Elige tu idioma

Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

escucharlavoz@yahoo.es

Oremos todos para que la sabiduría de Jesús Resucitado presida estas páginas y nos bendiga abundamente.

Página web de Escuchar la Voz del Señor

Página web de Escuchar la Voz del Señor
Haz clic sobre la imagen para verla

jueves, 11 de octubre de 2007

"Llamados para ser signo de esperanza" / Autor: Jean Vanier

em> Publicamos una de las reflexiones de Jean Vanier impartidas a una de las comunidades de Fe y Luz durante un retiro sobre el mismo tema. La primera de ellas está publicada en nuestro blog el día 5 de septiembre, la segunda el 14 de septiembre, la tercera el 19 de septiembre, la cuarta el 27 de septiembre y la quinta el 3 de octubre. Introduciendo el nombre de Jean Vanier en el buscador del blog os aparecerán todas, además de los artículos que citan al autor.

Uno de los momentos más conmovedores de la vida de Jesús que tuvo lugar en un comida muy especial lo podemos leer en el capítulo 13 de S. Juan. En medio de la comida, Jesús se levantó y empezó a quitarse los vestidos, y os podéis imaginar a todos los apóstoles diciendo: `pero este qué está haciendo ahora`. Jesús es algo que hace siempre ...; siempre hace algo que no esperamos, así que tiende a molestar siempre... Nos gusta tener nuestra vida bien ordenada, no nos gusta el desorden, Jesús siempre viene a traernos el desorden, porque no nos gusta el cambio, a los seres humanos nos gusta la rutina, nos gusta anticiparnos, saber lo que va a pasar sin probar, y queremos controlar, no nos gusta ser controlados, no nos gusta que nos molesten. Jesús entonces se quita la túnica que llevaba, no la túnica, el vestido que llevaba, debajo estaba la túnica; sabemos que el vestido que llevaba era un vestido sucio. Por qué digo esto: porque cuando leemos lo que sucedió en la cruz, cuando los soldados rasgaron sus vestiduras, se deshicieron del vestido..., y entonces se dice que cuando le quitaron la túnica, los soldados se la jugaron a ver quién se quedaba con la túnica, porque era una túnica preciosa, y estaba tejida desde arriba, de una sola pieza. Lo que los romanos normalmente hacían con las túnicas era cortarlas en cuatro con una espada y cada uno de los soldados se cogía uno de los trozos para limpiar el suelo. Jesús se quita las vestiduras y se queda con la túnica; la túnica es una especie de camisa larga que llega hasta las rodillas o hasta los tobillos, a veces con mangas, a veces sin mangas, y esto es algo anormal. Normalmente no tienen vestiduras simplemente llevaban la túnica. Así que Jesús coge una vasija, una palangana, la llena de agua, y se pone una toalla, y empieza a lavarle los pies a los discípulos. Pedro reacciona: “¿tú lavarme los pies?”, “no lo puedes entender ahora, ya lo entenderás más tarde...”, “no jamás me lavarás los pies”. Veis, Pedro tiene un sentido del orden.

