En una tarde de verano, muy soleado, fuí al rio.
Me senté en una piedra grande al otro lado del rio.
Yo estaba tranquila y sola.
Estuve allí por un tiempo extendido meditando sobre mi vida.
Muchas preguntas habían en mí.
Me sentía triste y sola.
Llegó la noche y ya me iba para mi casa.
De repente, una voz tierna en mi corazón me dijo:
"Yo Soy el Camino, la Verdad, y la Vida.
Tu no estás sola en la batalla.
En Mí tendrás vida eterna.
Nunca te he abandonado.
Yo siempre he estado a tu lado,
hasta en los momentos mas angustiosos de tu vida.
Confía en Mí siempre.
Siempre te amaré."
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