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lunes, 7 de abril de 2025

La curación inexplicable de una joven, de 18 años, de hidrocefalia triventricular idiopática, el milagro aprobado por el Papa Francisco para la canonización de Madre Carmen Rendiles, primera santa venezolana


Cuadro de la beata Madre Carmen Rendiles en la Misa en su memoria, el 9 de mayo de 2019

Camino Católico.- El Papa Francisco ha firmado el decreto que reconoce un segundo milagro por intercesión de la religiosa venezolana Carmen Elena Rendiles Martínez, cuyo nombre religioso era María del Monte Carmelo, aunque popularmente se le llama Madre Carmen Rendiles o Madre Carmen de Venezuela. Vivió entre 1903 y 1977 y fue la fundadora de las Siervas de Jesús de Venezuela.

Se confirma así un rumor que venía circulando desde hace un par de semanas. En 2019 se adelantó de forma no oficial que se presentaba en Roma la curación inexplicable de una joven de Caracas de 18 años.

Se trata de una joven diagnosticada en 2015 de hidrocefalia triventricular idiopática, que requirió la colocación de una válvula de derivación. Sometida a varias operaciones y a hospitalización, su estado de salud se deterioró.

Un día, una tía de la joven, que participaba en una celebración eucarística ante la tumba de la Madre Carmen, rezó por su recuperación. Otros fieles pidieron entonces a Madre Carmen que desde el Cielo intercediera. También la misma joven participó en una misa en su sepultura, en la capilla del Colegio Belén de Caracas.

Tras tocar una imagen de la monja, la enferma mejoró rápidamente, hasta el punto de que pronto comenzó a caminar y a comunicarse, expresando el deseo de ir a dar las gracias a la Madre Carmen. La recuperación de la joven fue completa, estable y duradera, y el suceso se juzgó inexplicable desde el punto de vista científico.

Canonización con el Doctor Gregorio: dos venezolanos

Hay que recordar que el 25 de febrero el Papa también firmó el decreto para canonizar al médico venezolano José Gregorio Hernández (1864-1919), sin requerir un segundo milagro para ello, por considerar que su veneración popular se había extendido por todo el mundo.

Se espera que la Iglesia ahora comunique la fecha y lugar de celebración de estas canonizaciones. Casi seguro se celebrarán ambas a la vez, si bien queda por ver si tienen lugar en Roma, con otras canonizaciones, o si se celebrará en Venezuela.

La pequeña Yuxury recibió una bala en la cabeza, perdió sangre y masa encefálica, tiene una lesión cerebral... y está perfectamente bien...

Madre Carmen y el doctor Gregorio serán los primeros venezolanos en ser proclamados santos para la Iglesia universal.

Madre Carmen de Venezuela fue la tercera mujer de Venezuela en haber sido declarada beata, después de Madre María de San José (Laura Alvarado Cardozo, agustina recoleta, 1875— 1967) y Madre Candelaria (Susana Paz-Castillo Ramírez, 1863-1940, fundadora de las Hermanas Carmelitas Venezolanas, lea aquí el milagro a un bebé por su intercesión en 1995).

El milagro para la beatificación: una cirujana

El primer milagro atribuido a la intercesión de Madre Carmen, necesario para la beatificación, fue muy difundido, e incluso se cuenta con detalle en un documental. Madre Carmen, que nació sin un brazo, habría sido la intercesora en la curación permanente e inexplicable desde la ciencia del brazo de la doctora Trinette Durán de Branger. Los hechos sucedieron el 18 de julio de 2003, en el Colegio Belén en Los Palos Grandes, colegio fundado por la Madre Carmen.

El documental Madre Carmen de Venezuela, de una hora de duración, se filmó en 2018, aunque debido a la pandemia del coronavirus tardó más en difundirse.

El documental fue dirigido por Javier Melero De Luca y producido por Gustavo Alemán. Melero explicó a la agencia Aciprensa que veía a Madre Carmen como una mujer del siglo XX, no una figura lejana y medieval, capaz de dar sentido al sufrimiento y de construir un futuro "con fe y esperanza".

Recogía el testimonio de la mujer cirujana venezolana Trinette Durán de Banger, que es a la vez una mujer de ciencia y de fe. Usa también las imágenes reales de la ceremonia de beatificación. También incluye una entrevista al cardenal Jorge Urosa, de 2019, ya emérito, quizá la última que concedió a cámaras de cine o TV. Murió por el coronavirus en septiembre de 2021.  

