martes, 15 de julio de 2008
lunes, 14 de julio de 2008
sábado, 12 de julio de 2008
viernes, 11 de julio de 2008
Una familia unida, alrededor del cuerpo silencioso de la madre: «¿Qué será de mis hijos, si la enfermedad se agrava?»
Es 1997. Jesús y Margarita tienen cinco hijos (cuatro chicas -dos gemelas de 15 años, las otras, de 9 y 7-, y un niño de dos años). Jesús es profesor de Física y Química en un colegio de Secundaria. Margarita es enfermera en el Hospital Clínico de Salamanca. Cuentan cada uno con unos cuarenta años. Esta madre trabaja media jornada en el hospital para atender mejor a sus cinco hijos. De vez en cuando tiene fuertes dolores de cabeza que le llevan a pedir la baja. Va a diversos especialistas. Le diagnostican sinusitis. No mejora. Uno de los días de mayor incomodidad sufre un brote de esclerosis múltiple. Es ingresada en el hospital. Queda paralizado el lado derecho de su cuerpo. A duras penas puede caminar. Habla con dificultad. Ante tan inesperada adversidad, Margarita no muestra rebeldía ni amargura, sí confianza en Dios. Su única preocupación es el cuidado de sus cinco pequeños: «¿Qué será de ellos si la enfermedad se agrava?» Así transcurren unas semanas. Hasta que otro brote mucho más fuerte la deja prostrada y en estado de coma vigil. Tras un breve período en el hospital, y al constatar los médicos que su situación es irreversible, Jesús, su marido, decide instalarla en el domicilio familiar. Transcurre todo el día semidormida. Unas horas está sentada en una silla de ruedas, y el resto del tiempo, en cama. Jesús suele recordar la última oración de Margarita poco antes de que sufriera la lesión cerebral irreversible: «Dios mío, cuida de nuestros hijos, de mi marido, y haz de mí lo que quieras».
Hace ya diez años que sufrió aquel primer brote de esclerosis. Sus hijos han vivido esta década alrededor de su madre enferma, inconsciente, totalmente dependiente de los cuidados de sus seres queridos, y de una señora contratada que durante las mañanas, mientras todos van al colegio, pueda estar atendida Margarita. Los hijos y el padre, tras el primer impacto de la enfermedad, quedan sobresaltados por la incertidumbre del desenlace. Se han ido adaptando a las nuevas circunstancias familiares. Hablan con su madre por si los escucha. Le cuentan sus problemas y le hablan de sus tareas. Rezan con ella los domingos. Todos han aprendido a alimentarla, limpiarla, atenderla. La alimentan e hidratan por sonda nasogástrica. Se distribuyen bien las tareas domésticas y siempre está alguno de sus hijos al cuidado de la madre. Y especialmente, el marido, Jesús, cuando acaba su jornada docente. Está con ella, velando y vigilante, porque, tras diez años de prostración e inconsciencia la situación es cada vez más precaria. Cualquier resfriado puede desencadenar la muerte.
En estos momentos, Margarita sigue necesitando de los cuidados de sus seres queridos. Es una persona dependiente que, aparentemente, no sufre. Los hijos y el padre, desde la fe cristiana, se han situado ante este sufrimiento con una entereza fuera de lo común. Las hijas han crecido y madurado, han atravesado la adolescencia amando a su madre, girando a su alrededor, como atraídas por la presencia de una debilidad luminosa. El niño pequeño, que tenía dos años cuando su madre sufrió el primer brote, hoy tiene doce. No sabe lo que es tener una madre sana. Ha hablado con ella durante años sin recibir nunca respuesta alguna. El cuerpo materno ha sido acariciado sin poder responder con ternura a sus hijos. Con la silenciosa presencia de su madre postrada en la cama ha crecido el pequeño hogar, han madurado las cuatro hijas, se ha fortalecido en la soledad su marido, Jesús, un hombre interrogado por Dios, un cristiano que contempla cada día en el lecho conyugal a su esposa frágil, indefensa, debilitada, yaciente, como presencia real de la cruz de Cristo... Margarita es una persona dependiente en estado vegetativo permanente. Ellos son una familia unida alrededor del cuerpo silencioso de la madre. Aún vive. Hasta hoy la cuidan, hasta hoy le hablan escuchando ecos de afecto a través de su mirada ausente.
"Presencié un Exorcismo" / Testimonio de José Manuel Vidal
Vista de la ciudad de Tucuman
PROFANAN UNA IGLESIA EN ARGENTINA DURANTE UN RITO SATÁNICO O AFRO-AMERICANO
(Argentinos Alerta) El parroco de la Iglesia La Virgen de Medalla Milagrosa (Tucuman) indico: "Esto lo atribuyo a las bandas de pandillas urbanas que emplearon un tinte satanico, ya que dentro de su filosofia siguen al demonio, y los chicos bajo la accion de la droga actuan de esta manera" .
Pandillas sociales, integradas por adolescentes y jóvenes de escasa preparación y absorbidos por la droga, se sumergen en submundos donde la maldad, la práctica de cultos extraños y los ritos satánicos forman parte de su realidad, escribía recientemente la periodista Sandra Herrera en el periódico El Siglo.
Precisamente, uno de esos grupos cometió todo tipo de destrozos y desmanes en una parroquia de Tucumán (Argentina). Este tipo de reflexión es lo único que podría explicar lo que ocurrió el pasado 13 de mayo en la iglesia de La Virgen de la Medalla Milagrosa ubicada en avenida Benjamín Aráoz al 800.
Allí, como una "hazaña" y parte de un ritual, un grupo de jóvenes sacrificó a tres perros. Tras degollarlos los depositaron al pie de la imagen de la Virgen, a modo de ofrenda. No conforme con ello, escribieron frases ofensivas contra Dios y María.
Elegir un día martes 13 para cometer este tipo de acto de maldad, parece relacionado con "San La Muerte" (el "santo" al que ofrecen reverencias los delincuentes) o los Umbandas, y no con un día dedicado a venerar a la imagen de la Virgen de Fátima adorada por toda la grey católica.
