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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

escucharlavoz@yahoo.es

Oremos todos para que la sabiduría de Jesús Resucitado presida estas páginas y nos bendiga abundamente.

Página web de Escuchar la Voz del Señor

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domingo, 22 de julio de 2007

Una llamada a la Adoración Eucaristica Perpetua


Publicamos el tríptico de la Adoración Eucarística Perpetua de Toledo, que nos ha enviado su coordinador Eufemio Romano. Creemos de un profundo interés su contenido para que se conozca la gracia que muchas personas reciben en la Iglesia, una forma de Escucha permanente del Señor:

La Adoración Eucarística Perpetua consiste en adorar al Santísimo Sacramento día y noche durante todo el año. De esta manera respondemos a la fidelidad y eternidad del amor de Jesús que se ha quedado entre nosotros en el Santísimo Sacramento.
Jesús dijo a Sta. Margarita Mª Alacoque. (su apóstol del Sagrado Corazón): “Ardo de sed, mi sed es la de ser honrado por los hombres en el Santísimo Sacramento”.

El Santo Padre Juan Pablo II dijo que el mejor modo, más efectivo y seguro para traer la paz duradera a la tierra es a través del gran poder de la Adoración Eucarística. La Eucaristía trae la paz a los corazones.
En su carta “Sobre el Misterio y Culto de la Eucaristía” (1980) escribió: “La Iglesia y el mundo tienen gran necesidad del culto eucarístico. Jesús nos espera en este sacramento del amor” […] “…Seamos generosos con nuestro tiempo al ir a encontrarlo en la adoración y contemplación, llenos de fe y listos para hacer reparación por las grandes faltas y crímenes del mundo. Que nuestra adoración nunca cese”. En la oración durante la inauguración de la Capilla Perpetua de San Pedro –en el Vaticano- el Papa rezó para que todas las parroquias del mundo tengan Adoración Perpetua.

Su Santidad Benedicto XVI ha afirmado con mucha claridad: “Imploremos al Señor que despierte en nosotros la alegría en Su presencia y podamos adorarle una vez más. Sin adoración no hay transformación del mundo”.

A la Madre Teresa de Calcuta le preguntaron qué es lo que salvaría el mundo y ella dijo: “Mi respuesta es la oración. Necesitamos que cada parroquia se ponga ante el Señor Jesús en el Santísimo Sacramento en santas horas de oración”.

(Intervención de Mon. Charles Maung BO, S.D.B.,, Arzobispo de Yangon, ante el Sínodo de los Obispos 07-10-2005):
“En verdad, hasta que la Iglesia no grite fuerte que Jesús en el Santísimo Sacramento tiene que ser objeto de Adoración Perpetua por todo lo que ha hecho por nuestra salvación, seguirá siendo derrotada por sus enemigos.
La mejor manera, la más segura y la más eficaz, de establecer la PAZ eternamente sobre la tierra es la de recurrir al gran poder de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento”.


La Adoración Eucarística Perpetua se consigue encontrando a personas que quieran adorar al Señor comprometiéndose a ofrecer al menos 1 hora fija a la semana. De este modo se forma una cadena de adoradores, relevándose hora a hora, las 24 h del día.
Cuando adoramos la presencia Eucarística, además de recibir las gracias que necesitamos, Él nos consuela, nos da paz, nos alivia de todas nuestras penas, sosiega nuestro espíritu, nos libra de los temores, nos da fortaleza, nos ilumina, orienta nuestras vidas…

Por medio de la adoración, la Eucaristía se vuelve el centro de la vida del creyente, teniendo una relación personal con Cristo.
Más de 2.500 parroquias del mundo tienen Adoración Eucarística Perpetua: Estados Unidos, Filipinas, Irlanda, Corea del Sur, India, Sri Lanka, Myanmar…

ADORACIÓN EUCARÍSTICA PERPETUA EN ESPAÑA
MADRID: Parroquia de la Encarnación del Señor
, C/ Hnos. García Noblejas, 49, Tf.913040308 y 616186965, Autobuses: Líneas 4, 28, 38, 48, 70, 105, y 109, Metro: Líneas 5 (Ciudad Lineal) y 7 (García Noblejas)

Parroquia de CANCELADA, (Málaga) Tf. 952886196 y 639948196
SEVILLA: Capilla San Onofre, PL Nueva (Junto a Telefónica) Tf 608851211
TALAVERA DE LA REINA: Convento S. José c/ Charcón, Tf 925805668
OVIEDO Capilla de las Esclavas, c/Toreno, Frente Campo de S. Francisco

PAN DE VIDA

RADIO SANTA MARÍA DE TOLEDO
PROGRAMA DEDICADO A LA EUCARISTÍA
TODOS LOS JUEVES A LAS 20 HORAS
(FM 102.5 TOLEDO, 100.5 LA MANCHA Y 103.6 TALAVERA)
REPETICIÓN: VIERNES A LAS 01. DOMINGOS A LAS 09 Y LUNES 03
CORREO ELECTRÓNICO: pandevidatoledo@gmail.com

INVITACIÓN A LA ADORACIÓN PERPETUA: Es el mismo Jesús quien te invita a que pases una hora, un día a la semana, con Él y ante Él. ¿Dispones de una hora para Quien HA DADO SU VIDA POR TI? ÉL ES LA VIDA y te la da entera. Busca tu hora, conságrasela. No tengas dudas en comprometerte con ÉL. Si estás dispuesto: llámanos y te informaremos.

TELÉFONOS DE TOLEDO: Eufemio R. (925 22 71 84). Francisco R. (925 22 17 31). Pedro G. (925 25 49 59). Mª José M. (925 22 30 45) Mª Carmen S. (925 22 31 22)

sábado, 21 de julio de 2007

Polonía quire proclamar a Cristo como Rey / Enviado por Eufemio

Si siempre hay motivos para estar contentos en la Iglesia, y razones para orar en acción de gracias, hoy te mando esta noticia que llena de gozo.
Polonia esa siendo muy maltratada en Europa por no aceptar en materia de moral las normas de la Comunidad Europea, ellos mientras piensan en proclamar a Cristo Su Rey perpetuo.
Oremos en petición para que pronto llegue ese reinado y no sólo a Polonia sino a Europa y el Mundo entero, y para que el Señor les de fortaleza a los polacos
Por cierto, yo estoy seguro de ello pero hago esta pregunta ¿no estará detrás de todo el movimiento en Polonia la mediación del Siervo de Dios Juan Pablo II? Para mí que sí. Demos gracias a Dios por ello.
Ahí va la noticia que comento al principio:

"Parlamentarios presentan proyecto de ley para proclamar a Cristo Rey de Polonia

VARSOVIA, 19 Jul. 07 (ACI).-46 parlamentarios polacos firmaron la semana pasada un proyecto de ley para que Jesucristo sea proclamado Rey de Polonia. Esta propuesta es impulsada fundamentalmente por la Liga de Familias Polacas (Liga Polskich Rodzin), el partidoLey y Justicia (Prawo i Sprawiedliwosc); y el Partido de los Campesinos (PSL).

La propuesta está liderada por el parlamentario Artur Górski, del partido gobernante Ley y Justicia. "Queremos que Jesucristo sea nombrado rey de los polacos", explica Górski y agrega que "Polonia necesita más que nunca el liderazgo y la ayuda divina para afrontar los nuevos tiempos. Algunos podrán mofarse de nuestra propuesta, pero para mí es una cuestión de sensibilidad religiosa y respeto político", precisa en entrevista concedida al diario Gazeta Wyborcza.

