Elige tu idioma

Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

escucharlavoz@yahoo.es

Oremos todos para que la sabiduría de Jesús Resucitado presida estas páginas y nos bendiga abundamente.

Página web de Escuchar la Voz del Señor

Página web de Escuchar la Voz del Señor
Haz clic sobre la imagen para verla
Mostrando entradas con la etiqueta Hijo de Dios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Hijo de Dios. Mostrar todas las entradas

domingo, 29 de junio de 2008

"¡Tú eres Pedro!", invitación a reconciliarse con la Iglesia / Autor: Raniero Cantalamessa, OFM Cap.

Comentario del padre Cantalamessa al evangelio de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo

Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, OFM Cap., predicador de la Casa Pontificia, a la liturgia del domingo, 29 de junio, solemnidad de los santos Pedro y Pablo.

* * *
Hechos 12, 1-11; 2 Timoteo 4, 6-8.17-18; Mateo 16, 13-19

¡Tú eres Pedro!

El Evangelio de este domingo es el Evangelio de la entrega de la llaves a Pedro. Sobre él siempre se ha basado la tradición católica para fundamentar la autoridad del Papa sobre toda la Iglesia. Alguno podría decir: pero, ¿qué tiene que ver el Papa con todo esto? Esta es la respuesta de la teología católica. Si Pedro tiene el papel de ser "fundamento" y "roca" de la Iglesia, dado que la Iglesia sigue existiendo, entonces debe seguir existiendo también el fundamento. Es impensable que prerrogativas tan solemnes ("te daré las llaves del Reino de los cielos") se refirieran sólo a los primeros veinte o treinta años de vida de la Iglesia y que terminaran con la muerte del apóstol. El papel de Pedro se prolonga, por tanto, en sus sucesores.

Durante todo el primer milenio, este oficio de Pedro fue reconocido universalmente por todas las Iglesias, si bien se interpretó de manera diferente en oriente y occidente. Los problemas y las divisiones nacieron con el milenio terminado recientemente. Y hoy también nosotros, católicos, admitimos que no todos estos problemas han nacido por culpa de los demás, de los así llamados "cismáticos": primero los orientales y después los protestantes. El primado instituido por Cristo, al igual que todas las cosas humanas, fue ejercido a veces bien y a veces menos bien. Al poder espiritual se le mezcló, poco a poco, un poder político y terreno, y de este modo se dieron abusos. El mismo Papa, Juan Pablo II, en la carta sobre el ecumenismo, Ut unum sint, ha previsto la posibilidad de revisar las formas concretas con las que se ha ejercido el primado del Papa para permitir la concordia de todas las Iglesias a su alrededor. Como católicos, deseamos que se continúe cada vez con más valentía y humildad por este camino de la conversión y de la reconciliación, especialmente incrementando la colegialidad querida por el Concilio.

Lo que no podemos desear es que el ministerio mismo de Pedro, como signo y factor de la unidad de la Iglesia, se desvirtúe. Sería privarnos de uno de los dones más preciosos que Cristo ha hecho a su Iglesia, así como contraponerse a su voluntad precisa. Pensar que a la Iglesia le basta tener la Biblia y el Espíritu Santo para interpretarla, para poder vivir y difundir el Evangelio, es como decir que a los fundadores de los Estados Unidos les hubiera bastado escribir la constitución norteamericana y mostrar en sí mismos el espíritu con que se debía interpretar, sin prever algún gobierno para el país. ¿Existirían todavía los Estados Unidos?

Algo que podemos hacer desde ahora y todos es allanar el camino a la reconciliación entre las Iglesias, comenzando por reconciliarnos con nuestra Iglesia. "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia": Jesús dice mi Iglesia, en singular, no mis Iglesias. Él ha pensado y querido una sola Iglesia, no una multiplicidad de Iglesias independientes, o peor aún, una lucha entre ellas. Mí, además de ser singular, es un adjetivo posesivo. Jesús, por tanto, reconoce la Iglesia como suya; dice mi Iglesia, como un hombre diría: mi mujer, o mi cuerpo. Se identifica con ella, no se avergüenza de ella. En los labios de Jesús la palabra Iglesia no tiene nada de esos significados sutiles negativos que nosotros hemos añadido.

En esa expresión de Cristo, se da un fuerte llamamiento a todos los creyentes a reconciliarse con la Iglesia. Renegar de la Iglesia es como renegar de la propia madre. "No puede tener a Dios por Padre --decía san Cipriano-- quien no tiene a la Iglesia por madre". Sería un hermoso fruto de esta fiesta de los santos Pedro y Pablo aprender a decir también nosotros, al hablar de la Iglesia a la que pertenecemos: "¡mí Iglesia!".