A la derecha de la imagen, la cirujana venezolana Trinette Durán de Bangerbeata que fue la protagonista del primer milagro que hizo beata a la Madre Carmen Rendiles

La historia de Carmen Rendiles

Carmen Rendiles nació en Caracas en 1903. Nacer sin un brazo nunca la ralentizó: vivió hasta los 73 años y fundó las Siervas de Jesús en Venezuela, que hoy cuenta con unas 100 religiosas y unas 20 comunidades en Ecuador, Colombia y Venezuela. En 2018 fue beatificada en Caracas y su fiesta se celebra el 9 de mayo.

A los 15 años ya sentía una fuerte vocación a la vida consagrada e ingresó con 24 años en las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento, en la capital venezolana. A los 33 años era maestra de novicias y a los 44 superiora de la casa madre en Venezuela. Impulsó la fundación de varios colegios por el país.    


           Madre Carmen Rendiles será canonizada

Tras el Concilio Vaticano II, considerando que desde la matriz de la congregación en Francia se realizaban reformas que afectaban al carisma fundacional, con el apoyo de los obispos venezolanos, especialmente del cardenal José Humberto Quintero, impulsó una nueva congregación, las Siervas de Jesús de Venezuela, que nació oficialmente en 1965. Carmen Rendiles fue nombrada Superiora General, cargo que desempeñó con dedicación hasta su fallecimiento. Tras un accidente de coche en 1974, pasó los tres últimos años de su vida en silla de ruedas. Murió el 9 de mayo de 1977.    

Homilía del P. Carlos Martínez y lecturas de la Misa de hoy, lunes de la 5ª semana de Cuaresma, 7-4-2025

 

7 de abril de 2025.- (Camino Católico) Homilía del P. Carlos Martínez Oliveras y lecturas de la Santa Misa de hoy, lunes de la 5ª semana de Cuaresma, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.


Santa Misa de hoy, lunes de la 5ª semana de Cuaresma, 7-4-2025

7 de abril de 2025.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, lunes de la 5ª semana de Cuaresma, presidida por el P. Carlos Martínez Oliveras, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Misterios Gozosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 7-4-2025


7 de abril de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gozosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, lunes, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.

Palabra de Vida 7/4/2025: «Yo soy la luz del mundo» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 7 de abril de 2025, lunes de la 5ª semana de Cuaresma, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Juan 8, 12-20:

En aquel tiempo, Jesús les habló otra vez a los fariseos diciendo: 

«Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida». 

Los fariseos le dijeron: 

«Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale». 

Jesús les respondió: 

«Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie; y si juzgo, mi juicio es verdadero, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado. Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí».

Entonces le decían: 

«¿Dónde está tu Padre?». 

Respondió Jesús: 

«No me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre». 

Estas palabras las pronunció en el Tesoro, mientras enseñaba en el Templo. Y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.

Adoración Eucarística con el P. José Aurelio Martín en la Basílica de la Concepción de Madrid, 7-4-2025

7 de abril de 2025.- (Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

En la templanza Dios nos invita a encontrar paz interior, a vivir con prudencia y a fortalecer nuestra voluntad, para enfrentar las pruebas de la vida / Por P. Carlos García Malo

 


domingo, 6 de abril de 2025

Papa Francisco en homilía leída por Mons. Rino Fisichella, 6-4-2025: «La enfermedad es una escuela de amor; Dios no nos deja solos y si nos abandonamos en Él podemos experimentar el consuelo de su presencia»

* «Queridos médicos, enfermeros y miembros del personal sanitario, mientras atienden a sus pacientes, especialmente a los más frágiles, el Señor les ofrece la oportunidad de renovar continuamente su vida, nutriéndola de gratitud, de misericordia y de esperanza. Los llama a iluminarla con la humilde conciencia de que no hay que suponer nada y que todo es don de Dios; a alimentarla con esa humanidad que se experimenta cuando dejamos caer las máscaras y queda sólo lo que verdaderamente importa, los pequeños y grandes gestos de amor. Permitan que la presencia de los enfermos entre como un don en su existencia, para curar sus corazones, purificándolos de todo lo que no es caridad y calentándolos con el fuego ardiente y dulce de la compasión»     

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con la homilía del Papa Francisco, leída por Mons. Rino Fisichella en la Misa del Jubileo de los Enfermos y la Sanidad

* «Queridos amigos, no releguemos al que es frágil, alejándolo de nuestra vida, como lamentablemente vemos que a veces suele hacer hoy un cierto tipo de mentalidad, no apartemos el dolor de nuestros ambientes. Hagamos más bien de ello una ocasión para crecer juntos, para cultivar la esperanza gracias al amor que Dios ha derramado, Él primero, en nuestros corazones y que, más allá de todo, es lo que permanece para siempre» 

