El padre Raniero Cantalamessa comenta la liturgia dominical
Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, OFM Cap., predicador de la Casa Pontificia, a la liturgia del próximo domingo.
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XI Domingo del tiempo ordinario
Éxodo 19, 2-6a; Romanos 5, 6-11; Mateo 9, 36-10,8
En el Evangelio de este domingo nos encontramos con la presentación oficial del colegio apostólico: "Los nombres de los doce apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro...". Se menciona claramente el primado de Pedro en el colegio de los apóstoles. No dice: "Primero Pedro, segundo Andrés, tercero Santiago...", como si se tratara simplemente de una serie. Se dice que Pedro es el primero en el sentido fuerte de que es cabeza de los demás, su portavoz, quien les representa. Jesús especificará más tarde, en el mismo Evangelio de Mateo, el sentido de ser "primero", cuando dirá "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia...".
Pero no quería detenerme a analizar el primado de Pedro, sino más bien el motivo que lleva a Jesús a escoger a los doce y a enviarles. Se describe así: "Jesús al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor". Jesús vio la muchedumbre y sintió compasión: esto le llevó a escoger a los doce apóstoles y a enviarles a predicar, a curar, a liberar...
Se trata de una indicación preciosa. Quiere decir que la Iglesia no existe para ella misma, para su propia utilidad o salvación; existe para los demás, para el mundo, para la gente, sobre todo para los cansados y oprimidos. El Concilio Vaticano II dedicó un documento entero, la Gaudium et spes, a mostrar cómo la Iglesia existe "para el mundo". Comienza con las conocidas palabras: "Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón".
"Al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor". Los pastores de hoy, desde el Papa hasta el último párroco de pueblo, se presentan, desde esta perspectiva, como los depositarios y continuadores de la compasión de Cristo. El fallecido cardenal vietnamita F.X. Van Thuan, que había pasado trece años en las prisiones comunistas de su país, en una meditación dirigida al Papa y a la Curia Romana, dijo: "Sueño con una Iglesia que sea una 'puerta santa' siempre abierta, que abrace a todos, llena de compasión, que comprenda las penas y los sufrimientos de la humanidad, una Iglesia que proteja, consuele y guíe a toda nación hacia el Padre que nos ama".
La Iglesia debe continuar, tras su ascensión, la misión del Maestro que decía: "Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso...". Es el rostro más humano de la Iglesia, el que mejor le reconcilia con los espíritus, y que permite perdonar sus muchas deficiencias y miserias. El padre Pío de Pietrelcina llamó al hospital que fundó en San Giovanni Rotondo "Casa de alivio del sufrimiento": un nombre hermosísimo que sin embargo se aplica a toda la Iglesia. Toda la Iglesia debería ser una "casa de alivio del sufrimiento". En parte, hay que reconocer que lo es, a no ser que cerremos los ojos a la inmensa obra de caridad y de asistencia que la Iglesia desempeña entre los más desheredados del mundo.
Aparentemente las muchedumbres que vemos a nuestro alrededor, al menos en los países ricos, no parecen "cansadas y abatidas", como en tiempos de Jesús. Pero no nos engañemos: tras la fachada de opulencia, bajo los techos de nuestras ciudades, hay mucho cansancio, soledad, desesperanza, y a veces incluso desesperación. No parecemos muchedumbres "sin pastor", dado que muchos luchan en todos los países para convertirse en pastores del pueblo, es decir, en jefes y controladores del poder. Ahora bien, ¿cuántos entre ellos están dispuestos a llevar a la práctica el requisito de Jesús: "Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis"?
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[Traducción del original italiano realizada por Jesús Colina]
El Evangelio del domingo 15 de Junio:
"El Reino de los Cielos está cerca" ( Mateo 9, 36-10, 8)
Para ver los videos haz click sobre las imagenes
"Lo que habéis recibido gratís, dadlo gratís" / Video-reflexión: P. Jesús Higueras
domingo, 15 de junio de 2008
La Iglesia existe para los cansados y oprimidos / Autor: Raniero Cantalamessa, OFM Cap.
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Ante la crisis alimentaria: Reformas, compartir, austeridad / Autor: Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de las Casas
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, (ZENIT.org-El Observador).- Publicamos el artículo que ha escrito monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas, sobre la crisis alimentaria mundial que lleva por título "Reformas, compartir, austeridad".
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VER
Las amas de casa, aún de las poblaciones más lejanas, están resintiendo el alza de precios en alimentos básicos. Los economistas avizoran que este panorama no tiene indicios de cambiar a corto plazo. Es un fenómeno típico de la globalización, que rebasa gobiernos e instituciones. La inestabilidad en los precios del petróleo, los subsidios de los países ricos a sus agricultores, el uso de alimentos para producir combustibles, la especulación financiera de las Bolsas, etc., intentan explicar en parte esta crisis.
¿Qué hacer? Se deben denunciar y atacar las raíces estructurales; pero, ¿qué nos toca a nosotros? Es un recurso fácil culpar de todos los males al gobierno en turno y al sistema neoliberal; pero reducirnos a lamentos y críticas no soluciona el problema. Quizá nos consuela aparecer como muy enterados del asunto y con muchas soluciones, pero el sistema no cambia sólo porque nosotros lo exigimos. Debemos buscar alternativas más cercanas y posibles.
JUZGAR
Jesucristo nos ordena preocuparnos por quienes no tienen con qué alimentarse. Cuando los corazones están dispuestos a compartir lo poco que tienen, se hace el milagro de la multiplicación; alcanza y sobra (cf Mc 6,35-44). Pero el egoísmo, que hace a unos enriquecerse y ser insensibles ante quienes no tienen qué comer (cf Lc 16,19-31), produce un infierno en la sociedad, por las desigualdades injustas, que hasta guerras pueden generar.
Dios da de comer hasta a los pájaros; pero no en el nido. Tienen que salir a buscar, para no morir de hambre. Si trabajan, nada les va a faltar. Quien no trabaja, no tiene derecho ni a comer (cf 2 Tes 3,10-12).
Hace poco, dijo el Papa Benedicto XVI a los participantes en una reunión de la FAO: "La creciente globalización de los mercados no siempre favorece la disponibilidad de alimentos, y los sistemas productivos con frecuencia se ven condicionados por límites estructurales, así como por políticas proteccionistas y fenómenos especulativos que dejan a poblaciones enteras al margen de los procesos de desarrollo. A la luz de esta situación, es necesario reafirmar con fuerza que el hambre y la desnutrición son inaceptables. El gran desafío de hoy consiste en globalizar no sólo los intereses económicos y comerciales, sino también las expectativas de solidaridad.
Os exhorto a continuar las reformas estructurales que son indispensables... La pobreza y la desnutrición no son una mera fatalidad. El derecho a la alimentación responde principalmente a una motivación ética: "dar de comer a los hambrientos" (cf. Mt 25, 35), que apremia a compartir los bienes materiales como muestra del amor que todos necesitamos y permite combatir la causa principal del hambre, es decir, la cerrazón del ser humano con respecto a sus semejantes que disuelve la solidaridad, justifica los modelos de vida consumistas y disgrega el tejido social, preservando, e incluso aumentando, la brecha de injustos equilibrios, y descuidando las exigencias más profundas del bien.
La Iglesia católica quiere unirse a este esfuerzo. Basándose en la antigua sabiduría, inspirada por el Evangelio, hace un llamamiento firme y apremiante, que sigue siendo de gran actualidad: "Da de comer al que está muriéndose de hambre, porque, si no le das de comer, lo matarás".
ACTUAR
Son necesarias reformas estructurales, sí; pero éstas nos rebasan a la mayoría. En cambio, la solidaridad, que es darse al que está solo, está al alcance de todos, incluso de los pobres. Hay que compartir con quien sufre más que nosotros, y abrir el corazón para estar cerca de quien más padece las consecuencias de la crisis alimentaria. Hay que evitar gastos innecesarios, lujos superfluos, modas transitorias, antojos momentáneos. En vez de consumir tanto refresco embotellado, hacer aguas frescas en casa; en vez de tanto uso de celular, moderación; en vez de gastar en caprichos personales, ahorrar; en vez de ir tanto a los centros comerciales, y gastar por gastar, reducirse a lo indispensable. Educar a los niños y jóvenes en la austeridad, asumiendo por convicción un estilo sobrio de vida.
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VER
Las amas de casa, aún de las poblaciones más lejanas, están resintiendo el alza de precios en alimentos básicos. Los economistas avizoran que este panorama no tiene indicios de cambiar a corto plazo. Es un fenómeno típico de la globalización, que rebasa gobiernos e instituciones. La inestabilidad en los precios del petróleo, los subsidios de los países ricos a sus agricultores, el uso de alimentos para producir combustibles, la especulación financiera de las Bolsas, etc., intentan explicar en parte esta crisis.
¿Qué hacer? Se deben denunciar y atacar las raíces estructurales; pero, ¿qué nos toca a nosotros? Es un recurso fácil culpar de todos los males al gobierno en turno y al sistema neoliberal; pero reducirnos a lamentos y críticas no soluciona el problema. Quizá nos consuela aparecer como muy enterados del asunto y con muchas soluciones, pero el sistema no cambia sólo porque nosotros lo exigimos. Debemos buscar alternativas más cercanas y posibles.
JUZGAR
Jesucristo nos ordena preocuparnos por quienes no tienen con qué alimentarse. Cuando los corazones están dispuestos a compartir lo poco que tienen, se hace el milagro de la multiplicación; alcanza y sobra (cf Mc 6,35-44). Pero el egoísmo, que hace a unos enriquecerse y ser insensibles ante quienes no tienen qué comer (cf Lc 16,19-31), produce un infierno en la sociedad, por las desigualdades injustas, que hasta guerras pueden generar.
Dios da de comer hasta a los pájaros; pero no en el nido. Tienen que salir a buscar, para no morir de hambre. Si trabajan, nada les va a faltar. Quien no trabaja, no tiene derecho ni a comer (cf 2 Tes 3,10-12).
Hace poco, dijo el Papa Benedicto XVI a los participantes en una reunión de la FAO: "La creciente globalización de los mercados no siempre favorece la disponibilidad de alimentos, y los sistemas productivos con frecuencia se ven condicionados por límites estructurales, así como por políticas proteccionistas y fenómenos especulativos que dejan a poblaciones enteras al margen de los procesos de desarrollo. A la luz de esta situación, es necesario reafirmar con fuerza que el hambre y la desnutrición son inaceptables. El gran desafío de hoy consiste en globalizar no sólo los intereses económicos y comerciales, sino también las expectativas de solidaridad.
Os exhorto a continuar las reformas estructurales que son indispensables... La pobreza y la desnutrición no son una mera fatalidad. El derecho a la alimentación responde principalmente a una motivación ética: "dar de comer a los hambrientos" (cf. Mt 25, 35), que apremia a compartir los bienes materiales como muestra del amor que todos necesitamos y permite combatir la causa principal del hambre, es decir, la cerrazón del ser humano con respecto a sus semejantes que disuelve la solidaridad, justifica los modelos de vida consumistas y disgrega el tejido social, preservando, e incluso aumentando, la brecha de injustos equilibrios, y descuidando las exigencias más profundas del bien.
La Iglesia católica quiere unirse a este esfuerzo. Basándose en la antigua sabiduría, inspirada por el Evangelio, hace un llamamiento firme y apremiante, que sigue siendo de gran actualidad: "Da de comer al que está muriéndose de hambre, porque, si no le das de comer, lo matarás".
ACTUAR
Son necesarias reformas estructurales, sí; pero éstas nos rebasan a la mayoría. En cambio, la solidaridad, que es darse al que está solo, está al alcance de todos, incluso de los pobres. Hay que compartir con quien sufre más que nosotros, y abrir el corazón para estar cerca de quien más padece las consecuencias de la crisis alimentaria. Hay que evitar gastos innecesarios, lujos superfluos, modas transitorias, antojos momentáneos. En vez de consumir tanto refresco embotellado, hacer aguas frescas en casa; en vez de tanto uso de celular, moderación; en vez de gastar en caprichos personales, ahorrar; en vez de ir tanto a los centros comerciales, y gastar por gastar, reducirse a lo indispensable. Educar a los niños y jóvenes en la austeridad, asumiendo por convicción un estilo sobrio de vida.
Intercesores con Cristo / Autor: Maximiliano Calvo, fundador de la Comunidad de Jerusalén
La ley fundamental: Permanecer en Él
'Si alguno me ama, guardará mí Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la Palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado.' (Jn 14,23-24).
1. Colaboradores secundarios, pero necesarios
El intercesor tiene que colocarse en el centro de distribución de la misericordia de Dios para influir en su reparto a favor de la humanidad. Esto es muy importante, pero insuficiente. El éxito de nuestros trabajos con Dios o para él depende en último caso de Dios y de nuestra colaboración sometida a él y dirigida por él.
Existe el peligro de equivocarnos, y creo que de hecho este error es muy frecuente y se produce cuando pensamos que nuestra colaboración con Dios se realiza en un plano de la igualdad, es decir, cuando creemos que nuestro trabajo es de la misma calidad que el suyo o tiene tanta importancia como el suyo; como si se tratara de una sociedad en la que uno pone una parte pequeña del capital al lado de otro que pone la parte mayoritaria. Ahora bien, lo que nosotros tenemos que aportar no es de la misma calidad ni del mismo valor que lo que aporta el Señor.
· Los discípulos somos, como intercesores, colaboradores secundarios y dependientes. Con esto queremos decir que nosotros no somos de la misma categoría que nuestro socio principal, sino que nuestra colaboración es necesaria únicamente porque él quiere tenerla, pero no porque la necesite; y por otra parte, que nuestra colaboración no serviría de nada, si no estuviera marcada por el sello de su poder y su presencia.