Los pandilleros violentaron el cristal que protege la imagen de la Virgen. Así, con la gruta a su merced, los vándalos, en abierta rebelión contra la Iglesia y sus principios, inscribieron leyendas. Con mucho asombro el sacerdote de la parroquia y un grupo de oradores advirtieron que, con la sangre de los perros los delincuentes habían dejado inscripciones tales como "666", una estrella de cinco puntas, además de imágenes confusas, extraídas quizás de sectas y grupos umbandas.
El párroco de la Iglesia La Virgen de Medalla Milagrosa, Marcelo Barrionuevo, en diálogo con El Siglo, indicó: "Esto lo atribuyo a las bandas de pandillas urbanas que tienen un modo particular de atentar contra el bien público". "Emplearon un tinte satánico, ya que estas pandillas dentro de su filosofía siguen al demonio, y los chicos bajo la acción de la droga actúan de esta manera"; explicó el sacerdote. También precisó que "las consignadas escritas en las paredes de la parroquia tienen un mensaje que marca de modo especial el rito propio que se establece con el pacto o cultura satánica".
Entre otras cosas sostuvo que, hechos como este deben llevar a la reflexión de que día a día estamos más invadidos por la droga en todos los sectores sociales. "Los jóvenes están "desbordados", con la acción desenfrenada de la droga y sus efectos. Esto hay que frenar para el bien de toda la sociedad", puntualizó.
El religioso resaltó que lo sucedido en su parroquia dejó al descubierto la falta de seguridad y control de parte de los organismos dedicados a cuestiones de esta naturaleza. "No puede haber ocurrido un hecho de estas características sin que nadie haya visto nada", admitió.
Finalizó diciendo que la extensión de la droga en la Argentina sigue en ascenso y quebranta a la sociedad moralmente y el resultado de todo esto es una juventud descontrolada, vacía de principios y valores.
¿Cómo vivir el amor en la adolescencia? / Autora: Lourdes Humana
La palabra “amor” está tan deslucida que casi da miedo nombrarla. El amor es ocuparse del otro y preocuparse por el otro. Ya no se busca a sí mismo sino que ansía más bien el bien del amado: se convierte en renuncia, está dispuesto al sacrificio, más aún, lo busca.
El amor implica exclusividad “sólo esta persona” y lleva la nota del “para siempre”. El amor tiende a la eternidad, a dar ya recibir: a ser amor eterno.
El amor es salir del “yo”, del egoísmo. Hay amores falsos que tienden al provecho personal, hay amores brutalmente posesivos; pero el verdadero amor es benevolente aunque no deja de tener su toque de posesivo.
Benedicto XVI escribió recientemente: “Si en mi vida falta completamente el contacto con Dios, podré ver siempre en mi prójimo solamente a otro, sin conseguir reconocer en él la imagen divina” (Deus caritas est, n. 18).
Quien no lucha por vivir la pureza no puede amar, es incapaz de entregarse a Dios y a los demás: es un egoísta. “La pureza, la fe y el amor no son fibras independientes. Existe un vínculo entre la pureza del corazón, del cuerpo y de la fe (cfr. CEC n. 2518). Dios no nos llamó a la impureza sino a la santidad” (1 Tes 4,7).
La fe es el criterio que define nuestro estilo de vida. “Los que viven según la carne sienten las cosas de la carne, en cambio los que viven según el Espíritu sienten las cosas del Espíritu” (Rom 8,5).
La pureza de corazón determina la profundidad de las demás virtudes de la persona. Si la persona joven se deja involucrar en relaciones sexuales, fácilmente caerá en nuevas relaciones y de este modo las consecuencias destructivas se multiplican si no sabe decir que no. La huella emocional que dejan las relaciones sexuales prematuras no se puede medir fácilmente, y este impacto puede ser mayor que el físico, según los expertos. Sin un nivel de madurez suficiente, los jóvenes se encuentran perdidos en el mar de la sexualidad, al ser usados para el placer o al usar el sexo para obtener gratificaciones de algo o de alguien. El resultado lógico es la pérdida de autoestima y una dolorosa desilusión. A menudo el alcohol y las drogas vienen a empeorar el problema afectivo, y crean un contexto en el que las relaciones sexuales rebajan a la persona.
El concepto de abstinencia sexual hasta el matrimonio no se desarrolla en el vacío, sino que los jóvenes deben de comprender que sus acciones tienen consecuencias. No les debe de extrañar que las relaciones sexuales sean fecundas, cuando todo el planeta está diseñado para dar la vida. Valorar la abstención sexual significa valorar el sexo, que es una maravilla, y valorarse a sí mismos, de modo que se guarda ese tesoro para la persona amada, en el tiempo y en el lugar oportuno; dentro del matrimonio.
¿Qué es la virginidad secundaria? La virginidad secundaria es la decisión de abstenerse de la actividad sexual, empezando hoy y continuando hasta el día del matrimonio; es una oportunidad para empezar de nuevo. La virginidad física puede haberse perdido, pero la virginidad es más que un simple estado físico; es una actitud, una manera de pensar. Se manifiesta en la manera como tú te ves a ti mismo/a y a los demás. La virginidad secundaria es un tiempo para cambiar los malos hábitos por los buenos y para cicatrizar heridas pasadas. Te permite purificarte y renovarte antes del matrimonio.
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Fuente: Almas
La alemana María Grundberger ha salvado a más de 500 bebés del aborto / Autora: María Martínez López
Algunos días, está a las ocho de la mañana a las puertas de un centro abortista de Munich, donde puede pasar hasta seis horas. «Ahora voy algo menos, porque tengo un niño pequeño -explica esta joven comadrona de 26 años-. Desde mi primera experiencia delante de un centro abortista con una mujer, que después de mi asesoramiento cambió de idea, y decidió no abortar, no he dejado nunca este voluntariado». Aquello fue hace ocho años.
