“Hacer el bien sin cálculos, incluso cuando nadie nos lo pide, incluso cuando no ganamos nada con ello, incluso cuando no nos gusta. Dios quiere esto. Él, que se ha hecho pequeño por nosotros, nos pide que ofrezcamos algo para sus hermanos más pequeños. Ofrecer un don grato a Jesús es cuidar a un enfermo, dedicarle tiempo a una persona difícil, ayudar a alguien que no nos resulta interesante, ofrecer el perdón a quien nos ha ofendido. Son dones gratuitos, no pueden faltar en la vida cristiana. De lo contrario, nos recuerda Jesús, si amamos a los que nos aman, hacemos como los paganos. Miremos nuestras manos, a menudo vacías de amor, y tratemos de pensar hoy en un don gratuito, sin nada a cambio, que podamos ofrecer. Será agradable al Señor”
* «Cada uno de nosotros necesita apoyo y consuelo en tiempos difíciles, en soledad, depresión o tristeza. Pero siempre debemos tener en cuenta que nunca somos abandonados porque el amor del Señor es infinito e incondicional. Él está siempre con nosotros. A menudo no tenemos suficiente confianza en nosotros mismos»
* «Hace doce años morí, y solo después de dos horas de reanimación volví a la vida. He reflexionado mucho sobre el incidente y creo que hay una razón para mi supervivencia. Me había preparado para morir, sufría de un problema cardíaco. Habrá una razón por la cual Dios me permitió volver a la vida»