· En segundo lugar, esta colaboración, a pesar de ser tan pequeña, está condicionada por nuestra relación con el Señor. El cristiano es, no lo olvidemos, alguien que está en Cristo. Desde esta posición es como tiene que realizar todas sus operaciones de discipulo. Y es en definitiva su modo de estar en Cristo vitalmente lo que le califica como intercesor apropiado, ya que en último caso ~digámoslo una vez más- sólo hay un Sumo Sacerdote, un intercesor válido ante Dios, y éste es su Hijo.
2. Principio fundamental: permanecer en Él
Los acontecimientos y los trabajos de la vida suelen tener muchos puntos de referencia, suelen apoyarse en numerosas situaciones y circunstancias para desarrollar sus objetivos; por eso es necesario tenerlos todos en cuenta, si no queremos fracasar, y darles a cada uno la importancia que tiene ni más ni menos. Este principio hay que aplicarlo a la tarea de la intercesión. Por eso, hablamos de un principio fundamental del que hay que partir para no fracasar: se trata de «estar y permanecer en Cristo».
· Este principio no es resultado de una investigación ni de un acuerdo entre Dios y los hombres, sino simplemente una norma establecida por el Dios soberano. A nosotros sólo nos queda la oportunidad de aceptarla o rechazarla, pero nunca de cambiarla; aunque lo intentáramos y llegáramos a conseguirlo, veríamos que no funcionaba.
3. La permanencia en la Palabra de Dios
Puesto que la Palabra es la fuente de información a través de la cual Dios nos habla, y además es totalmente fiable, conviene que partamos de lo que ella nos dice, en este caso por boca de nuestro intercesor:
1) La permanencia en él es un mandato y la posición correcta para dar fruto: «Permaneced en mí como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por si mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros, sí no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros, los sarmientos» (Jn 15,4).
2) Jesucristo es la morada normal de sus discípulos:
«Habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios» (Col 3,3). «Yo soy la vid y vosotros los sarmientos. El que permanece en mi y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5).
3) La permanencia en él es la condición fundamental para un buen intercesor: «Sí permanecéis en mi, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis» (Jn 15,7).
La permanencia no significa estar a su lado, sino estar viviendo en él su misma vida, con una vida personal tan transformada en la suya que parece fundida en la suya, perdida en la suya, hasta el punto de recibir la vida de él como el sarmiento la recibe de la cepa. Cuando no sucede esto, no podemos dar fruto o lo que el Señor llama fruto, que con frecuencia no coincide con lo que los hombres llamamos así.
· No hay distintas clases de cepas de las que podemos recibir vida y capacidad; sólo hay una y ésta es Jesucristo. Cuando nos autoinjertamos en otras cepas no recibimos vida y, en consecuencia, tampoco producimos frutos de vida. El intercesor es, según este planteamiento, aquel que vive en él, recibe vida de él, pide lo que quiere ~e acuerdo con el Sumo Intercesor con el que vive identificado, y por tanto no sabe pensar ni querer ni pedir otra cosa distinta- y para terminar consigue lo que pide.
4. La prueba de la permanencia
¡Separados de él no podemos hacer nada! Y sin embargo apenas nos preocupamos de ver si estamos en él o separados de él y, en el primer caso, si estamos bien o mal injertados. ¿Por qué será? Cuando tratamos asuntos importantes necesitamos pruebas y seguridades. ¿No es lógico que, tratándose de algo tan importante como de la posibilidad de alcanzar para el mundo la misericordia y el poder de Dios, tratemos de ver si estamos en condiciones de hacerlo? ~Cómo lo podemos saber? También tenemos la respuesta en la Palabra y por boca del mismo Señor: Si guardamos sus mandamientos.
1) Es la condición primera para ser discípulo, es decir, antes de soñar con una permanencia real y profunda en él y mientras estamos recorriendo el camino del acercamiento, ya hemos de caracterizarnos por guardar sus mandamientos. ¡Cuánto más habrá que guardarlos si queremos permanecer en él! Es imposible permanecer en él y no guardar sus mandamientos, como es imposible, por ejemplo, que estén juntas la luz y las tinieblas: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos» (Jn 8,31).
2) Guardar sus mandamientos -su Palabra- es la señal de que amamos a Dios: «En esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos» (1 Jn 5,3). Más aún: es señal de que el amor de Dios viene a nosotros: «Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor» (Jn 15,10).
3) Por tanto el resultado siguiente es la comunión en el amor de la Trinidad: «Si alguno me ama, guardará mí Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él» (Jn 14,23). Y entonces y desde ahí nada es imposible.
5. A ejemplo del Sumo Intercesor
Dicen el Espíritu y la Palabra: «Quien dice que permanece en él, debe vivir como vivió él» (1 Jn 2,6). Ni más ni menos. Jesús nos dio ejemplo de su modo de vivir la permanencia en el Padre y nos enseñó acerca de ella.
· Aunque el amor no se puede separar de la realidad, necesitamos tener algún tipo de baremo práctico para poder analizar nuestro amor y saber por dónde nos movemos:
este baremo es la propia vida. Los hechos concretos de nuestra experiencia dicen por si mismos algo acerca de lo que se esconde detrás de ellos, cuáles son las causas que los motivan, hacia dónde se dirigen, qué efectos producen, etc. Estos datos nos definen el amor real o, silo preferimos, la realidad del amor. ¡Vivir como él vivió! Pero ¿cómo vivió?
· Vivió unido al Padre:
«Yo vivo por el Padre» (Jn 6,57).
«El Padre y yo somos uno» (Jn 10,30).
· Para dar gloria al Padre:
«Yo te he glorificado en la tierra» (Jn 17,4).
«Todo lo que pidiereis al Padre en mí nombre, yo lo haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo» (Jn 14,13).
· Haciendo la voluntad del Padre:
«He bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado» (Jn 6,38).
· Llevando a cabo con perfección la misión encomendada:
«Te he glorificado. .. llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar» (Jn 17,4).
«Todo está cumplido» (Jn 19,30).
....................................
Texto extraido del apartado 15 del libro
INTERCESORES CON CRISTO
Aproximación a la misión intercesora del cristiano como miembro de un pueblo sacerdotal llamado y capacitado para interceder con Cristo ante el Padre.
Ed Luis Vives, 188 p. Autor: Maximiliano Calvo.
Primera Edición 1997, Sexta Edición 2001
Fuente: Comunidad de Jerusalén
'Si alguno me ama, guardará mí Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la Palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado.' (Jn 14,23-24).
1. Colaboradores secundarios, pero necesarios
El intercesor tiene que colocarse en el centro de distribución de la misericordia de Dios para influir en su reparto a favor de la humanidad. Esto es muy importante, pero insuficiente. El éxito de nuestros trabajos con Dios o para él depende en último caso de Dios y de nuestra colaboración sometida a él y dirigida por él.
Existe el peligro de equivocarnos, y creo que de hecho este error es muy frecuente y se produce cuando pensamos que nuestra colaboración con Dios se realiza en un plano de la igualdad, es decir, cuando creemos que nuestro trabajo es de la misma calidad que el suyo o tiene tanta importancia como el suyo; como si se tratara de una sociedad en la que uno pone una parte pequeña del capital al lado de otro que pone la parte mayoritaria. Ahora bien, lo que nosotros tenemos que aportar no es de la misma calidad ni del mismo valor que lo que aporta el Señor.
· Los discípulos somos, como intercesores, colaboradores secundarios y dependientes. Con esto queremos decir que nosotros no somos de la misma categoría que nuestro socio principal, sino que nuestra colaboración es necesaria únicamente porque él quiere tenerla, pero no porque la necesite; y por otra parte, que nuestra colaboración no serviría de nada, si no estuviera marcada por el sello de su poder y su presencia.
· En segundo lugar, esta colaboración, a pesar de ser tan pequeña, está condicionada por nuestra relación con el Señor. El cristiano es, no lo olvidemos, alguien que está en Cristo. Desde esta posición es como tiene que realizar todas sus operaciones de discipulo. Y es en definitiva su modo de estar en Cristo vitalmente lo que le califica como intercesor apropiado, ya que en último caso ~digámoslo una vez más- sólo hay un Sumo Sacerdote, un intercesor válido ante Dios, y éste es su Hijo.
2. Principio fundamental: permanecer en Él
Los acontecimientos y los trabajos de la vida suelen tener muchos puntos de referencia, suelen apoyarse en numerosas situaciones y circunstancias para desarrollar sus objetivos; por eso es necesario tenerlos todos en cuenta, si no queremos fracasar, y darles a cada uno la importancia que tiene ni más ni menos. Este principio hay que aplicarlo a la tarea de la intercesión. Por eso, hablamos de un principio fundamental del que hay que partir para no fracasar: se trata de «estar y permanecer en Cristo».
· Este principio no es resultado de una investigación ni de un acuerdo entre Dios y los hombres, sino simplemente una norma establecida por el Dios soberano. A nosotros sólo nos queda la oportunidad de aceptarla o rechazarla, pero nunca de cambiarla; aunque lo intentáramos y llegáramos a conseguirlo, veríamos que no funcionaba.
3. La permanencia en la Palabra de Dios
Puesto que la Palabra es la fuente de información a través de la cual Dios nos habla, y además es totalmente fiable, conviene que partamos de lo que ella nos dice, en este caso por boca de nuestro intercesor:
1) La permanencia en él es un mandato y la posición correcta para dar fruto: «Permaneced en mí como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por si mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros, sí no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros, los sarmientos» (Jn 15,4).
2) Jesucristo es la morada normal de sus discípulos:
«Habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios» (Col 3,3). «Yo soy la vid y vosotros los sarmientos. El que permanece en mi y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5).
3) La permanencia en él es la condición fundamental para un buen intercesor: «Sí permanecéis en mi, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis» (Jn 15,7).
La permanencia no significa estar a su lado, sino estar viviendo en él su misma vida, con una vida personal tan transformada en la suya que parece fundida en la suya, perdida en la suya, hasta el punto de recibir la vida de él como el sarmiento la recibe de la cepa. Cuando no sucede esto, no podemos dar fruto o lo que el Señor llama fruto, que con frecuencia no coincide con lo que los hombres llamamos así.
· No hay distintas clases de cepas de las que podemos recibir vida y capacidad; sólo hay una y ésta es Jesucristo. Cuando nos autoinjertamos en otras cepas no recibimos vida y, en consecuencia, tampoco producimos frutos de vida. El intercesor es, según este planteamiento, aquel que vive en él, recibe vida de él, pide lo que quiere ~e acuerdo con el Sumo Intercesor con el que vive identificado, y por tanto no sabe pensar ni querer ni pedir otra cosa distinta- y para terminar consigue lo que pide.
4. La prueba de la permanencia
¡Separados de él no podemos hacer nada! Y sin embargo apenas nos preocupamos de ver si estamos en él o separados de él y, en el primer caso, si estamos bien o mal injertados. ¿Por qué será? Cuando tratamos asuntos importantes necesitamos pruebas y seguridades. ¿No es lógico que, tratándose de algo tan importante como de la posibilidad de alcanzar para el mundo la misericordia y el poder de Dios, tratemos de ver si estamos en condiciones de hacerlo? ~Cómo lo podemos saber? También tenemos la respuesta en la Palabra y por boca del mismo Señor: Si guardamos sus mandamientos.
1) Es la condición primera para ser discípulo, es decir, antes de soñar con una permanencia real y profunda en él y mientras estamos recorriendo el camino del acercamiento, ya hemos de caracterizarnos por guardar sus mandamientos. ¡Cuánto más habrá que guardarlos si queremos permanecer en él! Es imposible permanecer en él y no guardar sus mandamientos, como es imposible, por ejemplo, que estén juntas la luz y las tinieblas: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos» (Jn 8,31).
2) Guardar sus mandamientos -su Palabra- es la señal de que amamos a Dios: «En esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos» (1 Jn 5,3). Más aún: es señal de que el amor de Dios viene a nosotros: «Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor» (Jn 15,10).
3) Por tanto el resultado siguiente es la comunión en el amor de la Trinidad: «Si alguno me ama, guardará mí Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él» (Jn 14,23). Y entonces y desde ahí nada es imposible.
5. A ejemplo del Sumo Intercesor
Dicen el Espíritu y la Palabra: «Quien dice que permanece en él, debe vivir como vivió él» (1 Jn 2,6). Ni más ni menos. Jesús nos dio ejemplo de su modo de vivir la permanencia en el Padre y nos enseñó acerca de ella.
· Aunque el amor no se puede separar de la realidad, necesitamos tener algún tipo de baremo práctico para poder analizar nuestro amor y saber por dónde nos movemos:
este baremo es la propia vida. Los hechos concretos de nuestra experiencia dicen por si mismos algo acerca de lo que se esconde detrás de ellos, cuáles son las causas que los motivan, hacia dónde se dirigen, qué efectos producen, etc. Estos datos nos definen el amor real o, silo preferimos, la realidad del amor. ¡Vivir como él vivió! Pero ¿cómo vivió?
· Vivió unido al Padre:
«Yo vivo por el Padre» (Jn 6,57).
«El Padre y yo somos uno» (Jn 10,30).
· Para dar gloria al Padre:
«Yo te he glorificado en la tierra» (Jn 17,4).
«Todo lo que pidiereis al Padre en mí nombre, yo lo haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo» (Jn 14,13).
· Haciendo la voluntad del Padre:
«He bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado» (Jn 6,38).
· Llevando a cabo con perfección la misión encomendada:
«Te he glorificado. .. llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar» (Jn 17,4).
«Todo está cumplido» (Jn 19,30).
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Texto extraido del apartado 15 del libro
INTERCESORES CON CRISTO
Aproximación a la misión intercesora del cristiano como miembro de un pueblo sacerdotal llamado y capacitado para interceder con Cristo ante el Padre.
