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martes, 5 de febrero de 2008

¿Cuál debe ser nuestra respuesta a los terribles escándalos en la Iglesia? / Autor: P. Roger J. Landry

La nota de ocho columnas la semana pasada no se la llevo el patriótico desfile del Super Bowl ni quien sería el mariscal de campo, Drew o Tom, ni tampoco en el discurso del Presidente al Estado de la Unión y su comentario de que hay muchos operativos de Al-Qaeda en los Estados Unidos que constituyen verdaderas "bombas de tiempo". Nada de esto fue la noticia principal.

Los encabezados fueron capturados por la muy triste noticia de que quizá hasta setenta sacerdotes en la Arquidiócesis de Boston abusaron de jóvenes a quienes estaban consagrados a servir. Es un escándalo mayúsculo, uno que muchas personas que durante largo tiempo han tenido aversión a la Iglesia a causa de alguna de sus enseñanzas morales o doctrinales lo están usando como pretexto para atacar a la Iglesia como un todo, tratando de implicar que después de todo ellos tenían razón.

Muchas personas se han acercado a mí para hablar del asunto. Muchas otras hubieran querido hacerlo, pero creo que por respeto y por no querer sacar a relucir lo que consideran malas noticias, se abstuvieron; pero para mí era obvio que estaba en su mente. Y por eso, hoy, quiero atacar el asunto de frente. Ustedes tienen derecho a ello. No podemos fingir como si no hubiera sucedido. Y yo quisiera discutir cual debe ser nuestra respuesta como fieles católicos a este terrible escándalo.

Lo primero que necesitamos hacer, es entenderlo a la luz de nuestra fe en el Señor. Antes de elegir a sus primeros discípulos, Jesús subió a la montaña a orar toda la noche. En ese tiempo tenía muchos seguidores. Él habló a Su Padre en oración acerca de a quienes elegiría para que fueran sus doce apóstoles, los doce que Él formaría íntimamente, los doce a quienes enviaría a predicar la Buena Nueva en Su nombre. Él les dio el poder de expulsar a los demonios. Les dio el poder para curar a los enfermos. Ellos vieron como Jesús obro incontables milagros. Ellos mismos obraron en Su nombre numerosos milagros.

Doce elegidos y un traidor

Pero, a pesar de todo, uno de ellos fue un traidor. Uno, que había seguido al Señor, uno, a quien el Señor le lavo los pies, que lo vio caminar sobre las aguas, resucitar a personas de entre los muertos y perdonar a los pecadores, traiciono al Señor. El Evangelio nos dice que él permitió que Satanás entrara en él y luego vendió al Señor por treinta monedas en Getsemaní, simulando un acto de amor para entregarlo. "¡Judas!" le dijo Jesús en el huerto de Getsemaní, "con un beso entregas al Hijo del hombre" Jesús no eligió a Judas para que lo traicionara. Él lo eligió para que fuera como todos los demás. Pero Judas fue siempre libre y uso su libertad para permitir que Satanás entrara en él y, por su traición, terminó haciendo que Jesús fuera crucificado y ejecutado.

Así que desde los primeros doce que Jesús mismo eligió, uno fue un terrible traidor. A VECES LOS ELEGIDOS DE DIOS LO TRAICIONAN. Este es un hecho que debemos asumir. Es un hecho que la primera Iglesia asumió. Si el escándalo causado por Judas hubiera sido lo único en lo que los miembros de la primera Iglesia se hubieran centrado, la Iglesia habría estado acabada antes de comenzar a crecer. En vez de ello, la Iglesia reconoció que no se juzga algo por aquellos que no lo viven, sino por quienes sí lo viven.

En vez de centrarse en aquel que traiciono a Jesús, se centraron en los otros once, gracias a cuya labor, predicación, milagros y amor por Cristo, nosotros estamos aquí hoy. Es gracias a los otros once -todos los cuales, excepto San Juan, fueron martirizados por Cristo y por el Evangelio, por el cual estuvieron dispuestos a dar sus vidas para proclamarlo- que nosotros llegamos a escuchar la palabra salvífica de Dios, que recibimos los sacramentos de la vida eterna.

Hoy somos confrontados por esa misma realidad. Podemos centrarnos en aquellos que traicionaron al Señor, aquellos que abusaron en vez de amar a quienes estaban llamados a servir, o, como la primera Iglesia, podemos enfocarnos en los demás, en los que han permanecido fieles, esos sacerdotes que siguen ofreciendo sus vidas para servir a Cristo y para servirlos a ustedes por amor. Los medios casi nunca prestan atención a los buenos "once", aquellos a quienes Jesús escogió y que permanecieron fieles, que vivieron una vida de silenciosa santidad. Pero nosotros, la Iglesia , debemos ver el terrible escándalo que estamos atestiguando bajo una perspectiva auténtica y completa.

San Francisco de Sales y Lutero

El escándalo desafortunadamente no es algo nuevo para la Iglesia. Hubo muchas épocas en su historia, cuando estuvo peor que ahora. La historia de la Iglesia es como la definición matemática del coseno, es decir, una curva oscilatoria con movimientos de péndulo, con bajas y altas a lo largo de los siglos. En cada una de esas épocas cuando la Iglesia llegó a su punto más bajo, Dios elevo a tremendos santos que llevaran a la Iglesia de regreso a su verdadera misión. Es casi como si en aquellos momentos de oscuridad, la Luz de Cristo brillará más intensamente. Yo quisiera centrarme un poco en un par de santos a quienes Dios hizo surgir en esos tiempos tan difíciles, porque su sabiduría realmente puede guiarnos durante este tiempo difícil.

San Francisco de Sales fue un santo a quien Dios hizo surgir justo después de la Reforma Protestante. La Reforma Protestante no brotó fundamentalmente por aspectos teológicos, por asuntos de fe -aunque las diferencias teológicas aparecieron después-sino por aspectos morales.

Había un sacerdote agustino, Martín Lutero, quien fue a Roma durante el papado más notorio de la historia, el del Papa Alejandro VI. Este Papa jamás enseño nada contra la fe -el Espíritu Santo lo evitó- pero fue simplemente un hombre malvado. Tuvo nueve hijos de seis diferentes concubinas. Llevo a cabo acciones contra aquellos que consideraba sus enemigos. Martín Lutero visitó Roma durante su papado y se preguntaba como Dios podía permitir que un hombre tan malvado fuera la cabeza visible de Su Iglesia. Regreso a Alemania y observo toda clase de problemas morales.

Los sacerdotes vivían abiertamente relaciones con mujeres. Algunos trataban de obtener ganancias vendiendo bienes espirituales. Privaba una inmoralidad terrible entre los laicos católicos. El se escandalizó, como le hubiera ocurrido a cualquiera que amara a Dios, por esos abusos desenfrenados. Así que fundó su propia iglesia.

Eventualmente Dios hizo surgir a muchos santos que combatieran esta solución equivocada y trajeran de regreso a las personas a la Iglesia fundada por Cristo. San Francisco de Sales fue uno de ellos. Poniendo en riesgo su vida, recorrió Suiza, donde los calvinistas eran muy populares, predicando el Evangelio con verdad y amor. Muchas veces fue golpeado en su camino y dejado por muerto. Un día le preguntaron cuál era su postura con relación al escándalo que causaban tantos de sus hermanos sacerdotes. Lo que él dijo es tan importante para nosotros hoy como lo fue en aquel entonces para quienes lo escucharon. El no se anduvo con rodeos.

