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jueves, 7 de febrero de 2008

La Cuaresma, Camino hacia la Pascua / Autor: Juan Pavlo II

Invitación a la penitencia

1. Nos encontramos hoy en el primer día de Cuaresma, Miércoles de Ceniza. En esta jornada, al comenzar el de cuarenta días de preparación a la Pascua, la Iglesia nos impone la ceniza sobre la cabeza y nos invita a la penitencia. La palabra penitencia se repite en muchas páginas de la Sagrada Escritura, resuena en la boca de tantos profetas y, en fin, de modo particularmente elocuente, en la boca del mismo Jesucristo: «Arrepentios, porque el reino de los cielos está cerca» (Mt. 3,2). Se puede decir que Cristo introdujo la tradición del ayuno de cuarenta días en el año litúrgico de la Iglesia, porque Él mismo «ayunó cuarenta días y cuarenta noches» (Mt 4,2), antes de comenzar a enseñar. Con este ayuno cuadragesimal, la Iglesia, en cierto sentido, esta llamada cada año a seguir a su Maestro y Señor si quiere predicar eficazmente su Evangelio. El primer día de Cuaresma –precisamente hoy– debe testimoniar de modo especial que la Iglesia acepta esta llamada de Cristo y que desea cumplirla.

Convertirse a Dios

2. La penitencia en sentido evangélico significa sobre todo conversión. Bajo este aspecto es muy significativo el pasaje del Evangelio del Miércoles de Ceniza. Jesús habla del cumplimiento de los actos de penitencia conocidos y practicados por sus contemporáneos, por el pueblo de la Antigua Alianza. Pero al mismo tiempo somete a crítica el modo puramente externo del cumplimiento de estos actos: limosna, ayuno, oración, porque ese modo es contrario a la finalidad propia de los mismos actos. El fin de los actos de penitencia es un más profundo acercarse a Dios mismo para poderse encontrar con Él en lo íntimo de la entidad humana, en el secreto del corazón.

«Cuando hagas, pues, limosna, no vayas tocando la trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas... para ser alabados de los hombres... ; No sepa tu izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna sea oculta, y el Padre que ve lo oculto te premiará.

Cuando oréis, no seáis como los hipócritas..., para ser vistos de los hombres..., sino... entra en tu cámara y, cerrada la puerta, ora a tu padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo escondido, te recompensará.

Cuando ayunéis no aparezcáis tristes, como los hipócritas..., (sino)... úngete la cabeza y lava tu cara para que no vean los hombres que ayunas, sino tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt. 6,2).

Por lo tanto, el significado primero y principal de la penitencia es interior, espiritual. El esfuerzo principal de la penitencia consiste en entrar en sí mismo, en lo más profundo de la propia entidad, entrar en esa dimensión de la propia humanidad en la que, en cierto sentido, Dios nos espera. El hombre exterior debe ceder –diría– en cada uno de nosotros al hombre interior y, en cierto sentido, dejarle el puesto. En la vida corriente el hombre no vive bastante interiormente. Jesucristo indica claramente que también los actos de devoción y de penitencia (como el ayuno, la limosna, la oración) que por su finalidad religiosa son principalmente interiores, pueden ceder al exteriorizan corriente, y, por lo tanto, pueden ser falsificados. En cambio, la penitencia, como conversión a Dios, exige sobre todo que el hombre rechace las apariencias, sepa liberarse de la falsedad y encontrarse en toda su verdad interior. Hasta una mirada rápida, breve, en el fulgor divino de la verdad interior del hombre, es ya un éxito. Pero es necesario consolidar hábilmente este éxito mediante un trabajo sistemático sobre sí mismo. Tal trabajo se llama ascesis (así lo llamaban ya los griegos de los tiempos de los orígenes del cristianismo). Ascesis quiere decir esfuerzo interior para no dejarse llevar y empujar por las diversas corrientes exteriores, para permanecer así siempre ellos mismos y conservar la dignidad de la propia humanidad.

Pero el Señor Jesús nos llama a hacer aún algo más. Cuando dice «entra en tu cámara y cierra la puerta», indica un esfuerzo ascético del espíritu humano que no debe terminar en el hombre mismo. Ese cerrarse es, al mismo tiempo, la apertura más profunda del corazón humano. Es indispensable para encontrarse con el Padre, y por esto debe realizarse. «Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Aquí se trata de recobrar la sencillez de pensamiento, voluntad y corazón, que es indispensable para encontrarse con Dios en el propio yo interior. ¡Y Dios espera esto para acercarse al hombre interiormente recogido y, a la vez, abierto a su palabra y a su amor! Dios desea comunicarse al alma así dispuesta. Desea darle la verdad y el amor que tienen en Él la verdadera fuente.

Liberación espiritual

3. Así, pues, la corriente principal de la Cuaresma debe correr a través del hombre interior, a través de corazones y conciencias. En esto consiste el esfuerzo esencial de la penitencia. En este esfuerzo, la voluntad humana de convertirse a Dios es investida por la gracia proveniente de conversión y, al mismo tiempo, de perdón y liberación espiritual. La penitencia no es sólo un esfuerzo, una carga, sino también una alegría. A veces es una gran alegría del espíritu humano, alegría que otros manantiales no pueden dar.

Parece que el hombre contemporáneo haya perdido, en cierta medida, el sabor de esta alegría. Ha perdido además el sentido profundo de aquel esfuerzo espiritual que permite volver a encontrarse a sí mismo en toda la verdad de la intimidad propia. A esto contribuyen muchas causas y circunstancias que es difícil analizar en los limites de este discurso. Nuestra civilización –sobre todo en Occidente–, estrechamente vinculada con el desarrollo de la ciencia y de la técnica, entrevé la necesidad del esfuerzo intelectual y físico; pero ha perdido notablemente el sentido del esfuerzo del espíritu, cuyo fruto es el hombre visto en sus dimensiones interiores.

En fin, el hombre que vive en las corrientes de esta civilización pierde muy frecuentemente la propia dimensión; pierde el sentido interior de la propia humanidad. A este hombre le resulta extraño tanto el esfuerzo que conduce al fruto hace poco mencionado como la alegría que proviene de él: la alegría grande del descubrimiento y del encuentro, la alegría de la conversión (metanoia), la alegría de la penitencia.

La liturgia austera del Miércoles de Ceniza y, después, todo el período de la Cuaresma es –como preparación a la Pascua– una llamada sistemática a esta alegría: a la alegría que fructifica por el esfuerzo del descubrimiento de sí mismo con paciencia: «Con vuestra paciencia compraréis (la salvación) de vuestras almas» (Lc. 21,19).

Que nadie tenga miedo de emprender este esfuerzo.

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Ciudad del Vaticano, 7 de febrero de 1979
Catequesis del Papa Juan Pablo II

Teresa de Calcuta / La Pelicula

PARTE 1

PARTE 2

PARTE 3

PARTE 4

PARTE 5

PARTE 6

PARTE 7

PARTE 8

PARTE 9

66 Bebés ingleses sobrevivieron a aborto y los dejaron morir


LONDRES,(ACI).- Un informe oficial del gobierno británico reveló que en el último año unos 66 bebés que sobrevivieron a abortos no recibieron auxilio médico y se les dejó morir.

Según el sitio LifeSiteNews.com, el Informe Confidencial sobre Salud Materna Infantil (CEMACH, por sus siglas en inglés) sostiene que "la mitad de los bebés sobrevivientes vivieron una hora, mientras que uno sobrevivió durante 10 horas sin ningún tipo de ayuda".

En Inglaterra el aborto es legal hasta las 24 semanas de gestación. Por ello, el Colegio de Médicos y Obstetras recomienda a los médicos aplicar una inyección letal a los fetos de más de 22 semanas que sobreviven al aborto. Para el Daily Telegraph esta recomendación "puede ser un procedimiento complicado para los médicos".

Éste no es el primer informe que da cuenta de esta manera de proceder de los médicos. En 2005, el Dr. Shantala Vadeyar, un investigador en Manchester del St. Mary's Hospital, señaló que habían casos de bebés de 18 semanas que sobrevivían fuera del vientre materno; y entre 1996 y 2001, al menos 31 niños sobrevivieron a un aborto.

A la luz del informe de CEMACH, la Asociación Británica de Medicina Perinatal indicó al Daily Telegraph que las nuevas medidas con los procedimientos indicados para los médicos en caso de que un niño sobreviva a un aborto, ya se están trabajando.

Niños soldados todavía enrolados en trece países

Calma relativa en el Chad

El 27% de los hospitales contra el sida son católicos

Perdonar

El camino para aprender a amar
es "Perdonando", quien desea crecer
en el amor lo logra amando en el perdón.

Perdonar es el camino de la liberación,
el que auténticamente se libera es quien perdona,
echando fuera de su alma al rencor y la venganza
que solamente lo envilece y lo consume.

Perdonar a pesar de tener razón y mil justificaciones
para no hacerlo, se atreve a pronunciar
en el interior del corazón "Perdón".
Perdonar cuando te han ofendido y humillado
es cuando se manifiesta la grandeza del corazón
del ser humano.

Solamente el que ama auténticamente
puede decir "te perdono y lo olvido".
Perdonar es cuando a pesar de sentirse ofendido
te atreves a dar una sonrisa de amor.

Deja hoy tus rencores, tu venganza
que anhela ver al que te ha ofendido
de rodillas pidiendo clemencia,
deja hoy ese fuego que enciende tu cólera
y abraza tu ser de rabia y de rencor,
cuando ha sido pisoteado tu orgullo
y has sido lastimado en lo más profundo,
cuando deseas con todas tus fuerzas
ver fulminado al que te ha ofendido

Te pregunto, ¿Serás hoy capaz de perdonar
a ese amigo tuyo que te traicionó, aquella ofensa
de alguien que creías no te podía fallar
y hoy le puedes demostrar que lo amas?
¿Serás hoy capaz de llenar tu alforja de olvido,
y salir al encuentro con lo único que le puedes ofrecer,
tu perdón y continuar tu camino de paz
al encuentro de Dios?

