Camino Católico

Mi foto
Queremos que conozcas el Amor de Dios y para ello te proponemos enseñanzas, testimonios, videos, oraciones y todo lo necesario para vivir tu vida poniendo en el centro a Jesucristo.

Elige tu idioma

Síguenos en el canal de Camino Católico en WhatsApp para no perderte nada pinchando en la imagen:

sábado, 22 de febrero de 2025

Osmanys: «Mi familia era atea y cuando de niño iba a misa me daban una paliza; robé, fui encarcelado, tengo cáncer, pero me he bautizado católico: Tenemos siempre al Señor, en los malos y en los buenos momentos»


«Cuantos más golpes me daban, más fuerza cogía para volver a la iglesia», asegura Osmanys

* «Recibir el Bautismo, con la absolución sacramental, la Confirmación y la Eucaristía fue algo único; más para uno de fuera que ha sufrido tanto para llegar a esto. Cuando añoras algo desde pequeño y has pasado dificultades, esto es un regalo de Dios»

Camino Católico.- «Siempre hay que mirar los buenos momentos y asumir los errores, bastante complicados, las cosas de las que tal vez no nos sintamos orgullosos». En la vida de Osmanys, como le sucedía a san Pablo, hay un aguijón que le atormenta. Y a él se refiere de forma recurrente en nuestra larga conversación.

Su gran buen momento, sin duda el mejor, llegó el pasado sábado, 1 de febrero, cuando recibió de manos del obispo auxiliar de Madrid José Antonio Álvarez los sacramentos de la iniciación cristiana. Su tormento, cuando se dedicó a robar, hechos por los que ha pasado poco más de un año en la cárcel.

Entremedias, una historia de anhelo profundo del Señor desde que era un niño; una infancia «que en realidad no tuve» porque enseguida tuvo que trabajar en su Cuba natal, y unos años de dedicación profesional a personas mayores en residencias de ancianos como auxiliar de enfermería, ya en España.

«Se tuerce todo cuando cometí errores» asegura a B. Aragoneses en Infomadrid. Cuando por los problemas económicos y los amigos inadecuados «me metí a robar en casas de gente pudiente». En la cárcel «reflexioné todo esto; ni me lo podía creer de mí mismo, una persona que lo ha tenido todo…». «Y es doloroso, porque estás haciendo daño a otras personas; me arrepiento mucho, me gustaría dar marcha atrás, pero…». Pidió perdón, aunque hubo quienes no se lo aceptaron.

Las manos  de Osmanys durante la entrevista

Apaleado por ir a la iglesia

Osmanys es el pequeño de seis hermanos, nacido en un pueblecito pequeño cercano al municipio cubano de Haiti. El nombre le viene de la cantidad de haitianos que recalaban allí como emigrados. Se trajeron, entre otras cosas, las prácticas de la santería, un mundo al que se acercó su familia, por otro lado radicalmente atea militante. «Pero yo me decanté por la Iglesia, desde pequeño».

No fue fácil esta opción suya, «lo pasaba mal» porque sus hermanos, que eran unos «lengüinos», cada vez que iba a la iglesia se lo decían a sus padres. «Y al volver, la "golpiza"». Que en ocasiones eran verdaderos martirios, como cuando le obligaban a ponerse de rodillas encima de latas de cerveza hasta que las arandelas le hacían sangre. «Pero cuantos más golpes me daban, más fuerza cogía para volver a la iglesia».

Osmanys pasó directamente de niño a hombre «porque no tuve infancia», se puso enseguida a trabajar sembrando arroz, y cuánta caña de azúcar no habrá comido como único alimento para poderse pagar sus estudios. «Yo he pasado hambre».

Osmanys ante una imagen de la Virgen de la Almudena

Licenciado en Economía por su país, siempre había sentido una especial predilección por el mundo sanitario. Por eso al llegar a España, hace ya 20 años, se sacó el título de auxiliar de enfermería.

