7 de diciembre de 2025.- (Camino Católico) Homilía de Mons. José Manuel Lorca, obispo de Cartagena, y lecturas de la Misa de hoy, II Domingo de Adviento, emitida por 13 TV, desde la Catedral de Murcia.
domingo, 7 de diciembre de 2025
Santa Misa de hoy, II Domingo de Adviento, en la Catedral de Murcia, 7-12-2025
7 de diciembre de 2025.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, II Domingo de Adviento, presidida por Mons. José Manuel Lorca, obispo de Cartagena, emitida por 13 TV desde la Catedral de Murcia.
Misterios Gloriosos del Santo Rosario, desde el Santuario de Lourdes, 7-12-2025
7 de diciembre de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gloriosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, domingo, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.
Palabra de Vida 7/12/2025: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos» / Por P. Jesús Higueras
Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 7 de diciembre de 2025, domingo de la 2ª semana de Adviento, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.
Evangelio: San Mateo 3, 1-12:
Por aquellos días, Juan el Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando:
«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
Este es el que anunció el profeta Isaías, diciendo:
«Voz del que grita en el desierto:
“Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”».
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y de la comarca del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizará, les dijo:
«¡Raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?
Dad el fruto que pide la conversión.
Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Tenemos por padre a Abrahán”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no merezco ni llevarle las sandalias.
Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga».
Homilía del evangelio del domingo: A la espera del Mesías, convertirnos con la negación de nosotros mismos, la acogida de la voluntad de Dios y el compromiso con la salud espiritual y material de los demás / Por P. José María Prats
* «Esta conversión valiente y auténtica es el regalo más grande que podemos hacernos a nosotros mismos y a la humanidad entera, porque ella atrae irresistiblemente el fuego del Espíritu que renueva el mundo y nos trae la paz»
Domingo II de Adviento - A
Isaías 11, 1-10 / Salmo 71 / Romanos 15, 4-9 / San Mateo 3, 1-12
P. José María Prats / Camino Católico.- En este segundo domingo de adviento los profetas nos anuncian la venida del Mesías, lo que ella supondrá para la humanidad y la actitud con que debemos acogerla.
Isaías vivió más de setecientos años antes que Juan Bautista pero los mensajes de ambos profetas están en perfecta sintonía.
Ambos nos presentan al Mesías, sobre todo, como aquél en quien arraigará el Espíritu Santo y que lo derramará más tarde sobre la humanidad: «Sobre él se posará el Espíritu del Señor» –dice Isaías– y él nos bautizará «con Espíritu Santo y fuego» –añade Juan Bautista–.
Isaías se detiene a describir los dones y frutos de este Espíritu. Por una parte es el «Espíritu de inteligencia y sabiduría, Espíritu de consejo y fortaleza, Espíritu de ciencia y temor del Señor», texto clave que sirvió de base a los teólogos cristianos para enumerar los siete dones del Espíritu Santo. Por otra parte, su derramamiento sobre el mundo tendrá como fruto la paz y la harmonía de la creación: «Habitará el lobo con el cordero ... el niño jugará en la hura de áspid ... porque está lleno el país de ciencia del Señor como las aguas colman el mar».
Tanto Isaías como Juan Bautista coinciden en destacar que el Mesías vendrá también como juez de la humanidad: «Él juzgará a los pobres con justicia» –dice Isaías– y «el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego» –añade Juan Bautista–. Y de este juicio, ambos profetas subrayan un aspecto muy interesante: que se hará con «justicia» y «rectitud», no según las apariencias externas, sino según las actitudes y opciones más profundas del corazón y las acciones que se derivan de ellas. Isaías dice que el Mesías «no juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas» y Juan Bautista arremete contra los fariseos y saduceos que vivían una religiosidad de pura apariencia al servicio de sus intereses personales, exigiéndoles «el fruto que pide la conversión».