Ed Luis Vives, 188 p. Autor: Maximiliano Calvo.
Primera Edición 1997, Sexta Edición 2001
Fuente: Comunidad de Jerusalén
sábado, 14 de junio de 2008
Diario inglés anuncia que Presidente Bush podría convertirse al catolicismo
ROMA, (ACI).- El diario inglés The Telegraph, en su edición de hoy al informar sobre el encuentro privado del Papa Benedicto XVI con el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, publicó una nota en la que señala que el mandatario estadounidense estaría cerca de convertirse al catolicismo.Esta publicación afirma que durante el encuentro, el Presidente subía las escaleras que daban a la Torre de San Juan, en los jardines vaticanos, repitiendo "¡Qué honor, qué honor, qué honor!"
Tras oír al coro que cantó para ambos, siguieron su camino hasta la gruta de la Virgen de Lourdes, precisa The Telegraph, en donde Bush no se arrodilló, pero "se cree que sí rezó con el Papa en privado", como lo hicieron "en la Oficina Oval de la Casa Blanca".
The Telegraph indica luego que distintos diarios italianos han estado comentando la noticia, especialmente Il Foglio. Esta publicación italiana cita a un "eclesiástico que conoce bien la Curia romana y los Estados Unidos". Según esta fuente "todo es posible, especialmente para alguien renacido como Bush. Ciertamente si cualquier cosa debiera suceder, será después de culminar su mandato presidencial, no antes. Similar a (Tony) Blair, pero con contextos ligeramente diversos".
Este diario italiano recuerda también que el ex gobernador de Florida y hermano del mandatario, Jeb Bush, ya se ha convertido al catolicismo; y que la conversión de George debería ser más sencilla que la del "líder laborista (Blair)".
De otro lado, ya el 13 de abril, antes de que el Papa llegara a Estados Unidos, el diario estadounidense The Washington Post publicaba un artículo titulado "A catholic wind in the White House" (Un viento católico en la Casa Blanca), en el que comparaba el caso de Bush con el de Tony Blair, ex Primer Ministro inglés que se convirtió al catolicismo al dejar su cargo.
Este artículo citaba, sin mencionarlo, al P. George William Rutler, un sacerdote converso del anglicanismo en 1979 y amigo de Bush, que comentaba que al mandatario "lo que lo fascina del catolicismo es su plausibilidad histórica. Aprecia la teología sistemática de la Iglesia, su fuerza de persuasión y su estabilidad intelectual". "Bush respeta el modo en el que el catolicismo comienza, con la noción de que el papado es querido por Dios y que el Papa es el Sucesor de Pedro".
The Washington Post afirmaba también que George W. Bush "actualmente asiste a una iglesia episcopaliana en Washington y pertenece a una iglesia metodista en Texas".
Tras oír al coro que cantó para ambos, siguieron su camino hasta la gruta de la Virgen de Lourdes, precisa The Telegraph, en donde Bush no se arrodilló, pero "se cree que sí rezó con el Papa en privado", como lo hicieron "en la Oficina Oval de la Casa Blanca".
The Telegraph indica luego que distintos diarios italianos han estado comentando la noticia, especialmente Il Foglio. Esta publicación italiana cita a un "eclesiástico que conoce bien la Curia romana y los Estados Unidos". Según esta fuente "todo es posible, especialmente para alguien renacido como Bush. Ciertamente si cualquier cosa debiera suceder, será después de culminar su mandato presidencial, no antes. Similar a (Tony) Blair, pero con contextos ligeramente diversos".
Este diario italiano recuerda también que el ex gobernador de Florida y hermano del mandatario, Jeb Bush, ya se ha convertido al catolicismo; y que la conversión de George debería ser más sencilla que la del "líder laborista (Blair)".
De otro lado, ya el 13 de abril, antes de que el Papa llegara a Estados Unidos, el diario estadounidense The Washington Post publicaba un artículo titulado "A catholic wind in the White House" (Un viento católico en la Casa Blanca), en el que comparaba el caso de Bush con el de Tony Blair, ex Primer Ministro inglés que se convirtió al catolicismo al dejar su cargo.
Este artículo citaba, sin mencionarlo, al P. George William Rutler, un sacerdote converso del anglicanismo en 1979 y amigo de Bush, que comentaba que al mandatario "lo que lo fascina del catolicismo es su plausibilidad histórica. Aprecia la teología sistemática de la Iglesia, su fuerza de persuasión y su estabilidad intelectual". "Bush respeta el modo en el que el catolicismo comienza, con la noción de que el papado es querido por Dios y que el Papa es el Sucesor de Pedro".
The Washington Post afirmaba también que George W. Bush "actualmente asiste a una iglesia episcopaliana en Washington y pertenece a una iglesia metodista en Texas".
viernes, 13 de junio de 2008
El silencio desencadena los frutos / Autores: Conchi y Arturo
"El fruto del silencio es la oración.
El fruto de la oración es la fe.
El fruto de la fe es el amor.
El fruto del amor es el servicio.
El fruto del servicio es la paz."
( Beata Teresa de Calcuta)
La sabiduría de la Madre Teresa de Calcuta nos enseña el verdadero camino práctico para poner la fe por obras. Personalmente debemos tener tiempo para el silencio y acoger la gracia de Dios en el corazón. Nada de lo que hagamos en grupos o parroquias como actividad dará frutos si no tiene como fundamento la suma de muchas oraciones personales realizadas en el silencio para el bien propio y común.
Poner la fe por obras es cumplir el primer mandamiento: Amar al Señor sobre todas las cosas. Quien ama desea tener relación con el amado. La oración personal es el motor de toda la vida espiritual. Jesús advierte a sus discípulos: "vosotros no podéis dar fruto si no permanecéis unidos a mí". (Juan 15, 4).
Acoger la fe y hacerla crecer en el Amor de Dios es algo que nos llevará toda la vida. El mejor bien que podemos aportar a nuestra comunidad es el de amarnos los unos a los otros como Dios mismo nos ama. Esa es la esencia de toda vocación cristiana.
El crecimiento personal en la fe se produce cuando aceptamos interiormente que somos débiles. Sólo Dios puede transformar con su Amor aquello que nos impide amar y entrar en comunión con los demás: egoísmo, orgullo, heridas emocionales, complejos, miedos, individualismo, autoritarismo...
María Armenteros, fundadora de la Comunidad de los Siervos de Cristo Vivo, cuenta como el Señor en su oración personal le pidió que tuviera tiempo para Él de silencio en el cual le mostraría las cosas que deseaba cambiar en ella. Cuando María tuvo el convencimiento interior de que el Señor le pedía ese tiempo añadido de silencio, ya predicaba por todo el mundo de forma masiva, realizando retiros y encuentros con laicos, sacerdotes y obispos.
Pero Dios siempre desea hacernos crecer más para poder utilizarnos como auténticos instauradores de su Reino. A María Armenteros el Señor le muestra cada día cosas que desea cambiar en ella y con la oración las va transformando. El Amor de Dios va apoderándose del corazón de María y la hace eficaz en cualquier servicio para su Iglesia.
La eficacia en el servicio es el Amor de Dios que damos a los demás con nuestra propia vida. El fruto debe ser que las personas tengan un encuentro y experiencia personal con el Amor del Señor y desde ese momento decidan convertirlo en el centro de su vida. Cuando somos nosotros los protagonistas de las actividades y la gente acude porque les caemos bien, somos divertidos, simpáticos, tenemos un lenguaje atractivo y una personalidad atrayente..., el resultado puede ser humanamente y en apariencia espectacular, pero vacio espiritualmente. Si nosotros somos el centro de la vida pastoral, no lo será Jesús. La evangelización consiste en eso, en llevar a las personas a sentirse amadas y amar a Dios.
Por eso, porque muchas veces hemos servido sin orar, nos sentimos vacíos y sin paz. El servicio es un fruto de la llamada del Amor de Dios en nosotros y para los hermanos. La beata Teresa de Calcuta lo resume así: "Dios no pretende de mí que tenga éxito. Solo me exige que le sea fiel. Nosotros predicamos un Dios bueno, comprensivo, generoso y compasivo. Pero, ¿lo predicamos también a través de nuestras actitudes? Si queremos ser coherentes con lo que decimos todos deben poder ver esa bondad, ese perdón y esa comprensión en nosotros".
Estamos llamados a ser como niños, a ponernos en el regazo de nuestro Padre para que nos alimente y nos haga crecer en la escucha de su voz para ser fieles a su voluntad. Por eso ahora te invitamos a que humildemente dejes que un niño oré por tí en el siguiente video en 1 minuto:
Ahora sigue orando ante el Santísimo Sacramento con fray Nelson Medina:
El fruto de la oración es la fe.
El fruto de la fe es el amor.
El fruto del amor es el servicio.
El fruto del servicio es la paz."
( Beata Teresa de Calcuta)
La sabiduría de la Madre Teresa de Calcuta nos enseña el verdadero camino práctico para poner la fe por obras. Personalmente debemos tener tiempo para el silencio y acoger la gracia de Dios en el corazón. Nada de lo que hagamos en grupos o parroquias como actividad dará frutos si no tiene como fundamento la suma de muchas oraciones personales realizadas en el silencio para el bien propio y común.
Poner la fe por obras es cumplir el primer mandamiento: Amar al Señor sobre todas las cosas. Quien ama desea tener relación con el amado. La oración personal es el motor de toda la vida espiritual. Jesús advierte a sus discípulos: "vosotros no podéis dar fruto si no permanecéis unidos a mí". (Juan 15, 4).
Acoger la fe y hacerla crecer en el Amor de Dios es algo que nos llevará toda la vida. El mejor bien que podemos aportar a nuestra comunidad es el de amarnos los unos a los otros como Dios mismo nos ama. Esa es la esencia de toda vocación cristiana.
El crecimiento personal en la fe se produce cuando aceptamos interiormente que somos débiles. Sólo Dios puede transformar con su Amor aquello que nos impide amar y entrar en comunión con los demás: egoísmo, orgullo, heridas emocionales, complejos, miedos, individualismo, autoritarismo...
María Armenteros, fundadora de la Comunidad de los Siervos de Cristo Vivo, cuenta como el Señor en su oración personal le pidió que tuviera tiempo para Él de silencio en el cual le mostraría las cosas que deseaba cambiar en ella. Cuando María tuvo el convencimiento interior de que el Señor le pedía ese tiempo añadido de silencio, ya predicaba por todo el mundo de forma masiva, realizando retiros y encuentros con laicos, sacerdotes y obispos.
Pero Dios siempre desea hacernos crecer más para poder utilizarnos como auténticos instauradores de su Reino. A María Armenteros el Señor le muestra cada día cosas que desea cambiar en ella y con la oración las va transformando. El Amor de Dios va apoderándose del corazón de María y la hace eficaz en cualquier servicio para su Iglesia.
La eficacia en el servicio es el Amor de Dios que damos a los demás con nuestra propia vida. El fruto debe ser que las personas tengan un encuentro y experiencia personal con el Amor del Señor y desde ese momento decidan convertirlo en el centro de su vida. Cuando somos nosotros los protagonistas de las actividades y la gente acude porque les caemos bien, somos divertidos, simpáticos, tenemos un lenguaje atractivo y una personalidad atrayente..., el resultado puede ser humanamente y en apariencia espectacular, pero vacio espiritualmente. Si nosotros somos el centro de la vida pastoral, no lo será Jesús. La evangelización consiste en eso, en llevar a las personas a sentirse amadas y amar a Dios.
Por eso, porque muchas veces hemos servido sin orar, nos sentimos vacíos y sin paz. El servicio es un fruto de la llamada del Amor de Dios en nosotros y para los hermanos. La beata Teresa de Calcuta lo resume así: "Dios no pretende de mí que tenga éxito. Solo me exige que le sea fiel. Nosotros predicamos un Dios bueno, comprensivo, generoso y compasivo. Pero, ¿lo predicamos también a través de nuestras actitudes? Si queremos ser coherentes con lo que decimos todos deben poder ver esa bondad, ese perdón y esa comprensión en nosotros".
Estamos llamados a ser como niños, a ponernos en el regazo de nuestro Padre para que nos alimente y nos haga crecer en la escucha de su voz para ser fieles a su voluntad. Por eso ahora te invitamos a que humildemente dejes que un niño oré por tí en el siguiente video en 1 minuto:
Ahora sigue orando ante el Santísimo Sacramento con fray Nelson Medina:
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Eucaristía y pedagogía del amor contra la prostitución femenina / Autor: Mirko Testa
La experiencia de las Adoratrices, una congregación nacida en España en 1856
ROMA, (ZENIT.org).- La mayoría de las mujeres obligadas a prostituirse que recibe un apoyo personalizado e integral, a lo largo de un tiempo adecuado, logra cambiar de vida y recuperar la autonomía perdida.
Es la experiencia relatada por sor Aurelia Agredano, española, de las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, durante un congreso internacional dedicado a las religiosas que luchan contra la trata de seres humanos, celebrado en Roma hasta el 6 de junio.
Interviniendo el 4 de junio, sor Aurelia explicó los proyectos llevados adelante por su congregación, nacida en 1856 en Madrid para combatir el tráfico de mujeres para la explotación sexual, y que hoy cuenta con cerca de 1.300 religiosas en 22 países (en casi toda América Latina y también en Japón, Camboya y Vietnam).
La fundadora, santa María Micaela del Santísimo Sacramento, pertenecía a la aristocracia española, y era muy activa desde la juventud en el apostolado y en las obras caritativas. Un vez, visitando a los enfermos del Hospital de San Juan de Dios en Madrid, y prestando asistencia a las muchachas afectadas por enfermedades venéreas, conoció a una joven enferma "la chica del chal", que había caído víctima de la mala vida, convenciéndola para que regresara con su familia. Fue entonces cuando descubrió la realidad social de la prostitución y decidió fundar colegios para ayudar a estas chicas, víctimas de la miseria y la ignorancia.