6 de abril 2025.- (Camino Católico) El Papa convaleciente en la Casa Santa Marta comparte mucho con los veinte mil peregrinos, muchos de ellos enfermos, reunidos en la Plaza de San Pedro para la Misa jubilar por los enfermos y el mundo de la sanidad. Y lo confiesa en su homilía, leída para él por su delegado, el arzobispo Rino Fisichella, pro-prefecto de la Sección para las Cuestiones Fundamentales de la Evangelización en el Mundo del Dicasterio para la Evangelización. Fisichella, antes de la lectura, subraya cómo a pocos metros de nosotros, el Papa Francisco «está particularmente cerca de nosotros, y participa, como tantos enfermos, en esta Eucaristía a través de la televisión». El Pontífice, en el texto, comparte «la experiencia de la enfermedad, de sentirnos débiles, de depender de los demás para muchas cosas, de tener necesidad de apoyo».

El Santo Padre dice en su homilía que “la enfermedad no es siempre fácil, pero es una escuela en la que aprendemos cada día a amar y a dejarnos amar, sin pretender y sin rechazar, sin lamentar y sin desesperar, agradecidos a Dios y a los hermanos por el bien que recibimos, abandonados y confiados en lo que todavía está por venir…  Incluso en estos momentos, Dios no nos deja solos y, si nos abandonamos en Él, precisamente allí donde nuestras fuerzas decaen, podemos experimentar el consuelo de su presencia”.

La sorpresa al final de la misa jubilar por los enfermos y el mundo sanitario es la llegada del Papa Francisco a la plaza de San Pedro. En silla de ruedas, acompañado por su enfermero personal, que lo lleva hasta el altar, donde, tras la bendición final del celebrante, el arzobispo Fisichella, pronuncia un breve saludo: "¡Feliz domingo a todos, muchas gracias!".  En medio de la emoción de todos los presentes en la Plaza, los lectores transmitieron a continuación su mensaje de acción de gracias. Francisco saluda "con afecto a todos los que han participado en esta celebración y agradece de corazón las oraciones elevadas a Dios por su salud, deseando que la peregrinación jubilar sea rica en frutos". A continuación imparte la Bendición Apostólica, que extiende "a los seres queridos, a los enfermos y a los que sufren, así como a todos los fieles reunidos hoy aquí". Antes de dirigirse hacia el altar en la explanada de la plaza de San Pedro, informa la Oficina de Prensa vaticana, el Pontífice recibió el Sacramento de la Reconciliación en la Basílica de San Pedro, se recogió en oración y atravesó la Puerta Santa. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la homilía del Santo Padre leída por Mons. Rino Fisichella en la Misa del Jubileo de los Enfermos y la Sanidad, traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 


       JUBILEO DEL MUNDO DEL VOLUNTARIADO

SANTA MISA

HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO 

LEÍDA POR MONS. RINO FISICHELLA 

Plaza de San Pedro

Quinto domingo de Cuaresma,  6 de abril de 2025 


 «Yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta?» (Is 43,19). Son las palabras que Dios, a través del profeta Isaías, dirige al pueblo de Israel en el exilio de Babilonia. Para los israelitas es un momento difícil, parece que todo se hubiera perdido. Jerusalén fue conquistada y devastada por los soldados del rey Nabucodonosor II y al pueblo, deportado, no le quedó nada. El horizonte aparece cerrado, el futuro oscuro, cualquier esperanza frustrada. Todo podría inducir a los exiliados a rendirse, a resignarse amargamente, a dejar de sentirse bendecidos por Dios.

Sin embargo, precisamente en este contexto, el Señor invita a acoger algo nuevo que está naciendo. No algo que sucederá en el futuro, sino que ya está ocurriendo, que está germinando como un brote. ¿De qué se trata? ¿Qué puede nacer, qué puede haber comenzado a brotar en un panorama desolador y desesperanzado como este?

Lo que está naciendo es un nuevo pueblo. Un pueblo que, derribadas las falsas seguridades del pasado, ha descubierto lo que es esencial, permanecer unidos y caminar juntos a la luz del Señor (cf. Is 2,5). Un pueblo que podrá reconstruir Jerusalén porque, lejos de la Ciudad Santa, con el templo ya destruido, sin poder celebrar las liturgias solemnes, ha aprendido a encontrar al Señor de otra forma, en la conversión del corazón (cf. Jr 4,4), en la práctica del derecho y la justicia, en el cuidado del pobre y necesitado (cf. Jr 22,3), en las obras de misericordia.