Hoy libérate y camina como un niño extraviado
a los brazos de una madre llena de amor,
como el ciego al encuentro de la luz.
Hoy perdona y olvida, eleva tu alma
a las estrellas y encuentra la paz.

Dios, sé que tu grandeza y tu más
sublime expresión de amor es perdonar.
Dame la sabiduría, la comprensión
y la fuerza para convertirme en amor,
y sin dar espacio ni tregua al odio,
entregar la vida por los que amo.

Señor, tu lo sabes mejor que nadie,
conoces el corazón del hombre y sabes
que hoy deseo amar como nunca imaginé,
Señor gracias, hoy al fin he perdonado por amor.

Hoy perdonaré para siempre y arrojaré
de mi alma todos aquellos rencores
que me envilecen y me atan al pasado,
hoy estoy dispuesto a olvidar,
hoy me demostraré a mí mismo
mi capacidad de amar.

El cardenal Zen cuenta cómo la limosna le salvó del hambre

El obispo de Hong Kong exhorta a ser generosos con los pobres

HONG KONG, (ZENIT.org).- La carta pastoral del cardenal Joseph Zen para la Cuaresma se hace eco del llamamiento de Benedicto XVI a la limosna cuaresmal y relata cómo un donante salvó a su propia familia del hambre.

La carta del obispo de Hong Kong, de 1 de febrero, cuenta los detalles de una experiencia que el joven Joseph Zen vivió de niño.

«Fue cuando Shanghai había sido invadido --recuerda el cardenal--. Mi padre había tenido un derrame cerebral y estaba enfermo. Éramos siete de familia y cinco de nosotros en edad escolar, todos con necesidad de ser alimentados. Un frío día de invierno estaba nevando, así que nos quedamos todos en la cama para estar calientes. Estábamos hambrientos y sólo podíamos pensar: "¿Tendremos arroz para comer hoy?"».

«Mi padre miró al reloj y me dijo que me levantara. [...] Mi madre dijo: "Está nevando. Las suelas de tus zapatos de plástico están rotas. Si te mojas, cogerás un resfriado. Quédate en casa a rezar"».

«Pero mi padre dijo: "Tú vas a Misa cada día. No la pierdas hoy. Quiera Dios darnos nuestro pan de cada día". Por supuesto, mi padre tuvo las de ganar -recuerda el cardenal de 76 años, nacido en Shanghai--. Apreté los dientes y corrí a la iglesia y ayudé en la Misa como acostumbraba. Cuando me disponía a volver corriendo a casa, un hombre anciano vino corriendo detrás de mí. Era Zhou Chi Yao a quien todos conocíamos».

El cardenal Zen explica que su padre y Zhou iban a Misa todos los días: «Aunque se saludaban mutuamente con un breve gesto de cabeza, llegaron a ser buenos hermanos en el Señor».

El hombre anciano dijo al joven Joseph Zen: «Amiguito, ¿no eres el hijo de Zen En Giou?».

«Sí», respondió el muchacho.

«Gracias a Dios que corrí detrás de ti --dijo Zhou--.¿Cómo está tu padre? Hace mucho tiempo que no viene a la iglesia».

El cardenal recuerda en la carta de Cuaresma: «Le hablé de la situación de mi familia. [...] Me llevó a su casa y cogió un fajo de dinero, lo contó, lo envolvió y me lo dio. Dijo: ‘Ten mucho cuidado y lleva esto a tu padre'».

Con ese dinero, explica el cardenal Zen, su familia tuvo dinero suficiente para comprar alimentos durante varios meses.

«La mano izquierda de Zhou no sabía lo que su derecha estaba haciendo», escribe el cardenal aludiendo a la exhortación de Cristo en el Evangelio. El obispo de Hong Kong urge a los católicos a seguir el ejemplo dado por el anciano Zhou.

«No deberíamos preocuparnos por la falta de medios financieros --exhortó el cardenal--. Podemos quedarnos tranquilos si hacemos lo que podemos. Jesús alabó abiertamente a la viuda por dar dos monedas de poco valor».

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Traducido del inglés por Nieves San Martín

Monjas que construyen un monasterio: “La Providencia se ocupa de todo, pero pasa por personas concretas”

Valencia,(VERITAS) Numerosos laicos están colaborando con las Hermanitas del Cordero en la construcción de un nuevo monasterio en un terreno de la pequeña localidad valenciana de Navalón. Tras varios Campos de trabajo y oración, las seis religiosas destinadas a la zona, junto a decenas de familias con niños, jóvenes y sacerdotes, han limpiado el terreno, han encontrado agua y han puesto los fundamentos y empezado a construir mobiliario. Les falta llevar la luz y empezar a levantar el "pobre, sencillo y hermoso pequeño monasterio".

En la entrevista concedida a Veritas, las religiosas explican: "Quisiéramos que sea un lugar para el encuentro con Dios, en el cual las hermanitas puedan arraigarse en la vida de oración y en la vida fraterna. Desde allí, seremos enviadas en misión hacia los más pobres. Este lugar será una "tierra para Dios", un espacio de oración y de silencio, abierto, para que los que se acerquen puedan encontrar paz".

En poco más de veinte años de presencia en España, la comunidad, que forma parte de la Orden de Dominicos, "hemos podido vivir nuestra vida contemplativa y misionera" y "la acogida de creyentes y de no creyentes nos ha enseñado a conocer estas tierras y a ser parte integrante de ellas", explican las religiosas. "Ahora -añaden-, también en nuestro país, es necesaria una nueva fraternidad en un lugar retirado".

Sobre la colaboración de los laicos en la construcción del Monasterio, las hermanitas explicaron que "muchos de los que vienen, aprenden, a través de la manducación (repetición) del Evangelio del día, lo importante y actual de la Palabra de Dios". "Para llevar adelante este proyecto, necesitamos la ayuda de cada uno, según sus posibilidades: ayuda económica y/o materiales de construcción. La Providencia se ocupa de todo, pero pasa por personas concretas".

A evangelizar se aprende evangelizando

Presidenta de Manos Unidas: “La maternidad es el mayor don de Dios para hombres y mujeres”

(VERITAS) La presidenta de Manos Unidas, Begoña de Burgos, presentó esta mañana la campaña “Madres sanas, derecho y esperanza”, con la que Manos Unidas quiere apoyar el cumplimiento del quinto objetivo de Desarrollo del Milenio. De Burgos afirmó que “la maternidad es el mayor don de Dios para hombres y mujeres” y destacó que “el desarrollo de los pueblos no será posible sin unas madres sanas que sean su esperanza”.

Manos Unidas centrará su Campaña de este año en conseguir que la maternidad no sea causa de muerte o discapacidad, y reclamará para todas las mujeres, sobre todo para las más desfavorecidas, las atenciones y cuidados que el embarazo y el parto requieren.

Begoña de Burgos informó que la Jornada Nacional de Manos Unidas se celebrará el próximo domingo, 10 de febrero (en Madrid, el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco presidirá la Eucaristía en el Colegio de las Madres Concepcionistas de Madrid) y recordó la celebración el próximo viernes, 8 de febrero, del Día del Ayuno Voluntario, “símbolo de solidaridad con tantas personas que, en el mundo, ayunan por necesidad durante todo el año”.

Durante la rueda de prensa, también estuvieron presentes Amparo Cuesta, hermana misionera de Nuestra Señora de África, que ha vivido treinta años en Malawi y el padre José Chuquillanqui, sacerdote diocesano que desarrolla su labor en la Parroquia de Mancha.

Cuesta destacó que la mujer es la esperanza de África y explicó su labor como especialista en medicina tropical y como directora de diversos hospitales, destacando los pocos medios con los que se encuentra y la gran mortalidad de las madres a la hora del parto.

Por su parte, Chuquillanqui mostró las labores en su diócesis, uno de los asentamientos de extrema pobreza del cinturón de Lima, y afirmó que se debe “vencer el machismo de la zona”, así como la “violencia familiar y sexual” y añadió que no se trata de dar un mero “asistencialismo”, sino conseguir que cada beneficiario tenga un compromiso con los más necesitados.

María y la crisis de maternidad

Benigno Blanco firma con George Weigel, Carlo Casini o sor Nirmala, pedir a la ONU una petición de moratoria sobre el aborto

(VERITAS) El presidente del Foro Español de la Familia (FEF), Benigno Blanco, anunció hoy, miércoles 6 de febrero, que rubrica la petición de moratoria sobre el aborto, planteada a la Organización de Naciones Unidas (ONU) por iniciativa del periódico italiano con tendencia izquierdista, “Il Foglio”.

El Santo Padre expresó el pasado 7 de enero, poco después de que la ONU aprobara la moratoria sobre la pena de muerte, su deseo de que este acontecimiento estimulara el debate público sobre el carácter sagrado de la vida humana. Al día siguiente, 8 de enero, Giuliano Ferrara, director del Il Foglio, recogía esta petición y lanzaba una propuesta de moratoria del aborto que ha sido firmada ya por destacadas personalidades del ámbito internacional.

Entre las personas que se han adherido, se encuentran el antropólogo, miembro de la Academia Francesa, René Girard; el miembro de la Cámara de los Lores, Lord David Alton; el teólogo y biógrafo de Karol Wojtyla y Joseph Ratzinger, George Weigel; el profesor emérito de Filosofia en la Universidad de Munich, Robert Spaemann; la superiora de las Misioneras de Madre Teresa de Calcuta, sor Nirmala Joshi; el presidente del Movimiento por la Vida italiano, Carlo Casini; o el hermano de Terri Schiavo, Bobby Schindler.