Sor Aurelia Agredano, que ha vivido durante ocho años en estrecho contacto con esta realidad y con muchachas de diversos países caídas en la red de la trata, ha hablado a Zenit del proyecto "Esperanza", creado en 1999 en España. "Es un programa que pone en el centro a la mujer, con su realidad concreta y que exige una elección hecha en plena libertad", explica.
"Más precisamente -añade--, es un camino marcado por etapas caracterizadas por objetivos concretos y por diversas estructuras de acogida, donde la mujer es la auténtica protagonista y la destinataria de una atención individualizada e integral desde el punto de vista físico, psíquico, social y espiritual".
"De este modo -afirma la religiosa- desde la ‘vida cotidiana' en nuestras ‘Casas de familia', empezamos a recuperar la confianza perdida, empiezan a participar activamente, a recuperar una vida normal con el estudio, la búsqueda de un empleo, hasta llegar a la completa autonomía".
Por las tres casa de acogida españolas han pasado unas cincuenta mujeres, pero son cerca de 300 las que están en contacto. "Somos muy activas en la denuncia social -relata--, con acciones programadas a través de los medios de comunicación, revistas, video; animamos acciones de sensibilización para generar espacios comunes de reflexión crítica, pero sobre todo nos empeñamos en la formación".
"Nuestra fundadora veía en la formación el único medio de salvación o rescate para estas chicas -añade--. Por esto son importantes la promoción y la reinserción sociales, de otro modo se corre el riesgo de hacerlas caer de nuevo en el mismo círculo vicioso".
"El itinerario de liberación de las jóvenes dura cerca de dos años -dice sor Aurelia- y no es sencillo. Al principio hacemos sensibilización en las comisarías, en los centros para inmigrantes, en las embajadas". "En las casa de acogida, vivimos junto a ellas, tratando de crear un clima de familia, con todas las dificultades que se derivan de la diversidad de lengua y de las dinámicas psicológicas consecuencia de los sufrimientos que han padecido".
A menudo, sin embargo, no faltan amenazas y riesgos de chantaje por parte de la criminalidad que gestiona el tráfico. "Tratamos de ser muy prudentes -admite sor Aurelia- y ágiles para cambiar vivienda de un puesto a otro. En Bélgica, hemos tenido que cerrar una casa porque nos habían amenazado".
Al final del itinerario, las chicas pueden decidir si vuelven a su país o se quedan. "En este caso, damos la oportunidad de estudiar la lengua, formarse y buscar un trabajo", precisa la religiosa.
La financiación de los proyectos proviene en general de la misma congregación o de fundaciones relacionadas, alguna vez de subvenciones públicas y privadas.
"Nuestra misión -añade- se alimenta en la adoración continua de Jesús Eucaristía, en espíritu y verdad, y encaminada a liberar y promover a la mujer explotada por la prostitución o víctima de otras situaciones de esclavitud".
"Nosotras las Adoratrices queremos mirar al mundo a partir de la Eucaristía -dice sor Aurelia--; el Dios que adoramos en el Sacramento es el mismo que encontramos cada vez en las mujeres a las que somos enviadas".
"Como Adoratrices, afrontamos la realidad de la mujer víctima de la trata, desde una espiritualidad y una pedagogía concretas: la espiritualidad eucarística y la pedagogía del amor".
El secreto, dice, esta todo aquí: "Educar en libertad y con amor, ‘sin castigos ni durezas', como afirmaba nuestra fundadora. Respetar a las jóvenes. Creer en ellas. Hacer que cada joven se sienta importante y protagonista de su camino".
---------------------------------
Traducido del italiano por Nieves San Martín
ROMA, (ZENIT.org).- La mayoría de las mujeres obligadas a prostituirse que recibe un apoyo personalizado e integral, a lo largo de un tiempo adecuado, logra cambiar de vida y recuperar la autonomía perdida.
Es la experiencia relatada por sor Aurelia Agredano, española, de las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, durante un congreso internacional dedicado a las religiosas que luchan contra la trata de seres humanos, celebrado en Roma hasta el 6 de junio.
Interviniendo el 4 de junio, sor Aurelia explicó los proyectos llevados adelante por su congregación, nacida en 1856 en Madrid para combatir el tráfico de mujeres para la explotación sexual, y que hoy cuenta con cerca de 1.300 religiosas en 22 países (en casi toda América Latina y también en Japón, Camboya y Vietnam).
La fundadora, santa María Micaela del Santísimo Sacramento, pertenecía a la aristocracia española, y era muy activa desde la juventud en el apostolado y en las obras caritativas. Un vez, visitando a los enfermos del Hospital de San Juan de Dios en Madrid, y prestando asistencia a las muchachas afectadas por enfermedades venéreas, conoció a una joven enferma "la chica del chal", que había caído víctima de la mala vida, convenciéndola para que regresara con su familia. Fue entonces cuando descubrió la realidad social de la prostitución y decidió fundar colegios para ayudar a estas chicas, víctimas de la miseria y la ignorancia.
Sor Aurelia Agredano, que ha vivido durante ocho años en estrecho contacto con esta realidad y con muchachas de diversos países caídas en la red de la trata, ha hablado a Zenit del proyecto "Esperanza", creado en 1999 en España. "Es un programa que pone en el centro a la mujer, con su realidad concreta y que exige una elección hecha en plena libertad", explica.
"Más precisamente -añade--, es un camino marcado por etapas caracterizadas por objetivos concretos y por diversas estructuras de acogida, donde la mujer es la auténtica protagonista y la destinataria de una atención individualizada e integral desde el punto de vista físico, psíquico, social y espiritual".
"De este modo -afirma la religiosa- desde la ‘vida cotidiana' en nuestras ‘Casas de familia', empezamos a recuperar la confianza perdida, empiezan a participar activamente, a recuperar una vida normal con el estudio, la búsqueda de un empleo, hasta llegar a la completa autonomía".
Por las tres casa de acogida españolas han pasado unas cincuenta mujeres, pero son cerca de 300 las que están en contacto. "Somos muy activas en la denuncia social -relata--, con acciones programadas a través de los medios de comunicación, revistas, video; animamos acciones de sensibilización para generar espacios comunes de reflexión crítica, pero sobre todo nos empeñamos en la formación".
"Nuestra fundadora veía en la formación el único medio de salvación o rescate para estas chicas -añade--. Por esto son importantes la promoción y la reinserción sociales, de otro modo se corre el riesgo de hacerlas caer de nuevo en el mismo círculo vicioso".
"El itinerario de liberación de las jóvenes dura cerca de dos años -dice sor Aurelia- y no es sencillo. Al principio hacemos sensibilización en las comisarías, en los centros para inmigrantes, en las embajadas". "En las casa de acogida, vivimos junto a ellas, tratando de crear un clima de familia, con todas las dificultades que se derivan de la diversidad de lengua y de las dinámicas psicológicas consecuencia de los sufrimientos que han padecido".
A menudo, sin embargo, no faltan amenazas y riesgos de chantaje por parte de la criminalidad que gestiona el tráfico. "Tratamos de ser muy prudentes -admite sor Aurelia- y ágiles para cambiar vivienda de un puesto a otro. En Bélgica, hemos tenido que cerrar una casa porque nos habían amenazado".
Al final del itinerario, las chicas pueden decidir si vuelven a su país o se quedan. "En este caso, damos la oportunidad de estudiar la lengua, formarse y buscar un trabajo", precisa la religiosa.
La financiación de los proyectos proviene en general de la misma congregación o de fundaciones relacionadas, alguna vez de subvenciones públicas y privadas.
"Nuestra misión -añade- se alimenta en la adoración continua de Jesús Eucaristía, en espíritu y verdad, y encaminada a liberar y promover a la mujer explotada por la prostitución o víctima de otras situaciones de esclavitud".
"Nosotras las Adoratrices queremos mirar al mundo a partir de la Eucaristía -dice sor Aurelia--; el Dios que adoramos en el Sacramento es el mismo que encontramos cada vez en las mujeres a las que somos enviadas".
"Como Adoratrices, afrontamos la realidad de la mujer víctima de la trata, desde una espiritualidad y una pedagogía concretas: la espiritualidad eucarística y la pedagogía del amor".
El secreto, dice, esta todo aquí: "Educar en libertad y con amor, ‘sin castigos ni durezas', como afirmaba nuestra fundadora. Respetar a las jóvenes. Creer en ellas. Hacer que cada joven se sienta importante y protagonista de su camino".
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Traducido del italiano por Nieves San Martín
La fuente de todo amor / Autor: Henri Nouwen
Sin el amor de nuestros padres, hermanas, hermanos, cónyuges, los amantes y amigos, no podemos vivir. Sin amor morimos.
Sin embargo, para muchas personas este amor les llega roto y de forma limitada. Puede ser viciado por el juego del poder, los celos, el resentimiento, la venganza, e incluso el abuso. No hay amor humano
perfecto. Por eso nuestros corazones tienen deseo de amor. A veces el amor humano es tan imperfecto que apenas podemos reconocerlo como tal.
Con el fin de no ser destruidos por las heridas infligidas por
el amor humano imperfecto, debemos confiar en que Dios es la fuente autentica del amor. La fuente de todo amor. El amor de Dios es ilimitado, incondicional, el amor perfecto, y no está muy lejos de nosotros: es el regalo del Espíritu de Dios habita en nosotros.
-------------------------------
Fuente: Henri Nouwen Society
Sin embargo, para muchas personas este amor les llega roto y de forma limitada. Puede ser viciado por el juego del poder, los celos, el resentimiento, la venganza, e incluso el abuso. No hay amor humano
perfecto. Por eso nuestros corazones tienen deseo de amor. A veces el amor humano es tan imperfecto que apenas podemos reconocerlo como tal.
Con el fin de no ser destruidos por las heridas infligidas por
el amor humano imperfecto, debemos confiar en que Dios es la fuente autentica del amor. La fuente de todo amor. El amor de Dios es ilimitado, incondicional, el amor perfecto, y no está muy lejos de nosotros: es el regalo del Espíritu de Dios habita en nosotros.
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Fuente: Henri Nouwen Society
Brian Kolodiejchukl: «Madre Teresa no quería brillar»
-"Ella quería llevar Dios a los «agujeros negros» donde están los más pobres"
-"La Madre Teresa no podía pasarse ni un solo día sin la misa y sin recibir la comunión. Le daba una enorme importancia a la adoración del Santísimo Sacramento, mínimo una hora al día"
Publicamos una nueva entrevista editada por el diario La Razón, al padre Brian Kolodiejchukl, postulador de la causa de canozizzación de la Madre Teresa de Calcuta. Hemos incidido en los últimos días en este tema por la importancia del testimonio de la vida espiritual de la fundadora de las Misioneras de la Caridad, que sin duda sirve de luz para el camino de cuantos deseen seguir a Cristo. En las respuestas de hoy el padre Brian Kolodiejchukl aporta nuevas revelaciones sobre el día a día de Madre Teresa de Calcuta. La entrevista se realizó con motivo de la presentación por parte de la Editorial Planeta del libro sobre las cartas privadas de «La Santa de Calcuta»
Luisa Moreno
MADRID-El padre Brian Kolodiejchukl conoció a la Madre Teresa en 1977 y trabajó con ella hasta su muerte en 1997. Actualmente es el postulador de su causa de canonización y acaba de presentar en Madrid la versión en español de su libro «Ven, sé mi luz» (editorial Planeta).
-¿Qué pensaría la Madre Teresa si viera sus cartas publicadas?
-Si estuviera viva, estaría horririzada. Ella misma repitió varias veces que por favor se destruyeran todas sus cartas. Sin embargo, estoy convencido que ahora, viéndolo todo desde arriba, ella estaría de acuerdo. Su lucha espiritual, forma parte de su carisma y puede ayudar a regresar a la práctica de la fe a muchas personas.
-¿Podría considerarse a la Madre Teresa como la patrona de los que están buscando a Dios?
Efectivamente. También podría ser la patrona de los que no ven a Dios.
-¿Viene reflejado en sus cartas cómo se apoyaba la Madre Teresa en los sacramentos y en la oración?
-La Madre Teresa no podía pasarse ni un solo día sin la misa y sin recibir la comunión. Le daba una enorme importancia a la adoración del Santísimo Sacramento, mínimo una hora al día. Las 4 horas de oración diarías son lo que dan la fuerza y la capacidad a las hermanas para hacer lo que hacen.
-Algunos sólo resaltan la labor social de la Madre Teresa. ¿ Cuál sería su diferencia con una ONG?
-Las ONG hacen las cosas por algo. Nosotros lo hacemos por alguien. La intención de la Madre era ser compañía, amor, presencia del amor de Dios para la gente. Ella quería llevar Dios a los «agujeros negros» donde están los más pobres de los pobres. Ella no quería brillar, sino que brillara Dios a través de ella.
-¿Qué es lo que está resultando más complicado del proceso de canonización de la Madre Teresa?
-Conseguir demostrar un milagro por su intercesión. Nos presentaron un caso claro de una curación inexplicable médicamente. Sin embargo cuando lo investigaron formalmente, el enfermo explicó que también había pedido su ayuda al Padre Pío, con lo que no quedó demostrada la exclusiva intercesión de la Madre Teresa. Necesitamos que la gente le pida únicamente a ella.
-¿Cómo puede ayudar este libro a un no creyente?
-Ella es una prueba latente de que aún cuando no se tiene un sentimiento, se puede seguir siendo fiel. Si ibas a Calcuta, no te explicaba nada, simplemente te ponía a hacer cosas y entonces entendías.
-¿No tiene miedo de que puedan ser manipuladas las cartas?