Os hablé el otro día de la visión de la pirámide, arriba del todo está el hombre o la mujer con el poder, los privilegios, y según bajamos nos encontramos a los más débiles, los inmigrantes, personas con deficiencias, enfermos... Así que Pedro tiene una visión muy culturalmente humana; él debería lavar los pies al que está arriba, y alguien más bajo que Pedro le debiera lavar a él los pies, esta es la visión normal humana que existe en todos lados. El otro día os dije que Jesús vino a cambiar las pirámides por un cuerpo, en el que estamos todos juntos, en el que todos tenemos un lugar. Cada un tiene una misión, pero tenemos problemas con esa misión para creer que todos somos responsables de la Iglesia. Este es mi cuerpo, este es nuestro cuerpo, no se trata solamente del sacerdote, los obispos, el Papa, estamos juntos, cada uno con un papel diferente, cada uno con un ministerio diferente. Pablo va más allá y dice que aquellas partes del cuerpo que son las más débiles, las menos presentables, son necesarias para el cuerpo y deben ser honradas. Una misión extraordinaria la de Jesús, pero todos estamos formados por nuestra cultura y rápidamente decimos que el evangelio es una utopía... ¿cómo podemos amar a nuestros enemigos?, ¿cómo puede ser posible que me den en una mejilla y yo presente la otra...? Jesús nos está llevando hacia algo nuevo, de todo esto trata Fe y Luz, de crear un cuerpo, en el que las personas con una deficiencia son nuestros amigos, y estamos todos juntos, cada uno tenemos nuestro lugar, no hay ni una sola persona más importante, todos somos iguales, todos somos preciosos, cada uno de nosotros tiene un sitio diferente... Así que Pedro no es capaz de aceptar que Jesús se arrodille ante él; me pregunto qué haríamos nosotros si Jesús se nos apareciera y se arrodillara a nuestros pies, cómo seria nuestra reacción, que sucedería si Jesús se nos aparece allí donde vivimos y empieza a limpiarnos el suelo, cuál sería nuestra reacción... “No no, ve al salón y te llevaré algo de comida”. Es muy difícil para nosotros entrar en esa visión de Jesús; y Pedro dice: “No jamás me lavarás los pies”, y Jesús le mira y le dice: “si no te lavo los pies no formas parte de mi, no tienes nada que ver conmigo”. Quiere decir que no compartiremos más, quiere decir no serás ya mi amigo, no serás ya mi discípulo, es como decir: “ahí tienes la puerta, puedes irte...” ¡Muy fuerte! Si no puedo lavarte los pies no habrá más que decir y se acabó... Bueno, así que Pedro se asusta mucho. Es un hombre generoso, es un poco estúpido, pero es generoso, no quiere herir a Jesús, únicamente quiere afirmar que sabe que Él es más importante. Así que se asusta mucho cuando Jesús le dice que si no puede lavarle los pies, ahí tiene la puerta...; `no solo los pies sino la cabeza, las manos, dame una ducha si quieres...` Porque Pedro es un buen hombre, pero no comprende, todos somos buena gente, pero... ¿entendemos?

Hay una parábola muy hermosa que es muy importante para nosotros en Fe y Luz, que es la parábola del banquete de boda. El rey ha preparado el banquete de bodas para su hijo, todo está preparado, las hermanas han preparado toda la comida... (hay buen vino español, no es malo...) Los sirvientes salen fuera para invitar a todo el mundo; son buena gente los invitados, son gente bien inserta en la sociedad, pero dicen: “No, mi hija se está casando; no puedo ir, he comprado un par de bueyes y tengo que hacer que la yunta funcione; he comprado una tierra y tengo que construir...”; son todos buena gente, no son mala gente, son buena gente, pero no comprenden. Esto lo podéis leer en S. Lucas. El rey indica a sus sirvientes: `podéis ir por los caminos, por las autopistas, y traer a los tullidos, a los pobres, a los deficientes, a los ciegos...` Y todos empiezan a beber, ellos tienen demasiado tiempo, la gente que está bien insertada en la sociedad, no tienen tiempo suficiente. Es difícil entender la visión de Jesús, la visión del Evangelio, la visión de la paz.

Jesús lava los pies a los discípulos; me imagino que después de esa discusión entre Pedro y Jesús habría una especie de silencio eléctrico. Jesús les lava los pies y luego se sienta, y se vuelve a poner sus vestiduras sucias, viejas, y les dice: “¿Entendéis, comprendéis lo que he hecho? Me llamáis el Señor, el Maestro, y lo soy, y si yo el Señor y el Maestro os he lavado los pies, vosotros tenéis que lavaros los pies unos a otros, he hecho esto como un ejemplo para vosotros”. Es el único ejemplo en los evangelios en el que Jesús dice: “He hecho esto para daros ejemplo a vosotros; lo que yo he hecho contigo vosotros lo tenéis que hacer unos con otros”. Y entonces Jesús dice: `El sirviente no es menos importante que el maestro, y aquél que ha sido enviado no es menos importante que el que le ha enviado; si sabiendo esto lo hacéis, seréis bendecidos por Dios, encontrareis la Bendición y recibiréis la presencia de Dios`. Así que a mi me gustaría reflexionar con vosotros porqué Jesús hace esto. Creo que entendí esto un poco cuando estuve viviendo en un hogar con personas con deficiencia muy severa. Habíamos acogido a Eric; y Eric era ciego y sordo, con mucha angustia, no podía caminar, era un hombre muy pobre y muy pequeño que había vivido 16 años en un hospital psiquiátrico. Os decía esta mañana que el objeto principal de Fe y Luz era, es ayudar a la gente que tiene una imagen rota de sí misma, crear una imagen positiva de sí misma; aquellos que sienten que no son buenos, que descubran que sí son buenos...; esa es toda la pedagogía de Fe y Luz y de El Arca, ayudar a la gente a descubrir que son preciosos, ayudarles a descubrir que tienen valor, que por tanto pueden hacer cosas muy bellas.