Al sumarse a la petición de la Moratoria sobre el aborto, Blanco, ha manifestado: “ojalá la izquierda española tomase ejemplo de la mejor izquierda italiana y se deshiciese de los prejuicios que le impiden comprometerse en la defensa del más indefenso de todos, el no nacido, y apoyar una política progresista de solidaridad con la mujer embarazada para evitar el drama del aborto”.

En la petición de la Moratoria, los firmantes consideran que “el aborto selectivo y la manipulación selectiva in vitro son la forma principal de discriminación entre los seres humanos por razones eugenésicas, raciales o sexuales. Es la misma persona humana que las Naciones Unidas amparan en el artículo 6 de su carta de los derechos”.

Finalmente, creen que “a los sesenta años de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos es necesario renovar nuestra fuente principal de inspiración humanitaria enmendando el artículo 3” y hacen “un llamamiento a los gobiernos para que respeten escrupulosamente los derechos humanos y, el primero de estos derechos es el derecho inviolable a la vida”.

La Santa Sede sigue de cerca la situación en Kósovo

Acogida una niña que sobrevivió al aborto en Italia / Autor: Antonio Gaspari

En la Comunidad Juan XXIII

(ZENIT.org).- El pasado 2 de febrero, durante una rueda de prensa, la Comunidad Juan XXIII, tras un momento de oración por la vida naciente ante la entrada del Hospital Mayor de Bolonia, Italia, anunció haber acogido a una niña que sobrevivió al aborto.

A la niña le fue diagnosticada la falta de los glóbulos oculares (era por tanto ciega). Los padres optaron por el aborto pero la pequeña, ya de 22 semanas, nació viva y los médicos se prodigaron para asistirla y salvarle la vida, como prevé el artículo 7 de la Ley 194, contra el parecer expresado hace unos días por el Consejo Superior de Sanidad -interpelado por la ex ministra Livia Turco para limitar la asistencia a los prematuros--, el cual habría aprobado la muerte.

Los padres decidieron de todos modos no acoger a la niña superviviente, pidiendo que fuera dada en adopción. Por ello, a los siete meses, la pequeña fue acogida por una casa-familia de la Comunidad Juan XXIII.

Según el testimonio de la «mamá» de la casa-familia que la ha acogido, la niña es espléndida, llena de vida y cambia el corazón de cualquiera que la conozca.

La historia de esta niña es increíble: superviviente tras al aborto, nació pesando sólo 562 gramos; sufrió una operación de corazón con diez días de vida, una hemorragia cerebral, varias infecciones, problemas respiratorios y de alimentación.

Ahora tiene 15 meses y pesa seis kilos. Se pensaba que hubiera vivido en estado vegetativo, en cambio ha empezado a chuparse el dedo, ríe y se relaciona con todos. Su deseo de vivir es contagioso, todas las personas que van a verla piden volver otra vez.

En la rueda de prensa participó también un matrimonio de Bolonia que dio el testimonio de la acogida de su hijo, al que había sido diagnosticada una grave malformación cardiaca

Otra madre presente contó que, hace nueve años, los médicos le urgieron repetidamente a abortar por razones de salud que luego se revelaron inconsistentes.

La Comunidad Juan XXII, fundada por el sacerdote Oreste Benzi, subrayó su adhesión a la moratoria del aborto, comprometiéndose a nivel nacional e internacional con propuestas de tutela de la maternidad y de la vida naciente para que «a cada mujer se le garantice el derecho a no abortar».

Durante la rueda de prensa, la Comunidad anunció que, tras haber propuesto orientaciones sobre la Ley 194, «se está preparando una propuesta de ley de tutela de la vida y la maternidad, contra la inducción al aborto, para dar a la mujer embarazada la posibilidad de encontrar protección y denunciar a quienes le propongan suprimir a su hijo o que la induzcan a abortar con el chantaje o peor con el engaño».

martes, 5 de febrero de 2008

La Comunidad de San Egidio cumple 40 años

Oración: ¡Que no te pierda, Señor! / Autor: Javier Leoz

¡Que no te pierda, Señor!

Sales a mi encuentro, tiempo de gracia y de cuaresma,
para hacerme comprender que, mi vida sin Dios,
es paja que lleva el viento.
Venís a mi encuentro, días de gracia y de perdón,
para hacerme sentir que, no estoy sólo,
que Dios me acompaña en mi caminar
que, cuando vuelvo los ojos hacia Él,
no hay reproche alguno sino indulgencia plena.

¡Que no te pierda, Señor!

Que no desperdicie tantos dones que me traes.
Que, si hay para mí, también los pretenda para los demás.
Que, donde estén presentes mis gestos y mis detalles,
mi servicio y me delicadeza,
que, entonces Señor, sienta que no te estoy perdiendo.

¡Que no te pierda, Señor!

Porque son muchos los lodos que intentan engullirte.
Porque, a veces, la ceniza deja más rastro en nosotros
que la misma luminosidad de la Santa Pascua.
Porque, a veces Señor, decimos tenerte y no te conocemos.
Decimos quererte, y nos resistimos acompañarte con tu cruz.
Decimos ser de los tuyos, y volvemos la cara.

¡Que no te pierda, Señor!

Para que, cuando llegue junto contigo
al final del Gólgota,
sepa valorar el esfuerzo de mi CONVERSIÓN.
El alimento de mi ORACIÓN.
El rédito del silencio de la CARIDAD.
La hermandad del PERDÓN dado y recibido.

¡Que no pierda, de vista tu Pascua, Señor!

Al clero de Roma / El Papa propone "ayuno" de palabras e imágenes en esta Cuaresma

VATICANO, (ACI).- "Me parece que el tiempo de la Cuaresma podría también ser un tiempo de ayuno de palabras e imágenes, porque necesitamos un poco de silencio", dijo el Papa Benedicto XVI a los sacerdotes y el clero de la diócesis de Roma.

En su tradicional encuentro al inicio de la Cuaresma, el Pontífice precisó que "necesitamos un espacio sin el bombardeo permanente de imágenes, de crear espacios de silencio sin imágenes para reabrir nuestro corazón a la imagen verdadera y la Palabra verdadera".

También respondió a algunas preguntas de los sacerdotes. Entre los temas principales, explica Radio Vaticano, figuraron "los jóvenes, la evangelización y el desafío educativo".

Es fundamental, explicó Benedicto XVI, "que los sacerdotes sepan testimoniar que podemos verdaderamente conocer a Dios, que podemos ser amigos y caminar juntos con Él".

Con respecto al tema de la evangelización, el Papa expresó que el "diálogo quiere decir respeto por el otro. Pero esta dimensión del diálogo, necesaria, no excluye el anuncio del Evangelio, donde la verdad que no podemos tener por nosotros mismos, debemos ofrecérsela a los otros. La misión no es imposición, sino ofrecer el don de Dios dejando su bondad que nos ilumine, lo que se convierte en un deber".

Cenizas: sin oración no hay esperanza
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El reto educativo entre los temas del encuentro del Papa con los párrocos romanos

La Cuaresma, tiempo para llegar a ser auténticos cristianos / Autor: Benedicto XVI:


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Intervención durante la audiencia general

Publicamos la meditación que ofreció Benedicto XVI en la audiencia general dedicada al Miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma.

* * *

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy, Miércoles de Ceniza, volvemos a emprender, como todos los años, el camino cuaresmal animados por un espíritu más intenso de oración y de reflexión, de penitencia y de ayuno. Entramos en un tiempo litúrgico «intenso» que, mientras nos prepara para las celebraciones de la Pascua, corazón del año litúrgico y de toda nuestra existencia, nos invita, es más, nos provoca a imprimir un impulso más decidido a nuestra existencia cristiana.

Dado que los compromisos, los afanes y las preocupaciones nos hacen volver a caer en la rutina, exponiéndonos al riesgo de olvidar hasta qué punto es extraordinaria la aventura en la que nos ha involucrado Jesús, tenemos necesidad, cada día, de comenzar de nuevo nuestro itinerario exigente de vida evangélica, retirándonos en nosotros mismos a través de momentos de pausa que regeneran el espíritu. Con el antiguo rito de la imposición de las cenizas, la Iglesia nos introduce en la Cuaresma como en un gran retiro espiritual que dura cuarenta días.

Entramos, por tanto, en el clima cuaresmal, que nos ayuda a redescubrir el don de la fe recibida con el Bautismo y nos lleva a acercarnos al sacramento de la Reconciliación, poniendo nuestro compromiso de conversión bajo el signo de la misericordia divina. En los orígenes, en la Iglesia primitiva, la Cuaresma era el tiempo privilegiado para la preparación de los catecúmenos a los sacramentos del Bautismo y de la Eucaristía, que se celebraban en la Vigilia pascual. Se consideraba la Cuaresma como el tiempo para hacerse cristianos, que no se vivía en un solo momento, sino que exigía un largo camino de conversión y renovación.

A esta preparación se unían también los ya bautizados, reactivando el recuerdo del sacramento recibido, y preparándose a una renovada comunión con Cristo en la celebración gozosa de la Pascua. De este modo, la Cuaresma tenía, y todavía hoy lo conserva, el carácter de un itinerario bautismal, en el sentido de que ayuda a mantener despierta la conciencia de que ser cristianos se realiza siempre como un nuevo hacerse cristianos: no es nunca una historia concluida que queda a nuestras espaldas, sino un camino que exige siempre un nuevo ejercicio.