Toda la vida estuvo bien de salud Osmanys hasta que «de pronto un dolor, una inflamación en el abdomen» y le diagnostican cirrosis hepática y tumor en el hígado para el que está en espera de tratamiento experimental, no quimio. Un cáncer «y es como si se te viniera todo abajo». Por eso, la trabajadora social del centro penitenciario le puso en contacto con las Misioneras de la Caridad del Paseo de la Ermita del Santo. «Aquí llevo un mes y dos días».

«El primer día me costó mucho, lo veía todo fatal». Pero ahora «me siento como en casa». El bloqueo inicial no le impidió pedir nada más llegar el Bautismo. Osmanys es un hombre acostumbrado a ir a Misa los domingos «porque ese deseo yo siempre lo he tenido; cuando tienes hambre de algo, tratas de llenarte». Y por eso, también en España, como cuando era un niño en Cuba, seguía yendo a la iglesia, «mi momento, mi paz; te llenan las palabras del padre, estar con personas que sabes que creen, que sabemos que tenemos siempre al Señor, en los malos y en los buenos momentos».

Osmanys al ser diagnosticado de cáncer pidió ser bautizado 

Vuelve el aguijón: «He estudiado y he trabajado, pero mira la tentación por dónde me ha llevado; cuando a veces nos alejamos del Señor, el diablo está acechando». Para ayudar a sus hermanos, dice, cometió «el error». Ahora, «échate la película, ellos, gente estudiada pero como el ganado cuando come hierba, tozudos». Tanto, que «les hablas del Señor y es como si te colgaran el teléfono».

De nuevo el suplicio: «Me pregunto cómo caí en ese error. Es muy duro. Porque cuando entras en una casa, no sabes quién hay dentro. Puedes irte tú o te puedes llevar a alguien por delante». Y se asoma el dolor a sus ojos en forma de lágrimas: «O puede haber niños». El gran aguijón. El miedo a qué hubiera pasado en alguna de esas si hubiera habido críos; «no por mí, pero los que andaban conmigo…».

Osmanys está ahora en la casa de las Misioneras de la Caridad

Día de fiesta

Pero la historia de Osmanys es de resurrección. Noche oscura y tres sacramentos de golpe. Ir hablando con el sacerdote que lo ha acompañado en este camino, Pedro José Lamata, fue lo más consolador. «Te estás liberando de un gran peso; cuando vas liberado de toda carga, lo demás te entra como un chute». Después, el Bautismo (con la absolución sacramental), la Confirmación y la Eucaristía. «Para mí, algo único; más para uno de fuera que ha sufrido tanto para llegar a esto». Y añade: «Cuando añoras algo desde pequeño y has pasado dificultades, esto es un regalo de Dios».

Lo vivió Osmanys ese día con auténtica emoción. Vestía traje de fiesta, también por fuera, que nunca se había puesto tan elegante —con ropa prestada—. «Me vestí, me iba al espejo, volvía a la habitación, de nuevo al espejo, nervioso». Allí estaban sus padrinos, Helena y Juan, y el obispo auxiliar de Madrid José Antonio Álvarez, «tan cercano, una persona impresionante».

En lo que lleva de nuevo cristiano, Osmanys ha comulgado todos. Nunca lo había hecho, claro, y sentía curiosidad. Resume conciso, contundente y sin rodeos: «Es fenomenal».

Reconocer la presencia de Dios en su vida

Osmanys es ahora Osmanys de la Caridad, su nombre bautismal. Lo resalta especialmente el obispo auxiliar: «La caridad de Cristo en su Iglesia a través de diferentes personas y acontecimientos, y al fin con las Misioneras, le han hecho reconocer la presencia de Dios». A José Antonio Álvarez le llamó especialmente la atención la «admiración, ilusión, la novedad con la que vivió la celebración». Osmanys «tenía los ojos radiantes» —él mismo confiesa que lloró un montón— y el corazón «bien dispuesto» para vivir el encuentro con el Señor.

