25 de agosto de 2022.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, jueves de la 21ª semana de Tiempo Ordinario, presidida por el P. Heliodoro Mira, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
Evangelio: San Mateo 24, 42-51:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
¿Quién es el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas?
Bienaventurado ese criado, si el señor, al llegar, lo encuentra portándose así. En verdad os digo que le confiará la administración de todos sus bienes.
Pero si dijere aquel mal siervo para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo castigará con rigor y le hará compartir la suerte de los hipócritas.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes».
Verónica López durante el embarazo de su hija Sofía,
junto a su esposo y su hijo de 14 años / Foto: Cortesía de Verónica López
* «Solamente Dios. Ha sido muy bueno conmigo y, a pesar de todas las dificultades, estuvo en todo momento. Siempre supe que Dios tenía una misión especial para mí. Durante el tiempo de la quimioterapia, cuando ya me habían desahuciado, recuerdo que tenía mucho frío y le pedí a Dios que me sanara, porque yo tenía muchas ganas de hacer mi Primera Comunión. Yo le decía que me sanara porque quería hacer mi primera comunión y que no quería ver a mis papás llorar tanto y que no quería morirme todavía. Y me lo concedió. Entonces, decidí no abortar y nació mi hijo y ha sido mi motor en la vida. Después viene el darnos otra oportunidad con el padre de mi hijo y nuestro matrimonio, que era el sueño de mi vida: poder casarme por la Iglesia»
Camino Católico.- «Quizás estoy feliz porque estoy con Dios ¿Y qué pasaría si elijo esta felicidad para siempre?» Rodrigo cuenta el giro inesperado que dio el rumbo de su vida, y porqué decide seguir su vocación sacerdotal. Rodrigo Correa es un joven sacerdote de los padres de Schoenstatt, pero él nunca había pensado en ser sacerdote ni en entregar su vida por completo a Dios. Su vida pasaba por casarse con su novia, tener muchos hijos y ser dentista. Pero entonces llegó lo que él denomina “giros inesperados” propiciados por Dios, y sobre ello habló a un grupo de jóvenes en una charla de Razón en Cristo – REC de la Pontificia Universidad Católica de Chile que se visualiza y escucha en el vídeo. A todos los jóvenes les dice desde su propia experiencia y después de haber elegido ser sacerdote que “sea cual sea la historia y el estado de vida que tengáis creemos en un Dios que nos quiere felices, y ese Dios vale la pena. (…) Vale la pena jugársela y que la vida dé estos giros inesperados”.
Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma
* «Renuevo mi invitación a implorar al Señor la paz para el amado pueblo ucraniano que desde hace seis meses -hoy- sufre el horror de la guerra. Espero que se tomen medidas concretas para poner fin a la guerra y evitar el riesgo de un desastre nuclear en Zaporizhzhia. Llevo en mi corazón a los presos, especialmente a los que se encuentran en condiciones frágiles, y pido a las autoridades responsables que trabajen por su liberación. Pienso en los niños, muchos muertos, luego muchos refugiados, aquí en Italia hay muchos, muchos heridos, muchos niños ucranianos y niños rusos que se han quedado huérfanos y los huérfanos no tienen nacionalidad, han perdido a su padre o madre, son rusos, son ucranianos. Pienso en tanta crueldad, en tantos inocentes que están pagando la locura, la locura de todos los bandos, porque la guerra es una locura y nadie en la guerra puede decir: ‘No, no estoy loco’. La locura de la guerra»
Evangelio: San Juan 1, 45-51:
En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dijo:
«Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret».
Natanael le replicó:
«¿De Nazaret puede salir algo bueno?».
Felipe le contestó:
«Ven y verás».
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta:
«¿De qué me conoces?».
Jesús le responde:
«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió:
– «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó:
«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».
Y le añadió:
«En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».
Evangelio: San Mateo 23, 23-26:
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo:
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad!
Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello.
¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello!
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera».