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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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sábado, 12 de septiembre de 2009

«Lucho» Castañeda cambió la revolución por la fe: «Pensé que iba a morir en el mar y acudí a Dios»

* Radical y partidario de la violencia, sus ideas se transformaron después de salvarse de morir ahogado
12 de septiembre de 2009.- Luis Castañeda «Lucho», originario de Lima, Perú, se crió en una familia católica, fue monaguillo y recibió la Confirmación. Con 17 años, en aquel emblemático 1968, leyó «Hacia una moral sin dogmas», de José Ingeniero, un clásico en la izquierda sudamericana. «Ese libro cuestionó mis creencias», recuerda. «A esa edad mi profesora de ciencias sociales, que era comunista, me recomendaba bibliografía marxista, y yo dejé de ir a misa. La Iglesia me parecía imperialista, opresora, enemiga del pueblo... Luego, en la Universidad, conocí comunistas. Eran todos “pitucos”, que es como llamamos allí a los pijos, niños de familias burguesas. Yo era de Vanguardia Revolucionaria, una especie de secta radical de izquierda. El Che nos parecía blando. Yo militaba 24 horas al día y en dos años creamos 80 células en diversas fábricas. En una de ellas conocí a Margarita. La vi tan sana, tan ingenua, tan distinta, que me enamoré de ella». Su camino de conversión empieza en medio del mar cuando iba a ahogarse. Leer más...

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