* «En la fe de la resurrección de la carne, se arraigan profundamente las obras de misericordia, porque hay una conexión continua…. Se necesita la gracia grande del Espíritu Santo para comprender esta lógica del pasado mañana, cuando Él vendrá y nos llevará a todos transformados sobre las nubes para permanecer con Él. Pidamos al Señor la gracia de esta fe»









* «Pedimos a la gente que rezara. Y también nos rodeamos de personas que tiraran de nosotros para arriba. La respuesta de la Iglesia fue impresionante. Pasamos de tener miedo y angustia a ilusionarnos muchísimo por la vida que venía. ¡A disfrutar del embarazo! Y no era porque los amigos que nos acompañaban nos pusieran una venda en los ojos. Al revés, nos centraron frente a la verdad. Nos ayudaron a vivir con ilusión la posibilidad de que nuestro hijo se fuera al cielo, que al final es la misión para la que un padre está creado. Nos ayudaron a vivir orgullosísimos e ilusionados el minuto presente»