Dijo: "Aquellos que cometen ese tipo de escándalos son culpables del equivalente espiritual a un asesinato, destruyendo la fe de otras personas en Dios con su pésimo ejemplo". Pero al mismo tiempo advirtió a sus oyentes: "Pero yo estoy aquí entre ustedes hoy para evitarles un mal aún peor. Mientras que aquellos que causan el escándalo son culpables de asesinato espiritual, los que acogen el escándalo -los que permiten que los escándalos destruyan su fe- son culpables de suicidio espiritual. Son culpables" dijo él "de cortar de tajo su vida con Cristo, abandonando la fuente de vida en los Sacramentos, especialmente la Eucaristía ". San Francisco de Sales anduvo entre la gente de Suiza tratando de prevenir que cometieran un suicidio espiritual a causa de los escándalos. Y yo estoy aquí hoy para predicarles lo mismo a ustedes.

San Francisco de Asis como ejemplo

¿Cuál debe ser entonces nuestra reacción? Otro gran santo que vivió en tiempos particularmente difíciles también puede ayudarnos. El gran San Francisco de Asís vivió alrededor del año 1200, que fue una época de inmoralidad terrible en Italia central. Los sacerdotes daban ejemplos espantosos. La inmoralidad de los laicos era aun peor. San Francisco mismo, siendo joven, había escandalizado a otros con su manera despreocupada de vivir. Pero eventualmente se convirtió al Señor, fundo a los Franciscanos, ayudo a Dios a reconstruir Su Iglesia y llegó a ser uno de los más grandes santos de todos los tiempos.

Una vez, uno de los hermanos de la Orden de Frailes Menores le hizo una pregunta. Este hermano era muy susceptible a los escándalos. "Hermano Francisco" le dijo, "¿que harías tú si supieras que el sacerdote que esta celebrando la Misa tiene tres concubinas a su lado? Francisco, sin dudar un solo instante, le dijo muy despacio: "Cuando llegara la hora de la Sagrada Comunión , iría a recibir el Sagrado Cuerpo de mi Señor de las manos ungidas del sacerdote."

¿A donde quiso llegar Francisco? Él quiso dejar en claro una verdad formidable de la fe y un don extraordinario del Señor. Sin importar cuan pecador pueda ser un sacerdote, siempre y cuando tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia -en Misa, por ejemplo, cambiar el pan y el vino en la carne y la sangre de Cristo, o en la confesión, sin importar cuan pecador sea él en lo personal, perdonar los pecados del penitente- Cristo mismo actúa en los sacramentos a través de ese ministro.

Ya sea que el Papa Juan Pablo II celebre la Misa o que un sacerdote condenado a muerte por un crimen celebre la Misa , en ambos casos es Cristo mismo quien actúa y nos da Su cuerpo y Su sangre. Así que lo que Francisco estaba diciendo en respuesta a la pregunta de su hermano religioso al manifestarle que él recibiría el Sagrado Cuerpo de Su Señor de las manos ungidas del sacerdote, es que no iba a permitir que la maldad o inmoralidad del sacerdote lo llevaran a cometer suicidio espiritual.

Cristo puede seguir actuando y de hecho actúa incluso a través del más pecador de los sacerdotes. ¡Y gracias a Dios que lo hace! Y es que si siempre tuviéramos que depender de la santidad personal del sacerdote, estaríamos en graves problemas. Los sacerdotes son elegidos por Dios de entre los hombres y son tentados como cualquier ser humano y caen en pecado como cualquier ser humano. Pero Dios lo sabía desde el principio. Once de los primeros doce apóstoles se dispersaron cuando Cristo fue arrestado, pero regresaron; uno de los doce traicionó al Señor y tristemente nunca regresó. Dios ha hecho los sacramentos esencialmente "a prueba de los sacerdotes", esto es, en términos de su santidad personal. No importa cuan santos estos sean o cuan malvados, siempre y cuando tengan la intención de hacer lo que hace la Iglesia , entonces actúa Cristo mismo, tal como actuó a través de Judas cuando Judas expulsó a los demonios y curó a los enfermos.

Así que, de nuevo, les pregunto: ¿Cuál debe ser la respuesta de la Iglesia a estos actos? Se ha hablado mucho al respecto en los medios. ¿Tiene la Iglesia que trabajar mejor, asegurándose que nadie con predisposició n a la pedofilia sea ordenado? Absolutamente. Pero esto no seria suficiente.

Apoyo a las vicitmas

¿Tiene la Iglesia que actuar mejor para tratar estos casos cuando sean reportados? La Iglesia ha cambiado su manera de abordar estos casos y hoy la situación es mucho mejor de lo que fue en los años ochentas, pero siempre puede ser perfeccionada. Pero aun esto no seria suficiente. ¿Tenemos que hacer más para apoyar a las victimas de tales abusos? ¡Sí, tenemos que hacerlo, tanto por justicia como por amor! Pero ni siquiera esto es lo adecuado. El Cardenal Law ha hecho que la mayoría de los rectores de las escuelas de medicina en Boston trabajen en el establecimiento de un centro para la prevención del abuso en niños, que es algo que todos nosotros debemos apoyar. Pero ni siquiera esto es una respuesta suficiente.

¡La única respuesta adecuada a este terrible escándalo, la única respuesta auténticamente católica a este escándalo -como San Francisco de Asís reconoció en 1200, como San Francisco de Sales reconoció en 1600 e incontables otros santos han reconocido en cada siglo- es la SANTIDAD ! ¡Toda crisis que enfrenta la Iglesia , toda crisis que el mundo enfrenta, es una crisis de santidad! La santidad es crucial, porque es el rostro auténtico de la Iglesia.

Siempre hay personas -un sacerdote se encuentra con ellas regularmente, ustedes probablemente conocen a varias de ellas también- que usan excusas para justificar por que no practican su fe, por que lentamente están cometiendo suicidio espiritual. Puede ser porque una monja se portó mal con ellos cuando tenían 9 años. O porque no entienden las enseñanzas de la Iglesia sobre algún asunto particular. Indudablemente habrá muchas personas estos días -y ustedes probablemente se encontraran con ellas – que dirán: "¿Para que practicar la fe, para que ir a la Iglesia , si la Iglesia no puede ser verdadera, cuando los así llamados elegidos son capaces de hacer el tipo de cosas que hemos estado leyendo?" Este escándalo es como un perchero enorme donde algunos trataran de colgar su justificación para no practicar la fe. Por eso es que la santidad es tan importante.

Estas personas necesitan encontrar en todos nosotros una razón para tener fe, una razón para tener esperanza, una razón para responder con amor al amor del Señor. Las bienaventuranzas que leemos en el Evangelio de hoy son una receta para la santidad. Todos necesitamos vivirlas más. ¿Tienen que ser más santos los sacerdotes? Seguro que sí. ¿Tienen que ser más santos los religiosos y religiosas y dar un testimonio aun mayor de Dios y del Cielo? Absolutamente. Pero todas las personas en la Iglesia tienen que hacerlo, ¡incluyendo a los laicos! Todos tenemos la vocación de ser santos y esta crisis es un llamado para que despertemos.

Bienaventurados cuando os persigan

Estos son tiempos duros para ser sacerdote hoy. Son tiempos duros para ser católicos hoy. Pero también son tiempos magníficos para ser un sacerdote hoy y tiempos magníficos para ser católicos hoy. Jesús dice en las bienaventuranzas que escuchamos hoy: "Bienaventurados serán cuando los injurien, y los persigan y digan con mentira toda clase de mal contra ustedes por mi causa. Alégrense y regocíjense, porque su recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a ustedes."

Yo he experimentado de primera mano esta bienaventuranza, al igual que otros sacerdotes que conozco. A principios de esta semana, cuando termine de hacer ejercicio en un gimnasio local, salía yo del vestidor con mi traje negro de clérigo. Una madre, apenas me vio, inmediata y apresuradamente aparto a sus hijos del camino y los protegió de mí mientras yo pasaba. Me miro cuando pase y cuando me había alejado lo suficiente, respiro aliviada y soltó a sus hijos. ¡Como si yo fuera a atacarlos a mitad de la tarde en un club deportivo!