Al imponer sobre la cabeza las cenizas, el celebrante dice: «Polvo eres y en polvo te convertirás» (Cf. Génesis 3, 19), o «Convertíos y creed en el Evangelio» (Cf. Marcos 1, 15). Ambas fórmulas recuerdan la verdad de la existencia humana: somos criaturas limitadas, pecadores que siempre necesitamos penitencia y conversión. ¡Qué importante es escuchar y acoger este llamamiento en nuestro tiempo! Cuando proclama su total autonomía de Dios, el hombre contemporáneo se convierte en esclavo de sí mismo, y con frecuencia se encuentra en una soledad desconsolada. La invitación a la conversión es, por tanto, un impulso a volver a los brazos de Dios, Padre tierno y misericordioso, a fiarse de Él, a encomendarse a Él como hijos adoptivos, regenerados por su amor. Con sabia pedagogía la Iglesia repite que la conversión es ante todo una gracia, un don que abre el corazón a la infinita bondad de Dios. Él mismo anticipa con su gracia nuestro deseo de conversión y acompaña nuestros esfuerzos hacia la plena adhesión a su voluntad salvífica. Convertirse quiere decir, entonces, dejarse conquistar por Jesús (Cf. Filipenses 3, 12) y «volver» con Él al Padre.

La conversión implica por tanto seguir humildemente las enseñanzas de Jesús y caminar siguiendo dócilmente sus huellas. Son iluminantes las palabras con las que Él mismo indica las condiciones para ser sus auténticos discípulos. Después de haber afirmado que «quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará», añade: «¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida?» (Marcos 8, 35-36).

La conquista del éxito, la obsesión por el prestigio y la búsqueda de las comodidades, cuando absorben totalmente la vida hasta llegar a excluir a Dios del propio horizonte, ¿llevan verdaderamente a la felicidad? ¿Puede haber felicidad auténtica prescindiendo de Dios? La experiencia demuestra que no se es feliz por el hecho de satisfacer las expectativas y las exigencias materiales. En realidad, la única alegría que llena el corazón humano es la que procede de Dios: tenemos necesidad, de hecho, de la alegría infinita. Ni las preocupaciones cotidianas, ni las dificultades de la vida, logran apagar la alegría que nace de la amistad con Dios. La invitación de Jesús a cargar con la propia cruz y a seguirle en un primer momento puede parecer algo duro y en contra de lo que queremos, mortificador para nuestro deseo de realización personal. Pero si lo analizamos con más atención, nos damos cuenta de que no es así: el testimonio de los santos demuestra que en la Cruz de Cristo, en el amor que se entrega, renunciando a la posesión de sí mismo, se encuentra esa profunda serenidad que es manantial de entrega generosa a los hermanos, en especial, a los pobres y necesitados.

Y esto también nos da alegría a nosotros mismos. El camino cuaresmal de conversión, que hoy emprendemos con toda la Iglesia, se convierte, por tanto, en la ocasión propicia, «el momento favorable» (Cf. 2 Corintios 6, 2) para renovar nuestro abandono filial en las manos de Dios y para aplicar lo que Jesús sigue repitiéndonos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame» (Marcos 8, 34), y de este modo emprenda el camino del amor y de la auténtica felicidad.

En el tiempo de Cuaresma, la Iglesia, dando eco al Evangelio, propone algunos compromisos específicos que acompañan a los fieles en este itinerario de renovación interior: la oración, el ayuno y la limosna. En el Mensaje para la Cuaresma de este año, publicado hace pocos días, he querido reflexionar sobre «la práctica de la limosna, que representa una manera concreta de ayudar a los necesitados y, al mismo tiempo, un ejercicio ascético para liberarse del apego a los bienes terrenales» (n. 1).

Por desgracia sabemos hasta qué punto la sugestión de las riquezas materiales penetra en la sociedad moderna. Como discípulos de Jesucristo, no estamos llamados a idolatrar los bienes terrenales, sino a utilizarlos como medios para vivir y para ayudar a los que tienen necesidades. Al presentarnos la práctica de la limosna, la Iglesia nos educa a salir al paso de las necesidades del prójimo, a imitación de Jesús, que, como observa san Pablo, se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza (Cf. 2 Corintios 8, 9).

«Siguiendo sus enseñanzas podemos aprender a hacer de nuestra vida un don total --he escrito en el mencionado Mensaje--; imitándole conseguimos estar dispuestos a dar, no tanto algo de lo que poseemos, sino a darnos a nosotros mismos». Y añadía: «¿Acaso no se resume todo el Evangelio en el único mandamiento de la caridad? Por tanto, la práctica cuaresmal de la limosna se convierte en un medio para profundizar nuestra vocación cristiana. El cristiano, cuando gratuitamente se ofrece a sí mismo, da testimonio de que no es la riqueza material la que dicta las leyes de la existencia, sino el amor» (n. 5).

Queridos hermanos y hermanas: pidamos a la Virgen, Madre de Dios y de la Iglesia, que nos acompañe en el camino cuaresmal, para que sea un camino de auténtica conversión. Dejémonos guiar por ella y llegaremos interiormente renovados a la celebración del gran misterio de la Pascua de Cristo, revelación suprema del amor misericordioso de Dios.

¡Buena Cuaresma a todos!


[Al final de la audiencia, el Papa saludó a los peregrinos en varios idiomas. En español, dijo:]

Queridos hermanos y hermanas:


Hoy, con el rito de la imposición de la ceniza, la Iglesia nos introduce en la Cuaresma, que es como un gran retiro espiritual de cuarenta días, en el cual se nos invita a redescubrir el don de la fe recibida con el Bautismo y a acercarnos al sacramento de la Reconciliación, poniendo nuestro esfuerzo de conversión interior bajo el signo de la misericordia divina. Convertirse es acudir a la escuela de Jesús y seguir dócilmente sus huellas. A la luz del Evangelio, la Iglesia propone a los fieles algunos compromisos específicos para este itinerario: la oración, el ayuno y la limosna. Sobre esta última he querido detenerme en el Mensaje para la Cuaresma de este año. El cristiano está llamado a no idolatrar los bienes terrenos, sino a utilizarlos como medios para vivir y ayudar a los necesitados, imitando así al Señor, quien, según San Pablo, se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza (cf. 2 Cor 8,9).

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española. En particular, a los fieles venidos de San Sebastián, de las parroquias de El Salvador de La Roda y de San Juan Bautista de Carballo, a la Asociación "Palabra culta y buenas costumbres", así como a los demás grupos procedentes de España, México y de otros países latinoamericanos. Dejémonos guiar por la Virgen María en el camino cuaresmal y llegaremos, renovados interiormente, a la celebración de la Pascua de Cristo, revelación suprema del amor misericordioso de Dios. Os deseo a todos una Santa Cuaresma. Muchas gracias.

[Al final de la audiencia, volviendo a hablar en italiano, el Papa lanzó este llamamiento:]

En estos días estoy particularmente cerca de las queridas poblaciones de Chad, sacudidas por dolorosas luchas internas, que han causado numerosas víctimas y la fuga de miles de civiles de la capital. Confío también a vuestra oración y a vuestra solidaridad a estos hermanos y hermanas que sufren, pidiendo que se les ahorren ulteriores violencias y se les asegure la necesaria asistencia humanitaria, mientras dirijo un urgente llamamiento a abandonar las armas y a recorrer el camino del diálogo y de la reconciliación.

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[Traducción del original italiano realizada por Zenit

© Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

Gemelas inglesas salvaron la vida de su madre... a patadas

LONDRES, (ACI).- Alice y Harriet Stepney tienen poco más de un año de vida. Estas gemelas inglesas aún no saben que durante su gestación salvaron la vida de su madre al expulsar con sus patadas parte de un tumor maligno alojado en su útero.

Según el sitio pro-vida LifeSiteNews.com, los médicos que atendieron a Michelle Stepney aseguran que esta madre de familia inglesa de 35 años ganó una guerra contra el cáncer gracias a sus hijas.

A las 17 semanas de embarazo, Michelle tuvo un sangrado y acudió al médico porque pensó que había sufrido un aborto espontáneo. Gran fue sorpresa al saber que no había perdido a sus niñas, ellas seguían creciendo en su vientre y con sus patadas habían removido parte de un tumor cancerígeno en su útero.

Los médicos advirtieron a la madre que debía someterse a un aborto para iniciar un tratamiento de inmediato y evitar que el cáncer avanzara. Sin embargo, Michelle –que tiene un hijo mayor de 5 años- no podía sacrificar a quienes habían permitido que detectaran su enfermedad. Decidió seguir adelante con su embarazo y someterse a un tratamiento especial de quimioterapia que no afectaría a las niñas.

"Le debo mi vida a mis niñas, y por eso nunca hubiera podido estar de acuerdo con el aborto. Sabía que una operación me hubiera podido curar el cáncer, pero eso hubiera significado deshacerme de mis bebés y nunca habría podido hacerlo",
asegura.

Michelle y su esposo Scott aseguran que "fue una decisión difícil. Queríamos estar seguros de hacer lo correcto para Jack (su hijo mayor), pero no queríamos hacerles nada malo a las niñas".

"No podía creer lo que me decían los médicos: las bebés sacaron el tumor. Las sentía patear, pero no me daba cuenta de lo importante que eso sería. Nacieron sin cabello, dada la quimioterapia, pero pese a eso, estaban saludables. Escucharlas llorar fue el mejor sonido del mundo", sostiene.

Alice y Harriet nacieron por cesárea y con buena salud en diciembre de 2006. Cuatro semanas después, esta joven madre fue sometida a una histerectomía para eliminar por completo el tumor, que no se había extendido. Hace unas semanas unas pruebas revelaron que no quedan rezagos del cáncer; y sus gemelas celebraron su primer cumpleaños.

"Las gemelas fueron también una gran ayuda. Me mantuvieron fuerte durante todo el proceso. Me siento afortunada. Y un día les diré a mis hijas como ambas salvaron la vida de su mamita", sostiene.

Posible milagro a mujer bautista llevaría a emperador austro-húngaro a canonización

ORLANDO,(ACI).- El beato Carlos de Habsburgo, último emperador del Imperio Austro-Húngaro, podría ser canonizado por un supuesto milagro obrado por su intercesión. Una mujer bautista de Florida afirma haber sido curada del cáncer de mama que padecía.

La mujer, de la localidad de Kissimmee en Florida, recibió de una amiga una estampa del beato, cuya vida conoció durante un viaje a Europa.

Según informó el periódico Orlando Sentinel, los médicos y el tribunal de la Diócesis de Orlando están de acuerdo en que aparentemente no hay explicación médica para la recuperación de la mujer, cuya identidad se mantienen en reserva.

Para el Obispo de Orlando, Mons. Thomas Wenski, "es un honor para nuestra diócesis ser parte de algo que es más grande que nosotros".

El Beato


Carlos de Habsburgo nació el 17 de agosto de 1887. Recibió una educación católica y desde su niñez creció en él un gran amor por la Eucaristía y el Corazón de Jesús. Se casó con la princesa Zita de Borbón-Parma. Su matrimonio feliz y ejemplar fue bendecido con ocho hijos.

En 1914 Carlos se convirtió en emperador de Austria y fue coronado Rey apostólico de Hungría. Enfrentó la primera Guerra Mundial con el único deseo de alcanzar la paz. Fue el único responsable políticos, que apoyó los esfuerzos del Papa Benedicto XV.

Tras la guerra se exilió en la Isla de Madeira (Portugal), donde vivió años de extrema pobreza con su familia. Las precarias condiciones le causaron una enfermedad mortal que aceptó como un sacrificio por la paz y la unidad de sus pueblos.

Murió el 1 de abril de 1922 con la mirada puesta en el Santísimo Sacramento. Dirigió sus últimas palabras a su esposa Zita: "¡Te quiero sin fin!".

Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 3 de octubre de 2004.

La Comunidad del Cenáculo quiere abrir casa en España: oración contra la droga / Por Pablo. J. Ginés

En las 56 casas fundadas por la Hermana Elvira, exdrogadictos ayudan a chicos enganchados; la oración y el trabajo los “limpian”.

Carlos García, sacerdote de la diócesis de Madrid, de 41 años, nunca pensó que dedicaría buena parte de su ministerio a combatir la droga y ayudar drogadictos. “Me parecía que no era para mí, muy difícil... hasta que conocí la Comunidad del Cenáculo”, nos explica.

-¿Como conoció la Comunidad del Cenáculo?

-Providencialmente. Durante 15 años he ido a Lourdes cada año, a ayudar en diversas tareas. Pasando una temporada de 20 días, conocí un exdrogadicto italiano, de Turín, llamado David. Me contó su testimonio, cómo en el Cenáculo dejó la droga. Hoy está felizmente casado, tiene dos niños. Pinta iconos, los vende, le encargan vía crucis, rosarios... aprendió a pintar iconos en el Cenáculo.

-¿Cómo son las casas de Comunidad del Cenáculo?

-El Cenáculo lleva funcionando 25 años. De 56 casas que tiene la comunidad, he estado en 12 o 14, las que Sor Elvira ha fundado en Italia y en Francia. Suelen ser granjas, terrenos amplios donde los chicos puedan trabajar en talleres, en cosas físicas.

Las casas pueden variar por país y lugar, pero el estilo de vida es el mismo. Oración, trabajo y revisión de vida. A las 6 de la mañana se levantan a rezar parte del rosario ante el Santísimo. Sor Elvira no abre una casa sin Santísimo. Después de comer, se reza la segunda parte del rosario. Y la tercera, al caer la tarde. Con el rosario se lee el evangelio y se comenta. Y antes de dormir, se reza la Corona de la Misericordia.

Pero lo más importante es que hay adoración perpetua 24 horas al día. Siempre hay dos chicos (o chicas, si es una casa femenina) ante el Sagrario de cada comunidad. Creo que eso, la adoración, es el gran acierto de Sor Elvira, una mujer muy sencilla, que tuvo que dejar los estudios, la menor de 9 hermanos.

- ¿Que se encuentra un chico drogadicto cuando llega a una casa del Cenáculo?

-Entra y ve chicos como él, pero los mira a los ojos y entonces ve una luz que él no tiene. Así me lo dijo un chico al entrar: "Veo que la mirada de estos chicos de aquí es distinta a las miradas que veía en la calle, me cuesta creer que hayan estado en la droga".

Nada más llegar, le ponen un “ángel de la guarda”, un chico que ha estado en la droga. Será su sombra, no le dejará ir solo ni al lavabo ni a dormir. Estará con él en los momentos de mono y desesperación y no le dejará drogarse. Y no puede engañarlo, porque ya se sabe todos los trucos del drogadicto. Este “ángel” lo tendrá pegado entre 2 y 4 semanas, según como responde el novato.

- ¿Qué impide al novato irse a casa?

-Sólo el cariño y la verdad de la comunidad. Puede irse cuando quiera. Pero no engañar. Cuando yo empecé a combatir la droga los mismos chicos me decían "nunca des dinero a un drogadicto; cómprales comida, pero no les des dinero". Y suena duro decirlo, pero si tu hijo está enganchado, has de echarlo de casa. ¿Es duro, verdad? Si lo echas, quizá morirá en las calles. Pero si no lo echas morirá igual y arruinará a la familia, material y emocionalmente.
La droga destruye a todos los que le rodean. Una madre me decía que si le daban un papel para firmar la muerte de su hijo la firmaba, cansada de luchar.

-Cenáculo ayuda a los chicos, pero ¿cómo ayudan los padres a Cenáculo?

- En Italia hay grupos de padres que se apoyan unos a otros, y envían sus hijos o más chicos a la Comunidad. Se encuentran semanalmente, este encuentro se llama “coloquios”.

Cenáculo no cobra ninguna tarifa por acoger ni mantener chicos. Vive de providencia, recoge comida, ropa, pero no dinero. Los padres y amigos de la comunidad ayudan. Algunos, por ejemplo, prestan grúas para la construcción o regalan los materiales, cemento...

- ¿Qué significa el trabajo en esta comunidad?

-"Servir es reinar" dice Sor Elvira. Mediante el trabajo me dignifico, sirvo a los demás y me desarrollo yo. Me dignifica cualquier trabajo, desde limpiar lavabos o poner la mesa hasta trabajos mayores que llegan ampliamente a la sociedad.

- ¿Se fuma en las casas del Cenáculo?

-No. El joven que entra sabe que debe rechazar tabaco y alcohol e incluso vino. ¡El vino de misa está bajo llave!

- ¿Y una vez desenganchados de la droga?

-El proceso puede durar de 3 a 6 años, depende de su fortaleza como persona y si comprende el método. Entonces recibe la bendición de Elvira para volver a la vida de trabajo. Los amigos de la comunidad le ayudarán en el mundo exterior. Hay un seguimiento para ayudarles a incorporarse en la sociedad. Se les ayuda a buscar trabajo. Se mantienen, si quieren, encuentros con la comunidad. Algunos, ya felizmente casados, no tienen más trato con la Casa que el agradecimiento.

- ¿Es eficaz este sistema para desengancharse?

-Es un 90% eficaz para los que acaban el proceso, no para todos los que entran. Acaban el proceso un 70-90% de los que empiezan.

- Parece una fórmula probada y eficaz. ¿Qué hace falta para abrir una casa de Comunidad del Cenáculo en España?

-Un matrimonio catalán, tras una peregrinación a Medjugorje (donde hay una casa del Cenáculo) vio que podía ofrecer una casa rural para la comunidad. El párroco de Sant Joan Baptista de Mira-sol (Sant Cugat) desde agosto tiene un grupo de oración pidiendo a Dios que la Comunidad venga a España. Tiene el apoyo de todo un grupo de amigos.

En este caso, necesitamos presentarle el proyecto al obispo de Terrassa, José Ángel Sáiz Meneses, porque ha de dar permiso para implantar la comunidad y poner un Sagrario. Sin Sagrario, no se hace. Vendría entonces un grupo de chavales italianos, con algún español. En la casa madre de Saluzzo hay un chico español que lleva años rezando para que haya casas en España.

Estos jóvenes tienen necesidad de testimoniar, dan testimonio a otros chicos de que Cristo les ha dado la vida; el lema de la comunidad es "de las tinieblas a la luz". No hay vida sin cruz, sin sacrificio, sin entrega, sin renuncia a uno para dar vida a los demás.

Para contactar en España con los Amigos de la Comunidad del Cenáculo, escribid a amigosdelacomunidad@gmail.com o llamar al 696 923 044 . Si una persona tiene un serio problema de droga y está interesado en conocer las Casas del Cenáculo puede llamar al P. Carlos: tel. 607 08 88 19

El Padre Carlos García y los Amigos de la Comunidad presentaron su proyecto el lunes 28 en la parroquia de Mira-sol.

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Fuente: ForumLibertas.com

¿Cuál debe ser nuestra respuesta a los terribles escándalos en la Iglesia? / Autor: P. Roger J. Landry

La nota de ocho columnas la semana pasada no se la llevo el patriótico desfile del Super Bowl ni quien sería el mariscal de campo, Drew o Tom, ni tampoco en el discurso del Presidente al Estado de la Unión y su comentario de que hay muchos operativos de Al-Qaeda en los Estados Unidos que constituyen verdaderas "bombas de tiempo". Nada de esto fue la noticia principal.

Los encabezados fueron capturados por la muy triste noticia de que quizá hasta setenta sacerdotes en la Arquidiócesis de Boston abusaron de jóvenes a quienes estaban consagrados a servir. Es un escándalo mayúsculo, uno que muchas personas que durante largo tiempo han tenido aversión a la Iglesia a causa de alguna de sus enseñanzas morales o doctrinales lo están usando como pretexto para atacar a la Iglesia como un todo, tratando de implicar que después de todo ellos tenían razón.