Artur Górski espera que la Iglesia apoya esta iniciativa. "Solo puedo decir que desde que hablé por primera vez de esta idea he recibido más de nueve mil cartas de apoyo", dijo.

Hace 350 años el Rey Juan II Casimiro proclamó a la Virgen María Reina Perpetua de Polonia.
"Antes de debatir nada hay que ver qué opina la Iglesia", declaró a su turno Marek Jurek, Presidente del Congreso

Unidos siempre en la oración y en el Corazón de Jesús y María,
Eufemio.

No Permitas, SEÑOR... / Enviado por Juan Cruz

No permitas, Señor, que la soberbia
me ciegue con sus falsos resplandores;
no permitas, Señor, que los honores
me eleven en los brazos de la tierra;
no permitas, Señor, que en mi inmodestia
olvide que de Ti son los favores;
no permitas, Señor, que en mis errores
te acuse de abandono y de inclemencia.

Sólo quiero servirte y adorarte,
ser espiga engendrada en tu semilla;
sólo quiero ser grano en tu gavilla
y la harina del pan que se hace carne;
sólo quiero de amor embelesarme,
ser la cepa del vino de tu orilla;
sólo quiero tu flor sobre mi arcilla
y consagrarme a Ti en cuerpo y sangre.

Yo te pido, Señor, libres al mundo
de egoísmo, mentira e impiedad;
yo te pido, Señor, que en la verdad
sepamos que son tuyos nuestros frutos;
yo te pido, Señor, eterno indulto
a mi falta de amor, mi vanidad;
yo te pido, Señor, por tu bondad
ser el barro de tu divino surco.

viernes, 20 de julio de 2007

Carta de Jesús: Pon tú mirada en Mí / Enviada por Marisa Loperena

No te fijes en lo que no tienes;
pon los ojos en Mí y confía en Mis promesas.
Ten fe en las Palabras que te dirijo.
Ten fe en Mi voz, que te habla al corazón.
Ten fe en el amor que percibes a tu alrededor.

Cuando albergues temor, dudas o preocupación,
pon los ojos en Mí y confía.
Cuando comiences a temblar, confía en Mí.
Cuando no puedas más y se te llenen los ojos de lágrimas,
sigue confiando en Mí a pesar del llanto.

Confía en Mí pase lo que pase.
Confía en que sé lo que más te conviene.
Confía en Mi sabiduría.
Confía en Mi capacidad para guiarte
y valerme de ti al máximo.

Confíame el futuro.
Confía en que no te fallaré,
en que cumpliré todo lo que te he dicho.
Confía en que no te abandonaré,
en que efectivamente sentirás Mi amor
y lo conocerás mejor que nunca.

Confía en que te consolaré por las noches
cuando te parezca que no tienes a nadie.
Confía en que puedo estar a tu lado.
Confía en que soy capaz,
y en que te ayudaré en esta época de pruebas.

Confía en que no te defraudaré,
te digan lo que te digan tus pensamientos.
Mantén la mirada fija en Mí
y deposita toda tu confianza en Mí.



JESÚS

La verdadera amistad / Autor: Raniero Cantalamessa, ofmcap.


Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. -predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia del próximo domingo.

XVI Domingo del Tiempo Ordinario (C)
Génesis 18, 1-10a; Colosenses 1, 24-28; Lucas 10, 38-42

Los amigos de Jesús


En aquel tiempo, Jesús entro en un pueblo, y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres». La aldea es Betania y la casa es la de Lázaro y sus dos hermanas. En ella a Jesús le gustaba detenerse y descansar cuando desarrollaba su ministerio cerca de Jerusalén.

A María le parecía increíble tener al Maestro, por una vez, todo para ella, poder escuchar en silencio las palabras de vida eterna que Él decía hasta en los momentos de descanso. Así que ella se acurrucaba a sus pies para escucharle, como se acostumbra todavía en Oriente. No es difícil imaginar el tono, entre resentido y bromista, con el que Marta, pasando ante los dos, le dice a Jesús (¡pero también para que lo oiga su hermana!: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude».

Fue en este momento cuando Jesús pronunció una palabra que por sí sola constituye un pequeño evangelio: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será arrebatada».

La tradición ha visto en las dos hermanas el símbolo, respectivamente, de la vida activa y de la vida contemplativa; la liturgia, con la elección de la primera lectura (Abraham, que acoge a los tres ángeles en la encina de Mambré), muestra que ve en el episodio un ejemplo de hospitalidad. Considero, sin embargo, que el tema más evidente es el de la amistad: «Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro» se lee en el Evangelio (Jn 11,5); cuando le dan la noticia de la muerte de Lázaro, dice a los discípulos: «Nuestro amigo Lázaro duerme; pero voy a despertarle» (Jn 11,11). Ante el dolor de las dos hermanas, rompe a llorar Él también, tanto que los presentes exclaman: «¡Mirad cómo le amaba!» (Jn 11,36). Es muy bello y consolador saber que Jesús ha conocido y cultivado ese sentimiento tan precioso para los hombres que es la amistad.

De la amistad se debe decir lo que San Agustín afirmaba del tiempo: «Sé qué es el tiempo, pero si alguien me pide que se lo explique, ya no lo sé». En otras palabras, es más fácil intuir qué es la amistad que explicarlo con palabras. Es una atracción recíproca y un entendimiento profundo entre dos personas, pero no basada en el sexo, como lo es el amor conyugal. Es la unión de dos almas, no de dos cuerpos. En este sentido, los antiguos decían que la amistad es tener «una sola alma en dos cuerpos». Puede constituir un vínculo más fuerte que el parentesco. Éste consiste en tener la misma sangre en las venas; la amistad en tener los mismos gustos, ideales, intereses.

Es esencial para la amistad que se funde en una búsqueda común de lo bueno y de lo honesto. Lo que existe entre personas que se unen para hacer el mal no es amistad, sino complicidad, es «asociarse para delinquir», como se dice judicialmente.

La amistad es diferente también del amor al prójimo. Éste debe abrazar a todos, incluso a quien no te quiere, también al enemigo, mientras que la amistad exige reciprocidad, esto es, que el otro corresponda a tu amor.

La amistad se alimenta de confianza, o sea, del hecho de que yo confío a otro aquello que es más íntimo y personal en mis pensamientos y experiencias. A veces digo a los jóvenes: ¿queréis descubrir quiénes son vuestros verdaderos amigos y hacer una graduación entre ellos? Intentad recordar cuáles son las experiencias más secretas de vuestra vida, positivas o negativas; observad a quiénes las habéis confiado: esos son vuestros verdaderos amigos. Y si hay algo de vuestra vida tan íntimo que lo habéis revelado a una sola persona, esa es vuestro mayor amigo o amiga.

La Biblia está llena de elogios a la amistad: «El amigo fiel es seguro refugio; el que le encuentra, ha encontrado un tesoro» (Si 6, 14 ss). La prueba de la verdadera amistad es la fidelidad. «Se acabaron los dineros, se acabaron los amigos», dice un popular refrán. No es auténtica amistad la que decae a la primera dificultad del amigo. El verdadero amigo se ve en la prueba. La historia está llena de casos de grandes amistades inmortalizadas por la literatura; y también la historia de la santidad conoce ejemplos de amistades famosas.

Un problema delicado acerca de la amistad es si ésta es posible también una vez que se está casado. No está dicho que se deba cortar tajantemente con todas las amistades cultivadas antes del matrimonio, pero ciertamente se requiere una reorganizació n, so pena de dificultades y crisis en la pareja.

