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viernes, 14 de septiembre de 2007

"Amar hasta que duela", fundamento de toda comunidad cristiana / Autores: Conchi y Arturo


Profundizamos hoy en otras actitudes sin las cuales cualquier tipo de comunidad cristiana, parroquia, grupo, asociación de fieles laicos o familia, dejará de crecer en el Amor de Dios. Nos fijaremos únicamente en una de las afirmaciones que se hace en los hechos de los Apóstoles 2, 42: "Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles". Estas palabras pueden ser interpretadas como escucharlas palabras y homilías del Santo Padre, Cardenales, Obispos y Diáconos si se consideran desde la visión de la sucesión apostólica.

La Palabra de Dios nunca se contradice. Está bien escuchar y debemos hacerlo a todos los presbíteros, sea cual sea su responsabilidad pastoral. Ellos nos darán Palabras de Vida y de sabiduría de Dios que nos harán crecer como comunidad cristiana. San Pablo nos enseña en Colosenses 3, 16-17, que la llamada para enseñar y a la vez aprender es mutua y para todos: "La palabra de Cristo habite en vosotros con toda su riqueza; instruíos y amonestaos con toda sabiduría, cantad agradecidos, himnos y cánticos inspirados, y todo cuanto hagáis, de palabra y de boca, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por su medio a Dios Padre".

En el Evangelio de Juan, 15, 12-17, se nos confirma de nuevo con claridad la Voluntad de Dios: "Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros."

Estas palabras fueron pronunciadas por Jesús a los apóstoles. Hoy, aquí y ahora, el Señor nos la dice personalmente a todos y cada uno de nosotros. Él nos ha elegido para Amar con nuestras palabras y obras, siendo luz para los demás en crecimiento diario en el Amor de Dios. Además nos ha elegido para dar nuestra vida escuchando y aprendiendo lo que Dios quiere enseñarnos, utilizando a las personas que se cruzan en nuestro camino día a día.

La expresión utilizada por la Madre Teresa de Calcuta "Amar hasta que
duela"
es la que define con precisión lo que Dios nos pide. Sólo si Amamos hasta que nos duela daremos frutos individuales y comunitarios que permanezcan.

Sólo podemos abrir nuestro corazón herido y todo nuestro ser al Señor, cada día, implorando que nos enseñe a Amar como Él nos Ama a nosotros. Su Amor es fiel y permanente aunque lo igmnoremos, nos desanimemos, lo neguemos o nos cansemos de seguir sus pasos temporal o definitivamente.

Conocemos profundamente a unos amigos que sienten en su corazón la llamada de Dios a servirle en comunidad. Su primera comunidad es su familia, matrimonio e hijos. Todos acuden asiduamente a la parroquia a servir los hermanos de distintas formas. Su corazón siente en su interior una llamada profunda a la evangelización y a la dedicación total de su vida a Dios.

Oran para que el Señor les guíe en toda su vida para ir dando pasos de crecimiento en el seguimiento de Jesús. Esta familia a pedido a personas de la comunidad católica de distintas partes del mundo que intercedan para obtener diariamente la sabiduría para hacer en todo la Voluntad de Dios.

Esta familia son personas con licenciaturas y estudios, con nivel cultural, pero han llegado a la certeza interior que por lo único que tiene sentido sufrir es para hacer crecer el Reino de Dios amando a las personas más desvalidas, prestando atención a sus necesidades materiales, emocionales, afectivas y espirituales.

Muchas personas interceden y han ido confirmando el camino espiritual de la familia y el Señor va delante de ellos como Buen Pastor.Hay algunas de las personas más amadas por la familia y con quienes han vivido profundos crecimientos en la espiritualidad, que les han desconcertado muchas veces con el paso de los años. En realidad, ellos son conscientes que esos desconciertos han sido sucesivos episodios
de "Amar con dolor" por gracia de Dios y sólo con el deseo de seguir su Voluntad.