-Estoy convencido de que al leer el libro se entenderá mejor el significado de la prueba, que no crisis de fe, de la Madre Teresa. Cuando más nos amos Jesús es cuando estaba en la Cruz. No hay contradicción entre la vida externa de la Madre Teresa y su vida interna.
-¿Se podría decir entonces tenía sed de Dios?
-Por supuesto. Y esa sed de Dios la veía también en los países más desarrollados. Por eso abrío tantas casas en los países ricos, por todos los que sentían abandono. «Lo importante es cómo das el plato de lentejas, no lo que les das de comer» repetía ella a menudo.
-La Madre Teresa, ¿una santa de nuestro tiempo?
-Ella misma decía que de ser santa, sería una madre ausente del cielo para traer la luz a las almas. Sobre todo para aquellos que se sienten no amados (que es el mal más característico de nuestro tiempo). Ella nos recuerda lo que el amor es caridad y que hay que ser fiel, independientemente de lo que esté sintiendo.
-"La Madre Teresa no podía pasarse ni un solo día sin la misa y sin recibir la comunión. Le daba una enorme importancia a la adoración del Santísimo Sacramento, mínimo una hora al día"
Publicamos una nueva entrevista editada por el diario La Razón, al padre Brian Kolodiejchukl, postulador de la causa de canozizzación de la Madre Teresa de Calcuta. Hemos incidido en los últimos días en este tema por la importancia del testimonio de la vida espiritual de la fundadora de las Misioneras de la Caridad, que sin duda sirve de luz para el camino de cuantos deseen seguir a Cristo. En las respuestas de hoy el padre Brian Kolodiejchukl aporta nuevas revelaciones sobre el día a día de Madre Teresa de Calcuta. La entrevista se realizó con motivo de la presentación por parte de la Editorial Planeta del libro sobre las cartas privadas de «La Santa de Calcuta»
Luisa Moreno
MADRID-El padre Brian Kolodiejchukl conoció a la Madre Teresa en 1977 y trabajó con ella hasta su muerte en 1997. Actualmente es el postulador de su causa de canonización y acaba de presentar en Madrid la versión en español de su libro «Ven, sé mi luz» (editorial Planeta).
-¿Qué pensaría la Madre Teresa si viera sus cartas publicadas?
-Si estuviera viva, estaría horririzada. Ella misma repitió varias veces que por favor se destruyeran todas sus cartas. Sin embargo, estoy convencido que ahora, viéndolo todo desde arriba, ella estaría de acuerdo. Su lucha espiritual, forma parte de su carisma y puede ayudar a regresar a la práctica de la fe a muchas personas.
-¿Podría considerarse a la Madre Teresa como la patrona de los que están buscando a Dios?
Efectivamente. También podría ser la patrona de los que no ven a Dios.
-¿Viene reflejado en sus cartas cómo se apoyaba la Madre Teresa en los sacramentos y en la oración?
-La Madre Teresa no podía pasarse ni un solo día sin la misa y sin recibir la comunión. Le daba una enorme importancia a la adoración del Santísimo Sacramento, mínimo una hora al día. Las 4 horas de oración diarías son lo que dan la fuerza y la capacidad a las hermanas para hacer lo que hacen.
-Algunos sólo resaltan la labor social de la Madre Teresa. ¿ Cuál sería su diferencia con una ONG?
-Las ONG hacen las cosas por algo. Nosotros lo hacemos por alguien. La intención de la Madre era ser compañía, amor, presencia del amor de Dios para la gente. Ella quería llevar Dios a los «agujeros negros» donde están los más pobres de los pobres. Ella no quería brillar, sino que brillara Dios a través de ella.
-¿Qué es lo que está resultando más complicado del proceso de canonización de la Madre Teresa?
-Conseguir demostrar un milagro por su intercesión. Nos presentaron un caso claro de una curación inexplicable médicamente. Sin embargo cuando lo investigaron formalmente, el enfermo explicó que también había pedido su ayuda al Padre Pío, con lo que no quedó demostrada la exclusiva intercesión de la Madre Teresa. Necesitamos que la gente le pida únicamente a ella.
-¿Cómo puede ayudar este libro a un no creyente?
-Ella es una prueba latente de que aún cuando no se tiene un sentimiento, se puede seguir siendo fiel. Si ibas a Calcuta, no te explicaba nada, simplemente te ponía a hacer cosas y entonces entendías.
-¿No tiene miedo de que puedan ser manipuladas las cartas?
-Estoy convencido de que al leer el libro se entenderá mejor el significado de la prueba, que no crisis de fe, de la Madre Teresa. Cuando más nos amos Jesús es cuando estaba en la Cruz. No hay contradicción entre la vida externa de la Madre Teresa y su vida interna.
-¿Se podría decir entonces tenía sed de Dios?
-Por supuesto. Y esa sed de Dios la veía también en los países más desarrollados. Por eso abrío tantas casas en los países ricos, por todos los que sentían abandono. «Lo importante es cómo das el plato de lentejas, no lo que les das de comer» repetía ella a menudo.
-La Madre Teresa, ¿una santa de nuestro tiempo?
-Ella misma decía que de ser santa, sería una madre ausente del cielo para traer la luz a las almas. Sobre todo para aquellos que se sienten no amados (que es el mal más característico de nuestro tiempo). Ella nos recuerda lo que el amor es caridad y que hay que ser fiel, independientemente de lo que esté sintiendo.
Testimonios de Iván y Mirsa de como el Señor les rescató de la droga
Viven en la casa de Medjugorje de la Comunidad Cenáculo con 80 jóvenes más
Trabajo y oración para salir de la heroína
L. Moreno/M. Velasco (La Razón)
MEDJUGORJE- Aunque la «Casa Madre» de la Comunidad se encuentra sobre la colina de Saluzzo, una ciudad en la provincia de Cúneo (Piemonte), en el noroeste de Italia, aquí, en Medjugorje, cerca de la colina de las apariciones de la Virgen, cuentan con una de las casas más numerosas, en la que conviven 80 jóvenes adictos a la droga. El alma de la comunidad es Sor Elvira Pettrozi, una religiosa italiana que, sin ninguna formación en psiquiatría o en psicología, fundó en 1983 la primera casa de acogida y ha conseguido liberar a cientos de jóvenes drogadictos de su adicción. Trabajo, oración y amistad verdadera es lo que consigue sacar a estos jóvenes de la desesperación, la tristeza y la dependencia. Un horario muy estricto, trabajo y oración: ése es el secreto de sor Elvira.
Uno de estos jóvenes es Iván, que llegó a la comunidad huyendo de la Policía: «Fuera de aquí yo era un esclavo. Tenía mucho dinero y, cuando empezó la guerra, como me daban dinero en casa, me sentía superior a los demás. No estaba a acostumbrado a esforzarme, me hacía muchas preguntas y busqué las respuestas en lugares equivocados, hasta que la heroína fue la respuesta a todo», recuerda.
«No sabía vivir»
«Llegué drogado. Pero nadie me preguntó nada, ni qué drogas había tomado, ni si había matado a alguien, ni de qué religión era. Nadie me juzgó. Sin embargo, todos me abrazaron», recuerda conmovido.
«Cuando llevaba aquí tres meses, me mandaron como trabajo ordeñar dos vacas, a las cuatro y media de la mañana. La primera noche no dormí. Si me quedaba dormido no habría leche para el desayuno, ¡y 80 ex-drogadictos me matarían! Al darme ese trabajo, entendí que confiaban en mí y entonces empecé a mejorar», prosigue Iván.
«Cuando entré me pusieron un ángel (cuidador), que era pesadísimo. Me decía por favor y gracias. Yo no estaba acostumbrado a eso y me ponía enfermo. Dormía en la litera encima de la mía, y hasta venía al cuarto de baño y llamaba a la puerta si tardaba para ver si estaba bien. Comprendí que el problema no era la droga: era que yo no sabía vivir. Aquí he aprendido a vivir. ¡Cristo es el Maestro que te enseña a vivir! El Señor nos ha dado otra oportunidad, ¡...a nosotros!», recalca Iván.
Mirsa, otro joven toxicómano reincidente, llegó a la comunidad cuando apenas tenía 16 años. «Empecé a drogarme muy joven. Mi vida era unos amigos que en realidad eran mis peores enemigos; una novia a la que nunca amé; la heroína y la música. Cuando llegué, yo ya había probado de todo; me había desintoxicado incluso durante dos meses, pero siempre volvía. Aquí me aceptaron como era. Desde que he entrado en la comunidad no he vuelto a pensar en drogarme», asegura Mirsa. «No tenemos chicas, ni tabaco, ni drogas, pero yo he vuelto a la vida. Estaba muerto, pero me han rescatado», asegura.
La fuerza de la oración
La comunidad del Cenáculo propone a los jóvenes que acoge un estilo de vida simple, familiar y disciplinado, basado en el redescubrimiento de la oración y del trabajo («ora et labora»). Una vida de amistad verdadera, sacrificio y fe en Jesús. La espiritualidad de la comunidad es profundamente eucarística y mariana. Se alternan en la jornada momentos de oración (rosario, adoración eucarística, liturgia de las horas) con momentos de trabajo y de ocio. Todo ello compartiendo la vida delante de la Palabra de Dios y de los hermanos. Sor Elvira está convencida de que la vida cristiana, en su simplicidad y plenitud, es la respuesta a toda inquietud del corazón y que el encuentro con Dios hace renacer el hombre a toda esperanza.
Trabajo y oración para salir de la heroína
L. Moreno/M. Velasco (La Razón)
MEDJUGORJE- Aunque la «Casa Madre» de la Comunidad se encuentra sobre la colina de Saluzzo, una ciudad en la provincia de Cúneo (Piemonte), en el noroeste de Italia, aquí, en Medjugorje, cerca de la colina de las apariciones de la Virgen, cuentan con una de las casas más numerosas, en la que conviven 80 jóvenes adictos a la droga. El alma de la comunidad es Sor Elvira Pettrozi, una religiosa italiana que, sin ninguna formación en psiquiatría o en psicología, fundó en 1983 la primera casa de acogida y ha conseguido liberar a cientos de jóvenes drogadictos de su adicción. Trabajo, oración y amistad verdadera es lo que consigue sacar a estos jóvenes de la desesperación, la tristeza y la dependencia. Un horario muy estricto, trabajo y oración: ése es el secreto de sor Elvira.
Uno de estos jóvenes es Iván, que llegó a la comunidad huyendo de la Policía: «Fuera de aquí yo era un esclavo. Tenía mucho dinero y, cuando empezó la guerra, como me daban dinero en casa, me sentía superior a los demás. No estaba a acostumbrado a esforzarme, me hacía muchas preguntas y busqué las respuestas en lugares equivocados, hasta que la heroína fue la respuesta a todo», recuerda.
«No sabía vivir»
«Llegué drogado. Pero nadie me preguntó nada, ni qué drogas había tomado, ni si había matado a alguien, ni de qué religión era. Nadie me juzgó. Sin embargo, todos me abrazaron», recuerda conmovido.
«Cuando llevaba aquí tres meses, me mandaron como trabajo ordeñar dos vacas, a las cuatro y media de la mañana. La primera noche no dormí. Si me quedaba dormido no habría leche para el desayuno, ¡y 80 ex-drogadictos me matarían! Al darme ese trabajo, entendí que confiaban en mí y entonces empecé a mejorar», prosigue Iván.
«Cuando entré me pusieron un ángel (cuidador), que era pesadísimo. Me decía por favor y gracias. Yo no estaba acostumbrado a eso y me ponía enfermo. Dormía en la litera encima de la mía, y hasta venía al cuarto de baño y llamaba a la puerta si tardaba para ver si estaba bien. Comprendí que el problema no era la droga: era que yo no sabía vivir. Aquí he aprendido a vivir. ¡Cristo es el Maestro que te enseña a vivir! El Señor nos ha dado otra oportunidad, ¡...a nosotros!», recalca Iván.
Mirsa, otro joven toxicómano reincidente, llegó a la comunidad cuando apenas tenía 16 años. «Empecé a drogarme muy joven. Mi vida era unos amigos que en realidad eran mis peores enemigos; una novia a la que nunca amé; la heroína y la música. Cuando llegué, yo ya había probado de todo; me había desintoxicado incluso durante dos meses, pero siempre volvía. Aquí me aceptaron como era. Desde que he entrado en la comunidad no he vuelto a pensar en drogarme», asegura Mirsa. «No tenemos chicas, ni tabaco, ni drogas, pero yo he vuelto a la vida. Estaba muerto, pero me han rescatado», asegura.
La fuerza de la oración
La comunidad del Cenáculo propone a los jóvenes que acoge un estilo de vida simple, familiar y disciplinado, basado en el redescubrimiento de la oración y del trabajo («ora et labora»). Una vida de amistad verdadera, sacrificio y fe en Jesús. La espiritualidad de la comunidad es profundamente eucarística y mariana. Se alternan en la jornada momentos de oración (rosario, adoración eucarística, liturgia de las horas) con momentos de trabajo y de ocio. Todo ello compartiendo la vida delante de la Palabra de Dios y de los hermanos. Sor Elvira está convencida de que la vida cristiana, en su simplicidad y plenitud, es la respuesta a toda inquietud del corazón y que el encuentro con Dios hace renacer el hombre a toda esperanza.
Esclavitud infantil doméstica en hogares de Francia y Reino Unido / Autor: Victor Ruiz
España no se libra: “Voces de alarma sobre la posibilidad de que la práctica de las ‘petites bonnes’ sea importada por inmigrantes”, dice Save the Children
La esclavitud infantil en forma de servicio doméstico se ha colado en los hogares de algunos países de la Unión Europea. Según un estudio de Save The Children, en Francia y el Reino Unido “niñas africanas son obligadas a trabajar como esclavas domésticas”.