Las amistades más seguras son las que se cultivan juntos, como pareja. Entre las amistades cultivada separadamente, aquellas con personas del propio sexo crearán menos problemas que las de sexo distinto. Frecuentemente en estos casos es castigada la presunción, el hecho de creerse por encima de toda sospecha y de todo peligro. Películas con títulos del tipo: «La mujer de mi mejor amigo» hablan del tema... Pero aparte de este hecho extremo, se crean problemas prácticos serios. El amigo no puede tener más importancia que el cónyuge. No se puede salir todas las noches con los amigos dejando al otro (¡con mayor frecuencia a la otra, a la esposa!) solo en casa.

También para las personas consagradas las amistades más seguras son las compartidas con el resto de la comunidad. Hablando de Lázaro, Jesús no dice «mi amigo Lázaro», sino «nuestro amigo Lázaro». Lázaro y sus hermanas se habían hecho amigos también de los apóstoles, según el célebre principio «los amigos de mis amigos son mis amigos». Así eran las grandes amistades entre algunos santos, por ejemplo, entre Francisco de Asís y Clara. Francisco es hermano y padre de todas las religiosas; Clara es la hermana y la madre de todos los frailes.

jueves, 19 de julio de 2007

La Palabra de la cruz en la curación interior / Autor P.Miguel Peix C.M.F.




Publicamos hoy un artículo de alguien con quien hemos trabajado en la evangelización más de 17 años, el P. Miquel Peix C.M.F.. Esta mañana ha sido enterrado a sus 80 años de edad. No tenemos ninguna duda que su desapego al mundo y su celo por el Evangelio le han hecho estar frente a frente con su Padre celestial tan amado. Dió AMOR a decenas de millares de personas. Nunca tenía un no para nadie. Fue impulsor de la Renovación Carismática Católica de Catalunya y en todas las partes del mundo donde estuvo. Siempre sostuvo que la Renovación era una gracia para la Iglesia Universal. Como padre Claretiano siempre fué fiel a sus hermanos de orden religiosa y obediente a sus superiores. Durante años estuvo de misionero en Camerún. Estuvo de párroco en la Iglesia del Inmaculado Corazón de María de Sabadell (Barcelona). Oren por su alma y den gracias a Dios por su vida. Este blog es un fruto de cuanto Miquel nos enseñó. En los próximos días publicaremos más sobre la peregrinación de un hombre inteligente y humilde que cargó con sus cruces y supo dar la vida en el nombre de Cristo. Descanse en paz.

Dice el apóstol San Pablo: la palabra de la Cruz es necedad para los que se pierden, pero para los que se salvan, es decir para nosotros es poder de Dios (1 Co 1,18).

Tres maneras de ver la Cruz

La de los judíos que rehusaron a Jesucristo:

Recordemos la mentalidad judía de los tiempos de Jesús. Para los judíos un crucificado era un maldito de Dios. Leemos en Deutoronomio 21,23: Porque es un maldito de Dios todo hombre colgado en un árbol. De aquí que San Pablo diga que Jesús fue un maldito de la ley por tal de liberarnos de la maldición de la ley que no podíamos cumplir. Para los enemigos judíos de Jesús era claro que como crucificado era un maldito de Dios y era escandaloso considerarlo como el Mesías.

La de los paganos:

Para el mundo greco-romano la cruz era un suplicio reservado a los esclavos. Era entonces la ignominia suprema.

La de los creyentes en Jesucristo:

De hecho la cruz del Salvador se levanta contra el orgullo del cumplidor de la ley por méritos propios y contra el orgullo pagano del prestigio del poderoso y del noble.

En cambio el creyente afirma: Jesús el Señor me ha amado se ha entregado por mí al suplicio escandaloso e ignominioso de la Cruz. En la Cruz tengo el único poder que me libera del pecado y de sus consecuencias: las enfermedades y la muerte, y la única realidad de que puedo gloriarme.

Todo esto es básico para nosotros los creyentes cristianos. Lo aceptamos y hemos de asumirlo cada vez mas profundamente.

El poder de la Cruz y la curación interior

La Cruz es el único remedio de que dispongo para la curación real de mis males, la que llega hasta las raíces. Por el hecho de ser un dotado de libertad puedo hacer un mal uso y por lo tanto llevo en mí la marca del pecado. Si de hecho peco acentúo mi pecado. Me afectan además por contaminación directa los pecados de mis antepasados y por proximidad los del mundo que me envuelve. Esta es la situación de cada hombre. Enfrente de ella hay la gracia de la Cruz ofrecida misteriosamente a todo hombre. El hecho de no haber sentido hablar nunca de Jesucristo no quiere decir que la gracia del Crucificado no actúe en la consciencia de una persona concreta. De que manera esta gracia es aceptada o rechazada sólo Dios lo sabe claramente, pero el Espíritu Santo hace llegar la salvación de Jesús a toda consciencia que no acepta la acción. Dice la escritura: Dios es salvador de todos los hombres, sobre todo de los fieles (1Tm 4,10), porque no hay debajo del cielo ningún otro nombre dado a los hombres que sea necesario a la salvación que el de Jesús (Ac 4,12).

Yo entonces que he recibido el anuncio del Evangelio he de conocer personalmente el poder de este nombre mediante la palabra de la Cruz. Dicho de otra manera: tengo que experimentar personalmente que me libera de mi pecado en virtud de su muerte. Si yo rehúso que Jesús me libere de mi pecado y del amor infinito de Dios, permaneciendo en mi egocentrismo, quedo excluido de la salvación de Dios, condenado a vivir en un vacío estremecedor fuera de mi Creador y Salvador.

En la vida presente, inmergidos en nuestras vivencias humanas, podemos vivir sin tener plena consciencia de nuestra verdadera situación de cara a Dios. Hasta podríamos llevar una vida sin pecados graves careciendo fácilmente del deseo vehemente de vernos más liberados de nuestro egocentrismo en virtud de la muerte de Jesús, lejos de todo orgullo, de toda autosuficiencia, de toda dureza de corazón hacia los otros, de todo descuido de Dios. No nos damos cuenta plenamente de la necesidad de ser curados de diversas heridas de pecado que no nos dejan vivir en plenitud como hijos de Dios y que podemos causar en todo momento peligrosas recaídas en nuestra salud espiritual, psíquica y corporal.

Faltas, rebelión, orgullo, heridas infectadas

Todos lo sabemos, el niño se rebela cuando no se le satisface sus necesidades vitales y lo expresa generalmente llorando. Al inicio es una rebelión sana, si es que la podemos llamar rebelión. La cosa cambia cuando pasa mucho tiempo sin obtener satisfacción y aparece un trauma, una herida. Ejemplo: un niño pequeño fué abandonado durante tres meses por sus padres y se volvió asmático. Una de las necesidades del niño es la de tener aquello que ve que los otros tienen, necesidad que perdura de alguna manera en los grandes. Cuando no lo obtiene se siente irritado. No puede aceptar su situación y se rebela. En la medida en que llega a ser consciente crece en él la posibilidad de una abertura al amor de los que le quieren desinteresadamente, que siempre habrá alguno, y a través de ellos, o directamente al de Dios.También crece en él la posibilidad de una rebelión más o menos orgullosa. La abertura al amor deja pasar la acción de Dios, la rebelión orgullosa deja pasar la acción del diablo. En este caso la herida se infesta. Desde nuestro orgullo el diablo tiene un gran poder sobre nosotros, y se complace en profundizar tanto como le permiten nuestras heridas. En cualquier depresión la persona piensa y piensa en sus dificultades por más pena que le causen estos pensamientos, es como si no dejase de clavarse puñaladas sobre su psíquico. Y como más humillada se siente más se apuñala y más puede aumentar su rebelión.