Así que, como comunicarse con Eric, que no ve ni oye, así que el único modo de comunicarse con él es el tacto; el tacto es un sentido muy fundamental. Bañábamos a Eric todas las mañanas; yo encontraba que era muy importante para mi dar este baño y sostener a Eric en su pequeño cuerpo. Es muy importante tener paz cuando bañas a alguien, lo mencioné el otro día, porque transmites la paz a través de tus brazos o los nervios a través de tus brazos, y cuando lo estamos bañando lo que queremos es revelarle que es importante a través del tacto; el tacto es algo muy importante, cualquier madre lo sabe, el modo de abrazar, de coger al niño, cuando abrazas y sostienes a un niño le das seguridad, pero también por el modo en cómo le cogemos le revelamos que él o ella es importante. Así que hay un modo de tocar a las personas que revela algo, también hay maneras falsas de tocar, hay maneras de tocar en las que pretendemos atraer a las personas, puede haber una manera de tocar sexual que puede ser no necesariamente buena, porque intentamos poseer a alguien, pero tocar también es una revelación, porque tú también eres importante y valioso. Creo que cuando Jesús está arrodillado en el suelo, tocando el cuerpo de los discípulos, creo que está diciendo algo importante, particularmente porque al día siguiente estará muerto. Así que quizá también estará diciendo adiós, es el último momento en el que podrá tener un encuentro personal, y todo lo que hace Jesús es a través de encuentros personales. Vosotros sabéis que cuando yo hablo aquí no es una comunicación personal sencillamente, yo lanzó un mensaje para un grupo, pero lo que quiere Jesús es un encuentro personal. Podéis tocar el cuerpo de cada uno, es un gesto de comunión. En el evangelio de Juan no se habla para nada de la institución de la Eucaristía, en los otros tres evangelios sí se habla de la institución de la Eucaristía, y hay algo muy similar entre la eucaristía y el lavatorio de pies, los dos tienen que ver con el cuerpo..., lavar el cuerpo, dar el cuerpo, es un momento de comunión, es un momento de ternura...; en ambos momentos Jesús es humilde, y Jesús da su cuerpo para ser comido; es una humildad increíble, sabéis porqué Jesús da su cuerpo para que sea comido, es porque Él quiere vivir en mi, quiere vivir en cada uno de nosotros, para que nos volvamos como Él, para que tengamos compasión, perdón, así que Jesús inventa esa idea de transformar el pan en su cuerpo para revelar algo muy importante, que quiere vivir en nosotros, no solamente en el momento de la comunión, es un signo de que Él quiere vivir en mí todo el tiempo, vivir en cada uno de nosotros todo el tiempo, para que veamos el rostro verdadero de Dios; es un rostro de amor, no antes que nada el rostro del Señor, sino el rostro del amor y de la ternura, y de la compasión, esto es lo que hace Jesús cuando se arrodilla a sus pies.

Hay un suizo, que dice que la historia de la humanidad cambió cuando Jesús se arrodillo a los pies de los discípulos; así que Jesús nos habla de entrar en comunión a través de la humildad. ¿Sabéis? Cuando queréis a alguien mucho, queréis servir a esa persona, y si alguien me quiere mucho pues debe servirme, es un servicio mutuo, ayudarnos unos a otros, revelarnos unos a otros que somos importantes, de eso trata la amistad, y particularmente la amistad que es el amor. Eso es lo que hace Jesús, según se arrodilla y lava los pies, en el evangelio de Lucas y de Mateo, dice: “el Hijo del hombre no vino a ser servido sino a servir”, para que descubramos quién somos, qué es lo más importante en nosotros, y cómo podemos convertirnos en este mundo en un signo de paz. Es lo que leímos anoche en el evangelio, que si tú crees en mí, harás las mismas obras que yo he hecho, o incluso mayores obras. Eso es lo que quiere Jesús, que nos volvamos como Él, que traigamos amor y paz a este mundo. Pero también Jesús nos está diciendo algo sobre cómo podemos ejercer la autoridad...; podemos ejercer la autoridad desde arriba, diciéndole a la gente lo que debe hacer, o podemos ejercer la autoridad desde abajo, ayudando a la gente a ponerse de pie; así que no es controlar a la gente, sino ayudar a la gente a ser responsable. No es que no tengáis que ser obedientes, sino confiar en la gente para que puedan ponerse de pie. De esto trata Fe y Luz, ayudar a la gente a descubrir quiénes son, y ejercer la autoridad con humildad y amor.

