Elige tu idioma

Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

escucharlavoz@yahoo.es

Oremos todos para que la sabiduría de Jesús Resucitado presida estas páginas y nos bendiga abundamente.

Página web de Escuchar la Voz del Señor

Página web de Escuchar la Voz del Señor
Haz clic sobre la imagen para verla
Mostrando las entradas para la consulta Alfonso Uribe Jaramillo ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Alfonso Uribe Jaramillo ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

jueves, 4 de octubre de 2007

Testamento Espiritual / Autor: Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo

MONSEÑOR ALFONSO URIBE JARAMILLO
Obispo Emérito de Sonsón - Río Negro (Colombia)


¡Bendito seas Señor!
Hoy 29 de Abril los médicos han confirmado la presencia ya del cáncer en el hígado. Se acerca por tanto el día del encuentro con el Señor que tanto he anhelado y que espero que Él va a concederme por su misericordia infinita.

Ahora, al final de mi vida, quiero renovar la entrega que desde niño hice al Señor, pedirle que me colme de su amor, me unja cada día más plenamente con su Santo Espíritu y me dé la fortaleza, la paz, todo lo que Él sabe que necesito en este momento cuando Él ha querido unirme por la enfermedad más a su Hijo.
El valor de la Cruz solamente se conoce un poco cuando se vive y es entonces cuando se aprecia más la fidelidad del Señor en quien se ha puesto la confianza durante la vida, cuando se ha disfrutado de salud.

Mi anhelo en este momento es que Él apresure, si es su voluntad santísima el encuentro con Él. El encuentro del hijo con mi Padre celestial que tanto me ha amado; mi encuentro esponsal con Cristo, el Amado de mi vida, el Amado de mi corazón; Y mi encuentro con el Espíritu Santo, el dulce Huésped de mi alma, que tanto amor me ha dado y tantas bendiciones ha derramado sobre mí a lo largo de mi vida.

Anhelo también ese momento maravilloso de la muerte para poder tener el encuentro con María, mi Madre amadísima, a quien amé desde niño, a quien consagré también mi vida y cuyo amor he procurado difundir; el encuentro con todos los hermanos que me han precedido: mis padres, mis hermanos en la carne, mis amigos que han sido tantos; y ese encuentro maravilloso con los Santos que han desempeñado un papel muy importante en mi vida como la Beata Isabel de la Santísima Trinidad, Santa Teresita del Niño Jesús, San José a quien hubiese querido amar más y hacer conocer mejor.
He tenido como lema de mi vida: "In Lauden Sacerdotii Christi" "En Alabanza del Sacerdocio de Cristo". -Lema que ha sido desde el seminario el que he procurado inculcar en muchas personas. Solamente en el cielo conoceremos lo que debemos a este Sacerdocio adorable del Señor a su sacrificio redentor a su acción constante a través de su Espíritu en cada uno de nosotros.

Quiero que sobre mi tumba estén siempre grabadas esas palabras "In Lauden Sacerdotii Christi" y que ojalá muchos al leerlos abran los ojos y empiecen a descubrir con la Luz del Espíritu las riquezas infinitas del Sacerdocio de Jesús, le consagren sus vidas y procuren que muchos se consagren de veras a la alabanza del Sacerdocio del Señor sobre todo a través de una entrega sin reservas a Él.

Hacer de la Eucaristía el centro de la vida en todo cristiano debe ser el ideal que busquemos, que consigamos con la gracia del Señor y por el cual entusiasmemos a mucho.

Cuanto debemos a este Sacerdocio adorable. Todas las gracias que hemos recibido en la Iglesia; toda la acción del Divino Espíritu, nuestro santificador de toda riqueza sacramental y eclesial; todo es fruto de ese sacrificio redentor de Jesús. Con Sangre hemos sido purificados de nuestros pecados, gozamos de su intercesión constante por nosotros en el cielo, tenemos la gracia de alimentarnos diariamente con su Cuerpo y con su Sangre adorable.

¿Cómo es posible que si se descubre la grandeza del Sacerdocio de Cristo no se viva con una entrega total y limpia el ministerio? ¿Cómo es posible que no se busque diariamente la santidad si se ha descubierto esa Santidad en Jesús, sumo y eterno Sacerdote, el Santo, el Impoluto, el Santificador Esposo, el Esposo adorable?
Cuando a través de nuestro ministerio descubrimos el amor esponsal de Jesús creemos en él y lo vamos experimentando, la vida todos los días va llenando de luz, se va cristificando; cada día nos vamos asemejando más a este Pontífice Divino y su amor esponsal nos animará a darnos totalmente a Él, a darle lo que nos pida en todos los momentos de nuestra existencia.

He insistido muchas veces en unas palabras que escuche hace ya muchos años, porque me impresionaron: "Nada tan importante como ver claramente siquiera una vez en la vida".