Las mentiras del diablo


1) El diablo quiere evitar de todas formas que el paciente pueda creer que Dios puede y quiere sacar bien de su mal. Para conseguirlo se vale de toda clase de porqués. ¿Porque esto?, ¿porque lo otro?, ¿porqué?... No olvidemos que el diablo es todo él, orgullo y rebelión y solamente sabe transmitir orgullo y rebelión. Hay quien quiere que no sea verdad que Dios pueda y quiera sacar bien del mal, porque entonces no tendría motivo para acusarlo. Su resentimiento hacia Dios, que ha permitido su situación, es demasiado grande y ya comienza a ser diabólico.

2) Otra cosa que el diablo quiere es que el paciente piense que ha de poder disfrutar de aquello que se ha visto privado y tener lo que tienen los otros, para ponerse bien. Si piensa así rehúsa de hecho la curación que Dios le quiere dar, la que él necesita., la suya, la única que le hará realmente feliz. Entonces Jesús ya no puede convertirse para él en el único bien totalmente deseable. En el tesoro escondido y la perla fina del Evangelio. Este deseo de querer tener lo que tienen los demás hace desear a menudo poseer "la luna en una canasta", es decir querer poseer aquello que no nos corresponde. Pensaría que algunos esquizofrénicos se encuentran en esta situación. Mantenerse así es seguirle el juego al maligno. Es lamentable, el paciente pide una y otra vez oración de intercesión, pero no se cura, porque vive cerrado a la curación que realmente necesita, y prefiere tomar pastillas y esperar "la luna en una canasta".

3) De nosotros mismos nos agrada creer que tenemos más méritos que los otros. Es este el terreno por donde se desliza sigilosamente el enemigo. Nos hace creer que tenemos razón, que tenemos todo el derecho de sentirnos doloridos por las actitudes de los otros, y desde un orgullo camuflado, nos irritamos contra unos y otros, ya no es contra Dios mismo. La irritación contra Dios la manifestamos en forma de queja: " Dios mío, es que no paras!. Después de un pescozón, otro y otro. Yo ya no puedo más. No sé que te he hecho". Eso de nuestros méritos es una mentira, es como un dulce envenenado, el diablo propina de derecha a izquierda. Nuestro orgullo ve un dulce pero es una píldora de muerte. ¿Exageramos?. ¿De donde vienen si no todas las divisiones y defecciones dentro mismo de la Iglesia y de las iglesias?.

Es por gracia que habéis sido salvados

Esta es una verdad bíblica aceptada como tal, pero no creída vitalmente. ¿Porqué? Porque de hecho rehusamos morir a nosotros mismos en virtud de la muerte de Jesús. Y sin esta muerte ninguna de las heridas espirituales psíquicas quedan totalmente curadas en sus raíces. Dice san Pablo: Estoy crucificado con Cristo, yo vivo, pero no yo, es Cristo quién vive en mí. Aquello que vivo ahora en la carne lo vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí. Yo no rehusaré la gracia de Dios, ya que si la justificación viene de la ley, es en vano que Cristo ha muerto (Ga 2, 19-21). Estas palabras del apóstol no son para ser meditadas intelectualmente sino experimentadas espiritualmente, es decir, por una gracia del Espíritu Santo.

¿Qué vive, qué siente, qué experimenta, el que en un momento determinado recibe la gracia de morir a sí mismo en virtud de la muerte de Cristo?

Primeramente hace falta advertir que como más auténtica y profunda sea esta gracia, la transformación que la persona recibe es evidente y permanente:

· Liberación de pecados y de vicios.

· Un gran arrepentimiento de haber ofendido a Dios en la seguridad del perdón y una gran paz.

· Se hace presente el amor misericordioso del Padre y de Jesucristo. La persona se siente feliz, y no cree que le falte nada más.

· Siente que ama a todos y se siente puro.

· Comprende que todo lo que le pasa es gracia sin que haya tenido ningún mérito. Todo le viene de la Cruz de Jesús.

· Quiere con toda el alma ser conducida por el Espíritu Santo no por su propio querer.

· Sabe que la curación ha comenzado a actuar en la raiz de sus heridas y que si ella persevera bajo la influencia del poder de la Cruz, no sólo sus heridas se curarán, sino que irán convirtiéndose en vida nueva, como las del Resucitado.

· Todo pensamiento de mérito personal y de comparación con los otros es estremecedor, porque tiene una gran sensibilidad para discernir aquello que viene de la Cruz y lo que viene del maligno.

Aquí podríamos añadir todos los frutos de la nueva vida que tenemos en Cristo Jesús, porque todos provienen de la savia de la Cruz. Los que hemos señalado tienen una relación directa con el hecho de morir con Cristo. Los otros, tendrían una relación directa con el hecho de que habiendo muerto con Cristo, ahora vivimos con Cristo, de Cristo y en Cristo.

¿Es posible volver a pecar después de haber experimentado la gracia de morir a sí mismo en virtud de la muerte de Cristo?.

El poder pecar depende del ejercicio de nuestra libertad. En este mundo vivimos nuestra vida cristiana en la fe, no en la visión. Es un tiempo de gracia en que podemos crecer bajo la acción del Espíritu Santo y también dejarnos seducir por el pecado y por el maligno. El que acaba de experimentar la gracia de morir a sí mismo en virtud de la muerte de Cristo quiere estar lejos del pecado y experimenta un gran temor de perder a Dios, a quién considera su bien supremo. Pero las tentaciones pecaminosas son sutiles y suelen venir poco a poco. Son las malas hierbas de la parábola del sembrador que quieren enraizar en nuestra tierra. Si no se eliminan con la palabra de la Cruz acabarán ahogando la palabra.

La tierra propicia a recibir la palabra del diablo es el orgullo que conduce en definitiva a la rebelión. La montaña del orgullo tiene dos vertientes: el prestigio y los méritos personales.

Hace falta que seamos tasadores: nada mas nos podemos gloriar de la cruz de Cristo. Fuera de ella no hay vida perdurable, y todo aquello que parece consistente es pura y estúpida vanidad. Nuestras obras buenas que están hechas desde el poder, que no entran por el hecho de morir a nosotros mismos en virtud de la muerte de Jesús no valen nada, bien nada. Nuestras penas soportadas para tener méritos de nosotros mismos no valen nada, bien nada, má00000s bien son pecados, no son obras del amor de Jesús que actúa en nosotros y nosotros en Él, sino obras de un orgullo camuflado y estúpido.

El prestigio y los méritos personales han sido, son y serán la ruina de los individuos y de las diversas comunidades de cristianos.

Las grandes herejías y las grandes divisiones entre los cristianos han venido de los dirigentes más cualificados. El protagonismo de los dirigentes es especialmente pernicioso siempre y en todo lugar. Los dirigentes dinámicos hacen cosas de prestigio y fácilmente se valoran a sí mismos y son valorados. Pero si en el centro no hay el poder de la Cruz, hay el del diablo. En la medida que no hay la Cruz de Jesús, hay la obra del diablo. Es triste y frecuente ver que dirigentes de todo tipo imponen demasiado sus ideas. Por algún motivo en las congregaciones de religiosos y religiosas se solía subrayar la necesidad de rezar mucho por los superiores. Y he sentido decir con tristeza y sin ningún remordimiento a gente muy seria que las grandes comunidades Carismáticas siempre que fracasan o menguan es por culpa del protagonismo de los dirigentes. ¿No puede ser ese el motivo de que la Renovación Carismática sea menos carismática? Esto no es una acusación. Pero queremos acabar con una afirmación contundente: La primera cosa que todos hemos de desear con toda el alma es esta: Morir a nosotros mismos en virtud de la muerte de Jesús.