María siempre se ha sentido como en casa en los círculos pro vida. «Vengo de una familia numerosa y mi actitud hacia la vida es muy positiva. Cuando era niña, rezábamos en familia», pidiendo el final del aborto. Sin embargo, con eso no basta. «Mis amigos también defienden que el aborto es un homicidio de una vida humana inocente e indefensa, pero los que se comprometen en la lucha contra él son los menos».
En su caso, fue determinante escuchar una conferencia de monseñor Philip Reilly, fundador de Helpers of God’s Precious Infants (Ayudantes de los Preciosos Niños de Dios), que ofrecen asesoramiento frente a las clínicas abortistas. «Me impresionó su carácter humilde y cordial -recuerda-. Pero sobre todo me fascinó que, con medios tan simples -oración, asesoramiento, ayuda concreta-, se pueda conseguir salvar a niños de una muerte inminente».
Después de aquella conferencia, María hizo un curso de formación para este tipo de asesoramiento en Viena, Austria. Su profesión de comadrona también le ha ayudado a explicar el desarrollo del no nacido, a entender los miedos y los cambios hormonales propios del embarazo..., todo lo cual facilita la comunicación con mujeres «completamente desesperadas». No obstante, María dice, tajante, que «no hay por qué ser comadrona para ayudar a una mujer con un conflicto debido a su embarazo». Es más, afirma que, para acercarse a una mujer que quiere abortar, no existe ninguna fórmula, «porque cada mujer es distinta, y es importante acercarse a ella de forma individualizada, saber escucharla y tomarla muy en serio, con sus problemas». Lo que sí conviene es despertar en las mujeres los sentimientos maternales, y explicarles con exactitud cuál es el desarrollo de su bebé, así como los problemas físicos y psíquicos que pueden seguir a un aborto. Hay que dejarles claro que «no muere sólo su hijo, sino una parte de ellas mismas», y es muy importante analizar el principal problema que tiene la mujer, el que le lleva al aborto, para «afrontarlo junto con ella».
Desde dinero, hasta canguro
Muchas mujeres «sólo ven una enorme montaña de problemas, y no se sienten fuertes y maduras para escalarla con un niño a cuestas». A estas mujeres se les ofrece ayuda económica mediante un apadrinamiento mensual, pero «también podemos hacer de canguro, ayudarles con la mudanza, a pintar el piso... También hablo con la pareja y con los padres, y les remito a un ginecólogo amigo que les hace una ecografía», tras la cual sólo una minoría aborta.
De este modo, en ocho años, María ha logrado salvar más de 500 vidas. «La mayor alegría para mí es cuando puedo coger en brazos a esos bebés». Aunque, claro está, no siempre es así: «Cuando una mujer, pese a todo, aborta, me entristece muchísimo. Es horrible, después de haberla acompañado durante semanas. En esos casos, siempre me ayuda ir con mi hijo al parque o a pasear por el campo. También suelo ir a la iglesia a encender una vela. Me consuela creer que ese bebé, pequeño e inocente, está en los brazos amorosos de Dios».
María se lamenta de que, «cuando una mujer quiere abortar, se le pone todo muy fácil. Sólo necesita un certificado de que ha recibido asesoramiento como mínimo tres días antes», una exigencia legal en Alemania. A pesar del gran éxito de iniciativas como la campaña Tú eres Alemania, para promocionar la natalidad, María no cree que, de momento, exista un mayor respeto al no nacido: «El aborto es un tema tabú. Los afectados se revuelven, pero callan. Espero que rompan el silencio. Ojalá que, cuando esto cale en las esferas políticas, cambie algo. Hay algunos políticos jóvenes de quienes sé que están en contra del aborto».
María Teresa Segura, Presidenta de Adevida:
«Tras hablar con ellas, ninguna ha abortado»
En España, una de las veteranas de la lucha por la vida es María Teresa Segura, Presidenta, desde su fundación, de Adevida-Madrid. Sus compañeras y ella (hoy son 56 asesoras, además de una psicóloga, una psiquiatra y personal médico) tienen a gala el haber empezado a ayudar a mujeres embarazadas en 1979, seis años antes de la legalización del aborto. Les ofrecen ayuda médica, asistencia social, la canastilla del bebé y leche para todo el primer año... Así han llegado a salvar hasta a 1.500 bebés en un solo año. En 2006, fueron 770, aunque en total ayudaron a 3.500 personas, contando a las madres y a sus familias. María Teresa explica que, «tras hablar con la psicóloga, que es fenomenal, ninguna mujer ha rechazado a su hijo». En los últimos meses, Adevida ha fletado un autobús que ha recorrido todo Madrid informando sobre el aborto y «sobre el daño que hace a la mujer». Muchas mujeres a las que habían ayudado se les acercaron a darles las gracias. Pero María Teresa se quita mérito: «El mérito lo tienen las monjitas de clausura, que son las madres espirituales de todos esos niños. Cada año escribo a todos los conventos de España para pedir oraciones, y nunca nos ha faltado ayuda».
Nace bebé brasileño que se gestó fuera del útero
Según informo la prensa, estos extraños casos ocurren en una proporción de uno por cada 40 mil embarazos con una posibilidad de supervivencia del bebé de solo cinco por ciento.
El caso de Maria Benedita era aún más complicado porque tiene más de 40 años de edad. Sin embargo, decidió salvar a su hijo y todo resultó muy bien.
"Vencimos, gracias a Dios, nunca desistimos", dijo la feliz madre que optó por no abortar a su bebé.
El niño se desarrolló en un espacio entre el estómago y el útero y tuvo la ayuda decisiva de una capa de grasa llamada epiplón –un repliegue del peritoneo-, que sirvió como mecanismo de defensa para el niño. El epiplón envolvió la placenta e hizo las veces de útero.
