Al hijo o a los hijos se les bendice
cuando se les respeta.
Al hijo o a los hijos se les bendice
no sólo cuando se les dice que se les ama,
sino cuando sienten que se les ama.
A los hijos se les bendice
cuando se les permite el derecho a su vida.
A los hijos se les ama
cuando no se los juzga,
ni se ejerce autoridad sobre ellos.
Vuestros hijos no son vuestros hijos,
vuestros hijos son hijos de la libertad;
vuestros hijos son hijos de la Luz,
de la Afirmación y de la Paz.
A los hijos se les bendice
cuando no se les niega,
sino cuando se les explica,
se les hace ver y entender
A los hijos se les bendice
cuando se les besa y se les toca,
cuando se les limpia
A los hijos se les bendice
con una mirada, con un abrazo.
A los hijos se les bendice
cuando encuentran en ti al amigo,
al compañero, al guía, al consejero.
A los hijos se les bendice
cuando ellos encuentran tus brazos abiertos
para refugiarse, para descansar.
A los hijos se les bendice
cuando les permites equivocarse,
cuando les permites caerse.
A los hijos se les bendice
cuando les extiendes una mano para levantarse.
Entonces tus hijos dirán:
"Bendito yo, porque tengo a mis padres en la Tierra
y a mi Padre de los Cielos".
Que esta bendición te alcance a ti,
alcance a tu hijo y a todos los hijos del mundo.
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