Y esto no se hace una vez en la vida sino que se va repitiendo a lo largo de la vida. Es la única buena preparación para una buena muerte en Cristo, la definitiva, la que nos conduce a la vida perdurable.

«No ceséis de orar»: Llamamiento de la Semana por la Unidad de los Cristianos 2008

«No ceséis de orar». Este llamamiento lanzado por san Pablo a los primeros cristianos lo repiten los representantes de las Iglesias cristianas al cumplirse en el año 2008 el centenario de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.

El lema, tomado de la carta a los Tesalonicenses (5, 17), reunirá a anglicanos, católicos, ortodoxos, protestantes…, en encuentros de oración para pedir en el próximo año la unidad plena.

«Nos recuerda que la vida en una comunidad cristiana sólo es posible a través de una vida de oración», afirman los materiales para la preparación de esa semana elaborados conjuntamente por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias.

«Más aún --añaden--, Pablo pone de manifiesto que la oración es parte integrante de la vida de los cristianos precisamente cuando pretenden manifestar la unidad que se les ha dado en Cristo, y que se expresa en todo lo que contribuye a la paz”.

En esta ocasión, el proyecto de textos ha sido preparado por un grupo ecuménico de los Estados Unidos, en recuerdo de la primera Semana de estas características celebrada en Graymoor (Garrison, NY) del 18 al 25 de enero de 1908.

Los redactores del primer proyecto han sido el director del Instituto ecuménico e interreligioso de Graymoor (Nueva York, Estado de Nueva York, EE.UU.), el padre James Loughran, SA, en colaboración con la doctora Ann Riggs, directora general de la Comisión Fe y Constitución del Consejo nacional de las Iglesias cristianas de EE.UU. (NCCCUSA), el doctor Keelan Downton, investigador, el reverendo James Mass, director del Secretariado para los asuntos ecuménicos e interreligiosos de la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) y la señora Susan Dennis, presidenta y directora general del Centro Interconfesional de Nueva York (EE.UU.).

Estos textos han sido adaptados y aprobados definitivamente en la reunión del grupo preparatorio internacional nombrado por la Comisión Fe y Constitución del Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos.

Los materiales de preparación de la Semana han sido publicados en Internet por la página web de la Santa Sede (www.vatican.va), en la sección del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

Petición de oraciones urgentes para que China no dinamite el Santuario del Carmelo

El santuario de Nuestra Señora del Monte Carmelo será dinamitada
siguiendo una decisión gubernamental según la cual el sitio de peregrinación
es un lugar de prácticas religiosas ilegales.

El gobierno de la provincia de Henan evitará la peregrinación anual del
16 de julio, que normalmente reune a unos 40 mil peregrinos para la
fiesta de Nuestra Señora del Monte Carmelo, según dice AsiaNews.

El santuario fue construido en 1903 por un sacerdote del Instituto
Pontificio para las Misiones Extranjeras, Monseñor Stefano Scarsella,
entonces vicario apostólico en la norteña Henan. El santuario fue dedicado a
la Santísima Virgen por preservar a los cristianos de los peligros
durante la 'Rebelión de los Boxers'

El santuario está en Tianjianjing, en la Diócesis de Anyang, en una
zona pintoresca y montañosa que, algunos creen que será usada para un
edificio comercial o gubernamental.

El gobierno provincial ha movilizado a 700 soldados para realizar
maniobras militares en la zona desde el 12 de mayo, cuando la demolición
planificada fue anunciada. Las carreteras que llevan al santuario están
cerradas y
los peatones que se acercan a la zona son registrados.

Los fieles de la Diócesis de Anyang, haciendo un llamado por medio de
AsiaNews, dijeron: 'Pedimos a todos nuestros hermanos y hermanas en el
Señor que oren por nosotros y que comuniquen a otros nuestro mensaje a
los fieles del mundo entero'.

Oración para la sanación interior / Autor: P. Emiliano Tardif, M.S.C.


Sugerimos que esta oración por la curación de nuestra memoria, se haga en un lugar apartado, lejos de toda distracción. Recítese de manera lenta, en voz alta, haciendo propia cada palabra.

Padre de bondad, Padre de amor, te bendigo, te alabo y te doy gracias porque por amor nos diste a Jesús. Gracias Padre porque a la luz de tu Espíritu comprendemos que Jesús es la luz, la verdad y el buen Pastor, que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Hoy Padre, quiero presentarme delante de Ti, como tu hijo.

Tú me conoces por mi nombre. Pon tus ojos de Padre amoroso en mi vida. Tú conoces mi corazón y conoces las heridas de mi historia. Tú conoces todo lo que he querido hacer y no he hecho. Conoces también lo que hice o me hicieron lastimándome. Tú conoces mis limitaciones, mis errores y mi pecado. Conoces los traumas y complejos de mi vida.

Hoy, Padre te pido que por el amor que le tienes a tu Hijo Jesucristo, derrames tu Santo Espíritu sobre mí, para que el calor de Su Amor sanador, penetre en lo mas íntimo de mi corazón. Tú que sanas los corazones destrozados y vendas las heridas, sáname aquí y ahora, de mi alma, mi mente, mi memoria y todo mi interior.

Entra en mí, Señor Jesús, como entraste en aquella casa donde estaban tus discípulos llenos de miedo. Tú te apareciste en medio de ellos y les dijiste: ”Paz a vosotros”. Entra en mi corazón y dame tu paz. Lléname de amor. Sabemos que el amor echa fuera el temor. Pasa por mi vida y sana mi corazón.

Sabemos, Señor Jesús que Tú lo haces siempre que te lo pedimos, y te lo estoy pidiendo con María, mi Madre, la que estaba en las bodas de Caná cuando no había vino y Tú respondiste a su deseo, transformando el agua en vino. Cambia mi corazón y dame un corazón generoso, un corazón afable, un corazón bondadoso, dame un corazón nuevo.

Haz brotar en mí los frutos de tu presencia. Dame el fruto de tu Espíritu que es amor, paz, alegría. Haz que venga sobre mí el Espíritu de las bienaventuranzas, para que pueda saborear y buscar a Dios cada día, viviendo sin complejos ni traumas junto a los demás, junto a mi familia, junto a mis hermanos.

Te doy gracias Padre, por todo lo que estás haciendo hoy en mi vida, te doy gracias de todo corazón porque Tú sanas, porque Tú me liberas, porque Tú rompes las cadenas y me das la libertad.

Gracias Señor Jesús, porque soy templo de tu Espíritu y este templo no se puede destruir porque es la casa de Dios. Te doy gracias Espíritu Santo por la fe, gracias por el amor que has puesto en mi corazón. ¡Qué grande eres, Señor Dios Trino y Uno! Bendito y alabado seas Señor.

ORACIONES PARA RECIBIR LOS DONES Y FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO



Envía Padre los dones del Espíritu Santo
Eterno Padre, en nombre de Jesucristo
y por la intercesión de la Siempre Virgen María,
envía a mi corazón al Espíritu Santo.

Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Sabiduría.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Entendimiento.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Consejo.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de fortaleza.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Ciencia.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Piedad.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don del Santo Temor de Dios.

Tres veces……….Gloria al Padre………..
Espíritu Santo, eterno Amor,….etc.


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PARA PEDIR LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO

Ven, Espíritu Creador, visita las almas de los fieles; e inunda con tu gracia los corazones que Tú creaste.

Espíritu de Sabiduría, que conoces mis pensamientos más secretos, y mis deseos más íntimos, buenos y malos; ilumíname y hazme conocer lo bueno para obrarlo, y lo malo para detestarlo sinceramente.

Intensifica mi vida interior, por el don de Entendimiento.
Aconséjame en mis dudas y vacilaciones, por el don de Consejo.

Dame la energía necesaria en la lucha contra mis pasiones, por el don de Fortaleza.

Envuelve todo mi proceder en un ambiente sobrenatural, por el don de Ciencia.

Haz que me sienta hijo tuyo en todas las vicisitudes de la vida, y acuda a Ti, cual niño con afecto filial, por el don de Piedad.

Concédeme que Te venere y Te ame cual lo mereces; que ande con cautela en el sendero del bien, guiado por el don del santo Temor de Dios; que tema el pecado más que ningún otro mal; que prefiera perderlo todo antes que tu gracia; y que llegue un día a aquella feliz morada, donde Tú serás nuestra Luz y Consuelo, y, cual tierna madre; enjugas “toda lágrima de nuestros ojos”, donde no hay llanto ni dolor alguno, sino eterna felicidad. Así sea.

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PARA PEDIR LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

Espíritu de Caridad, haznos amar a Dios y a nuestros semejantes como Tú quieres que los amemos.

Espíritu de Gozo, otórganos la santa alegría, propia de los que viven en tu gracia.

Espíritu de Paz, concédenos tu paz, aquella paz que el mundo no puede dar.

Espíritu de Paciencia, enséñanos a sobrellevar las adversidades de la vida sin indagar el por qué de ellas y sin quejarnos.

Espíritu de Benignidad, haz que juzguemos y tratemos a todos con benevolencia sincera y rostro sonriente, reflejo de tu infinita suavidad.
Espíritu de Bondad, concédenos el desvivirnos por los demás, y derramar a manos llenas, cuantas obras buenas nos inspires.

Espíritu de Longanimidad, enséñanos a soportar las molestias y flaquezas de los demás, como deseamos soporten las nuestras.

Espíritu de Mansedumbre, haznos mansos y humildes de corazón, a ejemplo del Divino Corazón de Jesús, obra maestra de la creación.

Espíritu de Fe, otórganos el no vacilar en nuestra fe, y vivir siempre de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, e iluminados por tus santas inspiraciones.

Espíritu de Modestia, enséñanos a ser recatados con nosotros mismos, a fin de no servir nunca de tentación a los demás.

Espíritu de Continencia, haznos puros y limpios en nuestra vida interior, y enérgicos en rechazar cuanto pudiera manchar el vestido blanco de la gracia.

Espíritu de Castidad, concédenos la victoria sobre nosotros mismos; haznos prudentes y castos; sobrios y mortificados; perseverantes en la oración y amantes de Ti, oh Dios del Amor hermoso.
Así sea.

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ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
(de San Agustín)


Espíritu Santo, inspíranos, para que pensemos santamente.
Espíritu Santo, incítanos, para que obremos santamente.
Espíritu Santo, atráenos, para que amemos las cosas santas.
Espíritu Santo, fortalécenos, para que defendamos las cosas santas.
Espíritu Santo, ayúdanos, para que no perdamos nunca las cosas santas.

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VEN, ESPÍRITU CREADOR
Rezada a diario por el Papa JPII *


Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fíeles
y llena de la divina gracia los corazones,
que Tú mismo creaste.

Tú eres nuestro Consolador,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.

Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tú, el dedo de la mano de Dios;
Tú, el prometido del Padre;
Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.

Enciende con tu luz nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra débil carne,

Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé Tú mismo nuestro guía,
y puestos bajo tu dirección,
evitaremos todo lo nocivo.

Por Ti conozcamos al Padre,
y también al Hijo;
y que en Ti, Espíritu de entrambos,
creamos en todo tiempo.,

Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos infinitos. Amén.

V. Envía tu Espíritu y serán creados.
R. Y renovarás la faz de la tierra.

Oremos.
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.

Por Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.

En Enero de 1980, Juan Pablo II, hablando a un grupo de la renovación carismática dijo: "Yo desde pequeño aprendí a rezarle al Espíritu Santo. Cuando tenía 11 años, me entristecía porque se me dificultaban mucho las matemáticas. Mi padre, me mostró en un librito el Himno '"VEN CREADOR ESPIRITU"', y me dijo: Rézalo y verás que El te ayuda a comprender. Llevo mas de 40 años rezando este himno todos los días y he sabido lo mucho que ayuda el Divino Espíritu".

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CONSAGRACIÓN DE LA FAMILIA AL ESPÍRITU SANTO

¡Oh Dios Espíritu Santo! Postrados ante tu divina majestad, venimos a consagrarnos a Ti con todo lo que somos y tenemos.

Por un acto de la omnipotencia del Padre hemos sido creados, por gracia del Hijo hemos sido redimidos, y por tu inefable amor has venido a nuestras almas para santificarnos, comunicándonos tu misma vida divina.

Desde el día de nuestro bautismo has tomado posesión de cada uno de nosotros, transformándonos en templos vivos donde Tú moras juntamente con el Padre y el Hijo; y el día de la Confirmación fue la Pentecostés en que descendiste a nuestros corazones con la plenitud de tus dones, pera que viviéramos una vida íntegramente cristiana.

Permanece entre nosotros para presidir nuestras reuniones; santifica nuestras alegrías y endulza nuestros pesares; ilumina nuestras mentes con los dones de la sabiduría, del entendimiento y de la ciencia; en horas de confusión y de dudas asístenos con el don del consejo; para no desmayar en la lucha y el trabajo concédenos tu fortaleza; que toda nuestra vida religiosa y familiar esté impregnada de tu espíritu de piedad; y que a todos nos mueva un temor santo y filial para no ofenderte a Ti que eres la santidad misma.

Asistidos en todo momento por tus dones y gracias, queremos llevar una vida santa en tu presencia.
Por eso hoy te hacemos entrega de nuestra familia y de cada uno de nosotros por el tiempo y la eternidad. Te consagramos nuestras almas y nuestros cuerpos, nuestros bienes materiales y espirituales, para que Tú sólo dispongas de nosotros y de lo nuestro según tu beneplácito. Sólo te pedimos la gracia que después de haberte glorificado en la tierra, pueda toda nuestra familia alabarte en el cielo, donde con el Padre y el Hijo vives y reinas por los siglos de los siglos.

Así sea.


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ESPOSO/ESPOSA POR SU FAMILIA

Espíritu Santo, concededme para mí, para mi esposo(a) y para mis hijos,
aquellos dones divinos con que fortalecisteis a los Apóstoles; aquella gracia
poderosa que ilumina el entendimiento, mueve dulcemente la voluntad, y vence
gloriosamente la concupiscencia.

Concédenos el don de una clara inteligencia,
el conocimiento del bien y buena
voluntad de ejercitarlo.
Tomad bajo vuestra divina protección a mis hijos;
preservadlos de toda pasión vergonzosa; protegedlos, libradlos de caer en los lazos de la seducción con que el demonio intenta hacerlos caer en el pecado.
Hacedlos humildes, obedientes,
honrados y temerosos de Dios;
amantes de la verdad y de la religión.

Dadles gracia para vencer los vicios y pasiones.
Y a mi concededme la gracia y el acierto necesario para educarlos y dirigirlos y
hacerme obedecer de ellos.


