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sábado, 14 de octubre de 2023

Christophe, parapléjico: «Por mi enfermedad vivía en soledad, entré a rezar a una Iglesia, el Señor salió a mi encuentro y me ha hecho capaz de amar y dejarme amar»

 


 «En esa iglesia vacía encontré por primera vez un silencio muy distinto al que estaba acostumbrado. Normalmente, ese silencio me decía: ‘No hay nadie, nadie me responde’. Pero esta vez el silencio me decía: ‘Estoy aquí y te escucho’» 

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martes, 16 de agosto de 2022

En la intimidad de la soledad me instruyes Señor / Por Conchi Vaquero


Camino Católico.-
 Conchi Vaquero Callejas, laica casada y madre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida, nos habla con profundidad de la oración de silencio y de la soledad como actitudes para crecer en nuestra intimidad con el Señor y poder nacer de nuevo en un proceso continuo de conversión.

Conchi Vaquero pertenece también al grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta meditación, el 23 de noviembre de 2009.

miércoles, 25 de septiembre de 2019

La princesa Alessandra Borghese se convirtió a Cristo al asistir a Misa por cortesía, invitada por otra princesa, Gloria von Thurn

* “He recuperado la fe gracias a una gran confesión, a un cambio radical de vida. Yo puedo decir de mi conversión que es una palabra ¡enorme! Pero después, cada día, uno tiene que convertirse, tiene que decir: sí, Jesucristo, yo te amo, te quiero seguir; porque la tentación está siempre ahí”
“Un converso o conversa es muy amado o muy detestado, porque no es sólo la prueba de que Dios existe, sino de que continúa actuando hoy, en este mundo, donde hay aborto, clonación, matrimonio homosexual, eutanasia. Eso es nuestra fe: un gran encuentro de amor”

martes, 2 de julio de 2019

Antonio Blanco Guzmán, abogado, fue budista Zen 10 años: «el budismo era un camino solitario y varias pruebas hicieron germinar mi bautismo y la conversión a la fe católica»

* «Una crisis laboral, el agudizamiento del complejo paterno, la sombra del suicidio y sobre todo, la constatación de que el camino budista era un camino sin esperanza, sin recompensa, heroico a veces –sí, en casos especiales- pero solitario siempre, frío y sin alma; hicieron que me reconciliara con la imagen de mi padre en principio y por lo tanto, con el Padre Eterno a continuación. Fui a catecismo durante 8 meses e hice mi primera comunión a los 37 años…»
* «Y desde entonces, mi angustia inveterada tiene un consuelo y un acompañante en el Jesús orando en el huerto, mi narcisismo tiene un llamado a la conversión diaria a través de la vida de sacramentos, mi sensualidad punzante tiene al fin delante el faro de la pureza y la mirada limpia, mi tan preciada libertad -de la que sin excepción coseché únicamente pecado- tiene como antídoto la obediencia de la Santísima Virgen María, mi sin sentido existencial se transformó cuando me asumí creatura de Dios y me inserté en la historia de salvación, mi autoestima tiene al fin la tranquilidad de saber que el Señor -en principio- nos ama así como somos: por cojos, por ciegos, por leprosos, por inválidos, por posesos, por usureros, y que desde ahí nos llama a la gracia, a la santidad y a la evangelización.  Y sobre todo, mi miedo a morir, ese por el que toda mi vida me comporté como el mundo quería que fuera, tiene en Dios la fortaleza de dejar de ser miedo y sencillamente de aspirar a ser discípulo de Jesús de Nazaret»
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jueves, 10 de abril de 2014

El P. Horacio Zúñiga estuvo 40 días en coma porque los narcotraficantes quisieron matarlo por sacar jóvenes de la droga y celebró sus 45 años con el Papa en Santa Marta


«El Papa Francisco me ha confortado y ha dado un sentido nuevo a la poca sangre que he dado por Cristo»

«En La Guaira me llaman el milagro de Dios, pero yo prefiero pensar que soy un predilecto de Dios. Prueba de ello ha sido la Misa que he podido concelebrar esta mañana con el Papa Francisco»

viernes, 4 de abril de 2014

Gonzalo Arroyo se fue del taller mecánico al seminario: «Dije a Cristo, "si estás vivo y puedes cambiar mi vida, hazlo"»


* «Hice un Cursillo de Cristiandad. Allí experimente que Dios es amor, que Jesucristo había muerto por mí, y que ha resucitado»