Es el mismo mensaje que, de un modo distinto, podemos captar en la perícopa evangélica (cf. Jn 8,1-11). También aquí hay una persona, una mujer cuya vida está destruida, no por un exilio geográfico, sino por una condena moral. Es una pecadora, y por ello lejana de la ley y condenada al ostracismo y a la muerte. Para ella tampoco parece que haya esperanza. Pero Dios no la abandona. Al contrario, justo en el momento en que sus verdugos recogen las piedras, precisamente allí, Jesús entra en su vida, la defiende y la rescata de esa violencia, dándole la posibilidad de comenzar una existencia nueva: «Vete» —le dice—, “eres libre”, “estás salvada” (cf. v. 11).

Con estas narraciones dramáticas y conmovedoras, la liturgia nos invita hoy a renovar, en el camino cuaresmal, la confianza en Dios, que está siempre presente, cerca de nosotros, para salvarnos. No hay exilio, ni violencia, ni pecado, ni alguna realidad de la vida que pueda impedirle estar ante nuestra puerta y llamar, dispuesto a entrar apenas se lo permitamos (cf. Ap 3,20). Es más, especialmente cuando las pruebas se hacen más duras, su gracia y su amor nos abrazan con más fuerza para realzarnos.

Hermanas y hermanos, leemos estos textos mientras celebramos el Jubileo de los enfermos y del mundo de la sanidad, y ciertamente la enfermedad es una de las pruebas más difíciles y duras de la vida, en la que percibimos nuestra fragilidad. Esta puede llegar a hacernos sentir como el pueblo en el exilio, o como la mujer del Evangelio, privados de esperanza en el futuro. Pero no es así. Incluso en estos momentos, Dios no nos deja solos y, si nos abandonamos en Él, precisamente allí donde nuestras fuerzas decaen, podemos experimentar el consuelo de su presencia. Él mismo, hecho hombre, quiso compartir en todo nuestra debilidad (cf. Flp 2,6-8) y sabe muy bien qué es el sufrimiento (cf. Is 53,3). Por eso a Él le podemos presentar y confiar nuestro dolor, seguros de encontrar compasión, cercanía y ternura.

Pero no sólo eso; en su amor confiado, Él quiere comprometernos para que también nosotros podamos ser “ángeles” los unos para los otros, mensajeros de su presencia, hasta el punto que muchas veces, sea para quien sufre, sea para quien asiste, el lecho de un enfermo se puede transformar en un “lugar sagrado” de salvación y redención.

Queridos médicos, enfermeros y miembros del personal sanitario, mientras atienden a sus pacientes, especialmente a los más frágiles, el Señor les ofrece la oportunidad de renovar continuamente su vida, nutriéndola de gratitud, de misericordia y de esperanza (cf. Bula Spes non confundit, 11). Los llama a iluminarla con la humilde conciencia de que no hay que suponer nada y que todo es don de Dios; a alimentarla con esa humanidad que se experimenta cuando dejamos caer las máscaras y queda sólo lo que verdaderamente importa, los pequeños y grandes gestos de amor. Permitan que la presencia de los enfermos entre como un don en su existencia, para curar sus corazones, purificándolos de todo lo que no es caridad y calentándolos con el fuego ardiente y dulce de la compasión.

Queridos hermanos y hermanas enfermos, en este momento de mi vida comparto mucho con ustedes: la experiencia de la enfermedad, de sentirnos débiles, de depender de los demás para muchas cosas, de tener necesidad de apoyo. No es siempre fácil, pero es una escuela en la que aprendemos cada día a amar y a dejarnos amar, sin pretender y sin rechazar, sin lamentar y sin desesperar, agradecidos a Dios y a los hermanos por el bien que recibimos, abandonados y confiados en lo que todavía está por venir. La habitación del hospital y el lecho de la enfermedad pueden ser lugares donde se escucha la voz del Señor que nos dice también a nosotros: «Yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta?» (Is 43,19). Y de esa manera renovar y reforzar la fe.

Benedicto XVI —que nos dio un hermoso testimonio de serenidad en el tiempo de su enfermedad— escribió que «la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento» y que «una sociedad que no logra aceptar a los que sufren […] es una sociedad cruel e inhumana» (Carta enc. Spe salvi, 38). Es verdad, afrontar juntos el sufrimiento nos hace más humanos y compartir el dolor es una etapa importante de todo camino hacia la santidad.

Queridos amigos, no releguemos al que es frágil, alejándolo de nuestra vida, como lamentablemente vemos que a veces suele hacer hoy un cierto tipo de mentalidad, no apartemos el dolor de nuestros ambientes. Hagamos más bien de ello una ocasión para crecer juntos, para cultivar la esperanza gracias al amor que Dios ha derramado, Él primero, en nuestros corazones (cf. Rm 5,5) y que, más allá de todo, es lo que permanece para siempre (cf. 1 Co 13,8-10.13). 

