su historia, pero alguien le dio a Carlo una versión infantil de la historia del santo, y así empezó todo. Aprendí la historia del santo, y Carlo comprendió que su nombre no era casualidad: era el nombre que recibió en su bautismo, no sólo de su abuelo. Las historias de los santos son un caleidoscopio de actitudes, defectos, virtudes y obras humanas. Es una lectura excelente. Estas personas eran como nosotros: se equivocaron, pecaron, se convirtieron y oraron. Le hablé del heroísmo de Santa Juana de Arco, su valentía y fe. Con el tiempo, Carlo se interesó por San Francisco, y se convirtió en una verdadera pasión para él.

- ¿Qué ha significado para usted la canonización de Carlo Acutis?

- Para mí, su canonización ha sido un signo de que la santidad es posible aquí y ahora. No hace falta vivir siglos atrás, ni ser monje ni místico. Puedes ser un adolescente común y corriente en vaqueros que va a misa todos los días, navega por memes y programa páginas web. La canonización ha traído una inmensa esperanza para todos nosotros: que la santidad no es algo lejano, sino un camino que podemos recorrer a diario.