Según los médicos, la concepción de Valdir Gabriel ocurrió en las trompas de Falopio y el óvulo fecundado nunca se implantó en el útero. Para los pro-vida brasileños el asombroso nacimiento de Valdir Gabriel testimonia que la vida comienza en la concepción y que los fármacos que impiden la implantación de un óvulo fecundado –como la píldora del día siguiente– son realmente abortivos porque eliminan a un concebido.
Eluana Englaro, "Terri Schiavo" italiana, condenada a muerte por tribunal en Milán
Eluana es una italiana de 37 años originaria de la localidad de Lecco. Desde hace 10 años su padre, Beppino Englaro, pedía la suspensión del tratamiento que la mantiene con vida, argumentando que esto era lo que deseaba su hija. El tribunal ha fallado que el estado vegetativo de Eluana es "irreversible" y por lo tanto se puede proceder a la eutanasia dejándola morir sin darle alimentación e hidratación.
Con el fallo, Beppino Englaro puede solicitar inmediatamente a los médicos la interrupción de la hidratación y alimentación o puede esperar el recurso de casación que la procuraduría general tiene la facultad de presentar en un lapso de 60 días.
Grave decisión
Según informa la agencia italiana SIR, para Adriano Pessina, Director del Centro Ateneo de Bioética de la Universidad Católica, este fallo "es una grave decisión que no considera el principio de la no disponibilidad de la vida humana, y del deber, también de toda sociedad civil, de no legitimar el abandono terapéutico y asistencial frente a los ciudadanos, que no están en capacidad de proveerse por sí mismos".
"Se le da así al tutor un verdadero poder de vida o muerte para la persona que le han confiado, contraviniendo el sentido de la tutela misma. No es concebible que lo mejor para alguien sea la muerte, la que no constituye nunca un bien que deba tutelarse", añade.
Además, esta decisión "introduce una serio y grave problema deontológico en la medicina: suspender el tratamiento ordinario como el que se le suministra a un paciente en estado vegetativo a partir de una decisión que no tiene fundamento clínico" no toma en cuenta "el deber fundamental de atender a los pacientes que no están en capacidad de entender el asunto o quererlo".
Tras explicar que esta acción legitima la eutanasia, Pessina indica que "resulta además inaceptable y viciada por una también inaceptable concepción antropológica definir la vida personal de quien se encuentra en estado vegetativo como pura vida biológica. La conciencia humana no define la identidad personal sino que simplemente la manifiesta. Por ello es un deber la cura de las personas en estado vegetativo".
Para el experto, "la interrupción de la alimentación y la hidratación redundarán en una lenta agonía para Eluana, culpable solo de seguir aún viva".
"Esperamos que esta decisión no llegue a plasmarse y pedimos una vez más al señor Beppino Englaro que permita que Eluana siga viviendo. Los padres de los pacientes que están en las condiciones de Eluana y que en estos años han luchado grandes y significativas batallas culturales y sociales para reivindicar la dignidad de sus seres queridos y su derecho a ser atendidos y custodiados con afecto en estructuras adecuadas, corren el riego de ver banalizada en esta sentencia su meritoria obra de civilidad", concluyó.
Abortistas contratan acosadores sexuales para hostigar a pro-vidas en Austria
jueves, 10 de julio de 2008
miércoles, 9 de julio de 2008
martes, 8 de julio de 2008
lunes, 7 de julio de 2008
De misión, en el mundo de la prostitución / Autora: Inma Soler
(Alfa y Omega / Asociación Villa Teresita) Era joven cuando me encontré con Cristo. Tenía 17 años cuando sentí que me llamaba a darlo todo y darme del todo. Su Amor me sedujo; me llevó a estar con los más pobres para construir un mundo más justo, más fraterno. Nunca he podido entender el Evangelio separado de la vida. En el barrio chino de Valencia conocí la labor de Villa Teresita con los más desfavorecidos, y decidí plantar allí mi tienda. No quería estar de paso; quería poner toda mi vida en juego. Desde entonces han pasado 17 años, que he vivido en disponibilidad al servicio del Reino, allí donde me necesiten. Su Amor me empuja y me sigue llevando a ser misericordia, alegría, vida..., en medio de los que sufren. Somos una asociación de mujeres consagradas que intentamos vivir el Evangelio en comunidad y entre los más pobres, especialmente en el mundo de la prostitución. Desde su nacimiento, en 1942, Villa Teresita ha estado siempre al lado de la mujer en situaciones de marginación y prostitución (madres solas, droga, sida, inmigración, tráfico de seres humanos...), ofreciéndoles amistad, apoyo integral, acogiéndolas en sus casas, saliendo a su encuentro en calles, bares, cárcel, hospitales... Somos conscientes de ser portadoras de esperanza, de Buena Noticia y, a la vez, de aprender mucho de las mujeres y las personas con las que compartimos vida.
Siempre empezamos el día poniéndonos delante de Dios, y después de rezar Laudes y celebrar la Eucaristía, ¡nos vamos a la misión! Cada día es distinto: visitar a una mujer en la calle o en la habitación donde vive, hacer de mediadora para buscar trabajo, acompañar a una mujer inmigrante a arreglar su documentación, visitar en la cárcel a quien no tiene familia...
Pasas y saludas
Y también hay trabajo en la casa, apoyando y acompañando los procesos de las chicas que en ella viven, y a todo aquel que llama a la puerta o al teléfono pidiendo ayuda. Es importante un clima de hogar para poder rehacer la vida. El día a día está marcado por luchas y, también, pequeñas celebraciones: la comida compartida, conseguir los papeles, poder dormir sin miedo, el primer sueldo, recuperar la sonrisa, conseguir un permiso carcelario, levantarse sin mono, una mirada que se ilumina, un cumpleaños.... ¡Es tan necesario reconocer los signos del Dios de la Vida en medio de tanta cruz! Las mujeres llegan muy rotas, con muchas heridas. La prostitución (tan unida a pobreza, malos tratos, droga, inmigración...) rompe por dentro.