Aunque “no hay constancia en la actualidad de fenómenos de esclavitud doméstica infantil en nuestro país”, advierte la ONG, “sí hay voces de alarma sobre la posibilidad de que la práctica de las ‘petites bonnes’ (pequeñas criadas) sea importada” a España, desde Marruecos, por parte de familias de inmigrantes procedentes de ese país.
El informe Esclavos puertas adentro, las peores formas de trabajo infantil doméstico, afirma que “actualmente hay 218 millones de niños y niñas trabajadores en el mundo, con edades comprendidas entre los 5 y los 17 años”
“Más de la mitad de ellos, unos 126 millones, realizan trabajos peligrosos y unos 8 millones y medio están atrapados en las peores formas de trabajo ilegal, degradante y peligroso, en condiciones consideradas como esclavitud”, añade el informe de Save the Cildren, que “llama a la acción inmediata y concluyente para combatir la esclavitud infantil”.
Las formas más frecuentes de esclavitud infantil son ocho: trata infantil, explotación sexual con fines comerciales, trabajo infantil forzoso por endeudamiento, trabajo forzoso en la mina, trabajo forzoso en la agricultura, niños soldado, matrimonio infantil forzoso y esclavitud doméstica.
Niños sirvientes domésticos: 40 millones
El informe de la ONG se refiere especialmente a los “alrededor de 40 millones de niños y niñas que son sirvientes domésticos en todo el mundo”, de los cuales “cerca de 10 millones de niñas, niños y adolescentes, muchos con apenas 10 años o incluso menos, trabajan ‘ocultos’ en las viviendas de sus empleados”.
Save the Children considera que “la violencia a la que se enfrentan estos niños a menudo permanece oculta e ignorada”, debido a que socialmente se considera que el trabajo infantil en el hogar representa una ocupación en cierta manera inofensiva y que “sus empleadores ejercen toda una labor de caridad y filantropía frente a estos niños y sus familias al proporcionar techo y comida”.
Sin embargo, “el trabajo infantil es inaceptable y los gobiernos deben actuar para eliminarlo y para rescatar a los niños tan pronto como sea posible”, denuncia la ONG.
Estos niños viven en condiciones que incluyen amenazas físicas, violencia sexual o pobreza crónica dentro de la familia “a la que pertenecen” y para la que trabajan. Están obligados durante años a trabajar largas jornadas de hasta 18 horas diarias.
Explotación de niños en Francia
Con referencia a Europa, el informe de Save the Children advierte de que la explotación de niños trabajadores domésticos “no sólo está presente en el Este de Europa, sino también en países de Europa Occidental, como Francia o Reino Unido”.
En estos dos países, “niñas africanas son obligadas a trabajar como esclavas domésticas”, añade.
El Comité Contra la Esclavitud Moderna estima que “posiblemente haya miles de niños que se encuentran en una situación de esclavitud doméstica en Francia”, denuncian los responsables del estudio.
Los niños son traídos a Francia entre los 7 y 15 años y, aunque entran con un visado de turista, lo más común es que estén incluidos en los pasaportes de sus empleadores, inmigrantes adinerados de su mismo origen, bajo la identidad de sus hijos.
“Muchos de ellos viven en las grandes ciudades como París, donde es más difícil para las autoridades intervenir eficazmente”.
La mayoría de esos menores “cuidan a los niños de la ‘familia’, a veces hasta 10 niños a la vez. Son sistemáticamente objeto de discriminaciones, carecen de una habitación propia, y a veces se ven obligados a alimentarse de las sobras de la comida de sus empleadores”, revela el informe.
Reino Unido: esclavos domésticos
También al Reino Unido llegan centenares de niños a través de redes especializadas, concretamente desde países africanos como Nigeria, Ghana y Uganda, donde las familias “reciben dinero a cambio de sus hijos” o son convencidas de que sus hijos “recibirán una buena educación”.
Pero, una vez en territorio británico, “niños de a veces tan sólo 10 años se encuentran forzados a trabajar como esclavos domésticos o a prostituirse”.
“Un tercio de todos los niños víctimas de trata en el Reino Unido es africano. ‘Son los niños invisibles’ que pasan por la policía, inmigración y servicios sociales, sin ser percibidos”, concluye esta parte del informe.
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Pobreza infantil en una Europa rica: Hay 19 millones de niños amenazados
Casi uno de cada cuatro niños y adolescentes españoles vive al filo de la pobreza
40.000 niños, carne de cañón para la guerrilla y los paramilitares en Colombia
Miles de niños se prostituyen en las minas de diamantes de RDC para poder sobrevivir
El estigma de ser niña: Combatiendo en guerras, en riesgo de ablación o abortadas
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Fuente: Forum Libertas
La esclavitud infantil en forma de servicio doméstico se ha colado en los hogares de algunos países de la Unión Europea. Según un estudio de Save The Children, en Francia y el Reino Unido “niñas africanas son obligadas a trabajar como esclavas domésticas”.
Aunque “no hay constancia en la actualidad de fenómenos de esclavitud doméstica infantil en nuestro país”, advierte la ONG, “sí hay voces de alarma sobre la posibilidad de que la práctica de las ‘petites bonnes’ (pequeñas criadas) sea importada” a España, desde Marruecos, por parte de familias de inmigrantes procedentes de ese país.
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“Más de la mitad de ellos, unos 126 millones, realizan trabajos peligrosos y unos 8 millones y medio están atrapados en las peores formas de trabajo ilegal, degradante y peligroso, en condiciones consideradas como esclavitud”, añade el informe de Save the Cildren, que “llama a la acción inmediata y concluyente para combatir la esclavitud infantil”.
Las formas más frecuentes de esclavitud infantil son ocho: trata infantil, explotación sexual con fines comerciales, trabajo infantil forzoso por endeudamiento, trabajo forzoso en la mina, trabajo forzoso en la agricultura, niños soldado, matrimonio infantil forzoso y esclavitud doméstica.
Niños sirvientes domésticos: 40 millones
El informe de la ONG se refiere especialmente a los “alrededor de 40 millones de niños y niñas que son sirvientes domésticos en todo el mundo”, de los cuales “cerca de 10 millones de niñas, niños y adolescentes, muchos con apenas 10 años o incluso menos, trabajan ‘ocultos’ en las viviendas de sus empleados”.
Save the Children considera que “la violencia a la que se enfrentan estos niños a menudo permanece oculta e ignorada”, debido a que socialmente se considera que el trabajo infantil en el hogar representa una ocupación en cierta manera inofensiva y que “sus empleadores ejercen toda una labor de caridad y filantropía frente a estos niños y sus familias al proporcionar techo y comida”.
Sin embargo, “el trabajo infantil es inaceptable y los gobiernos deben actuar para eliminarlo y para rescatar a los niños tan pronto como sea posible”, denuncia la ONG.
Estos niños viven en condiciones que incluyen amenazas físicas, violencia sexual o pobreza crónica dentro de la familia “a la que pertenecen” y para la que trabajan. Están obligados durante años a trabajar largas jornadas de hasta 18 horas diarias.
Explotación de niños en Francia
Con referencia a Europa, el informe de Save the Children advierte de que la explotación de niños trabajadores domésticos “no sólo está presente en el Este de Europa, sino también en países de Europa Occidental, como Francia o Reino Unido”.
En estos dos países, “niñas africanas son obligadas a trabajar como esclavas domésticas”, añade.
El Comité Contra la Esclavitud Moderna estima que “posiblemente haya miles de niños que se encuentran en una situación de esclavitud doméstica en Francia”, denuncian los responsables del estudio.
Los niños son traídos a Francia entre los 7 y 15 años y, aunque entran con un visado de turista, lo más común es que estén incluidos en los pasaportes de sus empleadores, inmigrantes adinerados de su mismo origen, bajo la identidad de sus hijos.
“Muchos de ellos viven en las grandes ciudades como París, donde es más difícil para las autoridades intervenir eficazmente”.
La mayoría de esos menores “cuidan a los niños de la ‘familia’, a veces hasta 10 niños a la vez. Son sistemáticamente objeto de discriminaciones, carecen de una habitación propia, y a veces se ven obligados a alimentarse de las sobras de la comida de sus empleadores”, revela el informe.
Reino Unido: esclavos domésticos
También al Reino Unido llegan centenares de niños a través de redes especializadas, concretamente desde países africanos como Nigeria, Ghana y Uganda, donde las familias “reciben dinero a cambio de sus hijos” o son convencidas de que sus hijos “recibirán una buena educación”.
Pero, una vez en territorio británico, “niños de a veces tan sólo 10 años se encuentran forzados a trabajar como esclavos domésticos o a prostituirse”.
“Un tercio de todos los niños víctimas de trata en el Reino Unido es africano. ‘Son los niños invisibles’ que pasan por la policía, inmigración y servicios sociales, sin ser percibidos”, concluye esta parte del informe.
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Fuente: Forum Libertas
IPPF manipula drama de adolescente para impulsar aborto legal en Polonia
VARSOVIA, (ACI).- La rama polaca de la trasnacional anti-vida International Planned Parenthood Federation (IPPF) exigió al Primer Ministro, Donald Tusk, intervenir para obligar a una adolescente de 14 años –presuntamente violada– a que aborte según los deseos de su madre. La infortunada joven ha expresado su intención de conservar al bebé y, según algunas versiones, habría resultado embarazada de su novio.
La joven, conocida solo como "Agata", soporta las presiones de su propia familia y de la activista anti-vida polaca Wanda Nowicka, de la IPPF, quienes quieren obligarla a abortar. Mientras tanto, distintos agentes pro-vida y un amigo sacerdote le han ofrecido la ayuda necesaria para que pueda tener a su bebé en su ciudad, Lublin, en donde ningún hospital accedió a practicarle el aborto.
Sin embargo, explica el sitio pro-vida LifeSiteNews.com, Agata fue llevada a Varsovia para forzarla a abortar. Una vez allí el psicólogo de la institución conversó con ella y aconsejó a los médicos que le dieran más tiempo para pensarlo.
En ese momento, la joven daba distintos opiniones contradictorias a sus amigos: les decía que la estaban obligando a abortar, pero también les decía que quería abortar. Mientras tanto distintos grupos pro-vida se movilizaban para impedir el aborto de Agata. Uno de estos grupos denunció las presiones de Wanda Nowicka, por lo que la policía comenzó la investigación y el caso llegó a los medios.
Actualmente Agata está segura y recibe apoyo de muchos polacos en todo el país. Sin embargo las presiones abortistas continúan para que cambie de opinión y estarían coordinando la realización del aborto fuera de Polonia. Las presiones se deberían a que con este caso se quiere sentar un precedente para liberalizar el aborto en el país.
El diario polaco con sesgo abortista Gazeta Wyborcza, defendió a la IPPF y a Nowicka. Presentó el caso como la violación de una adolescente y acusó a los defensores de la vida de hacerle "vivir un infierno".
Actualmente las fiscalías de Varsovia y Lublin investigan si la joven es persuadida por terceros para tomar la decisión de abortar, como denuncian las organizaciones pro-vida. La ley polaca no penaliza el aborto cuando el embarazo es resultado de un delito como la violación. En tales casos esta práctica anti-vida es legal hasta la semana 12 de gestación.
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Multitud de polacos exige prohibición total del aborto en su país
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Polacos repudian barco abortista: No matarán a nuestros niños
Haz click sobre la imagen para ver el video sobre el International Planned Parenthood Federation (IPPF)
La joven, conocida solo como "Agata", soporta las presiones de su propia familia y de la activista anti-vida polaca Wanda Nowicka, de la IPPF, quienes quieren obligarla a abortar. Mientras tanto, distintos agentes pro-vida y un amigo sacerdote le han ofrecido la ayuda necesaria para que pueda tener a su bebé en su ciudad, Lublin, en donde ningún hospital accedió a practicarle el aborto.
Sin embargo, explica el sitio pro-vida LifeSiteNews.com, Agata fue llevada a Varsovia para forzarla a abortar. Una vez allí el psicólogo de la institución conversó con ella y aconsejó a los médicos que le dieran más tiempo para pensarlo.
En ese momento, la joven daba distintos opiniones contradictorias a sus amigos: les decía que la estaban obligando a abortar, pero también les decía que quería abortar. Mientras tanto distintos grupos pro-vida se movilizaban para impedir el aborto de Agata. Uno de estos grupos denunció las presiones de Wanda Nowicka, por lo que la policía comenzó la investigación y el caso llegó a los medios.
Actualmente Agata está segura y recibe apoyo de muchos polacos en todo el país. Sin embargo las presiones abortistas continúan para que cambie de opinión y estarían coordinando la realización del aborto fuera de Polonia. Las presiones se deberían a que con este caso se quiere sentar un precedente para liberalizar el aborto en el país.
El diario polaco con sesgo abortista Gazeta Wyborcza, defendió a la IPPF y a Nowicka. Presentó el caso como la violación de una adolescente y acusó a los defensores de la vida de hacerle "vivir un infierno".
Actualmente las fiscalías de Varsovia y Lublin investigan si la joven es persuadida por terceros para tomar la decisión de abortar, como denuncian las organizaciones pro-vida. La ley polaca no penaliza el aborto cuando el embarazo es resultado de un delito como la violación. En tales casos esta práctica anti-vida es legal hasta la semana 12 de gestación.
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El espíritu del mundo / Autor: Maximiliano Calvo, fundador de la Comunidad de Jesuralén
LA ENGAÑOSA AMISTAD DEL MUNDO
¿Una epidemia espiritual?
Cuando las personas nos relacionamos unos con otros, más pronto o más tarde, cada uno deja ver, aunque no lo intente, sus debilidades, sus puntos flacos, su forma de opinar, de ser, de reaccionar ... Entre las distintas opciones que tenemos para relacionarnos unos con otros, creo que hay una muy generalizada entre los cristianos, que a su vez es una peligrosa trampa con la que el enemigo tiene atrapados a muchos: es la que adoptan aquellas personas que quieren estar a bien con todo el mundo y a toda costa. Por ser una actitud fácil de detectar, podemos decir que es una constante entre los cristianos y que afecta a la mayoría de ellos. Casi podríamos decir que tiene marcados a todos aquellos cristianos que no están radicalmente comprometidos con el Maestro de Nazaret y su palabra.