Muchas personas se han acercado a mí para hablar del asunto. Muchas otras hubieran querido hacerlo, pero creo que por respeto y por no querer sacar a relucir lo que consideran malas noticias, se abstuvieron; pero para mí era obvio que estaba en su mente. Y por eso, hoy, quiero atacar el asunto de frente. Ustedes tienen derecho a ello. No podemos fingir como si no hubiera sucedido. Y yo quisiera discutir cual debe ser nuestra respuesta como fieles católicos a este terrible escándalo.

Lo primero que necesitamos hacer, es entenderlo a la luz de nuestra fe en el Señor. Antes de elegir a sus primeros discípulos, Jesús subió a la montaña a orar toda la noche. En ese tiempo tenía muchos seguidores. Él habló a Su Padre en oración acerca de a quienes elegiría para que fueran sus doce apóstoles, los doce que Él formaría íntimamente, los doce a quienes enviaría a predicar la Buena Nueva en Su nombre. Él les dio el poder de expulsar a los demonios. Les dio el poder para curar a los enfermos. Ellos vieron como Jesús obro incontables milagros. Ellos mismos obraron en Su nombre numerosos milagros.

Doce elegidos y un traidor

Pero, a pesar de todo, uno de ellos fue un traidor. Uno, que había seguido al Señor, uno, a quien el Señor le lavo los pies, que lo vio caminar sobre las aguas, resucitar a personas de entre los muertos y perdonar a los pecadores, traiciono al Señor. El Evangelio nos dice que él permitió que Satanás entrara en él y luego vendió al Señor por treinta monedas en Getsemaní, simulando un acto de amor para entregarlo. "¡Judas!" le dijo Jesús en el huerto de Getsemaní, "con un beso entregas al Hijo del hombre" Jesús no eligió a Judas para que lo traicionara. Él lo eligió para que fuera como todos los demás. Pero Judas fue siempre libre y uso su libertad para permitir que Satanás entrara en él y, por su traición, terminó haciendo que Jesús fuera crucificado y ejecutado.

Así que desde los primeros doce que Jesús mismo eligió, uno fue un terrible traidor. A VECES LOS ELEGIDOS DE DIOS LO TRAICIONAN. Este es un hecho que debemos asumir. Es un hecho que la primera Iglesia asumió. Si el escándalo causado por Judas hubiera sido lo único en lo que los miembros de la primera Iglesia se hubieran centrado, la Iglesia habría estado acabada antes de comenzar a crecer. En vez de ello, la Iglesia reconoció que no se juzga algo por aquellos que no lo viven, sino por quienes sí lo viven.

En vez de centrarse en aquel que traiciono a Jesús, se centraron en los otros once, gracias a cuya labor, predicación, milagros y amor por Cristo, nosotros estamos aquí hoy. Es gracias a los otros once -todos los cuales, excepto San Juan, fueron martirizados por Cristo y por el Evangelio, por el cual estuvieron dispuestos a dar sus vidas para proclamarlo- que nosotros llegamos a escuchar la palabra salvífica de Dios, que recibimos los sacramentos de la vida eterna.

Hoy somos confrontados por esa misma realidad. Podemos centrarnos en aquellos que traicionaron al Señor, aquellos que abusaron en vez de amar a quienes estaban llamados a servir, o, como la primera Iglesia, podemos enfocarnos en los demás, en los que han permanecido fieles, esos sacerdotes que siguen ofreciendo sus vidas para servir a Cristo y para servirlos a ustedes por amor. Los medios casi nunca prestan atención a los buenos "once", aquellos a quienes Jesús escogió y que permanecieron fieles, que vivieron una vida de silenciosa santidad. Pero nosotros, la Iglesia , debemos ver el terrible escándalo que estamos atestiguando bajo una perspectiva auténtica y completa.

San Francisco de Sales y Lutero

El escándalo desafortunadamente no es algo nuevo para la Iglesia. Hubo muchas épocas en su historia, cuando estuvo peor que ahora. La historia de la Iglesia es como la definición matemática del coseno, es decir, una curva oscilatoria con movimientos de péndulo, con bajas y altas a lo largo de los siglos. En cada una de esas épocas cuando la Iglesia llegó a su punto más bajo, Dios elevo a tremendos santos que llevaran a la Iglesia de regreso a su verdadera misión. Es casi como si en aquellos momentos de oscuridad, la Luz de Cristo brillará más intensamente. Yo quisiera centrarme un poco en un par de santos a quienes Dios hizo surgir en esos tiempos tan difíciles, porque su sabiduría realmente puede guiarnos durante este tiempo difícil.

San Francisco de Sales fue un santo a quien Dios hizo surgir justo después de la Reforma Protestante. La Reforma Protestante no brotó fundamentalmente por aspectos teológicos, por asuntos de fe -aunque las diferencias teológicas aparecieron después-sino por aspectos morales.

Había un sacerdote agustino, Martín Lutero, quien fue a Roma durante el papado más notorio de la historia, el del Papa Alejandro VI. Este Papa jamás enseño nada contra la fe -el Espíritu Santo lo evitó- pero fue simplemente un hombre malvado. Tuvo nueve hijos de seis diferentes concubinas. Llevo a cabo acciones contra aquellos que consideraba sus enemigos. Martín Lutero visitó Roma durante su papado y se preguntaba como Dios podía permitir que un hombre tan malvado fuera la cabeza visible de Su Iglesia. Regreso a Alemania y observo toda clase de problemas morales.

Los sacerdotes vivían abiertamente relaciones con mujeres. Algunos trataban de obtener ganancias vendiendo bienes espirituales. Privaba una inmoralidad terrible entre los laicos católicos. El se escandalizó, como le hubiera ocurrido a cualquiera que amara a Dios, por esos abusos desenfrenados. Así que fundó su propia iglesia.

Eventualmente Dios hizo surgir a muchos santos que combatieran esta solución equivocada y trajeran de regreso a las personas a la Iglesia fundada por Cristo. San Francisco de Sales fue uno de ellos. Poniendo en riesgo su vida, recorrió Suiza, donde los calvinistas eran muy populares, predicando el Evangelio con verdad y amor. Muchas veces fue golpeado en su camino y dejado por muerto. Un día le preguntaron cuál era su postura con relación al escándalo que causaban tantos de sus hermanos sacerdotes. Lo que él dijo es tan importante para nosotros hoy como lo fue en aquel entonces para quienes lo escucharon. El no se anduvo con rodeos.

Dijo: "Aquellos que cometen ese tipo de escándalos son culpables del equivalente espiritual a un asesinato, destruyendo la fe de otras personas en Dios con su pésimo ejemplo". Pero al mismo tiempo advirtió a sus oyentes: "Pero yo estoy aquí entre ustedes hoy para evitarles un mal aún peor. Mientras que aquellos que causan el escándalo son culpables de asesinato espiritual, los que acogen el escándalo -los que permiten que los escándalos destruyan su fe- son culpables de suicidio espiritual. Son culpables" dijo él "de cortar de tajo su vida con Cristo, abandonando la fuente de vida en los Sacramentos, especialmente la Eucaristía ". San Francisco de Sales anduvo entre la gente de Suiza tratando de prevenir que cometieran un suicidio espiritual a causa de los escándalos. Y yo estoy aquí hoy para predicarles lo mismo a ustedes.

San Francisco de Asis como ejemplo

¿Cuál debe ser entonces nuestra reacción? Otro gran santo que vivió en tiempos particularmente difíciles también puede ayudarnos. El gran San Francisco de Asís vivió alrededor del año 1200, que fue una época de inmoralidad terrible en Italia central. Los sacerdotes daban ejemplos espantosos. La inmoralidad de los laicos era aun peor. San Francisco mismo, siendo joven, había escandalizado a otros con su manera despreocupada de vivir. Pero eventualmente se convirtió al Señor, fundo a los Franciscanos, ayudo a Dios a reconstruir Su Iglesia y llegó a ser uno de los más grandes santos de todos los tiempos.

Una vez, uno de los hermanos de la Orden de Frailes Menores le hizo una pregunta. Este hermano era muy susceptible a los escándalos. "Hermano Francisco" le dijo, "¿que harías tú si supieras que el sacerdote que esta celebrando la Misa tiene tres concubinas a su lado? Francisco, sin dudar un solo instante, le dijo muy despacio: "Cuando llegara la hora de la Sagrada Comunión , iría a recibir el Sagrado Cuerpo de mi Señor de las manos ungidas del sacerdote."

¿A donde quiso llegar Francisco? Él quiso dejar en claro una verdad formidable de la fe y un don extraordinario del Señor. Sin importar cuan pecador pueda ser un sacerdote, siempre y cuando tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia -en Misa, por ejemplo, cambiar el pan y el vino en la carne y la sangre de Cristo, o en la confesión, sin importar cuan pecador sea él en lo personal, perdonar los pecados del penitente- Cristo mismo actúa en los sacramentos a través de ese ministro.

Ya sea que el Papa Juan Pablo II celebre la Misa o que un sacerdote condenado a muerte por un crimen celebre la Misa , en ambos casos es Cristo mismo quien actúa y nos da Su cuerpo y Su sangre. Así que lo que Francisco estaba diciendo en respuesta a la pregunta de su hermano religioso al manifestarle que él recibiría el Sagrado Cuerpo de Su Señor de las manos ungidas del sacerdote, es que no iba a permitir que la maldad o inmoralidad del sacerdote lo llevaran a cometer suicidio espiritual.