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ORACIÓN BÍBLICA AL ESPÍRITU SANTO

Espíritu Santo,
haznos verdaderamente espirituales en Ti, Col 1,9
Sométenos a tu influencia
y habita en nuestras almas, 1 Cor 2,12
anima nuestros cuerpos, 1 Cor 15,44
vivifica todas nuestras obras, 1 Cor 2,13
pronuncia Tú nuestra plegaria, Ef 5,19
para que seamos hijos del Padre Ef 4,6
y hermanos de Cristo, nuestro Salvador. Rom 8,29

Luigi y María Corsini Beltrame Quattrocchi, esposos Beatos


Sin duda hay millares de esposos santos pero los Beltrame son la primera pareja en ser beatificados. S.S. Juan Pablo II, conciente de la necesidad de modelos de santidad para los matrimonios, ha demostrado interés por canonizar a matrimonios.

María Corsini nació en Florencia el 24 de junio en 1881; Luigi Beltrame nació en Catania el 12 de enero de 1880. Ambos se conocieron en Roma cuando eran adolescentes y se casaron en la basílica Santa María la Mayor el 25 de noviembre de 1905.

Ambos crecieron en familias católicas y desde pequeños practicaron fervientemente su fe, asistiendo todos los domingos a la Santa Misa y participando de los sacramentos. Criaron también a sus hijos en los principios y valores de la fe católica.

En 1913, pasaron una dura prueba, el embarazo de María tuvo serias complicaciones y los médicos pronosticaban que ni la madre ni el niño sobrevivirían al parto. Los doctores manifestaron que un aborto podría salvar la vida de la madre. Ella, consultando con su esposo, decidió confiar en la protección divina de Dios. Después de un difícil embarazo, madre e hijo sobrevivieron milagrosamente. La prueba fortaleció aun mas la fe de la familia.

María dio a luz a tres niños más; los dos varones fueron sacerdotes: Filippo, quien es ahora Mons. Tarcisio de la diócesis de Roma y Cesare, ahora el P. Paolino, monje trapense.

La mayor de las hijas, Enrichetta, la que sobrevivió el difícil embarazo, constituyó un hogar santo; mientras que su hermana Stefania ingresó a la congregación de los benedictinos, conocida como la Madre Cecilia, quien falleció en 1993.

Los tres hermanos estuvieron presentes en la beatificación de sus padres. Los dos hijos sacerdotes concelebraron en la misa.

La familia Beltrame Quattrochi fue conocida por participación en muchas organizaciones católicas. Luigi fue un respetado abogado, quien ocupó un cargo importante dentro de la política italiana. María trabajó como voluntaria asistiendo a los etíopes en dicho país durante la segunda guerra mundial.

El beato Luigi murió en 1951, y María, su fiel esposa, en 1965.

Beatificación

La Congregación para la Causa de los Santos trató este caso como algo especial, y con la aprobación del Papa Juan Pablo II. A su intercesión ha sido atribuido un milagro que abrió la vía para su beatificación.

El Prefecto de esta Congregación, Cardenal José Saraiva Martins, señaló que era imposible beatificarlos por separado debido a que no se podía separar su experiencia de santidad, la cual fue vivida en pareja y tan íntimamente. "Su extraordinario testimonio no podía permanecer escondido"

El Papa dijo durante la Misa:

"Entre las alegrías y las preocupaciones de una familia normal supieron realizar una existencia extraordinariamente rica de espiritualidad. En el centro, la eucaristía diaria, a la que se añadía la devoción filial a la Virgen María, invocada con el Rosario recitado todas las noches, y la referencia a sabios consejos espirituales...

...vivieron a la luz del Evangelio y con gran intensidad humana el amor conyugal y el servicio a la vida...

...Asumieron con plena responsabilidad la tarea de colaborar con Dios en la procreación, dedicándose generosamente a los hijos para educarles, guiarles, orientales, en el descubrimiento de su designio de amor".

"Una auténtica familia, fundada en el matrimonio, es en sí misma una "buena noticia" para el mundo"


Testimonio de uno de los hijos, el P. Tarcisio


El P. Tarciso recuerda que "nuestra vida familiar no tuvo nada de extraordinaria, fue un hecho ordinario, con sus debilidades. Sin embargo, seguimos siempre enseñanzas importantes que las almas de buena voluntad pueden disponerse a imitar y a realizar también hoy".

Don Tarcisio considera por ello que "la beatificación de mis padres es una ocasión para relanzar los valores de la familia cristiana hoy". "En los años de la guerra, a menudo arriesgando muchísimo, acogimos y prestamos ayuda a todo el que la pidió".

Según la proclamación de sus virtudes heroicas realizada por el Cardenal José Saraiva Martins, Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, los esposos Beltrame Quattrocchi "han hecho de su familia una verdadera iglesia doméstica abierta a la vida, a la oración, al testimonio del Evangelio, al apostolado social, a la solidaridad hacia los pobres, a la amistad".

La Fidelidad Conyugal / Autor: Juan Pablo II

"Las dificultades conyugales pueden ser de diferente tipo, pero todas desembocan al final en un problema de amor. ¿por qué es necesario amar siempre al otro, incluso cuando tantos motivos aparentemente justificantes, inducirían a dejarlo?. Se pueden dar muchas respuestas, entre las que tienen sin duda mucha fuerza el bien de los hijos y el bien de toda la sociedad pero la respuesta más radical pasa ante todo a través del reconocimiento de la objetividad del hecho de ser cónyuges, vista como don recíproco, hecho posible y avalado por el mismo Dios.

Por ello, la razón última del deber de amor fiel es la que fundamenta la Alianza divina con el hombre: ¡Dios es fiel! Por tanto, para que el propio cónyuge sea feliz de corazón, incluso en los casos más duros, hay que recurrir a Dios, con la certeza de recibir su ayuda."


-a la Rota de Roma, (30-I-03)
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El Amor es mi peso / Autor: Antonio Rivero, LC

¿Por qué el fuego va hacia arriba y la tierra hacia abajo? Para los antiguos la respuesta era sencilla: porque el fuego tenía una fuerza interior que lo llevaba a subir, mientras que la tierra tendía naturalmente hacia abajo. En otras palabras, porque el fuego “amaba” lo alto y la tierra prefería lo bajo.


Los hombres y las mujeres del planeta, ¿vamos hacia arriba o hacia abajo? Todo depende, decía san Agustín, del amor. En su obra más famosa, las Confesiones, acuñó una frase que se ha hecho famosa: “Mi amor es mi peso”.


¿Qué quería decir con estas palabras? Agustín lo explicaba con estas palabras: “El cuerpo con su peso tiende a su lugar; el peso no va solamente hacia abajo, sino a su lugar. El fuego tiende hacia arriba; la piedra, hacia abajo; por sus pesos se mueven y van a su lugar. El aceite derramado debajo del agua se levanta sobre el agua; el agua derramada encima del aceite se sumerge debajo del aceite: por sus pesos se mueven: van a su lugar” (Confesiones, 13,10).


El lugar hacia el cual voy depende de aquello que amo. ¿Amo la tierra? Voy hacia ella. ¿Amo el cielo? Vuelo hacia él.


San Agustín, en otro texto, usará una fórmula más atrevida: “Cada quien es según aquello que ama. ¿Amas la tierra? Serás tierra. ¿Amas a Dios? ¿Qué diré, que eres dios? No me atrevo a decirlo por mí mismo. Escuchemos la Escritura: ’Yo había dicho: Vosotros sois dioses, todos vosotros hijos del Altísimo’ (Sal 82,6)” (Tratados sobre la primera carta de san Juan, II,14).


La vida sigue ante mí. En cada momento decido, hago mil cosas. El amor me guía y me lleva. Hacia el bien o hacia el mal, hacia la solidaridad o hacia el egoísmo, hacia la pureza o hacia la concupiscencia, hacia el autocontrol o hacia el desenfreno, hacia la paz o hacia el odio. Según lo que amo, escojo, y según lo que escojo, soy.