Feliz aquel que llegue a ver con claridad lo que es el Sacerdocio de Jesús, sus riquezas y también sus exigencias. Esa es la gran necesidad de la Iglesia bajo la luz del Espíritu Santo, crecer todos los días en el conocimiento de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote; descubrir todos los días también su Amor sacerdotal y pedir la gracia de corresponder a Él con el nuestro.

Amor sacerdotal sin reservas, que no sea compartido con nadie, que este únicamente dedicado a la extensión del Reino.

Ese Jesús se convierte en el centro de la vida, que baja de la mente al corazón y allí mora de forma que su presencia amorosa sea experimentada de una manera cada vez más intensa.

Este es un programa que ojalá deseemos sinceramente y al cual nos entreguemos con una gran generosidad para conseguir que verdaderamente Jesús sea el Señor de nuestras vidas. Que todos lo consideremos, como Pablo,"Basura, frente a este conocimiento adorable del Señor".

Para mí ha sido una gracia haber conocido un poco en estos últimos tiempos la acción y la Persona del Espíritu Santo. Descubrir en parte los tesoros de esta renovación espiritual que es como la llamó Pablo VI " el don maravilloso del Espíritu a la Iglesia en esta época". Él dijo con razón que "para un mundo cada vez más secularizado, nada tan necesario como esta renovación que el Espíritu del Señor esta realizando en los ambientes y medios más diversos". Esas palabras las he ido comprobando a medida que he visitado países: que he tenido encuentros con señores obispos, con sacerdotes, religiosas y laicos.

He llegado a una conclusión: la gran necesidad que tiene sobre todo el Sacerdote es la de pedir y recibir un Pentecostés personal, qué cambie su vida como cambió la de los Apóstoles y los llene de amor a Cristo, amor a la Iglesia, la llene de ese amor a la oración que es uno de sus grandes regalos y sin la cual es imposible estrechar la unión con el Señor para adquirir la Santidad.

Si a mí se me pregunta cuál es una de las causas principales de esta situación tan dolorosa de no pocos sacerdotes, situaciones dolorosas que se dan a veces casi inmediatamente posteriores a la recepción del Sacramento del Orden, doy esa respuesta: "este señor llegó al sacerdocio sin haber recibido su Pentecostés"
No basta ser sacerdote, ni basta celebrar la Eucaristía, ni basta tener muchos conocimientos sobre todos los temas cristológicos. Démonos cuenta que por algo el Señor a sus Apóstoles les ordenó que no se ausentasen de Jerusalén hasta que "fuesen revestidos del poder de lo Alto", como dice Lucas, o "fuesen bautizados en ese Divino Espíritu", como dicen los Hechos.

Si se viera con claridad esta verdad, nos evitaríamos muchas caídas y muchas crisis, muchos dolores y veríamos en cambio florecer la santidad especialmente entre los sacerdotes.

Ojalá tengamos todos como preocupación diariamente abrirnos a la presencia del Divino Espíritu, pedirle la plenitud de su unción y luego a lo largo del día dejarnos conducir por Él.

La Iglesia necesita Pentecostés, cada uno de nosotros lo necesita: queremos que haya cambio profundo en la vida de las personas, que acudamos al Espíritu Santo que es el único que puede cambiar plenamente a alguien, especialmente si se trata también de un sacerdote.

Cuando uno se pregunta también ¿por qué? Pues de la insistencia de la necesidad de la oración, la serie de conocimientos que obtiene el seminarista durante varios años acerca de la oración, al poco tiempo ese amor se pierde, esa oración se deja a un lado, se va reduciendo cada vez más el espíritu de amor a Cristo y empiezan a presentarse los problemas y a darse las caídas. ¿ Porqué -se pregunta uno- sucede esto?. La conclusión también es muy lógica: la oración es un don del Espíritu, se lo regaló a los Apóstoles y su distintivo después de Pentecostés fue su vida de oración intensa, el espíritu de oración que despertaron en esas comunidades que se formaron bajo la acción del Divino Espíritu."Derramaré, dice el Señor por medio del profeta Zacarías, sobre Jerusalén un espíritu de gracia y oración y miraron al que traspasaron"

Hay que tener esa convicción para pedir el regalo del Espíritu Santo, para pedirle que nos haga cada día más amantes de la oración, que nos dé el Don de la contemplación, para poder contemplar a Él, el Traspasado, el Amado como le llama San Pablo, el Esposo de la Iglesia, nuestro Esposo.

Uno siente pesar al ver como en tantos ambientes no se ha descubierto el valor de la contemplación y riqueza de la Renovación Carismática a pesar de tanta doctrina y de tantos ejemplos, pero es que se mira a veces únicamente lo externo, lo secundario; se mira únicamente lo que puede desagradar a algunos porque inclusive puede ser exagerado: pero eso no es la renovación, ni eso es abrirse al Espíritu.

