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jueves, 16 de octubre de 2025

Oraciones a Santa Margarita María Alacoque para pedir conocer en profundidad al Sagrado Corazón de Jesús y poder reclinar nuestra vida sobre Él

Camino Católico.-  Cada 16 de octubre la Iglesia celebra a Santa Margarita María Alacoque (1647-1690), religiosa francesa de la Orden de la Visitación de Santa María, conocida por haber sido testigo y depositaria de las promesas y revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús.

Las apariciones del Señor, en las que le mostró su amoroso corazón a Margarita, se produjeron en el lugar donde hoy se sitúa la Basílica del Sagrado Corazón, Paray-le-Monial (Francia).

Marguerite-Marie Alacoque -nombre de pila de la santa- nació en Verosvres (Francia) en 1647. Cuando tenía ocho años, en 1655, su padre murió y ella ingresó al internado de las hermanas clarisas, donde empezó a sentirse atraída por la vida en común que llevaban las religiosas.

Margarita María recibió la Primera Comunión a los nueve años. Sólo un par de años después empezó a desarrollar una dolorosa enfermedad reumática que la obligó a guardar cama, por lo que tuvo que dejar el internado y regresar a la casa familiar. En esas circunstancias, Margarita buscaría consuelo en la Virgen María, a quien prometió que si le devolvía la salud, se haría una de sus hijas.

Después de casi cuatro años postrada, la niña recuperó milagrosamente la salud -la santa le atribuiría esta curación a la Madre de Dios por el resto de su vida-. María nos escucha y es siempre fiel.

La infancia de Margarita también estaría marcada por las tensiones familiares. La muerte de su padre precipitó que su abuela paterna y dos de sus tías se mudaran con ella. Estas mujeres se apoderaron de la casa y comenzaron a maltratar a su madre. A Margarita no la dejaban salir a la iglesia con libertad, a no ser para la Misa dominical, lo que se convirtió para ella en fuente de gran tristeza, porque gustaba de ir al templo todos los días.

La madre de Margarita, ella y sus cinco hermanos quedaron entonces a expensas de las intrusas, en condición de semiesclavitud. Aquejada por los constantes maltratos, a Margarita le pareció que nuestro Señor le estaba pidiendo algo especial. Pensó que debía imitarlo lo mejor posible para sobrellevar las penas y dolores, como los que Él sufrió en su Pasión.

En adelante, Margarita empezaría a aceptar las dificultades con más paciencia, con el deseo de asemejarse a Cristo sufriente. Descubrió cuánto le atraí­a la idea de estar frente al Sagrario, donde está Jesús Sacramentado. Ella relata cómo el Señor se le manifestaba en aquellos momentos de oración: "Soy lo mejor que en esta vida puedes elegir. Si te decides a dedicarte a mi servicio, tendrás paz y alegría. Si te quedas en el mundo, tendrás tristeza y amargura".

Margarita, entonces, decidió hacerse religiosa, aun cuando no contaba con el apoyo de sus familiares. Así, en 1671 fue admitida en la comunidad de La Visitación, fundada por San Francisco de Sales. Entró al convento de Paray-le-Monial. Allí no todo fue color de rosa; pasó por momentos difíciles, algunos de ellos causados por la dureza de trato de sus superioras o por las personalidades conflictivas de algunas de sus hermanas.

Con todo, se produciría un giro impredecible. El 27 de diciembre de 1673 a Margarita se le apareció por primera vez el Sagrado Corazón de Jesús. Ella había pedido permiso para ir los jueves de 9 a 12 de la noche a rezar ante el Santísimo Sacramento. Se trataba de un gesto de piedad en memoria de las tres horas que Jesús pasó orando y sufriendo en el Huerto de Getsemaní; cuando de pronto, se abrió el sagrario y se descubrió en presencia del Señor Jesús.