En cada ciudad en la que estamos tenemos voluntarios y laicos comprometidos en la misión. Hace falta que muchas personas se impliquen para transformar la realidad y ayudar a que salgan de su situación de exclusión: psicólogos, trabajadores sociales, psiquiatras, abogados... Por eso es tan importante la coordinación con otras asociaciones y el trabajo en red junto a otros. En nuestras salidas nos acercamos a ellas en la calle y nos presentamos sin más, ofreciendo nuestro apoyo y cercanía, y a la vez los recursos que puedan ayudarles. Siempre procuramos que, vengan de donde vengan y a través de quién vengan, lo hagan libremente. Es importante que se pueda ir entablando una relación de confianza con nosotras, que sientan que nos importan. Para nosotras, cada mujer, con su rostro, su nombre, su historia, su cultura... es un tesoro.
La relación de amistad se fragua muy poco a poco, a ritmo de ellas. Hay que estar a su lado y respetar su propio proceso. ¡Cuántas veces, en la calle, pasas y saludas, vuelves a pasar y saludas, y después de meses o años, un día rompen a llorar o a hablar y te cuentan lo que realmente están viviendo! Tienen una enorme necesidad de ser queridas como personas, como mujeres (la prostitución les hace sentir que no valen nada). Las necesidades que presentan son de todo tipo: un trabajo digno (la mayor parte son inmigrantes, muchas de ellas indocumentadas, y sólo pueden acceder a trabajos precarios y mal remunerados); tener los papeles en regla, sin miedo a ser expulsadas; poder estar con sus familias cuanto antes... Pero también son mujeres fuertes y luchadoras. En nuestros encuentros posibilitamos que tomen conciencia de su situación, de su dignidad como personas y de sus propias posibilidades. Esto supone una intervención global, donde la relación humana que se entabla es fundamental además de los recursos adecuados.
Es imprescindible también la labor de denuncia. Detrás del fenómeno de la prostitución, está la mentalidad que cosifica a las mujeres; la sociedad de consumo, la desigualdad entre países ricos y pobres, la desventaja de oportunidades, la falta de formación, el sistema injusto que tendremos que ir transformando para poder hacer este mundo más humano, más fraterno, más Reino de Dios.
Todas las mujeres dejan una huella en tu vida y en tu corazón. Cada una es única y especial: Joy, María José, Lola, Patricia, Linda, Ester, Blessing... ¿La gratificación y alegría más grande? que una mujer se ponga de pie, salga de su situación de postración y empiece a vivir.
Las prostitutas nos precederán....
Comentando estas Palabras de Jesús con una amiga prostituta, me decía: "La prostituta sufre y aguanta mucho, por eso Jesús estuvo cerca... Siempre he hecho lo que no he querido hacer, he vivido donde no hubiese querido vivir... al final acabas creyendo que no vales, que no hay salida, que tu vida no importa para nadie... Tengo siempre presente al Señor, antes de salir "a buscarse la vida" y después al llegar, Él es el único que me puede comprender y perdonar, el que me da fuerzas y coraje para seguir adelante".
Hoy siguen siendo provocadoras las Palabras del Evangelio. No son letra muerta, son Buena Noticia. La experiencia y vida a lo largo de 60 años de hacer camino junto a ellas y abrir cauces de liberación en Villa Teresita, compartiendo techo, mesa, sufrimiento, luchas y alegrías, así nos lo demuestran. Ellas nos precederán en el Reino..., si no ¡Qué le pregunten a Ana! Que con 35 años, pasa horas y horas en la calle con la cara maquillada y la mirada triste, con historias acumuladas de maltratos, abusos... y personas que le recuerdan a diario que no sirve para nada. ¡Qué le pregunten qué le ilusiona! ¡Si es fácil su vida! Que se lo digan a Tessy, que con 21 años cruzó el estrecho soñando una vida mejor, que llegó sin papeles, sin conocer la lengua, con una deuda pendiente con la mafia y un "trabajo" en el club, que ya no aguanta más. ¡Qué le pregunten si esta era la tierra prometida que soñaba ¡ Que se lo digan a Viqui que lleva enganchada desde los 15 años, que ahora con 26 no tiene ganas de vivir, que ha estado 5 años en la cárcel y aún tiene causas pendientes... ¡Qué le pregunten como ve su futuro! ¿Qué espera en la vida?
Ellas van por delante... y esto es motivo de alegría para los que soñamos unos cielos nuevos y una tierra nueva en que habite la justicia, para los empobrecidos, los sufridos, los que lloran, los oprimidos, los pequeños, (Mt 5, 1- 12; Mt 11, 25-27, 1Co,1, 27-29). Y a la vez, es denuncia a los que se creen puros, perfectos, los que creen tener "las llaves de entrada en el Reino"; denuncia a una sociedad que trafica con su sufrimiento, con sus necesidades económicas, con su sueño de felicidad, que ampara la vejación y esclavitud, que comercia con su cuerpo y trafica con su persona.
Habla Inma, madre de siete hijos, uno de ellos con parálisis cerebral / Autor: A. Llamas Palacios
(Alfa y Omega) La tercera hija de Inma y Javier nació con parálisis cerebral. Poco tiempo más tarde, tuvieron cuatro hijos más. Lo que para muchos sería una desgracia, ellos, a golpe de fe y esperanza, lo han transformado en su felicidad particular, entretejida en una familia numerosa y unida, en la que se cuidan unos a otros y donde nunca falta la alegría.
Inma y Javier se casaron hace 19 años. Él tenía 27 años, y ella 24. Al poco, nació Almudena, que ya tiene 18 años. Después, vino Santiago, de 17, y dos años más tarde, vendría Pilar. Cuando Inma estaba embarazada de Pilar, comenzó a tener graves complicaciones, que le obligaron a permanecer en el hospital inmovilizada varios meses. Finalmente, Pilar nació a los seis meses de gestación, y pesó poco más de un kilo. Aunque al principio todo parecía que marchaba bien, a los quince días los médicos comenzaron a alertar sobre unas manchas en el cerebro de la niña, que se podían advertir en el scáner... El resultado, más adelante, estuvo claro: la niña padecía parálisis cerebral.