La Renovación es la acción constante del Espíritu Santo en toda la persona y a lo largo de toda su vida. Solamente así se puede experimentar la eficacia de esta renovación maravillosa; solamente así se puede vivir este momento privilegiado del Espíritu, como la llamo Pablo VI en la "Evangeli Nuntiandi ".
Uno de los efectos de la presencia del Espíritu Santo en una vida es de amor a la oración personal y al encuentro como dialogo amoroso con el Señor.

Es así como se va estrechando la unión con Cristo pero ya contemplado como el Amado, como el Esposo y como se va consiguiendo la fecundidad mayor en el apostolado.
El Señor dejó en el Evangelio de San Juan (15,5) unas palabras que ojalá fueran la síntesis pastoral de todos nosotros: "El que esta en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin Mí nada podéis hacer".

Y bajo la acción del Divino Espíritu la oración se va alimentando con la Palabra que este Espíritu Santo inspiró, allí se va descubriendo poco a poco el tesoro infinito de esta Palabra Divina que se lee no ya por la curiosidad humana de cualquier lector sino con el deseo de recibir el mensaje del Señor, su Luz, su orientación; la Palabra del Señor se vuelve cada día más maravillosa, su lectura meditada se convierte en una necesidad espiritual.

Todo esto se refleja después en la predicación, en el apostolado porque todo aparece iluminado por la Palabra Divina; todo aparece con esa claridad maravillosa que la persona va descubriendo poco a poco, bajo la acción siempre maravillosa del Espíritu Santo.

Si queremos de veras amar a la Iglesia, con un amor de entrega, tenemos que llenarnos del Espíritu del Señor. Él es el alma de esa Iglesia y es Él quien nos santifica en esa Iglesia.

Si queremos amar a María nuestra Madre admirable, nuestra Madre amadísima, necesitamos también llenarnos del Espíritu Santo, el Esposo de Nuestra Señora, es el que va despertando sentimientos filiales a través de su don de piedad, pero sentimientos que aparecen después con mayor fuerza cuando se trata del Padre Celestial. Este Espíritu Santo se une a nuestro espíritu para proclamar esa paternidad divina, para gritar el "Abba" de los hijos que van descubriendo la maravilla del amor del Padre. La misión del Espíritu Santo es unir personas y Él termina uniéndonos especialmente con el Padre con quien estaremos para siempre por bondad suya en la eternidad.

Qué maravillosa es esta renovación, que maravillosa es esta acción del Divino Espíritu. Cómo cambiarán nuestras vidas, cómo cambiará nuestro apostolado, cómo cambiaría mucho en la Iglesia si todos viviésemos ese maravilloso Pentecostés y nos fuésemos dejando llenar de él todo los días. Por eso que haya un grito constante en todos nuestros corazones y en todos nuestros labios: "ven Espíritu Santo, ven Espíritu creador, Ven Espíritu de amor"
Que esta llama de amor vivo que es el Espíritu Santo nos sumerja en el Misterio Trinitario y nos vaya comunicando esa realidad maravillosa del Amor de las Divinas Personas; así viviremos nuestro"Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo", que debe ser verdaderamente el gran programa de nuestras vidas.

LA CEJA, Abril-Mayo de 1993

lunes, 11 de febrero de 2008

Once frutos de la oración por los enfermos / Autor: Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo

Cuando se menciona hoy el ministerio de curación corporal como elemento valioso e integral de la pastoral se ponen los gritos en el cielo.

Por experiencia personal sé que si uno trabaja pastoralmente en este campo se expone a incomprensiones, críticas y burlas. Pero tengo que afirmar también que este ministerio le acerca a uno a sus hermanos de una manera especial y es fuente de compensaciones insospechadas. Lo único que lamento es haber descubierto tan tarde la importancia y la riqueza de este ministerio al que Jesús dedicó tanto tiempo y con tanto amor. Muchas de las prevenciones que se tienen contra este ministerio se deben a falta de buena información.

Se tiene, por ejemplo, la idea errónea de que curación y milagro son casi sinónimos. Por eso llaman milagreros a quienes ejercen este ministerio. Sin embargo, se trata de cosas muy distintas, pues aunque una curación pueda ser milagrosa, esto será la excepción. San Pablo distingue en la enumeración que hace de los carismas entre curaciones y milagros (1 Cor 12,9). La misma distinción encontramos en Hechos 4,30.

Otros creen que ejercer el ministerio de sanidad corporal es propio de santos. Olvidan que el ejercicio de cualquier carisma puede darse en personas que estén en pecado, y que lo que muestra la santidad de una persona es el amor con que ejerza los carismas. Judas y Caifás ejercieron carismas, a pesar de lo que eran, y nosotros los sacerdotes podemos estar en pecado y consagrar válidamente en virtud del carisma que recibimos el día de nuestra Ordenación.