Nuestro Señor tenía expuesto, sobre el pecho, su Sagrado Corazón: este aparecía llagado, rodeado de flamas ardientes y con una corona de espinas encima. Entonces, Jesús, señalando su propio corazón con el dedo, dijo: "He aquí el corazón que tanto ha amado a la gente y en cambio recibe ingratitud y olvido. Tú debes procurar desagraviarme".

Era el pedido inicial de Dios para que Margarita, su vidente, se dedicara a propagar la devoción al Corazón de Jesús como forma de desagravio.

El Corazón de Jesús se le apareció a la vidente durante 18 meses más. En estos, el Señor le pidió en repetidas oportunidades que se celebre una fiesta dedicada a su Sagrado Corazón. Dicha celebración debería realizarse el viernes de la semana siguiente a la Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus Christi).

Además, Jesús le comunicó a Santa Margarita un conjunto de promesas para quienes se hiciesen devotos de su Corazón. Ella lo relata así: "Bendeciré las casas donde sea expuesta y honrada la imagen de mi Sagrado Corazón. Daré paz a las familias. A los pecadores los volveré buenos y a los que ya son buenos los volveré santos. Asistiré en la hora de la muerte a los que me ofrezcan la comunión de los primeros viernes (del mes) para pedirme perdón por tantos pecados que se cometen".

Por esas cosas de Dios, el sacerdote jesuita San Claudio de La Colombière fue nombrado capellán del convento donde vivía Margarita.

Entre ambos santos nacería un vínculo espiritual de inmediato, que después tomaría una dimensión mayor: a la larga, la Compañía de Jesús se convertiría en la mayor propagadora de la devoción al Corazón de Jesús en el mundo.

En la última etapa de su vida, Margarita fue nombrada maestra de novicias. El Corazón de Jesús le dijo: "Si quieres agradarme, confía en Mí. Si quieres agradarme más, confía más. Si quieres agradarme inmensamente, confía inmensamente en Mí".

El 17 de octubre de 1690, en Paray-le-Monial, Margarita fue llamada a la Casa del Padre. Su muerte se produjo en paz. Llegó a ver cómo su comunidad había crecido en frutos de santidad gracias al Sagrado Corazón, y cómo mucho del rechazo que inicialmente hubo contra la devoción que impulsó había desaparecido.

Santa Margarita María murió confiada en que estaría para siempre al lado de su amadísimo Señor, cuyo Corazón había enseñado ella a amar a muchos otros.

Desde los monasterios de las Visitandinas se siguió propagando la devoción al Corazón de Jesús y así, en 1765, el Papa Clemente XIII introdujo la Fiesta del Sagrado Corazón para la ciudad de Roma. Hacia 1856, el Beato Pío IX la extendió a toda la Iglesia y finalmente, en 1920, Margarita fue proclamada santa por el Papa Benedicto XV.

“Cuando uno ama, todo habla de amor, hasta los trabajos que requieren nuestra total atención pueden ser un testimonio de nuestro amor” (Santa Margarita María Alacoque).

Oración para pedir poder reclinar nuestra vida sobre el Sagrado Corazón de Jesús

Oh, Santa Margarita María Alacoque,

tú fuiste elegida por Dios para revelar al mundo

la divina belleza del Corazón de Jesús, su bondad infinita,

su misericordia sin límites, su luz radiante,

haz que también nosotros reclinemos nuestra vida en su Corazón.

Corazón de Jesús, derrama la abundancia de tu amor

sobre los pecadores, para que regresen a ti,

sobre los creyentes, para que vivamos de ti,

a los misioneros, para que testimonien acerca de ti,

sobre los enfermos, para que se sanen en ti,

sobre los moribundos, para que se abandonen a ti.

Dame un corazón bueno, sincero y disponible,

capaz de amar y de sufrir, de perdonar y de alegrarse,

de vivir cada momento de la vida como

un gran regalo de tu Amor infinito.

Corazón de Jesús, fuente de Caridad, de Paz, de Verdad, de Esperanza,

confío en Ti, me encomiendo a Ti.

