* "Al volver a nuestros países, hogares y comunidades, llevemos la llama de la misericordia y recordémosle a todo el mundo que son “bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt. 5,7). Lleven la llama de la misericordia y con ella enciendan otras llamas, que los corazones de los hombres latan al ritmo del Corazón de Jesús, “un horno ardiente de amor”. Que la llama del amor inunde nuestro mundo y haga desaparecer el egoísmo, la violencia y la injusticia. Que nuestro mundo sea conquistado por la civilización del bien, de la reconciliación, de la paz y del amor"
Vídeo completyo de la homilía del Cardenal Stanislaw Dziwisz traducida al español en la Misa de apertura de la JMJ