Otros toman una posición muy cómoda para no ejercer el carisma de sanidad y es la de afirmar que para eso están los médicos y las medicinas modernas. Pero cuántas personas carecen por pobreza de estos recursos, y cuántas enfermedades son incurables. La oración por curación no excluye ni la visita al médico ni el uso de medicamentos, quien pueda disponer de estos recursos debe hacerlo; pero en estos casos no sobra la oración, pues ésta puede ayudar para que el médico acierte mejor el diagnóstico y en la formulación de la droga mejor y para que ésta obre con mayor eficacia. (La lectura del capítulo 38 del Eclesiástico da mucha luz sobre este punto).

Tampoco hay que esperar resultados inmediatos cuando se ora por un enfermo. A nosotros nos toca solamente orar y dejar al Señor el resultado. Generalmente la salud se recupera mediante un proceso que puede ser muy largo pero que es muy útil para que el enfermo vaya conociendo mejor al Señor y vaya mejorando sus relaciones con Dios.

Otros sacerdotes dicen que para este fin tenemos el Sacramento de la Unción de los enfermos y que lo demás sobra; no tienen en cuenta que la Renovación Carismática Católica da gran importancia a este sacramento. Además, hay muchos casos de enfermedad que no permiten la administración del Sacramento pero sí el Ministerio de Sanidad por la Oración.

FRUTOS DEL MINISTERIO DE SANACIÓN

1- Experiencia del Amor de Cristo


El gran valor pastoral de este ministerio de sanidad consiste en la experiencia que reciben los enfermos del amor de Cristo que aparece de manera concreta en su compasión por los que sufren. Cuando uno ora al Señor por un enfermo y con él, siempre hay una manifestación de paz y alegría en él, aunque no se dé ningún cambio aparente en el estado de su salud.

Con este ministerio la gente comprende mejor la realidad de un Jesús vivo que es el mismo siempre y que ahora hace por ministerio de la Iglesia todo lo que aparece en el Evangelio.

Muchos que han oído decir frecuentemente que "Dios es amor", sienten por primera vez la realidad de ese amor paternal cuando alguien implora de Él la salud para uno de sus hijos y éste la obtiene, sea de una manera total o al menos parcial.

Hablamos mucho en teoría del amor de Dios, pero nos da miedo hablar de su experiencia. Y ¿cómo vamos a predicar con fuerza el amor de Dios si no hacemos nada para que un enfermo lo palpe?

Lo que hallo más interesante en el Ministerio de Sanación es este aspecto pastoral del encuentro real de los enfermos con el poder y el amor del Señor. Más aún, si no fuera por este aspecto, yo no hallaría mucha razón de ser en esta tarea. Mientras no se descubra este aspecto, que es primordial, no se comprenderá ni se valorará debidamente la oración por la curación de los enfermos.

Cuando leemos el Santo Evangelio, vemos cómo un endemoniado, una vez liberado por Jesús, quiere acompañarlo (Mc 5, 18). Como la suegra de Pedro, una vez curada de su calentura, inmediatamente se pone a servir a Jesús (Mc 1,30). Era la reacción lógica de quienes habían experimentado la caridad del Señor y querían corresponder a ella con demostraciones concretas de gratitud..

2- Anestesia divina

Así llama un autor el fruto de la oración en algunos enfermos. No se curan, pero desaparecen o disminuyen los dolores. Estas personas reciben un gran alivio con la oración que se hace por su curación, y pueden alabar mucho al Señor y desempeñar sus deberes o parte de ellos.

La fuente de la sanación es el amor. Cuando nos acercamos con compasión verdadera a un enfermo él siente esa corriente de amor del Señor en su ser y los dolores disminuyen o desaparecen. Las madres saben esto por intuición y por eso con sus caricias quitan tantos dolores del cuerpo de sus pequeños enfermos.

3- Que el médico descubra la causa de la enfermedad y acierte en el tratamiento

No pocas veces esa es la respuesta de la oración que se hace por un enfermo. El Señor es el autor del hombre, de la Ciencia y de las medicinas. Cuando Él lo quiere, da su respuesta a través de estos medios naturales que deben ser tenidos por todos en alto aprecio.

Recuerdo el caso de una señorita que había estado sometida a minuciosos exámenes y a largo tratamientos sin curarse de unos cólicos muy fuertes. Al día siguiente de una oración por su salud, se hizo tomar una nueva radiografía ordenada por el especialista y éste al estudiarla descubrió inmediatamente la causa de la dolencia y dijo que nunca había visto una radiografía tan bien tomada. Casualidad dirán algunos. Respuesta amorosa del Señor decimos quienes creemos en su amor y en su Providencia adorable y paternal.

Parecido resultado de la oración es a veces el que un paciente ha rechazado una intervención quirúrgica por miedo y con distintas excusas, reciba el valor necesario para someterse a ella y ésta tenga pleno éxito.

4- Discernir que en algún caso lo prioritario es una sanación interior, no corporal

Puesto que más del 80% de las enfermedades son psicosomáticas, hay que buscar ante todo, la sanación interior de la causa que origina la dolencia corporal. Para conocer esto en casos especiales se necesita más claridad y ésta es el fruto de la oración.