Oración pidiendo conocer en profundidad al Sagrado Corazón de Jesús 

¡Oh Bienaventurada Margarita María! depositaria venturosa del tesoro de los cielos, el Corazón Divino de Jesús, permite que, considerándote mi hermana, en este incomparable amor, te ruegue me des con generosidad, la parte que me corresponde en esa mansión de infinita caridad. 

Confidente de Jesús, acércame tú al Sagrario de su pecho herido; Esposa de predilección, enséñame a sufrir por la dilatación de aquel reinado cuya causa te confió el Maestro.

Apóstol del Sagrado Corazón, consígueme que se realicen conmigo las promesas que en beneficio de su gloria, te hizo ochenta y siete veces el Amado; Discípula regalada del Divino Corazón, enséñame la ciencia de conocerlo como lo conociste tú, en el perfecto olvido de mí mismo y de la tierra. 

Víctima del Corazón de Jesús Sacramentado, toma el mío, y ocúltalo en la llaga donde tú viviste, compartiendo ahí las agonías del Cautivo del amor, de Jesús-Eucaristía. 

Él, te dijo, hermana muy amada, que dispusieras en la eternidad del cielo, de este otro cielo, el de su Corazón Sacramentado; ¡Oh Margarita María! entrégamelo, pues, para consumirme en ese incendio, dámelo para llevarlo como vida redentora a los pobres pecadores y como glorificación de ese mismo Corazón Divino a las almas de los justos. 

¡Ah, sí! compartamos, hermana mía el mismo sacrificio, el mismo apostolado, el mismo paraíso del Corazón Divino de Jesús: venga a nos su reino.

La humildad cristiana se abandona confiadamente en la grandeza de la misericordia divina y sólo a Él da la gloria / Por P. Carlos García Malo

 


miércoles, 15 de octubre de 2025

Papa León XIV en la Audiencia General, 15-10-2025: «Caminar junto a Cristo Resucitado significa experimentar que somos cuidados, saciados de nuestra sed y reconfortados en las pruebas y dificultades»

* «Jesús desde su nacimiento hasta su resurrección, en la que nos revela esa luz que salva y transforma la realidad humana. Como escuchamos en el Evangelio, Él nos promete “vida en abundancia” porque hemos sido creados para una vida en plenitud, para una vida nueva en Cristo. Este deseo coincide con la esperanza que el Espíritu Santo infunde en nuestros corazones»

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa León XIV ha hecho en nuestro idioma

* «Cristo Resucitado es también el punto de llegada de nuestro caminar. Sin su amor, el viaje de la vida se convertiría en un vagar sin meta, un trágico error con un destino perdido. Somos criaturas frágiles. El error forma parte de nuestra humanidad, es la herida del pecado que nos hace caer, renunciar, desesperar. Resurgir significa sin embargo volver a levantarse y ponerse de pie. El Resucitado garantiza la llegada, nos conduce a casa, donde somos esperados, amados, salvados»


 15 de octubre de 2025.- (Camino Católico).- “Caminar junto a Jesús, con nuestra condición de creaturas frágiles, significa experimentar que somos cuidados, saciados de nuestra sed y reconfortados en las pruebas y dificultades de nuestra vida” ha dicho el Papa León XIV en su catequesis en la audiencia General en la Plaza de San Pedro.

El Pontífice ha iniciado la última parte del ciclo jubilar "Jesucristo, nuestra esperanza" y ha abierto el capítulo "La resurrección de Cristo y los desafíos del mundo actual" con la reflexión "El Resucitado, fuente viva de la esperanza humana". El Pontífice ha indicado que Jesús es el “compañero de viaje” que nos sostiene en el camino no siempre fácil de nuestra vida. “Sin su amor, el viaje de la vida se convertiría en un vagar sin meta".