Francisco



Fotos: Vatican Media, 6-4-2025

Papa Francisco en el Ángelus, 6-4-2025: «Siento el ‘dedo de Dios’ y experimento su cariñosa caricia y pido al Señor que este toque de su amor llegue a los que sufren y anime a los que cuidan de ellos»

* «Sigamos rezando por la paz: en la martirizada Ucrania, golpeada por ataques que provocan muchas víctimas civiles, entre éstas muchos niños. Y lo mismo ocurre en Gaza, donde la gente se ve obligada a vivir en condiciones inimaginables, sin techo, sin comida, sin agua potable. Que callen las armas y se reanude el diálogo; que se libere a todos los rehenes y se socorra a la población. Recemos por la paz en todo Oriente Medio; en Sudán y Sudán del Sur; en la República Democrática del Congo; en Myanmar, duramente probado también por el terremoto; y en Haití, donde arrecia la violencia, que hace unos días mató a dos religiosas» 


6 de abril de 2025.- (Camino Católico)  El Papa Francisco, que este domingo ha aparecido por sorpresa en la plaza de San Pedro, aún convaleciente por la neumonía bilateral, ha asegurado que está experimentando la “cariñosa caricia” de Dios durante este período de larga enfermedad en la que ha anulado por prescripción médica sus compromisos públicos.

“Queridísimos, como durante la hospitalización, también ahora en la convalecencia siento el «dedo de Dios» y experimento su cariñosa caricia. En el día del Jubileo de los enfermos y del mundo de la sanidad, le pido al Señor que este toque de su amor llegue a los que sufren y anime a los que cuidan de ellos. Y rezo por los médicos, enfermeros y trabajadores sanitarios, que no siempre tienen las condiciones adecuadas para trabajar y, a veces, incluso son víctimas de agresiones”, dice el Pontífice en el mensaje que ha preparado para el rezo del Ángelus. El texto completo escrito por el Papa Francisco es el siguiente:


PAPA FRANCISCO

ÁNGELUS

Texto preparado por el Santo Padre

V Domingo de Cuaresma, 6 de abril de 2025


Queridos hermanos y hermanas,

El Evangelio de este quinto domingo de Cuaresma nos presenta el episodio de la mujer sorprendida en adulterio (Jn 8,1-11). Mientras los escribas y fariseos quieren lapidarla, Jesús devuelve a esta mujer la belleza perdida: ella ha caído en el polvo; Jesús pasa su dedo sobre ese polvo y escribe para ella una nueva historia: es el «dedo de Dios», que salva a sus hijos (cf. Éx 8,15) y los libera del mal (cf. Lc 11,20).

Queridísimos, como durante la hospitalización, también ahora en la convalecencia siento el «dedo de Dios» y experimento su cariñosa caricia. En el día del Jubileo de los enfermos y del mundo de la sanidad, le pido al Señor que este toque de su amor llegue a los que sufren y anime a los que cuidan de ellos. Y rezo por los médicos, enfermeros y trabajadores sanitarios, que no siempre tienen las condiciones adecuadas para trabajar y, a veces, incluso son víctimas de agresiones. Su misión no es fácil y debe ser apoyada y respetada. Espero que se inviertan los recursos necesarios para la atención y la investigación, para que los sistemas sanitarios sean inclusivos y atiendan a los más frágiles y pobres.

Agradezco a las reclusas de la cárcel de mujeres de Rebibbia la tarjeta que me enviaron. Rezo por ellas y por sus familias.

En el Día Mundial del Deporte para la Paz y el Desarrollo, deseo que el deporte sea un signo de esperanza para tantas personas que necesitan paz e inclusión social, y doy las gracias a las asociaciones deportivas que educan concretamente en la fraternidad.

Sigamos rezando por la paz: en la martirizada Ucrania, golpeada por ataques que provocan muchas víctimas civiles, entre éstas muchos niños. Y lo mismo ocurre en Gaza, donde la gente se ve obligada a vivir en condiciones inimaginables, sin techo, sin comida, sin agua potable. Que callen las armas y se reanude el diálogo; que se libere a todos los rehenes y se socorra a la población. Recemos por la paz en todo Oriente Medio; en Sudán y Sudán del Sur; en la República Democrática del Congo; en Myanmar, duramente probado también por el terremoto; y en Haití, donde arrecia la violencia, que hace unos días mató a dos religiosas.

Que la Virgen María nos cuide e interceda por nosotros.

Fotos: Vatican Media, 6-4-2025