Hizo especial énfasis el obispo auxiliar en el salmo proclamado ese día, «bendito sea el Señor, Dios de Israel, que ha visitado a su pueblo» y se refirió a cómo Dios ha ido acompañando a Osmanys, «su vida y su historia, aun cuando no era consciente, y le hace reconocer que Dios es bendito porque visita y acompaña; la bendición plena llega por la participación de su misma Vida».

Por último, afirma que la acogida de un nuevo miembro en la Iglesia es un signo de que esta es Madre, que reconoce a un hijo después de «tantos sufrimientos, soledades y abandono». «Esto es manifestación de lo que estamos llamados a vivir: anunciar el Evangelio y acoger a todos; ser Buena Noticia para el mundo». Y así, «una persona muy sufriente recobra el gozo de vivir».

Conoce 8 oraciones de sanación para poder rezar e interceder: Jesús es el médico que cura nuestras heridas, que sana nuestros corazones y que nos llama todos los días a la vida

Camino Católico.- Todos estamos heridos. En algún momento de nuestra vida hemos experimentado el dolor, el sufrimiento o la miseria tanto interior como exterior. Jesús es el médico que cura nuestras heridas, que sana nuestros corazones y que nos llama todos los días a la vida. Aquí tienes algunas oraciones que puedes rezar cuando estés herido en el cuerpo o el alma y puedes interceder por quienes te lo pidan:

Oración de sanación interior del Padre Emiliano Tardif

Padre de bondad: te bendigo y te alabo y te doy gracias; porque por tu amor nos diste a tu hijo Jesús. Gracias, Padre, porque a la luz del Espíritu comprendemos que Él es la luz, la verdad y el Buen Pastor que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia.

Hoy, Padre, me quiero presentar delante de ti, como tu hijo. Tú me conoces por mi nombre; pon tus ojos de Padre amoroso en mi vida. Tú conoces mi corazón y conoces las heridas de mi historia. Tú conoces todo lo que he querido hacer y no he hecho.

Conoces también lo que hice o me hicieron lastimándome. Tú conoces mis limitaciones, mis errores y mis pecados. Conoces los traumas y complejos de mi vida.

Hoy, Padre, te pido que por el amor que le tienes a tu hijo Jesucristo, derrames tu santo Espíritu sobre mí, para que el calor de tu amor sanador penetre en lo más íntimo de mi corazón.

Tú que sanas los corazones destrozados y vendas las heridas sáname aquí y ahora de mi alma mi mente, mi memoria y todo mi interior. Entra en mí, Señor Jesús, como entraste en aquella casa donde estaban tus discípulos llenos de miedo.

Tú que apareciste en medio de ellos y les dijiste: “paz a vosotros”, entra en mi corazón y dame tu paz. ¡Lléname de tu amor! Sabemos que el amor hecha fuera el temor. Pasa por mi vida y sana mi corazón.

Sabemos, Señor Jesús, que tú lo haces siempre que te lo pedimos y te lo estoy pidiendo con María, mi madre, la que estaba en las bodas de Caná cuando no había vino y tu respondiste a su deseo transformando el agua en vino. Cambia mi corazón y dame un corazón generoso, un corazón afable, un corazón bondadoso, dame un corazón nuevo.

Has brotar en mí los frutos de tu presencia. Dame el fruto de tu Espíritu que es amor, paz, alegría. Haz que venga sobre mí el Espíritu de las bienaventuranzas, para que pueda saborear y buscar a Dios cada día, viviendo sin complejos ni traumas junto a los demás, junto a mi familia, junto a mis hermanos.

Te doy gracias, Padre, por lo que estás haciendo hoy en mi vida. Te doy gracias de todo corazón porque tú me sanas, porque tú me liberas, porque tu rompes las cadenas y me das la libertad.

Gracias, Señor Jesús, porque soy templo de tu Espíritu y ese templo no se puede destruir porque es la casa de Dios. Te doy gracias Espíritu Santo por la fe.

Gracias por el amor que has puesto en mi corazón, ¡Qué grande eres Señor Dios Trino y Uno! Bendito y alabado seas, Señor. Amén.

