La pequeña murió este martes pasado y su madre, la doctora Michelle Luna, escribió en un blog dedicado a su hija: "Nuestra dulce Julianna se fue al cielo hoy. Estoy aturdida y con el corazón roto, pero también agradecida. Me siento la madre más afortunada del mundo, para que Dios de alguna manera me ha confiado con esta gloriosa hija, y casi llegamos a pasar seis años juntos"

“El Señor golpea con la cruz la deformidad de nuestra soberbia y de nuestro egoísmo esculpiendo en nosotros la belleza incomparable del rostro de Cristo, humilde, manso y entregado por todos… El creyente, negándose a sí mismo, deja que la cruz perfore la dura coraza de su orgullo y su autoafirmación para que emerjan los «ríos de agua viva», el Espíritu Santo que regará la aridez de su alma con la unción del conocimiento profundo del Señor, llenándolo todo del «suave olor de Cristo»”