En el ejercicio de este Ministerio aparece a cada paso la acción maravillosa del Espíritu de verdad que conduce sabiamente a quienes confían sobre todo en su luz y en su amor.

Con el carisma del discernimiento se consigue en determinados momentos la claridad que, de manera distinta, no habría aparecido.

Sobra advertir que en estos casos habrá que orar primero por la sanación interior y dejar la física para el segundo lugar.

También aparecerá a veces que hay en el enfermo resentimientos profundos y falta de perdón y que a causa de esto no es escuchada su oración por la curación. Con esta visión se procede entonces a pedir al Señor su amor para con él poder perdonar y suprimir así el obstáculo.

5- Liberación de un hábito nocivo

Muchas enfermedades pulmonares, gástricas, bronquiales, etc,,, son el resultado del exceso en el uso del cigarrillo, el alcohol, la droga, etc...

Las personas son prisioneras de esos hábitos y se sienten incapaces de dejarlos. Será inútil orar por la sanación de tales enfermedades mientras subsista la causa de ellas.

La oración en estos casos tiene que buscar, ante todo, la liberación de esa adicción o de ese hábito. Y se consigue cuando se ora con fe y perseverancia y cuando el enfermo añade a la oración humilde el deseo sincero de corregirse y toma para ello las medidas que estén a su alcance. Quizás no nos hemos detenido a reflexionar sobre la necesidad y sobre las posibilidades de esta clase de oración.

Quienes tienen experiencia en esta clase de oración pueden aportar experiencias admirables. Lo que sucede es que frente a nuestra voluntad débil e inconstante tenemos el poder del Espíritu, pero contamos muy poco con él. Su acción quiere llegar a todas las áreas de nuestra persona y una de las más importantes es la de nuestra voluntad tan debilitada por el pecado y por los malos hábitos. Aprendamos a iniciar muchas de nuestras oraciones con el lenguaje de la Iglesia: "Señor, fuerza de los que en ti esperan...".

6- Visión para organizar mejor la vida y tener así mejor salud

La causa de malestares y aún enfermedades en muchos es la falta de organización y orden en el desenvolvimiento de sus ocupaciones y de la debida distribución del tiempo. Aún muchos apóstoles sucumben pronto agobiados por el trabajo debido a esta circunstancia.

Hay personas que se encuentran en situaciones más difíciles y que exigen de ellas un trabajo agobiador. Otras se entregan sin necesidad a un activismo exagerado, expresión a veces de situaciones psicológicas anormales. Unos creen falsamente que a Dios le agrada únicamente el trabajo y que el descanso es, al menos, imperfecto.

Otros son incapaces de decir no y se entregan al servicio hasta quedar extenuados e incapacitados durante un tiempo para continuar ayudando a los demás con su ministerio. No pocos creen que tienen que llevar sobre sus hombros todo el peso de la humanidad y pronto caen sin fuerzas.

La oración, la docilidad al Espíritu que muchas veces nos habla a través de personas y de acontecimientos, pueden darnos la luz oportuna para distribuir mejor el tiempo, para actuar de esta o de aquella manera y para proceder en cada circunstancia como el Señor quiere que lo hagamos.

Somos seres racionales y el Señor quiere que obremos como tales. Él nos da su luz para ver con claridad: si se la pedimos con humildad y con confianza de hijos.

7- Solución de un problema que influye en nuestra salud

Las preocupaciones y los problemas cuando son graves y persistentes nos ponen tensos y terminan por afectar nuestra salud. Mientras no encontremos la solución adecuada o mientras no obtengamos la paz y la fuerza del Señor para llevar la cruz con tranquilidad, no sanaremos físicamente, sino que el mal crecerá.

La oración consigue esta gracia y nos sana indirectamente. Aprendemos cuando oramos a "lanzar nuestras preocupaciones en el Corazón amorosísimo del Señor y Él nos reconforta". Entendemos entonces el valor de la palabra de Dios cuando nos dice: "Encomienda tu camino al Señor, confía en Él y Él actuará" (Salmo 36).

"Confiad al Señor todas vuestras preocupaciones, pues Él cuida de vosotros" (1 Pe 5,7)

"Por eso os digo: no andéis preocupados por vuestra vida" (Mt 6,25).

Cuando la oración por sanación consiga la paz, la confianza en el Señor y la seguridad en su amor, entonces vendrá la recuperación corporal como resultado necesario.

En los Grupos de Oración encuentran muchos la solución de diversos problemas que los tienen agobiados y enfermos, pues la oración unánime de varios tiene una fuerza especial delante del Señor y consigue más de lo que creemos.