_________

Oración para pedir la salud de un conocido, amigo o pariente enfermo

Padre nuestro que está en los cielos, vengo delante de ti reconociendo que solo Tú eres Dios. Reconozco que eres Dios de amor, de compasión y de misericordia. Por eso, hoy te pido que te acuerdes de (nombre de la persona), que está enfermo/a de _________.

Te pido, Señor, que extiendas tu mano sanadora hacia (nombre de la persona). Te pido Señor que quites el dolor de su cuerpo. Te pido, Señor, que confortes su alma durante estos momentos difíciles. Te pido, Señor, qué (nombre de la persona) sepa que tú estás a su lado siempre.

La Biblia dice que tú le has dado autoridad a tu hijo Jesús sobre todas las cosas. Así que yo declaro que, en el nombre de Jesús, la enfermedad se va de (nombre de la persona). Tengo fe que tú, Señor, tienes el poder para sanar. Confío que la obra de sanidad está hecha en (nombre de la persona).

Gracias Señor por escuchar mi petición. Gracias por tu amor y por tu misericordia. Gracias por tus grandes obras. Gracias por la salud de (nombre de la persona). Que tu voluntad sea hecha, en el nombre de Jesús. Amén.

 __________

Oración a la Virgen de Lourdes por nuestros familiares enfermos

¡Oh amabilísima Virgen de Lourdes, madre de Dios y madre nuestra! Llenos de aflicción y con lágrimas fluyendo de los ojos, acudimos en las horas amargas de la enfermedad a tu maternal corazón, para pedirte que derrames a manos llenas el tesoro de tu misericordia sobre nosotros.

Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuches: pero acuérdate de que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a ti haya sido abandonado. ¡Madre tierna! ¡Madre bondadosa! ¡Madre dulcísima!

Ya que Dios obra por tu mano curaciones innumerables en la gruta prodigiosa de Lourdes, sanando tantas víctimas del dolor, guarda también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo… (diga el nombre del enfermo/a).

Alcánzale de tu divino hijo Jesucristo la deseada salud, si ha de ser para mayor gloria de Dios. Pero mucho más, alcánzanos a todos el perdón de nuestros pecados, paciencia y resignación en los sufrimientos y, sobre todo, un amor grande y eterno a nuestro Dios, prisionero por nosotros en los Sagrarios. Amén.

 _________

Oración a San Rafael arcángel, el "médico divino"

Dios te bendiga, santo arcángel Rafael, pues, tú eres uno de los siete maravillosos arcángeles del Señor, que trabajan día a día por la obra divina. Guíanos en el camino de la sanación, pues por tu intermedio es solo Dios, el que sana. Tú que caminaste con Tobías, curaste a Tobit, venciste a Asmodeo, encadenándolo en Egipto, y liberaste a Sara, camina a mi lado, guíame, enséñame y revélame lo que debo hacer. Te pido especialmente, que por la sabiduría que Dios te ha concedido, y apelando con todo mi corazón a la misericordia divina, que nace del Padre, se expresa en el Hijo y se materializa en el Espíritu Santo; que tengas a bien elevar, sanar, proteger y liberar a (decir el nombre del enfermo) que tanto lo necesita. Bendice especialmente sus medicamentos, y a los médicos que lo asisten, para que, guiados por la fuerza vivificadora del Espíritu Santo, la salud habite en armonía en ese cuerpo, ese espíritu y esa alma de nuestro Señor. Amén.

 _________

Oración milagrosa a San Peregrino a quien se reza especialmente por los enfermos de cáncer


San Peregrino, humilde servidor del Señor y de Santa María, ven en mi ayuda y sosténme en mi debilidad. La enfermedad invade mi cuerpo y hace la vida incierta, la tristeza empaña mi corazón y mi fe desfallece. Por tus súplicas, alcánzame una fe viva, y una esperanza firme, a fin de que Dios tenga compasión de mí, me libre de todo mal, sane mi cuerpo y se cumpla su voluntad en mí. Que en su ternura, sea fortalecido, en las pruebas y angustias que él me llame a vivir para ser siempre testimonio de su presencia en mi vida. 