Las lecturas de hoy, por tanto, nos ponen en este comienzo del Adviento, a la espera de aquél que viene a renovar nuestro bautismo en «Espíritu Santo y fuego», infundiéndonos los dones y carismas necesarios para construir el Reino de Dios que se manifiesta en la reconciliación, la harmonía y la paz. Y esta espera debe estar acompañada por una actitud seria de conversión que no se conforma meramente con algunos gestos externos que nos hacen sentir bien y acallan nuestra conciencia, sino que va a la raíz de nuestros planteamientos existenciales y nuestras motivaciones más profundas: la negación de nosotros mismos, la acogida incondicional de la voluntad de Dios, el compromiso con la salud espiritual y material de los demás. Esta conversión valiente y auténtica es el regalo más grande que podemos hacernos a nosotros mismos y a la humanidad entera, porque ella atrae irresistiblemente el fuego del Espíritu que renueva el mundo y nos trae la paz.
P. José María Prats
Evangelio:
Por aquellos días se presentó Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea:
«Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos».
Éste es aquél de quien habla el profeta Isaías cuando dice: ‘Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas’. Tenía Juan su vestido hecho de pelos de camello, con un cinturón de cuero a sus lomos, y su comida eran langostas y miel silvestre. Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región del Jordán, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.
Pero viendo él venir muchos fariseos y saduceos al bautismo, les dijo:
«Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira inminente? Dad, pues, fruto digno de conversión, y no creáis que basta con decir en vuestro interior: ‘Tenemos por padre a Abraham’; porque os digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abraham. Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. Yo os bautizo en agua para conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de llevarle las sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo y va a limpiar su era: recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará con fuego que no se apaga».
San Mateo 3, 1-12
Juman Al Qawasmi, hija del fundador de Hamas se convierte al cristianismo: «Antes de un bombardeó oré: ‘Dios, si existes, quiero conocerte y que me salves’; Vi el rostro de Jesús y me dijo: ’Tú eres mi hija; no tengas miedo'»
Juman Al Qawasmi encontró una web cristiana en árabe, donde se leía un mensaje que le llamó la atención: "Ama a tus enemigos"
* «El islam enseña a los niños a odiar, a luchar, les llena la cabeza de violencia. Pero la verdad no nace del odio. Jesús ama a los musulmanes, los ama profundamente y quiere liberarlos. Jesús nos está empujando ahora mismo. Déjalo entrar, porque es la vida y ha venido a darte la vida, a darte la alegría, a darte la libertad. Jesús ama a los musulmanes. Él nos ama tanto. Quiere que estemos libres de este miedo, quiere liberarnos. No tenemos que tener miedo, deberíamos poner nuestros ojos en Jesús y creer que Él es el camino. El único camino. Es el hombre más grande»
Camino Católico.- Juman Al Qawasmi es la hija de uno de los fundadores del grupo terrorista Hamas y exesposa de uno de sus líderes. Juman creció siendo educada en que su lealtad debía estar con la causa de Hamás. Se le enseñó a ver a los judíos y a los cristianos como enemigos y como una amenaza religiosa.
"Nací y crecí en Catar, mi padre es uno de los fundadores de Hamas. Mis padres nos animaron a odiar a Israel, a los judíos, a los cristianos, incluso a todos los que no pertenecían a Hamas. Debíamos matarlos, porque es lo que dice el Corán", dice en una entrevista con CBN News.
En el año 2007, Hamás tomó el control de Gaza. Hasta entonces los judíos y los palestinos vivían en cierta calma, pero en esas fechas ella presenció actos de violencia incluso contra palestinos, mientras el grupo consolidaba así su poder.
"Entre los años 2002 y 2012 viví en Gaza y vi lo que estaba haciendo Hamas cuando tomó el poder. Dijeron que venían para traer igualdad para todos y cumplir sus promesas, y nada de esto sucedió", comenta.