Una plaza de San Pedro repleta de fieles ha acogido hoy al Papa León XIV. Como de costumbre, antes de iniciar su reflexión, el Papa ha saludado desde el papamóvil a los numerosos fieles allí reunidos. En esta ocasión, la presencia de unos 60.000 peregrinos ha conducido al Pontífice más allá del hemiciclo de Bernini, a lo largo de la Vía de la Conciliación, en medio de una animada multitud. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:

LEÓN XIV

AUDIENCIA GENERAL

Plaza de San Pedro

Miércoles, 15 de octubre de 2025

Ciclo de catequesis - Jubileo 2025. Jesucristo, nuestra esperanza. IV. La resurrección de Cristo y los desafíos del mundo actual.  1. El Resucitado, fuente viva de la esperanza humana. (Jn 10,7.9-10)

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!


En las catequesis del Año jubilar, hasta este momento, hemos recorrido la vida de Jesús siguiendo los Evangelios, desde el nacimiento a la muerte y resurrección. De este modo, nuestra peregrinación en la esperanza ha encontrado su fundamento firme, su camino seguro. Ahora, en la última parte del camino, dejaremos que el misterio de Cristo, que culmina en la Resurrección, libere su luz de salvación en contacto con la realidad humana e histórica actual, con sus preguntas y sus desafíos.

Nuestra vida está marcada por innumerables acontecimientos, llenos de matices y de vivencias diferentes. A veces nos sentimos alegres, otras veces tristes, otras incluso satisfechos, o estresados, gratificados o desmotivados. Vivimos muy ocupados, nos centramos en alcanzar resultados, llegamos a alcanzar metas también altas, prestigiosas. Y viceversa, permanecemos suspendidos, precarios, esperando éxitos y reconocimientos que tardan en llegar o nunca llegan. En resumen, nos encontramos experimentando una situación paradójica: quisiéramos ser felices, pero es muy difícil conseguirlo de forma continuada y sin sombras. Aceptamos nuestras limitaciones y, al mismo tiempo, tenemos el impulso irreprimible de intentar superarlas. En el fondo, sentimos que siempre nos falta algo.

En verdad, no hemos sido creados para la falta, sino para la plenitud, para disfrutar de la vida y de la vida en abundancia, según la expresión de Jesús en el Evangelio de Juan (cfr 10,10).

Este deseo grande de nuestro corazón puede encontrar su última respuesta no en los roles, no en el poder, no en el tener, sino en la certeza de que alguien se hace garante de este impulso constitutivo de nuestra humanidad; en la conciencia de que esta espera no será decepcionada o frustrada. Tal certeza coincide con la esperanza. Esto no quiere decir pensar de forma optimista: a menudo el optimismo nos decepciona, al ver cómo nuestras expectativas implosionan, mientras la esperanza promete y cumple.

Hermanas y hermanos, ¡Jesús Resucitado es la garantía de esta llegada! Él es la fuente que sacia nuestra sed ardiente, la sed infinita de plenitud que el Espíritu Santo infunde en nuestro corazón. La Resurrección de Cristo, de hecho, no es un simple acontecimiento de la historia humana, sino el evento que la transformó desde dentro.

Pensemos en una fuente de agua. ¿Cuáles son sus características? Sacia y refresca a las criaturas, riega la tierra, las plantas, hace fértil y vivo lo que de otra forma sería árido. Alivia al caminante cansado ofreciéndole la alegría de un oasis de frescura. Una fuente aparece como un don gratuito para la naturaleza, para sus criaturas, para los seres humanos. Sin agua no se puede vivir.

El Resucitado es la fuente viva que no se seca y no sufre alteraciones. Permanece siempre pura y preparada para todo el que tenga sed. Y cuanto más saboreamos el misterio de Dios, más nos atrae, sin quedar nunca completamente saciados. San Agustín, en el décimo libro de las Confesiones, capta este anhelo inagotable de nuestro corazón y lo expresa en el famoso Himno a la Belleza: «Exhalaste tu fragancia y respiré, y ya suspiro por ti; gusté de ti, y siento hambre y sed; me tocaste, y me abrasé en tu paz» (X, 27, 38).

