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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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lunes, 21 de enero de 2008

Meditación para el sexto día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos



















DÍA SEXTO. Orad siempre para obtener la gracia de colaborar con Dios


Estad siempre alegres. No ceséis de orar (1 Tes 5,16)

2 Sm 7,18-29. La oración de alabanza y de alegría de David

Sal 86. Señor, escucha

1 Tes 5,(12a)13b-18. Estad siempre alegres

Lc 10,1-24. El envío de los setenta y dos discípulos

Comentario

En la oración modelamos nuestra voluntad según Dios y participamos así en la realización de su deseo. Tenemos necesidad que el Espíritu Santo cambie el corazón de los creyentes y nos dé la gracia de colaborar con Dios y participar en su misión y proyecto de unidad. Mientras pedimos sin cesar por eso, somos conscientes de que son necesarios más obreros para la cosecha. Con motivo de numerosos encuentros ecuménicos, y en particular del National Workshop on Christian Unity que se celebra todos los años en los Estados Unidos, se destacó la necesidad de promover la participación de los jóvenes para que el movimiento ecuménico pueda prosperar hoy y en las generaciones futuras. Es necesario que aún más obreros conozcan la alegría de la oración para contribuir a la obra de Dios.

Las lecturas del sexto día nos ayudan a comprender mejor lo que significa trabajar en el servicio del Evangelio. David, sorprendido de ser elegido por el Señor para participar en la edificación de un espléndido templo, afirma: ¿"De verdad Dios podrá vivir sobre la tierra?" y concluye: "Quieres ahora bendecir la casa de tu criado, para que permanezca siempre en tu presencia".

El salmista ruega: "Señor, enséñame tu camino, para que te sea fiel, guía mi corazón para que tema tu nombre. Señor Dios mío, te daré gracias de todo corazón, daré gloria a tu nombre por siempre".

En el envío de los setenta y dos discípulos, Jesús confirma que gracias a ellos y a todos los que creerán en él a través de su palabra, su paz y la buena noticia que declarará que "el Reino de Dios ha llegado hasta nosotros" serán anunciadas al mundo. Cuando sus discípulos vuelven contentos de nuevo, aunque también traen la experiencia del rechazo, Jesús se alegra de sus éxitos al someter los demonios: es necesario seguir extendiendo la noticia, sin detenerse.

Dios quiere que su pueblo sea uno. Como los cristianos de Tesalónica, se nos exhorta a ser "siempre alegres" y a orar "sin cesar", manteniendo la esperanza de que, si nos comprometemos plenamente a colaborar con Dios, se realizará por fin la unidad según su voluntad.

Oración

Señor Dios, en la perfecta unidad de tu ser, guarda en nuestros corazones el ardiente deseo y la esperanza de la unidad para que nunca dejemos de trabajar al servicio de tu Evangelio. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Meditación para el quinto día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

Publicamos el comentario a los textos bíblicos escogidos para el quinto día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el 19 de enero.

El texto forma parte de los materiales distribuidos por la Comisión Fe y Constitución del Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos.


DÍA QUINTO. Orad sin cesar con un corazón paciente

Tened paciencia con todos (1 Tes 5,14

Ex 17,1-4. ¿Por qué?

Sal 1. Dar fruto a su tiempo

1 Tes 5,(12a)13b-18. Tened paciencia con todos

Lc 18,9-14. Una humilde oración

Comentario

No podemos estar satisfechos con la división de los cristianos y en consecuencia no somos impacientes hasta que venga el día de nuestra reconciliació n. Somos legítimamente impacientes a que venga por fin el día de nuestra reconciliació n. Por ello, también debemos ser conscientes de que el ecumenismo no se vive por todas partes al mismo ritmo. Algunos avanzan a grandes pasos, otros son más prudentes. Como Pablo predica, debemos seguir siendo pacientes con todos.