Pero mientras que todos nosotros quizá tengamos que padecer tales insultos y falsedades por causa de Cristo, de hecho debemos regocijarnos. Es un tiempo fantástico para ser cristianos hoy, porque es un tiempo en el que Dios realmente necesita de nosotros para mostrar Su verdadero rostro. En tiempos pasados en Estados Unidos, la Iglesia era respetada. Los sacerdotes eran respetados. La Iglesia tenía reputación de santidad y bondad. Pero ya no es así.

Uno de los más grandes predicadores en la historia estadounidense, el Obispo Fulton J. Sheen, solía decir que él prefería vivir en tiempos en los que la Iglesia sufre en vez de florecer, cuando la Iglesia tiene que luchar, cuando la Iglesia tiene que ir contra la cultura. Esas épocas para que los verdaderos hombres y las verdaderas mujeres dieran un paso al frente y contaran. "Hasta los cadáveres pueden flotar corriente abajo," solía decir, señalando que muchas personas salen adelante fácilmente cuando la Iglesia es respetada, "pero se necesita de verdaderos hombres, de verdaderas mujeres, para nadar contra la corriente."

¡Que cierto es esto! Hay que ser un verdadero hombre y una verdadera mujer para mantenerse a flote y nadar contra la corriente que se mueve en oposición a la Iglesia. Hay que ser un verdadero hombre y una verdadera mujer para reconocer que cuando se nada contra la corriente de las críticas, estamos más seguros que cuando permanecemos adheridos a la Roca sobre la que Cristo fundo su Iglesia. Este es uno de esos tiempos. Es uno de los grandes momentos para ser cristianos.

Algunas personas predicen que en esta región la Iglesia pasará tiempos difíciles y quizá sea así, pero la Iglesia sobrevivirá, porque el Señor se asegurará que sobreviva. Una de las más grandes réplicas en la historia sucedió justamente hace unos 200 años. El emperador francés Napoleón engullía con sus ejércitos a los países de Europa con la intención final de dominar totalmente el mundo. En aquel entonces dijo una vez al Cardenal Consalvi: "Voy a destruir su Iglesia" "Je detruirai votre eglise!" El Cardenal le contesto: "No, no podrá". Napoleón, con sus 1.50 de altura, dijo otra vez: "Je detruirai votre eglise!" El Cardenal dijo confiado: "No, no podrá. ¡Ni siquiera nosotros hemos podido hacerlo!"

Si los malos papas, los sacerdotes infieles y miles de pecadores en la Iglesia no han tenido éxito en destruirla desde su interior -le estaba diciendo implícitamente al general ¿cómo cree que Ud. va a poder hacerlo? El Cardenal apuntaba a una verdad crucial. Cristo nunca permitirá que Su Iglesia fracase. Él prometió que las puertas del infierno no prevalecerían sobre Su Iglesia, que la barca de Pedro, la Iglesia que navega en el tiempo hacia su puerto eterno en el cielo, nunca se volcara, no porque aquellos que van en ella no cometan todos los pecados posibles para hundirla, sino porque Cristo, que también está en la barca, nunca permitirá que esto suceda. Cristo sigue en la barca y Él nunca la abandonará.

La magnitud de este escándalo podría ser tal, que de ahora en adelante ustedes encuentren difícil confiar en los sacerdotes de la misma manera como lo hicieron en el pasado. Esto puede suceder y podría no ser tan malo. ¡Pero nunca pierdan la confianza en el Señor! ¡Es Su Iglesia! Aún cuando algunos de Sus elegidos lo hayan traicionado, Él llamará a otros que serán fieles, que los servirán a ustedes con el amor que merecen ser servidos, tal como ocurrió después de la muerte de Judas, cuando los once apóstoles se pusieron de acuerdo y permitieron que el Señor eligiera a alguien que tomara el lugar de Judas y escogieron al hombre que terminó siendo San Matías, quien proclamó fielmente el Evangelio hasta ser martirizado por él.

Sed santos

¡Este es un tiempo en el que todos nosotros necesitamos concentrarnos aún más en la santidad! ¡Estamos llamados a ser santos y cuanto necesita nuestra sociedad ver ese rostro hermoso y radiante de la Iglesia ! Ustedes son parte de la solución, una parte crucial de la solución. Y cuando caminen al frente hoy para recibir de las manos ungidas de este sacerdote el Sagrado Cuerpo del Señor, pídanle a Él que los llene de un deseo real de santidad, un deseo real de mostrar Su auténtico rostro.

Una de las razones por las que yo estoy aquí como sacerdote para ustedes hoy es porque siendo joven, me impresionaron negativamente algunos de los sacerdotes que conocí. Los veía celebrar la Misa y casi sin reverencia alguna dejaban caer el Cuerpo del Señor en la patena, como si tuvieran en sus manos algo de poco valor en vez de al Creador y Salvador de todos, en vez de a MI Creador y Salvador. Recuerdo haberle dicho al Señor, reiterando mi deseo de ser sacerdote: "¡Señor, por favor, déjame ser sacerdote para que pueda tratarte como Tú mereces!" Eso me dio un ardiente deseo de servir al Señor.

Quizá este escándalo les permita a ustedes hacer lo mismo. Este escándalo puede ser algo que los conduzca por el camino del suicidio espiritual o algo que los inspire a decir, finalmente, "Quiero ser santo, para que yo y la Iglesia podamos glorificar tu nombre como Tú lo mereces, para que otros puedan encontrarte en el amor y la salvación que yo te he encontrado." Jesús esta con nosotros, como lo prometió, hasta el final de los tiempos. Él sigue en la barca.

Tal como a partir de la traición de Judas, Él alcanzó la más grande victoria en la historia del mundo, nuestra salvación por medio de Su Pasión, muerte y Resurrección, también a través de este episodio Él puede traer y quiere traer un nuevo renacimiento de la santidad, para lanzar unos nuevos Hechos de los Apóstoles en el siglo 21, con cada uno de nosotros -y esto te incluye a TI- jugando un papel estelar. Ahora es el tiempo para que los verdaderos hombres y mujeres de la Iglesia se pongan de pie. Ahora es el tiempo de los santos. ¿Cómo vas a responder tú?


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RECONOCIMIENTO
P. Roger J. Landry. "What our response should be to terrible scandals in the Church"
Traducida al español y reproducida con el permiso del P. Roger J. Landry.

EL AUTOR
El P. Roger J. Landry fue ordenado sacerdote por la Diócesis de Fall River, MA, por el Obispo Sean O'Malley, OFM Cap., en 1999. Después de obtener la licenciatura de biología por la Universidad de Harvard, el P. Landry hizo sus estudios para el sacerdocio en Maryland, Toronto, y durante varios años en Roma. Después de su ordenación sacerdotal, el Obispo O'Malley lo envió de regreso a Roma para concluir sus estudios de graduación en teología moral y bioética. Actualmente es vicario parroquial en la Parroquia del Espíritu.
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Fuente:'The Wanderer'

La Comunidad del Cenáculo: dejar la droga sin terapia ni sustitutivos

Cuando un drogadicto ingresa en una de las 56 casas de la hermana Elvira, se enfrenta a un duro ritmo de oración y trabajo apoyado por un compañero que ya se desintoxicó. El muchacho llega a una de las Comunidades del Cenáculo. No le queda más remedio: sus padres le han dicho que no le van a dar más dinero, que ya no piensan seguirle la corriente, haciendo como si no pasase nada. El muchacho está enganchado y por sí solo no puede dejar la adicción a la droga. Sus padres se han puesto muy duros, siguiendo las instrucciones del centro del Cenáculo: en casa ya no se le va a admitir hasta que se haya desintoxicado. El joven no piensa demasiado en el mañana. Sí, no le queda más remedio que entrar en este sitio una temporada. Allí al menos estará tranquilo, ¿no?, y siempre tendrá algo para chutarse, lo que ha escondido en los zapatos, en el cinturón; siempre se puede conseguir más.