8- Mejoría progresiva

En muchos casos, principalmente cuando se trata de enfermedades graves o crónicas, el fruto de la oración no es la curación total e inmediata, sino el comienzo de una recuperación que avanzará en la medida en que perseveremos en la oración. Esta mejoría, más o menos apreciable, es la primera respuesta del señor y encierra una invitación a perseverar en la oración.

La paciencia y la fidelidad en la oración son necesarios en este ministerio de curación. Quienes deseen conseguir efectos inmediatos y extraordinarios sufrirán muy pronto una gran decepción.

Debemos creer en el amor y en el poder del Señor, pero también en su sabiduría que conoce qué es lo que más conviene a su gloria y a la persona por quien oramos. Él es el señor y nosotros somos sus siervos.

Entre las causas que explican el lento proceso de la curación que aparece frecuentemente está nuestra debilidad y limitación como instrumentos del Señor. Esto debemos admitirlo con humildad, pero sin angustia. Podemos estrechar nuestra unión con Jesús y recibir más poder de su Espíritu, así nuestro ministerio tendrá más eficacia.

9- Curación inmediata y total

En este ministerio de sanación encontramos casos verdaderamente admirables y aún extraordinarios. El Señor obra a veces a través de nosotros de una manera especial, sea por la gran fe del enfermo, sea por la mucha oración que se ha efectuado, o porque en un caso particular quiere demostrar de manera más patente su amor y su poder infinitos.

Cuando empezamos a orar por un enfermo, nunca sabemos qué le acontecerá. Este ministerio está lleno de misterios y también de sorpresas. Estamos viendo cómo actualmente aparecen curaciones inmediatas de graves enfermedades como cáncer, leucemia, soplos cardíacos, asmas, etc...

Esto aparece muy claro para quien tiene fe en el poder y en el amor del Señor y está convencido de que Él es el Amo de la vida y de la muerte y que "se le ha dado todo el poder en el cielo y en la tierra" (Mat 28, 18)

Al orar por los enfermos entreguémonos con humildad y confianza a la acción del Espíritu y dejemos que Él actúe en cada caso como quiera. A nosotros nos corresponde solamente orar. El resultado depende del Señor. Suyo es el Reino, suyo el poder y la gloria.


10- Fortalecimiento mental y físico

Fruto también del ministerio de oración por sanación es recibir más salud mental y corporal, lo mismo que la conservación de la misma. En la oración que recita el sacerdote antes de comulgar pide que el cuerpo y la sangre de Cristo que va a recibir le sirvan de "defensa para el alma y el cuerpo" y se conviertan en remedio de salvación.

Agnes Sanford, en su libro Healing Light aconseja que nos pongamos en oración y le pidamos al Señor que su vida recorra cada parte de nuestro organismo, la reanime, la fortalezca y la sane si está enferma. Esta súplica estará acompañada de una visualización de la acción del Señor en cada parte del cuerpo y de una profunda acción de gracias por el amor infinito que nos tiene.

Nuestra oración tiene que pedir, antes de todo, la santificación y el crecimiento espiritual, pero debe incluir también nuestra fortaleza y salud corporales que constituyen también un gran bien y deben ser tenidas en alta estima.

11- Apresurar el descanso de la muerte

Más de una vez al orar por un enfermo que está penando mucho, el resultado es que éste muere pronto y con gran paz. ¿No es éste un fruto maravilloso del ministerio de sanación? ¿No constituye un gran beneficio para quienes tienen que asistirlo?

Nunca sabemos cuál va a ser la respuesta del Señor a nuestra oración. De lo que sí estamos seguros es de que la única oración que se pierde es la que no se hace.


--------------------------------------------------------------------------------

Extracto del librito de Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo Pastoral Renovada, Librería Parroquial de Clavería, México.

Brujería: una de wicca y otra de candomblé / Autor: Pablo J. Ginés

Nada mejor para extender el new age y la religión a la carta que entrevistar agradables mujeres neopaganas en la gran prensa.

El wicca (palabra del antiguo idioma anglosajon que lleva en inglés moderno a witch -brujo/a-) es el nombre que se dan a sí mismos los neopaganos de cultura anglosajona, amigos de rituales de druidas, celtas, bardos y magia en general. Los neopaganos que prefieren el estilo vikingo-escandinavo se autodenominan asetru (con cierto predicamento en los descristianizados países nórdicos).

"Oficialmente" en Cataluña apenas hay 60 practicantes de wicca (en realidad, hay montones de personas que combinan libros de autoayuda y manuales de magia celtoide para hacerse un wicca casero), pero eso no es impedimento para que al reciente Parlamento Catalán de las Religiones, entre musulmanes, budistas y sikhs acudiese la sacerdotisa wicca Montserrat Castillo, de Igualada, partera de 50 años. Y como tal la entrevista extensamente Núria Navarro el 8 de junio en EL PERIÓDICO.

Castillo es una wicca de manual con un discurso idéntico al del wicca típico de California o Birmingham. "La gente conoce la wicca desde los años 50 cuando Gerald Gardner la organizó como religión, pero las raíces están en el neolítico, cuando era un culto a la naturaleza. En el wicca no hay creyentes, hay aprendices", explica.