Como el fariseo en su oración, podemos fácilmente presentarnos ante Dios con la arrogancia de los que hacen todo muy bien: "yo no soy como el resto de los hombres". Si a veces se intentan denunciar las lentitudes o las imprudencias de los miembros de nuestra Iglesia, o las de nuestros interlocutores ecuménicos, la invitación a la paciencia resuena como una advertencia importante.

En ocasiones, incluso, nos mostramos impacientes para con Dios. Como el pueblo en el desierto, a veces gritamos hacia Dios: ¿por qué toda esta marcha, dolorosa, si todo se debe acabar ahora? Tengamos confianza: Dios responde a nuestras oraciones, a su manera, a su debido tiempo. Él sabrá suscitar nuevas iniciativas para la reconciliació n de los cristianos, aquellas que en nuestro tiempo se necesitan.

Oración

Señor, haz de nosotros tus discípulos, que escuchemos tu Palabra día y noche. En nuestro camino hacia la unidad, danos saber esperar los frutos a su tiempo. Cuando los prejuicios y la desconfianza triunfan, concédenos la humilde paciencia necesaria para la reconciliació n. Así te lo pedimos.

domingo, 20 de enero de 2008

Patriarca de Jerusalén: Quienes asumen el puesto de Dios dificultan la unidad / Autor: Robert Cheai

Explica en una misa para jóvenes en Roma

(ZENIT.org).- El obstáculo mayor a la unidad de los cristianos son «las diversas jurisdicciones humanas», explicó el patriarca latino de Jerusalén Su Beatitud Michel Michel Sabbah a los jóvenes del Centro Internacional San Lorenzo en Roma, Italia, en el contexto de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.

En una misa celebrada el 18 de enero en este centro cercano a la Plaza de San Pedro, el patriarca dijo que en esta Semana «en Jerusalén, donde conviven trece Iglesias, de las que seis son católicas, cinco ortodoxas y dos protestantes, nos reunimos a orar juntos por la unidad».

El patriarca aclaró que «todos los cristianos deben estar unidos en Jesucristo» y subrayó que el problema de la unidad, aunque «se refiere a la teología y a los dogmas» está ligado principalmente a los «hombres y mujeres que asumen el puesto de Dios», es decir a las «diversas jurisdicciones humanas».

Partiendo de la primera lectura del Libro de Samuel, monseñor Sabbah dijo que en este texto «vemos que el pueblo pide a Samuel darle un rey. Antes de la monarquía, el pueblo era guiado por jueces, los cuales mantenían la relación entre Dios y el pueblo. El significado de su petición de un rey es esta: "No queremos tratar con Dios sino con los hombres"».

Y añadió: «La cuestión de la unidad suscita este interrogante: ¿Estamos tratando con Dios o con los hombres? Si estamos divididos es porque cada uno se rige desde sí mismo, desde su propia política, su propia ideología y su propia cultura».

«Griego no quiere decir Cristo y romano no quiere decir Cristo», subrayó.

Dirigiéndose a los jóvenes, les exhortó: «Es necesario volver siempre a este principio: el cristiano trata siempre con Dios, y si trata con los hombres lo hace porque ve en ellos la imagen de Dios. Si falta la visión de Dios, y nos presentamos sólo como seres humanos con nuestras simpatías y antipatías, es inevitable que haya divisiones entre los cristianos».

«El problema de siempre, no sólo de quienes provocaron el cisma sino también nuestro, de los creyentes de hoy, es éste: si caminamos con Dios, caminamos recto, y vivimos la verdadera alegría y la esperanza en la vida. Si caminamos sin Dios, nuestra vidas jóvenes quedan divididas a varios niveles: afectivos, de amistad, de fe y de coherencia».

«Es necesario en vuestra vida como jóvenes mirar siempre a Dios, y vuestra vida será la vida que ha anunciado Jesús», añadió.