Cristo puede seguir actuando y de hecho actúa incluso a través del más pecador de los sacerdotes. ¡Y gracias a Dios que lo hace! Y es que si siempre tuviéramos que depender de la santidad personal del sacerdote, estaríamos en graves problemas. Los sacerdotes son elegidos por Dios de entre los hombres y son tentados como cualquier ser humano y caen en pecado como cualquier ser humano. Pero Dios lo sabía desde el principio. Once de los primeros doce apóstoles se dispersaron cuando Cristo fue arrestado, pero regresaron; uno de los doce traicionó al Señor y tristemente nunca regresó. Dios ha hecho los sacramentos esencialmente "a prueba de los sacerdotes", esto es, en términos de su santidad personal. No importa cuan santos estos sean o cuan malvados, siempre y cuando tengan la intención de hacer lo que hace la Iglesia , entonces actúa Cristo mismo, tal como actuó a través de Judas cuando Judas expulsó a los demonios y curó a los enfermos.

Así que, de nuevo, les pregunto: ¿Cuál debe ser la respuesta de la Iglesia a estos actos? Se ha hablado mucho al respecto en los medios. ¿Tiene la Iglesia que trabajar mejor, asegurándose que nadie con predisposició n a la pedofilia sea ordenado? Absolutamente. Pero esto no seria suficiente.

Apoyo a las vicitmas

¿Tiene la Iglesia que actuar mejor para tratar estos casos cuando sean reportados? La Iglesia ha cambiado su manera de abordar estos casos y hoy la situación es mucho mejor de lo que fue en los años ochentas, pero siempre puede ser perfeccionada. Pero aun esto no seria suficiente. ¿Tenemos que hacer más para apoyar a las victimas de tales abusos? ¡Sí, tenemos que hacerlo, tanto por justicia como por amor! Pero ni siquiera esto es lo adecuado. El Cardenal Law ha hecho que la mayoría de los rectores de las escuelas de medicina en Boston trabajen en el establecimiento de un centro para la prevención del abuso en niños, que es algo que todos nosotros debemos apoyar. Pero ni siquiera esto es una respuesta suficiente.

¡La única respuesta adecuada a este terrible escándalo, la única respuesta auténticamente católica a este escándalo -como San Francisco de Asís reconoció en 1200, como San Francisco de Sales reconoció en 1600 e incontables otros santos han reconocido en cada siglo- es la SANTIDAD ! ¡Toda crisis que enfrenta la Iglesia , toda crisis que el mundo enfrenta, es una crisis de santidad! La santidad es crucial, porque es el rostro auténtico de la Iglesia.

Siempre hay personas -un sacerdote se encuentra con ellas regularmente, ustedes probablemente conocen a varias de ellas también- que usan excusas para justificar por que no practican su fe, por que lentamente están cometiendo suicidio espiritual. Puede ser porque una monja se portó mal con ellos cuando tenían 9 años. O porque no entienden las enseñanzas de la Iglesia sobre algún asunto particular. Indudablemente habrá muchas personas estos días -y ustedes probablemente se encontraran con ellas – que dirán: "¿Para que practicar la fe, para que ir a la Iglesia , si la Iglesia no puede ser verdadera, cuando los así llamados elegidos son capaces de hacer el tipo de cosas que hemos estado leyendo?" Este escándalo es como un perchero enorme donde algunos trataran de colgar su justificación para no practicar la fe. Por eso es que la santidad es tan importante.

Estas personas necesitan encontrar en todos nosotros una razón para tener fe, una razón para tener esperanza, una razón para responder con amor al amor del Señor. Las bienaventuranzas que leemos en el Evangelio de hoy son una receta para la santidad. Todos necesitamos vivirlas más. ¿Tienen que ser más santos los sacerdotes? Seguro que sí. ¿Tienen que ser más santos los religiosos y religiosas y dar un testimonio aun mayor de Dios y del Cielo? Absolutamente. Pero todas las personas en la Iglesia tienen que hacerlo, ¡incluyendo a los laicos! Todos tenemos la vocación de ser santos y esta crisis es un llamado para que despertemos.

Bienaventurados cuando os persigan

Estos son tiempos duros para ser sacerdote hoy. Son tiempos duros para ser católicos hoy. Pero también son tiempos magníficos para ser un sacerdote hoy y tiempos magníficos para ser católicos hoy. Jesús dice en las bienaventuranzas que escuchamos hoy: "Bienaventurados serán cuando los injurien, y los persigan y digan con mentira toda clase de mal contra ustedes por mi causa. Alégrense y regocíjense, porque su recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a ustedes."

Yo he experimentado de primera mano esta bienaventuranza, al igual que otros sacerdotes que conozco. A principios de esta semana, cuando termine de hacer ejercicio en un gimnasio local, salía yo del vestidor con mi traje negro de clérigo. Una madre, apenas me vio, inmediata y apresuradamente aparto a sus hijos del camino y los protegió de mí mientras yo pasaba. Me miro cuando pase y cuando me había alejado lo suficiente, respiro aliviada y soltó a sus hijos. ¡Como si yo fuera a atacarlos a mitad de la tarde en un club deportivo!

Pero mientras que todos nosotros quizá tengamos que padecer tales insultos y falsedades por causa de Cristo, de hecho debemos regocijarnos. Es un tiempo fantástico para ser cristianos hoy, porque es un tiempo en el que Dios realmente necesita de nosotros para mostrar Su verdadero rostro. En tiempos pasados en Estados Unidos, la Iglesia era respetada. Los sacerdotes eran respetados. La Iglesia tenía reputación de santidad y bondad. Pero ya no es así.

Uno de los más grandes predicadores en la historia estadounidense, el Obispo Fulton J. Sheen, solía decir que él prefería vivir en tiempos en los que la Iglesia sufre en vez de florecer, cuando la Iglesia tiene que luchar, cuando la Iglesia tiene que ir contra la cultura. Esas épocas para que los verdaderos hombres y las verdaderas mujeres dieran un paso al frente y contaran. "Hasta los cadáveres pueden flotar corriente abajo," solía decir, señalando que muchas personas salen adelante fácilmente cuando la Iglesia es respetada, "pero se necesita de verdaderos hombres, de verdaderas mujeres, para nadar contra la corriente."

¡Que cierto es esto! Hay que ser un verdadero hombre y una verdadera mujer para mantenerse a flote y nadar contra la corriente que se mueve en oposición a la Iglesia. Hay que ser un verdadero hombre y una verdadera mujer para reconocer que cuando se nada contra la corriente de las críticas, estamos más seguros que cuando permanecemos adheridos a la Roca sobre la que Cristo fundo su Iglesia. Este es uno de esos tiempos. Es uno de los grandes momentos para ser cristianos.

Algunas personas predicen que en esta región la Iglesia pasará tiempos difíciles y quizá sea así, pero la Iglesia sobrevivirá, porque el Señor se asegurará que sobreviva. Una de las más grandes réplicas en la historia sucedió justamente hace unos 200 años. El emperador francés Napoleón engullía con sus ejércitos a los países de Europa con la intención final de dominar totalmente el mundo. En aquel entonces dijo una vez al Cardenal Consalvi: "Voy a destruir su Iglesia" "Je detruirai votre eglise!" El Cardenal le contesto: "No, no podrá". Napoleón, con sus 1.50 de altura, dijo otra vez: "Je detruirai votre eglise!" El Cardenal dijo confiado: "No, no podrá. ¡Ni siquiera nosotros hemos podido hacerlo!"

Si los malos papas, los sacerdotes infieles y miles de pecadores en la Iglesia no han tenido éxito en destruirla desde su interior -le estaba diciendo implícitamente al general ¿cómo cree que Ud. va a poder hacerlo? El Cardenal apuntaba a una verdad crucial. Cristo nunca permitirá que Su Iglesia fracase. Él prometió que las puertas del infierno no prevalecerían sobre Su Iglesia, que la barca de Pedro, la Iglesia que navega en el tiempo hacia su puerto eterno en el cielo, nunca se volcara, no porque aquellos que van en ella no cometan todos los pecados posibles para hundirla, sino porque Cristo, que también está en la barca, nunca permitirá que esto suceda. Cristo sigue en la barca y Él nunca la abandonará.

La magnitud de este escándalo podría ser tal, que de ahora en adelante ustedes encuentren difícil confiar en los sacerdotes de la misma manera como lo hicieron en el pasado. Esto puede suceder y podría no ser tan malo. ¡Pero nunca pierdan la confianza en el Señor! ¡Es Su Iglesia! Aún cuando algunos de Sus elegidos lo hayan traicionado, Él llamará a otros que serán fieles, que los servirán a ustedes con el amor que merecen ser servidos, tal como ocurrió después de la muerte de Judas, cuando los once apóstoles se pusieron de acuerdo y permitieron que el Señor eligiera a alguien que tomara el lugar de Judas y escogieron al hombre que terminó siendo San Matías, quien proclamó fielmente el Evangelio hasta ser martirizado por él.

Sed santos

¡Este es un tiempo en el que todos nosotros necesitamos concentrarnos aún más en la santidad! ¡Estamos llamados a ser santos y cuanto necesita nuestra sociedad ver ese rostro hermoso y radiante de la Iglesia ! Ustedes son parte de la solución, una parte crucial de la solución. Y cuando caminen al frente hoy para recibir de las manos ungidas de este sacerdote el Sagrado Cuerpo del Señor, pídanle a Él que los llene de un deseo real de santidad, un deseo real de mostrar Su auténtico rostro.

Una de las razones por las que yo estoy aquí como sacerdote para ustedes hoy es porque siendo joven, me impresionaron negativamente algunos de los sacerdotes que conocí. Los veía celebrar la Misa y casi sin reverencia alguna dejaban caer el Cuerpo del Señor en la patena, como si tuvieran en sus manos algo de poco valor en vez de al Creador y Salvador de todos, en vez de a MI Creador y Salvador. Recuerdo haberle dicho al Señor, reiterando mi deseo de ser sacerdote: "¡Señor, por favor, déjame ser sacerdote para que pueda tratarte como Tú mereces!" Eso me dio un ardiente deseo de servir al Señor.

