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domingo, 23 de septiembre de 2007

Los frutos permanecerán si escuchamos la Palabra de Dios convencidos de su poder sobre nuestras vidas / Autores: Conchi y Arturo

"En otros tiempos habló Dios a nuestros antepasados muchas veces y de muchas maneras por medio de los profetas. Ahora, en estos tiempos últimos, nos ha hablado por su Hijo, mediante el cual creó los mundos y al cual ha hecho heredero de todas las cosas." Hebreos 1,1-2

Dios siempre habla. El problema está en nosotros. ¿Sabemos escucharle?. ¿Nos dejamos enseñar por Él? Hay que invitar a Jesús a nuestra casa interior, a nuestra intimidad, para que cuando escuchemos las Palabras del Evangelio o las Escrituras transformen nuestros corazones.

Cuando alguien nos dice que nos "ama" o nos "odia", aunque lo haga sin que nosotros prestemos mucha atención, sus frases producen en nuestro corazón reacciones muy distintas en ambos casos.

Con la Palabra de Dios, que es sagrada y se encarnó en Cristo, para mostrarnos la Voluntad de Dios Padre, sucede igual que con las humanas pero de una forma muy superior. Nosotros no sabremos como aplicar una palabra de Dios a nuestra vida. Sólo tendremos unas ideas geniales y haremos actos de buena voluntad pero el fruto no perdurará sino viene con poder del mismo Señor. Cada instante debemos invitar al Señor a nuestra emocionalidad, afectividad, intimidad, cotidianidad, para que vaya tomando posesión real de nuestro corazón. Si esto lo hacemos cuando escuchamos o leemos las Sagradas Escrituras, aunque nosotros no nos demos cuenta de manera inmediata, producirá un fruto en nuestra vida que perdurará para siempre. El Señor con nuestra invitación personal a transformarnos con su Palabra se convierte en el centro de nuestra vida, lo único que tiene valor.

“Yo dirijo tus pasos” (Proverbios 3:5-6). En nuestro matrimonio, cuando hemos vivido desconcertados por la situación laboral, familiar, social, el Señor nos ha mostrado que estábamos en sus manos. Hemos comprobado que sentirse débiles y cansados no supone ningún obstáculo para que Dios pueda dirigir nuestros pasos en su voluntad. Cuando dices: ”Es imposible...” Dios te dice: “Todo es posible” (Lucas 18:27) . Sólo debes escuchar y leer su Palabra y dejar que haga crecer su semilla en tu corazón.

Cuando dices: “Me siento muy solo...” Dios te dice: “No te dejaré, ni te desampararé” (Hebreos 13:5). La soledad es contraria al Amor de Dios. Debemos pedir la fe de mover las montañas, que es que el Espíritu Santo habite siempre en nuestro corazón actualizando segundo a segundo que Dios está con nosotros por que Él es nuestro Padre y se ocupa de toda nuestra vida. Sólo si recibimos esa gracia podremos llevar al Señor a los desolados del mundo, a los preferidos: Bienaventurados los pobres, los que lloran, los que sufren, los perseguidos. Sólo si la Palabra de Dios nos hace presentes a la Santísima Trinidad, podremos con nuestras Palabras dar Vida de Dios a quienes gimen en el mundo de dolor.

Una mujer joven de 27 años nos dijo una vez que prefería a Satanás antes que a Dios, por todos los problemas que había sufrido en la vida. Realmente su vida relacional por la falta de amor de todos los que le han rodeado ha sido muy difícil. Ella se ha interesado por todo tipo de rituales y eso le ha empeorado la cotidianidad laboral, familiar, emocional. Hoy sin embargo nos ha comentado que desea que su hija de 8 años haga la primera comunión. Cuando hemos hablado del Señor ante ella y con otras personas su actitud ha sido siempre de interrumpir el dialogo y desviarlas hacia chistes mundanos y conversaciones vanas. En dos meses las cosas han cambiado un poco.

Ella siempre estaba bien y se hacia la fuerte. Era partidaria del ojo por ojo diente por diente, porque es lo que ha vivido desde su nacimiento. Ella era la fuerte la que no necesitaba a nadie.
En las últimas dos semanas ha vivido una situación de mal trato sicológico muy dura. Ella quería solucionarlo, pero nosotros orábamos porque el problema podía acabar violentamente. Hoy se ha roto, a llorado, a dicho "Dios no puedo más". Hemos visto la gran violencia que tenía la persona que le provocaba la situación. Al final de esta tarde, cuando todo parecía que iba a degenerar en un problema gravísimo, quien tanto la ha hecho sufrir ha ido llorando a pedirle perdón. Ella estaba diciendo antes de esto que jamás podría perdonar ni quería perdonar a su verdugo.
Pero ella ha dicho "yo te perdono".

Sabemos que el problema no está del todo finiquitado porque es muy profundo. Sus palabras "Dios no puedo más" han sido la invitación para que el Padre del Cielo tomará el control de su situación. Mañana deberá levantarse y decir: “Yo no lo puedo hacer..y .” Dios le dirá: “Todo lo puedes hacer” (Filipenses 4:13) . Deberá repetir: “Yo no lo puedo perdonar...” y Dios le susurrará: “Yo le y te perdono” (1° Juan 1:9 – Romanos 8:1) .

Ella deberá romperse más veces y exclamar: “Tengo miedo...” para escuchar a Dios afirmando: “No temas, que yo estoy contigo” (Isaías 41:10). Ella está “ muy cansada” y Dios desea ardientemente que oiga su voz: “Yo te haré descansar” (Mateo 11:28-30). Muchas veces ha pensado en su interior: “Nadie me ama de verdad...” pero Dios cada día llama a su corazón clamando: “Yo te amo” (Juan 3:16 –Juan 13-34) . Ella no sabe que hacer de su vida: “No sé cómo seguir...” pero el Señor repite incansablemente: “Yo te enseñaré el camino” (Salmo 32:8). Esta ya preguntandose en alguna ocasión: “¿Qué camino me conduce a Dios...?"...La respuesta la deberá encontrarla al leer y escuchar la Palabra de Dios que actúe con poder en su vida. Pero eso está en manos de Dios que sigue sus pasos pese a su complicada vida.

Está situación es real, pero si nos fijamos no es muy distinta de la nuestra. Cuantos rompimientos, cuantas caídas, depresiones, desengaños....y al final cómo Pedro sólo podemos orar "¿A quién iríamos Señor?. Sólo Tú tienes Palabras de Vida Eterna. Danos esas Palabras para poder seguir caminando en nuestra vida hacia tu Amor que perdurará para siempre.

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