Jesús, con su Resurrección, nos ha asegurado una permanente fuente de vida: Él es el Viviente (cfr Hch 1,18), el amante de la vida, el victorioso sobre toda muerte. Por eso es capaz de ofrecernos alivio en el camino terreno y asegurarnos la quietud perfecta en la eternidad. Solo Jesús muerto y resucitado responde a las preguntas más profundas de nuestro corazón: ¿hay realmente un punto de llegada para nosotros? ¿Tiene sentido nuestra existencia? ¿Y el sufrimiento de tantos inocentes, cómo podrá ser redimido?

Jesús Resucitado no deja caer una respuesta “desde arriba”, sino que se hace nuestro compañero en este viaje a menudo cansado, doloroso, misterioso. Solo Él puede llenar nuestra jarra vacía, cuando la sed se hace insoportable.

Y Él es también el punto de llegada de nuestro caminar. Sin su amor, el viaje de la vida se convertiría en un vagar sin meta, un trágico error con un destino perdido. Somos criaturas frágiles. El error forma parte de nuestra humanidad, es la herida del pecado que nos hace caer, renunciar, desesperar. Resurgir significa sin embargo volver a levantarse y ponerse de pie. El Resucitado garantiza la llegada, nos conduce a casa, donde somos esperados, amados, salvados. Hacer el viaje con Él al lado significa experimentar ser sostenidos a pesar de todo, saciados y fortalecidos en las pruebas y en las fatigas que, como piedras pesadas, amenazan con bloquear o desviar nuestra historia.

Queridos, de la Resurrección de Cristo brota la esperanza que nos hace gustar anticipadamente, no obstante las fatigas de la vida, una quietud profunda y gozosa: aquella paz que Él solo nos podrá dar al final, sin fin.

Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:

Queridos hermanos y hermanas:

En las catequesis de este Año jubilar hemos recorrido la vida de Jesús desde su nacimiento hasta su resurrección, en la que nos revela esa luz que salva y transforma la realidad humana. Como escuchamos en el Evangelio, Él nos promete “vida en abundancia” porque hemos sido creados para una vida en plenitud, para una vida nueva en Cristo. Este deseo coincide con la esperanza que el Espíritu Santo infunde en nuestros corazones.

Hermanas y hermanos, ¡Cristo resucitado es un puerto seguro en nuestro camino! El Resucitado es la garantía de esta esperanza que no quedará defraudada. Él es fuente perenne de vida plena.

Nos acompaña en el viaje de nuestra historia, a veces dolorosa; y Él, que es la meta, nos conduce a casa en donde somos esperados, amados y salvados. Caminar junto a Jesús, con nuestra condición de creaturas frágiles, significa experimentar que somos cuidados, saciados de nuestra sed y reconfortados en las pruebas y dificultades de nuestra vida.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Roguemos al Señor para que quienes se sienten desanimados o cansados de la vida, descubran en el Resucitado la paz profunda y llena de gozo que solamente él nos puede dar. Que Dios los bendiga.


Papa León XIV













Fotos: Vatican Media, 15-10-2025

‘Teresa de Jesús’, película de 1961 sobre la santa de Ávila

Camino Católico.- Biografía de Teresa de Cepeda y Ahumada, más conocida como Santa Teresa de Jesús o Santa Teresa de Ávila (Ávila, 28 de marzo de 1515 – Alba de Tormes, 4 de octubre de 1582). Fue doctora de la Iglesia Católica, mística y escritora y fundó la orden de las Carmelitas Descalzas, rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (o carmelitas).