Pero nada más llegar le presentan a Mario. "Este será tu ángel guardian", le dicen. "Te acompañará a todas partes, será tu sombra, irá contigo al lavabo, a dormir, a trabajar; será tu hermano y amigo; le odiarás porque no te dejará drogarte; él estaba enganchado a la droga como tú, pero lo ha dejado hace tiempo y ahora ayuda a los demás a dejarlo; le costó pero sobrevivió con oración, trabajo y el apoyo de su ángel guardián; también a ti te costará pero lo conseguirás".

Cuando Mario cachea al recién llegado, enseguida encuentra todas las dosis escondidas. Mario ha sido drogadicto, ha pasado por todo aquello, se lo sabe. Y como él, los otros chicos de la comunidad. El muchacho nuevo hoy no tendrá su dosis, ni mañana, ni pasado. Gritará, sudará, se revolcará, se pondrá violento, romperá cosas, merodeará de noche... pero los chicos del Cenáculo ya han pasado por ello, lo han vivido, y le van a acompañar con firmeza.

En la Comunidad del Cenáculo hay un ritmo muy intenso de oración en la capilla con los otros chicos, oración combinada con mucho, mucho trabajo físico: construir vallas, edificios, muebles, serrar, transportar, apilar, demoler, cultivar, arar, segar, plantar, cocinar... Hay momentos para compartir charla con los veteranos. Es absurdo intentar sacarles una dosis: no tienen, no la quieren y te dicen que "yo también estaba como tú al principio".
Aquí no hay televisión, ni radio, ni CDs, ni Internet, ni siquiera periódicos. Al inicio de la Comunidad había cigarrillos, pero sor Elvira, al ver cómo se peleaban los chicos por ellos, los prohibió, reconociendo que eran otra forma de adicción. Alguna vez se les permite ir juntos a ver algún importante partido de fútbol en la TV: es un momento especial.
Al acabar el día, uno está tan cansado que sólo quiere dormir. Sin embargo, muchos de estos chicos cuya vida estaba atada a la droga, el sexo y el alcohol pasan largas horas de la noche en la capilla. "Todo el mundo se beneficia de la disciplina, no importa en qué etapa de la vida estén", dice a THE TIMES Mary Godwin, fundadora de la casa del Cenáculo en Reino Unido. "Las vidas de los drogadictos y alcohólicos son totalmente caóticas, y el tiempo no significa nada para ellos. Tener disciplina les ayuda a pensar y hacerles responsables de lo que sucede en sus vidas cada día".
En las comunidades del Cenáculo no hay asistencia de psicólogos, no hay terapia farmacológica. "Aquí sólo hay Cristoterapia", dice la comunidad, fundada por la italiana Elvira Petrozzi, Hermana de la Caridad, en 1983. Hoy hay 56 comunidades en Europa, EEUU y América del Sur, algunas de chicas y otras de chicos, atendiendo a más de 1.500 jóvenes.


Sor Elvira en la primera Comunidad del Cenáculo en 1991

En México, Brasil y Perú el Cenáculo ha abierto casas para niños de la calle. Allí acuden como responsables y monitores chicos que se han desintoxicado. Así adquieren habilidades de responsabilidad, de cuidar niños, de dar ejemplo, de nutrir y proteger... habilidades que quizá no experimentaron en su infancia. Para muchos, es el paso final para reincorporarse a la vida civil, para fundar una familia.
Muchos pasan un par de años en una comunidad en el extranjero, desintoxicándose, y luego pasan algunos años más apoyando como "ángel guardián" a los recién llegados. Es el caso del inglés John Stanley, de 35 años, que pasó 2 años en una comunidad de Italia y ahora es el guardián de un chico en la comunidad de Nuestra Señora Reina de los Mártires, en Dodging Green, Kendal, Inglaterra. "Empecé con las drogas a los 15 años, con cannabis, y después pasé al speed y finalmente la heroína".

John Stanley vendió drogas y pasó dos años en la cárcel, dos años en los que no pudo drogarse. Los pasó en el gimnasio y estudiando. Parecía posible salir de la droga, pero en cuanto lo liberaron fue en busca de heroína. "Hay la mentalidad de que una vez eres drogadicto, siempre lo serás", dice Stanley en THE TIMES. "Toqué fondo, me sentí destruído física, mental, emocional y espiritualmente. Cuando oí hablar del Cenáculo, supe que o me unía a una comunidad o moriría".

Stanley había probado muchos programas de desintoxicación, pero ninguno le pudo ayudar ni tampoco a los cientos de adictos que conoció durante sus 15 años con la heroína. "El Cenáculo me ayudó a pisar firme, a reconstruir mi vida de una forma que nunca habría pensado que era posible; ahora quiero ayudar a otros a hacer lo mismo", explica Stanley.


Los primeros compañeros del Cenáculo en 1991; dejaron la droga y la mayor parte ayudaron después en otras comunidades

Sor Elvira, la madre espiritual de todos los muchachos y muchachas que pasan por el Cenáculo, escribe asombrada de los frutos de la Comunidad que ha creado.

"Me convierto cada día porque veo a Dios actuar claramente, en forma transparente, en el corazón, en la mente de los jóvenes que antes estaban muertos, tristes, solos, enojados, con violencia . Hoy en cambio son jóvenes serenos. Los jóvenes saben que si están muertos, tristes , en lo mas profundo de su ser aún brilla una luz de esperanza que puede, que debe ser un motivo para vivir, que vale la pena vivir y esta esperanza la encuentran a través de Jesucristo resucitado. No muchos saben que la resurrección debe experimentarse a través del don de la propia vida hacia los demás."

"La Comunidad nos enseña cosas esenciales de la vida que anteriormente no habíamos querido aprender y nadie nos las había enseñado. Para nosotros era normal confundir el placer con el gozo y en nuestra vida habíamos siempre perseguido los placeres más inmediatos, no pensábamos que el gozo pudiera nacer del sufrimiento, que significa ser débiles, frágiles, inferiores, mientras que ahora estamos aprendiendo que detrás de cada sufrimiento está el gozo. Solamente aquél que ha sufrido puede entender, amar, ayudar a otro que se encuentra mal."

"La vida en la Comunidad es verdaderamente muy simple, pero también muy rica, se vive la oración en concreto basada en una amistad libre sin algún interés, las cosas materiales influyen poco, aprendemos que las personas son más importantes que las cosas futiles, el dinero, la carrera, nos enfrentamos con nuestras debilidades pidiendo ayuda a Jesús que se manifiesta también en los hermanos que nos rodean."
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Fuente: Forum Libertas

Sor Elvira junto al Papa

Subastan "restos humanos" de santos en Internet

Denuncian libro para niños alemanes que ataca religiones

Consagrados, la vida, y la paz... / Autor: Bendicto XVI

El Papa encomienda intenciones de oración

Intervención antes y después de rezar el Ángelus

Publicamos las palabras que dirigió Benedicto XVI este domingo antes y después de rezar la oración mariana del Ángelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.

