16 de enero de 2021.- (Camino Católico).- Celebración de la Santa Misa de hoy, sábado de la 1ª semana de Tiempo Ordinario, emitida por Magníficat TV, presidida por el P. Jacobo Hernández Javier Martín FM.
Evangelio: San Marcos 2, 13-17:
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él, y les enseñaba.
Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice:
«Sígueme».
Se levantó y lo siguió.
Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran ya muchos los que lo seguían.
Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos:
«¿Por qué come con publicanos y pecadores?».
Jesús lo oyó y les dijo:
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores».
Camino Católico.- Renaildes de Chateauvieux recuerda que tenía 17 años y estaba en su casa cuando vio La Biblia por primera vez. La tomó con curiosidad y comenzó a hojearla. Hasta ese momento sentía rabia de vivir en una casa de palafitos sobre un basural en una favela en Salvador de Bahía, donde día a día debía convivir con la delincuencia, las drogas y la prostitución. No fue educada en la fe porque su familia no la tenía. Ella vive actualmente con su marido Romain, con quien se casó hace catorce años, y 5 de sus hijos en La Pincoya, donde trabaja junto a él en la Fundación Misericordia, una institución que promueve el desarrollo integral de las personas, entregando un servicio tanto social como pastoral en esa población chilena a los más pobres. En el video se visualiza y escucha su testimonio de conversión que explica en una charla de “Razón en Cristo” – REC de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Evangelio: San Marcos 2, 1-12:
Cuando a los pocos días entró Jesús en Cafarnaún, se supo que estaba en casa.
Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Y les proponía la palabra.
Y vinieron trayéndole un paralítico entre cuatro y, como no podían presentárselo por el gentío, levantaron la techumbre encima de donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dice al paralítico:
«Hijo, tus pecados quedan perdonados».
Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros:
«Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo uno, Dios?».
Jesús se dio cuenta enseguida de lo que pensaban y les dijo:
«¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decir al paralítico “tus pecados te son perdonados” o decirle “levántate, coge la camilla y echa a andar”?
Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados – dice al paralítico -:
«Te digo: levántate, coge tu camilla y vete a tu casa».
Se levantó, cogió inmediatamente la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo:
«Nunca hemos visto una cosa igual».
Evangelio: San Marcos 1, 40-45:
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
-«Si quieres, puedes limpiarme».
Compadecido, extendió la mano y lo tocó, diciendo:
-«Quiero: queda limpio».
La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente:
-«No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que sirva de testimonio».
Pero, cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a el de todas partes.
Isaiah Hofmann explicó su testimonio de conversión en el año 2016 en el programa “Cambio de Agujas” de H.M. Televisión, que puede verse en el vídeo que ya publicamos entonces en Camino Católico
* «Mientras aún estaba en la universidad fui en autobús a Nueva York para participar en un fin de semana organizado por los Hermanos Franciscanos de la Renovación, una comunidad creada en 1987 en el Bronx y que ya tiene conventos en casi todo el mundo. Con ellos experimenté la alegría de vivir, la sencillez, la presencia que buscaba desde hacía tiempo. Pero lo que más me asombró es que durante ese evento los frailes tocaron… ¡reggae! ¡La música que siempre había escuchado y que soñaba con tocar! Fue una revelación. Comprendí que Dios conocía mi corazón y mi historia. Nunca había sido el enemigo de mis sueños, porque sabía perfectamente cuáles eran. Es más, los amaba. Había sido Él quien los había hecho germinar en mí. Sentí que podía confiar en Él y poner mi vida, mis deseos, mis esperanzas, en sus manos»
Video completo de la transmisión en directo realizada por 13 TV de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma
* «San Francisco compuso al final de su vida: el “Cántico del hermano sol” o “de las criaturas”. El Pobrecillo no lo compuso en un momento de alegría, de bienestar, sino al contrario, en medio de las dificultades. Francisco está ya casi ciego, y siente en su alma el peso de una soledad que nunca antes había sentido: el mundo no ha cambiado desde el inicio de su predicación, todavía hay quien se deja destrozar por las riñas, y además siente que se acercan los pasos de la muerte. Podría ser el momento de la decepción, de esa decepción extrema y de la percepción del propio fracaso. Pero Francisco en ese instante de tristeza, en ese instante oscuro reza, ¿Cómo reza?: “Laudato si’, mi Señor…”. Reza alabando. Francisco alaba a Dios por todo, por todos los dones de la creación, y también por la muerte, que con valentía llama “hermana”, “hermana muerte”»