«La vida cristiana no es una privación sino una vida de abundancia. Como nos recuerda el Evangelio de Juan, Jesús viene a darnos la vida en abundancia --recordó--. Por ello, perseverad siempre en vuestra fe cristiana católica: tratad con Dios y con los hombres en cuanto que son imagen de Dios. Cuando Jesús manda amar a todos, lejanos y próximos, amigos y enemigos, nos invita a amar a Dios mismo en aquella persona».

Por último, el patriarca confió a los jóvenes a la Virgen María para que sea guía de sus pasos en todos los caminos de la vida.

San Lorenzo es un centro juvenil creado por Juan Pablo II e inaugurado por él mismo el 13 de marzo de 1983. Ofrece acogida y animación litúrgica y sacramental a los jóvenes residentes y a los peregrinos de Roma. Conserva la primera cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud, donada por el papa Karol Wojtyla en el Año Santo de 1984.

Cada viernes, el centro celebra, a las 16 horas, dos horas de adoración seguidas por el rosario para rezar por las Jornadas Mundiales de la Juventud y una misa presidida generalmente por un obispo o un cardenal.


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Traducido del italiano por Nieves San Martín

Meditación para el cuarto día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

Publicamos el comentario a los textos bíblicos escogidos para el cuarto día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el 19 de enero.

El texto forma parte de los materiales distribuidos por la Comisión Fe y Constitución del Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos.


DÍA CUARTO. Orad sin cesar por la justicia

Mirad que nadie devuelva mal por mal; al contrario, buscad siempre haceros el bien los unos a los otros y a todos (1 Tes 5,15)

Ex 3,1-12. El Señor oye el grito de los hijos de Israel

Sal 146. El Señor… hace justicia a los oprimidos

1 Tes 5,(12a)13b-18. Mirad que nadie devuelva mal por mal

Mc 5,38-42. No hagáis frente al que os hace mal

Comentario

Como pueblo de Dios, somos llamados a orar juntos por la justicia. Dios oye el grito de los oprimidos, de los necesitados, del huérfano y de la viuda. Dios es un Dios de justicia y responde a nuestras oraciones a través de su Hijo, Jesucristo, que nos pidió que trabajemos juntos en la unidad y la paz, y no en la violencia. Es también lo que nos recuerda Pablo cuando destaca: "Mirad que nadie devuelva mal por mal; al contrario, buscad siempre haceros el bien los unos a los otros y a todos".

Los cristianos rezan sin cesar por la justicia, para que toda vida humana sea tratada con dignidad y reciba lo que le corresponde. En los Estados Unidos, la injusticia de la esclavitud sólo finalizó con una guerra civil sangrienta, a la cual sucedió un siglo de racismo mantenido por el Estado. La segregación en función del color de la piel existía incluso en las Iglesias. Desgraciadamente el racismo y otras formas de sectarismo como la xenofobia aún no desaparecieron de la sociedad norteamericana.

Sobre todo gracias a los esfuerzos de las Iglesias, en particular de las Iglesias afroamericanas y de sus socios ecuménicos, y muy especialmente gracias a la resistencia no violenta del Reverendo Martín Luther King, Jr, los derechos cívicos de todos se inscribieron en la legislación americana. Estaba convencido profundamente de que solamente el amor cristiano puede superar el odio y permitir la transformació n de la sociedad; los cristianos siguen hoy alimentándose con esta certeza que los lleva a trabajar juntos en favor de la justicia. El aniversario del nacimiento de Martín Luther King es una fiesta nacional en los Estados Unidos. Cada año, cae exactamente antes o durante la Semana de oración por la unidad de los cristianos.

Dios oyó y respondió a los gritos de los hijos de Israel. Dios sigue oyendo y responde a los gritos de todos los oprimidos. Jesús nos recuerda que la justicia divina se revela en su voluntad personal de renunciar incluso a su seguridad, su potencia y su prestigio, y también a su vida con el fin de aportar al mundo la justicia y la reconciliació n gracias a los cuales todos los seres humanos se considerarán iguales en valor y en dignidad.

