En la noche..
-
Las luces se esfuman y todo alrededor pierde forma, perfil, realidad. Todo
se desvanece. Nos gana la tristeza, la nostalgia por lo que teníamos y ya
no ...
Hace 5 días
Dios es Amor.Hacernos participes de ese Amor no es una cuestión menor. Se necesita tiempo de escucha y de silencio interior.Sólo una escucha diaria y comprometida nos irá conduciendo en nuestro crecimiento personal en el Amor de Dios. Por eso este blog, sencillamente quiere compartir nuestra experiencia cotidiana de escucha de la voluntad de Dios para cada momento de la vida y de aquellos hechos que nos preocupan, conmueven y nos hacen clamar a Dios por mediación de Jesucristo, el Señor.
* «El Evangelio no irá adelante con evangelizadores aburridos y amargados. No. Sólo ira adelante con evangelizadores alegres, llenos de vida. El gozo de recibir la Palabra de Dios, el gozo de ser cristianos, el gozo de ir adelante, la capacidad de hacer fiesta sin avergonzarse y no ser como esta señora, Mical, cristianos formales, cristianos prisioneros de las formalidades»
Evangelio: San Marcos 3, 31-35:
Evangelio: San Marcos 3, 22-30:
* «Sentí de verdad que había un Dios, que estaba conmigo, que me amaba. Experimenté todo en ese momento. Lloré, lloré y lloré de alegría, por todo, por sentirme amada. Creo que después de aquel momento conocí a Jesús. Me encontré con alguien que existe, que es real. Dios me conoce, sabe todo de mí, todo lo que he hecho, y ha caminado conmigo. Siento que ha dado sentido a todo»
* «Jesús llama a la puerta. Es por eso que el Señor te da su Palabra, para que puedas aceptarla como la carta de amor que escribió para ti, para hacerte sentir que está a tu lado. Su Palabra nos consuela y nos anima. Al mismo tiempo, provoca la conversión, nos sacude, nos libera de la parálisis del egoísmo. Porque su Palabra tiene este poder: cambia la vida, hace pasar de la oscuridad a la luz. Esta es la fuerza de su Palabra»
Leer más...* «La Palabra que salva no va en busca de lugares preservados, esterilizados y seguros. Viene en nuestras complejidades, en nuestra oscuridad. Hoy, como entonces, Dios desea visitar aquellos lugares donde creemos que no llega. Cuántas veces preferimos cerrar la puerta, ocultando nuestras confusiones, nuestras opacidades y dobleces. Las sellamos dentro de nosotros mientras vamos al Señor con algunas oraciones formales, teniendo cuidado de que su verdad no nos sacuda por dentro. Y esta es una hipocresía escondida. Pero Jesús —dice el Evangelio hoy— «recorría toda Galilea […], proclamando el Evangelio del reino y curando toda enfermedad» (v. 23). Atravesó toda aquella región multifacética y compleja. Del mismo modo, no tiene miedo de explorar nuestros corazones, nuestros lugares más ásperos y difíciles. Él sabe que sólo su perdón nos cura, sólo su presencia nos transforma, sólo su Palabra nos renueva. A Él, que ha recorrido la vía del mar, abramos nuestros caminos más tortuosos —aquellos que tenemos dentro y que no deseamos ver, o escondemos—; dejemos que su Palabra entre en nosotros, que es «viva y eficaz, tajante […] y juzga los deseos e intenciones del corazón» (Hb 4,12)»
* «Nuestra adhesión al Señor no puede reducirse a un esfuerzo personal. Esto sería también un pecado de soberbia. Nuestra adhesión al Señor no puede reducirse a un esfuerzo personal, sino que debe expresarse en una apertura confiada de corazón y de la mente para acoger la Buena Nueva de Jesús. Es esta, la Palabra de Jesús, la Buena Noticia de Jesús quién cambia el mundo y los corazones! Estamos llamados, por lo tanto, a confiar en la palabra de Cristo, a abrirnos a la misericordia del Padre y a dejarnos transformar por la gracia del Espíritu Santo»
Leer más...* «Mañana se cumple el 75 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Ante esta inmensa tragedia, ante esta atrocidad, la indiferencia no es admisible y la memoria es debida. Mañana todos estamos invitados a hacer un momento de oración y recogimiento, diciendo cada uno en su propio corazón: ¡nunca más, nunca más! Se celebra hoy la Jornada Mundial de los enfermos de Lepra. Estamos cerca de todas las personas que sufren la enfermedad de Hansen y de quienes las cuidan de diferentes maneras.También quiero estar cerca y rezar por las personas que están enfermas por al virus que se ha propagado a China. Que el Señor acoja a los difuntos en su paz, consuele a las familias y apoye el gran esfuerzo ya realizado de la comunidad china para combatir la epidemia»
Evangelio: San Mateo 4, 12-23:
* «Es nuestro deber llevar a la práctica el deseo prioritario de Dios, que, como escribe el mismo Pablo, «quiere que todos los hombres se salven» (1 Tm 2,4). Es una invitación a no dedicarnos exclusivamente a nuestras comunidades, sino a abrirnos al bien de todos, a la mirada universal de Dios, que se encarnó para abrazar a todo el género humano, y murió y resucitó para la salvación de todos. Si, con su gracia, asimilamos su visión, podemos superar nuestras divisiones. Incluso entre los cristianos cada comunidad tiene un don que ofrecer a los demás. Cuanto más miremos más allá de los intereses propios y superemos el legado del pasado en nuestro deseo de avanzar hacia un lugar de aterrizaje común, más espontáneamente reconoceremos, acogeremos y compartiremos estos dones»
* «Queremos aprender a ser más hospitalarios, en primer lugar entre nosotros los cristianos, incluso entre hermanos y hermanas de diferentes confesiones. La hospitalidad pertenece a la tradición de las comunidades y familias cristianas. Nuestros ancianos nos han enseñado con el ejemplo que en la mesa de una casa cristiana siempre hay un plato de sopa para el amigo que pasa o para el necesitado que llama a la puerta. Y en los monasterios el huésped es tratado con gran respeto, como si fuera Cristo. No perdamos, al contrario, revivamos estas costumbres que tienen sabor a Evangelio!»