* * *

Queridos hermanos y hermanas:


Hoy quisiera encomendar a vuestra oración algunas intenciones. En primer lugar, recordando que ayer, fiesta litúrgica de la presentación del Señor, celebramos la Jornada de la Vida Consagrada, os invito a rezar por aquellos a quienes Cristo llama a seguirle más de cerca con una consagración especial. Nuestra gratitud se dirige a estos hermanos y hermanas nuestros, que se dedican al servicio total de Dios y de la Iglesia, con los votos de pobreza, castidad y obediencia. Que la Virgen Santa alcance muchas y santas vocaciones a la vida consagrada, que constituye una riqueza inestimable para la Iglesia y para el mundo.

Otra intención de oración nos la ofrece la Jornada para la Vida, que se celebra hoy en Italia y que tiene por tema «Servir la vida». Saludo y doy gracias a cuantos están aquí reunidos, en la Plaza de San Pedro, para testimoniar su compromiso en defensa y promoción de la vida y para confirmar que «la civilización de un pueblo se mide por su capacidad de servir a la vida» (Mensaje de la Conferencia Episcopal Italiana para la XXX Jornada para la Vida). Cada quien, según sus propias posibilidades, profesionalidad y competencias, tiene que sentirse movido siempre a amar y a servir la vida, desde su inicio hasta su ocaso natural.

De hecho, es un compromiso de todos acoger la vida humana como don que hay que respetar, tutelar y promover, sobre todo si es frágil y necesita atención y cuidados, ya sea antes de su nacimiento ya sea en su fase terminal. Me uno a los obispos italianos para alentar a cuantos, con cansancio pero alegría, sin ruido y con gran entrega, atienden a familiares ancianos o discapacitados, y a quienes consagran regularmente parte de su propio tiempo para ayudar a las personas de toda edad, cuya vida está probada por tantas formas de pobreza.

Recemos también para que la Cuaresma, que comenzará este miércoles próximo con el rito de las cenizas, que yo celebraré como todos los años en la Basílica de Santa Sabina en el monte Aventino, sea un tiempo de auténtica conversión para todos los cristianos, llamados a un testimonio cada vez más auténtico de su propia fe.

Confiamos estas intenciones de oración a la Virgen. Desde ayer hasta y hasta todo el día del 11 de febrero, memoria de la Virgen de Lourdes y 150 aniversario de las apariciones, es posible recibir la indulgencia plenaria, aplicable a los difuntos, con las acostumbradas condiciones --confesión, comunión y oración según las intenciones del Papa-- y rezando ante una imagen bendita de la Virgen de Lourdes expuesta a la veneración pública. Para los ancianos y enfermos esto es posible a través del deseo del corazón. Que María, Madre y Estrella de la Esperanza, ilumine nuestros pasos y nos haga cada vez más fieles discípulos de Jesucristo.

[Después de rezar el Ángelus, pronunció llamamientos y saludos en varios idiomas. En italiano, comenzó diciendo:]Os invito a uniros a los hermanos y hermanas de Kenia, algunos de los cuales están aquí presentes en la Plaza de San Pedro, en la oración por la reconciliación, la justicia y la paz en su país. Asegurando a todos mi cercanía, deseo que los esfuerzos de mediación actualmente en curso puedan tener éxito y llevar, gracias a la buena voluntad y a la colaboración de todos, a una rápida solución del conflicto, que ya ha provocado demasiadas víctimas.

La maldad, con su carga de dolor, parece que no conoce límites en Irak, como nos lo demuestran las tristes noticias de estos días. Elevo de nuevo mi voz en favor de esa población tan duramente probada y para ella invoco la paz de Dios.

[En español]

No dejo de elevar fervientes súplicas a Dios por Colombia, donde, desde hace tiempo, muchos hijos e hijas de ese amado país padecen la extorsión, el secuestro y la pérdida violenta de sus seres queridos. Pido al Señor que se acabe definitivamente con ese sufrimiento inhumano y se encuentren caminos de reconciliación, respeto mutuo y concordia sincera, restaurándose así la fraternidad y la solidaridad, que son las bases sólidas para lograr el justo progreso y construir una paz estable.

[En italiano]

En mi mensaje para la reciente Jornada Mundial de la Paz subrayé el hecho de que en la familia se aprende el lenguaje de la convivencia civil y se descubren los valores humanos. Las festividades del fin de año lunar reunirán alegremente, en los próximos días, a las familias de los diferentes países asiáticos. A todos les deseo todo bien y prosperidad y deseo que sepan conservar y valorar estas hermosas y fecundas tradiciones de vida familiar para beneficio de sus respectivas naciones y de esos países en los que viven.

En la diócesis de Roma comienza hoy la Semana Diocesana de la Vida y de la Familia, que culminará el próximo domingo, en el Santuario de la Virgen del Amor Divino, con la celebración de la Fiesta Diocesana de la Familia. Aliento a todos los padres a redescubrir la grandeza y la hermosura de la misión educativa. Sí, educar es más comprometedor, pero entusiasmante. Haced que vuestros hijos, desde la más tierna edad, experimenten esa cercanía que testimonia el amor, entregaros a vosotros mismos para que a su vez se abran a los demás y al mundo con serenidad y generosidad. Que el alma de la educación siempre sea la confianza en Dios que «da esperanza a nuestro futuro».

[Tras hablar en francés, en inglés y en alemán, el Papa volvió a saludar a los peregrinos en español].

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana, en particular a los Profesores y alumnos del Colegio Diocesano «San Atón» de Badajoz. Próximo ya el Miércoles de Ceniza, con el cual comienza la Cuaresma, la proclamación de las bienaventuranzas, que hoy hemos escuchado, nos invita a convertirnos a Cristo, ilumina nuestra vida y nos alienta a buscar la auténtica felicidad, por encima de la riqueza o el poder, en el amor a Dios y a todos los hombres. ¡Muchas gracias!

El Papa saludó por último a los peregrinos en portugués, polaco e italiano.

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[Traducción del original italiano realizada por Jesús Colina

© Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

Promueven peregrinación a cuatro santuarios marianos

domingo, 3 de febrero de 2008

Los católicos se movilizan en Kenia ante la guerra

Cine y New Age

Diálogo de las espiritualidades

Testimonio de jóvenes / Una oración continua porque el amor es continuo

Flash de vida de algunos jóvenes que se mantienen “normalmente en coloquio con Jesús” y hacen únicas sus jornadas, contagiando a quien tienen a su lado.

Una ordinaria jornada extraordinaria


Una mañana me levanto y me preparo para ir a la Misa. Pero en mi familia me piden que lleve el auto al mecánico y que vaya enseguida para que esté allí cuando abran de modo que hagan el trabajo ese mismo día. Enseguida pienso: no es justo que tenga que ir precisamente yo que soy la que menos usa el auto, tengo un programa mucho más bello y más importante que ir al mecánico... Voy: ¡sé que Jesús me lo pide! Inmersa en el tráfico de mi gran ciudad enseguida pierdo la paciencia... pero regresa la sonrisa: ¡puedo amar a Jesús en los otros automovilistas!

Llego donde el mecánico y me dice que no puede hacer el trabajo, que tengo que ir donde un colega suyo, me da la dirección; es en el lado opuesto de la ciudad. No era necesario, pero también en lo “imprevisto”: ¡gracias Jesús, eres Tú quien viene a mí y sólo a Ti te quiero amar!

Llegando a la nueva meta y habiendo dejado el auto, me dirijo a casa. Ahora puedo hacer “mis” cosas, pero encuentro a un ex - compañero de la Universidad, que tiene necesidad de hablar …: una ocasión única para poder escuchar y consolar a Jesús en este rostro de “soledad”!

No recuerdo exactamente cómo prosigue la jornada, tengo sólo impresa en el alma la plenitud, la alegría, la dulzura de me envuelve en la noche, fruto de Su compañía a cada momento y en cada circunstancia de la jornada.