Nunca es fácil ser padre, nunca me he casado, no tengo hijos, pero veo que no es difícil ser un padre con ........... He visto que es difícil ser un padre, madre, porque los niños exigen demasiados cuidados, y los padres no saben cómo cambiar tan rápidamente como ellos quieren, y a veces tratan a un niño de seis como si tuviera tres, y tratan a uno de diez como si tuviera seis, y tratan a uno de quince como si tuviera doce... Tienen problemas en cambiar, durante las primeras semanas los padres son perfectos, porque responden al grito del bebé, los problemas vienen después porque no saben cómo volver atrás. Yo no os voy a contar lo que hay que hacer, vosotros sabéis lo que hay que hacer, así que hacerlo, si no lo hacéis, bueno no lo hagáis, pero estaréis tristes si no lo hacéis..., pero es vuestro problema... Porque toda la cuestión de la educación trata de despertar la conciencia interna de cada persona, debéis decidir, por eso es tan difícil para los padres de una persona con discapacidad. Cualquier forma de educación es difícil y la educación de personas con un deficiencia es todavía más difícil, porque no hay un libro de reglas claro. Así que los padres tenderán a poseer más y les asustará dejarles ir, porque ellos son los únicos que saben. A veces podéis tener problema en Fe y Luz porque a veces los padres no dejan salir a sus hijos o a sus hijas; pero también sucede con nosotros, tampoco sabemos cómo ejercer la autoridad, nunca es fácil ser el líder de la comunidad, porque siempre se trata de ayudar a la gente a crecer, y confiar en la gente, y a veces la gente no llega a tiempo o la gente joven no aparece, pero bueno así son las cosas. Cómo ayudar a la gente a que se convierta en responsable, de eso se trata, ayudar a todos en la comunidad a ser responsables, pero para eso necesitamos tiempo, mucho diálogo, debemos hablar, tenemos que hablar de ello..., qué quieres al venir a Fe y Luz, cómo puedes ser llamado a ser más responsable. Quizá nos asusta la responsabilidad; Jesús nos está diciendo algo sobre la autoridad, nos guste o no todos nosotros ejercemos la autoridad en algún lugar, la autoridad de un sacerdote, de un padre, de un doctor, todos ejercemos la autoridad; la autoridad es algo muy bello, se trata de ayudar a la gente a crecer, no decirles lo que hay que hacer, sino ayudarles a crecer , a que se vuelvan más humanos, más amantes, y eso significa hablar.

El otro día estaba compartiendo con una pareja y me contaba que su hija de dieciocho años les estaba planteando muchos problemas de dinero... `Esta es la cantidad de dinero que gano, esto es lo que me lleva el alquiler, esto es lo que me cuesta el coche y solamente me queda esto, así que, qué vamos a hacer...` Por qué no podemos hablar; normalmente el dinero suele ser un tabú, nadie habla de ello, sobre los sueldos y esas cosas, pero si quieres que tu hija no esté infeliz, habla con ella sobre el dinero, vamos a dialogar sobre ello. ¿Sabéis? A veces no queremos encontrarnos y no queremos hablar, ayudamos a la gente a ser responsables cuando hablamos y compartimos... ¡por eso los grupos pequeños son importantes!

El otro día en el encuentro con los responsables, les pregunté a los responsables: “¿tenéis algún sacerdote en vuestro grupo?”, y les dije : “A menudo los sacerdotes hablan demasiado...” No sucede en España, pero en algunos grupos hablan mucho y no suelen hablar de sus problemas, hablan sobre ideas, y en el fondo son igual que tú y que yo, todos somos seres humanos, todos tenemos nuestros problemas, hablemos sobre ellos, hablemos desde nuestro corazón...; así es como podemos ayudar a la gente a ser responsables, porque todos somos lo mismo, no hay una gente mejor que otra, no hay gente que siga a Jesús mejor que otra, todos somos gente pobre, todos necesitamos a Dios, todos tenemos problemas interiores de depresión, violencia y de muchas cosas más, y hablemos de ello, ayudémonos unos a otros a crecer, ejercitar la responsabilidad es ayudar a la gente a crecer, a volverse responsable de sus vidas..., de eso trata Fe y Luz.

