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martes, 4 de junio de 2024

No hay amor más grande que dar la vida por los amigos / Por Arturo López

 


Camino Católico.- La meditación la realiza Arturo López Martos, laico casado y padre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida. En esta enseñanza se reflexiona sobre cómo prolongar la Eucaristía en nuestra vida cotidiana para ser auténticos discípulos de Jesucristo y convertirnos en apóstoles. Para ello debemos vivir humorísticamente poniéndonos en las manos del Señor, dejándonos bendecir, partir y repartir para configurar todo nuestro ser con Cristo y ser miembros de su cuerpo.

Arturo López también participa de las reuniones de plegaria del grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta enseñanza, el lunes 18 de abril del 2011. 

jueves, 23 de mayo de 2024

Uno sólo es tu maestro, Jesucristo: Las cuatro condiciones para ser sus discípulos / Por Arturo López

 


Camino Católico.- La meditación la realiza Arturo López Martos, laico casado y padre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida. En esta enseñanza se reflexiona sobre las cuatro condiciones que debemos cumplir con actitudes concretas en nuestra vida cotidiana para convertirnos en discípulos de Jesucristo. 

Ser discípulo y apóstol es algo que debe vivirse de manera paralela. Si no tenemos como único y exclusivo maestro a Cristo y aprendemos en la escucha de Él no podemos ser apóstoles y evangelizar. Ser discípulo es tarea de toda la vida y tiene como meta llegar a ser perfecto como el Padre del Cielo. Arturo López también participa de las reuniones de plegaria del grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta enseñanza, el lunes 4 de abril del 2011.

sábado, 16 de julio de 2016

Fabrizio Ballanti consumió drogas, práctico budismo, vivió vacío: tras dos intentos de suicidio, oyó a Dios hablarle en el autobús y es sacerdote

“Entré. El templo estaba vacío. Mi mirada se fijó en el crucifijo del altar, muy grande. Me capturó la mirada de Jesús en el crucifijo. Sentí que esa mirada me traspasaba, que entraba en mi corazón y alma. Sentí dolor. Vi toda mi vida, mis pecados y suciedades, y me dolió. Yo no lloraba nunca: desde los 5 años me había cerrado a llorar. Pero el dique se rompió y empecé a llorar mucho. Sentí que esa Persona estaba en la cruz por mí. Sentí cuánto me amaba. Me di cuenta de que estaba de rodillas en un mar de lágrimas”


domingo, 20 de julio de 2014

El padre James Mallon, en el ENE 2014, da la clave para renovar las parroquias: expulsar okupas y crear expectativas altas


“Si eres maniático del control matarás la obra de Dios. No debes ser un pastor micromanager vuelve loco a la gente y luego no funcionará casi nada. Prefiero un porcentaje de incorrección a un 0% de crecimiento. Yo no controlo los 90 ministerios de mi parroquia, sus 60 programas de formación. Yo solo imparto uno. Tenemos 10 grandes grupos de conexión en casa y no voy a ninguno. Los fieles rinden ante su equipo y los equipos ante mí. Hay que rendir cuentas, basarse en la subsidiariedad”

viernes, 18 de julio de 2014

Josué Fonseca era de familia no creyente y ha fundado la comunidad Fe y Vida y revela 6 rasgos del liderazgo cristiano

“Yo era de familia de izquierdas, un ambiente alejado de la fe y me sentía muy perdido a los 17 años, cuando un chaval me invitó a una oración… Con ese chico y otros más conocí la fe. Ese grupo me escuchó y me dio ánimos en los momentos duros y me acompañó durante 4 años con paciencia. Esa comunidad me salvó la vida… y con el tiempo, trabajando con jóvenes, entendí que eso era lo que tenía que hacer yo también”

miércoles, 16 de julio de 2014

Elliott Suttle, de formación metodista, era un protestante sin fe, sintió un llamado a ir a misa y al comulgar notó una descarga eléctrica

“Sobrecogido por una necesidad de ir a la iglesia por la mañana. Este sentimiento vino de la nada, y contradecía todo lo que era mi vida en ese momento. Incluso hoy, lo único que puedo decir es que el Espíritu Santo me dio un conocimiento absoluto, indudable, de que tenía que ir a la iglesia por la mañana. En el fondo de mi mente, parecía que tenía que ser una iglesia católica, pero el mensaje abrumador es que debía ir a la iglesia”

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lunes, 19 de mayo de 2008

No se es discípulo sin poner la mirada y el corazón en el Buen Pastor / Autor: Gilberto Hernández

Entrevista con el padre Salvador Valadez Fuentes, rector del ITEPAL

QUERÉTARO, (ZENIT.org - El Observador).- El sacerdote mexicano Salvador Valadez Fuentes es, desde enero de este año, rector de Instituto Teológico Pastoral para América Latina (ITEPAL), con sede en Colombia y dependiente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), un servicio eclesial para la formación y actualización de los agentes de pastoral, sacerdotes, religiosos y laicos.