La tensión a hacer “vida” la Palabra del mes, renovada en cada momento presente y después de cada caída o frenazo, me ha hecho experimentar de forma totalmente nueva cuán verdadero es que ¡¡¡vivir el Evangelio ordinariamente hace de toda jornada “ordinaria” algo extraordinario!!!

(I. R. – Italia)
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Como los vasos comunicantes

Este último período con mi hermana no fue fácil. Me costaba acercarme a ella. Desde hacía dos años se había alejado de Dios y estaba en una permanente búsqueda. En los últimos días había peleado con su novio y a esto se habían sumado dificultades en el trabajo. Estaba muy triste y no sabía cómo ayudarla.

Una noche, mientras meditaba en mi habitación, ella se acercó y me preguntó que estaba haciendo. Le respondí que rezaba y la invité a rezar por su situación, aunque me esperaba un no de su parte. Con sorpresa su respuesta fue afirmativa. Fue bellísimo, porque ella misma fue quien rezó, especialmente por su situación laboral y por la relación con su novio.

La mañana siguiente, antes de salir, a las 7.00, me preguntó si podíamos rezar ya que tenía que afrontar esa dificultad en el trabajo. En la noche cuando regresó estaba muy feliz y me contó que las cosas en su trabajo iban mejor y que con su novio se había reconciliado.

Al día siguiente quiso venir a la Misa conmigo.

(C.D. – Brasil)

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Fuente: Movimiento de los Focolares

“El que cumpla y enseñe (estos mandamientos), será considerado grande en el Reino de los Cielos” (Mt. 5,19) / Autora: Chiara Lubich

Jesús, rodeado por la multitud, sube a la montaña y proclama su célebre discurso. Sus primeras palabras, “Felices los que tienen alma de pobres, los pacientes…”, muestran enseguida la novedad del mensaje que ha venido a traer.

Son palabras de luz, de esperanza que Jesús trasmite a sus discípulos para que sean iluminados y su vida adquiera sabor y significado. Transformados por este gran mensaje, son invitados a trasmitir a su vez a otros las enseñanzas recibidas y convertidas en vida.


“El que cumpla y enseñe (estos mandamientos), será considerado grande en el Reino de los Cielos”

Nuestra sociedad necesita, hoy más que nunca, conocer las palabras del Evangelio y dejarse transformar por ellas. Jesús tiene que poder repetir nuevamente: nos se irriten con sus hermanos; perdonen y se les perdonará; digan la verdad a tal punto que no tengan necesidad de hacer juramentos; amen a sus enemigos; reconozcan que tienen un solo Padre y que son todos hermanos y hermanas; todo lo que quieran que los demás hagan por ustedes, háganlo ustedes por ellos. Éste es el sentido de algunas de las muchas palabras del “Sermón de la Montaña” que, si se las viviese, bastarían para cambiar el mundo.

Jesús nos invita a anunciar su Evangelio. Sin embargo, antes de “enseñar” sus palabras, nos pide “observarlas”. Para ser creíbles debemos convertirnos en “expertos” del Evangelio, un “Evangelio vivo”. Sólo entonces podremos ser testimonios con la vida y enseñarlo con la palabra.


“El que cumpla y enseñe (estos mandamientos), será considerado grande en el Reino de los Cielos”

¿Cuál es la mejor manera de vivir esta Palabra? Hacer que Jesús mismo sea quien nos enseñe, atrayéndolo a nosotros y entre nosotros con nuestro amor recíproco. Él será quien nos sugiera las palabras para acercarnos a los demás, quien nos indique el camino, quien nos abra resquicios para entrar en el corazón de los hermanos, para dar testimonio de él en cualquier lugar que estemos, aún en los ambientes más difíciles y en las situaciones más intrincadas. Veremos que el mundo, esa pequeña parte de mundo donde vivimos, se transforma, se convierte a la concordia, a la comprensión, a la paz.

Lo importante es tener viva su presencia entre nosotros con nuestro amor recíproco, ser dóciles para escuchar de su voz, la voz de la conciencia, que, si sabemos hacer callar a las demás, siempre nos habla.

Él nos enseñará cómo observar con alegría y creatividad incluso los preceptos “mínimos”, para cincelar así con perfección nuestra vida de unidad. Que se pueda repetir de nosotros, como un día se decía de los primeros cristianos: “Mira cómo se aman, y están dispuestos a morir el uno por el otro” (1). De cómo nuestras relaciones son renovadas por el amor se podrá ver que el Evangelio es capaz de generar una sociedad nueva.

No podemos guardar sólo para nosotros el don recibido. “¡Ay de mí, si no predicara el Evangelio!”, estamos llamados a repetir con San Pablo (2). Si nos dejamos guiar por la voz interior, descubriremos nuevas posibilidades de comunicar, hablando, escribiendo, dialogando. Que el Evangelio vuelva a brillar a través de nuestras personas, en nuestras casas, en nuestras ciudades, en nuestros países. Florecerá también en nosotros una nueva vida; en nuestros corazones crecerá la alegría; resplandecerá mejor el Resucitado… y él nos considerará “grandes en su Reino”.

La vida de Ginetta Calliari es una muestra excelente de esto. Habiendo llegado a Brasil en 1959, con el primer grupo de los Focolares, quedó impactada al encontrarse bruscamente con las graves desigualdades de ese país. Entonces puso todo su empeño en el amor recíproco, viviendo las palabras de Jesús: “Él nos abrirá el camino”, decía. Con el paso del tiempo, junto a ella se desarrolló y consolidó una comunidad que hoy alcanza a centenares de miles de personas de toda condición y edad, entre habitantes de las favelas y miembros de clases acomodadas, que se ponen al servicio de los más pobres. Es así como se han podido concretar obras sociales que le han cambiado la cara a favelas en distintas ciudades. Un pequeño “pueblo” unido que sigue mostrando que el Evangelio es verdadero. Esa es la dote que Ginetta se llevó consigo cuando partió para el Cielo.

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1) Tertuliano, Apologeticum, 39, 7; 2) Cf. 1 Cor. 9, 16.
Fuente: Movimiento de los Focolares

Jean-Dominique Bauby / La Escafandra y la Mariposa: Trailer

Jean-Dominique Bauby

La Escafandra y la Mariposa: Trailer

El mandato del Señor es fiel, porque hace sabio al hombre sencillo / Autores: Conchi y Arturo

























"Me dijo: “Israel, tú eres mi siervo;
en ti me mostraré glorioso.”
He recibido honor delante del Señor mi Dios,
pues él ha sido mi fuerza.
El Señor, que me formó desde el seno de mi madre
para que fuera su siervo,
para hacer que Israel, el pueblo de Jacob,
se vuelva y se una a él,
dice así:
“No basta que seas mi siervo
solamente para restablecer las tribus de Jacob
y hacer volver a los sobrevivientes de Israel;
yo haré que seas luz de las naciones,
para que lleves mi salvación
hasta las partes más lejanas de la tierra.”"


(Isaias 49, 3, 5-6)

Estas palabras del profeta Isaias anunciaron la salvación en Cristo-Jesús, que se iba a realizar por expresa voluntad de Dios Padre para toda la humanidad. Pero ese texto es hoy una nueva apelación al corazón de cada uno de nosotros. Desde toda la eternidad hemos sido llamados por nuestro nombre por Dios. Él nos creó para "ser siervos" y "luz de las naciones".

Para ser siervo del Señor hay que fijar la mirada en el "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". Jesús, antes de empezar a mostrar abiertamente que es "luz del mundo", es conducido por el Espíritu Santo al desierto, para centrarse en la voluntad de su Padre y poder enseñarnos cual es el camino que debe seguir todo servidor del Altísimo.

