«Nosotros amamos a los hombres no sólo porque Dios les ama, o porque él quiere que nosotros les amemos, sino porque, al darnos su Espíritu, él ha puesto en nuestros corazones su mismo amor hacia ellos. Así se explica por qué el Apóstol afirma inmediatamente después: «No tengáis ninguna deuda con nadie, sino la de un amor recíproco, porque quien ama al prójimo ha cumplido la ley» (Rom 13,8).¿Por qué, nos preguntamos, una «deuda»? Porque hemos recibido una medida infinita de amor a distribuir a su tiempo entre los consiervos (cf. Lc 12,42; Mt 24,45 ss.). Si no lo hacemos defraudamos al hermano de algo que le es debido. El hermano que se presenta a tu puerta quizás te pide algo que no eres capaz de darle; pero si no puedes darle lo que te pide ten cuidado de no despedirlo sin lo que le debes, es decir, el amor»
* «En estos días mi pensamiento está a menudo dirigido a la amada y martirizada Siria, donde la guerra se ha intensificado, especialmente en Guta oriental. Este mes de febrero ha sido uno de los más violentos en seis años de conflicto: centenares, millares de víctimas civiles, niños, mujeres, ancianos; los hospitales han sido golpeados; la gente no puede procurarse comida... Hermanos y hermanas, todo esto es inhumano. No se puede combatir el mal con otro mal. Y la guerra es un mal. Por lo tanto, dirijo mi llamamiento entristecido para que cese inmediatamente la violencia, se dé acceso a las ayudas humanitarias —comida y medicinas— y se evacúe a los heridos y a los enfermos. Pidamos juntos a Dios que esto suceda inmediatamente»
Video completo de las palabras del Papa traducidas al español