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Mostrando entradas con la etiqueta existencia de Dios. Mostrar todas las entradas
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miércoles, 28 de agosto de 2024

Albert iba a misa por ver a una chica y una homilía le impactó: «Me compadecí de ese Jesús, en un grupo oraron por mí y dije: ‘Jesús, ellos están en tu corazón, quisiera ir ahí’»

 


* «Yo me puse de rodillas y de golpe, ¡paf!, empecé a llorar. No sé por qué me puse a llorar, pero creo que es lo que llaman efusión del Espíritu Santo. Lloré, lloré y luego me avergoncé de haber llorado. Yo me dije: escucha, ¡están proclamando lo que yo estoy viviendo en mi corazón! Yo temblaba, lloraba, sentía un gran deseo de Dios. he seguido explorando Su corazón y verdaderamente he sentido el amor de Jesús»

 Camino Católico.- La pasión de Albert fue siempre el baloncesto. Fue su deporte favorito mientras estaba en la escuela. Cuando terminó la enseñanza secundaria y empezó a trabajar, fue también en un colegio. Allí le formaron como entrenador. Se pasaba los sábados y los domingos enteros en la cancha, mañana y tarde.

Los domingos veía gente que iba a rezar. «Algunos me preguntaban: y tú, ¿por qué no rezas? Yo respondía: ‘Ellos hacen una cosa, yo hago otra’. No me hacía problema», explica a Découvrir Dieu.

Algún día tendré que casarme…

Y así iba transcurriendo su vida, hasta que un día Albert reflexionó sobre su futuro personal: «Pensé que algún día tendría que casarme, y para eso tendría que buscar una chica con quien casarme».

Conoció una chica que le gustaba, pero había un problema: «Le pregunté qué podríamos hacer para vernos regularmente. ‘A mis padres no les gusta mucho que salga de casa’, me dijo, solo podremos vernos en misa‘».

Albert tenía claras sus prioridades, así que lo tuvo claro: «Dejé de hacer deporte los domingos y empecé a ir a misa«.

Homilías largas pero fructíferas

«Me fastidiaban bastante las homilías del sacerdote porque retrasaban el momento de poder verla después de misa», confiesa: «Pero, al mismo tiempo, en las homilías el sacerdote -recuerdo que era un sacerdote tradicionalista- decía que Dios sufría mucho por la ingratitud de los hombres, a quienes amaba sin ser correspondido en ese amor. Y empecé a compadecerme de ese Jesús«.

Sorprendido por este repentino interés por las cosas de Dios, pidió consejo a una de las personas que había conocido en esta vida nueva suya de frecuentar la iglesia: «Me dijo: Albert, un cristiano aislado está en peligro de muerte. Busca un grupo de oración«.

Le gustó que no le animase un espíritu sectario y no intentase atraerle al suyo: «Pensé que iba a decir ‘Ven con nosotros, ven con nosotros…’. Pero, con toda sencillez, me dijo: ‘Hay al menos una decena de grupos de oración en esta ciudad'».

Albert buscó, eligió y acudió a uno de ellos: «Cuando llego, veo que la gente reza cerrando los ojos y que, cuando van a hacer la adoración, apoyan la frente en el suelo. Pensé: ¡son como musulmanes! Pero al mismo tiempo, en su mirada yo encontraba algo más profundo. Entonces les dije: ¿podéis rezar por mí? Yo quería realmente ser como ellos. Veía que vivían cosas que yo no había visto ahí fuera. Y me dijeron: sí, rezaremos por ti».

«Yo me puse de rodillas», continúa, «y dije: Jesús, ellos están en tu corazón, yo quisiera ir ahí. Y de golpe, ¡paf!, empecé a llorar. No sé por qué me puse a llorar, pero creo que es lo que llaman efusión del Espíritu Santo. Lloré, lloré y luego me avergoncé de haber llorado».

Un pasaje de Daniel, norma de vida

Seguidamente, en el grupo leyeron un pasaje de la Biblia, del libro de Daniel, que Albert selecciona en su teléfono móvil para leerlo a cámara: «No temas. Desde el primer día que te dedicaste a intentar comprender y a humillarte ante tu Dios, tus palabras han sido escuchadas, y yo he venido a causa de ellas» (Dan 10, 12).

«Yo me dije: escucha, ¡están proclamando lo que yo estoy viviendo en mi corazón! Yo temblaba, lloraba, sentía un gran deseo de Dios», concluye su narración de aquel día: «Luego dijeron el Avemaría y al final la responsable de grupo ensalzó aquellas palabras tan bellas».

Albert se hizo un propósito: «Esas palabras tienen que ser la luz de mis pasos. Y la verdad es que desde ese momento he seguido explorando Su corazón y verdaderamente he sentido el amor de Jesús».