Título original: ‘Teresa de Jesús’ 

Año: 1961

País: España

Director: Juan de Orduña

Guión: José María Pemán, Antonio Vich, Manuel Mur Oti

Reparto: Aurora Bautista, José Bódalo, José María Caffarel, Roberto Camardiel, Carlos Casaravilla, Antonio Casas, Félix Dafauce, Manuel Dicenta, Antonio Durán, Margarita Lozano, Rafael Hernández, Alfredo Mayo, José Moreno, Roberto Rey, Jesús Tordesillas, Eugenia Zúffoli, Rafael Durán, Ricardo Canales, Maruja Tamayo, Lina Yegros, Antonio Riquelme, José Luis Alvar, Vicente Ros, Ricardo Valle, Rafael Bardem, Francisco Bernal, Mercedes Borqué, Miguel del Castillo.

Música: Manuel Parada

Fotografía: José Fernández Aguayo

Santa Teresa de Jesús: El valor de la oración y las obras, solo Dios basta  / Película de Dibujos Animados

Camino Católico.-  Santa Teresa de Jesús: El valor de la oración y las obras, solo Dios basta. Película de dibujos animados para niños de la serie “Mi familia católica” de  EWTN

Ángelo Ragosta y Paola eran novios, tenían fecha para la boda, pero Dios los llamó y él es sacerdote y ella monja carmelita: «Llegó un sacerdote que nos dijo: ‘Preguntadle a Dios qué ha planeado para vosotros’»


Paola es hoy sor María Giuseppina del Amor Encarnado, monja de clausura en Nápoles, y él es el Padre Angelo Ragosta; ambos fueron novios durante nueve años, pero Dios los llamó para que le entregaran su vida a Él 

* «Fuimos a la conferencia sobre la Renovación en el Espíritu Santo en Rimini y Dios le hizo entender a Paola que quería que fuera suya, pero ella no pudo aceptarlo. Me dejó por primera vez en mayo. Después de un tiempo nos volvimos a juntar porque ella no podía decir su ‘sí’ al Señor. Volvimos a hacer las paces porque ella no podía decir 'sí' a Dios porque pensaba que nueve años seguían siendo nueve años. En octubre, sin embargo, Dios ganó y ella me dejó para siempre» 

Camino Católico.- Comprometidos durante nueve años, estaban a punto de casarse, pero el Señor quiso para ellos un epílogo distinto: rompieron y se hicieron sacerdote y monja. Él es ahora el Padre Angelo Ragosta, sacerdote en Mühlacker (Alemania), en una comunidad italiana. Ella es Sor María Giuseppina del Amor Encarnado, monja de clausura en Nápoles.

Los dos protagonistas de esta historia, que se ha hecho viral, se conocieron el 29 de diciembre de 1996 en una parroquia de Portici, en la provincia de Nápoles, en plena adolescencia. Angelo tiene 16 años, Paola 15.

Paola y Angelo Ragosta cuando eran novios

«Nos hicimos novios o nos juntamos como se decía en nuestra época, precisamente un 29 de diciembre allá por 1996», cuenta Angelo en un post de Facebook, «el primer año, como siempre, fue de tiras y aflojas, siempre era yo el que se dejaba, pero después del primer año fuimos viento en popa hasta octubre de 2005, casi nueve años».

La vida empezó a cambiar para ambos en 2001, cuando conocieron a un sacerdote carismático y muy conocido en Nápoles: Don Michele Madonna.

En 2001 me fui a hacer el servicio militar –continúa Angelo– y, una vez terminado, desde entonces estuve siempre fuera trabajando, en la Toscana como electricista industrial. Los años pasaron deprisa, y hacia el final llegó a la parroquia, cerca de casa de Paola, un joven coadjutor, don Michele Madonna, que nos unió a Jesús vivo. Tenía un mantra: «¡Chicos preguntadle a Dios qué ha planeado para vosotros, cuál es su sueño sobre vosotros! Arrastraba y arrastra a todos, jóvenes y mayores, al que cree de verdad, al que gasta de verdad su vida por Jesús».

Don Michele desestabiliza el equilibrio entre los dos novios. Tenían el matrimonio en su agenda, pero Dios estaba a punto de cambiar sus planes por completo. «La boda estaba planeada –continúa Angelo–, estaban buscando casa y preparando todo lo necesario con tiempo, Paola mientras tanto estudiaba economía. En cambio, justo cuando encontramos la casa, me dejaron por enésima vez». 