* «Ante Jesucristo expuesto se me ocurrió preguntarle: ¿Qué quieres de mí? Y como si estuviera escrito en la pared del fondo de aquella capilla en la que estaba, vi: Sacerdote»

domingo, 8 de septiembre de 2013

Raúl Lemus era un joven bronquista alejado de Dios, volvió a la iglesia sólo para ligar, acabó de cura y es director de vocaciones de su diócesis

8 de septiembre de 2013.- (C.L. / Religión en Libertad / Camino Católico)  Si alguien sabe de discernimiento, es él, así que no se arredra ante su nuevo cometido como director de vocaciones de la diócesis de Santa Rosa (California): Raúl Lemus, sacerdote salvadoreño de 45 años -aunque lleva desde los cuatro en Estados Unidos-, lleva doce meses con ese encargo de parte de su obispo, Robert Vasa, quien conoce bien su historia. Una historia tan sorprendente que choca a su mismo protagonista quien declaró a Our Sunday Visitor: "Hace veinticinco años no me lo habría creído".
Llegó a Estados Unidos siendo niño desde El Salvador. De familia muy humilde -su padre lavaba los platos en un restaurante-, conoció los barrios más duros de San Francisco. Fue educado religiosamente por su madre, que le llevaba a las iglesias más hermosas de la ciudad: "Me encantaba que me diese un dólar para echar en la colecta".

domingo, 22 de abril de 2012

Testimonios de sacerdotes argentinos que responden a 10 preguntas sobre su vocación y su vida

22 de abril de 2012.- “Diez preguntas a un sacerdote” es un documental testimonial en el cual se exponen de un modo ágil y moderno las más diversas respuestas personales de sacerdotes de diferentes lugares de Argentina a las preguntas que la sociedad puede hacerse sobre su vocación y su vida. ¿Por qué sacerdote? ¿Es para siempre? ¿Sienten soledad? ¿Ganan dinero?....

domingo, 28 de junio de 2009

La soledad buscada es imprescindible para crecer como personas y espiritualmente: Maneras de estar solo
28 de junio de 2009.-La mitad de nuestros males proceden de no poder estar solos. La otra mitad de no saber estarlo. Con esto no quiero decir que la soledad involuntaria sea buena. No, no. Eso es aislamiento y desgasta y mata el alma y los afectos.

(Nacho Uría / Diario de Burgos) Me refiero más bien al don de estar apaciblemente solo. Sin ruido. Sin prisa. A la invencible sensación de tener el tiempo en las manos y sentir como se escurre, cómo se desliza y desaparece sin dejar rastro.

En estos días nuestros, severos y atropellados, la soledad es un lujo al alcance de pocos y percibirlo es un don de menos. Todo nos empuja, sin piedad, en sentido contrario, por eso la lentitud y el sosiego cotizan a la baja en el bazar moro que se ha convertido la vida.

Hay mil maneras de estar solo. Eso lo descubrí con Eloy Sánchez Rosillo, poeta tranquilo, y el libro del mismo título con el que ganó el Adonais hace tres décadas. La soledad es, desde entonces, algo necesario, un tiempo de espera y también de plenitud.

Estar solo para sentarse en un parque y ver la vida pasar y saludarla mientras se aleja. Estar solo para leer de nuevo aquel viejo libro que tanto dijo. O para catar un vino joven que promete y cumple. Estar solo y echar a andar sin saber adónde ir y permitir a los pies que elijan la senda correcta. Estar solo para crecer hacia dentro, para librarse de la tensión de una familia excesivamente cercana y numerosa o para alejar la neurosis de un trabajo monótono y mal pagado. Estar solo, en fin, para no hacer nada que no sea estar solo y pensar. O rezar, si es que eso ayuda. Ni más ni menos.

Antaño la soledad era algo cotidiano. Entonces la vida pasaba con otro ritmo, más humano, más exacto. Los días eran largos, como los de un niño en verano. Hogaño no. Ahora hay que correr, acelerarse, hacer más cosas. ¿Más cosas? Quizá lo único urgente sea hacerlas mejor. Con pausa, con sentido, con el oficio del que ya ha visto mucho y quiere apurar la vida que le resta. ¿Apurar? No, apurar no, degustar, sin prejuicios.

Los hijos... Hoy falta tiempo para maravillarse con lo pequeño porque la realidad nos aturde y nos aleja de nosotros mismos. Vivimos un exilio forzado y en nuestra demencia inculcamos la prisa a nuestros hijos, que sobreviven como pueden en medio de cursillos absurdos (inglés y tenis, a ser posible al mismo tiempo), competiciones necias y modas extravagantes (como las clases de chino mandarín).