En el fondo, esta actitud se caracteriza por el esfuerzo que muchos cristianos hacen día tras día para mantener buenas relaciones con todo el mundo. A primera vista es un esfuerzo encomiable, pero no se ve precisamente así cuando se analiza el cómo y el porqué de esa relación.
Poniendo un poco de atención, observamos que son personas que casi siempre claudican de algún modo ante la gente que vive según el mundo. Unas veces son sus criterios cristianos —los pocos que suelen tener— los que quedan aparcados; otras, ceden para que los demás no se enfaden y los rechacen; de vez en cuando son víctimas de bromas pesadas, que toleran para no sentirse excluidos; en ocasiones no se dan por enterados para evitar fricciones, etc. Los demás suelen aprovecharse de ellos porque conocen su poca resistencia y su falta de reacción ante las presiones.
Parece que sólo les preocupa no tener fallos graves ante Dios. ¿No nos recuerdan a los que viven su cristianismo bajo el lema de "yo no robo, ni mato, ni hago mal a nadie"? Con este estilo de vida y relación, a estas personas no suelen faltarles "los amigos", porque todos aquellos que se ven beneficiados de su relación, están siempre a su lado y dispuestos a beneficiarse de lo que en términos oficiales se llamaría "bondad", pero que en términos de evangelio se llama ‘cobardía’.
Es posible que no sean conscientes de lo que hacen, porque ni su formación da para más, ni la verdadera conversión se ha encontrado aún con ellos. Su relación, fundamentada en su egoísmo, suele ser una aceptación de mal menor para evitar mal mayor, entendiendo por bien y mal el beneficio o el perjuicio personal. En definitiva, no está dispuestos a decir como Pablo: "Nosotros, necios por seguir a Cristo; vosotros, sabios en Cristo. Débiles nosotros; mas vosotros, fuertes. Vosotros llenos de gloria; mas nosotros, despreciados" (1 Co 4,10),
Creo que esta posición nos autoriza a catalogar a muchos cristianos como amigos del mundo. No me refiero a quienes se llaman cristianos y son en todo esclavos del espíritu del mundo, sino a aquellos que, presentándose como cristianos o esforzándose hasta cierto punto por vivir como cristianos, tienen una buena relación con el mundo, sus criterios, sus formas de relacionarse y sus valores. ¿Qué sucede? O no saben lo que la palabra de Dios dice acerca de la amistad con el mundo, o lo saben, pero no son capaces de hacer frente al mundo cuando ataca lo que de cristiano tienen sus criterios, su estilo de vida o sus palabras y sus obras. No están dispuestos a que los demás los tachen de carcas, beatos, meapilas, retrógrados, etc. Prefieren reír sus "gracias" que caer en desgracia ante ellos. Eso es amistad con el mundo. Y de esa amistad dice la palabra revelada: "¡Adúlteros!, ¿no sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que desee ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios" (St 4,4).
Estas palabras ponen de manifiesto contada claridad que ser amigo del mundo —seguir la corriente del mundo— es igual a ser enemigo de Dios. Para ser conscientes de las peligrosas consecuencias que pueden derivar de semejante situación, sería suficiente recordar el significado de la palabra enemistad y después aplicarlo a la relación con Dios. Enemistad significa carencia de relación a causa de enfrentamiento y/o ruptura; y que cuando esa actitud se mantiene en relación a Dios, el nombre con que se conoce es el de "pecado". Podríamos reinterpretar la frase de Santiago y decir: La amistad con el mundo es pecado ante Dios.
Puede parecer que esta situación no es especialmente importante; yo creo que, desde cierto punto de vista, es más grave que el amor al mundo, porque éste se ve y se entiende bien, de modo que uno puede decidir seguir en él o salir de él; pero la amistad con el mundo es una situación de engaño y ceguera espiritual, en la que uno se siente cómodo y de la que no intentará salir a no ser que antes se haga la luz sobre él y esté dispuesto a pagar el precio de ser y vivir como verdadero cristiano. Una forma de ver nuestra posición ante el mundo sería preguntarnos hasta qué punto podemos decir como Pablo: "Juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo" (Flp 3,8).
Consecuencias del amor al mundo
El desconocimiento se puede relacionar con la ceguera. Ignorar las consecuencias de la amistad con el mundo y el amor hacia él conduce a no ver lo que nos espera al final del camino y lo que realmente estamos viviendo en el presente. Necesitamos saber qué ocurre cuando hay amor o amistad con el mundo para evitarlos y no ser sus víctimas.
Pablo advierte a los cristianos de Éfeso acerca del destino preparado para quienes viven bajo el espíritu del mundo: "Vivisteis en otro tiempo según el proceder de este mundo, según el Príncipe del imperio del aire, el espíritu que actúa en los rebeldes... entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo en medio de las concupiscencias de nuestra carne, siguiendo las apetencias de la carne y de los malos pensamientos, destinados por naturaleza, como los demás, a la Cólera" (Ef 2,2-3).
La parábola del sembrador pone énfasis en la carencia de fruto en el cristiano seducido por el mundo: "El que fue sembrado entre los abrojos, es el que oye la Palabra, pero los preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra, y queda sin fruto" (Mt 13,22). ¿No es el retrato vivo de muchos cristianos de nuestros días?
La amistad con el mundo trae ruptura en la comunión con la Trinidad: "Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él" (1 Jn 2,15). La primera consecuencia clara es la incompatibilidad de amores: donde está uno de ellos no cabe el otro. La expresión "el amor del Padre" puede interpretarse en dos sentidos: el amor de Dios al hombre y el amor del hombre a Dios. Desde luego, si el amor del Padre no está en el hombre, difícilmente podrá el hombre amar a Dios. Y por supuesto donde no está el amor del Padre tampoco estará el amor del Hijo ni el del Espíritu Santo. La ruptura con una persona de la Trinidad es ruptura con todas ellas.
Desde su capacidad para discernirlo todo con exactitud, Jesús vio la carencia del amor del Padre en los judíos que le rechazaban: "Jesús les decía a los judíos, que le buscaban para matarle: ‘Yo os conozco; no tenéis en vosotros el amor de Dios’" (Jn 5,41).
El cristiano nunca debe claudicar ante los medios y satisfacciones que el mundo ofrece, sino usarlos en la medida en que los necesita y para fines superiores: "Los que disfrutan del mundo, como si no disfrutasen. Porque la apariencia de este mundo pasa" (1 Co 7,31).
San Pablo sufre la misma tentación que los demás discípulos, pero no claudica ante ella y se mantiene con los ojos fijos en el Señor: "¿Busco yo ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O es que intento agradar a los hombres? Si todavía tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo" (Ga 1,10). ¿No es cierto que son muchos los cristianos que tratan hoy de agradar a los hombres y, por lo mismo, dejan de ser siervos de Cristo?
La amistad con el mundo y la claudicación ante sus atractivos es demasiado fuerte y nadie hay que pueda sentirse libre de ella. Pablo ve cómo alguno de sus más directos colaboradores es víctima de esa amistad y le abandona. En una de sus cartas le abría el corazón a Timoteo de esta manera: "Apresúrate a venir a mí cuanto antes, porque me ha abandonado Demas por amor a este mundo y se ha marchado a Tesalónica" (2 Tm 4,10).
Lo mejor que podemos hacer para no dejarnos seducir por el espíritu del mundo ni ser sus amigos es esforzarnos por vivir como verdaderos discípulos. Lo mismo que una botella que está llena de líquido debe quedar vacía cuando queremos llenarla de otro, y éste no puede alojarse en ella mientras no llevamos a cabo esa operación, así es el cristiano lleno de Dios porque, al vivir de acuerdo con su palabra y ser morada de la Trinidad, está automáticamente cerrado a la amistad con el mundo.
Hay que ponerse del lado del Maestro y permanecer en él, aceptando el riesgo de ser odiados por el mundo a causa de nuestra falta de amistad con él, porque el Maestro nos ha sacado del mundo y nos ha hecho suyos y partícipes de su misión: "Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo" (Jn 15,19).
La cruz —precisamente la cruz, que es objeto del más absoluto rechazo por parte del mundo— debe interponerse entre el mundo y el cristiano, de modo que éste se vea a sí mismo unido a Cristo crucificado y viviendo en él, y contemple al mundo vencido por la obra de Cristo en la cruz: "Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo! (Ga 6,14).
El cristiano debe tener presente siempre su verdadera ciudadanía. Ya no pertenece a la tierra ni las cosas de abajo son su prioridad, Su permanencia en Cristo debe caracterizar su vida, sus obras y sus relaciones: "Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está oculta con Cristo en Dios" (Col 3,1-3).
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Texto extraido apartado 13 del libro
EL ESPÍRITU DEL MUNDO
La visión cristiana del espíritu del mundo como enemigo de Reino de Dios, exige al cristiano una toma de postura arriesgada, definida y permanente, porque se enfrenta a un enemigo refinado, omnipresente, siempre activo y que goza de buena salud.
Ed Grafité ediciones
Autor: Maximiliano Calvo.
Primera Edición 2006.
Fuente: Comunidad de Jerusalén
¿Una epidemia espiritual?
Cuando las personas nos relacionamos unos con otros, más pronto o más tarde, cada uno deja ver, aunque no lo intente, sus debilidades, sus puntos flacos, su forma de opinar, de ser, de reaccionar ... Entre las distintas opciones que tenemos para relacionarnos unos con otros, creo que hay una muy generalizada entre los cristianos, que a su vez es una peligrosa trampa con la que el enemigo tiene atrapados a muchos: es la que adoptan aquellas personas que quieren estar a bien con todo el mundo y a toda costa. Por ser una actitud fácil de detectar, podemos decir que es una constante entre los cristianos y que afecta a la mayoría de ellos. Casi podríamos decir que tiene marcados a todos aquellos cristianos que no están radicalmente comprometidos con el Maestro de Nazaret y su palabra.
En el fondo, esta actitud se caracteriza por el esfuerzo que muchos cristianos hacen día tras día para mantener buenas relaciones con todo el mundo. A primera vista es un esfuerzo encomiable, pero no se ve precisamente así cuando se analiza el cómo y el porqué de esa relación.
Poniendo un poco de atención, observamos que son personas que casi siempre claudican de algún modo ante la gente que vive según el mundo. Unas veces son sus criterios cristianos —los pocos que suelen tener— los que quedan aparcados; otras, ceden para que los demás no se enfaden y los rechacen; de vez en cuando son víctimas de bromas pesadas, que toleran para no sentirse excluidos; en ocasiones no se dan por enterados para evitar fricciones, etc. Los demás suelen aprovecharse de ellos porque conocen su poca resistencia y su falta de reacción ante las presiones.
Parece que sólo les preocupa no tener fallos graves ante Dios. ¿No nos recuerdan a los que viven su cristianismo bajo el lema de "yo no robo, ni mato, ni hago mal a nadie"? Con este estilo de vida y relación, a estas personas no suelen faltarles "los amigos", porque todos aquellos que se ven beneficiados de su relación, están siempre a su lado y dispuestos a beneficiarse de lo que en términos oficiales se llamaría "bondad", pero que en términos de evangelio se llama ‘cobardía’.
Es posible que no sean conscientes de lo que hacen, porque ni su formación da para más, ni la verdadera conversión se ha encontrado aún con ellos. Su relación, fundamentada en su egoísmo, suele ser una aceptación de mal menor para evitar mal mayor, entendiendo por bien y mal el beneficio o el perjuicio personal. En definitiva, no está dispuestos a decir como Pablo: "Nosotros, necios por seguir a Cristo; vosotros, sabios en Cristo. Débiles nosotros; mas vosotros, fuertes. Vosotros llenos de gloria; mas nosotros, despreciados" (1 Co 4,10),
Creo que esta posición nos autoriza a catalogar a muchos cristianos como amigos del mundo. No me refiero a quienes se llaman cristianos y son en todo esclavos del espíritu del mundo, sino a aquellos que, presentándose como cristianos o esforzándose hasta cierto punto por vivir como cristianos, tienen una buena relación con el mundo, sus criterios, sus formas de relacionarse y sus valores. ¿Qué sucede? O no saben lo que la palabra de Dios dice acerca de la amistad con el mundo, o lo saben, pero no son capaces de hacer frente al mundo cuando ataca lo que de cristiano tienen sus criterios, su estilo de vida o sus palabras y sus obras. No están dispuestos a que los demás los tachen de carcas, beatos, meapilas, retrógrados, etc. Prefieren reír sus "gracias" que caer en desgracia ante ellos. Eso es amistad con el mundo. Y de esa amistad dice la palabra revelada: "¡Adúlteros!, ¿no sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que desee ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios" (St 4,4).
Estas palabras ponen de manifiesto contada claridad que ser amigo del mundo —seguir la corriente del mundo— es igual a ser enemigo de Dios. Para ser conscientes de las peligrosas consecuencias que pueden derivar de semejante situación, sería suficiente recordar el significado de la palabra enemistad y después aplicarlo a la relación con Dios. Enemistad significa carencia de relación a causa de enfrentamiento y/o ruptura; y que cuando esa actitud se mantiene en relación a Dios, el nombre con que se conoce es el de "pecado". Podríamos reinterpretar la frase de Santiago y decir: La amistad con el mundo es pecado ante Dios.