Así que Jesús se arrodilla a los pies de sus discípulos y nos dice cómo ejercer la autoridad; nos está diciendo algo sobre la humildad: no estar por encima de la gente, sino con la gente, estamos juntos, nos necesitamos, construimos juntos la comunidad. Jesús nos está hablando por lo tanto de algo, pero también nos habla del perdón; el agua en la tradición bíblica es la vida, pero también es la purificación; siempre tiene que ver con limpiar, todos necesitamos que nos limpien. Ayer por la tarde os hablé sobre la culpa, cómo somos todos paralizados por la culpa, porque no sabemos amar como debiéramos, no sabemos vivir el mensaje del evangelio como debiéramos, no sabemos cómo rezar, no sabemos cómo entrar en comunicación con Jesús...; así que siempre estamos llenos de la sensación de: “no hago nada bien”. Y lo que está en el corazón de nuestras personas con discapacidad está también en el corazón de todos nosotros: “No soy bueno”, “no sé como hacerlo...”. Y entonces nos escondemos de los demás, porque necesitamos ser perdonados; ser limpiados significa también ser liberados de toda la suciedad. ¿Sabéis? En algunas culturas el pie es el símbolo de la sexualidad y todos necesitamos ser curados en ese aspecto, porque la sexualidad es un gran misterio para el ser humano; no sabemos cómo vivir nuestra sexualidad, es nuestra afectividad, nuestra afectividad está rota, no sabemos cómo amar, no sabemos cómo integrar nuestra sexualidad, así que necesitamos ser purificados. Más tarde vamos a tener un momento de reconciliación, que tratará sobre la purificación y tirar abajo esas barreras que nos impiden encontrarnos con Dios. Todos necesitamos ser purificados, pero también cuando Jesús lava los pies a los discípulos nos está diciendo algo también muy importante, que Dios no está arriba en los cielos, está abajo, muy abajo, en aquellos que son pobres y débiles.

El otro día hablamos de la mujer samaritana. Aquí de nuevo Jesús está abajo, la mujer samaritana estaba de pie; así que no os sorprendáis si en alguna ocasión Jesús os habla desde abajo, diciendo: `te necesito, necesito tu ayuda y quiero lavarte los pies, quiero servirte...` Para descubrir una visión nueva de Dios, para descubrir que el Todopoderoso está a veces indefenso, y eso es un misterio, está indefenso en el sentido de que depende de nosotros...; el Todopoderoso a veces no tiene ningún poder delante de nuestra libertad, porque Jesús no quiere imponernos, no quiere violar nuestra libertad, quiere que nos convirtamos en líderes, y en la medida en que nos hacemos libres nos arrodillemos ante la gente. Así que ellos también se vuelven libres, y entramos en un verdadero movimiento de liberar a la gente, ayudar a la gente a conocer el bien y descubrir lo bellos que son y las cosas bonitas que pueden hacer. Así que si estamos hoy aquí es para que nos lavemos unos a otros los pies, y... ¿por qué?, porque Jesús nos lo dice, no es la razón, es un locura.

Hace unos años fui al Consejo Mundial de Iglesia. Me pidieron que hablara a todos los representantes de todas las Iglesias; había doscientos veinte representantes de diferentes Iglesias y yo hablé del lavatorio de los pies. Algunos de ellos se excitaron terriblemente, pero lo hicimos y todavía recuerdo a un obispo ortodoxo, lavándole los pies a una mujer americana baptista. Si sabéis algo sobre los obispos ortodoxos y las mujeres americanas baptistas os daréis cuenta de que era una imagen muy especial. Tenemos que hacer gestos, no sólo palabras; y Jesús nos está pidiendo que nos sirvamos los unos a los otros, tales como somos, con tus deficiencias y con tu belleza, con tus problemas... ¡estamos aquí para servirnos unos a otros! Por supuesto, lo que hacemos en el grupo es simbólico; algunos de nosotros no nos volveremos a encontrar en bastante tiempo, así que lavarnos los pies unos a otros es un símbolo, pero también está revelando un deseo, un deseo de que crezcamos en el sentido del servicio, del amor y de la compasión.