Sólo cuando oímos y respondemos a los gritos de los oprimidos, podemos progresar juntos en el camino de la unidad. Eso vale también para el movimiento ecuménico que nos puede exigir "dar pasos suplementarios" en nuestra voluntad de escuchar al otro, de renunciar a ser vengativos y de actuar en la caridad.


Oración

Señor Dios, tú has creado la humanidad, hombre y mujer, a tu imagen. Concédenos orar sin cesar, con una sola alma y un único corazón, para que todos los que tienen hambre en el mundo queden satisfechos, que los oprimidos se liberen, que todo ser humano sea tratado con dignidad; haz de nosotros tus instrumentos para que este deseo se convierta en realidad. Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

viernes, 18 de enero de 2008

Meditación para el tercer día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos


Publicamos el comentario a los textos bíblicos escogidos para el tercer día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el 19 de enero.

El texto forma parte de los materiales distribuidos por la Comisión Fe y Constitución del Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos.


DÍA TERCERO. Orad sin cesar por la conversión de los corazones

Animad a los tímidos y sostened a los débiles (1 Tes 5,14)

Jon 3,1-10. La conversión de Nínive

Sal 51,8-15. Crea en mí un corazón puro

1 Tes 5 (12a) 13b-18. Animad a los tímidos

Mc 11,15-17. Una casa de oración

Comentario

En el origen y en el corazón del ecumenismo, se encuentra una llamada urgente al arrepentimiento y a la conversión. Es necesario sabernos desafiar mutuamente en nuestras comunidades cristianas, como Pablo nos invita en la primera carta a los Tesalonicenses. Si uno u otro siembra división, que se corrija; si algunos tienen miedo a lo que implica una reconciliació n costosa podría implicar, que se animen.

¿Por qué ocultarlo? Si las divisiones entre cristianos permanecen, es también por falta de voluntad de comprometerse con determinación en el diálogo ecuménico e incluso simplemente en la oración por la unidad.

La Biblia nos informa de cómo Dios envió a Jonás para interpelar a Nínive y cómo toda la ciudad se arrepintió. De la misma manera, las comunidades cristianas deben ponerse a la escucha de la Palabra de Dios y arrepentirse. Durante el último siglo, los profetas de la unidad no faltaron para recordar a los cristianos la infidelidad de su desunión y la urgencia de la reconciliació n.

A imagen de la intervención vigorosa de Jesús en el templo, la llamada a la reconciliació n de los cristianos puede seriamente trastornar nuestras certezas. Necesitamos purificarnos también. Debemos saber purificar nuestro corazón de todo lo que le impide ser una auténtica casa de oración, preocupada por la unidad de todas las naciones.

Oración

Señor, tú quieres la verdad en el fondo del ser; en el secreto de nuestro corazón; tú nos enseñas la sabiduría. Haz que nos animemos mutuamente en los caminos de la unidad. Muéstranos las conversiones necesarias para la reconciliació n. Da a cada uno un corazón renovado, un corazón verdaderamente ecuménico; así te lo pedimos. Amén.

Meditación para el segundo día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

Publicamos el comentario a los textos bíblicos escogidos para el segundo día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el 19 de enero.

El texto forma parte de los materiales distribuidos por la Comisión Fe y Constitución del Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos.


Textos bíblicos, meditaciones y oraciones
para el Octavario


Día segundo Orad siempre, no tengáis confianza más que en Dios

Manteneos en constante acción de gracias (1 Tes 5,18)

1 Re 18,20-40 El Señor es Dios

Sal 23 El Señor es mi pastor

1 Tes 5,(12a)13b-18 Manteneos en constante acción de gracias

Jn 11,17-44 Padre, te doy gracias porque tú me has escuchado

Comentario

La oración se fundamenta en la confianza de que Dios es poderoso y fiel. Solo él abarca todo, presente y futuro. Su palabra es creíble y verídica.