Las personas con quienes han vivido las experiencias de Amor más dolorosas han sido realmente "AMIGOS/AS" dispuestos a dar la vida mutua y recíprocamente. A veces, de repente, esas personas han tenido reacciones incomprensibles sino fueran observadas con la mirada de Dios. Han pasado de estar presentes a ausentarse, como hermanos que caminan a tu lado. Han compartido la Palabra de Dios con celo y ardor y sin más el miedo de vivir el Evangelio los ha paralizado. Han decidido dar pasos en fe y sin quererlo se han encontrado implorando seguridad. El señor ha mostrado su poder a través de dones únicos y ellos se han asustado y no han querido ponerlos al servicio de su comunidad para no perder el prestigio. Han estado en comunión y luego se han encerrado en si mismas. Han elegido llenar los días de de relaciones superficiales, comidas, películas, teatro y distracciones, para no afrontar las heridas de su corazón y los problemas que provocan esas reacciones.

La familia que nos ha compartido estas vivencias no se quejan de sus AMIGOS. Les Aman con un dolor profundo en el corazón: "Amar hasta que duela". Ellos han interiorizado que lo que hacen no es un esfuerzo humano sino una gracia
de Dios para hacerlos crecer en comunidad. A esta familia le gustaría hacer tantas cosas con esos amigos que Dios les regaló hace años, que cuando los ven pasar por esas situaciones de oscuridad espiritual no saben como actuar. Ellos nos cuentan que "sólo podemos estar. Hablar con Dios de nuestro dolor por nuestros amigos. Aunque el dolor permanece, el Amor por ellos crece". Sólo desde el seguimiento de la Palabra y la Voluntad de Dios vivimos la práctica del AMOR: "Amaros los unos a los otros como Yo os he amado"

Eso es acudir diariamente a la enseñanza de los apóstoles. Hemos escuchado la versión y las vivencias espirituales de esa familia. Desconocemos la versión de los amigos que viven en esos vaivenes. Estamos seguros que también han crecido y han aprendido en esa relación de Amor, fundamentada en instaurar el Reino de Dios. No dudamos que a esas personas les duele Amar en medio de sus convulsiones interiores. No obstante, lo más importante, es que el Señor de estas relaciones ha hecho crecer
frutos que han perdurado. La familia que nos ha contado su experiencia no tienen dudas que esos frutos perduraran para siempre.

Nos ha contado esta misma familia, que en muchas ocasiones, en reuniones comunitarias parroquiales, de grupos, movimientos o proyectos pastorales, cuando existen problemas de relación o diferencias de opinión entre los asistentes, ellos son partidarios de orar, para que el Señor muestre la forma más adecuada de actuar y dar frutos por el de del Espíritu Santo. Todo discernimiento comunitario debe producirse en la Paz de Cristo y en la unidad, asumiendo que nuestra misión, la de todos, es llevar a las personas a los pies de Cristo Resucitado, no a nosotros como personas con una forma concreta de actuar.

Nuestros interlocutores han trabajado pastoralmente en varios grupos, parroquias y movimientos de la iglesia. "Amar hasta que duela" ha sido para ellos escuchar de religiosos, laicos comprometidos, diáconos y sacerdotes frases como: "-Es que existe un teléfono directo con el Espíritu Santo?. A ver si nos dais el número. Aquí hacemos lo que crea la mayoría y ya está". Ellos, al oír palabras como estas o similares han optado por callar y orar. Luego, el señor en todas las ocasiones ha mostrado claramente su Voluntad a todos con corazón unánime.

La comunidad cristiana en cualquiera de sus formas debe construirse cada día. Como dice San Pablo cuando un miembro sufre es todo el cuerpo que sufre. Y no olvidemos que estamos llamados a formar parte real del Cuerpo de Cristo. Jesús, cabeza del Cuerpo, nos ha Amado hasta dolerle no sólo la salvación de todos y cada uno en la Cruz. También se conmueve cada vez que nos hemos paralizado, que le hemos negado, que hemos tenido miedo de seguirlo.

Danos la gracía Padre Santo de tener la sabiduría de escuchar las Palabras de Vida pronunciadas por nuestros hermanos en la fe en Tu Nombre. Capacitanos para ponerlas en práctica y hacer crecer Tu Reino en todo el mundo. Haznos crecer en el Amor que da la Vida. Enseñanos a Amar como Tú Amas. Que nuestra valentía sea empleada para pronunciar Palabras de Vida salidas de Tu corazón de misericordia para el crecimiento nuestro y de la comunidad. Queremos ser discípulos t apóstoles de Tu Amor. Amén.

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