Paola dejó a Angelo en 2005: «Fuimos a la conferencia sobre la Renovación en el Espíritu Santo en Rimini y Dios le hizo entender a Paola que quería que fuera suya, pero ella no pudo aceptarlo. Me dejó por primera vez en mayo. Después de un tiempo nos volvimos a juntar porque ella no podía decir su ‘sí’ al Señor. Volvimos a hacer las paces porque ella no podía decir 'sí' a Dios porque pensaba que nueve años seguían siendo nueve años. En octubre, sin embargo, Dios ganó y ella me dejó para siempre», dice Angelo al periódico Avvenire.

Angelo y Paola siguieron siendo amigos y continuaron saliendo juntos. En 2006 también compartieron un sacramento, el de la confirmación, que recibieron en la misma iglesia. Pero las almas de ambos estaban cada vez más inquietas. «Todo cambió para mí. Seguí trabajando como electricista industrial, pero en mi interior me sentía cada vez más inquieto. Tenía un sueldo, salía con amigos, hombres y mujeres, pero todo era insípido y no me parecía suficiente. Lo tenía todo, pero no era feliz», asegura Angelo.

Hasta que una noche, en un acto al que asistía en la Toscana con el padre Michele Madonna, «después de rezar las vísperas, le hice a Dios la pregunta fatídica con la que el padre Michele nos había estado atosigando, en pocas palabras le pregunté: pero ¿por qué estoy sobre la faz de la tierra? ¿Qué quieres de mí? Abro la Biblia, la que recibí como regalo de mi padrino de Confirmación, que había elegido entre las personas que frecuentaban mi comunidad parroquial y que, en lugar de darme un objeto inútil, me había traído el don de la Palabra. Leí el pasaje que me salió: ‘Antes de formarte en el seno materno, yo te conocía, antes de que salieras a la luz, yo te ungí’ (libro de Jeremías 1, 4-5). Sobre este pasaje comienzo mi discernimiento. Entro en el seminario a los 26 años y fui ordenado sacerdote a los 33 ordenado sacerdote por el entonces arzobispo de Nápoles, el cardenal Crescenzio Sepe». 

Angelo Ragosta en su ordenación sacerdotal

En 2018, Angelo solicitó y recibió permiso del arzobispo para realizar una experiencia apostólica en la misión católica de Wuppertal, Alemania. Después de cinco años, aceptó la oferta de trasladarse a Mühlacker, también en Alemania, donde actualmente presta servicio pastoral a las comunidades italianas.

Mientras Angelo entraba en el seminario, Paola elegía la vida de clausura, ingresando en el monasterio carmelita de Nápoles. La vida monástica, a la que se adhirió bajo el nombre de Sor María Giuseppina del Amor Encarnado, le impuso un estilo de vida mucho más discreto y poco social. 

«Cada vez que estoy en Nápoles, paso por el monasterio para ver a la hermana María Giuseppina. Las cosas no han cambiado mucho: cuando estábamos comprometidos, me regañaba. ¡Todavía lo hace, incluso siendo sacerdote!»

Homilía del P. Jesús Luis Sacristán y lecturas de la Misa de hoy, miércoles, santa Teresa de Jesús, 15-10-2025

15 de octubre de 2025.- (Camino Católico) Homilía del P. Jesús Luis Sacristán y lecturas de la Santa Misa de hoy, miércoles de la 28ª semana del Tiempo Ordinario, santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Santa Misa de hoy, miércoles, santa Teresa de Jesús, 15-10-2025

15 de octubre de 2025.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, miércoles de la 28ª semana del Tiempo Ordinario, santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, presidida por el P. Jesús Luis Sacristán, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Misterios Gloriosos del Santo Rosario, desde el Santuario de Lourdes, 15-10-2025

15 de octubre de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gloriosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, miércoles, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.