¡Oh San Peregrino, mi hermano en la fe, sé mi protector y ruega por mí a Dios, nuestro Señor, el buen pastor, a fin de que me conduzca un día a su morada de paz y de alegría, donde celebraré su amor, por los siglos de los siglos! Amén.

 _________

Oración a Santa Rita de Casia por los enfermos


Amorosa y piadosa Santa Rita de Casia, amada hija de Cristo y madre mía. Tú que has atesorado el amor del Todopoderoso desde muy niña, te hiciste por tu entrega y sufrimiento merecedora de su gracia. Hoy quiero ofrecerte mi vida, para que, por medio de tu mano sanadora, me concedas la sanación de mi cuerpo y me liberes de la terrible enfermedad que padezco. 

Solo tú tienes el poder que viene de lo alto, para devolver a mi cuerpo el vigor y la vitalidad que necesita, para continuar mi obra en este mundo. Dame, impoluta madre la fuerza que necesito para soportar los tratamientos que han de aplicar en mi cuerpo. Y así como devolviste la salud a aquel hombre desahuciado, se haga en mí tu obra y pueda erguirme nuevamente para venerarte. Santa Rita amada esposa de Dios, aboga por mí ante el Altísimo. 

Con tu dulce voz eleva hasta su oído mis súplicas para que, en la magnificencia de su amor, esta enfermedad desaparezca de mi cuerpo entero. Santa Rita bendita, permíteme a través de la pureza de tu estigma, tener la salud que tanto deseo. No te pido nada más que la completa salud de mi cuerpo. Porque quiero vivir y ser testigo de tu misericordia en mi vida. Desde este momento y para siempre te estaré agradecido pues sé, que no has de abandonarme en tan duro momento. Confío plenamente en tu bondad. 

Esperaré paciente en la paz que proviene de tu mirada y del amor del Padre. Hasta que los médicos me digan que he sanado y seguro estaré, que fue por tu mano. Seré tu leal servidor desde ahora, y hasta después de mi muerte. Bendita y alabada seas por siempre tú mi purísima Santa Rita. Amén.

_________

Oración milagrosa a San Expedito

San Expedito, que perdiste todo, que pereciste gloriosamente por la espada, ruega por mí.

San Expedito, patrono de estudiantes y jóvenes, modelo de soldados, protector de viajeros, ruega por mí.

San Expedito, abogado de pecadores, salud de los enfermos, mediador de juicios, ruega por mí.

San Expedito, consuelo de los afligidos, ayuda en los asuntos urgentes, apoyo muy fiel de quienes esperan en ti, ruega por mí.

Santo Expedito, te lo ruego, no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, ven a rescatarme, escúchame, por favor hazme caso y deja que mi llanto llegue hasta ti.

Señor Jesús, te ruego que inspires con tu gracia todos mis pensamientos y acciones para que, por la intercesión de San Expedito, sean llevadas a cabo con valentía, fidelidad y prontitud, en tiempo oportuno y con un final feliz. Amén.

_________

Oración corta que el propio enfermo debe rezar


Señor mío y Dios mío, por tu amor y por tu misericordia sánanos de todas las enfermedades, porque somos tus hijos. Sánanos especialmente de aquellas que la ciencia humana no alcanza a curar. Haz que con tu ayuda conservemos siempre pura nuestra alma de todo pecado. Amén.

Si padeces de insomnio reza la oración a San Pedro Damián, patrono de quienes tienen problemas para dormir

Camino Católico.- San Pedro Damián fue un monje benedictino y cardenal del siglo XI, conocido por sus rigurosas prácticas ascéticas, obispo y Doctor de la Iglesia, que se celebra cada 21 de febrero.

Pedro destacó en la escuela mientras practicaba formas de ascetismo, como el ayuno, el uso de cilicio y largas horas de oración, con un énfasis especial en la recitación de los Salmos. Ofrecía hospitalidad a los pobres como un medio de servir a Cristo y, finalmente, decidió abrazar la pobreza voluntaria a través de la Orden de San Benito.