Algunos padres dicen –y otros se lo creen– que hay que prepararlos para el futuro, pero me temo que ese futuro será de psiquiatras y lexatines. El porvenir, que ya es presente, es de niños hiperactivos y desgraciados, que saben elegir un hierro o una madera de su bolsa de palos de golf, pero que el único conejo que han visto en su vida se llama Bugs Bunny.

Otro gallo nos cantaría si fuéramos capaces de no planificar nada y que esa decisión no nos provocara ansiedad. Si encontráramos el tiempo para estar con nosotros mismos, aún a riesgo de no gustarnos, solos con nuestra soledad. Si cayéramos en la cuenta de que a menos velocidad, más felicidad. Si durmiéramos las horas necesarias, si aflojáramos el ritmo, si apagáramos el móvil.

Quizá entonces la vida volvería a ser vida y no una carrera de obstáculos. Simplemente vida.

miércoles, 11 de junio de 2008

¿El sexo se puede convertir en una adicción? / Autora: Nancy Escalante

Una persona se puede volver adicta al sexo… la adicción al sexo es una enfermedad emocional que genera obsesión y compulsión, por lo tanto, tiene severas consecuencias para la persona, inestabilidad emocional, sus relaciones y desempeño social.

La adicción al sexo conlleva a la adicción a la pornografía, a la masturbación, fantasías sexuales y pensamientos relacionados con el sexo de una manera constante, a tal grado que el sexo se convierte en una obsesión y lleva a la persona a actitudes compulsivas lo que va conduciendo a la persona a gran inestabilidad emocional.

Esta adicción es una enfermedad emocional que genera en la persona sentimientos de vergüenza, sentimientos de inadaptación, una gran angustia, culpa, ansiedad y en general un gran vacío interior que conlleva un gran sufrimiento en la persona.

Desafortunadamente las personas que se enfrentan ante está situación muchas de las veces no se dan cuenta de que son presos de una adicción, por lo que el círculo vicioso continua destruyendo sus vidas. En la mayoría de las ocasiones la persona adicta necesita “tocar fondo” lo que significa el vivir una situación límite o experiencia muy dolorosa que los lleve a recapacitar acerca de la situación que han estado viviendo.

Muchas de las veces la adicción lleva a la persona a vivir situaciones inimaginables, pues experimentan una gran desesperación y un gran sufrimiento de dependencia que les lleva a hacer cosas que nunca hubieran imaginado, todo esto como producto de la propia ansiedad y angustia que experimentan.

Es una realidad que las personas que caen presas de la adicción al sexo por lo regular lo hacen en la búsqueda de superar su gran soledad y escapar de otros conflictos emocionales que han ido cargando a cuestas, sin embargo, está forma de escape les genera un mayor conflicto, ya que la adicción genera mayor aislamiento e intensifica los sentimientos de soledad y de angustia.

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Fuente: Almas

miércoles, 30 de abril de 2008

“Se alquila habitación a cambio de sexo”: Anuncios como éste, en varios portales de Internet

“Tiene que ver con la soledad y con la cosificación de la sexualidad”, dice un psicosociólogo
Situaciones de pobreza, precio de la vivienda, soledad y cosificación de la sexualidad, según un psicosociólogo especializado en sexo, son cuatro factores que tienen que ver con anuncios en Internet como éste:
Alquilo habitación en Leganés, condiciones de pago: en carnes, sólo chicas”.

Varios portales inmobiliarios en España, Francia, Italia y Estados Unidos publican anuncios de alojamiento gratuito a jóvenes mujeres a cambio de mantener relaciones sexuales con su peculiar arrendador.

De acuerdo con la información publicada por el diario El País este martes, 22 de abril, en el caso español la Policía no tiene abierto ningún expediente sobre casos como éste, que aparece en el portal
www.campusanuncios.com.

“La prostitución en España no está penada, y siempre que ambas partes estén de acuerdo esta práctica no constituye delito”, afirma un portavoz de la policía.

Anuncios de alquiler de habitaciones a cambio de prestaciones sexuales se pueden encontrar en muchos otros portales inmobiliarios de la red, como loquo.com, habitamos.com, Portal Trovit...

En loquo.com, por ejemplo, se puede leer este otro anuncio:
alquilo habitación a cambio de sexo, con un pequeño comentario al margen sobre las informaciones aparecidas en prensa y televisión al respecto.