«Quisiera amar mejor a Jesús», finaliza, y para hacerlo toma ejemplo de su pasión, el deporte, aunque en este caso no del baloncesto, sino del fútbol: «En los grupos de oración que desde entonces he frecuentado hay gente que se queja de que le han hecho daño, de que no pueden continuar… Yo me fijo más bien en cómo a los futbolistas les hacen daño, pero se levantan y continúan hasta el final del partido. Pues bien, ¡eso es lo que yo estoy viviendo… hasta que finalice mi partido!».

miércoles, 17 de mayo de 2023

viernes, 18 de febrero de 2022

Jean-David fue a un festival católico para pasar el rato y aburrido pidió una prueba a Dios de su existencia: «Descubrí que Jesús me perdonaba todo lo que yo había hecho»

 


* «Dios, posiblemente existas, me digo a mí mismo que quizás existes. En ese caso, muéstrame algo de forma concreta, porque no comprendo nada de mi vida… No sé cómo explicarlo. Sentí primeramente un calor enorme que venía sobre mí e inmediatamente después una mezcla de alegría y de tristeza. Empecé a llorar y me tapé la cara con un folleto porque me daba vergüenza. Descubrí, sobre todo, que Jesús me amaba. Que era un amigo que me decía: puedes contar conmigo»

El vídeo-testimonio de Jean-David en Découvrir Dieu 

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domingo, 12 de diciembre de 2021

Santiago Carbonell: «Me convencí que Dios no existía, sentía un gran vacío y le pedía que si había alguien arriba, me ayudara. Cristo me atrajo hacía Él y soy sacerdote»

 


* «Estaba en la Universidad, con mis amigos, mi novia… Se abrió una pequeña grieta en mi corazón. Fui a Misa los domingos, buscaba cosas por Internet de Dios y de los santos… »

* «Una carta de Santo Tomás Moro me hizo comprender que Dios quiere para mí lo mejor. Se fue abriendo paso, rompí con mi pareja, lo pasé mal pero con hambre de rezar y unirme a Dios. Descubrí la Misa diaria. Fui creciendo una tranquilidad en mí. Dios me iba atrayendo a él. Me decidí a estudiar Teología por si Dios me llamaba al sacerdocio. Me sentía una marioneta de Dios. Fue una locura. Sentí mucha tranquilidad, una especie de inquietud de que Dios me acogía con cariño y me llevaba a Él»

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lunes, 22 de noviembre de 2021

Gabrielle: «Era atea, buscaba la Verdad, vi una oración a Jesús y la recé. Comprendí que Dios existía, que era Amor y que me amaba. Confesé, hice la Comunión y fui confirmada»

 


* «Cuando se conoce el amor de Cristo solo hay una cosa que nos invade, y yo quería hacer lo mismo que Él, yo quería entregarme, yo quería amarle. Cristo para mí es una persona, es Jesús que entro en mi vida cuando yo sentí muy fuerte esa presencia de amor. Es también mi Salvador, porque me sacó de todos los callejones sin salida en donde estaba metida, en los que había caído. Por todo ello le digo: gracias. Ahora que conozco la Verdad, soy muy feliz»

Camino Católico.  Gabrielle era atea, pero buscaba la Verdad y, de forma tímida pero sincera, pidió a Dios ayuda. Lo que sucedió lo explica ella misma en el programa Découvrir Dieu de KTO

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jueves, 5 de agosto de 2021

Héctor Carabantes Piñón, 30 años de cura: «A los 13 años dejé de creer en Dios, fui líder sindical comunista y quería ser sacerdote para demostrar que Dios no existía»


 * «Hacía como diez años que yo no creía en Dios cuando mi mamá me invitó a Misa. Me impactó una muchacha que leyó la primera lectura: Isaías 49, 14-16. No enseguida me la aprendí por la muchacha, sino que la muchacha me llamó la atención, y era aquella lectura de ‘el Señor ya no me quiere, el Señor me ha abandonado’. ‘¿Acaso hay una madre que abandone al hijo de sus entrañas o una madre que abandone al hijo que estén amamantando sus pechos? Pues aunque hubiera una mujer así, Yo jamás te olvidaré’. Se me quedó eso y, afortunadamente, tenía un amigo que aún vive, pastor protestante de los pentecostales; y le pregunté, y me empezó a hablar, pero no me satisfizo. Yo estaba aferrado a que Dios no existía, pero quería encontrar algo que me dejara satisfecho: que yo pudiera decir “sí existe” o “no existe”. Y por eso entré al Seminario»

