* «¡Cada niño marginado, abandonado por su familia, sin escolarización, sin atención médica, es un grito! Un grito que se eleva a Dios y acusa al sistema que los adultos hemos construido. Un niño abandonado es culpa nuestra»
31 de octubre de 2022.- (Camino Católico) “Recemos para que los niños y niñas que sufren, los que viven en las calles, las víctimas de las guerras y los huérfanos, puedan acceder a la educación y redescubrir el afecto de una familia”, pide el Santo Padre en el “Video del Papa” del mes de noviembre de 2022.
El Pontífice explica que “Todavía hay millones de niños y niñas que sufren y viven en condiciones muy parecidas a la esclavitud. No son números: son seres humanos con un nombre, con un rostro propio, con una identidad que Dios les ha dado. Demasiadas veces olvidamos nuestra responsabilidad y cerramos los ojos ante la explotación de estos niños que no tienen derecho ni a jugar, ni a estudiar, ni a soñar. Ni siquiera tienen el calor de una familia”. El texto completo de las palabras de Francisco en “el Video del Papa” es el siguiente:
Todavía hay millones de niños y niñas que sufren y viven en condiciones muy parecidas a la esclavitud.
No son números: son seres humanos con un nombre, con un rostro propio, con una identidad que Dios les ha dado.
Demasiadas veces olvidamos nuestra responsabilidad y cerramos los ojos ante la explotación de estos niños que no tienen derecho ni a jugar, ni a estudiar, ni a soñar. Ni siquiera tienen el calor de una familia.
¡Cada niño marginado, abandonado por su familia, sin escolarización, sin atención médica, es un grito! Un grito que se eleva a Dios y acusa al sistema que los adultos hemos construido.
Un niño abandonado es culpa nuestra.
No podemos permitir más que se sientan solos y abandonados; necesitan poder recibir una educación y sentir el amor de una familia para saber que Dios no los olvida.
Recemos para que los niños y niñas que sufren, los que viven en las calles, las víctimas de las guerras y los huérfanos, puedan acceder a la educación y redescubrir el afecto de una familia.
Francisco