Estas experiencias alimentaron en ella una inquietud profunda. Juman empezó a cuestionar no solo la doctrina, sino también la forma en que su familia y su movimiento político ejercían la autoridad. "No estaba permitido hacer preguntas en el islam", afirma.
Entre 2012 y 2014, vivió momentos de miedo. Cuenta que cuando el Ejército israelí le avisó de un bombardeo inminente en su vecindario; esa noche, mientras su familia escapaba, ella oró de forma muy personal: "Dios, si existes, quiero conocerte, quiero que me salves".
Juman se puso a rezar a Dios durante un bombardeo
Tras esa súplica, Juman cuenta que tuvo una experiencia que le cambió el rumbo de su vida: en un sueño vio a su madre, que había muerto un tiempo atrás, y estaban sentadas en un balcón mientras veían la luna, ésta se fue haciendo más grande y vio el rostro de Jesús en la luna, que le habló en árabe: "Soy Dios, Jesús. Tú eres mi hija; no tengas miedo'. Cuando me desperté, sentí que había una luz en la habitación, algo como, ¡esto es real!".
Nunca había escuchado el nombre de "Jesús" ni había tenido contacto con cristianos. "Mi comunidad era 100% musulmana, mis actividades eran ir al centro islámico y memorizar el Corán. Nunca había conocido a gente cristiana en mi vida", dice.
Sin embargo, aquella visión despertó en ella una paz interior desconocida. "Nadie me había hablado de Él antes, pero, cuando escuché Su nombre, sentí que era un nombre hermoso, un Dios hermoso, y sentí paz dentro de mí. Por primera vez, Alguien me amaba, nunca me había sentido amada por mi familia", explica. Y, motivada por esa experiencia, buscó más información.
Encontró un sitio web cristiano en árabe, donde se leía un mensaje que le llamó la atención: "Ama a tus enemigos". Esa enseñanza le resultó completamente opuesta a lo que le habían inculcado desde pequeña: había que matar a los enemigos, no amarlos. Eso le hizo darse cuenta de que estaba ante un Dios diferente al que le habían enseñado en el islam.
A través de esa página contactó con otros creyentes, comenzó a leer la Biblia y se adentró en la nueva fe hasta que, finalmente, decidió convertirse al cristianismo. Además de su conversión espiritual, Juman ha realizado críticas explícitas hacia Hamás. Afirma que el grupo no solo predicaba la lucha contra Israel, sino que también gobierna mediante el miedo y la opresión.
"Nací en el Islam y nunca he estado satisfecha con Dios. Sentía que Dios nunca estaría feliz conmigo, no tenía ninguna garantía de ir al paraíso. Siempre tenía miedo del infierno. El Islam no te da paz, siempre tienes miedo de que algo malo sucederá", comenta.
"El islam enseña a los niños a odiar, a luchar, les llena la cabeza de violencia. Pero la verdad no nace del odio". Y, añade: "Jesús ama a los musulmanes, los ama profundamente y quiere liberarlos".
Hoy, Juman afirma que su identidad ya no está definida por su linaje familiar ni por su pasado en Hamás, sino por su nueva relación con Dios: se describe a sí misma como "hija del Dios viviente".
"Jesús nos está empujando ahora mismo. Déjalo entrar, porque es la vida y ha venido a darte la vida, a darte la alegría, a darte la libertad. Jesús ama a los musulmanes. Él nos ama tanto. Quiere que estemos libres de este miedo, quiere liberarnos. No tenemos que tener miedo, deberíamos poner nuestros ojos en Jesús y creer que Él es el camino. El único camino. Es el hombre más grande", concluye.