«Yo creo que la asistente social que nos atendió en su día estaba segura de que yo no sabía a qué me estaba enfrentando -dice Inma-, de que no acababa de darme cuenta qué suponía la enfermedad de mi hija. Supongo que era por mi juventud, pero no quise perder el ánimo en ningún momento. Esto era lo que tenía, y con ello tenía que salir adelante. En el fondo sentía como si Dios me hubiera dicho: «Mira lo que te mando, a ver cómo me lo cuidas. Y yo creo que Dios te da la gracia para sobrellevarlo».
«El neurólogo que trató a la niña -explica Inma- fue muy claro desde el primer momento. Nos dijo que la niña no avanzaría nunca, que tenía lesiones irreversibles, y que lo único que la ayudaría sería que nosotros disfrutáramos de la vida, que nos divirtiéramos, que, como matrimonio, estuviéramos muy unidos y fuéramos felices. Fue uno de los consejos más útiles que me han dado».
Después de nacer Pilar, les recomendaron que, ya que la niña necesitaba muchos cuidados, esperaran unos años antes de tener más hijos. Y de hecho, esperaron, hasta que decidieron fiarse de Dios, y cuatro años más tarde llegó Pablo. Y después Álvaro, y después Antonio, y después Inmaculada. «La gente me decía que si estaba loca, que cómo se me ocurría tener más hijos, con la dedicación que necesita Pilar. Pero mi marido y yo somos creyentes, estamos muy enamorados el uno del otro, y creemos que nuestros hijos son los que Dios ha querido poner en nuestras manos. Me hace gracia cuando me preguntan si Pilar era un hijo deseado. ¿Cómo no va a serlo? Cuando te casas con alguien a quien amas, estás abierto a la vida, y aceptas lo que venga y cuando venga, como una gran alegría».
Claro, si no estuvieras tú...
A Pilar le encantan las Navidades, y cuando coge una pandereta no hay quien la pare, aunque sólo mueva una mano. Casi no ve, pero conoce perfectamente a toda su familia y al personal del colegio. Aprende muy lentamente, pero se sabe todos los villancicos y todas las oraciones, hasta las más largas. Y es la favorita de sus hermanos, pues ninguno se olvida de ella. «El hecho de que los padres no lo veamos como un problema -opina Inma- hace que sus hermanos lo vean de la misma manera. Y es cierto que ella nos condiciona todas las salidas que hacemos en familia. Hasta hace poco no teníamos rampa, y cuando queríamos hacer algún plan, siempre había que pensar en que estaba ella, que había que cargar con la silla, etc. Y si a algún hermano se le escapa: Claro, si no estuviera Pilar..., con mucha gracia alguien le dice: Claro, si no estuvieras tú...»
Inma piensa que todas las cosas, las buenas y las malas, pueden llevarse con alegría y garbo. Sin grandes ostentaciones, con sencillez, el sufrimiento puede mirarse desde otro punto de vista si uno acepta la realidad que Dios le pone a cada uno en su camino. «Al poco tiempo de nacer Pilar -recuerda-, escuché el Evangelio que habla del ciego de nacimiento. Me acuerdo de que me ayudó muchísimo. En aquella lectura, se planteaba si el hecho de que hubiera nacido ciego era un castigo para sus padres. Y te explica que no, que es ciego y ya está. Me di cuenta de que, ante las dificultades, no puedes pensar: ¿Qué he hecho yo para merecer esto? No. Yo pienso: ¿Dónde iba a estar Pilar, mejor que con nosotros? ¿Dónde se la iba a querer y cuidar más?»
Niño italiano venció a la muerte asistido por los padres de Santa Teresa de Lisieux
(ACI).- Louis Martin y Marie-Celie Guerin de Martin, los padres de Santa Teresa de Lisieux, perdieron a cuatro de sus nueve hijos cuando aún eran niños. Tal vez por eso, para muchos resulta un gesto de Dios que el milagro que permitirá su beatificación como esposos sea la curación de un recién nacido italiano que presentaba un mortal problema congénito.
El niño del milagro es Pietro Schiliro, nacido en Milán el 25 de mayo de 2002. Pietro es el quinto hijo de Walter y Adele Schiliro. Tras el parto presentó graves dificultades para respirar, que obligaron a los médicos a practicar terapias de reanimación. El niño presentó, según el parte médico, una "malformación congénita caracterizada por una grave subversión de estructura pulmonar". En la práctica el pequeño Pietro era incapaz de respirar y según la ciencia, nunca podría hacerlo.
Los médicos desahuciaron al niño y ante su inminente muerte, los bautizaron el 3 de junio de ese año. Ese día, por sugerencia del sacerdote carmelita Antonio Sangalli, Walter y Adele comenzaron una novena a los padres de Santa Teresa, invitaron a amigos y conocidos a sumarse a esta oración.
strong>Con el correr de los días muchas personas se sumaron a la cruzada de oración por Pietro. El 29 de junio, cuando Walter y Adele llegaron al hospital en Monza preparados para el desenlace, los médicos les informaron que Pietro estaba mejorando. En unos días se curó por completo y el 27 de julio regresó a casa.
Los futuros beatos
Louis y Celie se casaron el 13 de julio de 1858. Tuvieron nueve hijos, cuatro murieron muy niños y cinco abrazaron la vida religiosa. Su hija Santa Teresa del Niño Jesús, carmelita descalza, fue proclamada Doctora de la Iglesia por el Papa Juan Pablo II en 1997.
Celie Guérin falleció en Alençon en 1877, a la edad de 46 años por un probable cáncer. Louis Martin murió a los 71 años en 1894 en el castillo de La Musse, tras vivir siete años con una severa parálisis. Al publicarse la correspondencia de los esposos Martin se descubrió su testimonio de vida cristiana.