San Pedro Damián es el patrón de quienes sufren problemas de sueño. Para aquellos que luchan contra el insomnio, él puede ser una fuente de consuelo, ya que conoció bien las dificultades de las noches en vela. Además, comprendía la importancia de mantener la paz interior en tiempos de inquietud.

Aunque no ha sido declarado oficialmente como patrono de los trastornos del sueño (de hecho, no existe uno), su intercesión se busca por dos razones principales.

Primero, la tradición cuenta que este poderoso santo pasaba tantas horas sumido en la oración mientras estudiaba, que le quedaba muy poco tiempo para dormir. Esto se convirtió en una especie de penitencia para él.

Otras historias cuentan que su estilo de vida adicto al trabajo lo llevó al insomnio. También se cree que San Pedro Damián obtuvo este título no oficial debido a sus escritos sobre la importancia del descanso en el desarrollo de la vida espiritual.

Si padeces insomnio puedes pedir la intercesión de San Pedro Damián para poder dormir:


Oración 

San Pedro Damián, que sacrificaste el sueño por amor a Dios, comprendes las dificultades del insomnio. Así como enfrentaste largas noches de oración y penitencia, buscando consuelo en la presencia de Dios, te pido que intercedas por mí para que encuentre descanso y paz en la quietud de la noche.

Ayúdame a entregar mis preocupaciones y ansiedades al Señor y a encontrar consuelo en Su abrazo. Concédeme la gracia de confiar en el plan de Dios, como tú lo hiciste, y de experimentar el sueño reparador que mi cuerpo y mi alma necesitan. Que, por tus oraciones, despierte renovado y fortalecido, listo para servir a Dios con un corazón en paz, siguiendo tu ejemplo de fe inquebrantable y dedicación. Amén.

Homilía del P. José Aurelio Martín y lecturas de la Misa de hoy, sábado, fiesta de la Cátedra de San Pedro, apóstol, 22-2-2025

22 de febrero de 2025.- (Camino Católico) Homilía del P. José Aurelio Martín Jiménez y lecturas de la Santa Misa de hoy, sábado de la 6ª semana de Tiempo Ordinario, fiesta de la Cátedra de San Pedro, apóstol, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid. 

Santa Misa de hoy, sábado, fiesta de la Cátedra de San Pedro, apóstol, 22-2-2025

22 de febrero de 2025.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, sábado de la 6ª semana de Tiempo Ordinario, fiesta de la Cátedra de San Pedro, apóstol, presidida por el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Misterios Gozosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 22-2-2025

22 de febrero de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gozosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, sábado, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.

Palabra de Vida 22/2/2025: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 22 de febrero de 2025, sábado de la 6ª semana de Tiempo Ordinario, fiesta de la Cátedra de San Pedro, apóstol, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 16, 13-19:

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:

«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».

Ellos contestaron:

«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».

Él les preguntó:

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo»

Jesús le respondió:

«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

Ahora yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.

Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».

Misterios Gozosos del Santo Rosario en la Parroquia Asunción de Nuestra Señora, Torrelodones, 22-2-2025

22 de febrero de 2025.- (Camino Católico) Misterios Gozosos del Santo Rosario en la parroquia Asunción de Nuestra Señora, Torrelodones, emitido por 13 TV.

La Virgen María, como Madre de todos, nos guía hacia su Hijo, Jesús / Por P. Carlos García Malo

 


viernes, 21 de febrero de 2025

José Antonio y Juan Antonio Licona Vite, hermanos gemelos que han sido ordenados sacerdotes: «Dios nos llamó, siendo monaguillos, contemplando la Eucaristía, a los 10 años. Es un don y gracia de Dios»

El P. Juan Antonio y el P. José Antonio Licona Vite el día de su ordenación sacerdotal | Foto: Cortesía hermanos Licona Vite

Camino Católico.- José Antonio y Juan Antonio Licona Vite son dos hermanos gemelos originarios del estado mexicano de Veracruz, quienes, además del lazo de hermandad, comparten una profunda vocación que los ha llamado a servir juntos a Cristo como sacerdotes.  Su historia es un testimonio de fe y amor, donde el llamado de Dios los ha unido en el ministerio sacerdotal.