La entrevista completa en inglés puedes escucharla en este vídeo
sábado, 6 de diciembre de 2025
Papa León XIV en la Audiencia Jubilar, 6-12-2025: «Estamos llamados a implicarnos en la realidad buscando a Dios con nuestra mente, corazón y obras, y reconociendo su presencia en la vida cotidiana»
* «La Navidad de Jesús nos revela un Dios que nos involucra: María, José, los pastores, Simeón, Ana, y más adelante Juan Bautista, los discípulos y todos los que encuentran al Señor son llamados a participar. Es un gran honor, ¡y qué vértigo! Dios nos involucra en su historia, en sus sueños. Esperar, entonces, es participar. El lema del Jubileo, ‘Peregrinos de la Esperanza’, no es un simple eslogan que quedará obsoleto en un mes. Es un programa de vida: ‘peregrinos de la esperanza’ significa personas que caminan y esperan, no de manos cruzadas, sino participando»
Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa León XIV ha hecho en nuestro idioma
* «Pidamos a nuestra Madre Inmaculada que nos enseñe a participar en la construcción de la Ciudad de Dios, ofreciendo nuestros dones con alegría y gratuidad»
6 de diciembre de 2025.- (Camino Católico).- En su catequesis de esta mañana, ante treinta mil fieles en la plaza de San Pedro, en el marco del Jubileo de la Esperanza, el Papa León XIV ha destacado que el tiempo de Adviento no es un período de espera pasiva, sino una invitación a participar activamente en la historia de Dios. Recordando la primera venida de Jesús y preparándonos para su regreso, el Pontífice subraya que la Navidad nos revela un Dios que nos involucra: “Estamos llamados a participar en la realidad, es decir, a implicarnos en ella, buscando a Dios con nuestra mente, nuestro corazón y nuestras obras, y reconociendo su presencia en los diferentes acontecimientos de la vida cotidiana”, afirma.
León XIV recuerda que nadie salva al mundo solo. La verdadera esperanza del Adviento se vive participando juntos, caminando como “peregrinos de esperanza” hasta el regreso definitivo de Jesús. “Dios no está fuera del mundo ni de esta vida: hemos aprendido a buscarlo en la primera venida de Jesús, Dios-con-nosotros, entre las realidades de la vida. Hay que buscarlo con inteligencia, corazón y manos a la obra”.
Para ilustrar esta enseñanza, ejemplifica con la vida de Alberto Marvelli, joven italiano del siglo XX, ingeniero y activista de la Acción Católica, que dedicó su corta vida a servir a los más necesitados durante la Segunda Guerra Mundial. Murió a los 28 años, pero su ejemplo muestra que “servir al Reino de Dios da alegría incluso en medio de grandes riesgos”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:
LEÓN XIV
AUDIENCIA JUBILAR
CATEQUESIS DEL SANTO PADRE LEÓN XIV
Plaza de San Pedro
Sábado, 6 de diciembre de 2025
Catequesis. 10. Esperar es participar – Alberto Marvelli
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y bienvenidos!
Recientemente hemos entrado en el tiempo litúrgico de Adviento, que nos enseña a estar atentos a los signos de los tiempos. Recordamos la primera venida de Jesús, Dios con nosotros, para aprender a reconocerlo cada vez que viene y prepararnos para su regreso. Entonces estaremos juntos para siempre: con Él, con todos nuestros hermanos y hermanas, y con toda criatura, en un mundo finalmente redimido: la nueva creación.
Esta espera no es pasiva. De hecho, la Navidad de Jesús nos revela un Dios que nos involucra: María, José, los pastores, Simeón, Ana, y más adelante Juan Bautista, los discípulos y todos los que encuentran al Señor son llamados a participar. Es un gran honor, ¡y qué vértigo! Dios nos involucra en su historia, en sus sueños. Esperar, entonces, es participar. El lema del Jubileo, «Peregrinos de la Esperanza», no es un simple eslogan que quedará obsoleto en un mes. Es un programa de vida: «peregrinos de la esperanza» significa personas que caminan y esperan, no de manos cruzadas, sino participando.
