Camino Católico.- Del 19 al 24 de febrero, durante cinco días, el predicador de la Casa Pontificia, el Cardenal Raniero Cantalamessa, hace una breve reflexión para rezar con el Papa y la Curia Romana en los ejercicios espirituales: «Hay, en el mundo, pocas palabras capaces de decir en un minuto lo suficiente para llenar un día y, de hecho, una vida: las que salen de la boca de Jesús. Se las ofreceré una por vez, rogándoles que las ‘mastiquen’ durante todo el día, como una especie de goma de mascar».
En su tercera reflexión correspondiente al miércoles, 21 de febrero, el Cardenal Cantalamessa plantea: “La palabra a ‘masticar’ hoy es la pregunta que le hizo Jesús a la hermana de Lázaro, delante de la tumba de su hermano muerto: “¿Crees?” (Jn 11, 26)».
«Deja de lado por un momento todo lo que has aprendido de memoria en el catecismo y que repites en el Credo. Entra en ese ámbito secreto, donde sólo estás tú y Dios. Pregúntate: ¿Yo creo? ¿He creído realmente alguna vez, personalmente, y no ‘a través de un intermediario’, aunque fuera la Iglesia universal?
San Pablo escribe que ‘con el corazón se cree y con la boca se hace la profesión de fe’ (Romanos 10, 10): ¿mi profesión de fe realmente sale del corazón? La fe abre horizontes nuevos, es la única capaz de dar una respuesta a las preguntas eternas del hombre y de la mujer: «¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Adónde voy?».
La era electrónica nos ofrece una imagen inédita de la fe: la conexión a Internet. ¡Abres la página de Google y estas conectado! Todo el mundo virtual se abre ante ti. Algo similar se obtiene con la fe. Sin cables, sin costes. Una breve oración, un simple movimiento del corazón, una mirada a la imagen de Jesús, que tienes quizás delante, sobre la mesita, ¡y ya estás conectado! Conectado a un mundo no virtual, sino real. El único verdaderamente real, porque es eterno: ¡porque es el mundo de Dios!”.