La historia de Elías en 1 Reyes muestra de manera impresionante la unicidad de Dios. Elías amonesta a los apostatas que veneran a Baal que no responde a sus oraciones. Sin embargo cuando Elías ora al Dios de Israel, la respuesta es inmediata y milagrosa. El pueblo toma conciencia y de nuevo vuelve su corazón hacia Dios.

El Salmo 23 es una profunda confesión de confianza. Describe a una persona convencida de que Dios guía sus pasos y que lo tiene cerca de sí mismo en los momentos difíciles de la vida, cuando está presa de la desolación y de la opresión.

Probablemente nos encontramos en circunstancias difíciles, a veces incluso de gran agitación. Probablemente atravesamos por momentos de desesperación y desaliento. A veces, nos parece que Dios se oculta. Pero no está ausente. Manifestará su poder para liberarnos en medio de nuestras luchas existenciales. Esta es la razón por la que le damos gracias en toda circunstancia.

La resurrección de Lázaro es uno de los episodios más espectaculares narrados en el evangelio de Juan. Revela el poder de Cristo capaz de romper los vínculos de la muerte y anticipa la nueva creación. Jesús ora en voz alta en medio del pueblo y da gracias a su Padre por los potentes milagros que realizará. La obra salvadora de Dios se realiza a través de Cristo para que todos crean en él.

El peregrinaje ecuménico nos ayuda mejor a tomar conciencia de las acciones maravillosas de Dios. Comunidades cristianas separadas unas de las otras se encuentran. Descubren su unidad en Cristo y comprenden que todas son parte de una sola y misma Iglesia, y tienen necesidad unos de los otros.

Probablemente hay sombras que vienen a ocultar la perspectiva de la unidad, que se ponga en peligro por algunas frustraciones y tensiones, que nos preguntemos si nosotros, los cristianos, estamos realmente llamados a la unidad. Nuestra oración incesante nos sostiene cuando nos volvemos hacia Dios y tenemos confianza en él. No dudamos que realiza su obra en nosotros y nos conducirá hacia la luz de su victoria. Siempre nuestra reconciliación y nuestra unidad son el principio de su reino.

Oración

Dios de toda la creación, escucha a tus niños en su oración. Ayúdanos a conservar nuestra fe y nuestra confianza en ti. Enséñanos a darte gracias en toda circunstancia, a tener confianza en tu misericordia. Danos la verdad y la sabiduría, para que tu Iglesia nazca a la nueva vida en la comunión. Tú solo eres nuestra esperanza. Amén.

Buenos días, Señor: Oración por la unidad de los cristianos

Promoviendo la unidad de los cristianos con los iconos

Meditación para el primer día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

Publicamos el comentario a los textos bíblicos escogidos para el primer día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el 18 de enero.

El texto forma parte de los materiales distribuidos por la Comisión Fe y Constitución del Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos.


Textos bíblicos, meditaciones y oraciones
para el Octavario

Día primero Orad siempre


No ceséis de orar (1 Tes 5,17)

Is 55,6-9 Buscad al Señor mientras se le encuentra

Sal 34 Llamé al Señor y él me respondió

1 Tes 5,13b-18 No ceséis de orar

Lc 18,1-8 Orar constantemente y sin desfallecer

Comentario

Pablo ha escrito: "Estad siempre alegres. No ceséis de orar. Manteneos en constante acción de gracias, porque esto es lo que Dios quiere de vosotros como cristianos". Su carta va dirigida a una comunidad de fieles ansiosos ante la muerte. Muchos hermanos y hermanas, buenos y creyentes, se "durmieron" antes de que el Señor vuelva de nuevo para unirlos a todos en su resurrección. ¿Que será de estos fieles difuntos? ¿Cuál será la suerte de los vivos? Pablo los reconforta diciendo que los muertos resucitarán con los vivos y los invita "a orar sin cesar". ¿Pero qué significa orar sin cesar? Las lecturas de hoy ofrecen algunos elementos como respuesta a esta cuestión. Toda nuestra vida debe ser una búsqueda de Dios, en la convicción que si buscamos, encontraremos.