El Concilio Vaticano II nos enseñó a leer los signos de los tiempos: nos dice que nadie puede hacerlo solo, sino que juntos, en la Iglesia y con muchos hermanos y hermanas, podemos leer los signos de los tiempos. Son signos de Dios, de Dios que viene con su Reino, a través de las circunstancias históricas. Dios no está fuera del mundo ni de esta vida: hemos aprendido a buscarlo en la primera venida de Jesús, Dios-con-nosotros, entre las realidades de la vida. ¡Hay que buscarlo con inteligencia, corazón y manos a la obra! Y el Concilio dijo que esta misión pertenece especialmente a los fieles laicos, hombres y mujeres, porque el Dios encarnado viene a nosotros en las situaciones cotidianas. En los problemas y las bellezas del mundo, Jesús nos espera y nos compromete, pidiéndonos que colaboremos con él. ¡Por eso esperar es participar!
Hoy quisiera recordar un nombre: Alberto Marvelli, un joven italiano que vivió en la primera mitad del siglo pasado. Criado en el Evangelio por su familia, formado en la Acción Católica, se graduó en ingeniería y se incorporó a la vida social durante la Segunda Guerra Mundial, que condenó firmemente. En Rímini y alrededores, se dedicó con entusiasmo a ayudar a los heridos, enfermos y desplazados. Muchos admiraron su dedicación desinteresada, y después de la guerra, fue elegido concejal y puesto a cargo de la Comisión de Vivienda y Reconstrucción. Así, se incorporó a la vida política activa, pero mientras iba en bicicleta a una manifestación, fue atropellado por un camión militar. Tenía 28 años. Alberto nos muestra que esperar es participar, que servir al Reino de Dios da alegría incluso en medio de grandes riesgos. El mundo mejora si perdemos un poco de seguridad y tranquilidad para optar por el bien. Esto es participación.
Preguntémonos: ¿Estoy participando en una buena iniciativa que involucra mis talentos? ¿Tengo el horizonte y el aliento del Reino de Dios cuando presto algún servicio? ¿O lo hago quejándome de que todo va mal? Una sonrisa en nuestros labios es signo de la gracia que habita en nosotros.
Esperar es participar: es un regalo de Dios para nosotros. Nadie salva el mundo solo. Y ni siquiera Dios quiere salvarlo solo: podría, pero no quiere, porque juntos es mejor. Participar nos permite expresar y hacer más nuestro lo que finalmente contemplaremos para siempre, cuando Jesús finalmente regrese.
Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:
Queridos hermanos y hermanas:
Como peregrinos de esperanza, los cristianos estamos llamados a “participar” en la realidad, es decir, a implicarnos en ella, buscando a Dios con nuestra mente, nuestro corazón y nuestras obras, y reconociendo su presencia en los diferentes acontecimientos de la vida cotidiana.
Un ejemplo de esta participación es el testimonio de Alberto Marvelli, un joven italiano de Acción Católica que vivió su juventud después de la segunda guerra mundial. Comprometido en la política, se dedicó a socorrer a los necesitados. Murió en un accidente cuando tenía 28 años. Su vida es como el grano de trigo, que sigue dando mucho fruto, porque eligió servir al Reino de Dios.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a nuestra Madre Inmaculada que nos enseñe a participar en la construcción de la Ciudad de Dios, ofreciendo nuestros dones con alegría y gratuidad. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.
Además, en otras lenguas el Pontífice ha dicho:
Que el Jubileo sea una renovada experiencia de fe para cada uno de nosotros, permitiéndonos ser testigos de esperanza en nuestras familias y en la sociedad.
Finalmente, mi pensamiento se dirige a los jóvenes, los enfermos y los recién casados. Los invito a dirigir su mirada a María, tan presente en este tiempo de Adviento. Que la Virgen Inmaculada, que con su "sí" al ángel Gabriel se adhirió plenamente a la voluntad de Dios, los sostenga en su propósito de hacer fructífera la gracia del Jubileo.
¡Mi bendición a todos!
Papa León XIV
Fotos: Vatican Media, 6-12-2025






















