11 de abril de 2024.- (Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
«Pienso que la confianza cristiana es la capacidad que tenemos para apoyarnos en el Señor, de contar con Él, para creer que su fidelidad y su amor nos acompañan», dice Philippe, quien considera que para ello la oración desempeña un papel muy importante. «Esta confianza no es fácil, no es natural, es una gracia que tenemos que pedir, hay que pedirle al Señor que nos haga crecer en la fe y que nos dé su Espíritu Santo. Que transforme nuestro corazón y nos ayude a comprender la bondad de Dios….Cuando somos fieles en la oración también sentimos una cierta experiencia de Dios, de que Dios está ahí, de que nos ama, de que es fiel, de que podemos contar con Él. La oración es uno de los lugares principales donde se puede expresar, profundizar y fortalecer esta confianza en Dios».
* «Además de las pruebas internas, hay enemigos externos, que son las pruebas de la vida, las persecuciones, las dificultades que no nos esperábamos y que nos sorprenden. En efecto, podemos intentar prever lo que nos sucederá, pero en gran medida la realidad se compone de acontecimientos imponderables, y en este mar a veces nuestra barca es sacudida por las olas. La fortaleza entonces nos hace marineros que resisten, que no se asustan ni se desaniman. La fortaleza es una virtud fundamental porque toma en serio el desafío del mal en el mundo»
Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma
* «Y mis pensamientos van a la atormentada Ucrania y a Palestina e Israel. ¡Que el Señor nos dé la paz! La guerra está en todas partes -no olvidemos Myanmar-, pidamos al Señor la paz y no olvidemos a estos hermanos y hermanas nuestros que tanto sufren en estos lugares de guerra. Recemos juntos y siempre por la paz»
Evangelio: San Juan 3, 16-21:
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.
Dignitas infinita, un documento de 24 páginas, es el resultado de cinco años de trabajo de expertos del dicasterio que defiende el dogma en la Iglesia católica. Un primer borrador redactado en 2019 ha sido revisado varias veces, sobre todo a petición del Papa Francisco, que ha querido hacer hincapié en determinados temas (guerra, migrantes, pobreza, mujeres….). El texto final, firmado por el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del dicasterio, fue aprobado por el pontífice el 25 de marzo. Este es el texto completo de la declaración:
Evangelio: San Juan 3, 5a. 7b-15:
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
«Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu».
Nicodemo le preguntó:
«¿Cómo puede suceder eso?».
Le contestó Jesús:
«¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? En verdad, en verdad re digo; hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio. Si os hablo de las cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo creeréis si os hable de las coas celestiales? Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna».