Ampliando la reflexión sobre esta "actitud central del cristiano", Benedicto expresó: "El poder de Dios se manifiesta precisamente en la humildad, en dejarle a Él como único Omnipotente", y pidió a la humilde Virgen María, bajo la advocación de nuestra Señora de la Merced que "se apiade de nosotros y nos ayude en el camino hacia Cristo, verdadero portador de la paz y la alegría en el corazón de los hombres". En el vídeo se visualiza y escucha traducida al castellano la intervención integra de Benedicto XVI, cuyo texto es el siguiente:
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