Un llamado que despertó al contemplar la Eucaristía 

Según cuentan en entrevista con ACI Prensa, su camino hacia el sacerdocio comenzó a los 10 años, cuando comenzaron a servir como monaguillos en su iglesia local en el municipio de Álamo Temapache, gracias a la invitación de una de sus catequistas. Esta experiencia, relatan, fortaleció su compromiso con la fe y les permitió comenzar a sentir el llamado divino.

El P. José Antonio compartió que uno de los momentos más importantes de su vida, y de los primeros en los que sintió el llamado al sacerdocio, fue siendo monaguillo, “contemplando la Eucaristía”. Por su parte, el P. Juan Antonio relata que, al igual que su hermano, “el llamado al sacerdocio ocurrió debido a un momento culmen durante una Eucaristía donde miré la Hostia consagrada y sentí tanta alegría y emoción que nunca había experimentado en mi vida”. 

Juan Antonio y José Antonio Licona Vite como seminaristas | Foto: Cortesía hermanos Licona Vite

En 2011, ambos hermanos ingresaron al preseminario vocacional para descubrir si ese era su llamado. Aunque el P. José Antonio estaba entusiasmado, su hermano inicialmente se resistía. “Fue la insistencia de nuestro párroco lo que me hizo decidir ir”, reveló el P. Juan Antonio. Sin saber la decisión del otro, al terminar el preseminario y frente a sus padres, ambos confirmaron su deseo de seguir el camino sacerdotal.

El P. José Antonio señala que esta etapa de discernimiento en él despertó la interrogante: “¿dónde puedo servir más y mejor?”, mientras que el P. Juan Antonio, en el mismo proceso, descubrió que “Dios quería algo más de mí”. 

El 21 de enero de 2025, fueron ordenados sacerdotes por Mons. Roberto Madrigal Gallegos, Obispo de Tuxpan.

La familia en su proceso vocacional

Para los hermanos Licona Vite, compartir este camino ha sido una bendición que se ha manifestado en cada momento de su vida, siendo la familia un pilar fundamental de apoyo en su vocación.

El P. José Antonio consideró “una dicha del amor de Dios el poder compartir el caminar con mi hermano, quien ha sido un amigo que me ha acompañado a lo largo de mi formación”.

Pero no sólo entre ellos se han apoyado, su familia ha jugado un papel crucial en su vocación. El P. Juan Antonio recuerda que, durante su proceso en el seminario, algunas personas les sugerían abandonar su camino, argumentando que lo que hacían no era algo de provecho. 

Sin embargo, sus padres los “animaron a responder a Dios ‘hasta donde él nos permitiera’ y siempre hemos contado con su apoyo”.

El P. Juan Antonio y el P. José Antonio Licona Vite | Foto: Cortesía hermanos Licona Vite

 Recomendaciones a jóvenes 

El P. Juan Antonio aconsejó a los jóvenes que, a pesar de las dudas y temores que puedan surgir al tomar la decisión de entrar al seminario, recuerden que “cuando miras todo el bien que puedes hacer no sólo por ti, sino por toda la Iglesia, es algo grande y significativo”. Añadió que es maravilloso comprender que “Dios actúa en ti, y a través de ti se pueden salvar tantas personas”.

A quienes están pasando por un proceso de discernimiento vocacional para saber si quieren ser sacerdotes, el P. José Antonio les recomendó tener presente que cuando una persona “va respondiendo con entrega, el tiempo de la formación se pasa muy rápido, y cuando menos se dé uno cuenta, se ha avanzado en el caminar, pero de algo hay que tener siempre presente, esta vocación, es don y gracia de Dios”.