4 de junio de 2023.- (Camino Católico) Homilía del diácono Pedro Antonio Jiménez Gómez, lecturas de la Santa Misa de hoy, domingo, solemnidad de la Santísima Trinidad, emitida desde la Parroquia de San Miguel Arcángel de Moralzarzal, Madrid.
Para empezar, hay que hablarles de la palabra “Trinidad”. Podríamos intentar encontrar con ellos palabras que comiencen por “tri-”, como triciclo, por ejemplo. El prefijo “tri-” implica la existencia de tres elementos. En Dios, hay tres Personas.
¿Cuáles son? Para ayudar a los niños a averiguarlo por sí mismos, podemos proponerles hacer la señal de la cruz. Se darán cuenta en seguida de que invocan, efectivamente, a tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (a no ser que cuenten también a un cuarto llamado… “Amén”, en cuyo caso convendría aprovechar para recordarles el sentido de esta fórmula o la de “así sea” al final de las oraciones).
Ana Cuenca cuenta su testimonio de conversión en la Vigilia Diocesana de la Mare de Déu dels Desamparats celebrada en la plaza toros de Valencia, el sábado 29 de abril de 2023, ante 12.000 personas
Camino Católico.- Ana Cuenca, de 30 años, pertenece a una comunidad del Camino Neocatecumenal en la parroquia de San Jerónimo de Valencia. Ana ofreció el primer testimonio, en torno al sufrimiento, en la Vigilia Diocesana de la Mare de Déu dels Desamparats celebrada en la plaza toros de Valencia, el sábado 29 de abril de 2023, ante 12.000 personas.
Evangelio: San Marcos 11, 27-33:
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras este paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le decían:
«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad para hacer esto?»
Jesús les respondió:
«Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era del cielo o de los hombres? Contestadme».
Se pusieron a deliberar:
«Si decimos que es del cielo, dirá: “¿Y por qué no le habéis creído?” ¿Pero como vamos a decir que es de los hombres?».
(Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta).
Y respondieron a Jesús:
«No sabemos».
Jesús les replicó:
«Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».
Evangelio: San Marcos 11, 11-26:
Después que el gentío lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, en el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, salió hacia Betania con los Doce.
Al día siguiente, cuando salían de Betania, sintió hambre. Vio de lejos una higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo:
«Nunca jamás coma nadie frutos de ti».
Los discípulos lo oyeron.
Llegaron a Jerusalén, entrando en el templo, se puso a echar a los que vendían y compraban en el templo, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo.
Y los instruía, diciendo:
«¿No está escrito: “Mi casa será casa de oración para todos los pueblos”? Vosotros en cambio la habéis convertido en cueva de bandidos».
Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo admiraba su enseñanza, buscaban una manera de acabar con él.
Cuando atardeció, salieron de la ciudad.
A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús:
«Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado».
Jesús contestó:
«Tened fe en Dios. En verdad os digo que si uno dice a este monte: “Quítate y arrójate al mar”, y no duda en su corazón, sino que cree en que sucederá lo que dice, lo obtendrá.
Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis.
Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas».
Evangelio: San Mateo 26, 36-42:
Jesús fue con sus discípulos a un huerto, llamado Getsemaní, y le dijo:
«Sentaos aquí, mientras voy allá a orar».
Y llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a sentir tristeza y angustia.
Entonces les dijo:
«Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo».
Y adelantándose un poco cayó rostro en tierra y oraba diciendo: «Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú».
Y volvió a los discípulos y los encontró dormidos.
Dijo a Pedro:
«¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu está pronto, pero la carne es débil».
De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo:
«Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad».
Jeevan cuenta su testimonio de conversión y vocación. Habilitar los subtítulos en español para ver la traducción
Camino Católico.- Jeevan nació en 1998 en la India, en el estado de Andhra Pradesh. Su vida no ha sido fácil. La conversión al cristianismo desde el hinduismo en una provincia donde la gran mayoría de la población es de religión hindú (más del 90.89%) es incluso peligroso. Jeevan y su madre se convirtieron al catolicismo y él fue llamado por Dios a ser sacerdote.