--------------------------------------
[Traducción del original italiano realizada por Jesús Colina]


El Evangelio del domingo 29 de junio, Solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, en vídeo:
Mateo 16, 13-19
Para verlos haz click sobre las imagenes


"Tu eres Pedro" / Video-reflexión: P. Jesús Higueras

jueves, 15 de mayo de 2008

José Funes: «No somos hijos del caos, sino de Dios, pero eso no contradice el Big Bang» /

«Es posible que exista vida y seres inteligentes en otros planetas, pero no tenemos pruebas»
Entrevista al Director del observatorio astronómico vaticano


Castel Gandolfo- Como astrónomo y sacerdote, ¿le resulta difícil compaginar la ciencia y la fe?
-No, ni considero tampoco que sea artificial coaligar ciencia y fe. Yo nací en una familia católica y, cuando era muchacho, me interesé mucho por la astronomía. Tal vez mi primer impulso fue cuando vi, de pequeño, la llegada de los americanos a la Luna. A pesar de que muchas veces se presenta a los católicos como opuestos a la ciencia, mi familia, que era muy creyente, me animó desde niño a que siguiera mi pasión y me dedicara a la astronomía.


-Juan Pablo II se mostró favorable al darwinismo mientras que Benedicto XVI parece más cerca del creacionismo. ¿Hasta cuándo durará el pulso sobre este asunto?
-No es justo oponer al actual Papa con su predecesor al hablar de darwinismo y creacionismo. Lo que dijo Juan Pablo II en 1996 es que la evolución es más que una mera hipótesis. Luego, en su discurso, dice más adelante que no se puede tener una idea del hombre puramente evolucionista o puramente creacionista. Para Benedicto XVI, el diálogo entre ciencia y fe es algo importante. Nos señala algunas veces el peligro de querer explicar la realidad humana desde una visión cientificista. Yo no soy biólogo, sino astrónomo, y desde mi formación podemos tomar la célebre frase de Carl Sagan: «Somos polvo de estrellas», y ver que desde una perspectiva científica es cierta. Los átomos de nuestro cuerpo en algún momento estuvieron en el interior de las estrellas. Pero ésta es una visión reducida del hombre, es poco decir que sólo somos polvo de estrellas. Somos más que eso, tenemos cierta dignidad, que constituye la base de los derechos humanos. La dignidad nos viene porque estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Somos polvo de estrellas pero con aliento divino.


-¿El Big Bang es obra de Dios?
-Creo que es la mejor explicación científica que, hasta ahora, tenemos del origen del Universo. Pero en esta explicación hay muchas cosas que no sabemos. Del 100% del Universo, sólo conocemos el 4%. Hay, pues, mucho trabajo por hacer. Dicho esto, como creyentes sabemos que no somos hijos del caos, de una explosión, sino que somos hijos de Dios. El proyecto no es evolutivo, sino global. Esa realidad de fe no está en contradicción con el Big Bang.

-¿Es posible que haya vida inteligente más allá de la Tierra?
-El Universo está formado por 100.000 millones de galaxias. Si dividimos el número de galaxias por el número de habitantes de nuestro planeta, a cada uno nos tocarían 15 galaxias, más o menos. En estas galaxias, supongamos que haya alguna estrella semejante al Sol, que haya desarrollado planetas y que en alguno de esos planetas se haya producido la vida como la conocemos. Si todo esto coincide, es posible que exista vida y seres inteligentes, aunque no tenemos pruebas ahora mismo de ello.

-Si hay más vida inteligente, ¿puede haber también más de un Dios, responsable de la creación de esos otros seres?
-Por definición, Dios es único.

-Pero es único para nosotros.
-Desde el punto de vista católico, entiendo que Dios es uno. Ahora, teniendo en cuenta el enorme número de galaxias, algunos especulan que haya infinitos universos. Yo no creo que ello requiera la necesidad de otro Dios. Así como creó 100.000 millones de galaxias, ¿por qué no iba a crear infinitos universos? No hay una contradicción con la imagen católica de Dios.

-La ciencia tiende a probarlo todo. ¿Por qué no se puede probar la existencia de Dios?
-La ciencia trata sobre causas naturales: por qué y cómo suceden las cosas. Pero Dios es sobrenatural, va más allá del objeto formal de la ciencia. Por ejemplo, si nos preguntamos por qué existe este Universo y no existe la nada, la pregunta va más allá del método científico, tiene que ver con la filosofía o con la teología. ¿Por qué existimos nosotros? ¿Por qué hay gente que sufre? La biología puede explicar algunas cosas pero el sufrimiento moral, por ejemplo, supera sus fronteras.

-Desde el punto de vista teológico, ¿se puede decir que nuestro planeta es un elemento central de la creación?
-Más que como un lugar físico en el Universo, diría que el hombre y la mujer sí son el centro, porque tenemos inteligencia y somos seres espirituales. Los relatos de la creación de la Biblia no los podemos leer de manera literal, hay que tener en cuenta el contexto histórico.

-¿Cómo puede contribuir el Observatorio a que la Iglesia no sea vista como enemiga de la ciencia, como afirman algunos?
-Desde el caso de la visita fallida de Benedicto XVI a la Universidad La Sapienza han quedado heridas que el Observatorio Astronómico Vaticano trata de curar siendo puente entre la Iglesia y el mundo de la ciencia. Nuestra misión es explicar la Iglesia al mundo de la ciencia, decirle que los católicos no tienen miedo al desarrollo científico. De hecho, por eso León XIII fundó esta institución: para mostrar que la Iglesia promueve la ciencia sólida y verdadera, como afirmó entonces. La crisis de La Sapienza tuvo un gran componente mediático, no responde a las cordiales relaciones que mantenemos continuamente con nuestros colegas astrónomos.

------------------------------------------
Fuente: La Razón