Es la misma idea que publicó Gerald Gardner cuando creó la religión wicca en 1954 con su libro Witchcraft Today, en el que insistía que describía la religión matriarcal y panteísta de las brujas, mantenida desde el neolítico hasta nuestros días por cadenas de maestros y discípulos. Sin embargo, los historiadores han desmontado repetidas veces esta tesis. Los supuestos rituales ancestrales que los wiccas copian de Gardner son en realidad adaptaciones de rituales esotéricos y masónicos de la burguesía inglesa y francesa del s.XIX, sobre todo de la Ordo Templi Orientis de Aleister Crowley. Gardner era, de hecho, masón, rosacruz y seguidor de Crowley.

Los paganos verdaderos, los históricos (romanos y vikingos por igual) quemaban y mataban a las brujas, no las honraban como mujeres sabias. La idea de "no hay creyentes, sino aprendices", es propia de las sociedades teosóficas, los grupos gnósticos (la idea de que el poder y la salvación están en conocimientos secretos) y la masonería.

"Intentamos entender que todos somos uno", sigue la señora Castillo. "Pero también que cada uno sigue su evolución". Resulta difícil imaginar una bruja de antes de Darwin hablando de evolución, mientras que la idea de que "todos somos uno" alude a la propuesta panteísta: no hay distinción entre Creador y su Creación, todo es lo mismo.

¿Qué es "hacer magia"?

"La magia que nosotros utilizamos es una serie de ritos de harmonización con la naturaleza. De la misma manera que el católico hace una procesión para pedir que llueva", explica la señora Castillo.

Pero es ejemplo es inadecuado: el católico cree que Dios es Señor de la Creación, que es un Ser Personal con el que nos podemos relacionar, y que por lo tanto se le puede pedir aquello que está en su mano, sabiendo que depende siempre de su libre voluntad como creador. En cambio, la magia wicca no distingue entre creador y criatura, todo son simplemente fuerzas y energías que hay que controlar... mientras que al Dios cristiano no hay quien le controle.

"La magia blanca es hacer el bien, pidiendo permiso. Es decir, hacer un ritual de sanación sin pedir permiso al enfermo puede ser magia negra. Quizá esa persona necesita la enfermedad para evolucionar", comenta la partera de Igualada.

En cambio, los católicos rezan a Dios por todos, buenos y malos, sanos y enfermos, sin pedirles permiso ni nada: si la enfermedad sirve para hacer a alguien mejor, Dios sabrá gestionarla (es interesante sobre esto ver esta reflexión de un obispo sobre la oración por los enfermos).

Sin ningún problema, la sacerdotisa wicca explica que los neopaganos "vamos al bosque; a veces, para sentir las energías, nos desnudamos o llevamos ropa amplia; en San Juan danzamos en círculo y transmitimos el poder a las hierbas recolectadas o compradas."

Probablemente Castillo es consciente de que su "religión" tiene mucho de invento moderno. "Intentamos separar la antigua religión de la alta magia ritual, volver a las raíces. Nos acercamos al chamanismo." Y preguntada sobre las brujas del siglo XV: "ellas eran más puras, sus poderes venían del contacto directo con la naturaleza; hoy estamos contaminados de civilización".

Candomblé, espiritismo africano-brasileño

El día antes de leer a la sacerdotisa wicca, podíamos ver en "La Contra" de LA VANGUARDIA una entrevista de Ima Sanchís a la cantante brasileña Maria Bethânia, con el título "El ser humano debe volver a la edad de piedra". ¡Otra vez el neolítico!

Con 58 años, sin hijos, con siete hermanos, hija de un funcionario honrado (especifica) y de izquierdas dice: "Lo mío es el sincretismo: soy católica pero también creo en el candomblé."

La popular cantante explica:

"Maria Bethânia es el nombre de una canción de Capiba que mi hermano adoraba a los 4 años. Mi padre, católico, relacionó ese nombre con María, la hermana de Marta y de Lázaro, y con la ciudad de Betania en Israel. Tuve el privilegio de conocer su casa, en el desierto, frente a la tumba de Lázaro. [...] Yo me llevo muy bien con Nuestra Señora, es mi gran compañera. Igual que un niño se reconforta con el calor de su madre, yo me reconforto en ella. Todos mis problemas y alegrías los hablo con ella, porque la siento terrenal. Tuvo un hijo, lo amamantó; tuvo un novio, un marido; todo eso tan humano."

Le preguntan: "¿Dios es más lejano?" Y responde:

"Sí, es demasiado poderoso: es hombre, es mujer, es el viento, es un color, es la luz... La Virgen llega a Dios como la gran mensajera. [...] María era guapa, alegre, le gustaba bailar..., era una mujer como otra cualquiera, a quien, de repente, le ocurrió aquello en la vida."