Vivir nuestro desierto

Siempre el Espíritu Santo nos conducirá al desierto para que como Santa Teresa de Jesús interioricemos que "sólo Dios basta". Cristo en la última tentación del diablo en el desierto responde: ‘Adora al Señor tu Dios y sírvele solo a él.’ (Mateo 4, 10).

Debemos desear constantemente crear un desierto, un lugar, un espacio y un tiempo, donde el Señor sea nuestro único centro de atención. El Espíritu Santo quiere siempre conducirnos a un lugar solitario donde Dios nos pueda inundar y penetrar profundamente con sus dones, su voluntad, su misericordía, su paz y su amor. Hay que silenciar todo ruido, acallar toda preocupación, para que Dios pueda ir sembrando y regando el corazón hasta ocupar todo nuestro ser, mente y espíritu. Sólo adorar al Señor con toda la existencia vivida nos capacitará para ser siervos y luz del mundo.

En 1 Pedro 2, 9, se afirma: "Pero vosotros sois una familia escogida, un sacerdocio al servicio del Rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios, destinado a anunciar las obras maravillosas de Dios, que os llamó a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa". Mostrar el rostro de Jesucristo y ser imagen y semejanza de Dios es nuestra misión como discípulos, apóstoles y siervos. En 1 Juan 1, 5-7, se concreta:

"Este es el mensaje que Jesucristo nos enseñó y que os anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad. Si decimos que tenemos comunión con él y al mismo tiempo vivimos en la oscuridad, mentimos y no actuamos con verdad. Pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión entre nosotros y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado"

Instaurar el Reino

La Palabra de Dios está viva y da vida, es eficaz, es actual. Los versículos de la Escritura no son para mañana sino para vivirlos y actualizarlos en cada momento. Por eso hay que tener disposición a convertir en vida las promesas de los libros sagrados, entre ellas la de Apocalipsis 22, 5: "No habrá noche en la ciudad; los que en ella vivan no necesitarán luz de lámpara ni luz del sol, porque Dios el Señor les dará su luz, y reinarán por todos los siglos."

Dios quiere instaurar su Reino, aquí y ahora, en tu trabajo, en tu familia, en tus relaciones, en tu economía, en tus bienes materiales, en tu mente, en tu cuerpo, en tu alma, en tus emociones...en toda tu vida. Para eso es necesario que tengas un tiempo diario sólo para Él. El Señor sembrará, regará y hará crecer toda la vida que Él quiera regalarte para que tú la entregues a todos los demás. Entonces podrás cumplir la voluntad de Dios expresada en 1 Pedro 4, 11:

"Si alguien habla, sean sus palabras como palabras de Dios. Si alguien presta un servicio, préstelo con las fuerzas que Dios le da. Todo lo que hagáis, hacedlo para que Dios sea alabado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder para siempre. Amén."

Dos funerales con la Luz de Cristo

Este semana hemos asistido a dos funerales en la parroquia donde la Luz de Cristo ha brillado en el rostro de familiares, amigos y conocidos de los difuntos. El templo se ha llenado en ambas ocasiones y los asistentes oraban con un corazón sencillo y entregado al Señor. La fe de los sencillos ha edificado nuestra vida espiritual. El llanto y la oración se entremezclaban, pero la paz de Dios se hacia presente en cada persona que se dirigía a Él invocándole como Padre. El silencio no era cortante ni tenso, sino trascendente, lleno de amor. La Luz de Cristo disipaba las tinieblas en medio de tanto dolor.

El funeral más multitudinario ha sido el de una madre de familia de 52 años, que murió de repente de un infarto cuando estaba en su casa. Era monitora de comedor en una escuela cristiana. No se han podido cerrar las puertas de la iglesia. Jamás habíamos participado en un funeral con gente en la calle y con un silencio tan lleno de Amor.

La persona fallecida había amado hasta el extremo a todos. Una de sus hijas había estado comprometida en una parroquia trabajando con niños. Nunca habíamos visto rezar a tantos jóvenes juntos en nuestro arciprestazgo. Muchos de esos jóvenes seguramente no van con asiduidad a una iglesia pero si que tienen una relación con Dios. Se notaba por su forma de orar, por la mirada límpia de sus ojos. Tenemos la certeza que alguna persona en sus vidas ha sido para ellos servidor y luz de Cristo. Dios está llamándolos y desea ser su Buen Pastor. De su respuesta en cada momento dependerá que acaben enraizándose en una parroquía.

"Sin mí nada podéis hacer"

Cuando servimos al Señor no podemos esperar resultados estadísticos inmediatos para nuestra vanagloría. Sólo Dios puede hacer fructificar todo lo que sembremos. Interiorizemos lo que Cristo dijo a sus discípulos en la última cena y que está reflejado en Juan 15, 4-5:

"Seguid unidos a mí como yo sigo unido a vosotros. Un sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no está unido a la vid. De igual manera, vosotros no podéis dar fruto si no permanecéis unidos a mí.
Yo soy la vid y vosotros sois los sarmientos. El que permanece unido a mí y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí nada podéis hacer."


Nuestra actitud ante Dios es vital para cumplir la misión de ser siervos y luz del mundo. De hecho Jesús revela, en Juan 15, 9-17, que ser su siervo es ser su amigo:

"Yo os amo como el Padre me ama a mí; permaneced, pues, en el amor que os tengo. Si obedecéis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os hablo así para que os alegréis conmigo y vuestra alegría sea completa. Mi mandamiento es este: Que os améis unos a otros como yo os he amado. No hay amor más grande que el que a uno le lleva a dar la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os he escogido a vosotros y os he encargado que vayáis y deis mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre os dará todo lo que le pidáis en mi nombre. Esto es, pues, lo que os mando: Que os améis unos a otros."


Gozo y alegría de vida ante los sufrimientos

No tenemos ninguna duda, que las dos difuntas de los funerales a los que hemos asistido, han sido luz de Cristo para muchas personas mientras vivieron y que su testimonio ha hecho fijar la mirada en el Señor. Alguien podría objetar que como una de las fallecidas era joven se entiende el fervor y la emotividad. Es imposible describir literariamente la paz que respiramos, pero nada que ver con actos de sentimentalismos y emotividades.

El hijo de la joven de 52 años pudo testimoniar el gran amor que su madre tenía por cada persona. Dijo: "sin menostener a la familia sanguínea, la verdad es que para mi madre y ahora para nosotros, todos sois nuestra familia. Mi madre no distinguía entre vecino, conocido o familiar. Cada persona a la que se acercaba era un ser único profundamente amado. Ella siempre deseaba transmitir su alegría y su gozo a quienes la rodeábamos". Quienes testimoniaron al final de la ceremonia también hablaron del gozo y la alegría de la difunta que siempre ante situaciones difíciles ponía sus dones al servicio de los demás para abrir caminos en el desierto.

El otro funeral era de una señora de 108 años, la más anciana de nuestra ciudad, Vilanova i la Geltrú. Personas de todas las edades y condiciones sociales también llenaron el templo y testimoniaron que la vida de la fallecida había sido un canto de alabanza a Dios. San Pablo advierte a los Corintios que al final sólo quedará el Amor y eso es lo que hemos visto en los rostros y las expresiones de muchos de los asistentes a las exequías.

Dios te tiene a tí

Hemos plasmado el testimonio que nos ha edificado en la fe a nosotros mismos esta semana para subrayar que es en los momentos de dolor, sufrimiento y dificultad , donde más sentido tiene nuestra fe. Es en esas situaciones donde Dios se dirige a cada uno y nos dice: "Sólo te tengo a tí para que seas luz en medio de la oscuridad. ¿Quieres secar las lágrimas de los que lloran y poner en ellos una nueva esperanza que perdure para siempre?" Es fácil responder que sí cuando la iglesia está llena y se celebra la fiesta parroquial, pero hacerlo ante las contrariedades es nuestra meta, que sólo lograremos si nos dejamos moldear por el Señor.

