El padre Dominic era entonces nuevo en la parroquia de San José en Kampala y le llamaba la atención que esta familia estuviera siempre en la misa de siete de la mañana y sentada siempre en el primer banco: «solían venir a la iglesia con la ropa muy sucia y sin zapatos. A veces venían con plátanos encima de la cabeza porque después de la misa los vendían. Le pedí a la madre de Fausta que me llevara a su casa; cuando llegué a la calle, sólo pude llorar. Vi una buena semilla y estoy viendo los resultados. Estoy muy emocionado por lo que Fausta y su familia están haciendo por Dios. Creo que, incluso si muero ahora, Fausta y su familia pueden hacer lo que he hecho aún mejor, ya que está inspirada por el espíritu de Dios»
* «En la espera orante del nacimiento de Jesús, el Príncipe de la Paz, invocamos el don de la paz para todo el mundo, especialmente para aquellos pueblos que más sufren los conflictos en curso. Renuevo especialmente mi llamamiento para que, con ocasión de la Santa Navidad, para que las personas secuestradas -sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos- sean liberadas y puedan regresar a sus hogares. Oremos por ellas. También deseo asegurar mis oraciones a la población de la isla de Mindanao, en Filipinas, golpeada por una tormenta que ha causado numerosas víctimas y destrucción. Dios misericordioso acoja las almas de los difuntos y consuele a los que sufren por esta calamidad. Oramos por esta gente»
Video completo de las palabras del Papa traducidas al español
* «En estas horas que nos separan de la Navidad, os pido: encontrar algún momento para deteneros en silencio y orar ante el Belén, para adorar en el corazón el misterio de la verdadera Navidad, la de Jesús, que viene a nosotros con amor, humildad y ternura. Y, en ese momento, acordaos también de rezar por mí»