30 de octubre de 2023.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, lunes de la 30ª semana de Tiempo Ordinario, presidida por el P. Carlos Martínez Oliveras, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
Evangelio: San Lucas 13, 10-17:
Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga.
Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo.
Al verla, Jesús la llamó y le dijo:
«Mujer, quedas libre de tu enfermedad».
Le impuso las manos, y en seguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios.
Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a decir a la gente:
«Hay seis días para trabajar; venid, pues, a que os curen en esos días y no en sábado».
Pero el Señor le respondió y dijo:
«Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre y lo lleva a abrevar?
Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?».
Al decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.
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* «Cada padre y madre tienen que poner por encima de su egoísmo a sus hijos e hijas. Lo que ellos están sufriendo en casa, abandonados, cuando papá no está en casa para protegerlos, es impensable, inimaginable; y todo porque el papá se va de la casa con otra mujer, que va a ser el mismo infierno pero con diferente diablo cuando se pase la calentura sexual. Hay que tener el valor de decir: “Ante Dios me comprometí en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe”. Es un compromiso, es una decisión, no es un sentimiento. El sentimiento se acaba, pero la decisión de amar y de perdonar tiene que permanecer hasta que la muerte nos separe. Ésa es la protección que Dios planeó para nuestros hijos e hijas, para que ellos no sean vulnerables»
Video completo de la transmisión en directo de 13 TV con la homilía del Papa traducida al español
* «Ser Iglesia adoradora e Iglesia del servicio, que lava los pies a la humanidad herida, que acompaña el camino de los frágiles, los débiles y los descartados, que sale con ternura al encuentro de los más pobres. Dios lo ha ordenado —lo hemos escuchado— en la primera Lectura. Pienso en los que son víctimas de las atrocidades de la guerra; en los sufrimientos de los migrantes; en el dolor escondido de quienes se encuentran solos y en condiciones de pobreza; en quienes están aplastados por el peso de la vida; en quienes no tienen más lágrimas, en quienes no tienen voz. Y pienso en cuántas veces, detrás de hermosas palabras y persuasivas promesas, se fomentan formas de explotación o no se hace nada para impedirlas. Es un pecado grave explotar a los más débiles, un pecado grave que corroe la fraternidad y devasta la sociedad. Nosotros, discípulos de Jesús, queremos llevar al mundo otro fermento, el del Evangelio. Dios en el centro y junto a Él aquellos que Él prefiere, los pobres y los débiles»
Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus
* «No nos rindamos. Sigamos rezando por Ucrania y también por la grave situación en Palestina e Israel y otras regiones en guerra. En Gaza, en particular, que haya espacio para garantizar la ayuda humanitaria y que los rehenes sean liberados inmediatamente. Que nadie renuncie a la posibilidad de detener las armas. Que cesen el fuego. El Padre Ibrahim Faltas – lo acabo de escuchar en el programa «A Su Imagen»- el padre Ibrahim dijo: «¡Alto el fuego! ¡Alto el fuego!». Es el Vicario de Tierra Santa. Nosotros también, con el padre Ibrahim, decimos: ¡Alto el fuego! ¡Deténganse, hermanos y hermanas! ¡La guerra es siempre una derrota, siempre!»
El Papa Francisco en la homilía ha subrayado a los participantes que la mayor reforma de la Iglesia es “adorar a Dios y amar a los hermanos con su mismo amor” y les pide luchar siempre contra las idolatrías: “Estemos vigilantes, no vaya a ser que nos pongamos nosotros mismos en el centro, en lugar de poner a Dios”. En la Eucaristía han estado presentes cerca de cinco mil personas, entre las que se encontraban los obispos, religiosos y laicos que han participado en el Sínodo de la Sinodalidad que inició el 4 de octubre.
Evangelio: San Mateo 22, 34-40:
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?».
Él le dijo:
«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente.
Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
En estos dos mandamientos sostienen toda la Ley y los Profetas».
* «Muchos identifican el entero cristianismo con el precepto del amor al prójimo, y no están del todo desencaminados. Pero debemos intentar ir un poco más allá de la superficie de las cosas. Cuando se habla del amor al prójimo el pensamiento va en seguida a las “obras” de caridad, a las cosas que hay que hacer por el prójimo: darle de comer, de beber, visitarlo; es decir, ayudar al prójimo. Pero esto es un efecto del amor, no es aún el amor. Antes de la beneficencia viene la benevolencia; antes que hacer el bien, viene el querer. La caridad debe ser “sin fingimientos”, es decir, sincera (literalmente, “sin hipocresía”) (Rm 12, 9); si debe amar “verdaderamente de corazón” (1 Pe 1,22). Se puede de hecho hacer caridad o limosna por muchos motivos que no tienen nada que ver con el amor: por quedar bien, por parecer benefactores, para ganarse el paraíso, incluso por remordimientos de conciencia. Mucha caridad que hacemos a los países del tercer mundo no está dictada por el amor, sino por el remordimiento. Nos damos cuenta de la diferencia escandalosa que existe entre nosotros y ellos, y nos sentimos en parte responsables de su miseria. ¡Se puede tener poca caridad, también “haciendo caridad”! Esta caridad del corazón o interior es la caridad que todos y siempre podemos ejercer, es universal. Además es muy concreta. Se trata de empezar a mirar con nuevos ojos las situaciones y las personas con las que vivimos. ¿Con qué ojos? Es sencillo: los ojos con que quisiéramos que Dios nos mirara a nosotros. Ojos de excusa, de benevolencia, de comprensión, de perdón»
Camino Católico.- El único párroco católico en Gaza, el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, del Instituto del Verbo Encarnado, dialoga con EWTN Noticias sobre la situación actual en la región, suscitada por el ataque del grupo terrorista Hamás y la contraofensiva del ejército israelí, que ha desencadenado un estado de guerra.
Las autoridades israelíes han dado la orden de desocupar el norte Gaza, pidiendo que toda la población —más de un millón de personas— se desplace hacia el sur, lo que acentuó la desesperación en los habitantes.
“La situación es terrible, porque hasta ahora siguen con la orden de que se vayan, pero la gente misma dice: ‘¿Ir a dónde? ¿Y cómo?’”, indica el P. Romanelli. “La mayor parte de la gente ni siquiera tiene vehículo, no tienen posibilidades de irse”.
Evangelio: San Lucas 6, 12-19:
En aquellos días, tiempo, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Después de bajar con ellos, se paró en una llanura, con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.