“Mi amor es mi peso”. Soy llevado hacia lo que amo. Y el amor nace de lo más profundo de mi corazón. Por eso, de rodillas, vuelvo a pedirle a Dios como el salmista: “Crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme” (Sal 51,12).


Quiero vivir para amar, quiero ser llevado por el amor. Quiero, como santa Teresa del Niño Jesús, como tantos santos de ayer y de hoy, “vivir de amor y morir de amor”.

sábado, 14 de julio de 2007

Propuesta de oración para el fin de semana / Vivy

Deseo compartir esta propuesta que recibí y me pareció un ejercicio interesante para realizar este fin de semana:

La paz esté con ustedes. Hoy les propongo para para el fin de semana:
Días de descanso.
Cultivar la paz.
Llenar nuestro corazones de fe.
Abrazar a nuestros familiares y amigos, con el corazón.
Desear los dones del Espíritu,
Desear la paz para el mundo.
Dar el alimento diario para todos,
Perdonar aquellos que alguna vez nos ofendieron.
Bendecir a la juventud.
Desear y pedir por la salud de todos los enfermos.
Dar una oración por cada hermano que desconoces y conoces.
Cerrar los ojos del cuerpo y abrir los del alma, para dar gracias a Dios por su infinita misericordia.

jueves, 12 de julio de 2007

Jesús: mí modelo / Autor: P. Domingo Vázquez, C.Ss.R.

He meditado mis rasgos y me he dado cuenta que éstos son muy diferentes a los tuyos. Por eso he levantado la mirada hacia Ti, para que motive mi fe y la lleve a la perfección (Hb 12,2). Yo soy uno de aquellos que no te han visto y, sin embargo, te aman y creen en Ti. Por eso siento ¡una tremenda alegría! (1Pe 1,8), la cual no podría expresar con palabras.

Aquí estoy Señor, dispuesto a seguirte, para ir a anunciarte a otros (Jn 1,40). Dame la fuerza necesaria para poder proclamar tu Buena Noticia a los pobres, como Tú dijiste de Ti mismo (Lc 4, 18).

Aunque no he estado contigo desde el principio, quiero hablar en tu favor. “Lo que he visto y oído” sobre Ti quiero darlo a conocer a los demás (1Jn 1,3).

Dame la oportunidad de tener Tú pensamiento (1 Cor 2, 16). Dame la gracia de sentir con tus sentimientos (Rom 15,3), de actuar con los sentimientos de tu corazón, para amar como Tú amas al Padre (Jn 14,31) y así como nos amas a cada uno de nosotros, hasta el extremo (Jn 13,1).

Nadie más ha tenido mayor amor que Tú. Tú mismo dijiste: “No hay amor más grande que éste: dar la vida por sus amigos” (Jn 15, 13) y Tu diste la vida por tus amigos, muriendo en una cruz (Fil 2,8). Dame las fuerzas necesarias para entregar mi vida, en el día a día (Lc 9,23), actuando en lo posible, con tu misma disposición, tomando la condición de servidor (Fil 2,7). No haciendo las cosas para recibir alabanzas o por vanagloria, porque esto no me serviría de nada (1 Cor 13,3), sino estimando y tratando a los demás como superiores a mí (Fil 2,3-4).

Enséñame el modo de tratar a los amigos, como Tú trataste a los discípulos, yo quiero tratar a mis amigos con la delicadeza que Tú trataste a los tuyos (Jn 21,14-15), por ejemplo: preparándoles comida en el lago de Tiberíades (Jn 21,9-13) o lavándoles los pies (Jn 13,4.5). Enséñame a amar, para poder poner en práctica tu mandamiento sobre el amor (Jn 15,17), porque si yo no tengo amor, nada soy (cfr. 1 Cor 13). Yo quiero estar afianzado en el amor (Col 2,2).

En el trato con los demás quiero estar lleno de bondad y amor y deseos de servirles siempre (Mc 10,43), siguiendo tu ejemplo, que viniste para servir (Mt 20,28). Quiero ser atento y acogedor con los demás (Rom 15,7; Lc 9,10).

Permíteme un amplio conocimiento sobre la vida humana, para que mis prédicas, mis discursos y mis escritos estén al alcance de los humildes y sencillos, aquellos que Tú tanto amas. Dame esa vida abundante que Tú viniste a traer (Jn 10, 10) y dame la gracia para yo poderla compartir con los demás.

Que yo pueda ser como Tú, que vas sembrando amistad con todos (Jn 15,15), especialmente con tus amigos predilectos (Jn 13,23) o aquella familia de Betania (Lázaro, Marta y María) que Tu querías mucho (Jn 11,5) y llenando de alegría con tu presencia una fiesta familiar (Jn 2, 1-11).

Te pido, Señor Jesús, que me enseñes a mirar con cariño y ternura, como Tú miraste a Pedro cuando lo llamaste (Jn 1,42; Mt 16,18; Mc 1,17) o para levantarlo (Lc 22,61) o la mirada que le diste al joven rico, aquel que no quiso seguirte (Mc 21,10) o como levantaste los ojos para fijarte compasivamente en aquella muchedumbre que venía hacia Ti (Mc 3,34; 5,31; 10,23; 6,34; Mt 14,14; Jn 6,5). También enojado y con ira cuando miras a los insinceros (Mc 3,5) o cuando pronunciaste las maldiciones sobre los ricos, los poderosos y los satisfechos (Lc 6,24-26). Quiero aprender de Ti, siguiendo tu ejemplo, de total entrega de amor al Padre y a los seres humanos, especialmente a los pobres, sintiéndome puesto contigo, cerca de Ti y enviado por Ti (Mc 3,14).

Si, Señor, llamado por ti para estar contigo y para enviarme a predicar con poder. Quiero ser enviado para ir y producir mucho fruto que permanezca, porque “en esto ha sido glorificado mi Padre: en que den fruto y sean mis discípulos” (Jn 15, 16).

Señor, enséñame a orar, como Juan enseñó a sus discípulos (Mc 11, 1), porque estoy conciente como nos enseño nuestro fundador: “Hay que orar, orar más, orar mejor, orar siempre y no cansarse nunca de orar”.

Dame esa gracia, también a mi Congregación, la gracia de tener tu mismo pensamiento y sentimientos, para poder proceder de acuerdo a tu espíritu.

Quiero identificarme contigo, con tu Evangelio, tus bienaventuranzas (Mt 5, 2-12; Lc 6, 20-26), tu servicio a los pobres y necesitados, como lo soñó nuestro fundador, Alfonso María de Ligorio: Vivir la alegría de la pobreza. “Les recomiendo, la alegría de la pobreza –decía San Alfonso-, para que cada uno se contente con lo necesario, como limosna recibida del Creador”.

Ayúdame a tener respeto absoluto a la grandeza del pobre, como nos dijo San Alfonso: “En las misiones procuremos por todos los medios ser corteses con quienes nos acogen. Hablemos con gran respeto y sin herir a nadie, pues a todos hay que tratar con amor y mansedumbre, pero más todavía a la gente popular”.

Te estoy pidiendo mucho, no te me vayas a cansar, esta es la última petición, enséñame a dar gratuitamente aquello que gratuitamente yo he recibido (Mt 10,8).

Amigo lector: si por suerte te gusta este artículo, como lo espero, te pido por favor, me encomiendes a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, para que ella me ayude a poner en práctica estos mis deseos. Pide para mí esta gracia, que yo te prometo pedirla también para ti y darte mi bendición, sea quien sea que me haga este favor.