“Estoy sólo y es totalmente gratis”

Un ejemplo al que hace mención El País es el de Sara, nombre ficticio con el que una joven escribió a los remitentes de estos anuncios: “Estoy buscando piso y me gustaría enterarme de cómo funciona esto. ¿Vives solo? ¿Cuántos años tienes? ¿Sería totalmente gratis?”.

La respuesta no se hizo esperar. Tkd24, madrileño, contesta: “Estoy yo solo y sí, es totalmente gratis, incluso los gastos están incluidos. A cambio tendrías que mantener sexo conmigo (no todos los días, no te preocupes), sabremos encontrar el punto justo”.En otra de las webs mencionadas, ForumLibertas.com ha podido constatar anuncios como el que dice: “Hola, alquilo habitación en zona Barajas, cerca al Centro Comercial Plenilunio, a chica sóla por una cómoda cuota de sexo. Piso con baño, cocina y todos los elementos esenciales"; o este otro: “Ofrezco habitación a chicas a cambio de sexo. Tengo 30 años. El piso es agradable...”

Cosificación del sexo

El psicosociólogo Eric Pescador afirma que no es un problema de desinhibición ni de lo contrario. “Tiene que ver con la soledad y con la cosificación de la sexualidad”, dice.Según Pescador, cada día la gente tiene menos capacidad para relacionarse cara a cara y muchos recurren a estos métodos: “Unos a ligar por Internet, otros a las agencias matrimoniales... Quizá esto sea tan sólo la última vuelta de tuerca”, añade.

Pescador también considera que “seguramente” nada de esto ocurriría sin un trasfondo social de pobreza y sin “una sociedad como ésta donde todo se capitaliza”.

Cabe recordar que esa cosificación del sexo a través de las nuevas tecnologías no es un hecho novedoso o aislado. En julio de 2007, por ejemplo, saltaba la noticia de que
menores portuguesas ofrecían sexo virtual a cambio de recargar el móvil.

Expresiones como “hago ‘sexophone’ a través de la cámara del teléfono móvil, pero sólo si me recargan el celular” servían de gancho para conseguir los objetivos de unas adolescentes para las que las relaciones sexuales se miden en función de ganancias materiales.

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viernes, 14 de marzo de 2008

El infierno es estar solo / Autor: Joseph Ratzinger

Texto inédito de Benedicto XVI

El infierno son los otros: la conocida frase de Sartre resume como pocas el vacío y el nihilismo modernos. En 1968, en la época en que el autor francés desarrolló su obra, un joven teólogo alemán, Joseph Ratzinger, pronunciaba en Munich una conferencia en la que defendía lo contrario: El infierno es estar solo. Ahora, sus palabras forman parte del libro Perché siamo ancora nella Chiesa (Por qué estamos aún en la Iglesia), recién publicado en Italia, con lecciones y textos inéditos de Benedicto XVI.

El artículo del Credo sobre el descenso del Señor a los infiernos nos recuerda que, de la revelación cristiana, forma parte no sólo el hablar de Dios, sino también su callar. Dios no sólo es la palabra comprensible, que se acerca a nosotros; también es la causa callada e inaccesible, incomprendida e incomprensible, huidiza. Ciertamente, en el cristianismo hay una primacía del logos, de la palabra con respecto al silencio: Dios ha hablado, Dios es la Palabra. Pero tampoco debemos olvidarnos del verdadero escondimiento de Dios. Sólo cuando lo hemos conocido como silencio, podemos esperar oír también su hablar, que emana de su silencio. La cristolog ía culmina en la Cruz, el momento de la tangibilidad del amor divino, en la muerte, en el silencio y en la oscuridad. En el grito de muerte de Jesús: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?", el secreto de Su descenso a los infiernos se hace visible como una lámpara en medio de la noche. No debemos olvidar que esta frase del Crucificado es el verso inicial de una oración de Israel, en la cual se resume de modo impresionante la necesidad y la esperanza del pueblo elegido de Dios, en apariencia profundamente abandonado por Él. Esta oración presentada como un grito en medio de la oscuridad de Dios acaba con una exaltación de Su grandeza.