En 1957 comenzaron por separado las averiguaciones para su proceso de beatificación. El 13 de octubre de 1958 sus restos mortales se depositaron en una tumba conjunta detrás de la basílica de Lisieux, al aire libre en el recinto del vía crucis.
Los esposos podrían ser el segundo matrimonio en ser beatificado simultáneamente. El primer caso fue el de Luigi y Maria Beltrame Quattrochi, beatificados en octubre de 2001.
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Yo también he abortado / Autora: Begoña Hernández
Me he decidido a escribir estas líneas gracias a mi hijo de 8 años y a mi propia historia.
Íbamos en el coche y la radio daba una información sobre las declaraciones de un político que hablaba del derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y del derecho a abortar.
Mi hijo de forma espontánea me preguntó, literal ¿por qué las mamás matan a los niños que llevan en la barriga? ¿tu también me hubieras podido matar y no habría pasado nada, verdad?
No supe que contestar porque yo también aborté hace 20 años…
En aquella época, a pesar de no haber tantas facilidades como ahora, pude abortar en un centro público apoyándome en el primer supuesto de riesgo para la salud mental, puesto que físicamente estaba perfecta y tenía una edad óptima, 26 años.
Ingresé en el centro por la noche, y a la mañana siguiente a primera hora me hicieron un IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo).
A las 21 h. salía del centro por mi propio pie, ya estaba solucionado el “problema” que no me dejaba dormir y que el médico consideró que afectaba a mi salud mental.
Con los años, y sobre todo cuando tienes hijos, tomas conciencia de lo que realmente hiciste aquel día. Calculas mentalmente la edad que tendría ese hijo no nacido, si se parecería a sus hermanos, si hubiera sido niño o niña …, pero lo más importante, como explicar con argumentos entendedores a mi hijo de 8 años el por qué lo tuve a él y no a su hermano mayor.
Tengo sobrinas de edades comprendidas entre los 24 y 26 años que me cuentan que tienen amigas que han abortado una o incluso dos veces. Que para ellas abortar es algo “natural” porque está aceptado por la sociedad, por los políticos que salen en la televisión, por médicos, por aquel artista tan bueno del cual es una fan incondicional….
Soy una profesional de éxito, estoy casada y tengo dos hijos. No me considero una “carca” y la verdad es que no sabría como definirme, no soy conservadora ni progre, solo intento ser persona cada día.
A todas las mujeres que quieren abortar les diría:
1- Cuando una mujer es madre se da cuenta que todas las cosas que antes consideraba importantes, pasan a un segundo plano.
2- Un hijo no te hipoteca, sencillamente te enfrenta a una realidad que quizás no planeabas, pero como todo en esta vida hay que afrontarlo con coraje y responsabilidad. Quizás sea la decisión más importante y trascendente que hayas de tomar. Mi vida programada por su vida.
3- Si decides abortar piensa por un momento en aquella “cosita” que tan solo mide unos milímetros y que te necesita a ti para poder ser.
4- Las mujeres tendríamos que unirnos e iniciar una revuelta social y en lugar de pedir más facilidades para abortar, exigir más ayudas efectivas para poder “realmente” decidir sobre nuestro cuerpo y el bebé que esperamos.
5- Se habla de la salud mental de las mujeres que se quedan embarazadas y no desean tener a su hijo, pero no se habla de las repercusiones psíquicas en las mujeres que un día abortaron. Yo, personalmente, he quedado marcada para toda la vida.
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Fuente: Forum Libertas
Testimonio de la modelo brasileña Mariajosé Rossi, tras su Bautismo / Autor: José Antonio Méndez
(Alfa y Omega) Ha decidido bautizarse a los 22 años, después de encontrarse con Cristo en su Iglesia. Ahora, anuncia el Evangelio en el mundo de la moda, con la misma naturalidad con la que hizo su oración ante cientos de personas el día del Corpus Christi
Conoce de cerca el mundo de la diversión superflua, del alcohol, de las fiestas VIP. Su rutina se desenvuelve desde hace años entre top models, fotógrafos, maquilladores y modistos. Un ambiente que la envolvía ya en Brasil, país en el que nació y del que se vino a los 20 años para desarrollar su carrera como modelo de pasarela y publicidad.
Precisamente porque las luces de las discotecas y los focos de las cámaras no le son ajenos, Mariajosé Rossi de Queirós puede afirmar, a sus 22 años, que «el mundo de la belleza, de la fiesta constante, de las drogas, del sexo, es una mentira. La alegría y la libertad verdaderas están en la Iglesia, en Jesucristo. Escucharle es gratis, mientras que las discotecas, las pastillas o el alcohol no sólo cuestan muchísimo, sino que se pagan caras. La felicidad de discoteca se acaba al amanecer; Cristo dura siempre».
Pero Mariajosé no siempre ha tenido esta convicción. Antes de venir a España, la joven Areta -su nombre, antes de que fuese bautizada- ya trabajaba como modelo. Allí entró en contacto con el mundo de la moda, de la superficialidad, de la diversión al límite. «Algunos de mis amigos se han destruido por el alcohol y la droga», recuerda. Curiosamente, la lectura de un libro no cristiano hizo que se decidiese a emprender el viaje a nuestro país. «Me vine porque quería cambiar de vida, porque quería buscar un tesoro, como un protagonista de novela. No me podía imaginar que aquí iba a encontrar mucho más: a Jesucristo y a su Iglesia», asegura. Los primeros meses en España fueron duros: «No tenía papeles (y sigo sin tenerlos), y me sentía sola, porque no tenía amigos, ni familia. Algunas chicas de mi edad, como era modelo y brasileña, no me querían como amiga por miedo a que les quitase el novio, o cosas así. Entonces empecé a ir a la iglesia para pedir ayuda a Dios, aunque no estaba bautizada. A partir de ese momento, empecé a acercarme cada vez más a Dios y a conocerle más. Él fue mi único compañero aquí, me libró de no entrar en la droga y me alejó de lo malo». Aquel camino hacia Dios la llevó a recibir el Bautismo, la Confirmación y la Primera Comunión en la pasada Vigilia Pascual, de manos del cardenal arzobispo de Madrid, don Antonio María Rouco, en la catedral de la Almudena.
