* «La oración significa mucho en mi vida. Me reencontré con ella y con mis raíces religiosas hace unos años, cuando tuve la oportunidad de viajar por primera vez Tierra Santa. Cuando recorres determinados lugares, se te remueve dentro tu herencia, tu cultura, lo que has mamado y que forma parte de tu identidad. Ahí volví a descubrir la importancia de comunicarme con Dios. Al despertarme cada mañana, levantar la persiana de mi habitación y ver amanecer, doy gracias a Dios por lo que me ofrece cada día: el regalo de la vida»