Quizá este escándalo les permita a ustedes hacer lo mismo. Este escándalo puede ser algo que los conduzca por el camino del suicidio espiritual o algo que los inspire a decir, finalmente, "Quiero ser santo, para que yo y la Iglesia podamos glorificar tu nombre como Tú lo mereces, para que otros puedan encontrarte en el amor y la salvación que yo te he encontrado." Jesús esta con nosotros, como lo prometió, hasta el final de los tiempos. Él sigue en la barca.

Tal como a partir de la traición de Judas, Él alcanzó la más grande victoria en la historia del mundo, nuestra salvación por medio de Su Pasión, muerte y Resurrección, también a través de este episodio Él puede traer y quiere traer un nuevo renacimiento de la santidad, para lanzar unos nuevos Hechos de los Apóstoles en el siglo 21, con cada uno de nosotros -y esto te incluye a TI- jugando un papel estelar. Ahora es el tiempo para que los verdaderos hombres y mujeres de la Iglesia se pongan de pie. Ahora es el tiempo de los santos. ¿Cómo vas a responder tú?


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RECONOCIMIENTO
P. Roger J. Landry. "What our response should be to terrible scandals in the Church"
Traducida al español y reproducida con el permiso del P. Roger J. Landry.

EL AUTOR
El P. Roger J. Landry fue ordenado sacerdote por la Diócesis de Fall River, MA, por el Obispo Sean O'Malley, OFM Cap., en 1999. Después de obtener la licenciatura de biología por la Universidad de Harvard, el P. Landry hizo sus estudios para el sacerdocio en Maryland, Toronto, y durante varios años en Roma. Después de su ordenación sacerdotal, el Obispo O'Malley lo envió de regreso a Roma para concluir sus estudios de graduación en teología moral y bioética. Actualmente es vicario parroquial en la Parroquia del Espíritu.
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Fuente:'The Wanderer'

La Comunidad del Cenáculo: dejar la droga sin terapia ni sustitutivos

Cuando un drogadicto ingresa en una de las 56 casas de la hermana Elvira, se enfrenta a un duro ritmo de oración y trabajo apoyado por un compañero que ya se desintoxicó. El muchacho llega a una de las Comunidades del Cenáculo. No le queda más remedio: sus padres le han dicho que no le van a dar más dinero, que ya no piensan seguirle la corriente, haciendo como si no pasase nada. El muchacho está enganchado y por sí solo no puede dejar la adicción a la droga. Sus padres se han puesto muy duros, siguiendo las instrucciones del centro del Cenáculo: en casa ya no se le va a admitir hasta que se haya desintoxicado. El joven no piensa demasiado en el mañana. Sí, no le queda más remedio que entrar en este sitio una temporada. Allí al menos estará tranquilo, ¿no?, y siempre tendrá algo para chutarse, lo que ha escondido en los zapatos, en el cinturón; siempre se puede conseguir más.

Pero nada más llegar le presentan a Mario. "Este será tu ángel guardian", le dicen. "Te acompañará a todas partes, será tu sombra, irá contigo al lavabo, a dormir, a trabajar; será tu hermano y amigo; le odiarás porque no te dejará drogarte; él estaba enganchado a la droga como tú, pero lo ha dejado hace tiempo y ahora ayuda a los demás a dejarlo; le costó pero sobrevivió con oración, trabajo y el apoyo de su ángel guardián; también a ti te costará pero lo conseguirás".

Cuando Mario cachea al recién llegado, enseguida encuentra todas las dosis escondidas. Mario ha sido drogadicto, ha pasado por todo aquello, se lo sabe. Y como él, los otros chicos de la comunidad. El muchacho nuevo hoy no tendrá su dosis, ni mañana, ni pasado. Gritará, sudará, se revolcará, se pondrá violento, romperá cosas, merodeará de noche... pero los chicos del Cenáculo ya han pasado por ello, lo han vivido, y le van a acompañar con firmeza.

En la Comunidad del Cenáculo hay un ritmo muy intenso de oración en la capilla con los otros chicos, oración combinada con mucho, mucho trabajo físico: construir vallas, edificios, muebles, serrar, transportar, apilar, demoler, cultivar, arar, segar, plantar, cocinar... Hay momentos para compartir charla con los veteranos. Es absurdo intentar sacarles una dosis: no tienen, no la quieren y te dicen que "yo también estaba como tú al principio".
Aquí no hay televisión, ni radio, ni CDs, ni Internet, ni siquiera periódicos. Al inicio de la Comunidad había cigarrillos, pero sor Elvira, al ver cómo se peleaban los chicos por ellos, los prohibió, reconociendo que eran otra forma de adicción. Alguna vez se les permite ir juntos a ver algún importante partido de fútbol en la TV: es un momento especial.
Al acabar el día, uno está tan cansado que sólo quiere dormir. Sin embargo, muchos de estos chicos cuya vida estaba atada a la droga, el sexo y el alcohol pasan largas horas de la noche en la capilla. "Todo el mundo se beneficia de la disciplina, no importa en qué etapa de la vida estén", dice a THE TIMES Mary Godwin, fundadora de la casa del Cenáculo en Reino Unido. "Las vidas de los drogadictos y alcohólicos son totalmente caóticas, y el tiempo no significa nada para ellos. Tener disciplina les ayuda a pensar y hacerles responsables de lo que sucede en sus vidas cada día".
En las comunidades del Cenáculo no hay asistencia de psicólogos, no hay terapia farmacológica. "Aquí sólo hay Cristoterapia", dice la comunidad, fundada por la italiana Elvira Petrozzi, Hermana de la Caridad, en 1983. Hoy hay 56 comunidades en Europa, EEUU y América del Sur, algunas de chicas y otras de chicos, atendiendo a más de 1.500 jóvenes.


Sor Elvira en la primera Comunidad del Cenáculo en 1991

En México, Brasil y Perú el Cenáculo ha abierto casas para niños de la calle. Allí acuden como responsables y monitores chicos que se han desintoxicado. Así adquieren habilidades de responsabilidad, de cuidar niños, de dar ejemplo, de nutrir y proteger... habilidades que quizá no experimentaron en su infancia. Para muchos, es el paso final para reincorporarse a la vida civil, para fundar una familia.
Muchos pasan un par de años en una comunidad en el extranjero, desintoxicándose, y luego pasan algunos años más apoyando como "ángel guardián" a los recién llegados. Es el caso del inglés John Stanley, de 35 años, que pasó 2 años en una comunidad de Italia y ahora es el guardián de un chico en la comunidad de Nuestra Señora Reina de los Mártires, en Dodging Green, Kendal, Inglaterra. "Empecé con las drogas a los 15 años, con cannabis, y después pasé al speed y finalmente la heroína".

John Stanley vendió drogas y pasó dos años en la cárcel, dos años en los que no pudo drogarse. Los pasó en el gimnasio y estudiando. Parecía posible salir de la droga, pero en cuanto lo liberaron fue en busca de heroína. "Hay la mentalidad de que una vez eres drogadicto, siempre lo serás", dice Stanley en THE TIMES. "Toqué fondo, me sentí destruído física, mental, emocional y espiritualmente. Cuando oí hablar del Cenáculo, supe que o me unía a una comunidad o moriría".

Stanley había probado muchos programas de desintoxicación, pero ninguno le pudo ayudar ni tampoco a los cientos de adictos que conoció durante sus 15 años con la heroína. "El Cenáculo me ayudó a pisar firme, a reconstruir mi vida de una forma que nunca habría pensado que era posible; ahora quiero ayudar a otros a hacer lo mismo", explica Stanley.


Los primeros compañeros del Cenáculo en 1991; dejaron la droga y la mayor parte ayudaron después en otras comunidades

Sor Elvira, la madre espiritual de todos los muchachos y muchachas que pasan por el Cenáculo, escribe asombrada de los frutos de la Comunidad que ha creado.

"Me convierto cada día porque veo a Dios actuar claramente, en forma transparente, en el corazón, en la mente de los jóvenes que antes estaban muertos, tristes, solos, enojados, con violencia . Hoy en cambio son jóvenes serenos. Los jóvenes saben que si están muertos, tristes , en lo mas profundo de su ser aún brilla una luz de esperanza que puede, que debe ser un motivo para vivir, que vale la pena vivir y esta esperanza la encuentran a través de Jesucristo resucitado. No muchos saben que la resurrección debe experimentarse a través del don de la propia vida hacia los demás."

"La Comunidad nos enseña cosas esenciales de la vida que anteriormente no habíamos querido aprender y nadie nos las había enseñado. Para nosotros era normal confundir el placer con el gozo y en nuestra vida habíamos siempre perseguido los placeres más inmediatos, no pensábamos que el gozo pudiera nacer del sufrimiento, que significa ser débiles, frágiles, inferiores, mientras que ahora estamos aprendiendo que detrás de cada sufrimiento está el gozo. Solamente aquél que ha sufrido puede entender, amar, ayudar a otro que se encuentra mal."

"La vida en la Comunidad es verdaderamente muy simple, pero también muy rica, se vive la oración en concreto basada en una amistad libre sin algún interés, las cosas materiales influyen poco, aprendemos que las personas son más importantes que las cosas futiles, el dinero, la carrera, nos enfrentamos con nuestras debilidades pidiendo ayuda a Jesús que se manifiesta también en los hermanos que nos rodean."
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Fuente: Forum Libertas

Sor Elvira junto al Papa

Subastan "restos humanos" de santos en Internet