En pleno exilio, cuando todo parece inútil y sin esperanza, el profeta Isaías proclama: "Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras está cerca". Incluso en el exilio, el Señor está cerca de su pueblo y le exhorta a dirigirse a él en la oración, y a seguir sus órdenes para que pueda conocer su misericordia y su perdón. En el centro del salmo 34 encontramos esta convicción profética que el Señor responderá a la llamada de los que lo invocan, uniendo la alabanza a la llamada a la oración continua.

En el evangelio de Lucas, Jesús dice la parábola de la viuda que pide justicia por un juez que no tiene temor de Dios ni respeto a los hombres. Este relato es una manera de recordar la necesidad de una oración constante, "orar siempre y sin desfallecer", y la certeza que la oración concederá: "¿Y Dios no haría justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?".

Como cristianos en búsqueda de la unidad, meditamos sobre estas lecturas para encontrar "la voluntad de Dios" respecto a nosotros "en Cristo Jesús". Es Cristo aquel que vive en nosotros. La llamada de orar sin cesar se convierte en parte integral de su intercesión eterna ante el Padre: "Que todos sean uno... para que el mundo crea... ". La unidad que buscamos es la unidad "tal como Cristo la quiere" y la celebración del "octavario" de oración por la unidad de los cristianos es el reflejo del concepto bíblico de plenitud, es decir, la esperanza que un día habrá respuesta a nuestra oración.

La unidad es un don que Dios hace a la Iglesia. Es también la vocación de los cristianos destinados a vivir de este don. La oración por la unidad es la fuente de donde brota cualquier esfuerzo humano dedicado para manifestar la unidad plena y visible. Numerosos son los frutos producidos hace un siglo de octavarios de oración por la unidad. Con todo, numerosas también son las barreras que dividen aún los cristianos y sus Iglesias. Con el fin de no desalentarnos, debemos ser constantes en la oración y buscar al Señor y su voluntad en todo lo que emprendemos y en todo lo que somos.

Oración

Señor de la unidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te pedimos sin cesar para que todos seamos uno como tú eres uno. Padre, oye nuestra llamada cuando te buscamos. Cristo, condúcenos a la unidad que deseas para nosotros. Espíritu Santo, procura que no nos desalentemos nunca. Amén.

miércoles, 16 de enero de 2008

Llamamiento del Papa a la unidad de los cristianos y catequesis sobre san Agustín

Benedicto XVI llama a rezar por la unidad de los cristianos

Ante la semana de oración que comienza el 18 de enero

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 16 enero 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha exhortado a los dos mil millones de cristianos del mundo a intensificar la oración por la unidad.

Lanzó su llamamiento este miércoles al final de la audiencia general recordando que el viernes, 18 de enero, comienza la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, «que este año tiene un valor particular pues han pasado cien años desde su inicio».

El tema de este año es la invitación de san Pablo a los Tesalonicenses: «No ceséis de orar» (1 Tes 5, 17).

Benedicto XVI «con gusto» retomó esta invitación y la dirigió a toda la Iglesia.

«Sí, es necesario rezar sin cesar, pidiendo con insistencia a Dios el gran don de la unidad entre todos los discípulos del Señor», dijo.

«Que la fuerza inagotable del Espíritu Santo nos estimule a un compromiso sincero en la búsqueda de la unidad para que podamos profesar todos juntos que Jesús es el único Salvador del mundo», concluyó.

MATERIALES

El Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias han preparado conjuntamente los materiales para la preparación de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2008. Haz click para acceder a materiales AQUÍ