* «Ahora para mí ser un comunista, en el buen sentido de la palabra, es seguir los pasos de Cristo, seguir la Cruz de Cristo. Alguien me llamó, en la escuela de Cuernavaca, ‘el padre que pasó de comunista a sacerdote’. Y ciertamente yo cambié la hoz y el martillo por la Cruz de Cristo. Para mí ser comunista es seguir el camino de Cristo. Todos por igual. Ahora, a mis 30 años de sacerdote y a mis 58 años de edad, ciertamente me siento muy privilegiado por Dios, muy “chiqueado”. Dios existe porque yo existo. A lo mejor mi manera de ser, mi manera de expresarme, mi manera de sentirme seguro de mí mismo no es por mi persona, sino porque soy hijo de Dios. Porque así Dios me ha determinado: ser su hijo»

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martes, 13 de julio de 2021

Ella, creyente, para casarse con Jean-Luc le pidió que se planteara la existencia de Dios: «Viví un encuentro personal con Jesús al decir: ‘Todo te lo entrego, ¡Ayúdame!’»

 


* «Cambié mi mirada sobre mí mismo y sentí la mirada de Jesús, la mirada de Alguien que me ama. Una vez que experimenté el amor de Dios, conseguí amarme a pesar de mis debilidades, de mis cobardías, de mis oscuridades, de mis suciedades. Pude mirarlas como Jesús las mira y ver también lo que hay de bueno en mí y en los demás»

El vídeo-testimonio de Jean-Luc en Découvrir Dieu puede verse con los subtítulos en español entrando en subtítulos C, acto seguido en la ruedecita de la derecha de configuración, luego en subtítulos, después en traducir automáticamente y eligiendo el español

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martes, 24 de diciembre de 2019

¿Jesús era vegetariano? Responde el padre Mario Arroyo a una senadora animalista

Camino Católico.- ¿Jesús era vegetariano? La polémica afirmación de una senadora animalista mexicana ha levantado controversia y un sacerdote ha salido al paso con la verdad. La senadora Jesusa Rodríguez, del partido Morena, del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, criticó el 8 de diciembre la muerte de animales para las comidas de celebración de Navidad y aseguró que Jesucristo fue un “famoso vegetariano”. Rodríguez, a favor de la legalización del aborto y la marihuana en México, ha defendido en el pasado una “lucha feminista” para los animales, y dijo que “todos somos iguales, todas somos iguales. Las vacas, las puercas, las burras, todas las hembras somos iguales y tenemos que tener igual respeto e iguales derechos”. En un video publicado en su canal Teología para Millenials, el P. Mario Arroyo, doctor en Filosofía por la Universidad de la Santa Cruz de Roma y catedrático de la Universidad Panamericana en Ciudad de México, asegura que “no se dejen engañar, Jesús no era vegano”.
Si bien reconoce que “bastante gente” piensa así, el P. Arroyo subrayó que “no hay ningún fundamento par a afirmar que Jesús fuese vegetariano”. El sacerdote mexicano dice que se sorprendió al conocer de las declaraciones de la senadora de Morena, pues él “llevaba años de leer la Sagrada Escritura, de haber estudiado teología, de leer todos los días el Evangelio y primera noticia de que Jesús es vegetariano”.
“Comprendo la causa animalista y la gran sensibilidad que hay sobre todo para evitarle sufrimientos inútiles y sobre todo la crueldad contra ellos”, indica, pero asegura que “no hay trazos realmente de que Jesús haya sido vegetariano”. “Sería bastante extraño, porque Él celebraba la cena de Pascua todos los años, y en la cena de Pascua se come un cordero. Es verdad que va acompañado de hierbas amargas, pero se come un cordero”.
Además en esa época, recordó, “no estaba esa sensibilidad de respeto por los animales”. Para el P. Arroyo es “importante quitar esa proyección equivocada, se le llama anacronismo: proyectar una sensibilidad de nuestro tiempo a una realidad de hace 2000 años”.
“Ciertamente, y sí hay fundamento bíblico para decirlo, Dios nos invita a respetar la naturaleza, a cuidarla. Y entonces cualquier género de crueldad con los animales constituye una ofensa a Dios”, argumenta.
“Pero también es verdad que Dios nos dio el mundo para que lo administráramos. No para que lo destruyéramos, no para que nos lo acabáramos, sino para que lo conserváramos, lo desarrolláramos y lo transmitiéramos mejorado a la siguiente generación. En ese sentido, el comer animales nos viene bien a la salud según parece, dentro de cierta medida”.
El sacerdote mexicano finalmente hace un llamado “a cuidar a los animales, a preocuparnos por ellos, tenerles cariño. Muchas veces nos acompañan, remedian nuestra soledad. Pero no se dejen engañar, Jesús no era vegano”.