Puede parecer que esta situación no es especialmente importante; yo creo que, desde cierto punto de vista, es más grave que el amor al mundo, porque éste se ve y se entiende bien, de modo que uno puede decidir seguir en él o salir de él; pero la amistad con el mundo es una situación de engaño y ceguera espiritual, en la que uno se siente cómodo y de la que no intentará salir a no ser que antes se haga la luz sobre él y esté dispuesto a pagar el precio de ser y vivir como verdadero cristiano. Una forma de ver nuestra posición ante el mundo sería preguntarnos hasta qué punto podemos decir como Pablo: "Juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo" (Flp 3,8).
Consecuencias del amor al mundo
El desconocimiento se puede relacionar con la ceguera. Ignorar las consecuencias de la amistad con el mundo y el amor hacia él conduce a no ver lo que nos espera al final del camino y lo que realmente estamos viviendo en el presente. Necesitamos saber qué ocurre cuando hay amor o amistad con el mundo para evitarlos y no ser sus víctimas.
Pablo advierte a los cristianos de Éfeso acerca del destino preparado para quienes viven bajo el espíritu del mundo: "Vivisteis en otro tiempo según el proceder de este mundo, según el Príncipe del imperio del aire, el espíritu que actúa en los rebeldes... entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo en medio de las concupiscencias de nuestra carne, siguiendo las apetencias de la carne y de los malos pensamientos, destinados por naturaleza, como los demás, a la Cólera" (Ef 2,2-3).
La parábola del sembrador pone énfasis en la carencia de fruto en el cristiano seducido por el mundo: "El que fue sembrado entre los abrojos, es el que oye la Palabra, pero los preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra, y queda sin fruto" (Mt 13,22). ¿No es el retrato vivo de muchos cristianos de nuestros días?
La amistad con el mundo trae ruptura en la comunión con la Trinidad: "Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él" (1 Jn 2,15). La primera consecuencia clara es la incompatibilidad de amores: donde está uno de ellos no cabe el otro. La expresión "el amor del Padre" puede interpretarse en dos sentidos: el amor de Dios al hombre y el amor del hombre a Dios. Desde luego, si el amor del Padre no está en el hombre, difícilmente podrá el hombre amar a Dios. Y por supuesto donde no está el amor del Padre tampoco estará el amor del Hijo ni el del Espíritu Santo. La ruptura con una persona de la Trinidad es ruptura con todas ellas.
Desde su capacidad para discernirlo todo con exactitud, Jesús vio la carencia del amor del Padre en los judíos que le rechazaban: "Jesús les decía a los judíos, que le buscaban para matarle: ‘Yo os conozco; no tenéis en vosotros el amor de Dios’" (Jn 5,41).
El cristiano nunca debe claudicar ante los medios y satisfacciones que el mundo ofrece, sino usarlos en la medida en que los necesita y para fines superiores: "Los que disfrutan del mundo, como si no disfrutasen. Porque la apariencia de este mundo pasa" (1 Co 7,31).
San Pablo sufre la misma tentación que los demás discípulos, pero no claudica ante ella y se mantiene con los ojos fijos en el Señor: "¿Busco yo ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O es que intento agradar a los hombres? Si todavía tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo" (Ga 1,10). ¿No es cierto que son muchos los cristianos que tratan hoy de agradar a los hombres y, por lo mismo, dejan de ser siervos de Cristo?
La amistad con el mundo y la claudicación ante sus atractivos es demasiado fuerte y nadie hay que pueda sentirse libre de ella. Pablo ve cómo alguno de sus más directos colaboradores es víctima de esa amistad y le abandona. En una de sus cartas le abría el corazón a Timoteo de esta manera: "Apresúrate a venir a mí cuanto antes, porque me ha abandonado Demas por amor a este mundo y se ha marchado a Tesalónica" (2 Tm 4,10).
Lo mejor que podemos hacer para no dejarnos seducir por el espíritu del mundo ni ser sus amigos es esforzarnos por vivir como verdaderos discípulos. Lo mismo que una botella que está llena de líquido debe quedar vacía cuando queremos llenarla de otro, y éste no puede alojarse en ella mientras no llevamos a cabo esa operación, así es el cristiano lleno de Dios porque, al vivir de acuerdo con su palabra y ser morada de la Trinidad, está automáticamente cerrado a la amistad con el mundo.
Hay que ponerse del lado del Maestro y permanecer en él, aceptando el riesgo de ser odiados por el mundo a causa de nuestra falta de amistad con él, porque el Maestro nos ha sacado del mundo y nos ha hecho suyos y partícipes de su misión: "Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo" (Jn 15,19).
La cruz —precisamente la cruz, que es objeto del más absoluto rechazo por parte del mundo— debe interponerse entre el mundo y el cristiano, de modo que éste se vea a sí mismo unido a Cristo crucificado y viviendo en él, y contemple al mundo vencido por la obra de Cristo en la cruz: "Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo! (Ga 6,14).
El cristiano debe tener presente siempre su verdadera ciudadanía. Ya no pertenece a la tierra ni las cosas de abajo son su prioridad, Su permanencia en Cristo debe caracterizar su vida, sus obras y sus relaciones: "Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está oculta con Cristo en Dios" (Col 3,1-3).
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Texto extraido apartado 13 del libro
EL ESPÍRITU DEL MUNDO
La visión cristiana del espíritu del mundo como enemigo de Reino de Dios, exige al cristiano una toma de postura arriesgada, definida y permanente, porque se enfrenta a un enemigo refinado, omnipresente, siempre activo y que goza de buena salud.
Ed Grafité ediciones
Autor: Maximiliano Calvo.
Primera Edición 2006.
Fuente: Comunidad de Jerusalén
¿Puede existir una bioética válida para toda la humanidad? / Autora: Inmaculada Álvarez
Los derechos humanos necesitan un fundamento superior, según el presidente de los médicos católicos
ROMA, (ZENIT.org) ¿Es posible establecer unos principios universales, aceptados por gran parte de la humanidad, que rijan la actividad científica y médica? Es el reto que plantea el presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC), el doctor José María Simón Castellví.
En un artículo enviado a Zenit, el presidente de la FIAMC afirma que "la inspiración que empuja a la ciencia, las metas que se prefija, los medios que escoge, etc. están fuera de la propia ciencia", y que por tanto es necesario establecer unos principios bioéticos universales para evitar que la ciencia se convierta en un instrumento de destrucción.
"A veces nos encontramos a casos límite en los que una argumentación seductora puede conducir a decisiones inmorales por parte de los científicos, a quienes a pesar de su buena voluntad, les falta reflexión ética", afirma Simón Castellví, quien compara la situación actual con la de los experimentos científicos aberrantes realizados bajo el régimen nacional-socialista. "Los fines para los alemanes era plausible: una mayor felicidad para el pueblo alemán, donde se insinúa una ideología que corrompe muchas decisiones, tanto políticas como científicas, porque se reduce al fin que justifica los medios. Dame un buen fin y justificaré cualquier medio, aunque en una primera lectura este medio sea reconocido como claramente criminal".
La negación de las creencias tradicionales ha venido acompañada, no de ausencia de religiosidad, explica el presidente de la FIAMC, sino por una serie de creencias "míticas", como la de la sociedad del bienestar, o la máxima felicidad, o la eliminación del dolor.
"Todos estos fines son aparentemente buenos, pero muchas veces vienen minados por la perversa ideología del fin que justifica los medios. Hoy, esta ideología abominable pervive gracias a formas más sofisticadas: bendiciendo la eutanasia, promoviendo la esterilización obligatoria en ciertos países, imponiendo el aborto selectivo en los fetos femeninos, etc."
"Nunca se puede hacer un mal para llegar al bien. Y tampoco se puede hacer un mal menor para llegar al bien. Llegado el caso, se puede tolerar un mal menor, pero nunca cometerlo", afirma.
Dios es necesario
Según el doctor Simón Castellví, muchos "han hecho un esfuerzo para dar un código de bioética válido para toda la humanidad", y la expresión más importante de la búsqueda de unos principios universales es la codificación de los Derechos Humanos en 1948.
Sin embargo, aunque se trata de "un texto bien redactado y útil como referencia para que las diversas culturas colaboren entre ellas", sin embargo si no se admite un principio anterior que los sustente, se reducen a un texto legal interpretable desde cualquier punto de vista.
"Los Derechos Humanos no se crearon ex novo, sino que responden a una tradición secular que se adentra en la profundidad de los tiempos", en la ley natural. "La ley natural moral existe: es la capacidad de la razón humana de conocer y adherirse a la verdad. Para mí, ningún profesional toca con la mano como un médico la existencia de esta ley".
La cuestión, explica el presidente de la FIAMC, es si esta ley natural "existe por casualidad, por caos o por la voluntad de ciertos dioses caprichosos como los de los antiguos griegos, o quizás por la voluntad de Dios".
Sin embargo, la libertad del hombre y el problema del mal hacen que "no baste dejar la conducta humana sólo en manos de las bellas palabras, las declaraciones o la conciencia. Hace falta una justicia humana. Es muy ingenuo pensar que la sola protección bioética sea suficiente para que los seres humanos actúen correctamente".
"A mi juicio, y al de millones de personas, no sólo debemos buscar el bien de los hombres, sino que debemos dejar espacio a Dios. No diré nada de Dios. Sólo lo cito, como hace el astrofísico Stephen Hawking en su libro 'Brevísima historia del tiempo'".
"Si el hombre abdica de creer en un solo Dios justo y bueno, adorará ídolos, que en nuestra época racional no serán de piedra, sino un ideal mistificado, el ego, la propia inteligencia, etc.", añade.
"Si solamente nos preocupamos de que las consecuencias sean suficientemente buenas para justificar un acto, si no se admite que existen valores anclados en la naturaleza humana y en la existencia de Dios (sin renunciar a la razón y con una fe purificada del fanatismo) demasiado fácilmente caeremos en algo que termina siempre con sangre", advierte.
ROMA, (ZENIT.org) ¿Es posible establecer unos principios universales, aceptados por gran parte de la humanidad, que rijan la actividad científica y médica? Es el reto que plantea el presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC), el doctor José María Simón Castellví.
En un artículo enviado a Zenit, el presidente de la FIAMC afirma que "la inspiración que empuja a la ciencia, las metas que se prefija, los medios que escoge, etc. están fuera de la propia ciencia", y que por tanto es necesario establecer unos principios bioéticos universales para evitar que la ciencia se convierta en un instrumento de destrucción.
"A veces nos encontramos a casos límite en los que una argumentación seductora puede conducir a decisiones inmorales por parte de los científicos, a quienes a pesar de su buena voluntad, les falta reflexión ética", afirma Simón Castellví, quien compara la situación actual con la de los experimentos científicos aberrantes realizados bajo el régimen nacional-socialista. "Los fines para los alemanes era plausible: una mayor felicidad para el pueblo alemán, donde se insinúa una ideología que corrompe muchas decisiones, tanto políticas como científicas, porque se reduce al fin que justifica los medios. Dame un buen fin y justificaré cualquier medio, aunque en una primera lectura este medio sea reconocido como claramente criminal".
La negación de las creencias tradicionales ha venido acompañada, no de ausencia de religiosidad, explica el presidente de la FIAMC, sino por una serie de creencias "míticas", como la de la sociedad del bienestar, o la máxima felicidad, o la eliminación del dolor.
"Todos estos fines son aparentemente buenos, pero muchas veces vienen minados por la perversa ideología del fin que justifica los medios. Hoy, esta ideología abominable pervive gracias a formas más sofisticadas: bendiciendo la eutanasia, promoviendo la esterilización obligatoria en ciertos países, imponiendo el aborto selectivo en los fetos femeninos, etc."
"Nunca se puede hacer un mal para llegar al bien. Y tampoco se puede hacer un mal menor para llegar al bien. Llegado el caso, se puede tolerar un mal menor, pero nunca cometerlo", afirma.
Dios es necesario
Según el doctor Simón Castellví, muchos "han hecho un esfuerzo para dar un código de bioética válido para toda la humanidad", y la expresión más importante de la búsqueda de unos principios universales es la codificación de los Derechos Humanos en 1948.
Sin embargo, aunque se trata de "un texto bien redactado y útil como referencia para que las diversas culturas colaboren entre ellas", sin embargo si no se admite un principio anterior que los sustente, se reducen a un texto legal interpretable desde cualquier punto de vista.
"Los Derechos Humanos no se crearon ex novo, sino que responden a una tradición secular que se adentra en la profundidad de los tiempos", en la ley natural. "La ley natural moral existe: es la capacidad de la razón humana de conocer y adherirse a la verdad. Para mí, ningún profesional toca con la mano como un médico la existencia de esta ley".
La cuestión, explica el presidente de la FIAMC, es si esta ley natural "existe por casualidad, por caos o por la voluntad de ciertos dioses caprichosos como los de los antiguos griegos, o quizás por la voluntad de Dios".
Sin embargo, la libertad del hombre y el problema del mal hacen que "no baste dejar la conducta humana sólo en manos de las bellas palabras, las declaraciones o la conciencia. Hace falta una justicia humana. Es muy ingenuo pensar que la sola protección bioética sea suficiente para que los seres humanos actúen correctamente".
"A mi juicio, y al de millones de personas, no sólo debemos buscar el bien de los hombres, sino que debemos dejar espacio a Dios. No diré nada de Dios. Sólo lo cito, como hace el astrofísico Stephen Hawking en su libro 'Brevísima historia del tiempo'".
"Si el hombre abdica de creer en un solo Dios justo y bueno, adorará ídolos, que en nuestra época racional no serán de piedra, sino un ideal mistificado, el ego, la propia inteligencia, etc.", añade.
"Si solamente nos preocupamos de que las consecuencias sean suficientemente buenas para justificar un acto, si no se admite que existen valores anclados en la naturaleza humana y en la existencia de Dios (sin renunciar a la razón y con una fe purificada del fanatismo) demasiado fácilmente caeremos en algo que termina siempre con sangre", advierte.
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