* «Hoy se corre el peligro de crecer desarraigados, porque tendemos a correr, a hacerlo todo de prisa. Lo que vemos en internet nos puede llegar rápidamente a casa, basta un clic y personas y cosas aparecen en la pantalla. Y luego resulta que se vuelven más familiares que los rostros de quienes nos han engendrado. Llenos de mensajes virtuales, corremos el riesgo de perder las raíces reales. Desconectarnos de la vida, fantasear en el vacío no hace bien, es una tentación del maligno. Dios nos quiere bien plantados en la tierra, conectados a la vida, nunca cerrados sino siempre abiertos a todos. Enraizados y abiertos. ¿Habéis comprendido? Enraizados y abiertos»
Video completo de Vatican News del discurso del Papa traducida al español
* «Si yo les pregunto: “¿En qué piensan cuando van a confesarse?”, no, no lo digáis en voz alta. “¿En qué piensan cuando van a confesarse? Estoy casi seguro de la respuesta: “En los pecados”. Pero —les pregunto—, ¿los pecados son verdaderamente el centro de la confesión? ¿Dios quiere que te acerques a Él pensando en ti, en tus pecados, o pensando en Él? ¿Qué es lo que quiere Dios? ¡En Él! ¿Cuál es el centro, los pecados o el Padre que perdona todo? ¡El Padre! No vamos a confesarnos como unos castigados que deben humillarse, sino como hijos que corren a recibir el abrazo del Padre. Y el Padre nos levanta en cada situación, nos perdona cada pecado. Escuchad bien esto: ¡Dios perdona siempre! ¿Habéis comprendido? ¡Dios perdona siempre! Les doy un pequeño consejo: después de cada confesión, quédense un momento recordando el perdón que han recibido. Atesoren esa paz en el corazón, esa libertad que sienten dentro. No los pecados, que no están más, sino el perdón que Dios les ha regalado. La caricia de Dios Padre»