7 de junio de 2022.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, martes de la 10ª semana de Tiempo Ordinario, presidida por el P. José Blanco, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
Evangelio: San Mateo 5, 13-16:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo».
En Juan 8, 32, Jesús dice: “Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos conocerán la verdad y la verdad los hará libres”. Y en Juan 16, 13 también Cristo afirma: “Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad”. Es necesario conocer nuestra propia verdad para a la luz del Espíritu y de manera libre dejarnos sanar. Aun sin ser creyentes es necesario conocer nuestras heridas emocionales para poder afrontarlas y sanarlas si deseamos progresar humanamente.
Una de las realidades que más nos han determinado en la vida son las veces que hemos sido humillados y ridiculizados habiéndose asentado en nosotros complejos de inferioridad. Por la curación de esos complejos también se ora durante la meditación.
Arturo López también participa de las reuniones de plegaria del grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta enseñanza, el lunes, 12 de mayo de 2014.
Evangelio: San Juan 19, 25-34:
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre:
«Mujer, ahí tienes a tu hijo».
Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed».
Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca.
Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.
Video completo de la transmisión en directo de Vatican News con la homilía del Papa traducida al español
* «El Espíritu Santo cuando se enfrenta a la encrucijada de la existencia, nos sugiere el mejor camino a seguir. Por eso es importante saber discernir su voz de la del espíritu del mal. Ambos nos hablan: aprender a discernir para entender dónde está la voz del Espíritu, para reconocerla y seguir el camino, para seguir las cosas que Él nos dice. El Espíritu Santo nunca te dirá que todo va bien en tu camino. Nunca te dirá eso, porque no es cierto. No, te corrige, incluso te hace llorar por tus pecados; te insta a cambiar, a luchar con tus falsedades y duplicidades, aunque eso requiera esfuerzo, lucha interior y sacrificio.El espíritu maligno, en cambio, te impulsa a hacer siempre lo que te gusta y te place; te hace creer que tienes derecho a usar tu libertad como quieras. Pero luego, cuando te quedas con el vacío por dentro, es fea esta experiencia de sentir el vacío por dentro: ¡tantos lo hemos sentido! – y tú, cuando permaneces con el vacío en tu interior, el espíritu maligno te acusa, se convierte en el acusador, y te derriba, te destruye. El Espíritu Santo, que te corrige en el camino, nunca te abandona, nunca, sino que te lleva de la mano, te consuela y te anima siempre»
Video completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Regina Coeli
* «En Pentecostés se hizo realidad el sueño de Dios sobre la humanidad. Cincuenta días después de la Pascua, pueblos que hablaban lenguas diferentes se encontraron y se entendieron. Pero ahora, cien días después del comienzo de la agresión armada contra Ucrania, la pesadilla de la guerra, que es la negación del sueño de Dios, ha descendido de nuevo sobre la humanidad: pueblos que se enfrentan, pueblos que se matan, personas que, en lugar de acercarse, son expulsadas de sus hogares. Renuevo mi llamamiento a los líderes de las naciones: ¡Por favor, no lleven a la humanidad a la ruina! Que se escuche el grito desesperado de la gente que sufre -lo vemos todos los días en los medios de comunicación-, que se respete la vida humana y se detenga la macabra destrucción de ciudades y pueblos en el este de Ucrania. Por favor, sigamos rezando y luchando por la paz, sin cansarnos»
5 de junio de 2019.- (Camino Católico) En un video mensaje difundido con ocasión de la Vigilia Ecuménica de Pentecostés, organizada por CHARIS, que reúne a todas las realidades de la renovación carismática en el mundo, el Papa Francisco anima a los fieles a perdonar a quien nos ha herido con el poder del Espíritu Santo.
Evangelio: San Juan 20, 19-23:
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».