-"Era una gran sufridora", comenta la entrevistadora.

La religión católica pretende conmover a través del dolor, y para mí eso no es bueno. Yo adoro la religión africana precisamente por su concepción alegre de la vida, regalan a sus dioses grandes fiestas. No tiene la amargura, la mortificación y el dolor de la religión católica. Claro que la Virgen sufrió porque perdió a su hijo, pero hay tantas madres que pierden a sus hijos de maneras tan absurdas.

Y es que a la cantante la educaron monjas "en un convento donde todo era pecado y donde continuamente vivías amenazada por el infierno", pero Caetano, "que era un niño muy iluminado, me consolaba con verdades fundamentales."

"Ahora no quiero ir a misa, quiero subir a los árboles, ¿iré al infierno?" le preguntaba. Y Caetano me decía: "Calma. Yo soy Dios, el árbol es Dios, tú eres Dios, todo lo que ves es Dios", aquello me quitaba el miedo y la culpa. Por eso ahora me gusta participar en los ritos católicos. Cada año cargo con Nuestra Señora sobre mis hombros.


Cuando alguien dice que practica candomblé y habla de "Nuestra Señora" nunca está claro si se refiere a María, la muchacha judía de Nazaret, o a la diosa nigeriana del mar, Yemanjá, uno de los orishas (dioses) venerados en el candomblé brasileño. Al quitar del centro a Jesús con su incómoda y fastidiosa Cruz, lo que queda es paganismo.

Invocación de espíritus

En realidad, el candomblé es una forma de espiritismo, cuyo centro consiste en entrar en trance tres o cuatro veces al año, poseído por uno o varios orishas a los que el iniciado es consagrado. Explica el antropólogo José Jorge de Carvalho de la Universidad de Brasilia, que nadie puede salir solo del estado de trance; se es llevado para un cuarto sagrado, donde despierta bajo la supervisión de los otros iniciados.

Para los sacerdotes católicos que ejercen como exorcistas, el candomblé a menudo es una auténtica invocación de espíritus, es decir de demonios que sólo esperan a ser invitados (mediante invocaciones y consagraciones) para influir en la vida de la persona... y no sólo en los tres o 4 trances anuales. Los exorcistas de las diócesis católicas recuerdan que no existen ni divinidades, ni poderes, ni magia (ni blanca ni negra) ni energías que sentir (por mucho que te desnudes). Lo único que puede haber es casos de actividad de demonios, por lo general invitados por personas que practicaban brujería, candomblé, umbanda y otras variantes de espiritismo.







Cuenta el antropólogo José Jorge de Carvalho que "una sacerdotisa de Recife que logró alcanzar un gran prestigio en la comunidad religiosa, me dijo en más de una ocasión que a veces tenía la impresión de que Shangó (su orisha principal) estaba con ella todo el tiempo, el día completo, todos los días, y no solamente en la hora ritual de la posesión, lo que ocurría pocas veces al año".

Sólo en Rio de Janeiro ya hay más de 4.000 terreiros (templos) de candomblé. La ventaja que tiene sobre el wicca es que no se trata de un invento moderno de espiritistas y masones burgueses, sino que realmente es herencia directa y muy cercana de la religión practicada en Nigeria por los Yoruba. Resulta curioso que un nigeriano de etnia yoruba, al visitar Rio, oiga una variante de su lengua materna, perfectamente comprensible, usada como lengua ritual y litúrgica por parte de la población lusohablante.

La bruja catalana Montse Castillo, con su anhelo del neolítico, de chamanes y de transmisión de las raíces, carece del pedigrí antropológico que tienen, los practicantes de candomblé, descendientes de esclavos negros... y hoy brasileños de todo tipo.




Y mientras estos importantes diarios dan cancha al sincretismo, el neopaganismo, la magia y el espiritismo, las estadísticas son claras: el 30% de los jóvenes españoles de 18 a 24 años cree en espíritus, y también uno de cada cuatro españoles con estudios medios o universitarios. El 10% de los jóvenes de 18 a 24 años cree que hay brujas con poderes (un 8% de los españoles con estudios medios o universitarios también). Es la generación mejor formada de la historia de España y la más entregada a curanderos y horóscopos.




O como decía Chesterton: cuando se deja de creer en Dios, el hombre empieza a creer en cualquier cosa.




---------------------------------------------------------------------------




Fuente: http://www.forumlibertas.com
Otras direcciones de internet relacionadas:
http://www.e-cristians.net/cream/?site=ecristians&idioma=es&page=9&post=1694
El obispo Alfonso Uribe Jaramillo da una lista de "Once frutos de rezar por los enfermos"





http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=3286#
El antropólogo José Jorge de Carvalho, sobre el candomblé





http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=3286#
Magia y espiritismo: Los jóvenes con estudios universitarios, los que más creen





http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=3286#
Web del padre Fortea, sobre exorcismo y demonología