26 de septiembre de 2022.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, lunes de la 26ª semana de Tiempo Ordinario, presidida por el P. Carlos Martínez Oliveras, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
Evangelio: San Lucas 9, 46-50:
En aquel tiempo, se suscitó entre los discípulos una discusión sobre quién sería el más importante.
Entonces Jesús, conociendo los pensamientos de sus corazones, tomó de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo:
«El que acoge a este niño en mi nombre, me acoge a mi; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado. Pues el más pequeño de vosotros es el más importante».
Entonces Juan tomó la palabra y dijo:
«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir».
Jesús le respondió:
«No se lo impidáis: el que no está contra vosotros, está a favor vuestro».
A los trece años experimentó un tremendo vacío que le hizo asustarse. Pensó que, para ser feliz, debía hacer más de lo que estaba haciendo, y se lanzó de lleno en el mundo del pecado. Ese vacío llegó a tal punto que se planteó el suicido. En ese momento en el que ya se había rendido y había destrozado su vida, tuvo una experiencia de Dios que le hizo cambiar radicalmente. Dejó a sus amigos y dejó de frecuentar malos ambientes.
Con 14 años asistió a una misa de jóvenes invitada por una chica. Allí reconoció que estaba la verdad y la abrazó. Después de haber recibido catequesis, entró en la Iglesia Católica. Por desgracia, la formación que recibió no fue buena y no le enseñaron la necesidad y la importancia de los sacramentos, por lo que poco después se volvió a alejar de Dios.
Estuvo muy metida en el mundo del deporte. Practicaba halterofilia y entrenó para participar en las olimpiadas de 2008. Todo esto hacía que se fuera distanciando más de Dios, hasta que, por un accidente, una hernia discal la obligó a parar y puso todo en su sitio. En el vídeo superior se visualiza y escucha el programa “Cambio de Agujas” de H.M. televisión en el cual la Hna. Shelby cuenta cómo la misericordia de Dios no la dejó y la rescató.
Publicado originalmente en Camino Católico en agosto de 2016
“Ni yo te condeno, vete y no peques más” Juan 8:11. Unas palabras pronunciadas por Jesús dieron ánimo e infundieron misericordia a María Magdalena, la prostituta a quien estaban a punto de condenar a muerte. La misericordia De Dios no tiene fin y su deseo para nuestra felicidad es grande.
A pesar de tantos versículos bíblicos mostrando esa gran misericordia, nuestra humanidad nos hace ciegos a esta misericordia cuando estamos en plena caída. Nuestra soberbia o la gran culpabilidad que sentimos hacen que dejemos al diablo entrar en nuestros pensamientos.
“A mí me ha pasado muchas veces. Pero poco a poco y por gracia De Dios, voy aprendiendo como combatir estos pensamientos y no alejarme De Dios a pesar de mis pecados”, asegura Ángela Coffey, que lo explica en esta enseñanza testimonial.
Arturo López también participa de las reuniones de plegaria del grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta enseñanza, el lunes 22 de noviembre del 2010.
Video completo de la transmisión en directo de Vatican News con la homilía del Papa traducida al español
* «Quisiera decirles: volvamos a Jesús, volvamos a la Eucaristía. Volvamos al gusto del pan, porque mientras estamos hambrientos de amor y de esperanza, o estamos quebrantados por las fatigas y sufrimientos de la vida, Jesús se convierte en alimento que nos alimenta y nos sana»
Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus
* «Pienso, en particular, en Myanmar. Desde hace más de dos años ese noble país se ha visto azotado por graves enfrentamientos armados y violencias, que han causado muchas víctimas y desplazados. Esta semana escuché el grito de dolor por la muerte de niños en una escuela bombardeada. Se ve que hoy en el mundo está de moda bombardear las escuelas. ¡Que el grito de estos pequeños no caiga en el olvido! ¡Estas tragedias no tienen que suceder!»
Evangelio: San Lucas 16, 19-31:
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
– «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.
Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Sucedió que se murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.
Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo:
«Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas».
Pero Abrahán le dijo:
«Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él aquí consolado, mientras que tú eres atormentado.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros».
El dijo:
«Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también vengan ellos a este lugar de tormento».
Abrahán le dice:
«Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen».
Pero él de dijo:
«No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán»
Abrahán le dijo:
«Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni, aunque resucite un muerto»».