Frecuentemente el padre Valadez Fuentes es invitado a dar conferencias, cursos y retiros sobre la formación sacerdotal y laical bajo la espiritualidad del Buen Pastor. En esta entrevista aborda el tema y, desde luego, el tema de la Misión Continental que es el resultado de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe celebrada en mayo de 2007, en Aparecida, Brasil

--¿Cuándo usted habla de la espiritualidad del Buen Pastor, a qué se refiere?

--P. Salvador Valadez Fuentes: Me refiero a que la identidad y misión, no sólo del sacerdote sino de todo cristiano, hunde sus raíces en el perfil y la misión de Jesús Buen Pastor. Todo discípulo que es llamado a desarrollar cualquier tipo de ministerio eclesial, por el hecho de ser agente de pastoral necesita poner su mirada, mente y corazón en Jesús Buen Pastor, porque él es el paradigma absoluto, la base fundante de todo ministerio pastoral.

--¿Qué implicaciones tiene esta manera de entender a Jesús desde el ángulo del Buen Pastor?

--P. Salvador Valadez Fuentes: Realmente la Iglesia tiene como tarea actualizar en el aquí y ahora la praxis pastoral de Jesús; por eso tenemos que ir a beber de la fuente que es Jesús en su integralidad. Así conocemos cuáles son las líneas, los ejes pastorales que no son optativos sino una exigencia, porque es el desafío que Jesús tuvo. La Iglesia, el agente de pastoral, debe estar mirando a Jesús para ver qué hizo y poderlo interpretar en su contexto original y recontextualizarlo a partir de los desafíos que la realidad nos plantea hoy. Jesús es luz para ver, criterio para juzgar, norma para actuar para todos los bautizados,



--¿Cuáles son los rasgos fundamentales de esta espiritualidad?

--P. Salvador Valadez Fuentes: El
Buen Pastor es la personificación de la compasión y misericordia del Padre; pastor que da la vida hasta el extremo para dar vida plena; cuyo dinamismo y fuerza propulsora de todo lo que hace es el amor incondicional y sin límites a su Padre y a sus hermanos, especialmente a los desfavorecidos. Está verdaderamente comprometido y entregado al proyecto del Reino de su Padre, es decir en favor de la vida, la verdad, la justicia, la liberación, la paz, la unidad; esos son rasgos distintivos que se convierten en programa de vida.

--Usted ha hablado de exigencias que brotan de la praxis de Jesús, ¿cuáles son?

--P. Salvador Valadez Fuentes: Son tres grande ejes que brotan de la identidad misma de Jesús: profeta, sacerdote y rey. Jesús como profeta anuncia el Reino de Dios que está cerca, lo hace explícito y presente, nos dice cuáles son las condiciones para que sea realidad en medio de nosotros; y por otra parte denuncia todo lo que se opone ese Reino. En la línea sacerdotal, la esencia es poder hacer de su vida una ofenda plena y absoluta al Padre, no en la línea ritual sino existencial, hacer que toda su vida sea un culto agradable a Dios; así, estamos llamados a prolongar la experiencia eucarística en cada momento de nuestra vida. En el aspecto regio, como pastor y servidor está comprometido en hacer visible el Reino como algo que está aconteciendo, a través de signos concretos: resucita muertos, da pan a los hambrientos, libera de todo aquello que oprime al hombre, de Satanás, de la ignorancia, de prejuicios, de cosas que disminuyen la dignidad del hombre.


--El camino parece muy claro, sin embargo hoy en día se habla de una crisis de participación del sacerdote en la vida pública, ¿Cómo ser fiel a la espiritualidad del Buen Pastor en un contexto de supuesta laicidad que pretende confinar al sacerdote a lo cultual y limita su acción en la sociedad?

--P. Salvador Valadez Fuentes: Volver a la fuente. Nuestro criterio para saber lo que somos y entender nuestra misión no es lo que la gente, los poderosos, los políticos o los medios de comunicación digan, sino lo que Cristo dice. Si descubrimos que el signo de autenticidad, de explicitación, de aterrizaje del ministerio de Jesús tiene que ver con el Reino y los signos de esto son preclaros: vida, verdad, justicia, paz, unidad, entonces todo lo que tenga que ver con eso forma parte de la vida de un cristiano, de un sacerdote. Así el trabajo por la paz, la dignidad del hombre, el respeto a la vida, la cuestión ecológica, el respeto a las culturas, la liberación de las personas, sin descartar el aspecto cultual, todo forma parte de la agenda del sacerdote.

Creo que ese ha sido uno de los pecados y fraudes sacerdotales que muchas veces se han cometido: reducir el ministerio al mero ámbito cultual, y en parte por eso se nos quiere relegar ahí, porque la Iglesia un tiempo es lo que ha hecho. No quieren que la Iglesia, en concreto la jerarquía, intervenga en esas cosas que tiene que ver con la vida humana en el momento histórico. Pero si volvemos a nuestro referente, a nuestro paradigma no nos equivocaremos.

--En los seminarios se forman nuestros futuros pastores y usted es un conocedor del ambiente formativo, ¿cuál es su diagnóstico?

--P. Salvador Valadez Fuentes: Yo la califico la formación en nuestros seminarios como insuficiente para formar el perfil de ministro sagrado que los tiempos actuales necesitan. La considero deficiente, polarizada al campo académico y eso es un grave defecto porque formar pastores bajo el estilo del Buen Pastor lo académico apenas es un aspecto y no el más importante, sin embargo en algunos seminarios es lo que lleva la mayor parte del tiempo, las energías y esfuerzos. No se han encontrado estrategias claras, contundentes para lograr lo más importante en la formación: que el seminarista encarne y haga vida los rasgos y actitudes de Jesús Buen Pastor.

--¿Qué tan generalizada es esta situación y qué camino de solución vislumbra?

--P. Salvador Valadez Fuentes: Este es un gran problema, es una queja permanente, una realidad muy sentida; lo acabo de escuchar en una reunión con obispos presidentes y secretarios de Comisiones Episcopales latinoamericanas, hay preocupación porque nuestros seminarios no están generando el talante de sacerdote que se nos requiere, y ahí hay una cuestión muy grave y desafiante para la Iglesia. Es urgente revisar a fondo las estructuras que no están funcionando. El seminario, tal como está diseñado hoy no funciona del todo. Pero no se trata de pequeñas reformitas sino de reformas de raíz, de manera estructural.

--Actualmente hay una fuerte exigencia de diálogo inteligente que el mundo moderno y la ciencia imponen al pastor; esto implica formación, pero ¿la formación actual responde a esta exigencia?

--P. Salvador Valadez Fuentes: Vivimos en un mundo pluricultural en todos los campos: ideológico, teológico, económico, de sistemas. En cuestión de religiones, de credos, vivimos en un mercado global y es cierto que hay que aprender a dialogar con el hombre moderno, pero parece una falacia e ingenuidad creer que a base de información y de cursos que se dan al joven antes de la ordenación ya va a estar capacitado para hacerlo; lo que hace falta es buscar el equilibrio entre la formación inicial y la formación permanente.

La falacia está en creer que para poder llegar a la ordenación ya debe tener todo en lo académico. Pero no es cuestión solamente de teorías sino de crear actitudes, y el diálogo no se hace sólo a través de conceptos sino de actitudes; hay gente muy sabia, muy conocedora, pero que no es capaz de dialogar. El conocimiento crea personas convencidas pero el encuentro con Cristo crea una persona de convicciones. Me temo que muchos curas no estamos plenamente convertidos a Dios por muchos conocimientos que tengamos.

martes, 26 de febrero de 2008

Crear espacio para Dios / Autor: Henri Nouwen

La disciplina es la otra cara del discipulado. Discipulado sin disciplina es como la espera para correr en el maratón sin tener que practicar. La disciplina es sin el discipulado como si siempre practicaramos para el maratón, pero nunca participamos.

Es importante, sin embargo, el darse cuenta de que disciplina en la vida espiritual no es lo mismo que disciplina en el deporte. La disciplina en el deporte es el
esfuerzo para dominar el cuerpo, para que pueda obedecer mejor a la mente.

La disciplina en la vida espiritual es el esfuerzo para crear el espacio y el tiempo donde Dios puede convertirse en nuestro maestro y en el que podemos responder libremente a la orientación de Dios.

Así, la disciplina es la creación de límites que mantienen el tiempo y el espacio abiertos a Dios. La soledad exige disciplina. El culto requiere disciplina. El cuidado de los demás requiere disciplina. Todos ellos nos piden stablecer un tiempo y un lugar donde la gentil presencia de Dios pueda ser reconocida y podamos
responder.