El más terrible miedo y el más tremendo sufrimiento para el hombre

Se ha dicho que, en este artículo de fe, el término infierno sería sólo una traducción errónea de sheol (en griego: hades), palabra con la cual el hebreo definía aquella condición más allá de la muerte, que se imaginaba de un modo muy vago, como una especie de existencia en la sombra, más un no-ser que un ser. Por tanto, la frase habría significado originalmente que Jesús entró en el sheol, o sea que murió. Puede que esto sea verdad. Pero permanece la cuestión de qué es verdaderamente la muerte y qué sucede después, cuando alguien muere y penetra en el destino de la muerte. Todos nosotros debemos admitir nuestro embarazo ante esta pregunta. Pero quizá podríamos intentar un acercamiento partiendo del grito de Jesús. En esta última oración, así como en la escena del Monte de los Olivos, parece que el núcleo más profundo de su Pasión no es el dolor físico, sino su soledad radical, su completo abandono. En este punto aparece verdaderamente el abismo de la soledad del hombre como tal, del hombre que en lo más íntimo está solo. Esta soledad, que por lo general es cubierta de muchos modos, significa al mismo tiempo la más profunda contradicción en la esencia del ser humano, que no puede permanecer solo, sino que tiene necesidad de comunión. Por tanto, la soledad es la esfera del miedo. Aclarémoslo con un ejemplo. Si un niño debe caminar solo por un bosque en mitad de la noche, tiene miedo, también aunque se le haya demostrado que no tiene nada de lo que temer. En el momento en que está solo en la oscuridad y siente la soledad de manera radical, surge el miedo, el verdadero miedo del hombre, que no es miedo de algo, sino un miedo en sí mismo. El temor hacia algo determinado es, a fin de cuentas, algo inocuo; puede ser exorcizado alejando el objeto en cuestión. Lo que aquí tenemos es algo más profundo: el hecho de que el hombre, cuando encara la soledad definitiva, no tiene miedo de algo determinado, sino que tiene miedo de la soledad, de la inquietud y de la suspensión de la propia esencia, algo que no puede ser superado racionalmente. Es el estar a solas con la muerte, la siniestra sensación de la soledad en sí misma.

Cristo y la muerte

Debemos preguntarnos cómo puede ser superado un miedo así. El niño perderá su miedo en el momento en que haya una mano que lo tome y lo conduzca. También aquel que esté a solas con la muerte sentirá decrecer el impulso del miedo si alguien está con él. Debemos ir un poco más allá. Si existiese una soledad tal que ninguna palabra de otro pudiese llegar y tener un efecto transformante; si hubiese una suspensión de la existencia tan grave que en ese lugar no pudiera haber ningún tú, entonces tendría lugar esa verdadera y total soledad que el teólogo llama infierno. Lo que significa este término podemos definirlo precisamente así: una soledad en la cual no puede penetrar la palabra del amor, y que significa la verdadera suspensión de la existencia. En este contexto, es preciso recordar que los poetas y los filósofos de nuestro tiempo están convencidos de que todos los encuentros entre los hombres permanecen, sustancialmente, en la superficie; nadie tendría acceso a la verdadera profundidad del otro. Todo encuentro, aunque pueda parecer bello, a fin de cuentas no haría otra cosa que narcotizar la incurable herida de la soledad. En lo más íntimo y profundo de cada uno de nosotros habitaría el infierno, la desesperación, la soledad, que es tan indefinible como terrible. Sartre ha constituido su antropología sobre esta idea.

De hecho, una cosa es cierta. Hay una noche a cuyo abandono no llega ninguna voz; hay una puerta que podemos atravesar sólo en soledad: la puerta de la muerte. La muerte es la soledad por antonomasia. Pero aquella soledad en la cual el amor no puede penetrar es el infierno. Con esto nos situamos de nuevo en nuestro punto de partida. Cristo ha atravesado la puerta de nuestra última soledad; en su Pasión ha entrado en el abismo de nuestro ser abandonado. Allí donde no se puede escuchar ninguna voz, allí está Él. De este modo, el infierno está superado; o mejor: la muerte, que antes era el infierno, ya no lo es más. Ambas cosas no son ya lo mismo, porque en el corazón de la muerte está la vida, porque el amor habita en su corazón. El infierno es, o una clausura voluntaria o, como dice la Biblia, la segunda muerte.

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Fuente: Alfa y Omega

martes, 11 de marzo de 2008

Nada es imposible para el Amor

Un video para ver cuando pienses en el divorcio, separacion, o no sepas como afrontar la soledad. Si tienes celos, ves que el amor se acaba, participas en continuas peleas de pareja o sufres maltrato en el hogar debes saber que Dios nunca ha querido nada de eso.