Así que, como os digo, cuando lavemos los pies a la persona que está a nuestra derecha, será un símbolo del perdón para aquellos a los que estáis llamados a perdonar, y el deseo de perdonar y de ser perdonado cuando hiero a las personas. Los símbolos son muy importantes, no podéis decir: “Bueno, lo importante es el servicio, no que nos lavemos los pies...” Estáis totalmente equivocados... ¡estar con Jesús y vivir en Jesús! eso es lo importante. El simbolismo del pan es importante pero no es lo más importante, lo más importante es que Jesús vive en mi; como el agua del bautismo, es también una limpieza, es un símbolo, es un símbolo que también es fuente de gracia.

Así que ahora cuando nos juntemos para lavarnos los pies, en primer lugar vamos a recordar algo, vamos a recordar lo que Jesús ha hecho por nosotros. En algún momento nos ha dicho: `hago esto por ti como un ejemplo`. Así que nos está recordando algo muy importante: cuando nos lavemos los pies unos a otros, pediremos la gracia para ser como Jesús. San Bernardo dice que el lavatorio de los pies es un sacramento; bueno para San Bernardo había muchas cosas que eran sacramento, pero lo que está diciendo es que es una fuente de gracia, es un lugar donde se da la presencia de Dios.

Así que, lo que vamos a hacer es algo importante, y en algún lugar estamos diciendo que queremos servirnos unos a otros; de algún modo queremos volvernos como Jesús. Todavía hay muchos bloqueos en mí, bloqueos en todos nosotros, un montón de cosas que necesito purificar, muchas cosas que todos necesitamos purificar, pero quiero crecer, necesito crecer, crecer en ese sentido del servicio, del amor y de la compasión. Así que para todos nosotros espero que signifique lo mismo, que exprese un deseo de ir más allá, más profundamente. Muchos de vosotros ya habéis vivido algún lavatorio de pies porque lo hacemos con frecuencia en nuestras comunidades de Fe y Luz, como lo hacemos también en el Arca, pero quiero recordaros lo que hacemos. Cuando yo termine de hablar podemos cerrar el círculo, porque ahora lo habéis abierto para poder mirarme cuando hablaba; entonces el responsable o alguno de cada grupo va a leer el texto de San Juan que está en el librito; yo lo he citado de memoria, pero el texto exacto lo tenéis en el librito. Os pido que os aprendáis cuando podáis el Evangelio de memoria porque son buenas noticias, meterlas en el corazón, no solo aprenderlas de memoria sino meterlas en el corazón, entonces empezaremos a vivir desde la palabra de Dios. Así que una vez que el responsable o uno de cada grupo haya leído el texto, lavaremos los pies de la persona que está al lado; tomaros tiempo, hacerlo como Jesús lo hizo...: con amor, con ternura. Una vez halláis lavado los pies, los secáis, los dos pies, no sólo uno; a veces esto lo veo en el Jueves Santo, con todos los niños pequeños que van a misa, las madres les han lavado los pies diez veces y los calcetines están limpios, sin agujeros y solamente se lavan un pie, no entiendo porqué, pero ese es otro problema... Cuando lavéis los pies a la persona que está a vuestra derecha, la persona a la que se le han lavado los pies pone sus manos sobre vuestra cabeza y tiene un momento de comunión, de mutualidad, de gratitud, con un sentido de que estamos juntos...; y entonces la persona que lavó los pies se sienta, y la persona a la que le han lavado los pies lava los pies a quien tiene a su derecha, y así completamos todo el círculo. Cuando hayamos completado todo el proceso, compartiréis juntos: qué te ha conmovido, qué es importante para mi... Estar juntos unos pocos minutos, no mucho tiempo, diez o quince minutos en total; después de eso todos saldremos en procesión a la capilla grande, y tendremos una cruz, y los sacerdotes irán detrás de la cruz e iremos a la capilla grande. Allí tendremos un periodo de reflexión y oración; estarán los sacerdotes para los que quieran tener unas palabras.....

No hay comentarios:

Publicar un comentario