Todos estamos llamados a mostrar el rostro de Dios cuando parece que no existe solución y exclamar como Juan el Bautista: "Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". Jesús ya hizo ese paso para que le imitaramos. Todos estabamos condenados y en tinieblas por nuestros pecados y Él se ofreció libremente para morir, resucitar y regalarnos la vida eterna.

Dios te tiene a ti para que pongas paz en el sufrimiento de los demás. Para que compartas tu vida no guardándote nada. Para amar no por placer sino porque te sientes profundamente sostenido en las manos del Padre Celestial en su infinita misericordia y deseas que los otros tengan la experiencia que tu has vivido de ver transformado tu corazón por la relación con el Señor.

Amor Paternal!!!

Nuestra amiga Vivy nos ha enviado una historía que muestra como los caminos de Dios son insondables y que la verdad y la luz de Cristo siempre acabarán por imponerse a toda tiniebla y mal. Hagamos pues todo por Amor a Dios y dejemos en sus manos los frutos. Únicamente con esta actitud podremos ser amigos y servidores a imagen y semejanza del autor de la vida perdurable. Esta es la historia:

Un joven muchacho estaba a punto de graduarse, hacía muchos meses que admiraba un hermoso coche deportivo que vio en un concesionario. Sabiendo que su padre podría comprárselo, le dijo que ese coche era todo lo que quería. Conforme se acercaba el día de graduación, el joven esperaba por ver alguna señal de que su padre hubiese comprado el coche.

Finalmente, en la mañana del día de graduación, su padre le llamó a que fuera a su habitación y le dijo lo orgulloso que se sentía de tener un hijo tan bueno y lo mucho que le amaba. El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo. Curioso y de algún modo decepcionado, el joven abrió la caja y lo que encontró fue una hermosa Biblia de cubiertas de piel y con su nombre escrito con letras de oro.

Enojado le gritó a su padre diciendo: ¿Con todo el dinero que tienes, sólo se te ocurrió regalarme ésta Biblia? Y dándose rápidamente la vuelta salió de casa. Fue tanta la decepción del joven que se fue de la casa a hacer su vida. Pasaron muchos años y el joven se convirtió en un exitoso hombre de negocios. Tenía una hermosa casa y una bonita familia, pero cuando supo que su padre ya era anciano estaba muy enfermo, pensó en visitarlo.

No lo había vuelto a ver desde el día de su graduación. Antes que pudiera partir para verlo, recibió un mensaje donde decía que su padre había muerto y le había heredado todas sus posesiones, por lo cual necesitaba urgentemente ir a la casa de su padre para arreglar todos los trámites de inmediato. Cuando llegó a la casa de su padre, una tristeza y arrepentimiento llenó su corazón.

De pronto, empezó a ver todos los documentos importantes que su padre tenía y encontró la Biblia que en aquella ocasión su padre le había dado. Con lágrimas, la abrió y empezó a hojear sus páginas. Su padre cuidadosamente había subrayado un verso en Mateo 7:11: "Y si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más nuestro Padre Celestial dará a sus hijos aquello que le pidan?"

Mientras leía esas palabras, unas llaves de auto cayeron de la Biblia. Tenía una tarjeta del concesionario de automóviles donde había visto ese auto deportivo que había deseado tanto. En la tarjeta estaba la fecha del día de su graduación y las palabras: "Totalmente pagado".

¿Cuántas veces hemos rechazado y perdido las Bendiciones de Dios porque no vienen envueltas en paquetes hermosos, como nosotros esperamos?

Oremos con el Salmo 19 (18):

"El cielo proclama la gloria de Dios;
de su creación nos habla la bóveda celeste.
Los días se lo cuentan entre sí;
las noches hacen correr la voz.
Aunque no se escuchan palabras
ni se oye voz alguna,
el mensaje llega a toda la tierra
y hasta el último rincón del mundo,
hasta donde el sol tiene su hogar.
Y el sol sale como un novio de la habitación nupcial,
alegre como un atleta al emprender su camino.
Nace el sol por un lado del cielo
y da la vuelta hasta llegar al otro,
sin que nada pueda huir de su calor.


La enseñanza del Señor es perfecta,
porque da nueva vida.
El mandato del Señor es fiel,
porque hace sabio al hombre sencillo.
Los preceptos del Señor son justos,
porque traen alegría al corazón.
El mandamiento del Señor es puro
y llena los ojos de luz.
El temor del Señor es limpio
y permanece para siempre.
Los decretos del Señor son verdaderos,
todos ellos son justos,
¡son de más valor que el oro fino,
más dulces que la miel del panal!
Son también advertencias a este siervo tuyo,
y le es provechoso obedecerlas.

¿Quién se da cuenta de sus propios errores?
¡Perdona, Señor, mis faltas ocultas!
Quítale el orgullo a tu siervo;
no permitas que el orgullo me domine.
Así seré un hombre sin tacha
y estaré libre de gran pecado.

Sean aceptables a tus ojos
mis palabras y mis pensamientos,
oh Señor, refugio y libertador mío".

viernes, 1 de febrero de 2008

Evangelio del domingo 3 de febrero 2008

Caridad es mostrar el amor de Dios por cada hombre y mujer

Paz para Kenia, Irak, Colombia y respeto por la vida, pide Benedicto XVI

La Santa Sede y la dignidad del trabajo

El Papa a religiosos y religiosas: poner la Palabra de Dios al centro

Benedicto XVI: El sacerdocio es la aventura más interesante

Los benedictinos y el arte mundial

Entrevista-testimonio a Luis de Moya, sacerdote tetrapléjico por un accidente de automovil

PARTE 1

PARTE 2

PARTE 3

PARTE 4

PARTE 5

-Martin Valverde- en concierto

PARADOJA

Nadie Te Ama Como Yo

Por Amor

Discúlpeme pero no - jóvenes consejo

Ten calma sigue adelante

Lucha

Canción para un joven

En Esos Momentos

Debes primero perdonar

Diario De Maria

La Pancita

Vivir el hoy



jueves, 31 de enero de 2008

Día 1 de febrero / Buenos días, Señor: Oración para ser transformados interiormente

Día 1 de febrero / Tienes un mensaje: Evangelio y reflexión para hoy

Testimonio de Gloría Polo, madre de familia, atravesada por un rayo y curada por el Señor

PARTE 1

PARTE 2

PARTE 3

PARTE 4

PARTE 5

PARTE 6

PARTE 7

PARTE 8

PARTE 9

PARTE 10

PARTE 11

PARTE 12

"SON BY FOUR" ahora son Católicos de verdad

CONVERSIÓN

Tomad y Comed

¿Que los llevó a dejarlo "todo"?

Confírmame

Aqui esta el Cordero

La fe de María

Hanns: dios fumo marihuana conmigo, ¡Yo lo vi!

PARTE 1

PARTE 2

PARTE 3

PARTE 4

PARTE 5

PARTE 6

Las interpretraciones de Hermana Glenda

Tu me has seducido

Si no conocieras el don de Dios

Alianza De Amor Entre Tu Y Yo

Tengo sed de ti

Sólo hay una cosa importante

Jesus toma mi barro y hazme de nuevo

Salmo 83


De Pastor Evangélico Pentecostal a Ferviente Católico

PARTE 1

PARTE 2

PARTE 3

PARTE 4

PARTE 5

PARTE 6

PARTE 7

PARTE 8