Merece la pena aguantar las críticas
Esta conversión «me ha cambiado totalmente, y no me importa decírselo a todo el mundo. Algunos jóvenes se ríen, porque en mi mundo hay pocos que crean en Dios. En este ambiente hay mucha discoteca, mucha fiesta, drogas…» Pero ella no se arredra a la hora de dar testimonio: «Veo como una misión ser católica en mi ambiente, contar cuánto ha cambiado mi vida y lo feliz que soy. Es muy difícil, pero merece la pena para que mis compañeros encuentren la alegría de Dios». Y eso, por no hablar de otras dificultades: «Tengo que rechazar algunos trabajos, aunque paguen bien, porque, como católica, sé lo que debo y lo que no debo hacer. El otro día, por ejemplo, tuve que rechazar un trabajo en el que me pagaban muy bien por salir medio desnuda, y también en Antena 3 dije No a un trabajo en el que tenía que estar en bikini». Ésta es, según cuenta, su misión. «En realidad -aclara-, todos estamos llamados a hablar de Él y a tener una vida más religiosa para que las personas que nos rodean puedan creer. Si cada uno lo hace en su ambiente, será más fácil hacer presente a Cristo».
Y cuando llegan los momentos de debilidad, sabe dónde acudir: «Cuando miro una imagen de Jesucristo, y pienso en todo lo que pasó por mí, veo en Él la salvación, la esperanza que me falta. Me siento confortada sólo con decir su nombre».
A quienes no creen, esta joven modelo les muestra el motivo de su alegría con la misma soltura con la que posa ante las cámaras: «Jesucristo sólo pide que escuches su Palabra, no te obliga a nada. Si voy a la iglesia es porque quiero, porque me hace falta. Quienes no creen en Él no saben lo que se pierden. Ser hija de la Iglesia y tener cerca de Dios da más felicidad que cualquier fiesta del mundo».
Como para hablar de Dios hace falta primero hablar con Dios, ella lo hizo ante cientos de personas en la festividad del Corpus Christi, en la catedral de Madrid. Aquel día, puso su testimonio en clave de oración, y los allí presentes pudieron escuchar: «Yo trabajo como modelo, pero he descubierto que Tú, Jesús, eres el único Modelo, en todo y para todo. Tú eres la auténtica Belleza, Señor; el Amor siempre joven. La pasarela de un cristiano es la vida cotidiana, en la que podemos convertir todos los momentos y circunstancias en ocasión de amarte. Es curioso, Dios mío: sin dejar de ser una sinpapeles, he encontrado mi verdadera identidad: soy hija tuya, soy hija de Dios. ¡Gracias por la confesión que nos perdona los pecados! ¡Gracias, Jesús, por haberte quedado a nuestro lado en la Eucaristía! ¡Gracias por la Misión Joven! ¡Yo soy uno de sus frutos!»
sábado, 5 de julio de 2008
El viaje de la esperanza continúa / Autora: Madre Elvira, fundadora de la Comunidad Cenáculo
Esta fe en Él ha tenido encendida en nosotros la llama de la esperanza viva, que se ha vuelto servicio a través de pequeños gestos de acogida y de amor cotidianos. Hoy este amor es visible a todos los que contemplan asombrados con nosotros el milagro vivo de la resurrección, que se da en las vidas de los jóvenes que la Comunidad recibe: no podemos negar más que el resucitado está vivo en medio de nosotros, porque es Él que nos hace renacer cotidianamente.
Su amor se extiende y se dona gratuitamente a todos los hombres, nos protege, nos defiende, se sumerge en nuestra vida hecha de bien y de mal, de salud y enfermedad, de fuerza y de debilidad, de fe y de ateísmo… nuestro Dios no pasa por alto a nadie, es un Dios universal que siempre, todos los días y en todas las situaciones, está presente y continúa a inclinarse hacia nosotros. También aquellos que no quieren reconocerlo, que niegan la resurrección, también ellos son abrazados por el sol de Su misericordia que cada día sale sobre buenos y malos, sobre justos e injustos, sobre todos nosotros y que llega también a aquellos que lo rechazan. Él es la ternura infinita que reviste e ilumina todo el mundo, que realza y perdona.
Dios ama más allá de nuestras medidas, es amor infinito que no tiene barreras, es misericordia sin límites que se ha mostrado a nosotros en los gestos de Jesús: nosotros lo hemos escuchado, lo hemos contemplado, lo hemos tocado, lo hemos comido… y ahora deberíamos decir como el apóstol Juan “lo anunciamos a ustedes”.
El ser cristianos debe recorrer nuestra vida desde la cabeza a los pies; en cada gesto, mirada y sentimiento se debe manifestar espontáneamente nuestra pertenencia, nuestro credo. No se es cristiano solo cuando los otros nos piden de serlo, sino siempre!
Nuestra misión de creyentes es anunciar la alegría de aquel encuentro, que ha transformado nuestras vidas a través del amor que se hace don en nosotros con sonrisas que comunican esperanza, con bondad vivida en la gratitud, con el corazón libre de intereses y ambiciones. Estos gestos de bien auténtico permiten a nuestro Dios, que ha tomado sobre sí en Jesús de Nazaret nuestra naturaleza humana, de santificar también nuestra fragilidad haciéndonos capaces de dar la vida y de experimentar así el secreto de la alegría verdadera, aquel céntuplo que Jesús nos ha prometido: la vida es un don de amor que se debe donar! La misericordia de Dios ha iniciado con nosotros un viaje que paso tras paso, se está abriendo con asombro delante de nuestros ojos como una verdadera, original, fascinante y bellísima historia que continúa.
El Señor nos conceda la fidelidad de seguirlo y la alegría de servirlo!
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Fuente: Comunidad Cenáculo